Washington Irving

Tales of the Alhambra

**********************************



The Journey



El viaje

IN THE spring of 1829, the author of this work, whom curiosity had brought into Spain, made a rambling expedition from Seville to Granada in company with a friend, a member of the Russian Embassy at Madrid. Accident had thrown us together from distant regions of the globe, and a similarity of taste led us to wander together among the romantic mountains of Andalusia. Should these pages meet his eye, wherever thrown by the duties of his station, whether mingling in the pageantry of courts, or meditating on the truer glories of nature, may they recall the scenes of our adventurous companionship, and with them the recollection of one, in whom neither time nor distance will obliterate the remembrance of his gentleness and worth.  En la primavera de 1829, el autor de este libro, que se había sentido atraído a España por la curiosidad, hizo una excursión desde Sevilla a Granada, en compañía de un amigo, miembro de la embajada rusa en Madrid. El azar nos había reunido desde apartadas regiones del Globo, y movidos por semejanza de aficiones, vagamos juntos por las románticas montañas de Andalucía. Dondequiera que lea estas páginas, ya se encuentre ocupado en las obligaciones de su cargo, incorporado al protocolo de las Cortes o meditando en las glorias más genuinas de la Naturaleza, sirvan ellas para recordarle los incidentes de nuestra amigable camaradería y el recuerdo de aquel a quien ni el tiempo ni la distancia harán olvidar su valía y gentileza.
And here, before setting forth, let me indulge in a few previous remarks on Spanish scenery and Spanish travelling. Many are apt to picture Spain to their imaginations as a soft southern region, decked out with the luxuriant charms of voluptuous Italy. On the contrary, though there are exceptions in some of the maritime provinces, yet, for the greater part, it is a stern, melancholy country, with rugged mountains, and long sweeping plains, destitute of trees, and indescribably silent and lonesome, partaking of the savage and solitary character of Africa. What adds to this silence and loneliness, is the absence of singing birds, a natural consequence of the want of groves and hedges. The vulture and the eagle are seen wheeling about the mountain-cliffs, and soaring over the plains, and groups of shy bustards stalk about the heaths; but the myriads of smaller birds, which animate the whole face of other countries, are met with in but few provinces in Spain, and in those chiefly among the orchards and gardens which surround the habitations of man.  Y ahora, antes de seguir adelante, permitidme que haga unas previas observaciones acerca del paisaje y los viajes en España. Muchos hay propensos a figurarse a España como una apacible región meridional engalanada con los lozanos encantos de la voluptuosa Italia. Antes al contrario; si se exceptúan algunas de las provincias marítimas, es, en su mayor parte, un áspero y melancólico país, de montes escabrosos y amplias llanuras; desprovistas de árboles; y un silencio y soledad indescriptibles, que tienen muchos puntos de contacto con el aspecto selvático y solitario del África. Y aumenta esta soledad y silencio, la carencia de pájaros canoros, natural por la falta de setos y arboledas. Se ven al buitre y al águila dar vueltas en torno a los picachos de las montañas y planear sobre las llanuras, y bandadas de asustadizas avutardas que merodean en torno a los brezales; pero las miríadas de pajarillos que animan la amplitud del paisaje en otras tierras, se encuentran aquí tan sólo entre los huertos y los jardines que rodean la morada del hombre.
In the interior provinces the traveller occasionally traverses great tracts cultivated with grain as far as the eye can reach, waving at times with verdure, at other times naked and sunburnt, but he looks round in vain for the hand that has tilled the soil. At length, he perceives some village on a steep hill, or rugged crag, with mouldering battlements and ruined watchtower; a strong-hold, in old times, against civil war, or Moorish inroad; for the custom among the peasantry of congregating together for mutual protection is still kept up in most parts of Spain, in consequence of the maraudings of roving freebooters.  Algunas veces, en las provincias del interior, atraviesa el viajero amplios terrenos de cultivo, hasta perderse la vista, ondulados en ocasiones de verdura, y otras veces desnudos y abrasados por los rayos del sol; pero inútilmente busca la mano que labró la tierra. Divisa a lo lejos alguna que otra aldea, emplazada sobre algún altozano o sobre un escarpado despeñadero con murallas desmoronadas y ruinosas atalayas, que fue un tiempo fortaleza en la guerra civil o contra las incursiones de los moros. En la mayor parte de España se observa todavía la costumbre de agruparse los aldeanos para una mutua protección, a consecuencia de los merodeos de los bandidos.
But though a great part of Spain is deficient in the garniture of groves and forests, and the softer charms of ornamental cultivation, yet its scenery is noble in its severity, and in unison with the attributes of its people; and I think that I better understand the proud, hardy, frugal and abstemious Spaniard, his manly defiance of hardships, and contempt of effeminate indulgences, since I have seen the country he inhabits.  Pero aunque una gran parte de España sea escasa en el adorno de alamedas y bosques y en los más delicados encantos del cultivo, ornamental, es su paisaje, sin embargo, noble en su austeridad, de acuerdo con las características de su pueblo; y concibo al español altivo y osado, frugal y abstemio, y comprendo su desdén por todo lo que signifique afeminado abandono, desde que he contemplado el suelo que habita.
There is something too, in the sternly simple features of the Spanish landscape, that impresses on the soul a feeling of sublimity. The immense plains of the Castiles and of La Mancha, extending as far as the eye can reach, derive an interest from their very nakedness and immensity, and possess, in some degree, the solemn grandeur of the ocean. In ranging over these boundless wastes, the eye catches sight here and there of a straggling herd of cattle attended by a lonely herdsman, motionless as a statue, with his long slender pike tapering up like a lance into the air; or, beholds a long train of mules slowly moving along the waste like a train of camels in the desert; or, a single horseman, armed with blunderbuss and stiletto, and prowling over the plain. Thus the country, the habits, the very looks of the people, have something of the Arabian character. The general insecurity of the country is evinced in the universal use of weapons. The herdsman in the field, the shepherd in the plain, has his musket and his knife. The wealthy villager rarely ventures to the market-town without his trabuco, and, perhaps, a servant on foot with a blunderbuss on his shoulder; and the most petty journey is undertaken with the preparation of a warlike enterprise.  Hay algo también en los sencillos y austeros rasgos del paisaje español, que imprime en el alma un sentimiento de sublimidad. Las inmensas llanuras de las dos Castillas y de la Mancha, que se extienden hasta donde alcanza la vista, llaman la atención por su auténtica aridez e inmensidad, y poseen, en sumo grado, la solemne grandeza del océano. Al recorrer estas infinitas extensiones, se contempla acá y allá algún singular rebaño de ganado que vigila un solitario pastor, inmóvil como una estatua, con su larga y delgada vara que blande en el aire como una lanza; o una recua de mulas que camina perezosamente por el llano, como una caravana de camellos por el desierto; o un solitario jinete, armado de trabuco y puñal, que merodea por la llanura. De este modo, el país, los vestidos, el aspecto mismo de sus moradores, participa del carácter árabe. La general inseguridad de la comarca se evidencia en el uso corriente de armas defensivas. El vaquero en la campiña, el pastor en el llano, llevan su mosquete y su cuchillo. El rico aldeano raramente se aventura a ir al mercado sin su trabuco, o tal vez acompañado de un criado a pie con otro al hombro. La mayor parte de estos viajes se emprenden con los preparativos propios de una empresa guerrera.
The dangers of the road produce also a mode of travelling, resembling, on a diminutive scale, the caravans of the east. The arrieros, or carriers, congregate in convoys, and set off in large and well-armed trains on appointed days; while additional travellers swell their number, and contribute to their strength. In this primitive way is the commerce of the country carried on. The muleteer is the general medium of traffic, and the legitimate traverser of the land, crossing the peninsula from the Pyrenees and the Asturias to the Alpuxarras, the Serrania de Ronda, and even to the gates of Gibraltar. He lives frugally and hardily: his alforjas of coarse cloth hold his scanty stock of provisions; a leathern bottle, hanging at his saddle-bow, contains wine or water, for a supply across barren mountains and thirsty plains; a mule-cloth spread upon the ground is his bed at night, and his pack-saddle his pillow. His low, but clean-limbed and sinewy form betokens strength; his complexion is dark and sunburnt; his eye resolute, but quiet in its expression, except when kindled by sudden emotion; his demeanor is frank, manly, and courteous, and he never passes you without a grave salutation: “Dios guarde a usted! ” “Va usted con Dios, Caballero! ” ( ” God guard you! ” “God be with you, Cavalier! ” )  Los peligros del viaje ponen asimismo de manifiesto un sistema de viajar semejante, aunque en menor grado, al de las caravanas orientales. Los arrieros o trajinantes, agrupados en convoyes, emprenden la marcha en largas y bien armadas filas, en los días previamente señalados, y entre tanto, otros circunstanciales viajeros se unen a ellos y contribuyen a su mayor seguridad. Por este primitivo procedimiento se realiza el comercio del país. El arriero es el medio y el auténtico viajero que cruza la Península desde los Pirineos y Asturias hasta las Alpujarras, la Serranía de Ronda, e incluso, hasta las puertas de Gibraltar. Vive frugal y sobriamente; sus alforjas, por lo común de burdo paño, guardan sus parcas provisiones, y lleva además una bota de cuero, que pende del arzón de la cabalgadura, con vino o agua, suministro imprescindible cuando cruza los montes estériles o las sedientas llanuras. La manta de la muía, tendida en el suelo, es su lecho por la noche, utilizando la albarda como almohada. Su corto, pero gallardo y vigoroso aspecto, denota energía; de morena tez, tostada por el sol; firme la mirada, pero la expresión serena, excepto cuando se aviva por una súbita emoción; de francos ademanes, varonil y amable, nunca pasa sin pronunciar este grave saludo: ¡Dios guarde a usted! ¡Vaya usted con Dios, caballero!
As these men have often their whole fortune at stake upon the burden of their mules, they have their weapons at hand, slung to their saddles, and ready to be snatched out for desperate defence; but their united numbers render them secure against petty bands of marauders, and the solitary bandolero, armed to the teeth, and mounted on his Andalusian steed, hovers about them, like a pirate about a merchant convoy, without daring to assault.  Como estos hombres llevan con frecuencia toda su fortuna comprometida en la carga de sus acémilas, tienen las armas a mano, colgadas de las sillas y preparadas para una desesperada defensa; pero les tranquiliza su número contra las pequeñas partidas de merodeadores y contra el solitario bandolero armado hasta los dientes y montado en su corcel andaluz, al acecho, como un pirata en torno al barco mercante, sin atreverse al abordaje.
The Spanish muleteer has an inexhaustible stock of songs and ballads, with which to beguile his incessant wayfaring. The airs are rude and simple, consisting of but few inflections. These he chants forth with a loud voice, and long, drawling cadence, seated sideways on his mule, who seems to listen with infinite gravity, and to keep time, with his paces, to the tune. The couplets thus chanted, are often old traditional romances about the Moors, or some legend of a saint, or some love-ditty; or, what is still more frequent, some ballad about a bold contrabandista, or hardy bandolero, for the smuggler and the robber are poetical heroes among the common people of Spain. Often, the song of the muleteer is composed at the instant, and relates to some local scene, or some incident of the journey. This talent of singing and improvising is frequent in Spain, and is said to have been inherited from the Moors. There is something wildly pleasing in listening to these ditties among the rude and lonely scenes they illustrate; accompanied, as they are, by the occasional jingle of the mule-bell.  El arriero español posee un inagotable repertorio de canciones y baladas con las que se entretiene en su incesante ir y venir. Son tonadas rudas y sencillas, de escasas inflexiones. Las canta en alta voz, con largas y pronunciadas cadencias, sentado a mujeriegas en su muía que, al parecer, las escucha con suma gravedad y las acompaña con sus pasos. Las coplas que canta son, casi siempre, viejos y tradicionales romances de moros, la leyenda de algún santo o cantilenas amorosas; o más corrientemente, alguna halada de un contrabandista valiente o intrépido bandolero, puesto que estos son en España héroes de leyenda para la gente del pueblo. Muchas veces, esta canción del arriero es improvisada y se refiere a algún paisaje local o algún incidente del viaje. Esta facilidad para el canto y la improvisación es corriente en España, y es opinión común que ha sido heredada de los moros. Se experimenta cierta salvaje complacencia al escuchar estas canciones en medio de los áridos y solitarios parajes que describen, acompañadas del ocasional tintineo de las campanillas de las mulas.
It has a most picturesque effect also to meet a train of muleteers in some mountain-pass. First you hear the bells of the leading mules, breaking with their simple melody the stillness of the airy height; or, perhaps, the voice of the muleteer admonishing some tardy or wandering animal, or chanting, at the full stretch of his lungs, some traditionary ballad. At length you see the mules slowly winding along the cragged defile, sometimes descending precipitous cliffs, so as to present themselves in full relief against the sky, sometimes toiling up the deep arid chasms below you. As they approach, you descry their gay decorations of worsted stuffs, tassels, and saddle-cloths, while, as they pass by, the ever-ready trabuco, slung behind the packs and saddles, gives a hint of the insecurity of the road.  Es asimismo muy pintoresco el tropiezo con una fila de arrieros en un puerto de la montaña. En primer lugar, se oyen las campanillas de las mulas de delante, que rompen con su sencilla melodía la paz de las colinas; o quizá la voz del mulero que grita a alguna bestia perezosa o salida de la recua, o canta alguna balada tradicional con toda la fuerza de sus pulmones. Ves, en fin, las mulas en lentos zigzags a lo largo del escarpado desfiladero, o bajando muchas veces tajos profundos hasta que su silueta se perfila sobre el horizonte, o subiendo por las simas ásperas y profundas abiertas a sus pies. Al aproximarse, se divisan los vistosos adornos de sus telas de estambre, sus borlas y jarapas, y al pasar, el trabuco siempre dispuesto, colgado detrás de los collarines y fardos, dando una idea de la poca seguridad del camino.
The ancient kingdom of Granada, into which we were about to penetrate, is one of the most mountainous regions of Spain. Vast sierras, or chains of mountains, destitute of shrub or tree, and mottled with variegated marbles and granites, elevate their sunburnt summits against a deep-blue sky; yet in their rugged bosoms lie ingulfed verdant and fertile valleys, where the desert and the garden strive for mastery, and the very rock is, as it were, compelled to yield the fig, the orange, and the citron, and to blossom with the myrtle and the rose.  El antiguo reino de Granada, en el que íbamos a entrar, es una de las regiones más montañosas de España. Vastas sierras, desprovistas de árboles y veteadas de granitos y mármoles matizados, alzan sus crestas quemadas por el sol hasta el azul intenso de los cielos; pero en sus escabrosas profundidades se encuentran fértiles valles de intensa verdura en donde el páramo y el jardín tienen planteada la lucha por su dominio. Incluso la misma roca, por así decirlo, se ve forzada para que brote la higuera, el naranjo y el limonero y florezca la rosa y el arrayán.
In the wild passes of these mountains the sight of walled towns and villages, built like eagles’ nests among the cliffs, and surrounded by Moorish battlements, or of ruined watchtowers perched on lofty peaks, carries the mind back to the chivalric days of Christian and Moslem warfare, and to the romantic struggle for the conquest of Granada. In traversing these lofty sierras the traveller is often obliged to alight, and lead his horse up and down the steep and jagged ascents and descents, resembling the broken steps of a staircase.  La contemplación de ciudades y aldeas amuralladas, construidas como nidos de águilas entre las peñas y rodeadas de cresterías moriscas o de ruinosos torreones colgados de altos picachos, hace que la imaginación retroceda, en los pasos agrestes de las montañas, a los caballerescos tiempos de la guerra entre cristianos y musulmanes y a la romántica lucha por la conquista de Granada. Al atravesar estas altas sierras, se ve con frecuencia obligado el viajero a desmontar y a guiar su caballo por zigzagueantes subidas y bajadas, a semejanza de los quebrados peldaños de una escalera.
Sometimes the road winds along dizzy precipices, without parapet to guard him from the gulfs below, and then will plunge down steep, and dark, and dangerous declivities. Sometimes it struggles through rugged barrancos, or ravines, worn by winter torrents, the obscure path of the contrabandista; while, ever and anon, the ominous cross, the monument of robbery and murder, erected on a mound of stones at some lonely part of the road, admonishes the traveller that he is among the haunts of banditti, perhaps at that very moment under the eye of some lurking bandolero. Sometimes, in winding through the narrow valleys, he is startled by a hoarse bellowing, and beholds above him on some green fold of the mountain a herd of fierce Andalusian bulls, destined for the combat of the arena. I have felt, if I may so express it, an agreeable horror in thus contemplating, near at hand, these terrific animals, clothed with tremendous strength, and ranging their native pastures in untamed wildness, strangers almost to the face of man: they know no one but the solitary herdsman who attends upon them, and even he at times dares not venture to approach them. The low bellowing of these bulls, and their menacing aspect as they look down from their rocky height, give additional wildness to the savage scenery.  La vereda serpentea algunas veces profundos abismos que carecen de pretil para protegerlo de la honda sima, y que luego se hunde en pronunciados declives, oscuros y peligrosos. En ocasiones, forcejea a través de abruptos barrancos cavados por los torrentes del invierno, sombría senda del contrabandista, en tanto que la presencia frecuente de alguna cruz alzada sobre un montón de piedras, fatídica señal de robo o crimen, advierte al viajero que se halla en la guarida de los bandidos, y acaso en ese preciso momento, bajo la observación de un emboscado bandolero. Algunas veces, al adentrarse en estrechos valles, se siente el viajero sobrecogido por un mugido ronco, y contempla, allá arriba, en un verde repliegue de la montaña, una manada de bravos toros andaluces, destinados a las corridas. He sentido--permitidme la expresión--un terror agradable al contemplar de cerca estos fieros animales de terrible poder, pastando en su indomable bravura, sin preocuparse apenas de la presencia del hombre; tan sólo conocen al vaquero solitario que los vigila y que, en muchas ocasiones, no se atreve a acercarse a ellos. El ronco mugido de estos toros y su aire amenazador cuando miran desde su rocosa altura, hacen más rudo el agreste paraje.
I have been betrayed unconsciously into a longer disquisition than I intended on the general features of Spanish travelling; but there is a romance about all the recollections of the Peninsula dear to the imagination.  Inconscientemente me he extendido con una disquisición más amplia de lo que, pretendía sobre los aspectos generales del viaje en España, pero es que hay siempre algo de poético, que subyuga la imaginación, en todos los recuerdos de la Península.
As our proposed route to Granada lay through mountainous regions, where the roads are little better than mule paths, and said to be frequently beset by robbers, we took due travelling precautions. Forwarding the most valuable part of our luggage a day or two in advance by the arrieros, we retained merely clothing and necessaries for the journey and money for the expenses of the road, with a little surplus of hard dollars by way of robber purse, to satisfy the gentlemen of the road should we be assailed. Unlucky is the too wary traveller who, having grudged this precaution, falls into their clutches empty handed: they are apt to give him a sound ribroasting for cheating them out of their dues. “Caballeros like them cannot afford to scour the roads and risk the gallows for nothing. ”  Como nuestra proyectada ruta hacia Granada pasaba por comarcas montañosas, donde los caminos son tan sólo un poco mejor que los de herradura y, según se dice, frecuentados por ladrones, tomamos las consiguientes precauciones para el viaje. Un día o dos antes, entregamos a los arrieros la parte valiosa de nuestro equipaje. Tan sólo conservamos las ropas, lo necesario para el viaje y el dinero para los gastos del camino, junto con una pequeña cantidad de dinero suelto, a modo de «robber purse»*, para en caso de ser asaltados poder complacer a estos caballeros del camino. Desgraciado del viajero que, olvidada esta precaución por exceso de prudencia, cae en su poder con las manos vacías, porque lo más probable es que no le quede un hueso sano, al verse ellos defraudados en sus esperanzas. No pueden unos caballeros así permitirse el lujo de recorrer sin provecho los caminos, con la amenaza de ser ahorcados.
A couple of stout steeds were provided for our own mounting, and a third for our scanty luggage and the conveyance of a sturdy Biscayan lad, about twenty years of age, who was to be our guide, our groom, our valet, and at all times our guard. For the latter office he was provided with a formidable trabuco or carbine, with which he promised to defend us against rateros or solitary footpads; but as to powerful bands, like that of the “sons of Ecija, ” he confessed they were quite beyond his prowess. He made much vainglorious boast about his weapon at the outset of the journey, though, to the discredit of his generalship, it was suffered to hang unloaded behind his saddle.  Se nos proporcionaron un par de vigorosos caballos para nuestra montura y otro para nuestro reducido equipaje, que había de conducir un robusto mozo vizcaíno, de unos veinte años; éste seria nuestro guía, caballerizo y criado, y siempre, nuestro guardián. A este fin, se había provisto el hombre de un formidable trabuco con el que prometió defendernos de los rateros (?); en cuanto a las partidas fuertes, como la de los «Niños de Ecija», nos confesó, que desde luego no entraban en el número de sus hazañas. Al comienzo del viaje, alabó con *Bolsa para ladrones cierta jactancia las innumerables excelencias de su arma, aunque para su descrédito la colgase descargada detrás de su montura.
According to our stipulations, the man from whom we hired the horses was to be at the expense of their feed and stabling on the journey, as well as of the maintenance of our Biscayan squire, who of course was provided with funds for the purpose; we took care, however, to give the latter a private hint, that, though we made a close bargain with his master, it was all in his favor, as, if he proved a good man and true, both he and the horses should live at our cost, and the money provided for their maintenance remain in his pocket. This unexpected largess, with the occasional present of a cigar, won his heart completely. He was, in truth, a faithful, cheery, kind-hearted creature, as full of saws and proverbs as that miracle of squires, the renowned Sancho himself, whose name, by the by, we bestowed upon him, and like a true Spaniard, though treated by us with companionable familiarity, he never for a moment, in his utmost hilarity, overstepped the bounds of respectful decorum.  De acuerdo con lo convenido, el hombre a quien habíamos alquilado los caballos, se encargaría de su alimentación y posada durante el viaje, así como de la manutención de nuestro escudero, el vizcaíno, quien, por supuesto, fue provisto de los fondos correspondientes. Procuramos, sin embargo, hacerle una especial observación: la de que todo iría en su provecho, aunque hubiésemos cerrado el trato con su amo, porque si se portaba honrada y fielmente, tanto él como los caballos correrían a nuestro cargo, y podría así quedarse con el dinero que le habían dado para su manutención. Esta inesperada generosidad, junto con el regalo de algún que otro cigarrillo, ganaron por completo su corazón. Era, desde luego, un hombre alegre y bonachón, lleno de refranes y sentencias, como lo fue aquel dechado de escuderos, el famoso Sancho, con cuyo nombre, por cierto, le bautizamos. Aunque le tratamos con sociable familiaridad, nunca traspasó, como buen español, los límites de una respetuosa corrección, ni siquiera en sus expansiones de más franca alegría.
Such were our minor preparations for the journey, but above all we laid in an ample stock of good humor, and a genuine disposition to be pleased, determining to travel in true contrabandista style, taking things as we found them, rough or smooth, and mingling with all classes and conditions in a kind of vagabond companionship. It is the true way to travel in Spain. With such disposition and determination, what a country is it for a traveller, where the most miserable inn is as full of adventure as an enchanted castle, and every meal is in itself an achievement! Let others repine at the lack of turnpike roads and sumptuous hotels, and all the elaborate comforts of a country cultivated and civilized into tameness and commonplace; but give me the rude mountain scramble; the roving, haphazard, wayfaring; the half wild, yet frank and hospitable manners, which impart such a true game flavor to dear old romantic Spain!  Tales fueron los mínimos preparativos de viaje; sobre todo, íbamos bien provistos de buen humor y de una clara predisposición a pasarlo bien. Nos decidimos a viajar como el auténtico contrabandista, aceptando todo como viniere, bueno o malo, y mezclándonos con gente de toda clase o condición, en este nuestro errante compañerismo. Este es, ciertamente, el verdadero modo de viajar en España. Con un estado de ánimo así, ¡qué país éste para el viajero, en el que la más mísera posada está llena de aventuras, como un castillo encantado, y donde cualquier comida es por sí sola una proeza! Quéjense otros de la carencia de buenos caminos y hoteles suntuosos y de todas las refinadas comodidades de un país culto y civilizado, pero sumido en la vulgaridad de costumbres. Por lo que a mí se refiere, prefiero trepar por ásperas montañas o vagar sin rumbo determinado, gozando de las costumbres semisalvajes, aunque francas y hospitalarias, que prestan un verdadero y delicioso encanto a la vieja y romántica España.
Thus equipped and attended, we cantered out of “Fair Seville city ” at half-past six in the morning of a bright May day, in company with a lady and gentleman of our acquaintance, who rode a few miles with us, in the Spanish mode of taking leave. Our route lay through old Alcala de Guadaira (Alcala on the river Aira), the benefactress of Seville, that supplies it with bread and water. Here live the bakers who furnish Seville with that delicious bread for which it is renowned; here are fabricated those roscas well known by the well-merited appellation of pan de Dios (bread of God), with which, by the way, we ordered our man, Sancho, to stock his alforjas for the journey. Well has this beneficent little city been denominated the “Oven of Seville ” ; well has it been called Alcala de los Panaderos (Alcala of the bakers), for a great part of its inhabitants are of that handicraft, and the highway hence to Seville is constantly traversed by lines of mules and donkeys laden with great panniers of loaves and roscas.  Así equipados y servidos, salimos a paso lento de la bella ciudad de Sevilla a las seis y media de la mañana de un radiante día de mayo, en compañía de una dama y de un caballero, ambos conocidos nuestros, que cabalgaron con nosotros unas millas y se despidieron según la costumbre española. Nuestra ruta pasaba por la antigua Alcalá de Guadaira (Alcalá del río Aira), que beneficia a Sevilla al suministrarle su pan y su agua. En ella viven los panaderos que abastecen dicha ciudad con ese pan tan delicioso que le ha dado fama; aquí se elaboran esas roscas que se conocen con el merecido nombre de pan de Dios. Por cierto que ordenamos a nuestro criado Sancho que llenase de ellas las alforjas de viaje. Con razón ha sido llamada esta pequeña y beneficiosa ciudad Alcalá de los Panaderos, porque son de este oficio la mayoría de sus habitantes, hasta el punto de que incesantes reatas de mulas y borriquillos, cargados con grandes serones de hogazas y roscas, recorren constantemente la carretera basta Sevilla.
I have said Alcala supplies Seville with water. Here are great tanks or reservoirs, of Roman and Moorish construction, whence water is conveyed to Seville by noble aqueducts. The springs of Alcala are almost as much vaunted as its ovens; and to the lightness, sweetness, and purity of its water is attributed in some measure the delicacy of its bread.  Ya he dicho que Alcalá abastece de agua a esta ciudad. Hay aquí grandes depósitos o aljibes, de construcción romana o árabe, desde los que se conduce el agua a Sevilla por medio de magníficos acueductos. Todos se muestran orgullosos de las fuentes de Alcalá, lo mismo que de sus hornos; la exquisitez de su pan se atribuye, incluso, a la pureza y claridad de las aguas.
Here we halted for a time, at the ruins of the old Moorish castle, a favorite resort for picnic parties from Seville, where we had passed many a pleasant hour. The walls are of great extent, pierced with loopholes; inclosing a huge square tower or keep, with the remains of masmoras, or subterranean granaries. The Guadaira winds its stream round the hill, at the foot of these ruins, whimpering among reeds, rushes, and pond-lilies, and overhung with rhododendron, eglantine, yellow myrtle, and a profusion of wild flowers and aromatic shrubs; while along its banks are groves of oranges, citrons, and pomegranates, among which we heard the early note of the nightingale.  Nos detuvimos un momento junto a las ruinas de un viejo castillo moro, lugar predilecto de excursiones para los de Sevilla, donde vivimos horas deliciosas. Sus muros, de gran extensión, horadados de aspilleras, rodeaban una gran torre cuadrada o torreón, con las ruinas de algunas mazmorras. El Guadaira tuerce su curso en torno a la colina, al pie de estas ruinas, suspirando entre cañas, juncos y nenúfares, acariciado de rododendros, eglantinas, mirtos amarillos y una profusión de flores silvestres y arbustos aromáticos. Y mientras, a lo largo de sus orillas, bosquecillos de naranjos, limoneros y granados, donde escuchamos el canto matutino del ruiseñor.
A picturesque bridge was thrown across the little river, at one end of which was the ancient Moorish mill of the castle, defended by a tower of yellow stone; a fisherman’s net hung against the wall to dry, and hard by in the river was his boat; a group of peasant women in bright-colored dresses, crossing the arched bridge, were reflected in the placid stream. Altogether it was an admirable scene for a landscape painter.  Un puente pintoresco va de una a otra parte del riachuelo, y en uno de sus extremos se encuentra el antiguo molino moro del castillo, protegido por una torre de piedra amarilla; una red de pescar cuelga del muro puesta a secar y, cerca. en el río, está su barca. Un grupo de campesinas con vestidos chillones se refleja en la corriente apacible, cuando cruzan por el arco del puente. El conjunto era magnífico paisaje para un artista.
The old Moorish mills, so often found on secluded streams, are characteristic objects in Spanish landscape, and suggestive of the perilous times of old. They are of stone, and often in the form of towers with loopholes and battlements, capable of defence in those warlike days when the country on both sides of the border was subject to sudden inroad and hasty ravage, and when men had to labor with their weapons at hand, and some place of temporary refuge.  Los viejos molinos moros, que con tanta frecuencia se encuentran en los apartados cauces, son característicos en el paisaje español y evocan los azarosos días del pasado. Construidos en piedra, tienen a menudo forma de torres con aspilleras y almenas, capaces para la defensa en aquellos belicosos tiempos en los que el territorio extendido a sus márgenes estaba expuesto a los peligros de una inesperada incursión o al saqueo, cuando los hombres tenían que trabajar con sus armas a mano y cerca de algún sitio que sirviese de refugio temporal.
Our next halting place was at Gandul, where were the remains of another Moorish castle, with its ruined tower, a nestling place for storks, and commanding a view over a vast campina or fertile plain, with the mountains of Ronda in the distance. These castles were strong-holds to protect the plains from the talas or forays to which they were subject, when the fields of corn would be laid waste, the flocks and herds swept from the vast pastures, and, together with captive peasantry, hurried off in long cavalgadas across the borders.  Nuestra próxima parada fue en Gandul, con restos de otro castillo moro de ruinosa torre, nido de cigüeñas, y desde donde se domina el panorama de una extensa campiña y la serranía de Ronda a lo lejos. Estos castillos fueron fortalezas que protegían las llanuras de las talas o saqueos a que estaban expuestas; feroces incursiones que convertían la campiña en erial, dispersaban los rebaños y manadas de las vastas praderas y, con la gente del campo cautiva, se alejaban veloces, en largas cabalgadas, a la orilla opuesta.
At Gandul we found a tolerable posada; the good folks could not tell us what time of day it was—the clock only struck once in the day, two hours after noon; until that time it was guesswork. We guessed it was full time to eat; so, alighting, we ordered a repast. While that was in preparation we visited the palace once the residence of the Marquis of Gandul. All was gone to decay; there were but two or three rooms habitable, and very poorly furnished. Yet here were the remains of grandeur: a terrace, where fair dames and gentle cavaliers may once have walked; a fish-pond and ruined garden, with grape-vines and date-bearing palm-trees. Here we were joined by a fat curate, who gathered a bouquet of roses and presented it, very gallantly, to the lady who accompanied us.  En Gandul encontramos una tolerable posada. Aquella buena gente no supo ni decirnos la hora que era, porque el reloj del pueblo tan sólo sonaba una vez durante todo el día, a las dos de la tarde, y hasta esa hora, todo era elaborar conjeturas. Convinimos que era hora de comer, y nos apeamos y encargamos comida. Mientras la preparaban, visitamos el palacio, residencia en otro tiempo del marqués de Gandul. Todo se encontraba en ruinas, aunque quedaban dos o tres estancias habitables, pero muy escasas de mobiliario. Sin embargo, todavía guardaba restos de un pasado esplendor: una terraza, por donde algún día pasearon bellas damas y gentiles caballeros; un estanque con peces y un ruinoso jardín con parras y palmeras cargadas de dátiles. En este sitio se nos agregó un obeso sacerdote que cogió un ramo de rosas y lo ofreció muy gentilmente a la dama que nos acompañaba.
Below the palace was the mill, with orange-trees and aloes in front, and a pretty stream of pure water. We took a seat in the shade, and the millers, all leaving their work, sat down and smoked with us; for the Andalusians are always ready for a gossip. They were waiting for the regular visit of the barber, who came once a week to put all their chins in order. He arrived shortly afterwards: a lad of seventeen, mounted on a donkey, eager to display his new alforjas or saddle-bags, just bought at a fair; price one dollar, to be paid on St. John’s day (in June), by which time he trusted to have mown beards enough to put him in funds.  Debajo del palacio había un molino con naranjos y áloes enfrente y una regular corriente de agua cristalina. Nos sentamos a la sombra, y los molineros, interrumpidas sus faenas, también lo hicieron para fumar con nosotros, pues los andaluces siempre están dispuestos a charlar. Estaban esperando la acostumbrada visita del barbero, que venía a poner orden en sus barbas una vez por semana. Este llegó poco después; era un muchacho de diecisiete años, montado en un borrico, deseoso de mostrar sus nuevas alforjas, acabadas de comprar en la feria por un dólar *, y que debía pagar en junio, el día de San Juan, ya que para esa fecha esperaba haber rapado barbas suficientes para reunir la cantidad necesaria.
By the time the laconic clock of the castle had struck two we had finished our dinner. So, taking leave of our Seville friends, and leaving the millers still under the hands of the barber, we set off on our ride across the campina. It was one of those vast plains, common in Spain, where for miles and miles there is neither house nor tree. Unlucky the traveller who has to traverse it, exposed as we were to heavy and repeated showers of rain. There is no escape nor shelter. Our only protection was our Spanish cloaks, which nearly covered man and horse, but grew heavier every mile. By the time we had lived through one shower we would see another slowly but inevitably approaching; fortunately in the interval there would be an outbreak of bright, warm, Andalusian sunshine, which would make our cloaks send up wreaths of steam, but which partially dried them before the next drenching.  Terminamos de comer cuando dieron las dos en el lacónico reloj del castillo. Nos despedimos, pues, de nuestros amigos de Sevilla, y dejando a los molineros todavía en manos del barbero, seguimos camino adelante en nuestras cabalgaduras a través de la campiña. Era una de esas extensas llanuras, tan frecuentes en España, en la que durante millas y millas no se ve ni un árbol ni una casa. Infeliz del viajero que ha de atravesarlas expuesto como nosotros a los fuertes y repetidos chaparrones de agua. No hay modo de evitarlo ni lugar donde guarecerse. Nuestra única protección eran nuestras capas españolas, que casi cubren jinete y caballo, aunque aumentaban de peso a cada milla. ]Cuando creíamos haber escapado de uno de estos aguaceros, veíamos cómo se acercaba otro, lenta pero inevitablemente. Felizmente para nosotros, brillaban, en el intervalo, los claros y radiantes rayos del sol andaluz que hacía brotar círculos de vapor de nuestras capas, pero que también las secaba algo, antes del próximo aguacero.
Shortly after sunset we arrived at Arahal, a little town among the hills. We found it in a bustle with a party of miquelets, who were patrolling the country to ferret out robbers. The appearance of foreigners like ourselves was an unusual circumstance in an interior country town; and little Spanish towns of the kind are easily put in a state of gossip and wonderment by such an occurrence. Mine host, with two or three old wiseacre comrades in brown Cloaks, studied our passports in a corner of the posada, while an Alguazil took notes by the dim light of a lamp. The passports were in foreign languages and perplexed them, but our Squire Sancho assisted them in their studies, and magnified our importance with the grandiloquence of a Spaniard. In the mean time the magnificent distribution of a few cigars had won the hearts of all around us; in a little while the whole community seemed put in agitation to make us welcome. The corregidor himself waited upon us, and a great rush-bottomed arm-chair was ostentatiously bolstered into our room by our landlady, for the accommodation of that important personage. The commander of the patrol took supper with us—a lively, talking, laughing Andaluz, who had made a campaign in South America, and recounted his exploits in love and war with much pomp of phrase, vehemence of gesticulation, and mysterious rolling of the eye. He told us that he had a list of all the robbers in the country, and meant to ferret out every mother’s son of them; he offered us at the same time some of his soldiers as an escort. “One is enough to protect you, senores; the robbers know me, and know my men; the sight of one is enough to spread terror through a whole sierra. ” We thanked him for his offer, but assured him, in his own strain, that with the protection of our redoubtable squire, Sancho, we were not afraid of all the ladrones of Andalusia.  Llegamos a Arahal, pueblecito entre cerros, poco después de puesto el sol. Lo encontramos animado por una partida de migueletes que recorrían la comarca a la busca y captura de ladrones. La presencia de extranjeros como nosotros era algo inusitado en los pueblos del interior; un acontecimiento de este tipo asombra y pone fácilmente en conmoción a los pueblecitos españoles de esta categoría. Mi posadero, con dos o tres viejos y sesudos compinches de pardas capas, examinó nuestros pasaportes en un rincón de la posada, mientras que un alguacil tomaba nota a la débil luz de un candil. Los pasaportes en lengua extranjera los dejaron perplejos; pero nuestro escudero Sancho les ayudó en su examen y ponderó nuestras personas con la típica prosopopeya del español. En tanto, la pródiga distribución de unos cigarros puros nos captó las simpatías de todos los circunstantes, que al poco tiempo se apresuraban a darnos la bienvenida. Incluso el mismo corregidor se llegó a presentarnos sus respetos, y la posadera metió con ostentación, en nuestra estancia, un gran sillón con asiento de anea para el acomodo de aquel importante personaje. Cenó con nosotros el jefe de la patrulla, un despierto andaluz, alegre y charlatán, que había sido soldado en la campaña de América del Sur y que nos contó sus proezas bélicas y amorosas, en estilo grandilocuente, lleno de ademanes y contorsiones y con extraña contracción de ojos. Nos dijo que poseía una lista de todos los ladrones del contorno y que era su propósito capturar a todos aquellos hijos de su madre. Al mismo tiempo nos ofreció algunos soldados en calidad de escolta, mientras decía: --Uno sólo es suficiente para protegerles, señores: los ladrones me conocen y conocen también a mis hombres; basta uno de ellos para esparcir el terror por toda la sierra. Le agradecimos su ofrecimiento, aunque le aseguramos, con un tono de voz igual al suyo, que no teníamos miedo a todos los ladrones de Andalucía juntos, por la tranquilidad que inspiraba la protección de Sancho, nuestro valiente escudero.
While we were supping with our Drawcansir friend, we heard the notes of a guitar, and the click of castanets, and presently a chorus of voices singing a popular air. In fact mine host had gathered together the amateur singers and musicians, and the rustic belles of the neighborhood, and, on going forth, the courtyard or patio of the inn presented a scene of true Spanish festivity. We took our seats with mine host and hostess and the commander of the patrol, under an archway opening into the court; the guitar passed from hand to hand, but a jovial shoemaker was the Orpheus of the place. He was a pleasant-looking fellow, with huge black whiskers; his sleeves were rolled up to his elbows. He touched the guitar with masterly skill, and sang a little amorous ditty with an expressive leer at the women, with whom he was evidently a favorite. He afterwards danced a fandango with a buxom Andalusian damsel, to the great delight of the spectators. But none of the females present could compare with mine host’s pretty daughter, Pepita, who had slipped away and made her toilette for the occasion, and had covered her head with roses; and who distinguished herself in a bolero with a handsome young dragoon. We ordered our host to let wine and refreshment circulate freely among the company, yet, though there was a motley assembly of soldiers, muleteers, and villagers, no one exceeded the bounds of sober enjoyment. The scene was a study for a painter: the picturesque group of dancers, the troopers in their half military dresses, the peasantry wrapped in their brown cloaks; nor must I omit to mention the old meagre Alguazil, in a short black cloak, who took no notice of any thing going on, but sat in a corner diligently writing by the dim light of a huge copper lamp, that might have figured in the days of Don Quixote.  En tanto que cenábamos con este jactancioso compañero, oímos las notas de una guitarra y el alegre repiqueteo de las castañuelas, y al momento, un coro de voces entonaba un aire popular. En efecto; nuestro posadero había conseguido reunir algunos cantores y músicos aficionados, así como a las bellas aldeanas del vecindario. Cuando salimos, el patio de la posada ofrecía el aspecto de una auténtica fiesta española. Tomamos asiento, junto con nuestros posaderos y el jefe de la patrulla, bajo un arco del patio. Pasó la guitarra de mano en mano y actuó como Orfeo de aquel lugar un alegre zapatero. Era un mozo de agradable continente, con grandes patillas negras, que iba arremangado hasta el codo. Manejaba la guitarra con singular destreza y nos deleitó con una cancioncilla amorosa acompañada de miradas muy expresivas al grupo de mujeres, de quienes, por las trazas, era el favorito. Bailó después un fandango, acompañado de una alegre damisela andaluza, que deleitó a la concurrencia. Pero ninguna de las allí presentes podía compararse con Pepita, la bonita hija de nuestro posadero, la cual se escabulló y se hizo la «toilette» que el caso requería. Volvió poco después con la cabeza cubierta de rosas y se lució bailando un bolero, en compañía de un joven y apuesto soldado de caballería. Por nuestra parte, ordenamos a nuestro posadero que corriesen en abundancia el vino y los refrescos entre los circunstantes. A pesar de ello, y aunque era aquélla una mezcla abigarrada de soldados, arrieros y aldeanos, nadie se excedió de los límites de una moderada alegría. La escena era a propósito para el deleite de un artista: un pintoresco grupo de bailarinas, los soldados con sus uniformes sólo en parte militares y los campesinos envueltos en sus capas verdes. Es asimismo digna de mención, la presencia del viejo y delgado alguacil,, con su negra capilla, que ajeno a todo lo que allí pasaba y sentado en un rincón, escribía activamente a la débil luz que despedía un velón de cobre, digno de los tiempos de Don Quijote.
The following morning was bright and balmy, as a May morning ought to be, according to the poets. Leaving Arahal at seven o’clock, with all the posada at the door to cheer us off we pursued our way through a fertile country, covered with grain and beautifully verdant; but which in summer, when the harvest is over and the fields parched and brown, must be monotonous and lonely; for, as in our ride of yesterday, there were neither houses nor people to be seen. The latter all congregate in villages and strong-holds among the hills, as if these fertile plains were still subject to the ravages of the Moor.  La mañana siguiente amaneció fragante y luminosa, como deben ser las mañanas de un día de mayo, según los poetas. Salimos de Arahal a las siete; toda la posada estuvo en la puerta para despedirnos. Proseguimos nuestro viaje atravesando una fértil campiña de resplandeciente verdura, pero que en verano, terminadas las faenas de la cosecha y ya la tierra parda y reseca, debía ofrecer un aspecto monótono y solitario, puesto que en aquella jornada no se vieron ni casa ni personas. La mayoría de la gente se agrupa en las aldeas o en torno a las fortalezas levantadas sobre las colinas, que dan la impresión de que estas fértiles llanuras están expuestas todavía a las incursiones de los moros.
At noon we came to where there was a group of trees, beside a brook in a rich meadow. Here we alighted to make our midday meal. It was really a luxurious spot, among wild flowers and aromatic herbs, with birds singing around us. Knowing the scanty larders of Spanish inns, and the houseless tracts we might have to traverse, we had taken care to have the alforjas of our squire well stocked with cold provisions, and his bota, or leathern bottle, which might hold a gallon, filled to the neck with choice Valdepenas wine. As we depended more upon these for our well-being than even his trabuco, we exhorted him to be more attentive in keeping them well charged; and I must do him the justice to say that his namesake, the trencher-loving Sancho Panza, was never a more provident purveyor. Though the alforjas and the bota were frequently and vigorously assailed throughout the journey, they had a wonderful power of repletion, our vigilant squire sacking every thing that remained from our repasts at the inns, to supply these junketings by the road-side, which were his delight.  Llegamos a mediodía a un grupo de árboles situado en las márgenes de un arroyuelo que se desliza por una rica pradera. En este sitio descabalgamos para comer. Era, en verdad, un delicioso paraje, entre flores silvestres y hierbas aromáticas y poblado de pájaros cantores, el que se agitaba a nuestro alrededor. Conocedores, como éramos, de la escasez de víveres en la despensa de las posadas españolas y de los lugares deshabitados que teníamos que atravesar, adoptamos la sana precaución de abarrotar de provisiones frías las alforjas de nuestro escudero, así como su bota, que tenían la capacidad de un galón*, llena hasta el cuello de un exquisito vino de Valdepeñas ** Dado que nuestro bienestar dependía más de ellas que del trabuco de Sancho, encargamos a éste que tuviese muy buen cuidado de que se encontraran siempre provistas en abundancia; y. debo en justicia decir que, como su homónimo el glotón Sancho Panza, nunca hubo un despensero más previsor. Aunque asaltábamos con frecuencia alforja y bota, tenían, éstas, sin embargo, la extraña virtud de rellenarse, pues nuestro vigilante criado metía en el saco todo el sobrante de lo que comíamos en las posadas. De esta manera colaboraba con nosotros y participaba de nuestra comida, que hacía sus delicias durante todo el viaje.
On the present occasion he spread quite a sumptuous variety of remnants on the green-sward before us, graced with an excellent ham brought from Seville; then, taking his seat at a little distance, he solaced himself with what remained in the alforjas. A visit or two to the bota made him as merry and chirruping as a grasshopper filled with dew. On my comparing his contents of the alforjas to Sancho’s skimming of the flesh-pots at the wedding of Camacho, I found he was well versed in the history of Don Quixote, but, like many of the common people of Spain, firmly believed it to be a true history.  En esta ocasión, puso en el césped, delante de nosotros, una completa y espléndida variedad de manjares sobrantes, amén de un excelente jamón adquirido en Sevilla; y entonces, sentado cerca de nosotros, gozó con fruición de lo que todavía quedaba en las alforjas. Varias visitas que hizo a la bota lo pusieron tan alegre y cantarín como un saltamontes en el rocío de la mañana. Cuando comparé su alegría delante de las alforjas con la que experimentó Sancho ante las espumosas ollas, en las bodas de Camacho, comprobé que estaba muy versado en la historia de Don Quijote. Como la mayor parte de la gente sencilla de España, creía firmemente que aquélla era verdadera historia.
“All that happened a long time ago, senor, ” said he, with an inquiring look.  --¿Hace mucho tiempo que ocurrió eso?--me preguntó con mirada interrogante.
“A very long time, ” I replied.  --Sí, hace mucho tiempo--le contesté.
“I dare say more than a thousand years ” —still looking dubiously.  --¿Más de mil años, quizá?--dijo; y había indecisión en su mirada.
“I dare say not less. ”  --Eso por lo menos.
The squire was satisfied. Nothing pleased the simple-hearted varlet more than my comparing him to the renowned Sancho for devotion to the trencher, and he called himself by no other name throughout the journey.  El escudero quedó satisfecho. Nada agradaba tanto a este criado tan sencillo como el que yo le comparase, dada su afición a los placeres de la mesa, con el famoso Sancho; y no le llamamos por otro nombre durante el viaje.
Our repast being finished, we spread our cloaks on the green-sward under the tree, and took a luxurious siesta in the Spanish fashion. The clouding up of the weather, however, warned us to depart, and a harsh wind sprang up from the southeast. Towards five o’clock we arrived at Osuna, a town of fifteen thousand inhabitants, situated on the side of a hill, with a church and a ruined castle. The posada was outside of the walls; it had a cheerless look. The evening being cold, the inhabitants were crowded round a brasero in a chimney corner; and the hostess was a dry old woman, who looked like a mummy. Every one eyed us askance as we entered, as Spaniards are apt to regard strangers; a cheery, respectful salutation on our part, caballeroing them and touching our sombreros, set Spanish pride at ease; and when we took our seat among them, lit our cigars, and passed the cigar-box round among them, our victory was complete. I have never known a Spaniard, whatever his rank or condition, who would suffer himself to be outdone in courtesy; and to the common Spaniard the present of a cigar (puro) is irresistible. Care, however, must be taken never to offer him a present with an air of superiority and condescension; he is too much of a caballero to receive favors at the cost of his dignity.  Terminada la comida, extendimos nuestras capas sobre el césped, debajo de un árbol, y echamos la siesta según es costumbre en España. Pero como amenazase lluvia, nos dispusimos a partir cuando comenzaba a soplar un fuerte viento del Sudeste. A eso de las cinco, llegamos a Osuna, ciudad de quince mi] habitantes, situada en la falda de una montaña, con iglesia y las ruinas de un castillo. La posada se encontraba fuera de sus murallas y ofrecía un lúgubre aspecto. La tarde se presentaba fría; los moradores de la casa estaban reunidos en torno al brasero, en un rincón de la chimenea. La mesonera era una mujer vieja y seca como una momia. Al entrar en la estancia, todos los reunidos nos miraron recelosamente, como acostumbran los españoles a mirar a los extranjeros. Un saludo por nuestra parte, respetuoso y amable, llevándonos la mano al sombrero en señal de deferencia, tranquilizó el orgullo español; y cuando nos sentamos con ellos, pasamos la petaca por la reunión y encendimos nuestros cigarros, nuestra victoria era completa. Nunca conocí a ningún español, sea cual fuere su clase o condición, que tolere el ser superado en cortesía por otro; y para el español corriente el regalo de un cigarro puro es irresistible. A pesar de todo, hay que procurar no ofrecerle nunca nada con aire de superioridad o condescendencia: él es demasiado caballero para aceptar obsequios a costa de su dignidad.
Leaving Osuna at an early hour the next morning, we entered the sierra or range of mountains. The road wound through picturesque scenery, but lonely; and a cross here and there by the road side, the sign of a murder, showed that we were now coming among the “robber haunts. ” This wild and intricate country, with its silent plains and valleys intersected by mountains, has ever been famous for banditti. It was here that Omar Ibn Hassan, a robber-chief among the Moslems, held ruthless sway in the ninth century, disputing dominion even with the caliphs of Cordova. This too was a part of the regions so often ravaged during the reign of Ferdinand and Isabella by Ali Atar, the old Moorish alcayde of Loxa, father-in-law of Boabdil, so that it was called Ali Atar’s garden, and here “Jose Maria, ” famous in Spanish brigand story, had his favorite lurking places.  Salimos de Osuna a primera hora de la mañana siguiente y nos internamos en la sierra. El camino que tomamos serpenteaba a través de un pintoresco pero solitario paraje; alguna cruz, señal de asesinato, a uno y otro lado de la senda, advertía que nos aproximábamos a las guaridas de los bandoleros. Este intrincado y agreste lugar, con sus mudas llanuras y sus valles cortados por montañas, ha sido siempre famoso por sus bandidos. ]Fue aquí donde Omar Ibn Hassan *, capitán de ladrones musulmán, ejerció un cruel poderío en el siglo IX, e incluso disputó su dominio con los califas de Córdoba. También fue ésta una de las regiones saqueadas constantemente, durante el reinado de Fernando e Isabel, por Aliatar, viejo alcaide moro de Loja, suegro de Boaddil; por este motivo fue llamado el jardín de Aliatar. Aquí, en fin, José María, famoso en la historia del bandolerismo español, tuvo uno de sus escondrijos favoritos.
In the course of the day we passed through Fuente la Piedra near a little salt lake of the same name, a beautiful sheet of water, reflecting like a mirror the distant mountains. We now came in sight of Antiquera, that old city of warlike reputation, lying in the lap of the great sierra which runs through Andalusia. A noble vega spread out before it, a picture of mild fertility set in a frame of rocky mountains. Crossing a gentle river we approached the city between hedges and gardens, in which nightingales were pouring forth their evening song. About nightfall we arrived at the gates. Every thing in this venerable city has a decidedly Spanish stamp. It lies too much out of the frequented track of foreign travel to have its old usages trampled out. Here I observed old men still wearing the montero, or ancient hunting cap, once common throughout Spain; while the young men wore the little round-crowned hat, with brim turned up all round, like a cup turned down in its saucer, while the brim was set off with little black tufts like cockades. The women, too, were all in mantillas and basquinas. The fashions of Paris had not reached Antiquera.  En el curso del día pasamos por Fuente la Piedra **, junto a la laguna salada del mismo nombre; bella extensión de agua, que reflejaba como un espejo las lejanas montañas. Dimos vista a Antequera, la vieja ciudad de fama guerrera, situada en la fal]da de la gran sierra que atraviesa Andalucía. Ante ella se extiende una hermosa vega, fértil campiña incrustada en un marco de rocosas montañas. Atravesando un manso río, nos aproximamos a la ciudad por un paraje poblado de setos y jardines, donde los ruiseñores entonaban sus cantos vespertinos. Al anochecer llegamos a las puertas de la población. Todo tiene en esta venerable ciudad un marcado acento español. Se encuentra situada fuera de la ruta que frecuenta el turista extranjero, y esto explica que no se hayan perdido sus viejas costumbres. Observé en ella que los viejos llevan todavía la montera, antigua gorra de caza muy corriente en otro tiempo en España, en tanto que los jóvenes utilizan un sombrerillo de copa redonda con el ala vuelta, como una taza puesta al revés sobre el platillo, y que tenía los filos adornados con pequeñas borlas negras a manera de escarapelas. En cuanto a las mujeres, todas usan mantillas y basquiñas. Las modas de Paris no habían llegado a Antequera.
Pursuing our course through a spacious street, we put up at the posada of San Fernando. As Antiquera, though a considerable city, is, as I observed, somewhat out of the track of travel, I had anticipated bad quarters and poor fare at the inn. I was agreeably disappointed, therefore, by a supper table amply supplied, and what were still more acceptable, good clean rooms and comfortable beds. Our man, Sancho, felt himself as well off as his namesake, when he had the run of the duke’s kitchen, and let me know, as I retired for the night, that it had been a proud time for the alforjas.  Seguimos nuestra ruta por una espaciosa calle y nos paramos en la posada de San Fernando. Como Antequera, según dije, es importante ciudad, pero alejada de la ruta de viaje, supuse que íbamos a encontrar mal alojamiento y comida en la posada. Recibí, pues, una grata sorpresa cuando me hallé frente a una bien provista mesa y, lo que más grato aún, con una habitación limpia y aseada y un confortable lecho. Nuestro buen Sanch9 se encontró tan bien servido como su homónimo cuando tuvo a su disposición la cocina del Duque, y me dijo al retirarnos que aquél había sido un buen día para las alforjas.
Early in the morning (May 4th) I strolled to the ruins of the old Moorish castle, which itself had been reared on the ruins of a Roman fortress. Here, taking my seat on the remains of a crumbling tower, I enjoyed a grand and varied landscape, beautiful in itself, and full of storied and romantic associations; for I was now in the very heart of the country famous for the chivalrous contests between Moor and Christian. Below me, in its lap of hills, lay the old warrior city so often mentioned in chronicle and ballad. Out of yon gate and down yon hill paraded the band of Spanish cavaliers, of highest rank and bravest bearing, to make that foray during the war and conquest of Granada, which ended in the lamentable massacre among the mountains of Malaga, and laid all Andalusia in mourning. Beyond spread out the vega, covered with gardens and orchards and fields of grain and enamelled meadows, inferior only to the famous vega of Granada. To the right the Rock of the Lovers stretched like a cragged promontory into the plain, whence the daughter of the Moorish alcayde and her lover, when closely pursued, threw themselves in despair.  A la mañana siguiente, muy temprano--era el cuatro de mayo--di un paseo por las ruinas del viejo castillo moro, construido sobre los restos de una fortaleza romana. Allí, sentado junto a una desmoronada torre, gocé de un amplio y variado paisaje, que, además de bello, estaba cargado de recuerdos históricos. Me hallaba en el verdadero corazón de la comarca, famoso por las caballerescas contiendas entre moros y cristianos. A mis pies, sobre su regazo de colinas, descansaba la vieja ciudad guerrera que con tanta frecuencia se cita en crónicas y romances. Fuera de aquel portillo y al pie de la colina, cabalgaron aquellos caballeros del más alto linaje y fiero aspecto, que hacían correrías en los tiempos de la guerra y conquista de Granada, terminada con una matanza horrible en las montañas de Málaga, que llenó de luto a toda Andalucía*. Más lejos se extendía la Vega, poblada de huertas y jardines, con sus campos de mieses y esmaltadas praderas, inferior tan sólo a la famosa vega de Granada. A la derecha, el Peñón de los Enamorados, tendido sobre la llanura como un áspero promontorio, desde donde la bija del alcaide moro y su amante, al verse estrechamente perseguidos, se arrojaron desesperados.
The matin peal from church and convent below me rang sweetly in the morning air, as I descended. The market-place was beginning to throng with the populace, who traffic in the abundant produce of the vega; for this is the mart of an agricultural region. In the market-place were abundance of freshly plucked roses for sale; for not a dame or damsel of Andalusia thinks her gala dress complete without a rose shining like a gem among her raven tresses.  Cuando descendía, sonaron dulcemente en el aire de la mañana las campanas de las iglesias y conventos. Comenzaba la plaza del mercado a llenarse de gente que trafica con los abundantes productos de la vega, pues éste es el comercio de una región agrícola. Había gran abundancia de frescas rosas recién cogidas; ni una sola dama o damisela andaluza cree completo su vestido de gala sin que la rosa luzca como una perla entre sus negras trenzas.
On returning to the inn I found our man Sancho, in high gossip with the landlord and two or three of his hangers-on. He had just been telling some marvellous story about Seville, which mine host seemed piqued to match with one equally marvellous about Antiquera. There was once a fountain, he said, in one of the public squares called La Fuente del Toro, the fountain of the bull, because the water gushed from the mouth of a bull’s head, carved of stone. Underneath the head was inscribed:
EN FRENTE DEL TORO
SE HALLEN TESORO.
(In front of the bull there is treasure.)
 Al regresar a la posada me encontré a Sancho en animada conversación con el posadero y dos o tres colegas suyos. Acababa de contar una maravillosa historia de Sevilla; que mi posadero se esforzaba en superar con otra, también maravillosa, de Antequera. --Había una vez--decía--una fuente de una plaza pública; se llamaba la Fuente del Toro, porque el agua salía por la boca de una cabeza de toro hecha de piedra. Debajo de ella se leía esta inscripción:
En frente del toro
se halla un tesoro.
Many digged in front of the fountain, but lost their labor and found no money. At last one knowing fellow construed the motto a different way. It is in the forehead (frente) of the bull that the treasure is to be found, said he to himself, and I am the man to find it. Accordingly he came late at night, with a mallet, and knocked the head to pieces; and what do you think he found?  Muchos cavaron frente a la fuente, pero en vano, porque no hallaron nada. Por fin, uno que se las daba de entendido descifró el enigma: «En la frente del toro--se dijo--es donde esta el tesoro, y soy yo quien lo va a encontrar.» Y así, avanzada la noche, vino con un martillo e hizo la cabeza mil pedazos. Y ¿qué creéis que encontró?
“Plenty of gold and diamonds! ” cried Sancho eagerly.  --¡Un montón de oro y diamantes!--gritó Sancho, vehemente.
“He found nothing, ” rejoined mine host dryly; “and he ruined the fountain. ”  --No encontró nada--dijo el hostelero con frialdad--y destrozó la fuente.
Here a great laugh was set up by the landlord’s hangers-on; who considered Sancho completely taken in by what I presume was one of mine host’s standing jokes.  Los amigos del posadero reventaban de risa, burlándose de Sancho, con lo que me figuro que era una de las bromas favoritas de mi patrón.
Leaving Antiquera at eight O’clock, we had a delightful ride along the little river, and by gardens and orchards, fragrant with the odors of spring and vocal with the nightingale. Our road passed round the Rock of the Lovers (el Penon de los Enamorados), which rose in a precipice above us. In the course of the morning we passed through Archidona, situated in the breast of a high hill, with a three-pointed mountain towering above it, and the ruins of a Moorish fortress. It was a great toil to ascend a steep stony street leading up into the city, although it bore the encouraging name of Calle Real del Llano (the Royal Street of the Plain), but it was still a greater toil to descend from this mountain city on the other side.  Salimos de Antequera a las ocho. Fue una deliciosa jornada, a lo largo de un riachuelo por entre fragantes huertos y jardines con olores de primavera y trinos armoniosos de ruiseñores. Nuestra ruta rodeaba el Peñón de los Enamorados, que se alzaba sobre un precipicio, encima de nuestras cabezas. Aquella mañana atravesamos Archidona, emplazada en la ladera de una elevada colina, en la que destacan las ruinas de una fortaleza árabe y un cerro de tres picos. Fue para nosotros muy penoso el subir por una empedrada calle de pronunciada pendiente que conducía a la ciudad, aunque lleve el animoso nombre de Calle Real del Llano; pero fue más arduo todavía el descenso desde esta ciudad, entre cerros, a la ladera opuesta.
At noon we halted in sight of Archidona, in a pleasant little meadow among hills covered with olive-trees. Our cloaks were spread on the grass, under an elm by the side of a bubbling rivulet; our horses were tethered where they might crop the herbage, and Sancho was told to produce his alforjas. He had been unusually silent this morning ever since the laugh raised at his expense, but now his countenance brightened, and he produced his alforjas with an air of triumph. They contained the contributions of four days’ journeying, but had been signally enriched by the foraging of the previous evening in the plenteous inn at Antiquera; and this seemed to furnish him with a set-off to the banter of mine host.
EN FRENTE DEL TORO
SE HALLEN TESORO
 Al mediodía nos detuvimos a la vista de Archidona, situada en una pequeña pero agradable pradera entre colinas cubiertas de olivos. Tendimos las capas sobre la hierba, debajo de un olmo, en las márgenes de un arroyuelo de aguas bulliciosas; atamos nuestros caballos donde pudiesen pacer a gusto y ordenamos a Sancho que vaciara las alforjas. Había permanecido toda la mañana en un silencio desusado, desde que se rieron de él, pero ahora se le iluminó el semblante y trajo las alforjas con aire de triunfo. Contenían las raciones de cuatro días de viaje, y se hablan enriquecido bastante con las provisiones de la noche anterior en la bien surtida posada de Antequera; esto parecía ofrecerle una compensación a las bromas del posadero.
Enfrente del toro
se halla un tesoro
would he exclaim, with a chuckling laugh, as he drew forth the heterogeneous contents one by one, in a series which seemed to have no end. First came forth a shoulder of roasted kid, very little the worse for wear; then an entire partridge; then a great morsel of salted codfish wrapped in paper; then the residue of a ham; then the half of a pullet, together with several rolls of bread, and a rabble rout of oranges, figs, raisins, and walnuts. His bota also had been recruited with some excellent wine of Malaga. At every fresh apparition from his larder, he would enjoy our ludicrous surprise, throwing himself back on the grass, shouting with laughter, and exclaiming “Frente del toro!—frente del toro! Ah, senores, they thought Sancho a simpleton at Antiquera; but Sancho knew where to find the tesoro. ”  --exclamó con risa burlona, mientras sacaba el heterogéneo contenido, uno a uno, en una serie que parecía no acabar nunca. Sacó en primer lugar un pernil de cabrito asado, casi intacto; luego, una perdiz entera; más tarde, un buen trozo de bacalao envuelto en un papel, los restos de un jamón y media gallina; junto con esto, un montón de naranjas, higos, pasas y nueces. Su bota también estaba llena de un excelente vino de Málaga. A cada nueva aparición de su despensa, gozaba el hombre ante nuestro cómico asombro y se tumbaba de espaldas en la hierba, riendo a carcajadas y exclamando: --¡Enfrente del toro! ¡Enfrente del toro! ¡Ah, señores, se creían en Antequera que Sancho es tonto; pero Sancho supo dónde encontrar el tesoro!
While we were diverting ourselves with his simple drollery, a solitary beggar approached, who had almost the look of a pilgrim. He had a venerable gray beard, and was evidently very old, supporting himself on a staff, yet age had not bowed him down; he was tall and erect, and had the wreck of a fine form. He wore a round Andalusian hat, a sheep-skin jacket, and leathern breeches, gaiters, and sandals. His dress, though old and patched, was decent, his demeanor manly, and he addressed us with the grave courtesy that is to be remarked in the lowest Spaniard. We were in a favorable mood for such a visitor; and in a freak of capricious charity gave him some silver, a loaf of fine wheaten bread, and a goblet of our choice wine of Malaga. He received them thankfully, but without any grovelling tribute of gratitude. Tasting the wine, he held it up to the light, with a slight beam of surprise in his eye, then quaffing it off at a draught, “It is many years, ” said he, “since I have tasted such wine. It is a cordial to an old man’s heart. ” Then, looking at the beautiful wheaten loaf, “Bendito sea tal pan! ” “Blessed be such bread! ” So saying, he put it in his wallet. We urged him to eat it on the spot. “No, senores, ” replied he, “the wine I had either to drink or leave; but the bread I may take home to share with my family. ”  Mientras que nos divertíamos con sus ingenuidades, se nos acercó un mendigo que casi ofrecía el aspecto de un peregrino. Tenía una venerable barba gris y, por las trazas, era muy viejo; pero aunque se apoyaba en un cayado, todavía no estaba encorvado por los años. Era alto y erguido y mostraba las ruinas de una elegante figura. Llevaba un redondo sombrero andaluz, una zamarra y pantalones de cuero, e iba calzado con abarcas. Su traje, aunque viejo y remendado, era decente, y su aspecto, viril. Se dirigió a nosotros con esa grave cortesía que se encuentra hasta en el español más humilde. Nos sentimos favorablemente inclinados hacia visitante tal; y con impulsiva generosidad le dimos unas monedas, una hogaza de sabroso pan de trigo y un vaso de nuestro exquisito vino de Málaga. Lo recibió con gratitud, pero sin que le acompañase ningún servil ademán. Al probar el vino, lo miró al trasluz con un asomo de sorpresa en sus ojos; luego, se lo bebió de un trago. --Hace muchos años--dijo----que no he probado un vino así. Es reconfortante para el corazón de un viejo. --Después, contemplando la hermosa hogaza de pan, añadió--: ¡Bendito sea tal pan/--y lo guardó en su zurrón. Le insistimos para que se lo comiera allí. --No, señores--replicó-. El vino, sí, porque tenía que beberlo o dejarlo; pero el pan me lo puedo llevar a mi casa para compartirlo con mi familia.
Our man Sancho sought our eye, and reading permission there, gave the old man some of the ample fragments of our repast, on condition, however, that he should sit down and make a meal.  Sancho nos interrogó con la mirada, y al leer en ella nuestra aprobación, entregó al viejo una parte considerable de nuestra comida, aunque con la condición de que tenía que sentarse y comer allí mismo.
He accordingly took his seat at some little distance from us, and began to eat slowly, and with a sobriety and decorum that would have become a hidalgo. There was altogether a measured manner and a quiet self-possession about the old man, that made me think that he had seen better days; his language too, though simple, had occasionally something picturesque and almost poetical in the phraseology. I set him down for some broken-down cavalier. I was mistaken; it was nothing but the innate courtesy of a Spaniard, and the poetical turn of thought and language often to be found in the lowest classes of this clear-witted people. For fifty years, he told us, he had been a shepherd, but now he was out of employ and destitute. “When I was a young man, ” said he, “nothing could harm or trouble me; I was always well, always gay; but now I am seventy-nine years of age, and a beggar, and my heart begins to fail me. ”  Y así fue; sentóse a cierta distancia de nosotros y comenzó a comer pausadamente, con la sobriedad y el decoro propios de un hidalgo. Había en aquel anciano tal mesura y tan sereno domino de si mismo, que me hizo pensar si no habría conocido días mejores; hasta en su lenguaje, aunque sencillo, había algo de pintoresco y poético. Supuse que era algún arruinado caballero; pero me equivocaba. Aquella su actitud no era sino la innata cortesía de un español, y sus poéticos giros de lenguaje y pensamiento se encuentran con frecuencia en todos los habitantes de este pueblo de aguda inteligencia, incluso en los tipos de la más ínfima clase social. Nos dijo que había sido pastor durante cincuenta años, pero que ahora se encontraba sin colocación y, por consiguiente, necesitado. --Cuando era joven--añadió-nada me preocupaba ni me hacia daño; siempre me encontraba bien de salud, siempre alegre; pero ya tengo setenta y nueve años, soy pobre, y el corazón empieza a fallarme.
Still he was not a regular mendicant: it was not until recently that want had driven him to this degradation; and he gave a touching picture of the struggle between hunger and pride, when abject destitution first came upon him. He was returning from Malaga without money; he had not tasted food for some time, and was crossing one of the great plains of Spain, where there were but few habitations. When almost dead with hunger, he applied at the door of a venta or country inn. “Perdon usted por Dios, hermano! ” ( ” Excuse us, brother, for God’s sake! ” ) was the reply—the usual mode in Spain of refusing a beggar.  No era todavía mendigo profesional, porque hacía muy poco que la necesidad le había obligado a esta condición. Hizo una conmovedora pintura de la lucha que se entabló entre su orgullo y el hambre cuando por vez primera se apoderó de él la más negra miseria. Volvía de Málaga sin dinero; no había comido nada desde hacía algún tiempo y, por añadidura, cruzaba una de las más extensas llanuras de España, que apenas si tenía viviendas. Cuando medio muerto de hambre llamó en una venta, «Perdone usted por Dios, hermano», le contestaron; que es la fórmula corriente en España cuando se quiere denegar la petición de un pordiosero.
“I turned away, ” said he, “with shame greater than my hunger, for my heart was yet too proud. I came to a river with high banks, and deep, rapid current, and felt tempted to throw myself in: ‘What should such an old, worthless, wretched man as I live for?’ But when I was on the brink of the current, I thought on the blessed Virgin, and turned away. I travelled on until I saw a country-seat at a little distance from the road, and entered the outer gate of the court-yard. The door was shut, but there were two young senoras at a window. I approached and begged. ‘Perdon usted por Dios, hermano!’—and the window closed.  --Me alejé--siguió diciendo--con más vergüenza que hambre, porque todavía queda mucho orgullo en mi corazón. Llegué a un río de márgenes elevadas y de profunda e impetuosa corriente, y poco faltó para arrojarme a él. «Un viejo desgraciado e inútil como yo--me dije--no tiene por qué vivir.» Pero cuando me vi al borde de la corriente, me acordé de la Santísima Virgen y me alejé. Anduve hasta que divisé un cortijo a poca distancia del camino, y entré en su patio exterior. La puerta estaba cerrada, pero vi a dos señoras jóvenes asomadas en una ventana. Me acerqué e imploré: «Perdone usted por Dios, hermano», y cerraron.
“I crept out of the court-yard, but hunger overcame me, and my heart gave way: I thought my hour at hand, so I laid myself down at the gate, commended myself to the Holy Virgin, and covered my head to die. In a little while afterwards the master of the house came home. Seeing me lying at his gate, he uncovered my head, had pity on my gray hairs, took me into his house, and gave me food. So, senores, you see that one should always put confidence in the protection of the Virgin. ”  Salí del patio arrastrándome; el hambre me rindió y desfalleció mi corazón. Creí llegada mi última hora; me tendí en la puerta, me encomendé a la Santísima Virgen y me cubrí la cabeza para morir. Al rato llegó el dueño del cortijo que regresaba a su hogar, y al yerme tumbado en su puerta, descubrió mi cabeza, tuvo compasión de mis canas y me llevó dentro, donde me dio de comer. Porque, señores, nuestra confianza debe ponerse siempre en la protección de la Virgen.
The old man was on his way to his native place, Archidona, which was in full view on its steep and rugged mountain. He pointed to the ruins of its castle. “That castle, ” he said, “was inhabited by a Moorish king at the time of the wars of Granada. Queen Isabella invaded it with a great army; but the king looked down from his castle among the clouds, and laughed her to scorn! Upon this the Virgin appeared to the queen, and guided her and her army up a mysterious path in the mountains, which had never before been known. When the Moor saw her coming, he was astonished, and springing with his horse from a precipice, was dashed to pieces! The marks of his horse’s hoofs, ” said the old man, “are to be seen in the margin of the rock to this day. And see, senores, yonder is the road by which the queen and her army mounted: you see it like a ribbon up the mountain’s side; but the miracle is, that, though it can be seen at a distance, when you come near it disappears! ”  El anciano se dirigía a Archidona, su pueblo de origen, que divisaba muy bien desde allí, situado en su escarpada y rocosa colina. Nos señaló las ruinas de su castillo y dijo: --Ese castillo fue habitado por un rey en tiempos de la guerra de Granada. La reina Isabel le puso sitio con un gran ejército; pero el rey moro lo miraba desde su castillo entre nubes y se sonreía desdeñosamente. En esto se apareció la Virgen a la reina y la guió con su ejército por una misteriosa vereda de la montaña, desconocida hasta entonces. Cuando el rey la vio aproximarse, quedó atónito; se arrojó con su caballo por un precipicio y murió destrozado. Las huellas de los cascos de su caballo--continuó el anciano--se pueden ver marcadas en la roca desde aquel día. Y vean, señores; allá se contempla el camino por donde la reina y sus ejércitos subieron; parece una cinta que asciende por la ladera del monte; pero el milagro es que, aunque puede verse a distancia, desaparece cuando uno se acerca.
The ideal road to which he pointed was undoubtedly a sandy ravine of the mountain, which looked narrow and defined at a distance, but became broad and indistinct on an approach.  El sendero ideal que señalaba era, indudablemente, un arenoso barranco de la montaña, que parecía estrecho y perfilado a distancia, pero que al aproximarse uno se ensanchaba y desaparecía.
As the old man’s heart warmed with wine and wassail, he went on to tell us a story of the buried treasure left under the castle by the Moorish king. His own house was next to the foundations of the castle. The curate and notary dreamed three times of the treasure, and went to work at the place pointed out in their dreams. His own son-in-law heard the sound of their pickaxes and spades at night. What they found nobody knows; they became suddenly rich, but kept their own secret. Thus the old man had once been next door to fortune, but was doomed never to get under the same roof.  Cuando el viejo reconfortó su ánimo con el vino y la Comida, comenzó a contarnos la historia de un tesoro enterrado bajo el castillo por el rey moro. Su propia casa se encontraba junto a los cimientos. El cura y el notario habían soñado tres noches seguidas con aquel tesoro, e incluso habían cavado en el sitio que señalaban sus sueños; el propio yerno del viejo oyó una noche ruido de picos y palas. Lo que se encontraron se ignora; sí consta que de pronto se vieron ricos, aunque guardaron su secreto. Así fue como tuvo el anciano una vez la fortuna al alcance de sus manos, pero estaba condenado sin duda a no poder disfrutar de ella.
I have remarked that the stories of treasure buried by the Moors, so popular throughout Spain, are most current among the poorest people. Kind nature consoles with shadows for the lack of substantials. The thirsty man dreams of fountains and running streams, the hungry man of banquets, and the poor man of heaps of hidden gold: nothing certainly is more opulent than the imagination of a beggar.  He observado que las historias de tesoros escondidos por los moros, tan populares en España, son cosa muy corriente entre las personas humildes. La Naturaleza, bondadosa, consuela con las sombras de la fantasía la carencia de realidades. El sediento sueña con el dulce murmullo de las fuentes y los ríos; el hambriento, con suntuosos banquetes, y el pobre, con montones de oro escondido, porque no hay en verdad nada tan rico como la imaginación de un pobre.
Our afternoon’s ride took us through a steep and rugged defile of the mountains, called Puerto del Rey, the Pass of the King; being one of the great passes into the territories of Granada, and the one by which King Ferdinand conducted his army. Towards sunset the road, winding round a hill, brought us in sight of the famous little frontier city of Loxa, which repulsed Ferdinand from its walls. Its Arabic name implies “guardian, ” and such it was to the vega of Granada, being one of its advanced guards. It was the strong-hold of that fiery veteran, old Ali Atar, father-in-law of Boabdil; and here it was that the latter collected his troops, and sallied forth on that disastrous foray which ended in the death of the old alcayde and his own captivity. From its commanding position at the gate, as it were, of this mountain pass, Loxa has not unaptly been termed the key of Granada. It is wildly picturesque; built along the face of an arid mountain. The ruins of a Moorish alcazar or citadel crown a rocky mound which rises out of the centre of the town. The river Xenil washes its base, winding among rocks, and groves, and gardens, and meadows, and crossed by a Moorish bridge. Above the city all is savage and sterile, below is the richest vegetation and the freshest verdure. A similar contrast is presented by the river; above the bridge it is placid and grassy, reflecting groves and gardens; below it is rapid, noisy and tumultuous. The Sierra Nevada, the royal mountains of Granada, crowned with perpetual snow, form the distant boundary to this varied landscape; one of the most characteristic of romantic Spain.  Nuestra jornada de aquella tarde nos llevó por un pendiente y escarpado desfiladero de la montaña, llamado Puerto del Rey, uno de los grandes pasos que dan entrada al territorio de Granada y por el que el rey Fernando condujo en cierta ocasión sus ejércitos. A la caída del sol, el sendero que rodeaba una colina nos puso a la vista de la famosa y pequeña ciudad fronteriza de Loja, que rechazó desde sus murallas al rey Fernando. Su nombre árabe quiere decir custodia o protectora, porque lo fue de la vega de Granada, como uno de sus vigías avanzados. Era el baluarte de aquel feroz guerrero, el viejo Aliatar, suegro de Boabdil; y fue allí donde agrupó a su gente y salió a una desastrosa correría que terminó con el cautiverio y muerte del viejo alcaide. Loja ha sido llamada, con razón, la llave de Granada, dada su privilegiada posición en las mismas puertas, por decirlo así, de este desfiladero. Muy agreste y pintoresca, está edificada en la falda de una árida montaña. Las ruinas de un alcázar coronan un montículo rocoso que se alza en el centro de la ciudad. La baña el río Genil, que serpentea entre rocas y arboledas, prados y jardines, y que está cruzado por un puente morisco. Todo se ofrece bravío y estéril por encima de la ciudad, aunque de exuberante vegetación y fresca verdura en su zona baja. El río ofrece un contraste parecido; más allá del puente todo es plácido, fértil y poblado de setos y arboledas; más acá, ruidoso y turbulento. Sierra Nevada, regias montañas de Granada coronadas de nieves perpetuas, forma el límite lejano de este variado paisaje, uno de los más característicos de la romántica España.
Alighting at the entrance of the city, we gave our horses to Sancho to lead them to the inn, while we strolled about to enjoy the singular beauty of the environs. As we crossed the bridge to a fine alameda, or public walk, the bells tolled the hour of oration. At the sound the wayfarers, whether on business or pleasure, paused, took off their hats, crossed themselves, and repeated their evening prayer—a pious custom still rigidly observed in retired parts of Spain. Altogether it was a solemn and beautiful evening scene, and we wandered on as the evening gradually closed, and the new moon began to glitter between the high elms of the alameda.  Nos apeamos a las puertas de la ciudad y encargamos a Sancho que llevase nuestros caballos a la posada, en tanto dábamos una vuelta para gozar de la peregrina belleza del contorno. Cuando cruzábamos el puente en dirección a una hermosa alameda, dieron las campanas el toque de oración. Al oírlas, los transeuntes, ya sea por obligación o por complacencia, se descubrían y santiguaban, rezando la oración de la tarde, piadosa costumbre que todavía se conserva en los más apartados rincones de España. Todo ello formaba al atardecer un espectáculo bello y solemne. Paseábamos en tanto que la tarde se iba poco a poco y la luna comenzaba a brillar entre los olmos de la alameda.
We were roused from this quiet state of enjoyment by the voice of our trusty squire hailing us from a distance. He came up to us, out of breath. “Ah, senores, ” cried he, “el pobre Sancho no es nada sin Don Quixote. ” ( ” Ah, senores, poor Sancho is nothing without Don Quixote. ” ) He had been alarmed at our not coming to the inn; Loxa was such a wild mountain place, full of contrabandistas, enchanters, and infiernos; he did not well know what might have happened, and set out to seek us, inquiring after us of every person he met, until he traced us across the bridge, and, to his great joy, caught sight of us strolling in the alameda.  La voz de nuestro fiel escudero, que nos llamaba a distancia, nos sacó de este apacible estado de felicidad. Llegó sin aliento a donde estábamos. --¡Ah, señores!--exclamó----. El pobre Sancho no es nada sin Don Quijote. El hombre se había alarmado al ver que no llegábamos a la posada; le constaba que Loja era un agreste lugar montañoso, lleno de contrabandistas, hechiceros e infiernos *, y como ignoraba lo que pudiera haber sucedido, salió en nuestra busca, preguntando por nosotros a todo el que topaba, hasta que supo que habíamos cruzado el puente y, con la natural alegría, nos había divisado paseando por la alameda.
The inn to which he conducted us was called the Corona, or Crown, and we found it quite in keeping with the character of the place, the inhabitants of which seem still to retain the bold, fiery spirit of the olden time. The hostess was a young and handsome Andalusian widow, whose trim basquina of black silk, fringed with bugles, set off the play of a graceful form and round pliant limbs. Her step was firm and elastic; her dark eye was full of fire, and the coquetry of her air, and varied ornaments of her person, showed that she was accustomed to be admired.  La posada a que nos llevó se llamaba de la Corona, muy en consonancia, según comprobamos, con el aspecto del lugar, cuyos habitantes parecen conservar aún el fiero y resuelto espíritu de los pasados tiempos. La posadera era una joven y bella viuda andaluza, cuya adornada basquiña, de seda negra con flecos 'le abalorios, hacía resaltar los encantos de su airoso cuerpo y de sus torneadas y flexibles piernas. Su andar era firme y elástico, y llenos de fuego sus negros ojos. La coquetería de su movimiento y los adornos varios de su persona mostraban que le era muy familiar el ser admirada.
She was well matched by a brother, nearly about her own age; they were perfect models of the Andalusian majo and maja. He was tall, vigorous, and well-formed, with a clear olive complexion, a dark beaming eye, and curling chestnut whiskers that met under his chin. He was gallantly dressed in a short green velvet jacket, fitted to his shape, profusely decorated with silver buttons, with a white handkerchief in each pocket. He had breeches of the same, with rows of buttons from the hips to the knees; a pink silk handkerchief round his neck, gathered through a ring, on the bosom of a neatly-plaited shirt; a sash round the waist to match; bottinas, or spatterdashes, of the finest russet leather, elegantly worked, and open at the calf to show his stockings and russet shoes, setting off a well-shaped foot.  Buena pareja con ella hacía su hermano, casi de su misma edad, y los dos, modelos acabados de majo y maja andaluces. El era alto; vigoroso y bien formado, de tez aceitunada, ojos negros y vivos y rizadas patillas de color castaño que se juntaban bajo la barbilla. Iba airosamente vestido con chaquetilla corta de terciopelo verde ajustada a su cuerpo, muy adornada de botones de plata y un blanco pañuelo en cada bolsillo. Sus calzones, de la misma tela, llevaban una fila de botones desde las caderas hasta las rodillas; tenía asimismo un pañuelo de seda roja entorno a su garganta, recogido con un cintillo sobre la pechera ¿e su camisa, cortada con esmero, y haciendo juego, una faja en la cintura; botines del más fino cuero bermejo, finamente trabajado, abiertos por las pantorrillas para enseñar las medias, y zapatos encarnados que daban realce a su bien formado pie.
As he was standing at the door, a horseman rode up and entered into low and earnest conversation with him. He was dressed in a similar style, and almost with equal finery—a man about thirty, square-built, with strong Roman features, handsome, though slightly pitted with the small-pox; with a free, bold, and somewhat daring air. His powerful black horse was decorated with tassels and fanciful trappings, and a couple of broad-mouthed blunderbusses hung behind the saddle. He had the air of one of those contrabandistas I have seen in the mountains of Ronda, and evidently had a good understanding with the brother of mine hostess; nay, if I mistake not, he was a favored admirer of the widow. In fact, the whole inn and its inmates had something of a contrabandista aspect, and a blunderbuss stood in a corner beside the guitar. The horseman I have mentioned passed his evening in the posada, and sang several bold mountain romances with great spirit. As we were at supper, two poor Asturians put in in distress, begging food and a night’s lodging. They had been waylaid by robbers as they came from a fair among the mountains, robbed of a horse, which carried all their stock in trade, stripped of their money, and most of their apparel, beaten for having offered resistance, and left almost naked in the road. My companion, with a prompt generosity natural to him, ordered them a supper and a bed, and gave them a sum of money to help them forward towards their home.  Mientras permanecía en la puerta, llegó un jinete que entabló una seria conversación con él, en voz baja. Vestía de un modo parecido y casi con el mismo primor. Era un hombre de unos treinta años, de buena contextura, vigorosas facciones romanas, de cierta hermosura viril, aunque ligeramente picado de viruelas, de ademanes desenvueltos y de atrevida audacia. Su brioso caballo negro iba adornado con borlas y caprichosos arreos y llevaba colgados un par de trabucos detrás de la silla. Parecía uno de aquellos contrabandistas que había visto en la Serranía de Ronda, y por las trazas, estaba en buena armonía con el hermano de mi posadera. Es más: sí no me equivoco era el pretendiente predilecto de la viuda. Toda la posada y sus ocupantes tenían cierto aspecto contrabandista y en un rincón se veía un trabuco al lado de una guitarra. El mencionado jinete pasó la noche en la posada y cantó con buen estilo algunos atrevidos romances de la montaña. Estábamos cenando cuando entraron dos infelices asturianos que con plañidero tono pidieron comida y cama por una noche. Al volver de una feria habían sido asaltados por los bandidos de la montaña, que les hablan robado el caballo con todas las mercancías propias de su oficio, junto con el dinero. Como habían opuesto alguna resistencia, les destrozaron las ropas, dejándoles en el camino casi desnudos. Mi compañero de viaje, con la espontánea generosidad que le caracteriza, encargó que les preparasen cena y cama, y les dio, además, el dinero suficiente para proseguir el viaje hasta su lugar.
As the evening advanced, the dramatis personae thickened. A large man, about sixty years of age, of powerful frame, came strolling in, to gossip with mine hostess. He was dressed in the ordinary Andalusian costume, but had a huge sabre tucked under his arm, wore large moustaches, and had something of a lofty swaggering air. Every one seemed to regard him with great deference.  A medida que la noche avanzaba, las dramatis personae iban aumentando. Un grueso individuo de unos sesenta años de edad y de fuerte contextura, entró con paso cansino y se puso a charlar con mi mesonera. Vestía el traje andaluz corriente y llevaba un enorme sable bajo el brazo; lucía grandes mostachos y ofrecía en todo un aire altivo y fanfarrón. Todos parecían mirarle con gran deferencia.
Our man Sancho whispered to us that he was Don Ventura Rodriguez, the hero and champion of Loxa, famous for his prowess and the strength of his arm. In the time of the French invasion he surprised six troopers who were asleep: he first secured their horses, then attacked them with his sabre, killed some, and took the rest prisoners. For this exploit the king allows him a peseta (the fifth of a duro, or dollar) per day, and has dignified him with the title of Don.  Sancho nos murmuró al oído que era don Ventura Rodríguez, héroe y campeón de Loja, famoso por sus hazañas y por el vigor de su brazo. En tiempos de la invasión francesa sorprendió a seis soldados que dormían; primero trabó sus caballos, y después los acometió con su sable, matando a unos y haciendo prisioneros a los restantes. Por esa hazaña le concedió el rey una peseta* diaria y le honró con el título de Don.
I was amused to behold his swelling language and demeanor. He was evidently a thorough Andalusian, boastful as brave. His sabre was always in his hand or under his arm. He carries it always about with him as a child does her doll, calls it his Santa Teresa, and says, “When I draw it, the earth trembles ” ( ” tiembla la tierra ” ).  Me divertía oír su ampuloso lenguaje y contemplar su tipo. Era, ciertamente, modelo de perfecto andaluz, bravo y fanfarrón. Llevaba siempre el sable en su mano o bajo el brazo, y no lo soltaba nunca, lo mismo que una niña con su muñeca. Lo llamaba su Santa Teresa y decía: --Cuando lo saco, tiembla la tierra.
I sat until a late hour listening to the varied themes of this motley group, who mingled together with the unreserve of a Spanish posada. We had contrabandista songs, stories of robbers, guerilla exploits, and Moorish legends. The last were from our handsome landlady, who gave a poetical account of the infiernos, or infernal regions of Loxa, dark caverns, in which subterranean streams and waterfalls make a mysterious sound. The common people say that there are money-coiners shut up there from the time of the Moors, and that the Moorish kings kept their treasures in those caverns.  Estuve sentado allí hasta muy tarde, oyendo los varios temas de conversación de aquel pintoresco grupo, en el que todos estaban mezclados, con esa típica campechanía que reina en las posadas españolas. Oímos romances de contrabandistas, historias de ladrones, así como hazañas de guerrilla y leyendas moriscas. Una de éstas la refirió nuestra bella mesonera, que hizo un poético relato de los infiernos de Loja: oscuras cavernas donde las corrientes de agua y las cascadas producen un ruido misterioso y donde, según el vulgo, hay riquezas escondidas desde aquellos tiempos en que los reyes moros guardaron en ellas sus tesoros.
I retired to bed with my imagination excited by all that I had seen and heard in this old warrior city. Scarce had I fallen asleep when I was aroused by a horrid din and uproar, that might have confounded the hero of La Mancha himself whose experience of Spanish inns was a continual uproar. It seemed for a moment as if the Moors were once more breaking into the town, or the infiernos of which mine hostess talked had broken loose. I sallied forth half dressed to reconnoiter. It was nothing more nor less than a charivari to celebrate the nuptials of an old man with a buxom damsel. Wishing him joy of his bride and his serenade, I returned to my more quiet bed, and slept soundly until morning.  Me fui a la cama con la imaginación excitada por todo lo que había visto y oído en esta vieja ciudad llena de bélicos recuerdos. Apenas me había dormido cuando me despertaron un estrépito y algarabía horribles, que hubieran turbado al mismo héroe de la Mancha, cuya estancia en las posadas españolas ocasionaba un continuo alboroto. Dio la impresión, por el momento, de que los moros habían penetrado una vez más en la ciudad, o que se hubiesen derrumbado los infiernos de que mi posadera había hablado. Salí a medio vestir a enterarme de lo sucedido. Era, ni más ni menos, una cencerrada para celebrar el enlace de un viejo con una rolliza damisela. Deseándole que disfrutase de su novia y de aquella serenata, me volví a mi pacífico lecho y dormí de un tirón hasta la mañana siguiente.
While dressing, I amused myself in reconnoitering the populace from my window. There were groups of fine-looking young men in the trim fanciful Andalusian costume, with brown cloaks, thrown about them in true Spanish style, which cannot be imitated, and little round majo hats stuck on with a peculiar knowing air. They had the same galliard look which I have remarked among the dandy mountaineers of Ronda. Indeed, all this part of Andalusia abounds with such game-looking characters. They loiter about the towns and villages, seem to have plenty of time and plenty of money: “horse to ride and weapon to wear. ” Great gossips; great smokers; apt at touching the guitar, singing couplets to their maja belles, and famous dancers of the bolero. Throughout all Spain the men, however poor, have a gentleman-like abundance of leisure, seeming to consider it the attribute of a true cavaliero never to be in a hurry; but the Andalusians are gay as well as leisurely, and have none of the squalid accompaniments of idleness. The adventurous contraband trade which prevails throughout these mountain regions, and along the maritime borders of Andalusia, is doubtless at the bottom of this galliard character.  En tanto que me vestía, me distraje contemplando desde mi ventana el ir y venir de la gente del lugar. Había grupos de jóvenes de buena presencia, vestidos con el típico traje andaluz de caprichosos adornos, pardas capas terciadas, según la auténtica e inimitable costumbre española, y su redondo sombrero majo que les prestaba un aire muy peculiar. Ofrecían la misma gallarda presencia que había observado en los presumidos montañeses de Ronda. Efectivamente, toda esta parte de Andalucía es pródiga en estos tipos tan pintorescos que vagan ociosos por pueblos y ciudades, sobrados, según parece, de tiempo y dinero; «les basta un caballo que montar y un arma que llevar». Muy locuaces, grandes fumadores, tocan hábilmente la guitarra, dan serenatas a su bella maja y bailan muy bien el bolero. Por toda España, los hombres, aunque sean de condición humilde, tienen un concepto un poco caballeresco de la ociosidad; creen, al parecer, que el no tener prisa jamás es atributo del verdadero caballero. En cuanto a los andaluces, son tan ociosos como alegres, y debido a esto últimos, nunca sufren las tristes consecuencias de la haraganería. Indudablemente, el origen de esta manera de ser se encuentra en el atrevido comercio de contrabando que abunda en esta montañosa región, a todo lo largo del litoral de Andalucía.
In contrast to the costume of these groups was that of two long-legged Valencians conducting a donkey, laden with articles of merchandise, their musket slung crosswise over his back ready for action. They wore round jackets (jalecos), wide linen bragas or drawers scarce reaching to the knees and looking like kilts, red fajas or sashes swathed tightly round their waists, sandals of espartal or bass weed, colored kerchiefs round their heads somewhat in the style of turbans but leaving the top of the head uncovered; in short, their whole appearance having much of the traditional Moorish stamp.  Contrastaba con el atuendo de estos grupos, el de dos zanquilargos valencianos que llevaban un borriquillo cargado de mercancías, con sus mosquetes al hombro, prontos a la acción. Usaban chalecos redondos, anchas bragas de hilo que apenas les llegaban hasta las rodillas, semejantes a faldillas escocesas, rojas fajas muy ceñidas a la cintura, abarcas de esparto y vistosos pañuelos en torno a la cabeza, a modo de turbante, aunque dejando al descubierto la coronilla. Ofrecían, en suma, el aspecto de una tradicional estampa morisca.
On leaving Loxa we were joined by a cavalier, well mounted and well armed, and followed on foot by an escopetero or musketeer. He saluted us courteously, and soon let us into his quality. He was chief of the customs, or rather, I should suppose, chief of an armed company whose business it is to patrol the roads and look out for contrabandistas. The escopetero was one of his guards. In the course of our morning’s ride I drew from him some particulars concerning the smugglers, who have risen to be a kind of mongrel chivalry in Spain. They come into Andalusia, he said, from various parts, but especially from La Mancha, sometimes to receive goods, to be smuggled on an appointed night across the line at the plaza or strand of Gibraltar, sometimes to meet a vessel, which is to hover on a given night off a certain part of the coast. They keep together and travel in the night. In the daytime they lie quiet in barrancos, gullies of the mountains or lonely farm-houses; where they are generally well received, as they make the family liberal presents of their smuggled wares. Indeed, much of the finery and trinkets worn by the wives and daughters of the mountain hamlets and farm-houses are presents from the gay and open-handed contrabandistas.  Al salir de Loja se nos agregó un caballero, bien montado y armado, seguido a pie por un escopetero. Nos saludó cortésmente y pronto nos dio a conocer su clase y condición. Era el jefe de aduanas, o, dicho de otro modo, el jefe de una compañía armada que tiene la misión de patrullar por los caminos a la busca y captura de los contrabandistas. El escopetero era uno de sus guardianes. En el curso de nuestra jornada de aquella mañana, me dio a conocer algunos datos respecto a los contrabandistas, que han llegado a constituir en España una especie de caballería mixta. Nos dijo que venían a Andalucía de diferentes puntos, en especial de la Mancha; unas veces, para recibir el género que será más tarde introducido de contrabando por la aduana de la plaza de Gibraltar, una noche previamente fijada; y otras, para salir al encuentro de un barco que los aguarda, en noche también elegida, frente a cierto lugar de la costa. Se ayudan mutuamente y siempre su trabajo es nocturno. De día descansan tranquilamente en los barrancos o en algún cortijo solitario. Aquí son bien recibidos, por lo general, ya que suelen hacer generosos regalos a la gente del cortijo, a base de las mercancías del contrabando. Y así, muchos de los adornos y baratijas que llevan las mujeres, esposas e hijas, de las aldeas y cortijos de la montaña, son regalos de los alegres y generosos contrabandistas.
Arrived at the part of the coast where a vessel is to meet them, they look out at night from some rocky point or headland. If they descry a sail near the shore they make a concerted signal; sometimes it consists in suddenly displaying a lantern three times from beneath the folds of a cloak. If the signal is answered, they descend to the shore and prepare for quick work. The vessel runs close in; all her boats are busy landing the smuggled goods, made up into snug packages for transportation on horseback. These are hastily thrown on the beach, as hastily gathered up and packed on the horses, and then the contrabandistas clatter off to the mountains. They travel by the roughest, wildest, and most solitary roads, where it is almost fruitless to pursue them. The custom-house guards do not attempt it: they take a different course. When they hear of one of these bands returning full freighted through the mountains, they go out in force, sometimes twelve infantry and eight horsemen, and take their station where the mountain defile opens into the plain. The infantry, who lie in ambush some distance within the defile, suffer the band to pass, then rise and fire upon them. The contrabandistas dash forward, but are met in front by the horsemen. A wild skirmish ensues. The contrabandistas, if hard pressed, become desperate. Some dismount, use their horses as breast-works, and fire over their backs; others cut the cords, let the packs fall off to delay the enemy, and endeavor to escape with their steeds. Some get off in this way with the loss of their packages; some are taken, horses, packages, and all; others abandon every thing, and make their escape by scrambling up the mountains. “And then, ” cried Sancho, who had been listening with a greedy ear, “se hacen ladrones legitimos ” —and then they become legitimate robbers. constantia;"> Cuando han llegado a la parte de la costa señalada para que el barco salga a su encuentro, buscan entonces alguna punta o promontorio rocosos. Si divisan una vela cerca de la orilla, hacen la señal convenida; ésta consiste con frecuencia en alum brar tres veces con una linterna que ocultan bajo los pliegues de sus capas. Si la señal es contestada, descienden a la costa y se entregan con rapidez al trabajo. El barco se aproxima protegido por la oscuridad; todos los botes se apresuran a desembarcar las mercancías, que son preparadas en cómodos fardos para su transporte a los lomos de los caballos. Las arrojan rápidamente a la playa y son cargadas a toda prisa en las caballerías. Luego, los contrabandistas se internan en lo intrincado del monte. Avanzan por caminos escabrosos y solitarios, por lo que es poco menos que inútil el seguirlos; los de aduanas ni lo intentan, sino que, por el contrario, toman camino distinto. Cuando llega a su conocimiento que una de estas partidas regresa con su buen cargamento a través de la sierra, se destaca una fuerza que en ocasiones se compone de doce hombres a pie y ocho jinetes, y se colocan en la entrada de un desfiladero abierto a la llanura. Los de a pie, emboscados a cierta distancia, pero dentro del desfiladero, dejan que pasen y luego abren fuego contra ellos. Prosiguen adelante los contrabandistas, pero entonces se encuentran frente a los jinetes. Surge así una feroz escaramuza. Si la situación es muy apurada, los contrabandistas se ven perdidos. Algunos descabalgan y, usando sus caballos como parapeto, disparan por encima de sus lomos; otros cortan las cuerdas que sujetan los fardos, dejándolos caer con el propósito de obstaculizar a sus enemigos e intentar después darse a la fuga en sus rápidos corceles. Los hay que consiguen huir, aunque pierdan sus fardos; muchos son capturados con todo, caballos y mercancía, y otros, en fin, abandonan todas las cosas y logran escapar trepando como gatos por las montañas. -Y entonces--exclamó Sancho, que había estado escuchando con gran atención, se hacen ladrones legítimos.
I could not help laughing at Sancho’s idea of a legitimate calling of the kind; but the chief of customs told me it was really the case that the smugglers, when thus reduced to extremity, thought they had a kind of right to take the road, and lay travellers under contribution, until they had collected funds enough to mount and equip themselves in contrabandista style.  No pude por menos que reírme ante la ocurrencia de Sancho de que existiese tal clase como profesión legítima; pero el jefe de adunas me dijo que se daba, en efecto, el caso de que los contrabandistas, al verse acorralados así, se creían en el legítimo derecho de salir a los caminos e imponer al viajero una contribución, hasta que reúnen los fondos necesarios para prepararse y equiparse al estilo contrabandista.
Towards noon our wayfaring companion took leave of us and turned up a steep defile, followed by his escopetero; and shortly afterwards we emerged from the mountains, and entered upon the far famed Vega of Granada.  Hacia el mediodía se despidió de nosotros nuestro compañero de viaje y bajó por un pronunciado desfiladero, seguido de su escopetero; poco después salíamos de entre los montes y entrábamos en la famosa vega de Granada.
Our last mid-day’s repast was taken under a grove of olive-trees on the border of a rivulet. We were in a classical neighborhood; for not far off were the groves and orchards of the Soto de Roma. This, according to fabulous tradition, was a retreat founded by Count Julian to console his daughter Florinda. It was a rural resort of the Moorish kings of Granada, and has in modern times been granted to the Duke of Wellington.  Hicimos nuestra última comida de mediodía bajo unos olivos que había a orillas de un riachuelo. Nos encontrábamos en un paraje clásico, ya que no lejos de nosotros se alzaban las alamedas y huertos del Soto de Roma. Era, según nos dice una fabulosa tradición, un lugar de retiro creado por el conde Don Julián para que sirviese de consuelo a su hija *. Fue aquél una finca campestre de los reyes moros de Granada, y en la actualidad pertenece al duque de Wellington.
Our worthy squire made a half melancholy face as he drew forth, for the last time, the contents of his alforjas, lamenting that our expedition was drawing to a close, for, with such cavaliers, he said, he could travel to the world’s end. Our repast, however, was a gay one; made under such delightful auspices. The day was without a cloud. The heat of the sun was tempered by cool breezes from the mountains. Before us extended the glorious Vega. In the distance was romantic Granada surmounted by the ruddy towers of the Alhambra, while far above it the snowy summits of the Sierra Nevada shone like silver.  El semblante de nuestro buen escudero ofrecía melancólico aspecto cuando extrajo por última vez el contenido de sus alforjas. Se lamentaba de que nuestra excursión tocase a su fin, pues, según dijo, sería capaz de ir hasta el fin del mundo en compañía de tales caballeros. Nuestro refrigerio resultó alegre y hecho bajo buenos auspicios. El cielo brillaba sin una nube. La fresca brisa de la montaña templaba el calor del sol. Ante nosotros se extendía, magnífica, la Vega. Allá a lo lejos, la romántica Granada, coronada por las rojizas torres de la Alhambra; mientras por encima de ella refulgían como la plata las nevadas cumbres de Sierra Nevada.
Our repast finished, we spread our cloaks and took our last siesta al fresco, lulled by the humming of bees among the flowers and the notes of doves among the olive-trees. When the sultry hours were passed we resumed our journey. After a time we overtook a pursy little man, shaped not unlike a toad and mounted on a mule. He fell into conversation with Sancho, and finding we were strangers, undertook to guide us to a good posada. He was an escribano (notary), he said, and knew the city as thoroughly as his own pocket. “Ah Dios, senores! what a city you are going to see. Such streets! such squares! such palaces! and then the women—ah Santa Maria purisima—what women! ” “But the posada you talk of, ” said I; “are you sure it is a good one? ”  Terminada la comida, tendimos nuestras capas y echamos nuestra última siesta, al fresco, arrullados por los zumbidos de las abejas entre las flores y el murmullo de las palomas en los olivos. Cuando pasaron las horas de bochorno, proseguimos nuestra ruta. Al rato, alcanzamos a un obeso hombrecillo que parecía un sapo montado en una muía. Comenzó a conversar con Sancho, y al saber que éramos extranjeros, se ofreció a guiamos a una buena posada. Nos dijo que era escribano y que conocía la ciudad tan bien como sus propios bolsillos. -- ¡Ah, Dios, señores! ¡Qué ciudad van a ver ustedes! ¡Qué calles! ¡Qué plazas! ¡Qué palacios! Y si son las mujeres... ¡Ah, Santa María Purísima, qué mujeres! --¿Y está usted seguro--dije yo--de que es buena esa posada que dice?
“Good! Santa Maria! the best in Granada. Salones grandes—camas de luxo—colchones de pluma (grand saloons—luxurious sleeping rooms—beds of down). Ah, senores, you will fare like King Chico in the Alhambra. ”  --¿Buena? ¡Santa María! La mejor de Granada. Salones grandes, camas de lujo, colchones de plumas. ¡Ah, señores, comerán como el Rey Chico de la Alhambra!
“And how will my horses fare? ” cried Sancho.  --¿Y cómo comerán mis caballos?--preguntó Sancho.
“Like King Chico’s horses. Chocolate con leche y bollos para almuerza ” ( ” chocolate and milk with sugar cakes for breakfast ” ), giving the squire a knowing wink and a leer.  ---Como los caballos del Rey Chico. Chocolate con leche y bollos para almuerzo--dijo, mirando de soslayo a nuestro escudero y guiñándole.
After such satisfactory accounts nothing more was to be desired on that head. So we rode quietly on, the squab little notary taking the lead, and turning to us every moment with some fresh exclamation about the grandeurs of Granada and the famous times we were to have at the posada.  Ante unos informes tan satisfactorios nada más había que pedir sobre el particular; así que cabalgamos tranquilos con el pequeño y regordete escribano delante de nosotros, el cual volvía a cada paso su cabeza y lanzaba nuevos elogios a las bellezas de Granada y a lo bien que íbamos a pasarlo en la posada.
Thus escorted, we passed between hedges of aloes and Indian figs, and through that wilderness of gardens with which the Vega is embroidered, and arrived about sunset at the gates of the city. Our officious little conductor conveyed us up one street and down another, until he rode into the courtyard of an inn where he appeared to be perfectly at home. Summoning the landlord by his Christian name, he committed us to his care as two caballeros de mucho valor, worthy of his best apartments and most sumptuous fare. We were instantly reminded of the patronizing stranger who introduced Gil Blas with such a flourish of trumpets to the host and hostess of the inn at Pennaflor, ordering trouts for his supper, and eating voraciously at his expense. “You know not what you possess, ” cried he to the innkeeper and his wife. “You have a treasure in your house. Behold in this young gentleman the eighth wonder of the world—nothing in this house is too good for Senor Gil Blas of Santillane, who deserves to be entertained like a prince. ”  Así escoltados, pasamos entre unos setos de pitas y chumberas y por entre los numerosos jardines que pueblan la vega. Llegamos al ponerse el sol a las puertas de la ciudad. Nuestro amable guía nos hizo subir por una calle y bajar por otra, hasta penetrar en una posada en donde, por la apariencia, andaba como por su propia casa. Llamó al posadero por su nombre de pila y nos recomendó como dos caballeros de mucho valor, dignos del mejor aposento y de la más espléndida comida. Nos acordamos al instante de aquel extraño protector que presentó a Gil Blas, con un idéntico preludio de alabanzas, al hostelero y hostelera del mesón de Peñaflor*. Cuando pidió truchas para su cena, les decía mientras comía vorazmente: --No sabéis a quién habéis recibido. Tenéis un tesoro en vuestra casa. Este joven caballero es la octava maravilla del mundo, y nada de lo que hay en esta posada es demasiado bueno para el señor Gil Blas de Santillana, digno de ser tratado como un príncipe.
Determined that the little notary should not eat trouts at our expense, like his prototype of Pennaflor, we forbore to ask him to supper; nor had we reason to reproach ourselves with ingratitude; for we found before morning the little varlet, who was no doubt a good friend of the landlord, had decoyed us into one of the shabbiest posadas in Granada.  Decididos a que aquel pequeño escribano no comiese truchas a costa de nuestro bolsillo, como le ocurrió a su colega de Peñaflor, le impedimos que pidiese cena; no tuvimos por qué tacharnos de ingratos, pues comprobamos, antes que llegase la mañana, que aquel tipo nos había atraído con engaños a una de las posadas más zarrapastrosas de Granada.


Palace of the Alhambra



El Palacio de la Alhambra

TO THE traveller imbued with a feeling for the historical and poetical, so inseparably intertwined in the annals of romantic Spain, the Alhambra is as much an object of devotion as is the Caaba to all true Moslems. How many legends and traditions, true and fabulous; how many songs and ballads, Arabian and Spanish, of love and war and chivalry, are associated with this oriental pile! It was the royal abode of the Moorish kings, where, surrounded with the splendors and refinements of Asiatic luxury, they held dominion over what they vaunted as a terrestrial paradise, and made their last stand for empire in Spain. The royal palace forms but a part of a fortress, the walls of which, studded with towers, stretch irregularly round the whole crest of a hill, a spur of the Sierra Nevada or Snowy Mountains, and overlook the city; externally it is a rude congregation of towers and battlements, with no regularity of plan nor grace of architecture, and giving little promise of the grace and beauty which prevail within.  Para el viajero imbuido de sentimiento por lo histórico y lo poético, tan inseparablemente unidos en los anales de la romántica España, es la Alhambra objeto de devoción como lo es la Caaba para todos los creyentes musulmanes. ¡Cuántas leyendas y tradiciones, ciertas o fabulosas; cuántas canciones y baladas, árabes y españolas, de amor, de guerra y de lides caballerescas, van unidas a este palacio oriental! Fue la regia morada de los monarcas moros, donde, rodeados del esplendor y refinamiento típicos del lujo asiático, ejercían su dominio sobre lo que ellos consideraban un paraíso terrestre y del que hicieron último baluarte de su imperio en España. El palacio real forma parte de una fortaleza cuyas murallas coronadas de torres se extienden irregularmente en torno a la cumbre de una colina, estribación de Sierra Nevada y atalaya de la ciudad. Contemplada por fuera, es una tosca agrupación de torres y almenas, sin regularidad de planta ni elegancia arquitectónica, que apenas da una idea de la gracia y belleza que reinan en su interior.
In the time of the Moors the fortress was capable of containing within its outward precincts an army of forty thousand men, and served occasionally as a strong-hold of the sovereigns against their rebellious subjects. After the kingdom had passed into the hands of the Christians, the Alhambra continued to be a royal demesne, and was occasionally inhabited by the Castilian monarchs. The emperor Charles V commenced a sumptuous palace within its walls, but was deterred from completing it by repeated shocks of earthquakes. The last royal residents were Philip V and his beautiful queen, Elizabetta of Parma, early in the eighteenth century. Great preparations were made for their reception. The palace and gardens were placed in a state of repair, and a new suite of apartments erected, and decorated by artists brought from Italy. The sojourn of the sovereigns was transient, and after their departure the palace once more became desolate. Still the place was maintained with some military state. The governor held it immediately from the crown, its jurisdiction extended down into the suburbs of the city, and was independent of the captain-general of Granada. A considerable garrison was kept up, the governor had his apartments in the front of the old Moorish palace, and never descended into Granada without some military parade. The fortress, in fact, was a little town of itself, having several streets of houses within its walls, together with a Franciscan convent and a parochial church.  En tiempos de los moros, la fortaleza era capaz de albergar dentro de su recinto un ejército de cuarenta mil hombres, y en ocasiones fue utilizada como refugio y defensa de los soberanos contra sus súbditos rebeldes. Cuando el reino pasó a manos cristianas, continuó siendo la Alhambra patrimonio real y habitada algunas veces por los monarcas castellanos. El emperador Carlos V comenzó a construir un suntuoso palacio en el recinto de sus murallas, pero las continuas sacudidas de tierra impidieron su terminación *. Sus últimos reales huéspedes fueron Felipe V y su bella esposa, la reina Isabel de Parma, al comienzo del siglo XVIII. Para recibirlos se hicieron grandes preparativos. Palacio y jardines fueron restaurados, y se construyó una nueva serie de aposentos que decoraron artistas traídos de Italia. La estancia de los reyes fue transitoria y cuando partieron quedó otra vez desierto el palacio. No obstante, el recinto amurallado estaba sujeto a cierta disciplina militar. El gobernador lo había conseguido de los reyes; su jurisdicción se extendía hasta los arrabales de la ciudad e independiente de la del capitán general de Granada. Mantenía una considerable guarnición; el gobernador se alojaba frente al viejo palacio moro y nunca bajaba a la ciudad sin que le acompañase una escolta de soldados. Porque, efectivamente, era la fortaleza, por si misma, una pequeña ciudad con varias calles y casas en el recinto de sus murallas, además de un convento de franciscanos y una iglesia parroquial.
The desertion of the court, however, was a fatal blow to the Alhambra. Its beautiful halls became desolate, and some of them fell to ruin; the gardens were destroyed, and the fountains ceased to play. By degrees the dwellings became filled with a loose and lawless population; contrabandistas, who availed themselves of its independent jurisdiction to carry on a wide and daring course of smuggling, and thieves and rogues of all sorts, who made this their place of refuge whence they might depredate upon Granada and its vicinity. The strong arm of government at length interfered; the whole community was thoroughly sifted; none were suffered to remain but such as were of honest character, and had legitimate right to a residence; the greater part of the houses were demolished and a mere hamlet left, with the parochial church and the Franciscan convent. During the recent troubles in Spain, when Granada was in the hands of the French, the Alhambra was garrisoned by their troops, and the palace was occasionally inhabited by the French commander. With that enlightened taste which has ever distinguished the French nation in their conquests, this monument of Moorish elegance and grandeur was rescued from the absolute ruin and desolation that were overwhelming it. The roofs were repaired, the saloons and galleries protected from the weather, the gardens cultivated, the watercourses restored, the fountains once more made to throw up their sparkling showers; and Spain may thank her invaders for having preserved to her the most beautiful and interesting of her historical monuments.  Sin embargo, la retirada de la Corte fue un golpe fatal para la Alhambra. Sus bellos salones quedaron desiertos y algunos de ellos en ruinas; se destrozaron los jardines y dejaron de correr las fuentes. Poco a poco se llenaron las viviendas de gentes desaprensivas y desordenadas; contrabandistas que se aprovechaban de su jurisdicción independiente para realizar un tráfico de contrabando, peligroso y atrevido, y pícaros ladrones de toda clase, que hicieron de la Alhambra un refugio desde donde poder operar sobre Granada y sus cercanías. El fuerte brazo de la justicia intervino al fin; se investigó la comunidad entera, de pies a cabeza; sólo se autorizó la permanencia a los que eran de honrada condición o tenían legítimo derecho de residencia; la mayor parte de las casas fueron demolidas y no se dejó sino un pequeño barrio con el convento franciscano y la parroquia. Cuando Granada estuvo en manos de los franceses, durante los recientes trastornos en España, fue la Alhambra guarnecida *La verdadera causa de la suspensión de las obras del palacio fue la sublevación de los moriscos, pues estos, a cambio de ciertas libertades, daban 80.000 ducados anuales que se destinaban a la construcción de este edificio. (N. del T.) por sus tropas y habitado algún tiempo el palacio por el comandante francés. Con ese exquisito gusto que ha distinguido siempre en sus conquistas a los franceses, este elegante monumento del esplendor moro fue salvado de la completa ruina y desolación que le amenazaba. Fueron reparados los tejados, protegidos del viento los salones y galerías, cultivados los jardines, restablecidas las conducciones de agua, y las fuentes volvieron a lanzar su lluvia de perlas. España debe agradecer a sus invasores el que hoy se conserve el más bello e interesante de sus monumentos históricos.
On the departure of the French they blew up several towers of the outer wall, and left the fortifications scarcely tenable. Since that time the military importance of the post is at an end. The garrison is a handful of invalid soldiers, whose principal duty is to guard some of the outer towers, which serve occasionally as a prison of state; and the governor, abandoning the lofty hill of the Alhambra, resides in the centre of Granada, for the more convenient dispatch of his official duties. I cannot conclude this brief notice of the state of the fortress without bearing testimony to the honorable exertions of its present commander, Don Francisco de Serna, who is tasking all the limited resources at his command to put the palace in a state of repair, and by his judicious precautions, has for some time arrested its too certain decay. Had his predecessors discharged the duties of their station with equal fidelity, the Alhambra might yet have remained in almost its pristine beauty: were government to second him with means equal to his zeal, this relic of it might still be preserved for many generations to adorn the land, and attract the curious and enlightened of every clime.  Los franceses, al retirarse, volaron algunas torres de la muralla exterior y apenas dejaron defendibles las fortificaciones. La importancia militar de aquella estratégica posición fue nula desde aquel momento. Su guarnición se compone en la actualidad de un puñado de soldados inválidos, que tienen como misión esencial la guarda de algunas torres exteriores, prisión del Estado alguna vez; el gobernador, que ha abandonado la elevada colina de la Alhambra, reside en el centro de Granada para despachar más cómodamente sus asuntos oficiales. No concluiré esta breve reseña sobre el estado de la fortaleza sin rendir el debido elogio a los laudables esfuerzos de su actual gobernador, don Francisco de Serna, quien está empleando los limitados recursos de que dispone para ir reparando el palacio, y con sus acertadas precauciones ha impedido su inminente ruina. Si sus predecesores hubieran cumplido los deberes de su cargo con igual esmero, la Alhambra podría haber permanecido casi en su prístina belleza; y si este gobierno le ayudara con medios iguales a su celo, este edificio podría conservarse aún como la joya de la nación, y atraería a los curiosos e inteligentes de todos los países durante largas generaciones.
Our first object of course, on the morning after our arrival, was a visit to this time-honored edifice; it has been so often, however, and so minutely described by travellers, that I shall not undertake to give a comprehensive and elaborate account of it, but merely occasional sketches of parts with the incidents and associations connected with them.  Fue por supuesto nuestro primer objetivo, a la mañana siguiente de nuestra llegada, visitar este edificio respetado por el tiempo, el cual tantas veces y tan minuciosamente ha sido descrito por los viajeros, que renuncio a una amplia reseña del mismo, limitándome a esbozar algunas de sus partes, junto con los incidentes y recuerdos de aquella primera visita.
Leaving our posada, and traversing the renowned square of the Vivarrambla, once the scene of Moorish jousts and tournaments, now a crowded market-place, we proceeded along the Zacatin, the main street of what, in the time of the Moors, was the Great Bazaar, and where small shops and narrow alleys still retain the oriental character. Crossing an open place in front of the palace of the captain-general, we ascended a confined and winding street, the name of which reminded us of the chivalric days of Granada. It is called the Calle or street of the Gomeres, from a Moorish family famous in chronicle and song. This street led up to the Puerta de las Granadas, a massive gateway of Grecian architecture, built by Charles V, forming the entrance to the domains of the Alhambra.  Salimos de nuestra posada y atravesamos la famosa plaza de Bibarrambla, lugar en otro tiempo de justas y torneos moriscos y hoy populoso mercado; seguimos por el Zacatín, importante calle que en tiempos moros fue Gran Bazar y que todavía conserva callejuelas y tiendecillas de sabor oriental. Cruzando una amplia plaza frente al palacio del capitán general, subimos por una estrecha y tortuosa calle, cuyo nombre me recordó los caballerescos días de Granada. Se llama calle de Gomeres, nombre de una familia mora célebre en crónicas y romances. Esta calle desemboca en la Puerta de las Granadas, maciza entrada de estilo griego, construida por Carlos V, que da acceso al recinto de la Alhambra.
At the gate were two or three ragged superannuated soldiers, dozing on a stone bench, the successors of the Zegris and the Abencerrages; while a tall, meagre varlet, whose rusty-brown cloak was evidently intended to conceal the ragged state of his nether garments, was lounging in the sunshine and gossiping with an ancient sentinel on duty. He joined us as we entered the gate, and offered his services to show us the fortress.  Al lado de la puerta había algunos andrajosos soldados veteranos, sucesores de los Zegríes y Abencerrajes, dormitando en un banco de piedra, en tanto que un alto y delgado individuo, con una raída capa parda que, sin duda, tenía por objeto ocultar el lamentable estado de sus ropas interiores, estaba tomando el sol, charlando con un viejo centinela de servicio. Al pasar la puerta, se acercó a nosotros y se ofreció a mostrarnos la fortaleza.
I have a traveller’s dislike to officious ciceroni, and did not altogether like the garb of the applicant.  Siento, como todo buen viajero, cierta aversión hacia estos oficiosos guías, y por añadidura no me convenció el aspecto de aquel solicitante.
“You are well acquainted with the place, I presume? ”  —Supongo que conocerá usted bien este sitio.
“Ninguno mas; pues senor, soy hijo de la Alhambra. ” —( ” Nobody better; in fact, sir, I am a son of the Alhambra! ” )  —Ninguno más; pues, señor, soy hijo de la Alhambra.
The common Spaniards have certainly a most poetical way of expressing themselves. “A son of the Alhambra! ” —the appellation caught me at once; the very tattered garb of my new acquaintance assumed a dignity in my eyes. It was emblematic of the fortunes of the place, and befitted the progeny of a ruin.  El español corriente posee, en verdad, un modo muy poético de expresión: « ¡Hijo de la Alhambra! » Este nombre me sorprendió, y el andrajoso aspecto de mi nuevo conocido adquirió incluso cierta dignidad para mí. Era como el símbolo de los destinos de aquel lugar y estaba de acuerdo con el linaje de sus ruinas.
I put some farther questions to him, and found that his title was legitimate. His family had lived in the fortress from generation to generation ever since the time of the conquest. His name was Mateo Ximenes. “Then, perhaps, ” said I, “you may be a descendant from the great Cardinal Ximenes? ” —“Dios sabe! God knows, senor! It may be so. We are the oldest family in the Alhambra—Cristianos viejos, old Christians, without any taint of Moor or Jew. I know we belong to some great family or other, but I forget whom. My father knows all about it: he has the coat-of-arms hanging up in his cottage, up in the fortress. ” —There is not any Spaniard, however poor, but has some claim to high pedigree. The first title of this ragged worthy, however, had completely captivated me, so I gladly accepted the services of the “son of the Alhambra. ”  Le hice algunas preguntas y comprobé que su titulo era legítimo. Su familia había vivido en la fortaleza, una generación tras otra, desde los tiempos de la conquista. Se llamaba Mateo Jiménez. —Entonces—le dije—, tal vez sea usted descendiente del gran cardenal Jiménez. —¡Dios sabe, señor! Es posible. Somos la familia más vieja de la Alhambra y cristianos viejos sin mancha de moros o judíos. Sí sé que pertenecemos a una noble familia, pero ignoro a cuál. Mi padre sí lo sabe; tiene colgado un escudo de armas en nuestra casa, allá arriba en la fortaleza. No he encontrado un español, por pobre que sea, que no tenga pretensiones de alta estirpe. Fue, sin embargo, el primer título de este harapiento ilustre el que me había cautivado por completo; y así acepté gustoso los servicios de aquel «hijo de la Alhambra».
We now found ourselves in a deep narrow ravine, filled with beautiful groves, with a steep avenue, and various footpaths winding through it, bordered with stone seats, and ornamented with fountains. To our left, we beheld the towers of the Alhambra beetling above us; to our right, on the opposite side of the ravine, we were equally dominated by rival towers on a rocky eminence. These, we were told, were the Torres Vermejos, or vermilion towers, so called from their ruddy hue. No one knows their origin. They are of a date much anterior to the Alhambra: some suppose them to have been built by the Romans; others, by some wandering colony of Phoenicians. Ascending the steep and shady avenue, we arrived at the foot of a huge square Moorish tower, forming a kind of barbican, through which passed the main entrance to the fortress. Within the barbican was another group of veteran invalids, one mounting guard at the portal, while the rest, wrapped in their tattered cloaks, slept on the stone benches. This portal is called the Gate of Justice, from the tribunal held within its porch during the Moslem domination, for the immediate trial of petty causes: a custom common to the oriental nations, and occasionally alluded to in the Sacred Scriptures. “Judge and officers shalt thou make thee in all thy gates, and they shall judge the people with just judgment. ”  Nos encontramos ahora en una profunda y estrecha cañada, poblada de elegante arbolado, con una pendiente alameda y algunos senderos en torno, bordeada de bancos y adornadas fuentes. A la izquierda, por encima de nosotros, divisamos las torres de la Alhambra; a la derecha, al lado opuesto de la hondonada, otras torres que se alzaban sobre una rocosa eminencia. Eran, según nos dijeron, las Torres Bermejas, así llamadas por su color rojizo; nadie conoce su origen y son de una época muy anterior a la Alhambra. Unos suponen que fueron construidas por los romanos; otros, por alguna errante colonia de fenicios. Subiendo por la empinada y sombría alameda, llegamos al pie de una gran torre morisca, cuadrada, a manera de barbacana, que es el principal acceso a la fortaleza. Junto a ella vimos otro grupo de veteranos inválidos, uno de ellos montando la guardia en la puerta, en tanto que los otros, envueltos en sus andrajosas capas, dormían en los bancos de piedra. Se llama esta entrada la Puerta de la Justicia, por el tribunal que se constituía bajo su pórtico en los días de la dominación musulmana para la vista inmediata de pequeñas causas; costumbre usual en los pueblos de Oriente, citada con frecuencia en las Sagradas Escrituras: «Pondrás jueces y escribanos en todas las puertas, y juzgarán a mi pueblo con justo juicio».
The great vestibule, or porch of the gate, is formed by an immense Arabian arch, of the horseshoe form, which springs to half the height of the tower. On the keystone of this arch is engraven a gigantic hand. Within the vestibule, on the keystone of the portal, is sculptured, in like manner, a gigantic key. Those who pretend to some knowledge of Mohammedan symbols, affirm that the hand is the emblem of doctrine; the five fingers designating the five principal commandments of the creed of Islam, fasting, pilgrimage, alms-giving, ablution, and war against infidels. The key, say they, is the emblem of the faith or of power; the key of Daoud or David, transmitted to the prophet. “And the key of the house of David will I lay upon his shoulder; so he shall open and none shall shut, and he shall shut and none shall open. ” (Isaiah xxii. 22.) The key we are told was emblazoned on the standard of the Moslems in opposition to the Christian emblem of the cross, when they subdued Spain or Andalusia. It betokened the conquering power invested in the prophet. “He that hath the key of David, he that openeth and no man shutteth; and shutteth and no man openeth. ” (Rev. iii. 7.)  El gran vestíbulo o pórtico de entrada está formado por un gran arco árabe, en forma de herradura, que sube hasta la mitad de la altura de la torre. En la clave de este arco hay grabada una gigantesca mano, y en la de la portada, dentro ya del vestíbulo, hay esculpida una gran llave. Los que se llaman conocedores de símbolos mahometanos aseguran que la mano es el emblema de la doctrina; los cinco dedos representan, según ellos, los cinco mandamientos principales de la fe islámica, esto es: ayuno, peregrinación, limosna, ablución y guerra contra los infieles. La llave, afirman, es el emblema de la fe o del poder; la llave de Daoud o David transmitida al Profeta: «Y pondré sobre tus hombros la llave de la casa de David, y abrirá y nadie cerrará, y cerrará y nadie abrirá» (Is., XXII, 22). También nos dijeron que esta llave fue esmaltada de brillantes colores, a la usanza árabe, en oposición al símbolo cristiano de la cruz, en aquellos días en que eran dueños de España o Andalucía. Representaba el poder de conquista de que estaba investido el Profeta: «El que tiene la llave de David, el que abre, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre» (Apoc., III, 7).
A different explanation of these emblems, however, was given by the legitimate son of the Alhambra, and one more in unison with the notions of the common people, who attach something of mystery and magic to every thing Moorish, and have all kind of superstitions connected with this old Moslem fortress. According to Mateo, it was a tradition handed down from the oldest inhabitants, and which he had from his father and grandfather, that the hand and key were magical devices on which the fate of the Alhambra depended. The Moorish king who built it was a great magician, or, as some believed, had sold himself to the devil, and had laid the whole fortress under a magic spell. By this means it had remained standing for several hundred years, in defiance of storms and earthquakes, while almost all other buildings of the Moors had fallen to ruin, and disappeared. This spell, the tradition went on to say, would last until the hand on the outer arch should reach down and grasp the key, when the whole pile would tumble to pieces, and all the treasures buried beneath it by the Moors would be revealed.  Sin embargo, el legítimo hijo de la Alhambra nos dio una interpretación distinta de estos emblemas, más de acuerdo con las creencias populares, que atribuyen algo misterioso y mágico a todo lo que se relaciona con los moros y alimenta toda clase de supersticiones respecto a esta vieja fortaleza musulmana. Según Mateo, era tradición transmitida desde los más antiguos habitantes, y que él conservaba de su padre y abuelo, que la mano y la llave eran una mágica invención de la que dependía la suerte de la Alhambra. El rey moro que la construyó fue un gran mago, o, según creían otros, se había vendido al diablo y edificó la fortaleza por arte de encantamiento. Por este motivo ha permanecido en pie durante siglos, desafiando tormentas y terremotos, en tanto que la mayor parte de las restantes construcciones moriscas quedaron en ruinas o desaparecieron. Añade esta tradición que el mágico hechizo durará hasta que la mano del arco exterior baje y coja la llave; entonces, todo el edificio saltará en pedazos y quedarán al descubierto todos los tesoros que allí escondieron los moros.
Notwithstanding this ominous prediction, we ventured to pass through the spell-bound gateway, feeling some little assurance against magic art in the protection of the Virgin, a statue of whom we observed above the portal.  A pesar de este siniestro augurio, nos aventuramos a pasar por la encantada puerta, y nos sentimos más protegidos contra las artes mágicas cuando contemplamos una imagen de la Virgen sobre la portada.
After passing through the barbican, we ascended a narrow lane, winding between walls, and came on an open esplanade within the fortress, called the Plaza de los Algibes, or Place of the Cisterns, from great reservoirs which undermine it, cut in the living rock by the Moors to receive the water brought by conduits from the Darro, for the supply of the fortress. Here, also, is a well of immense depth, furnishing the purest and coldest of water; another monument of the delicate taste of the Moors, who were indefatigable in their exertions to obtain that element in its crystal purity.  Luego de atravesar la barbacana, subimos un estrecho pasadizo que serpenteaba entre murallas y desembocamos en una espaciosa explanada que hay dentro de la ciudadela, llamada Plaza de los Aljibes, por los grandes depósitos de agua existentes debajo de ella, abiertos en la roca viva por los moros y destinados a recibir el agua traída por conductos desde el río Darro, para abastecimiento de la fortaleza. También hay un pozo de gran profundidad que da un agua muy fresca y pura, y que es otra muestra del depurado gusto de los moros, infatigables siempre en sus esfuerzos por obtener este preciado elemento en su cristalina pureza.
In front of this esplanade is the splendid pile commenced by Charles V, and intended, it is said, to eclipse the residence of the Moorish kings. Much of the oriental edifice intended for the winter season was demolished to make way for this massive pile. The grand entrance was blocked up; so that the present entrance to the Moorish palace is through a simple and almost humble portal in a corner. With all the massive grandeur and architectural merit of the palace of Charles V, we regarded it as an arrogant intruder, and passing by it with a feeling almost of scorn, rang at the Moslem portal.  Frente a esta explanada se levanta el magnífico palacio comenzado por Carlos V y destinado, según dicen, a eclipsar la morada de los monarcas árabes. Una gran parte del edificio oriental, proyectado como residencia de invierno, fue demolida para dejar sitio a esta maciza mole. Se tapió la entrada principal, y por esta razón, el acceso actual al palacio árabe se realiza por una sencilla y hasta humilde portada que hay en un rincón. Con toda su imponente grandeza y mérito arquitectónico, miramos al palacio de Carlos V como un arrogante intruso y, pasando delante de él casi con un poco de desprecio, llamamos a la puerta musulmana.
While waiting for admittance, our self-imposed cicerone, Mateo Ximenes, informed us that the royal palace was intrusted to the care of a worthy old maiden dame called Dona Antonia-Molina, but who, according to Spanish custom, went by the more neighborly appellation of Tia Antonia (Aunt Antonia), who maintained the Moorish halls and gardens in order and showed them to strangers. While we were talking, the door was opened by a plump little black-eyed Andalusian damsel, whom Mateo addressed as Dolores, but who from her bright looks and cheerful disposition evidently merited a merrier name. Mateo informed me in a whisper that she was the niece of Tia Antonia, and I found she was the good fairy who was to conduct us through the enchanted palace. Under her guidance we crossed the threshold, and were at once transported, as if by magic wand, into other times and an oriental realm, and were treading the scenes of Arabian story. Nothing could be in greater contrast than the unpromising exterior of the pile with the scene now before us.  Mientras esperábamos el permiso de entrada, nuestro bien informado cicerone Mateo Jiménez nos dijo que el palacio había sido confiado a los cuidados de una ilustre y anciana señora llamada doña Antonio Molina, aunque, según la costumbre española, era conocida por la Tía Antonia; mantenía en orden los salones y jardines árabes, y se encargaba de enseñarlos a los forasteros. Mientras hablábamos, abrió la puerta una pequeña y regordeta muchacha andaluza de ojos negros, a quien Mateo llamó Dolores, aunque por el brillo de sus miradas y agradable tipo, merecía en justicia un nombre más risueño. Mateo me informó al oído que era sobrina de la Tía Antonia, y observé que seria ella el hada bienhechora que nos iba a conducir por el palacio encantado. Guiados por la joven, cruzamos el umbral, y al momento sentimos que éramos transportados, como por arte de magia, a otros tiempos y a un reino oriental, y que presenciábamos escenarios de la historia árabe. No puede darse un contraste más grande entre el exterior del edificio, tan poco prometedor, y la perspectiva que teníamos ante los ojos.
We found ourselves in a vast patio or court one hundred and fifty feet in length, and upwards of eighty feet in breadth, paved with white marble, and decorated at each end with light Moorish peristyles, one of which supported an elegant gallery of fretted architecture. Along the mouldings of the cornices and on various parts of the walls were escutcheons and ciphers, and cufic and Arabic characters in high relief, repeating the pious mottoes of the Moslem monarchs, the builders of the Alhambra, or extolling their grandeur and munificence. Along the centre of the court extended an immense basin or tank (estanque) a hundred and twenty-four feet in length, twenty-seven in breadth, and five in depth, receiving its water from two marble vases. Hence it is called the Court of the Alberca (from al Beerkah, the Arabic for a pond or tank). Great numbers of gold-fish were to be seen gleaming through the waters of the basin, and it was bordered by hedges of roses.  Nos encontrábamos en un gran patio, de unos ciento cincuenta pies de longitud y más de ochenta de ancho, con pavimento de mármol blanco y decorado con ligeros peris. tilos árabes en cada uno de sus extremos, uno de los cuales sostiene una elegante galería de calada arquitectura. En las molduras de las cornisas y sobre algunas partes de los muros, escudos y claves y caracteres cúficos y árabes de alto relieve, que repetían piadosas inscripciones de los monarcas musulmanes constructores de la Alhambra, o exaltaban su grandeza y munificencia. En el centro del patio se extiende un inmenso estanque de unos ciento veinticuatro pies de largo, treinta y siete de ancho y cinco de profundidad, que recibe el agua de dos tazas de mármol; de ahí que se llame Patio de la Alberca (de al beerkah; palabra árabe que equivale a pozo o estanque). Se ven brillar en sus aguas una gran abundancia de peces de matizados colores, y se encuentra rodeado de macizos de rosales.
Passing from the Court of the Alberca under a Moorish archway, we entered the renowned Court of Lions. No part of the edifice gives a more complete idea of its original beauty than this, for none has suffered so little from the ravages of time. In the centre stands the fountain famous in song and story. The alabaster basins still shed their diamond drops; the twelve lions which support them, and give the court its name, still cast forth crystal streams as in the days of Boabdil. The lions, however, are unworthy of their fame, being of miserable sculpture, the work probably of some Christian captive. The court is laid out in flower-beds, instead of its ancient and appropriate pavement of tiles or marble; the alteration, an instance of bad taste, was made by the French when in possession of Granada. Round the four sides of the court are light Arabian arcades of open filigree work supported by slender pillars of white marble, which it is supposed were originally gilded. The architecture, like that in most parts of the interior of the palace, is characterized by elegance, rather than grandeur, bespeaking a delicate and graceful taste, and a disposition to indolent enjoyment. When one looks upon the fairy traces of the peristyles, and the apparently fragile fretwork of the walls, it is difficult to believe that so much has survived the wear and tear of centuries, the shocks of earthquakes, the violence of war, and the quiet, though no less baneful, pilferings of the tasteful traveller; it is almost sufficient to excuse the popular tradition that the whole is protected by a magic charm.  Pasando desde el patio de la Alberca, por debajo de un arco árabe entramos en el famoso patio de los Leones. Ninguna parte del edificio da una idea más completa de su belleza como este patio, ya que ninguna ha sufrido menos los estragos del tiempo. En el centro se encuentra la famosa fuente, cantada en historias y romances. Su taza de alabastro derrama todavía sus gotas de diamantes, y los doce leones que la sostienen —que dan nombre al patio—aún arrojan sus cristalinos caños de agua como en los días de Boabdil. Estos leones, sin embargo, no son dignos de su fama, pues su talla es pobre, probablemente de algún cristiano cautivo. El patio está alfombrado de flores, en lugar de su antiguo y más apropiado pavimento de losas de mármol; la modificación, evidente muestra de mal gusto, la hicieron los franceses cuando fueron dueños de Granada. En torno a los cuatro lados del patio hay unas esbeltas y afiligranadas arcadas árabes, sostenidas por gráciles columnas de mármol blanco que, según se cree, fueron doradas en su origen. Su arquitectura, como casi toda la del interior del palacio, se caracteriza, más que por su grandeza, por su elegancia, que demuestra un gusto gracioso y delicado y cierta predisposición al placer indolente. Cuando se contempla la maravillosa tracería de los peristilos y el frágil, en apariencia, calado de los muros, se hace difícil creer que todo esto haya sobrevivido al través de los tiempos, a las sacudidas de los terremotos, a la violencia de la guerra y a las pacíficas, aunque no menos dañosas, raterías del entusiasta viajero, lo que basta para justificar la popular tradición de que todo aquí está protegido por un mágico hechizo.
On one side of the court a rich portal opens into the Hall of the Abencerrages; so called from the gallant cavaliers of that illustrious line who were here perfidiously massacred. There are some who doubt the whole story, but our humble cicerone Mateo pointed out the very wicket of the portal through which they were introduced one by one into the Court of Lions, and the white marble fountain in the centre of the hall beside which they were beheaded. He showed us also certain broad ruddy stains on the pavement, traces of their blood, which, according to popular belief, can never be effaced.  A un lado del patio, un pórtico suntuoso da entrada a la sala de los Abencerrajes, así llamada por los gallardos caballeros de ilustre linaje que fueron en ella alevosamente asesinados. Muchos ponen en duda esta historia, pero nuestro humilde guía Mateo nos mostró el verdadero postigo de entrada por donde fueron introducidos uno a uno en el patio de los Leones, y la blanca fuente de mármol en el Centro de la estancia, junto a la cual fueron decapitados. Nos mostró asimismo unas grandes manchas rojizas en el pavimento, huellas de su sangre, que, según la popular creencia, no se podrán borrar nunca.
Finding we listened to him apparently with easy faith, he added, that there was often heard at night, in the Court of Lions, a low confused sound, resembling the murmuring of a multitude; and now and then a faint tinkling, like the distant clank of chains. These sounds were made by the spirits of the murdered Abencerrages, who nightly haunt the scene of their suffering and invoke the vengeance of Heaven on their destroyer.  Al ver que le oíamos, al parecer, con fe verdadera, añadió que se oía con frecuencia, por la noche, un rumor apagado y confuso en el patio de los Leones, semejante al murmullo que produce una multitud, y de cuando en cuando, un débil tintineo, como lejano rechinar de cadenas. Estos ruidos los hacen los espíritus de los Abencerrajes asesinados, que todas las noches rondan el lugar de su suplicio e invocan la venganza del Cielo para sus verdugos.
The sounds in question had no doubt been produced, as I had afterwards an opportunity of ascertaining, by the bubbling currents and tinkling falls of water conducted under the pavement through pipes and channels to supply the fountains; but I was too considerate to intimate such an idea to the humble chronicler of the Alhambra.  Los ruidos en cuestión eran producidos, sin duda, y después tuve ocasión de comprobarlo, por el borbollar de las corrientes y la estrepitosa caída de los saltos de agua, conducida bajo el pavimento por tuberías y canales y destinada a surtir las fuentes; pero tuve la prudencia necesaria de no insinuar semejante hipótesis al modesto cronista de la Alhambra.
Encouraged by my easy credulity, Mateo gave me the following as an undoubted fact, which he had from his grandfather:  Estimulado por mi fácil credulidad, me contó Mateo, como cierta, la siguiente historia que había oído de su abuelo:
There was once an invalid soldier, who had charge of the Alhambra to show it to strangers: as he was one evening, about twilight, passing through the Court of Lions, he heard footsteps on the Hall of the Abencerrages; supposing some strangers to be lingering there, he advanced to attend upon them, when to his astonishment he beheld four Moors richly dressed, with gilded cuirasses and cimeters, and poniards glittering with precious stones. They were walking to and fro, with solemn pace, but paused and beckoned to him. The old soldier, however, took to flight, and could never afterwards be prevailed upon to enter the Alhambra. Thus it is that men sometimes turn their backs upon fortune; for it is the firm opinion of Mateo, that the Moors intended to reveal the place where their treasures lay buried. A successor to the invalid soldier was more knowing; he came to the Alhambra poor; but at the end of a year went off to Malaga, bought houses, set up a carriage, and still lives there one of the richest as well as oldest men of the place; all which, Mateo sagely surmised, was in consequence of his finding out the golden secret of these phantom Moors.  «Había una vez un soldado inválido, cuyo oficio era enseñar la Alhambra a todos los visitantes. Al pasar una tarde, ya entre dos luces, por el patio de los Leones, oyó rumor de pasos en la sala de Abencerrajes. Suponiendo que eran algunos visitantes que se habían retrasado, se dirigió a atenderlos, y grande fue su asombro cuando contempló a cuatro moros, lujosamente ataviados con doradas corazas y cimitarras y relucientes puñales incrustados de piedras preciosas. Iban de un sitio a otro con andar pausado; pero se detuvieron y le llamaron con un gesto. Entonces, el viejo soldado se dio a la fuga, y ya no se le pudo convencer para que volviese a la Alhambra»; y así ocurre, que muchas veces vuelven los hombres sus espaldas a la fortuna, pues es firme opinión de Mateo, «que aquellos moros se proponían revelar el sitio donde están ocultos sus tesoros. El sucesor de este inválido fue más avisado; llegó pobre a la Alhambra, pero al cabo de un año se fue a Málaga, compró casas, usó coche y todavía vive allí como uno de los ancianos más ricos de la ciudad»; todo lo cual, según la sabia presunción de Mateo, era consecuencia de haber descubierto el dorado secreto de aquellos fantasmas moros.
I now perceived I had made an invaluable acquaintance in this son of the Alhambra, one who knew all the apocryphal history of the place, and firmly believed in it, and whose memory was stuffed with a kind of knowledge for which I have a lurking fancy, but which is too apt to be considered rubbish by less indulgent philosophers. I determined to cultivate the acquaintance of this learned Theban.  Comprobé entonces que me unía una inestimable familiaridad con este hijo de la Alhambra, conocedor de todas sus leyendas, en las que creía a pie juntillas, y cuya memoria estaba repleta de toda esa clase de conocimientos por los que siento una secreta afición, aunque los graves filósofos, menos indulgentes, los consideren desatinos; y así, decidí cultivar la amistad de este «culto tebano».
Immediately opposite the Hall of the Abencerrages a portal, richly adorned, leads into a hall of less tragical associations. It is light and lofty, exquisitely graceful in its architecture, paved with white marble, and bears the suggestive name of the Hall of the Two Sisters. Some destroy the romance of the name by attributing it to two enormous slabs of alabaster which lie side by side, and form a great part of the pavement; an opinion strongly supported by Mateo Ximenes. Others are disposed to give the name a more poetical significance, as the vague memorial of Moorish beauties who once graced this hall, which was evidently a part of the royal harem. This opinion I was happy to find entertained by our little bright-eyed guide, Dolores, who pointed to a balcony over an inner porch, which gallery, she had been told, belonged to the women’s apartment. “You see, senor, ” said she, “it is all grated and latticed, like the gallery in a convent chapel where the nuns hear mass; for the Moorish kings, ” added she, indignantly, “shut up their wives just like nuns. ”  Frente por frente a la sala de Abencerrajes, un pórtico bellamente adornado da paso a otra sala que no evoca recuerdos tan trágicos. Es clara y elevada, de deliciosa arquitectura y enlosada de mármol blanco; ostenta el sugestivo nombre de sala de las Dos Hermanas. Muchos destruyen lo novelesco de este nombre al decir que procede de dos grandes losas de alabastro que hay a uno y otro lado del suelo, y que forman una gran parte de su pavimento; opinión ésta firmemente defendida por Mateo Jiménez. Otros se inclinan a dar al mismo una significación más poética, como el tenue recuerdo de las bellas moras que en otro tiempo adornaron con su presencia esta sala, que evidentemente formó parte del harén real. Mucho me alegró que esta opinión la compartiera Dolores, nuestra bonita guía de ojos claros; nos señaló un balcón situado encima de un pórtico interior, cuyo vestíbulo, según dijeron, pertenecía al aposento de las mujeres. —Mire, señor—me dijo—: todo está enrejado y con celosías, como si fuera la galería de un convento, donde las monjas oyen misa, porque—añadió indignada—los reyes moros encierran a sus mujeres como si fueran monjas.
The latticed “jalousies, ” in fact, still remain, whence the dark-eyed beauties of the harem might gaze unseen upon the zambras and other dances and entertainments of the hall below.  -Todavía se conservan, en efecto, las celosías, desde donde las huríes de ojos negros del harén podían ver, sin ser vistas, las zambras y otros bailes y festejos que se celebraban en la sala inferior.
On each side of this hall are recesses or alcoves for ottomans and couches, on which the voluptuous lords of the Alhambra indulged in that dreamy repose so dear to the Orientalists. A cupola or lantern admits a tempered light from above and a free circulation of air; while on one side is heard the refreshing sound of waters from the fountain of the lions, and on the other side the soft plash from the basin in the garden of Lindaraxa.  A cada lado de esta sala hay nichos y huecos para otomanas y lechos, donde los voluptuosos señores de la Alhambra se entregaban a ese contemplativo reposo tan grato a los orientales. Desde lo alto, una cúpula o linterna vierte una suave luz y da paso a una fresca corriente de aire; mientras que a un lado se oye el suave murmullo de las aguas de la fuente de los Leones, y al otro, el blando chapoteo de la taza del jardín de Lindaraja
It is impossible to contemplate this scene so perfectly Oriental without feeling the early associations of Arabian romance, and almost expecting to see the white arm of some mysterious princess beckoning from the gallery, or some dark eye sparkling through the lattice. The abode of beauty is here, as if it had been inhabited but yesterday; but where are the two sisters; where the Zoraydas and Lindaraxas!  Es imposible contemplar este panorama tan perfectamente oriental, sin que evoquemos los recuerdos inmediatos de un romance árabe, y casi esperamos ver el blanco brazo de alguna misteriosa princesa haciéndonos señas desde la galería, o algunos ojos negros brillando tras las celosías. Aún tiene aquí la belleza su morada, como si todavía ayer mismo la hubiese habitado. Pero ¿dónde están las dos hermanas, dónde las Zoraidas y Lindarajas
An abundant supply of water, brought from the mountains by old Moorish aqueducts, circulates throughout the palace, supplying its baths and fishpools, sparkling in jets within its halls, or murmuring in channels along the marble pavements. When it has paid its tribute to the royal pile, and visited its gardens and parterres, it flows down the long avenue leading to the city, tinkling in rills, gushing in fountains, and maintaining a perpetual verdure in those groves that embower and beautify the whole hill of the Alhambra. ?  Un abundante caudal de agua, traído desde las montañas por viejos acueductos moros, circula por todo el palacio, llenando baños y estanques, brillando en los surtidores de sus salas, o murmurando en los canalillos de sus pavimentos de mármol. Y cuando ha rendido homenaje al real palacio y visitado sus jardines y patios, corre por la larga alameda que baja hasta la ciudad, susurrante en los arroyuelos, se derrama en las fuentes y mantiene una suprema verdura en los bosquecillos que cubren y hermosean toda la colina de la Alhambra.
Those only who have sojourned in the ardent climates of the South, can appreciate the delights of an abode, combining the breezy coolness of the mountain with the freshness and verdure of the valley. While the city below pants with the noontide heat, and the parched Vega trembles to the eye, the delicate airs from the Sierra Nevada play through these lofty halls, bringing with them the sweetness of the surrounding gardens. Every thing invites to that indolent repose, the bliss of southern climes; and while the half-shut eye looks out from shaded balconies upon the glittering landscape, the ear is lulled by the rustling of groves, and the murmur of running streams.  Sólo aquellos que han vivido en el ardiente clima del Sur pueden apreciar las delicias de un paraje donde se alía la brisa de la montaña con la lozanía y verdor del valle. Mientras que la ciudad, al fondo, se abrasa con el calor del mediodía, y la vega reseca se esfuma ante los ojos, los delicados aires de Sierra Nevada juguetean por estas suntuosas salas y traen consigo, las fragancias de los jardines que las rodean. El hechizo de los climas meridionales convida en todo momento a un indolente reposo. En tanto que los ojos semientornados se recrean en el brillante panorama, desde estos balcones llenos de sombra, el oído se siente acariciado por el susurro de los árboles y por el murmullo de las aguas al deslizarse.
I forbear for the present, however, to describe the other delightful apartments of the palace. My object is merely to give the reader a general introduction into an abode where, if so disposed, he may linger and loiter with me day by day until we gradually become familiar with all its localities.  Sin embargo, me abstengo de describir por ahora otros deliciosos departamentos del palacio. Mi propósito era simplemente introducir al lector en una mansión donde, si está dispuesto, puede detenerse y vagar conmigo por ella un día y otro, hasta que nos familiaricemos poco a poco con todos sus rincones.


Important Negotiations
The Author Succeeds to the Throne of Boabdil.

 -

Importantes negociaciones
El autor hereda el trono de Boabdil


THE DAY was nearly spent before we could tear ourselves from this region of poetry and romance to descend to the city and return to the forlorn realities of a Spanish posada. In a visit of ceremony to the Governor of the Alhambra, to whom we had brought letters, we dwelt with enthusiasm on the scenes we had witnessed, and could not but express surprise that he should reside in the city when he had such a paradise at his command. He pleaded the inconvenience of a residence in the palace from its situation on the crest of a hill, distant from the seat of business and the resorts of social intercourse. It did very well for monarchs, who often had need of castle walls to defend them from their own subjects. “But senores, ” added he, smiling, “if you think a residence there so desirable, my apartments in the Alhambra are at your service. ”  SI había transcurrido el día sin que nos pudiéramos evadir de este ambiente de poesía y novela, a pesar de haber bajado a la ciudad y vuelto a las prosaicas realidades de una posada española. Hicimos una visita de cortesía al gobernador de la Alhambra, para quien traíamos unas cartas, y le hablamos con entusiasmo de los lugares que habíamos contemplado, al mismo tiempo que expresamos nuestro asombro por que él residiese en la ciudad, cuando tenía bajo su jurisdicción un paraíso. Nos explicó los inconvenientes de su estancia en el palacio, dado que se encontraba en la cumbre de una colina y lejos de la sede de sus asuntos y de los lugares de trato social. Según él, convenía mejor a los monarcas, que necesitaban con frecuencia los muros de un castillo para defenderse de sus propios súbditos. —Ahora bien, señores—añadió sonriendo—; si creen ustedes que es tan grata la estancia allí, pongo a su disposición mis habitaciones de la Alhambra.
It is a common and almost indispensable point of politeness in a Spaniard, to tell you his house is yours.—“Esta casa es siempre a la disposicion de Vm. ” “This house is always at the command of your Grace. ” In fact, any thing of his which you admire, is immediately offered to you. It is equally a mark of good breeding in you not to accept it; so we merely bowed our acknowledgments of the courtesy of the Governor in offering us a royal palace. We were mistaken, however. The Governor was in earnest. “You will find a rambling set of empty, unfurnished rooms, ” said he; “but Tia Antonia, who has charge of the palace, may be able to put them in some kind of order; and to take care of you while you are there. If you can make any arrangement with her for your accommodation, and are content with scanty fare in a royal abode, the palace of King Chico is at your service. ”  Es cosa corriente y hasta indispensable en la cortesía de un español deciros que su casa es vuestra: «Esta casa está siempre a la disposición de vuesa merced. » En efecto, si mostráis admiración por cualquier cosa suya, os la ofrece al momento. Y es asimismo en vosotros una prueba de buena educación no aceptarlo; por esta razón nos limitamos a una simple reverencia para agradecer la gentileza del gobernador, que nos ofrecía un palacio real. Pero estábamos equivocados. El gobernador hablaba en serio. —Encontrarán ustedes algunas habitaciones vacías y sin muebles—nos dijo—, pero la tía Antonia, que está encargada del palacio, puede ordenarlas y cuidar de ustedes mientras estén allí. Si llegan a un acuerdo con ella respecto a su hospedaje y se contentan con una comida escasa en una real mansión, pueden disponer a sus anchas del palacio del Rey Chico. 
We took the Governor at his word, and hastened up the steep Calle de los Gomeres, and through the Great Gate of Justice, to negotiate with Dame Antonia; doubting at times if this were not a dream, and fearing at times that the sage Duena of the fortress might be slow to capitulate. We knew we had one friend at least in the garrison, who would be in our favor, the bright-eyed little Dolores, whose good graces we had propitiated on our first visit, and who hailed our return to the palace with her brightest looks.  Aceptamos, claro es, la proposición del gobernador, y nos apresuramos a subir por la cuesta de los Gomeres y por la puerta de la Justicia, con ánimo de entrar en negociaciones con la tía Antonia, dudosos unas veces de que todo fuera un sueño, y temerosos otras de que la prudente dueña de la fortaleza resultase reacia a la capitulación. Sabíamos que por lo menos se podía contar con una amiga en la guarnición, que actuaría a nuestro lado: la pequeña y alegre Dolores, cuyo afecto y simpatía habíamos conquistado en nuestra primera visita, y que saludó nuestro regreso al palacio con la más brillante de sus miradas. 
All, however, went smoothly. The good Tia Antonia had a little furniture to put in the rooms, but it was of the commonest kind. We assured her we could bivouac on the floor. She could supply our table, but only in her own simple way—we wanted nothing better. Her niece, Dolores, would wait upon us and at the word we threw up our hats and the bargain was complete.  Todo, sin embargo, se resolvió favorablemente. La buena tía Antonia disponía de algunos muebles corrientes que colocó en nuestras habitaciones. Le aseguramos que podríamos dormir en el suelo; a lo que nos dijo que nos proporcionaría una mesa, aunque muy sencilla; no necesitábamos nada mejor. Su sobrina Dolores estaría a nuestro servicio. Al oír esto, echamos al aire nuestros sombreros y quedó cerrado el trato. 
The very next day we took up our abode in the palace, and never did sovereigns share a divided throne with more perfect harmony. Several days passed by like a dream, when my worthy associate, being summoned to Madrid on diplomatic duties, was compelled to abdicate, leaving me sole monarch of this shadowy realm. For myself, being in a manner a haphazard loiterer about the world and prone to linger in its pleasant places, here have I been suffering day by day to steal away unheeded, spellbound, for aught I know, in this old enchanted pile. Having always a companionable feeling for my reader, and being prone to live with him on confidential terms, I shall make it a point to communicate to him my reveries and researches during this state of delicious thraldom. If they have the power of imparting to his imagination any of the witching charms of the place, he will not repine at lingering with me for a season in the legendary halls of the Alhambra.  Al día siguiente tomamos posesión de nuestra morada en palacio y jamás hubo monarcas que compartiesen un reino en más perfecta armonía. Pasamos varios días como en sueños, hasta que mi digno compañero, llamado a Madrid a causa de sus deberes diplomáticos, se vio obligado a abdicar, y me constituí único monarca de este reino de sombras. Como soy en cierto modo una especie de vagabundo por dondequiera que voy, propenso a detenerme en los lugares más agradables, decidí quedarme aquí, distraído siempre, fascinado diría, en este viejo palacio encantado. Dado que mantengo con el lector cierta familiaridad y estoy dispuesto a vivir con él en buenas relaciones, es mi propósito comunicarle mis búsquedas y fantasías mientras dure esta deliciosa esclavitud. Si tiene la facultad de dar paso en la imaginación a alguno de los mágicos encantos de estos lugares, no se arrepentirá de permanecer algún tiempo conmigo en los legendarios salones de la Alhambra. 
At first it is proper to give him some idea of my domestic arrangements; they are rather of a simple kind for the occupant of a regal palace; but I trust they will be less liable to disastrous reverses than those of my royal predecessors.  En primer lugar justo es que le haga un esbozo de mi instalación doméstica; muy sencilla, es cierto, para el ocupante de un palacio real, pero creo que menos expuesta a los desastrosos reveses que la de mis reales predecesores. 
My quarters are at one end of the Governor’s apartment, a suite of empty chambers, in front of the palace, looking out upon the great esplanade called la plaza de los algibes (the place of the cisterns); the apartment is modern, but the end opposite to my sleeping-room communicates with a cluster of little chambers, partly Moorish, partly Spanish, allotted to the chatelaine Dona Antonia and her family. In consideration of keeping the palace in order, the good dame is allowed all the perquisites received from visitors, and all the produce of the gardens; excepting that she is expected to pay an occasional tribute of fruits and flowers to the Governor. Her family consists of a nephew and niece, the children of two different brothers. The nephew, Manuel Molina, is a young man of sterling worth and Spanish gravity. He had served in the army, both in Spain and the West Indies, but is now studying medicine in the hope of one day or other becoming physician to the fortress, a post worth at least one hundred and forty dollars a year. The niece is the plump little black-eyed Dolores already mentioned; and who, it is said, will one day inherit all her aunt’s possessions, consisting of certain petty tenements in the fortress, in a somewhat ruinous condition it is true, but which, I am privately assured by Mateo Ximenes, yield a revenue of nearly one hundred and fifty dollars; so that she is quite an heiress in the eyes of the ragged son of the Alhambra. I am also informed by the same observant and authentic personage, that a quiet courtship is going on between the discreet Manuel and his bright-eyed cousin, and that nothing is wanting to enable them to join their hands and expectations but his doctor’s diploma, and a dispensation from the Pope on account of their consanguinity.  Mi vivienda se encuentra en un extremo del aposento del gobernador; una serie de habitaciones vacías en el frente del palacio, con vistas a la gran explanada llamada la Plaza de los Aljibes. La habitación es moderna, pero al lado opuesto a mi dormitorio comunica con un grupo de pequeñas cámaras, unas árabes, otras españolas, destinadas a la dueña del castillo, doña Antonia, y a su familia. En consideración a que es ella quien conserva en orden el palacio, se conceden a esta buena señora todas las propinas de los visitantes y todo el producto de los jardines, a excepción de un pequeño tributo de frutas y flores que está obligada a entregar de cuando en cuando al gobernador. Se compone su familia de un sobrino y una sobrina, hijos de distintos hermanos. El sobrino, Manuel Molina, es un joven de verdadero mérito y de gravedad española. Había servido en el Ejército, tanto en España como en las Indias Occidentales, pero ahora estudiaba Medicina con la esperanza de ser algún día médico titular de la ciudadela, cargo que le podría producir por lo menos ciento cuarenta duros al año. La sobrina es la pequeña y regordeta Dolores, de negros ojos, que ya conocemos, la que—según se dice—heredará todos los bienes de su tía, consistentes en unas casuchas dentro de la fortaleza, en estado ruinoso, pero que según me aseguró en privado Mateo Jiménez, producirán una renta de ciento cincuenta duros; tanto, que ante los ojos del humilde hijo de la Alhambra se trata de una rica heredera. Me informó igualmente el mismo observador y original personaje, que hay un noviazgo furtivo entre el dis creto Manuel y su alegre prima, y que sólo necesitan para poder unir sus manos y esperanzas, que él obtenga el diploma doctor, y una dispensa del Papa, por razón de la consanguinidad. 
The good dame Antonia fulfils faithfully her contract in regard to my board and lodging; and as I am easily pleased, I find my fare excellent; while the merry-hearted little Dolores keeps my apartment in order, and officiates as handmaid at meal-times. I have also at my command a tall, stuttering, yellow-haired lad, named Pepe, who works in the gardens, and would fain have acted as valet; but, in this, he was forestalled by Mateo Ximenes, “the son of the Alhambra. ” This alert and officious wight has managed, somehow or other, to stick by me ever since I first encountered him at the outer gate of the fortress, and to weave himself into all my plans, until he has fairly appointed and installed himself my valet, cicerone, guide, guard, and historio-graphic squire; and I have been obliged to improve the state of his wardrobe, that he may not disgrace his various functions; so that he has cast his old brown mantle, as a snake does his skin, and now appears about the fortress with a smart Andalusian hat and jacket, to his infinite satisfaction, and the great astonishment of his comrades. The chief fault of honest Mateo is an over-anxiety to be useful. Conscious of having foisted himself into my employ, and that my simple and quiet habits render his situation a sinecure, he is at his wit’s ends to devise modes of making himself important to my welfare. I am, in a manner, the victim of his officiousness; I cannot put my foot over the threshold of the palace, to stroll about the fortress, but he is at my elbow, to explain every thing I see; and if I venture to ramble among the surrounding hills, he insists upon attending me as a guard, though I vehemently suspect he would be more apt to trust to the length of his legs than the strength of his arms, in case of attack. After all, however, the poor fellow is at times an amusing companion; he is simple-minded, and of infinite good humor, with the loquacity and gossip of a village barber, and knows all the small-talk of the place and its environs; but what he chiefly values himself on, is his stock of local information, having the most marvellous stories to relate of every tower, and vault, and gateway of the fortress, in all of which he places the most implicit faith.  La buena doña Antonia cumple fielmente su contrato relativo a mi alojamiento y manutención, y como en todo me complacen, encuentro excelente mi comida. La alegre Dolores arregla mi cuarto y actúa de doncella en la mesa. Tengo también a mi servicio a un muchacho alto, tartamudo y rubio, llamado Pepe, que cuida de los jardines y que hubiese sido con gusto mi criado; pero se le anticipó Mateo Jiménez, «el hijo de la Alhambra ». Este activo y oficioso individuo, se las arregló, no sé cómo, para pegarse a mí desde que lo encontré por vez primera a la entrada de la ciudadela, y entrometerse de tal modo en mis asuntos, que se nombró e instaló como criado, cicerone, guía, guardián, y cronista historiador mío: en vista de lo cual me be visto obligado a mejorar su atuendo de ropa, para que no se sienta el hombre avergonzado en el ejercicio de sus varias funciones. Se quitó, pues, su vieja capa parda, del mismo modo que una serpiente muda su camisa, y puede ahora lucir en la vecindad su elegante sombrero andaluz y su chaqueta, con gran satisfacción por su parte y no menos asombro de sus camaradas. El defecto principal del buen Mateo es su exagerado afán de ser útil. Consciente de que entró a la fuerza en mi servicio y de que mis sencillas y pacíficas costumbres eran una productiva mina que explotar, se afana en inventar los medios de hacerse indispensable a mi bienestar. Así, que soy, de alguna manera, la víctima de sus oficiosidades. Apenas traspaso el umbral del palacio para dar un paseo por los alrededores de la ciudadela, cuando ya lo tengo a mi lado dispuesto a explicarme todo lo que veo, y si me aventuro a vagar por las colinas cercanas, insiste en servirme de guardián, aunque estoy plenamente convencido de que en un posible caso de agresión, pondría más confianza en darle a los talones que en el mismísimo vigor de su brazo. A pesar de todo, el pobre muchacho resulta en ocasiones un divertido compañero; su carácter es sencillo, tiene muy buen humor, con la locuacidad y charlatanería de un barbero de pueblo, y conoce por añadidura todos los chismes de este lugar y de sus alrededores. Pero de lo que más se enorgullece es del tesoro de noticias sobre el palacio y de las más maravillosas historias acerca de cada torre, bóveda o puerta de la fortaleza, en las que tiene una fe absoluta. 
Most of these he has derived, according to his own account, from his grandfather, a little legendary tailor, who lived to the age of nearly a hundred years, during which he made but two migrations beyond the precincts of the fortress. His shop, for the greater part of a century, was the resort of a knot of venerable gossips, where they would pass half the night talking about old times, and the wonderful events and hidden secrets of the place. The whole living, moving, thinking, and acting, of this historical little tailor, had thus been bounded by the walls of the Alhambra; within them he had been born, within them he lived, breathed, and had his being; within them he died, and was buried. Fortunately for posterity, his traditionary lore died not with him. The authentic Mateo, when an urchin, used to be an attentive listener to the narratives of his grandfather, and of the gossip group assembled round the shopboard; and is thus possessed of a stock of valuable knowledge concerning the Alhambra, not to be found in books, and well worthy the attention of every curious traveller.  La mayoría de ellas, según su propia confesión, las había aprendido de su abuelo, sastrecillo legendario, que vivió casi cien años, durante los cuales sólo hizo dos salidas fuera del recinto de la ciudadela. Casi por espacio de todo un siglo, fue su taller el punto de reunión de un grupo de viejos charlatanes que se pasaban la mitad de la noche hablando de pasados tiempos y de los sucesos maravillosos y ocultos secretos de aquellos lugares. La vida entera, los movimientos, hechos e ideas de este famoso sastre, tuvieron como límite las murallas de la Alhambra; nació dentro de ella y allí vivió, creció y llegó a viejo; allí murió y dentro de ella recibió sepultura. Afortunadamente para la posteridad, sus tradiciones no murieron con él. El propio Mateo, cuando era un rapazuelo, solía escuchar atentamente los relatos de su abuelo, así como los del grupo de oyentes que se reunía en torno a la mesa de cortar, y de esta manera llegó a ser dueño de un valioso repertorio de conocimientos sobre la Alhambra, que no se encuentra en ningún libro, aunque muy dignos de llamar la atención de todo viajero curioso. 
Such are the personages that constitute my regal household; and I question whether any of the potentates, Moslem or Christian, who have preceded me in the palace, have been waited upon with greater fidelity, or enjoyed a serener sway.  Tales son los personajes que forman mi real familia, y pongo en duda que ninguno de cuantos potentados musulmanes o cristianos me han precedido en este palacio, se hayan visto servidos con más fidelidad o disfrutado de una más pacífica soberanía. 
When I rise in the morning, Pepe, the stuttering lad from the gardens, brings me a tribute of fresh culled flowers, which are afterwards arranged in vases, by the skilful hand of Dolores, who takes a female pride in the decorations of my chamber. My meals are made wherever caprice dictates; sometimes in one of the Moorish halls, sometimes under the arcades of the Court of Lions, surrounded by flowers and fountains: and when I walk out, I am conducted by the assiduous Mateo, to the most romantic retreats of the mountains, and delicious haunts of the adjacent valleys, not one of which but is the scene of some wonderful tale.  Cuando me levanto por la mañana, Pepe, el jardinero tartamudo, me ofrece un tributo de frescas rosas recién cortadas, que la hábil mano de Dolores coloca más tarde en vasos, pues ésta cuida con femenina delicadeza del adorno de mi habitación. Hago mi comida allí donde me place; unas veces en alguna sala morisca; otras, bajo las arcadas del patio de los Leones, rodeado de flores y de fuentes. Cuando quiero dar un paseo, el solícito Mateo me conduce a los sitios más románticos de la montaña y a los deliciosos escondrijos de los valles próximos, cada uno de ellos escenario de alguna maravillosa leyenda. 
Though fond of passing the greater part of my day alone, yet I occasionally repair in the evenings to the little domestic circle of Dona Antonia. This is generally held in an old Moorish chamber, which serves the good dame for parlor, kitchen and hall of audience, and which must have boasted of some splendor in the time of the Moors, if we may judge from the traces yet remaining; but a rude fireplace has been made in modern times in one corner, the smoke from which has discolored the walls, and almost obliterated the ancient arabesques. A window, with a balcony overhanging the valley of the Darro, lets in the cool evening breeze; and here I take my frugal supper of fruit and milk, and mingle with the conversation of the family. There is a natural talent or mother wit, as it is called, about the Spaniards, which renders them intellectual and agreeable companions, whatever may be their condition in life, or however imperfect may have been their education: add to this, they are never vulgar; nature has endowed them with an inherent dignity of spirit. The good Tia Antonia is a woman of strong and intelligent, though uncultivated mind; and the bright-eyed Dolores, though she has read but three or four books in the whole course of her life, has an engaging mixture of naivete and good sense, and often surprises me by the pungency of her artless sallies. Sometimes the nephew entertains us by reading some old comedy of Calderon or Lope de Vega, to which he is evidently prompted by a desire to improve, as well as amuse his cousin Dolores; though, to his great mortification, the little damsel generally falls asleep before the first act is completed. Sometimes Tia Antonia has a little levee of humble friends and dependents, the inhabitants of the adjacent hamlet, or the wives of the invalid soldiers. These look up to her with great deference, as the custodian of the palace, and pay their court to her by bringing the news of the place, or the rumors that may have straggled up from Granada. In listening to these evening gossipings I have picked up many curious facts, illustrative of the manners of the people and the peculiarities of the neighborhood.  Aunque acostumbrado a pasar solo la mayor parte del día, acudo alguna tarde que otra a la pequeña tertulia familiar de doña Antonia. Se reúne ésta, de ordinario, en una vieja sala morisca que sirve a la buena señora de gabinete, cocina y recibidor, y que parece haber disfrutado de cierto esplendor en tiempo de los moros, a juzgar por las señas que aún presenta; pera han construido en nuestros días una vulgar chimenea en uno de sus ángulos, que ha ennegrecido de humo las paredes y borrado casi los antiguos arabescos. Un mirador, con un balcón que da al valle del Darro, hace que penetre la fresca brisa de la tarde; aquí es donde hago mi frugal cena de frutas y leche y donde participo en la conversación de la familia. Tienen los españoles cierto talento natural o «chispa», como ellos dicen, que les hace compañía inteligente y agradable, cualquiera que sea su condición de vida y por imperfecta que parezca su educación; añádase a esto que no son nada vulgares, pues la Naturaleza les ha dotado de una innata dignidad de espíritu. La buena tía Antonia es una mujer de carácter animoso e inteligente, aunque poco cultivado; y la vivaracha Dolores, a pesar de no haber leído sino tres o cuatro libros en toda su vida, posee una atractiva combinación de sentido común y sencillez, sorprendiéndome con frecuencia con sus ingeniosas salidas. El sobrino suele distraernos a veces con la lectura de una antigua comedia de Calderón o Lope de Vega, movido, a lo que parece, por el deseo de agradar o entretener a su prima Dolores, aunque para su mortificación la muchacha se queda dormida, por lo general, antes de terminar el primer acto. Algunas veces la tía Antonia celebra reuniones de amigos y familiares, moradores de las viviendas cercanas o esposas de los soldados inválidos. Todos la tratan con gran deferencia y le hacen la corte, trayéndole noticias de la ciudadela o los rumores que circulan por Granada. Escuchando estas charlas nocturnas me he enterado de muchos y curiosos sucesos referentes a las costumbres de la gente del pueblo, y de muchos pormenores de esta vecindad. 
These are simple details of simple pleasures; it is the nature of the place alone that gives them interest and importance. I tread haunted ground, and am surrounded by romantic associations. From earliest boyhood, when, on the banks of the Hudson, I first pored over the pages of old Gines Perez de Hytas’s apocryphal but chivalresque history of the civil wars of Granada, and the feuds of its gallant cavaliers, the Zegries and Abencerrages, that city has ever been a subject of my waking dreams, and often have I trod in fancy the romantic halls of the Alhambra. Behold for once a day-dream realized; yet I can scarce credit my senses, or believe that I do indeed inhabit the palace of Boabdil, and look down from its balconies upon chivalric Granada. As I loiter through these Oriental chambers, and hear the murmur of fountains and the song of the nightingale; as I inhale the odor of the rose, and feel the influence of the balmy climate, I am almost tempted to fancy myself in the paradise of Mahomet, and that the plump little Dolores is one of the bright-eyed houris, destined to administer to the happiness of true believers.  Y así nacieron estos apuntes de mis sencillos goces, que sólo deben su interés e importancia a la naturaleza de estos lugares. Estoy pisando una tierra encantada y me encuentro rodeado de románticos recuerdos. Desde que en mi lejana infancia, a orillas del Hudson, recorrí por vez primera las páginas de la vieja y caballeresca historia apócrifa de Ginés Pérez de Hita sobre las guerras civiles de Granada y las luchas de sus valientes caballeros, Zegríes y Abencerrajes, fue siempre esta ciudad objeto que despertó mis sueños; mi fantasía recorrió con frecuencia las románticas estancias de la Alhambra. Y he aquí, por vez primera, realizado un sueño; todavía, sin embargo, no doy crédito a mis sentidos, y hasta dudo de que habite el palacio de Boabdil o que contemple la hermosa Granada desde sus balcones. Al vagar por estos salones orientales y oír el murmullo de las fuentes y el canto del ruiseñor; al aspirar la fragancia de la rosa y sentir la influencia de este embalsamado clima, me imagino que estoy en el paraíso de Mahoma y que la pequeña y regordeta Dolores es una de las huríes de ardientes ojos destinada a contribuir a la felicidad de los verdaderos creyentes.


Inhabitants of the Alhambra



Los habitantes de la Alhambra

I HAVE often observed that the more proudly a mansion has been tenanted in the day of its prosperity, the humbler are its inhabitants in the day of its decline, and that the palace of a king commonly ends in being the nestling-place of the beggar.  He observado con frecuencia que cuanto más opulentos han sido los habitantes de una mansión en los días de su prosperidad, más humildes son en los de su decadencia, y que a menudo el palacio de un rey termina siendo asilo de un mendigo. 
The Alhambra is in a rapid state of similar transition. Whenever a tower falls to decay, it is seized upon by some tatterdemalion family, who become joint-tenants, with the bats and owls, of its gilded halls, and hang their rags, those standards of poverty, out of its windows and loopholes.  La Alhambra se encuentra en un rápido y similar estado de transición. Cuando una torre comienza a desmoronarse, se adueña de ella una andrajosa familia, que ocupa, en compañía de murciélagos y lechuzas, sus dorados salones, y que cuelgan sus harapos, dechado de pobreza, en sus miradores y ventanas. 
I have amused myself with remarking some of the motley characters that have thus usurped the ancient abode of royalty, and who seem as if placed here to give a farcical termination to the drama of human pride. One of these even bears the mockery of a regal title. It is a little old woman named Maria Antonia Sabonea, but who goes by the appellation of la Reyna Coquina, or the Cockle-queen. She is small enough to be a fairy, and a fairy she may be for aught I can find out, for no one seems to know her origin. Her habitation is in a kind of closet under the outer staircase of the palace, and she sits in the cool stone corridor, plying her needle and singing from morning till night, with a ready joke for every one that passes; for though one of the poorest, she is one of the merriest little women breathing. Her great merit is a gift for story-telling, having, I verily believe, as many stories at her command, as the inexhaustible Scheherezade of the thousand and one nights. Some of these I have heard her relate in the evening tertulias of Dame Antonia, at which she is occasionally a humble attendant.  Me distraje observando algunos de estos pintorescos tipos que han usurpado de este modo la antigua mansión de la realeza, y que parecen estar aquí para representar el grotesco final en el drama del orgullo humano. Uno de ellos es conocido por el burlesco apodo de un titulo real. Es una viejecita llamada María Antonia Sabonea, conocida con el nombre de la Reina Coquina. Es de pequeña estatura, la suficiente para ser una bruja; y bruja debe de ser, según he podido averiguar, pues nadie conoce su origen. Su habitación es una especie de cuchitril debajo de la escalera exterior del palacio; suele sentarse en las frías piedras del corredor, dándole a la aguja y cantando desde la mañana a la noche, gastando una broma a todo el que pasa; porque, aunque pobre, es una mujer muy alegre. Su principal mérito consiste en la maña que se da para contar cuentos, y tiene, creo yo, tantas historias a su alcance como la inagotable Scherezade de las Mil y una noches. Le he oído contar H algunas de ellas en las reuniones nocturnas de doña Antonia, a las que, humilde contertulio, asiste alguna que otra vez. 
That there must be some fairy gift about this mysterious little old woman, would appear from her extraordinary luck, since, notwithstanding her being very little, very ugly, and very poor, she has had, according to her own account, five husbands and a half, reckoning as a half one a young dragoon, who died during courtship. A rival personage to this little fairy queen is a portly old fellow with a bottle-nose, who goes about in a rusty garb with a cocked hat of oil-skin and a red cockade. He is one of the legitimate sons of the Alhambra, and has lived here all his life, filling various offices, such as deputy alguazil, sexton of the parochial church, and marker of a fives-court established at the foot of one of the towers. He is as poor as a rat, but as proud as he is ragged, boasting of his descent from the illustrious house of Aguilar, from which sprang Gonzalvo of Cordova, the grand captain. Nay, he actually bears the name of Alonzo de Aguilar, so renowned in the history of the conquest; though the graceless wags of the fortress have given him the title of el padre santo, or the holy father, the usual appellation of the Pope, which I had thought too sacred in the eyes of true Catholics to be thus ludicrously applied. It is a whimsical caprice of fortune to present, in the grotesque person of this tatterdemalion, a namesake and descendant of the proud Alonzo de Aguilar, the mirror of Andalusian chivalry, leading an almost mendicant existence about this once haughty fortress, which his ancestor aided to reduce; yet, such might have been the lot of the descendants of Agamemnon and Achilles, had they lingered about the ruins of Troy!  Que esta misteriosa viejecilla debe de tener sus ribetes de bruja, lo prueba su suerte extraordinaria, ya que, pese a ser muy pequeña, muy fea y muy pobre, había tenido, según sus propias palabras, cinco maridos y medio, contando como medio marido a un joven dragón que murió durante el noviazgo. Un personaje rival de esta pequeña reina bruja, es un viejo gordo y con nariz de borracho, vestido con mugrientas ropas, un tricornio de hule y una roja escarapela. Es uno de los legítimos hijos de la Alhambra, y ha vivido aquí toda su vida, desempeñando varios oficios, tales como alguacil, sacristán de la parroquia y marcador de un juego de pelota establecido al pie de una de las torres. Es más pobre que las ratas, pero tan orgulloso como desharrapado, presumiendo de descender de la ilustre casa de Aguilar, de la que salió Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. Lleva, en efecto, el nombre de Alonso de Aguilar, tan célebre en la historia de la Conquista, aunque la gente grosera y guasona de la fortaleza le llama el Padre Santo, nombre usual del Papa, que yo creía demasiado sagrado a los ojos de los católicos verdaderos para aplicarlo en tono de tanta burla. Es un capricho del destino el presentar, bajo la grotesca personilla de este andrajoso individuo, a un homónimo descendiente del ilustre Alonso de Aguilar, espejo de caballero andaluz, arrastrando una existencia miserable, por ésta, en otro tiempo, arrogante fortaleza que ayudara a conquistar su antepasado. Sin embargo, ¡tal podría haber sido la suerte de los descendientes de Agamenón y Aquiles, si hubiesen permanecido dentro de las ruinas de Troya! 
Of this motley community, I find the family of my gossiping squire, Mateo Ximenes, to form, from their numbers at least, a very important part. His boast of being a son of the Alhambra, is not unfounded. His family has inhabited the fortress ever since the time of the conquest, handing down an hereditary poverty from father to son; not one of them having ever been known to be worth a maravedi. His father, by trade a ribbon-weaver, and who succeeded the historical tailor as the head of the family, is now near seventy years of age, and lives in a hovel of reeds and plaster, built by his own hands, just above the iron gate. The furniture consists of a crazy bed, a table, and two or three chairs; a wooden chest, containing, besides his scanty clothing, the “archives of the family. ” These are nothing more nor less than the papers of various lawsuits sustained by different generations; by which it would seem that, with all their apparent carelessness and good humor, they are a litigious brood. Most of the suits have been brought against gossiping neighbors for questioning the purity of their blood, and denying their being Cristianos viejos, i. e. old Christians, without Jewish or Moorish taint. In fact, I doubt whether this jealousy about their blood has not kept them so poor in purse: spending all their earnings on escribanos and alguazils. The pride of the hovel is an escutcheon suspended against the wall, in which are emblazoned quarterings of the arms of the Marquis of Caiesedo, and of various other noble houses, with which this poverty-stricken brood claim affinity.  La familia de mi locuaz escudero, Mateo Jiménez, forma, al menos por su número, una parte muy considerable de esta abigarrada comunidad. No es infundada su jactancia de ser hijo de la Alhambra; su familia ha vivido siempre en la fortaleza, desde los tiempos de la Conquista, transmitiéndose de padres a hijos una pobreza hereditaria, y sin que ninguno de los suyos, que se sepa, haya sido dueño de un maravedí. Su padre, que es un tejedor de cintas, y que sucedió al famoso sastrecillo como cabeza de familia, cuenta ya cerca de setenta años y vive en una casucha de cañas y barro hecha por ¿1 mismo, encima precisamente de la puerta de Hierro. El mobiliario se compone de una desvencijada cama, una mesa, dos o tres sillas y un arca de madera que contiene su escasa ropa y el « archivo de familia». Consiste éste en unos cuantos papeles de varios pleitos entablados por generaciones distintas; de ellos resulta que, pese a todo su aparente abandono y a su buen humor, proceden de una gente amiga de litigios. La mayoría los tuvo contra los murmuradores vecinos que ponían en duda la pureza de su sangre o negaban que fuesen cristianos viejos, sin mezcla de judíos o moros. Tanto es así, que, en mi opinión, ha sido este celo por su linaje el que les ha dejado vacía la bolsa; todo se lo llevaron escribanos y alguaciles. El orgullo de la casucha es un escudo colgado de una pared, con las armas del marqués de Cayesedo en sus blasonados cuarteles, y los de otras nobles casas con las que esta familia, comida de pobreza, pretende estar unida por los vínculos de la sangre. 
As to Mateo himself, who is now about thirty-five years of age, he has done his utmost to perpetuate his line and continue the poverty of the family, having a wife and a numerous progeny, who inhabit an almost dismantled hovel in the hamlet. How they manage to subsist, he only who sees into all mysteries can tell; the subsistence of a Spanish family of the kind, is always a riddle to me; yet they do subsist, and what is more, appear to enjoy their existence. The wife takes her holiday stroll on the Paseo of Granada, with a child in her arms and half a dozen at her heels; and the eldest daughter, now verging into womanhood, dresses her hair with flowers, and dances gayly to the castanets.  El propio Mateo, que esta próximo a los treinta y cinco años, ha hecho lo posible por perpetuar su casta y continuar la pobreza de la familia; tiene esposa y una numerosa prole, y viven en una casucha del barrio, casi desmantelada. Cómo se las arreglan para subsistir, sólo lo sabe Aquel que puede penetrar en todos los misterios. La vida de una familia española de esta clase ha sido siempre un enigma para mí; y, sin embargo, viven, y hasta parecen satisfechos con esta existencia. La mujer baja los días de fiesta al paseo de Granada, con un niño en brazos y otra media docena detrás. La hija mayor, casi una jovencita, se adorna el cabello con flores y baila alegremente tocando las castañuelas. 
There are two classes of people to whom life seems one long holiday, the very rich, and the very poor; one because they need do nothing, the other because they have nothing to do; but there are none who understand the art of doing nothing and living upon nothing, better than the poor classes of Spain. Climate does one half, and temperament the rest. Give a Spaniard the shade in summer, and the sun in winter; a little bread, garlic, oil, and garbances, an old brown cloak and a guitar, and let the world roll on as it pleases. Talk of poverty! with him it has no disgrace. It sits upon him with a grandiose style, like his ragged cloak. He is a hidalgo, even when in rags.  Hay dos clases de gente para quienes la vida es una fiesta continua: los muy ricos y los muy pobres. Unos, porque no carecen de nada; los otros, porque no tienen nada que hacer; pero no hay nadie que entienda mejor el arte de no hacer nada y de nada vivir, como las clases pobres de España. Una parte de ello se debe al clima y lo demás al temperamento. Dadle a un español sombra en el verano y sol en el invierno, un poco de pan, ajo, aceite y garbanzos, una vieja capa parda y una guitarra, y ruede el mundo como quiera. ¡La pobreza! Para él no es una deshonra. La lleva consigo con elegante estilo, como la raída capa; porque él siempre es un hidalgo, aunque sea con harapos. 
The “sons of the Alhambra ” are an eminent illustration of this practical philosophy. As the Moors imagined that the celestial paradise hung over this favored spot, so I am inclined at times to fancy, that a gleam of the golden age still lingers about this ragged community. They possess nothing, they do nothing, they care for nothing. Yet, though apparently idle all the week, they are as observant of all holy days and saints’ days as the most laborious artisan. They attend all fetes and dancings in Granada and its vicinity, light bonfires on the hills on St. John’s eve, and dance away the moonlight nights on the harvest-home of a small field within the precincts of the fortress, which yields a few bushels of wheat.  Los «hijos de la Alhambra» son una elocuente demostración de esta filosofía práctica. A semejanza de los moros, que imaginaban hallarse el paraíso terrenal en este lugar privilegiado, así también me inclino yo a pensar que todavía luce un brillo de la Edad de Oro en esta pobre comunidad. Nada poseen, no hacen nada ni de nada se ocupan. Y, sin embargo, aunque en apariencia ociosa durante toda la semana, son tan fieles observantes de los domingos y días festivos, como el más laborioso artesano. Asisten a todas las fiestas y bailes de Granada y sus cercanías; encienden hogueras en las colinas la víspera de San Juan, y bailan por las noches, a la luz de la luna, en los días de la cosecha de un pequeño terreno cultivado que hay dentro del recinto de la fortaleza, que les produce apenas unos cuantos bushels* de trigo. 
Before concluding these remarks, I must mention one of the amusements of the place which has particularly struck me. I had repeatedly observed a long lean fellow perched on the top of one of the towers, manoeuvring two or three fishing-rods, as though he were angling for the stars. I was for some time perplexed by the evolutions of this aerial fisherman, and my perplexity increased on observing others employed in like manner on different parts of the battlements and bastions; it was not until I consulted Mateo Ximenes, that I solved the mystery.  Antes de terminar estas observaciones, quiero aludir a una de las diversiones de este lugar, que me llamó bastante la atención. He observado con frecuencia a un individuo flaco y larguirucho, subido en una de las torres, maniobrando con dos o tres cañas, como si estuviese pescando estrellas. Quedé perplejo un buen rato con los ademanes de aquel pescador aéreo, y aumentó mi asombro el divisar a otros con idéntica actitud en distintas partes de las murallas y baluartes; sólo cuando consulté a Mateo Jiménez logré la solución de aquel misterio. 
It seems that the pure and airy situation of this fortress has rendered it, like the castle of Macbeth, a prolific breeding-place for swallows and martlets, who sport about its towers in myriads, with the holiday glee of urchins just let loose from school. To entrap these birds in their giddy circlings, with hooks baited with flies, is one of the favorite amusements of the ragged “sons of the Alhambra, ” who, with the good-for-nothing ingenuity of arrant idlers, have thus invented the art of angling in the sky.  Parece que la pura y aireada situación de esta fortaleza, la ha hecho, como el castillo de Macbeth un prolífico criadero de golondrinas y vencejos, que revolotean a millares alrededor de las torres, con la misma desenvuelta alegría de unos chiquillos que acaban de salir de la escuela. El atrapar estos pájaros en sus raudos vuelos, usando anzuelos cebados con moscas era la diversión predilecta de aquellos astrosos «hijos de la Alhambra» que, en su improductivo ingenio de consumados haraganes, han inventado el arte de pescar en el cielo.


The Hall of Ambassadors



El Salón de Embajadores

IN ONE of my visits to the old Moorish chamber, where the good Tia Antonia cooks her dinner and receives her company, I observed a mysterious door in one corner, leading apparently into the ancient part of the edifice. My curiosity being aroused, I opened it, and found myself in a narrow, blind corridor, groping along which I came to the head of a dark winding staircase, leading down an angle of the Tower of Comares. Down this staircase I descended darkling, guiding myself by the wall until I came to a small door at the bottom, throwing which open, I was suddenly dazzled by emerging into the brilliant antechamber of the Hall of Ambassadors; with the fountain of the Court of the Alberca sparkling before me. The antechamber is separated from the court by an elegant gallery, supported by slender columns with spandrels of open work in the Morisco style. At each end of the antechamber are alcoves, and its ceiling is richly stuccoed and painted. Passing through a magnificent portal I found myself in the far-famed Hall of Ambassadors, the audience chamber of the Moslem monarchs. It is said to be thirty-seven feet square, and sixty feet high; occupies the whole interior of the Tower of Comares; and still bears the traces of past magnificence. The walls are beautifully stuccoed and decorated with Morisco fancifulness; the lofty ceiling was originally of the same favorite material, with the usual frostwork and pensile ornaments or stalactites; which, with the embellishments of vivid coloring and gilding, must have been gorgeous in the extreme. Unfortunately it gave way during an earthquake, and brought down with it an immense arch which traversed the hall. It was replaced by the present vault or dome of larch or cedar, with intersecting ribs, the whole curiously wrought and richly colored; still Oriental in its character, reminding one of “those ceilings of cedar and vermilion that we read of in the prophets and the Arabian Nights.  En una de mis visitas a la vieja cámara mora que sirve de cocina a la buena tía Antonia y donde celebra sus tertulias, observé una misteriosa puerta en un rincón, que conducía, al parecer, a la parte antigua del edificio. Despertada mi curiosidad, la abrí y me encontré en un oscuro y estrecho corredor; anduve a tientas por él y llegué al extremo de una tenebrosa escalera de caracol que bajaba por un ángulo de la torre de Comares. Descendí a oscuras, guiándome por el muro, hasta que llegué a una puertecilla al fondo, la abrí de par en par, y quedé súbitamente deslumbrado al salir a la brillante antecámara del salón de Embajadores, con la fuente del patio de la Alberca, que refulgía ante mis ojos. La antecámara está separada del patio por una elegante galería sostenida por gráciles columnas con enjutas caladas al estilo morisco. A cada extremo de 1a antecámara hay alcobas, y su techo se encuentra ricamente estucado y pintado. Pasando bajo un magnífico pórtico, me hallé en el famoso salón de Embajadores, cámara de recepción de los monarcas musulmanes. Según parece, mide treinta y siete pies de superficie y sesenta de alto; ocupa todo el interior de la torre de Comares, y todavía conserva huellas de su antiguo esplendor. Las paredes están bellamente estucadas y decoradas con caprichosos arabescos; su alto techo fue primitivamente del mismo material, predilecto para los moros, con la acostumbrada lacería y las elegantes estalactitas, que con el adorno de vivos colores y dorados, debieron de ser suntuosos en extremo. Desgraciadamente cedió durante un terremoto y vino abajo con un inmenso arco que atravesaba el salón. Fue sustituido por la actual bóveda o cúpula de alerce o cedro, con vigas cruzadas; todo finamente trabajado y ricamente matizado. Aunque oriental en su carácter, evoca uno de aquellos techos de cedro y bermellón que leímos en los Profetas y en las Mil y una noches *. 
From the great height of the vault above the windows the upper part of the hall is almost lost in obscurity; yet there is a magnificence as well as solemnity in the gloom, as through it we have gleams of rich gilding and the brilliant tints of the Moorish pencil.  Desde la gran altura de la bóveda, por encima de las ventanas, la parte superior del salón se pierde casi en la oscuridad; pero hay tanta magnificencia como solemnidad en esa zona oscura, pues a través de ella percibimos los resplandores de los ricos dorados y los brillantes matices del pincel moro. 
The royal throne was placed opposite the entrance in a recess, which still bears an inscription intimating that Yusef I (the monarch who completed the Alhambra) made this the throne of his empire. Every thing in this noble hall seems to have been calculated to surround the throne with impressive dignity and splendor; there was none of the elegant voluptuousness which reigns in other parts of the palace. The tower is of massive strength, domineering over the whole edifice and overhanging the steep hillside. On three sides of the Hall of Ambassadors are windows cut through the immense thickness of the walls, and commanding extensive prospects. The balcony of the central window especially looks down upon the verdant valley of the Darro, with its walks, its groves, and gardens. To the left it enjoys a distant prospect of the Vega, while directly in front rises the rival height of the Albaycin, with its medley of streets, and terraces, and gardens, and once crowned by a fortress that vied in power with the Alhambra. “Ill fated the man who lost all this! ” exclaimed Charles V, as he looked forth from this window upon the enchanting scenery it commands.  El trono real está colocado frente a la entrada, en un nicho que aún lleva una inscripción indicando que Yusuf I (monarca que finalizó la Alhambra) hizo de ella el trono de su imperio. Parece que todo lo que hay en este austero salón ha sido calculado para rodear el trono de una impresionante dignidad y esplendor; aquí no se encuentra la elegante voluptuosidad que reina en otras partes del palacio. La torre es de maciza consistencia y, colgada sobre la pendiente ladera, domina todo el edificio. En tres lados del salón de Embajadores hay ventanas abiertas a través del inmenso grosor de los muros, desde donde se contemplan extensas perspectivas. El balcón de la ventana central, sobre todo, da al verdeante valle del Darro, con sus paseos, arboledas y jardines. A la izquierda se divisa una lejana perspectiva de la vega, mientras que enfrente se alza la altura rival del Albaicín, con su laberinto de calles, terrazas y jardines, coronado en otro tiempo por una fortaleza que competía en poder con la Alhambra. «¡Fatal destino el del hombre que perdió todo esto!», exclamó Carlos V al mirar desde esta ventana el maravilloso paisaje que se domina. 
The balcony of the window where this royal exclamation was made, has of late become one of my favorite resorts. I have just been seated there, enjoying the close of a long brilliant day. The sun, as he sank behind the purple mountains of Alhama, sent a stream of effulgence up the valley of the Darro, that spread a melancholy pomp over the ruddy towers of the Alhambra; while the Vega, covered with a slight sultry vapor that caught the setting ray, seemed spread out in the distance like a golden sea. Not a breath of air disturbed the stillness of the hour, and though the faint sound of music and merriment now and then rose from the gardens of the Darro, it but rendered more impressive the monumental silence of the pile which overshadowed me. It was one of those hours and scenes in which memory asserts an almost magical power; and, like the evening sun beaming on these mouldering towers, sends back her retrospective rays to light up the glories of the past.  El balcón del mirador desde donde se lanzó esta real exclamación, se ha convertido últimamente en uno de mis retiros favoritos. He permanecido sentado allí gozando el ocaso de un largo y brillante día. Al hundirse el sol tras las purpúreas montañas de Alhama, lanzaba un torrente de resplandor sobre el valle del Darro, que difundía una melancólica pompa sobre las rojizas torres de la Alhambra; mientras la vega, cubierta de un ligero y sofocante vapor prendido en los rayos del sol poniente, aparecía tendida a lo lejos como un lago de oro. Ni un soplo de aire turbaba el sosiego de aquella hora, y aunque de cuando en cuando se escuchaba un débil sonido de música y regocijo, desde los jardines del Darro, resultaba con ello más solemne el silencio sepulcral del edificio que me daba su sombra. Era uno de esos momentos y perspectivas en los que el recuerdo recibe un poder casi mágico, y a manera del sol de la tarde, que brilla sobre estas torres que se desmoronan, vierte sus rayos retrospectivos para iluminar las glorias del pasado. 
As I sat watching the effect of the declining daylight upon this Moorish pile, I was led into a consideration of the light, elegant, and voluptuous character, prevalent throughout its internal architecture; and to contrast it with the grand but gloomy solemnity of the Gothic edifices reared by the Spanish conquerors. The very architecture thus bespeaks the opposite and irreconcilable natures of the two warlike people who so long battled here for the mastery of the peninsula. By degrees, I fell into a course of musing upon the singular fortunes of the Arabian or Morisco-Spaniards, whose whole existence is as a tale that is told, and certainly forms one of the most anomalous yet splendid episodes in history. Potent and durable as was their dominion, we scarcely know how to call them. They were a nation without a legitimate country or name. A remote wave of the great Arabian inundation, cast upon the shores of Europe, they seem to have all the impetus of the first rush of the torrent. Their career of conquest, from the rock of Gibraltar to the cliffs of the Pyrenees, was as rapid and brilliant as the Moslem victories of Syria and Egypt. Nay, had they not been checked on the plains of Tours, all France, all Europe, might have been overrun with the same facility as the empires of the East, and the crescent at this day have glittered on the fanes of Paris and London.  En tanto permanecía sentado, observando vigilante el efecto de la luz del día que venia a morir sobre este edificio moro pensaba en el carácter ligero, elegante y voluptuoso que predomina en toda la arquitectura del interior, en contraste con la grande, pero tenebrosa solemnidad de los edificios góticos construidos por los conquistadores españoles. La misma arquitectura revela, con esta contraposición, la opuesta e irreconciliable naturaleza de los dos pueblos guerreros que tanto tiempo lucharon aquí por el dominio de la Península. Poco a poco me entregué a una serie de reflexiones sobre el extraño destino de árabes o moriscoespañoles, cuya vida entera es como una leyenda, y constituye en realidad uno de los más anómalos, aunque espléndidos episodios de la Historia. Fuerte y duradera fue su dominación, y no sabemos, sin embargo, cómo denominarla. Constituía una nación sin territorio legítimo, e innominada. Una oleada remota de la gran inundación árabe, lanzada sobre las costas de Europa, que parece tener todo el ímpetu de la primera embestida de un torrente. Su carrera de conquista, desde el peñón de Gibraltar hasta las rocas de los Pirineos, fue tan rápida y brillante como las victorias musulmanas de Siria y Egipto. Es más, si no hubiesen sido contenidos en las llanuras de Tours, toda Francia, toda Europa, podría haber sido invadida con la misma facilidad que los imperios de Oriente, y la Media Luna brillaría hoy en los templos de París y Londres. 
Repelled within the limits of the Pyrenees, the mixed hordes of Asia and Africa, that formed this great irruption, gave up the Moslem principle of conquest, and sought to establish in Spain a peaceful and permanent dominion. As conquerors, their heroism was only equalled by their moderation; and in both, for a time, they excelled the nations with whom they contended. Severed from their native homes, they loved the land given them as they supposed by Allah, and strove to embellish it with every thing that could administer to the happiness of man. Laying the foundations of their power in a system of wise and equitable laws, diligently cultivating the arts and sciences, and promoting agriculture, manufactures, and commerce; they gradually formed an empire unrivalled for its prosperity by any of the empires of Christendom; and diligently drawing round them the graces and refinements which marked the Arabian empire in the East, at the time of its greatest civilization, they diffused the light of Oriental knowledge, through the Western regions of benighted Europe.  Rechazadas en los límites de los Pirineos las mezcladas hordas de Asia y África que formaban esta gran irrupción, abandonaron el precepto musulmán de la conquista y procuraron establecer en España un pacífico y permanente dominio. Como tales conquistadores, sólo fue igualado su heroísmo por la moderación; y en ambas cosas superaron durante algún tiempo a las naciones con las que lucharon. Lejos de su país natal, amaron la tierra que creían les había concedido Alá y procuraron embellecerla con todo aquello que pudiera contribuir a la dicha del hombre. Pusieron los fundamentos de su poderío en un sistema de sabias y equitativas leyes; cultivaron activamente las ciencias y las artes; fomentaron la agricultura y comercio, y formaron poco a poco un próspero imperio sin rival entre todos los pueblos cristianos; y al rodearse de todas las delicias y refinamientos que caracterizaron al imperio árabe de Oriente en la época más culminante de su civilización, difundieron la luz de la inteligencia oriental por todas las regiones occidentales de la oscurecida Europa. 
The cities of Arabian Spain became the resort of Christian artisans, to instruct themselves in the useful arts. The universities of Toledo, Cordova, Seville, and Granada, were sought by the pale student from other lands to acquaint himself with the sciences of the Arabs, and the treasured lore of antiquity; the lovers of the gay science, resorted to Cordova and Granada, to imbibe the poetry and music of the East; and the steel-clad warriors of the North hastened thither to accomplish themselves in the graceful exercises and courteous usages of chivalry.  Las ciudades de la España árabe llegaron a ser el punto de reunión de los artífices cristianos, que acudían a instruirse en las artes útiles. Las Universidades* de Toledo, Córdoba, Sevilla y Granada, eran solicitadas por el estudiante blanco de otras tierras, para adquirir la cultura arábiga y el caudal de sabiduría de la antigüedad. Los amantes de la gaya ciencia acudían a Córdoba y Granada para saturarse de poesía y mística orientales; y los guerreros revestidos de acero del Norte, iban allí presurosos para perfeccionarse en los gallardos ejercicios y corteses usos de la caballería. 
If the Moslem monuments in Spain, if the Mosque of Cordova, the Alcazar of Seville, and the Alhambra of Granada, still bear inscriptions fondly boasting of the power and permanency of their dominion; can the boast be derided as arrogant and vain? Generation after generation, century after century, passed away, and still they maintained possession of the land. A period elapsed longer than that which has passed since England was subjugated by the Norman Conqueror, and the descendants of Musa and Taric might as little anticipate being driven into exile across the same straits, traversed by their triumphant ancestors, as the descendants of Rollo and William, and their veteran peers, may dream of being driven back to the shores of Normandy.  Si los monumentos musulmanes de España, la Mezquita de Córdoba, el Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada, muestran aún inscripciones que exaltan con pasión la fuerza y permanencia de sus conquistas, ¿deben estos alardes inducir a burla por creerlos arrogantes y vanos? Corría el tiempo, generación tras generación, siglo tras siglo, y todavía conservaban el dominio de la tierra. Transcurrió un período más largo que el que ha pasado desde que Inglaterra fue subyugada por los conquistadores normandos, y los descendientes de Muza y Tarik nunca pudieron prever que serían arrojados al destierro al otro lado de los mismos estrechos que atravesaron victoriosos antepasados, de igual forma que los descendientes de Rollón y Guillermo, con sus veteranos pares, no pueden soñar en ser rechazados a las costas de Normandía. 
With all this, however, the Moslem empire in Spain was but a brilliant exotic, that took no permanent root in the soil it embellished. Severed from all their neighbors in the West, by impassable barriers of faith and manners, and separated by seas and deserts from their kindred of the East, the Morisco-spaniards were an isolated people. Their whole existence was a prolonged, though gallant and chivalric struggle, for a foothold in a usurped land.  Y, a pesar de todo, el imperio musulmán en España no fue sino una brillante planta exótica que no arraigó de un modo duradero en la tierra que había embellecido. Alejados de sus vecinos de Occidente por una barrera infranqueable de fe y de costumbres, y separados por mares y desiertos de sus hermanos de sangre del Oriente, los moriscos españoles formaron un pueblo aislado. Toda su existencia fue una prolongada, aunque galante y caballeresca lucha por establecerse en una tierra usurpada. 
They were the outposts and frontiers of Islamism. The peninsula was the great battle-ground where the Gothic conquerors of the North and the Moslem conquerors of the East, met and strove for mastery; and the fiery courage of the Arab was at length subdued by the obstinate and persevering valor of the Goth.  Formaron ellos las avanzadas y fronteras del Islamismo. La Península fue el amplio campo de batalla donde los conquistadores góticos del Norte y los musulmanes del oriente se encontraron y combatieron por su dominio; la fogosa intrepidez del árabe fue, por último, dominada por el obstinado y perseverante valor del godo. 
Never was the annihilation of a people more complete than that of the Morisco-Spaniards. Where are they? Ask the shores of Barbary and its desert places. The exiled remnant of their once powerful empire disappeared among the barbarians of Africa, and ceased to be a nation. They have not even left a distinct name behind them, though for nearly eight centuries they were a distinct people. The home of their adoption, and of their occupation for ages, refuses to acknowledge them, except as invaders and usurpers. A few broken monuments are all that remain to bear witness to their power and dominion, as solitary rocks, left far in the interior, bear testimony to the extent of some vast inundation. Such is the Alhambra. A Moslem pile in the midst of a Christian land; an Oriental palace amidst the Gothic edifices of the West; an elegant memento of a brave, intelligent, and graceful people, who conquered, ruled, flourished, and passed away.  Jamás se vio aniquilamiento más completo de un pueblo como el de los musulmanes en España. Y ahora, ¿dónde se encuentran? Interrogad a las costas de Berbería y sus lugares desérticos. Los restos de un imperio en el exilio, en otro tiem po poderoso, desaparecieron entre los bárbaros de África y murieron como nación. No han dejado tras sí ni siquiera un nombre preciso, a pesar de haber sido, durante ocho siglos, un pueblo explícito y claro. La tierra que adoptaron y ocuparon tanto tiempo, se niega a reconocerlos, a no ser como invasores y usurpadores. Unos pocos monumentos ruinosos es todo lo que queda para atestiguar su poderío y soberanía, y como rocas solitarias desechadas en el interior, dan testimonio del alcance de alguna vasta inundación. Tal es la Alhambra; una roca musulmana en medio de tierra cristiana; un elegante recuerdo de un pueblo valeroso, inteligente y artista, que conquisté, gobernó, floreció y desapareció.

The Mysterious Chambers

Las habitaciones misteriosas


AS I WAS rambling one day about the Moorish halls, my attention was, for the first time, attracted to a door in a remote gallery, communicating apparently with some part of the Alhambra which I had not yet explored. I attempted to open it, but it was locked. I knocked, but no one answered, and the sound seemed to reverberate through empty chambers. Here then was a mystery. Here was the haunted wing of the castle. How was I to get at the dark secrets here shut up from the public eye? Should I come privately at night with lamp and sword, according to the prying custom of heroes of romance; or should I endeavor to draw the secret from Pepe the stuttering gardener; or the ingenuous Dolores, or the loquacious Mateo? Or should I go frankly and openly to Dame Antonia the chatelaine, and ask her all about it? I chose the latter course, as being the simplest though the least romantic; and found, somewhat to my disappointment, that there was no mystery in the case. I was welcome to explore the apartment, and there was the key.  Un día que vagaba por los salones moriscos, despertó mi curiosidad, por primera vez, la puerta de una apartada galería que, al parecer, comunicaba con algún rincón de la Alhambra no explorado todavía por mi. Intenté abrirla, pero estaba cerrada. Llamé, mas nadie contestó, y el ruido pareció repercutir a través de las desiertas cámaras. Se trataba, pues, de un misterio. Esta era el ala encantada del castillo. ¿De qué medios me valdría para penetrar en los oscuros secretos aquí ocultos al común de los mortales? ¿Vendría furtivamente por la noche, con linterna y espada, según la costumbre observada por los héroes de novela, o trataría de arrancar su secreto a Pepe, el tartamudo jardinero, a la ingenua Dolores o al locuaz Mateo? O ¿iría franca y abiertamente a doña Antonia la castellana y le preguntaría todo? Elegí este último procedimiento, porque, aunque menos romántico, es, sin embargo, el más sencillo, y supe, con el natural desencanto, que no había allí misterio alguno. No pusieron inconveniente a que explorase aquellos departamentos, y me entregaron la llave. 
Thus provided, I returned forthwith to the door. It opened, as I had surmised, to a range of vacant chambers; but they were quite different from the rest of the palace. The architecture, though rich and antiquated, was European. There was nothing Moorish about it. The first two rooms were lofty; the ceilings, broken in many places, were of cedar, deeply panelled and skilfully carved with fruits and flowers, intermingled with grotesque masks or faces.  Con ella en mis manos, regresé en seguida a la puerta. Comprobé, como había supuesto, que daba paso a una serie de estancias desiertas, aunque muy diferentes a las del resto del palacio. Su arquitectura, a pesar de su riqueza y antigüedad, era europea. No se observaba en ella el más mínimo vestigio de arte moro. Las dos primeras habitaciones eran altas; sus techos, rotos por varios sitios, eran de cedro, muy artesonados y artificiosamente tallados con frutas y flores, entremezcladas con mascarones grotescos. 
The walls had evidently in ancient times been hung with damask; but now were naked, and scrawled over by that class of aspiring travellers who defile noble monuments with their worthless names. The windows, dismantled and open to wind and weather, looked out into a charming little secluded garden, where an alabaster fountain sparkled among roses and myrtles, and was surrounded by orange and citron trees, some of which flung their branches into the chambers. Beyond these rooms were two saloons, longer but less lofty, looking also into the garden. In the compartments of the panelled ceilings were baskets of fruit and garlands of flowers, painted by no mean hand, and in tolerable preservation. The walls also had been painted in fresco in the Italian style, but the paintings were nearly obliterated; the windows were in the same shattered state with those of the other chambers. This fanciful suite of rooms terminated in an open gallery with balustrades, running at right angles along another side of the garden. The whole apartment, so delicate and elegant in its decorations, so choice and sequestered in its situation along this retired little garden, and so different in architecture from the neighboring halls, awakened an interest in its history. I found on inquiry that it was an apartment fitted up by Italian artists in the early part of the last century, at the time when Philip V and his second wife, the beautiful Elizabetta of Farnese, daughter of the Duke of Parma, were expected at the Alhambra. It was destined for the queen and the ladies of her train. One of the loftiest chambers had been her sleeping room. A narrow staircase, now walled up, led up to a delightful belvidere, originally a mirador of the Moorish sultanas, communicating with the harem; but which was fitted up as a boudoir for the fair Elizabetta, and still retains the name of el tocador de la Reyna, or the queen’s toilette.  U Las paredes estuvieron, evidentemente, tapizadas de damasco en otro tiempo, pero ahora aparecían desnudas y garrapateadas por esa clase de viajeros novatos que profanan con sus despreciables nombres los más nobles monumentos. Las ventanas, desmanteladas y abiertas al viento y a los temporales, daban a un encantador y recoleto jardinillo, donde una fuente de alabastro refulgía entre rosas y mirtos, rodeada de naranjos y limoneros, alguno de los cuales doblaba sus ramas hasta las habitaciones. Más allá de estos cuartos había dos salones más amplios, pero de menos altura, que daban también al jardín. En los tableros de sus artesonados techos había cestas de frutas y guirnaldas de flores, pintadas por mano nada inhábil, y en un tolerable estado de conservación. Las paredes también es taban pintadas al fresco, según el estilo italiano, pero sus pinturas se encontraban casi borradas; sus ventanas ofrecían el mismo lamentable estado que las de otras estancias. Esta caprichosa serie de habitaciones terminaba en una espaciosa galería con balaustrada que seguía en ángulo recto con otro lado del jardín. Todo el departamento, tan delicado y elegante en sus decoraciones, tan bien elegido por su situación en este apartado jardincillo, y tan distinto en su arquitectura a las salas vecinas, despertó mi curiosidad por conocer su historia. Averigüé en mis pesquisas que era un departamento decorado por artistas italianos a principios del pasado siglo, en la época en que Felipe V y su segunda esposa, la bella Isabel de Farnesio, hermana del duque de Parma, eran esperados en la Alhambra. Estaba destinado a la reina y a las damas de su séquito. Su dormitorio fue una de las estancias más elevadas. Una estrecha escalera, hoy tapiada, conducía a un delicioso mirador, que lo fue en su origen de las sultanas moras, y que comunicaba con el harén, pero que fue habilitado para tocador de la hechicera Isabel, y que todavía conserva el nombre de Tocador de la Reina. 
One window of the royal sleeping-room commanded a prospect of the Generalife and its embowered terraces, another looked out into the little secluded garden I have mentioned, which was decidedly Moorish in its character, and also had its history. It was in fact the garden of Lindaraxa, so often mentioned in descriptions of the Alhambra; but who this Lindaraxa was I have never heard explained. A little research gave me the few particulars known about her. She was a Moorish beauty who flourished in the court of Muhamed the Left-handed, and was the daughter of his loyal adherent, the alcayde of Malaga, who sheltered him in his city when driven from the throne. On regaining his crown, the alcayde was rewarded for his fidelity. His daughter had her apartment in the Alhambra, and was given by the king in marriage to Nasar, a young Cetimerien prince descended from Aben Hud the Just. Their espousals were doubtless celebrated in the royal palace, and their honeymoon may have passed among these very bowers.  Una ventana del dormitorio real domina la perspectiva del Generalife y de sus enramadas terrazas; otra, da al jardincillo apartado ya dicho, de carácter moro sin duda, y que también tenía su historia. Era, en efecto, el jardín de Lindaraja, tantas veces mencionado en las descripciones de la Alhambra, aunque no conseguí que me explicasen quién fuera esta Lindaraja. Algunas indagaciones me proporcionaron los pocos datos conocidos acerca de ella. Fue una bella mora que floreció en la Corte de Mohamed el «Zurdo» e hija de su leal adicto el alcaide de Málaga, que le dio asilo en su ciudad cuando fue expulsado del trono. Al restacar su corona, el alcaide fue recompensado por su fidelidad. Su hija tenía su aposento en la Alhambra, y el rey la entregó en matrimonio a Nasar, joven de la alcurnia de Cetti-Merien, descendiente de Aben Hud el «Justo». Sus esponsales se celebraron, sin duda, en el real palacio, y su luna de miel pudo muy bien transcurrir entre estas mismas glorietas . 
Four centuries had elapsed since the fair Lindaraxa passed away, yet how much of the fragile beauty of the scenes she inhabited remained! The garden still bloomed in which she delighted; the fountain still presented the crystal mirror in which her charms may once have been reflected; the alabaster, it is true, had lost its whiteness; the basin beneath, overrun with weeds, had become the lurking-place of the lizard, but there was something in the very decay that enhanced the interest of the scene, speaking as it did of that mutability, the irrevocable lot of man and all his works.  Cuatro siglos han pasado desde que desapareciera la bella Lindaraja, y ¡cuánto queda todavía de la frágil belleza de los lugares que habitó! Aún florece el jardín donde se deleitara; todavía ofrece la fuente el claro espejo de sus aguas** que algún día reflejaron quizá sus encantos; el alabastro, ciertamente ha perdido su blancura; la taza de abajo, cubierta de maleza, se ha convertido en escondrijo del lagarto; pero hay algo en esta misma decadencia que realza el interés de este rincón, al hablarnos, como lo hace, de la mutabilidad, destino irrevocable del hombre y de todas sus obras. 
The desolation too of these chambers, once the abode of the proud and elegant Elizabetta, had a more touching charm for me than if I had beheld them in their pristine splendor, glittering with the pageantry of a court.  También ofrece para mí la desolación de estas cámaras, morada un día de la altiva y elegante Isabel, un encanto más delicioso que si las hubiese contemplado en su prístino esplendor, cuando brillaban con el fausto de la Corte. 
When I returned to my quarters, in the governor’s apartment, every thing seemed tame and common-place after the poetic region I had left. The thought suggested itself: Why could I not change my quarters to these vacant chambers? that would indeed be living in the Alhambra, surrounded by its gardens and fountains, as in the time of the Moorish sovereigns. I proposed the change to Dame Antonia and her family, and it occasioned vast surprise. They could not conceive any rational inducement for the choice of an apartment so forlorn, remote and solitary. Dolores exclaimed at its frightful loneliness; nothing but bats and owls flitting about—and then a fox and wild-cat, kept in the vaults of the neighboring baths, roamed about at night. The good Tia had more reasonable objections. The neighborhood was infested by vagrants; gipsies swarmed in the caverns of the adjacent hills; the palace was ruinous and easy to be entered in many places; the rumor of a stranger quartered alone in one of the remote and ruined apartments, out of the hearing of the rest of the inhabitants, might tempt unwelcome visitors in the night, especially as foreigners were always supposed to be well stocked with money. I was not to be diverted from my humor, however, and my will was law with these good people. So, calling in the assistance of a carpenter, and the ever officious Mateo Ximenes, the doors and windows were soon placed in a state of tolerable security, and the sleeping-room of the stately Elizabetta prepared for my reception. Mateo kindly volunteered as a body-guard to sleep in my antechamber; but I did not think it worth while to put his valor to the proof.  Cuando regresé a mi residencia, en el departamento del gobernador, todo se me aparecía vulgar e insípido, luego de la poética región que había abandonado. Una idea se insinuó en mí mente: ¿Por qué no cambiar mi domicilio a estas cámaras vacías? Así viviría realmente en la Alhambra, rodeado de sus jardines y fuentes, como en la época de los reyes moros. Propuse el cambio a doña Antonia y a su familia, y les produjo gran sorpresa. No podían concebir ningún razonable atractivo que me indujese a la elección de un departamento tan abandonado, lejano y solitario. Dolores insistió sobre su espantosa soledad, y habló de que sólo volaban por allí murciélagos y lechuzas, además de una zorra y un gato montés ocultos en las bóvedas de los baños vecinos, que solían merodear durante la noche. La buena tía Antonio presentó objeciones más razonables; la vecindad estaba infestada de vagabundos y gitanos que bullían en las cuevas de las colinas próximas; el palacio estaba en ruinas y era fácil entrar por algunos sitios. Además, el rumor de que un extranjero vivía solo en una de las más apartadas y ruinosas habitaciones, podría ser una tentación para los inoportunos visitantes de la noche, sobre todo porque siempre se supone que los extranjeros están bien surtidos de dinero. A la vista de estos informes, buscando la ayuda de un carpintero y la del siempre servicial Mateo Jiménez, pronto quedaron puertas y ventanas en un tolerable estado de seguridad, y preparado para mi recepción el dormitorio de la augusta Isabel. Mateo se ofreció amable y graciosamente como guardia de corps para dormir en mi antecámara, aunque no creí conveniente poner a prueba su valentía. 
With all the hardihood I had assumed and all the precautions I had taken, I must confess the first night passed in these quarters was inexpressibly dreary. I do not think it was so much the apprehension of dangers from without that affected me, as the character of the place itself, with all its strange associations: the deeds of violence committed there; the tragical ends of many of those who had once reigned there in splendor. As I passed beneath the fated halls of the Tower of Comares on the way to my chamber, I called to mind a quotation, that used to thrill me in the days of boyhood: Fate sits on these dark battlements and frowns; And, as the portal opens to receive me, A voice in sullen echoes through the courts Tells of a nameless deed!  Con toda mi presuntuosa audacia, y pese a todas las precauciones adoptadas, debo confesar que la primera noche pasada por mí en estas habitaciones no pudo ser más triste y monótona. Y no creo que fuese mi aprensión a los peligros exteriores lo que me afectaba tanto, sino el mismo carácter de aquel lugar con todos sus extraños recuerdos, los actos de violencias en él cometidos y el trágico final de muchos de los que en otro tiempo reinaron allí rodeados de pompa y esplendor. Cuando, camino de mi aposento, pasaba bajo los predes tinados salones de la torre de Comares, recordé un texto que solía emocionarme en los días de mi infancia: «El destino se sienta en la triste y oscura almena; y al abrirse la puerta para recibirme, una voz en ecos sombríos a través de los patios, va diciendo una hazaña sin nombre.» 
The whole family escorted me to my chamber, and took leave of me as of one engaged on a perilous enterprise; and when I heard their retreating steps die away along the waste antechambers and echoing galleries; and turned the key of my door, I was reminded of those hobgoblin stories, where the hero is left to accomplish the adventure of an enchanted house.  Toda la familia me dio escolta hasta mis habitaciones y se despidió de mí como de alguien que estuviese comprometido en una atrevida empresa. Cuando oí sus pasos lejanos que se perdían en las espaciosas antecámaras y resonaban en las galerías, giré la llave de mi puerta y me acordé de aquellas historias de duendes y espectros en las que el héroe está empeñado en peligrosas aventuras dentro de una casa encantada. 
Even the thoughts of the fair Elizabetta and the beauties of her court, who had once graced these chambers, now, by a perversion of fancy, added to the gloom. Here was the scene of their transient gayety and loveliness; here were the very traces of their elegance and enjoyment; but what and where were they?—Dust and ashes! tenants of the tomb! phantoms of the memory!  Hasta el recuerdo de la hermosa Isabel y de las bellezas de su Corte, que fueron un día la gala de estos salones, le añadían ahora, por un delirio de la fantasía, cierta melancólica lobreguez. Este fue el escenario de su efímera hermosura y alegría; aquí estaban las huellas de su elegancia y regocijo, pero ¿qué ha sido de ellas y dónde están? ¡Polvo y ceniza! ¡Moradores de la tumba! ¡Fantasmas del recuerdo! 
A vague and indescribable awe was creeping over me. I would fain have ascribed it to the thoughts of robbers awakened by the evening’s conversation, but I felt it was something more unreal and absurd. The long-buried superstitions of the nursery were reviving, and asserting their power over my imagination. Every thing began to be affected by the working of my mind. The whispering of the wind, among the citron-trees beneath my window, had something sinister. I cast my eyes into the garden of Lindaraxa; the groves presented a gulf of shadows; the thickets, indistinct and ghastly shapes. I was glad to close the window, but my chamber itself became infected. There was a slight rustling noise overhead; a bat suddenly emerged from a broken panel of the ceiling, flitting about the room and athwart my solitary lamp; and as the fateful bird almost flouted my face with his noiseless wing, the grotesque faces carved in high relief in the cedar ceiling, whence he had emerged, seemed to mope and mow at me.  Un vago e indescriptible terror se apoderó de mí. Hubiera deseado atribuirlo a mi conversación de aquella noche acerca de los ladrones, pues comprendía que todo aquello era irreal y absurdo. Habían resucitado las supersticiones de mi niñez, tanto tiempo olvidadas, y se iban adueñando de mi imaginación. Todo comenzó a cambiar de forma y actitud por obra de mi fantasía. Los gemidos del viento entre los limoneros, bajo mi ventana, tenían algo de siniestro. Dirigí mis ojos al jardín de Lindaraja; los árboles se me ofrecieron como un abismo de sombras, y la espesura como un conjunto de confusas y horribles siluetas. Recobré la calma al cerrar la ventana, pero entonces fue mi propia habitación la que se pobló de fantasmas. Se oyó un ligero ruido, como un susurro, por encima de mi cabeza; de repente salió un murciélago de una de las carcomidas vigas del techo y revoloteó por la habitación y en torno a mi solitaria lámpara. Como el funesto pajarraco casi azotaba mi rostro con sus sordas alas, los grotescos mascarones tallados en relieve en el techo de cedro parecían abatirse sobre mí y hacerme horribles muecas. 
Rousing myself, and half smiling at this temporary weakness, I resolved to brave it out in the true spirit of the hero of the enchanted house; so, taking lamp in hand, I sallied forth to make a tour of the palace. Notwithstanding every mental exertion the task was a severe one. I had to traverse waste halls and mysterious galleries, where the rays of the lamp extended but a short distance around me. I walked, as it were, in a mere halo of light, walled in by impenetrable darkness. The vaulted corridors were as caverns; the ceilings of the halls were lost in gloom. I recalled all that had been said of the danger from interlopers in these remote and ruined apartments. Might not some vagrant foe be lurking before or behind me, in the outer darkness? My own shadow, cast upon the wall, began to disturb me. The echoes of my own footsteps along the corridors made me pause and look round. I was traversing scenes fraught with dismal recollections. One dark passage led down to the mosque where Yusef, the Moorish monarch, the finisher of the Alhambra, had been basely murdered. In another place, I trod the gallery where another monarch had been struck down by the poniard of a relative whom he had thwarted in his love.  Me sobrepuse casi sonriendo a esta momentánea flaqueza, y decidí desafiarla con el mismo denuedo que el de un héroe en una casa encantada; así, pues, cogí la lámpara y salí a dar una vuelta por el palacio. A pesar de todos los esfuerzos de mi mente, la empresa resultó bastante desagradable. Tuve que atravesar espaciosas salas y misteriosas galerías, donde los débiles destellos de mi lámpara apenas se extendían a corta distancia en torno mío. Caminaba, por decirlo así, como por una simple aureola de luz, rodeado de impenetrables tinieblas. Los abovedados corredores parecían cavernas y los techos de los salones se perdían en la negrura. Recordé entonces todo lo que había oído acerca del peligro de los intrusas en estos apartados departamentos. ¿Y si algún vagabundo enemigo me estuviese acechando, delante o detrás de mi, amparado en la oscuridad? Mi propia sombra, proyectada sobre el muro, comenzaba a turbarme. Los ecos de mis pasos a lo largo de los corredores me hacían detenerme y escudriñar en torno. Cruzaba lugares llenos de lúgubres recuerdos. Un oscuro corredor descendía a la mezquita donde Yusuf, el rey moro que terminó la Alhambra, había sido vilmente asesinado. Más adelante, anduve por la galería donde otro monarca fue derribado por el puñal de un deudo suyo a quien había estorbado en sus amores. 
A low murmuring sound, as of stifled voices and clanking chains, now reached me. It seemed to come from the Hall of the Abencerrages. I knew it to be the rush of water through subterranean channels, but it sounded strangely in the night, and reminded me of the dismal stories to which it had given rise.  Un triste y melancólico susurro, como de voces ahogadas y rechinar de cadenas, llegaba ahora a mí. Parecía proceder de la sala de los Abencerrajes. Sabia que era producido por el correr del agua en los canales subterráneos, pero sonaba extrañamente en la quietud de la noche, y me recordó las tétricas historias a que había dado lugar. 
Soon, however, my ear was assailed by sounds too fearfully real to be the work of fancy. As I was crossing the Hall of Ambassadors, low moans and broken ejaculations rose, as it were, from beneath my feet. I paused and listened. They then appeared to be outside of the tower—then again within. Then broke forth howlings as of an animal—then stifled shrieks and inarticulate ravings. Heard in that dead hour and singular place, the effect was thrilling. I had no desire for further perambulation; but returned to my chamber with infinitely more alacrity than I had sallied forth, and drew my breath more freely when once more within its walls and the door bolted behind me. When I awoke in the morning, with the sun shining in at my window and lighting up every part of the building with his cheerful and truth-telling beams, I could scarcely recall the shadows and fancies conjured up by the gloom of the preceding night; or believe that the scenes around me, so naked and apparent, could have been clothed with such imaginary horrors.  Pronto, sin embargo, sobresaltaron mis oídos unos pavorosos ruidos demasiado reales para ser producto de la fantasía. Cuando atravesaba el salón de Embajadores, unos tristes lamentos y confusas exclamaciones brotaron—por decirlo así— casi de mis pies. Me detuve y escuché. Me pareció entonces que venían de fuera de la torre; después, que del interior. Estallaron luego aullidos como de un animal, y más tarde gritos ahogados e inarticulados desvaríos; en el silencio de aquellas horas y en aquel extraño lugar, el efecto que producían era estremecedor. No sentí deseos de seguir adelante, sino que regresé a mi cuarto con mucha mayor presteza de la que había salido; y respiré mis libremente cuando me encontré seguro dentro de sus paredes y cerrada la puerta tras de mí. Cuando me desperté por la mañana con el sol brillando en mi ventana e iluminando todos los rincones del edificio con sus alegres y delatores rayos, apenas pude recordar las sombras y fantasías que la oscuridad había suscitado la noche anterior, ni creer que los lugares que me rodeaban, tan claros y reales, pudieran haberse revestido de horrores tan absurdos. 
Still, the dismal howlings and ejaculations I had heard were not ideal; they were soon accounted for, however, by my handmaid Dolores: being the ravings of a poor maniac, a brother of her aunt, who was subject to violent paroxysms, during which he was confined in a vaulted room beneath the Hall of Ambassadors.  Y, sin embargo, los lúgubres aullidos y exclamaciones que había escuchado no eran producto de mi imaginación; pronto me fueron explicados por mi doncella Dolores. Eran los desvaríos de un pobre maniático, hermano de su tía, que padecía violentos paroxismos, durante los cuales le encerraban en un cuarto abovedado, debajo del salón de Embajadores. 
In the course of a few evenings a thorough change took place in the scene and its associations. The moon, which when I took possession of my new apartments was invisible, gradually gained each evening upon the darkness of the night, and at length rolled in full splendor above the towers, pouring a flood of tempered light into every court and hall. The garden beneath my window, before wrapped in gloom, was gently lighted up, the orange and citron trees were tipped with silver; the fountain sparkled in the moonbeams, and even the blush of the rose was faintly visible.  En el transcurso de unas noches se operó un cambio completo en aquel sitio y en sus alrededores. La luna, que cuando tomé posesión de mi nuevo domicilio estaba invisible, avanzaba poco a poco en la oscuridad de la noche, y por último flotó en todo su esplendor sobre las torres y derramó una lluvia de suave luz sobre todos los patios y salones. El jardín situado debajo de mi ventana, que antes estaba envuelto en tinieblas, se iluminó dulcemente; se vistieron de plata los naranjos y limoneros; la fuente refulgió a los rayos de la luna, y hasta el rubor de la rosa se hizo tímidamente visible. 
I now felt the poetic merit of the Arabic inscription on the walls: “How beauteous is this garden, where the flowers of the earth vie with the stars of the heaven! What can compare with the vase of yon alabaster fountain filled with crystal water? Nothing but the moon in her fulness, shining in the midst of an unclouded sky! ”  Percibí entonces el encanto poético de la inscripción árabe que hay en una de sus paredes: «¡Qué bello es este jardín, donde las flores de la tierra compiten con las estrellas del cielo! ¿Qué cosa se puede comparar a la taza de aquella fuente de alabastro, colmada de agua cristalina? Sólo la luna en su plenitud, brillando en medio de un cielo sin nubes! » 
On such heavenly nights I would sit for hours at my window inhaling the sweetness of the garden, and musing on the checkered fortunes of those whose history was dimly shadowed out in the elegant memorials around. Sometimes, when all was quiet, and the clock from the distant cathedral of Granada struck the midnight hour, I have sallied out on another tour and wandered over the whole building; but how different from my first tour! No longer dark and mysterious; no longer peopled with shadowy foes; no longer recalling scenes of violence and murder; all was open, spacious, beautiful; every thing called up pleasing and romantic fancies; Lindaraxa once more walked in her garden; the gay chivalry of Moslem Granada once more glittered about the Court of Lions! Who can do justice to a moonlight night in such a climate and such a place? The temperature of a summer midnight in Andalusia is perfectly ethereal. We seem lifted up into a purer atmosphere; we feel a serenity of soul, a buoyancy of spirits, an elasticity of frame, which render mere existence happiness. But when moonlight is added to all this, the effect is like enchantment. Under its plastic sway the Alhambra seems to regain its pristine glories. Every rent and chasm of time; every mouldering tint and weather-stain is gone; the marble resumes its original whiteness; the long colonnades brighten in the moonbeams; the halls are illuminated with a softened radiance—we tread the enchanted palace of an Arabian tale!  En estas noches divinas permanecía sentado horas y horas en mi ventana, aspirando el aroma del jardín y meditando sobre los azarosos destinos de aquellos cuya historia estaba vagamente bosquejada en los elegantes trofeos que me rodeaban. Algunas veces, cuando reinaba la quietud y el reloj de la lejana catedral daba las campanadas de la medianoche, salía a pasear y vagaba errante por todo el edificio; pero ¡ qué diferencia de mi primer paseo! Nada se ofrecía ya oscuro y misterioso, ni estaba poblado de sombríos enemigos, ni evocaba escenas de violencia y de crímenes; todo se me representaba abierto, espacioso, lleno de belleza; todo evocaba gratas y románticas imágenes. Lindaraja, una vez más, paseaba por su jardín, y la elegante caballerosidad de la Granada musulmana resplandecía de nuevo en el patio de los Leones. ¿Qué lengua hay que alabe en justicia una noche de luna en este clima y en estos parajes? Deliciosa en verdad es la temperatura de una noche estival en Andalucía. Nos sentimos elevados a una atmósfera más pura; experimentamos tal serenidad de alma, alegría de espíritu y elasticidad de miembros, que la misma existencia es una pura felicidad; pero si a todo esto se añade la luz de la luna, 4 efecto es como un mágico hechizo. Bajo su plástico influjo, la Alhambra parece recordar sus prístinas glorias. Todas las grietas y hendiduras del tiempo, los matices y colores borrosos y las manchas de la lluvia, desaparecen; el mármol recobra su primitiva blancura; las largas columnatas destellan a la luz de la luna, y un tenue resplandor ilumina los salones. Caminamos por el palacio encantado de una leyenda árabe! 
What a delight, at such a time, to ascend to the little airy pavilion of the queen’s toilet (el tocador de la Reyna), which, like a bird-cage, overhangs the valley of the Darro, and gaze from its light arcades upon the moonlight prospect! To the right, the swelling mountains of the Sierra Nevada, robbed of their ruggedness and softened into a fairy land, with their snowy summits gleaming like silver clouds against the deep blue sky. And then to lean over the parapet of the Tocador and gaze down upon Granada and the Albaycin spread out like a map below; all buried in deep repose; the white palaces and convents sleeping in the moonshine, and beyond all these the vapory Vega fading away like a dream-land in the distance.  ¡Qué placer, entonces, subir al aéreo pabelloncito del Tocador de la Reina que, como la jaula de un pájaro, se asoma al valle del Darro, y contemplar desde sus gráciles arcadas todo el paisaje bañado por el astro de la noche! A la derecha, las dilatadas montañas de Sierra Nevada, privadas de su aspereza y suavizadas por una límpida perspectiva, con sus nevadas cumbres que brillan como nubes de plata frente al oscuro azul de los cielos; y recostarse más tarde sobre el parapeto del Tocador, y contemplar Granada y el Albaicín al fondo como un mapa, sumido todo en la más absoluta quietud; dormidos en la noche los blancos palacios y conventos, y lejos, la vaporosa vega que, como un mundo de sueños, se esfuma en la distancia. 
Sometimes the faint click of castanets rises from the Alameda, where some gay Andalusians are dancing away the summer night. Sometimes the dubious tones of a guitar and the notes of an amorous voice, tell perchance the whereabout of some moon-struck lover serenading his lady’s window.  De cuando en cuando, sube el apagado repiqueteo de unas castañuelas, desde la Alameda, donde los alegres andaluces pasan bailando las noches de verano. Otras veces, los indecisos rasgueos de una guitarra y los suspiros de una voz enamorada, que acaso revelan el lugar en que un lunático enamorado da una serenata bajo el balcón de su dama. 
Such is a faint picture of the moonlight nights I have passed loitering about the courts and halls and balconies of this most suggestive pile, “feeding my fancy with sugared suppositions, ” and enjoying that mixture of reverie and sensation which steal away existence in a southern climate; so that it has been almost morning before I have retired to bed, and been lulled to sleep by the falling waters of the fountain of Lindaraxa.  Tal es la breve pintura de las noches que he pasado errante por los patios y balcones de este sugestivo edificio, alimentando mi fantasía con dulces quimeras y gozando esa mezcla de sueño y realidad que consume la existencia en un clima meridional. Poco antes de amanecer me retiré a mi lecho y fui arrullado en mi reposo por el murmullo de las cascadas de agua en la fuente de Lindaraja. \


Panorama from the Tower of Comares



Panorama desde la Torre de Comares

IT IS A serene and beautiful morning: the sun has not gained sufficient power to destroy the freshness of the night. What a morning to mount to the summit of the Tower of Comares, and take a bird’s-eye view of Granada and its environs!  Hace una mañana serena y hermosa; el sol no tiene la fuerza suficiente para disipar el fresco de la noche. ¡Deliciosa mañana para subir a lo alta de la torre de Comares y contemplar, a vista de pájaro, el panorama de Granada y sus cercanías!
Come then, worthy reader and comrade, follow my steps into this vestibule, ornamented with rich tracery, which opens into the Hall of Ambassadors. We will not enter the hall, however, but turn to this small door opening into the wall. Have a care! here are steep winding steps and but scanty light; yet up this narrow, obscure, and spiral staircase, the proud monarchs of Granada and their queens have often ascended to the battlements to watch the approach of invading armies, or gaze with anxious hearts on the battles in the Vega.  Ven, pues, lector amigo; sigue mis pasos en este vestíbulo, ornado de rica tracería, que da al salón de Embajadores. No entraremos en él, sino por esta puertecita abierta en el muro. ¡Cuidado! Hay aquí una escalera de caracol y la luz es escasa; a pesar de su estrechez y oscuridad, por ella subieron con frecuencia hasta los adarves los altivos monarcas de Granada y sus reinas, para vigilar la aproximación de los ejércitos invasores o contemplar con inquietud las batallas de la vega.
At length we have reached the terraced roof, and may take breath for a moment, while we cast a general eye over the splendid panorama of city and country; of rocky mountain, verdant valley, and fertile plain; of castle, cathedral, Moorish towers, and Gothic domes, crumbling ruins, and blooming groves. Let us approach the battlements, and cast our eyes immediately below. See, on this side we have the whole plain of the Alhambra laid open to us, and can look down into its courts and gardens. At the foot of the tower is the Court of the Alberca, with its great tank or fishpool, bordered with flowers; and yonder is the Court of Lions, with its famous fountain, and its light Moorish arcades; and in the centre of the pile is the little garden of Lindaraxa, buried in the heart of the building, with its roses and citrons, and shrubbery of emerald green.  Hemos alcanzado, al fin, la terraza; respiremos un momento, mientras dirigimos una amplia mirada sobre el espléndido panorama de la ciudad y el campo: las rocosas montañas, el verdeante valle y la fértil llanura; el castillo, la Catedral, las torres moras, las cresterías góticas, las desmoronadas ruinas y la fresca arboleda. Aproximémonos a las almenas y dirijamos nuestra vista a lo que hay debajo. Mira: por este lado, toda la llanura de la Alhambra abierta ante nosotros, nos permite divisar sus patios y jardines. Al pie de la torre esta el patio de la Alberca, con su gran depósito o estanque rodeado de flores; allá, el patio de los Leones .con su famosa fuente y sus ligeras arcadas moras; y en el centro de la maciza mole, el pequeño jardín de Lindaraja, enterrado en el corazón del edificio, con sus rosas y limoneros y su maleza de verde esmeralda.
That belt of battlements, studded with square towers straggling round the whole brow of the hill, is the outer boundary of the fortress. Some of the towers, you may perceive, are in ruins, and their massive fragments buried among vines, fig-trees and aloes.  H Aquel cinturón de murallas, tachonado de torres cuadradas, que rodea la cumbre de la colina, es el límite exterior de la fortaleza. Algunas de sus torres, como puedes ver, están en ruinas, y sus macizos restos sepultados entre cepas, higueras y áloes.
Let us look on this northern side of the tower. It is a giddy height; the very foundations of the tower rise above the groves of the steep hill-side. And see I a long fissure in the massive walls, shows that the tower has been rent by some of the earthquakes, which from time to time have thrown Granada into consternation; and which, sooner or later, must reduce this crumbling pile to a mere mass of ruin. The deep narrow glen below us, which gradually widens as it opens from the mountains, is the valley of the Darro; you see the little river winding its way under imbowered terraces, and among orchards and flower-gardens. It is a stream famous in old times for yielding gold, and its sands are still sifted occasionally, in search of the precious ore. Some of those white pavilions, which here and there gleam from among groves and vineyards, were rustic retreats of the Moors, to enjoy the refreshment of their gardens. Well have they been compared by one of their poets to so many pearls set in a bed of emeralds.  Miremos por el lado norte de la torre. Tiene tal altura que produce vértigo; sus mismos cimientos se alzan por encima de los árboles que cubren la empinada ladera. ¡Mira! Una larga grieta en los gruesos muros indica que la torre se ha cuarteado con alguno de los terremotos que, de cuando en cuando, sumieron a Granada en la consternación y que más pronto o más tarde reducirán a un montón de ruinas este edificio que ya presenta señales de desmoronamiento. La profunda y estrecha hondonada que bajo nosotros se ensancha lentamente al salir de las montañas, es el valle del Darro; contempla el riachuelo que hace recodos en su cauce, bajo las terrazas cubiertas de enramado y entre huertos y jardines. En otro tiempo fue famoso río que arrastraba oro entre sus arenas, y todavía se ciernen éstas, a veces, en busca del preciado metal. Algunos de aquellos blancos pabellones que acá y allá brillan entre las arboledas y viñedos, fueron rústicos retiros de los moros, en donde gozaban del fresco de sus jardines. Con razón ha sido comparado por uno de sus poetas con las perlas incrustadas en un lecho de esmeraldas.
The airy palace, with its tall white towers and long arcades, which breasts yon mountain, among pompous groves and hanging gardens, is the Generalife, a summer palace of the Moorish kings, to which they resorted during the sultry months to enjoy a still more breezy region than that of the Alhambra. The naked summit of the height above it, where you behold some shapeless ruins, is the Silla del Moro, or Seat of the Moor, so called from having been a retreat of the unfortunate Boabdil during the time of an insurrection, where he seated himself, and looked down mournfully upon his rebellious city.  El aéreo palacio, con sus altas torres blancas y largas galerías, que se alza en aquella colina, entre una frondosa arboleda y jardines colgantes, es el Generalife, residencia de verano de los reyes moros, donde se refugiaban en los meses de bochorno para disfrutar de un paraje más aireado aún que el de la Alhambra. La desnuda cumbre de aquel cerro que hay encima de él, donde puedes observar unas informes ruinas, es la Silla del Moro, llamada así por haber sido refugio del infortunado Boabdil durante una insurrección, y donde se sentó a contemplar tristemente su rebelde ciudad.
A murmuring sound of water now and then rises from the valley. It is from the aqueduct of yon Moorish mill, nearly at the foot of the hill. The avenue of trees beyond is the Alameda, along the bank of the Darro, a favorite resort in evenings, and a rendezvous of lovers in the summer nights, when the guitar may be heard at a late hour from the benches along its walks. At present you see none but a few loitering monks there, and a group of water-carriers. The latter are burdened with water jars of ancient Oriental construction, such as were used by the Moors. They have been filled at the cold and limpid spring called the fountain of Avellanos. Yon mountain path leads to the fountain, a favorite resort of Moslems as well as Christians; for this is said to be the Adinamar (Aynu-l-adamar), the “Fountain of Tears, ” mentioned by Ibn Batuta the traveller, and celebrated in the histories and romances of the Moors.  Un suave murmullo de agua sube a cada momento desde el valle. Procede del acueducto de aquel molino moro, casi al pie de la colina. La avenida de árboles que se divisa más allá es la Alameda, situada a orillas del Darro, punto predilecto de reunión por la tarde y lugar de cita de los enamorados en las noches de verano, cuando se puede escuchar a horas avanzadas el rasgueo de una guitarra, que llega desde los bancos repartidos a lo largo del paseo. Ahora sólo verás en ella unos pocos frailes que pasean ociosos y un grupo de aguadores que vienen cargados con cántaros de agua de antigua estructura oriental, tal como fueron usadas por los moros. Las han llenado en el fresco y límpido manantial llamado la fuente del Avellano. Aquella vereda del monte conduce a esa fontana, paraje predilecto de musulmanes y cristianos. Se dice que era la Adinamar (Aynu-l-adamar), la «Fuente de las Lágrimas», citada por Ibn Batuta el viajero y celebrada en historias y romances moriscos.
You start! ‘tis nothing but a hawk that we have frightened from his nest. This old tower is a complete breeding-place for vagrant birds; the swallow and martlet abound in every chink and cranny, and circle about it the whole day long; while at night, when all other birds have gone to rest, the moping owl comes out of its lurking-place, and utters its boding cry from the battlements. See how the hawk we have dislodged sweeps away below us, skimming over the tops of the trees, and sailing up to the ruins above the Generalife!  ¡No te asustes! Se trata de un gavilán que hemos espantado de su nido. Esta vieja torre es un magnífico criadero de pájaros errantes; las golondrinas y los vencejos abundan en las grietas y hendiduras y están revoloteando durante todo el día; de noche, cuando las demás aves se han retirado a descansar, sale de su escondrijo la siniestra lechuza y lanza su presagio desde las murallas. ¡Observa cómo el gavilán que hemos desalojado de su nido busca su presa debajo de nosotros, rozando las copas de los árboles y cerniéndose hasta las ruinas que hay encima del Generalife!
I see you raise your eyes to the snowy summit of yon pile of mountains, shining like a white summer cloud in the blue sky. It is the Sierra Nevada, the pride and delight of Granada; the source of her cooling breezes and perpetual verdure; of her gushing fountains and perennial streams. It is this glorious pile of mountains which gives to Granada that combination of delights so rare in a southern city: the fresh vegetation and temperate airs of a northern climate, with the vivifying ardor of a tropical sun, and the cloudless azure of a southern sky. It is this aerial treasury of snow, which, melting in proportion to the increase of the summer heat, sends down rivulets and streams through every glen and gorge of the Alpuxarras, diffusing emerald verdure and fertility throughout a chain of happy and sequestered valleys.  Veo que diriges tu mirada a la nevada cima de aquella masa de montañas que brilla como una blanca nube de verano en el azul de los cielos. En Sierra Nevada, orgullo y delicia de Granada, origen de su fresca brisa y verdor perpetuo, de sus fuentes cristalinas y de sus caudales perennes. Este espléndido conjunto de montañas es el que proporciona a Granada esa combinación de encantos, tan rara en una ciudad del Sur: la fresca vegetación y los aires templados de un clima nórdico, junto con el vivificante ardor de un sol tropical y el sereno azul de un cielo meridional. Es este aéreo tesoro de nieve el que, al fundirse en proporción al calor estival, hace surgir arroyos y riachuelos por todos los valles y gargantas de las Alpujarras, esparciendo un verdor esmeralda y fertilizando una cadena de felices y apartados valles.
Those mountains may be well called the glory of Granada. They dominate the whole extent of Andalusia, and may be seen from its most distant parts. The muleteer hails them, as he views their frosty peaks from the sultry level of the plain; and the Spanish mariner on the deck of his bark, far, far off on the bosom of the blue Mediterranean, watches them with a pensive eye, thinks of delightful Granada, and chants, in low voice, some old romance about the Moors.  Bien pueden llamarse estas montañas la gloria de Granada. Dominan toda la extensión de Andalucía y pueden ser vistas desde los sitios más lejanos. Las saluda el arriero cuando divisa sus nevadas cumbres desde la llanura tostada por el sol; y el marino español, sobre la cubierta de su nave, allá a lo lejos, en el remoto seno del océano azul, las contempla con mirada pensativa, recuerda a la bella Granada y canta en voz baja algún romance de moros.
See to the south at the foot of those mountains a line of arid hills, down which a long train of mules is slowly moving. Here was the closing scene of Moslem domination. From the summit of one of those hills the unfortunate Boabdil cast back his last look upon Granada, and gave vent to the agony of his soul. It is the spot famous in song and story, “The last sigh of the Moor. ”  Mira ahora hacia el Sur, al pie de dichas montañas, una línea de áridas colinas por las que camina pausadamente una larga recua de mulas. Allí se representó la escena última de la dominación musulmana. Desde la cima de una de esas colinas, e1 infortunado Boabdil lanzó su postrera mirada sobre Granada y dio rienda suelta a la angustia de su corazón. Es el «Suspiro del Moro», lugar famoso en cantos y leyendas.
Further this way these arid hills slope down into the luxurious Vega, from which he had just emerged: a blooming wilderness of grove and garden, and teeming orchard, with the Xenil winding through it in silver links, and feeding innumerable rills; which, conducted through ancient Moorish channels, maintain the landscape in perpetual verdure. Here were the beloved bowers and gardens, and rural pavilions, for which the unfortunate Moors fought with such desperate valor. The very hovels and rude granges, now inhabited by boors, show, by the remains of arabesques and other tasteful decoration, that they were elegant residences in the days of the Moslems. Behold, in the very centre of this eventful plain, a place which in a manner links the history of the Old World with that of the New. Yon line of walls and towers gleaming in the morning sun, is the city of Santa Fe, built by the Catholic sovereigns during the siege of Granada, after a conflagration had destroyed their camp. It was to these walls Columbus was called back by the heroic queen, and within them the treaty was concluded which led to the discovery of the Western World. Behind yon promontory to the west is the bridge of Pinos, renowned for many a bloody fight between Moors and Christians. At this bridge the messenger overtook Columbus when, despairing of success with the Spanish sovereigns, he was departing to carry his project of discovery to the court of France.  Más allá de este camino las colinas forman un declive hasta la fértil vega, donde ha brotado precisamente una frondosa mezcolanza de arboledas, jardines y huertas abundantes, atravesada en eslabones de plata por el Genil, que nutre innumerables riachuelos. Conducidos éstos por las antiguas acequias moriscas, mantienen la campiña en un verdor perpetuo. Aquí estuvieron las amadas glorietas y jardines y los rústicos pabellones por los que los infortunados moros lucharon con un valor tan desesperado. Las mismas chozas y toscas caserías que ahora habitan los labradores, indican, en los restos de arabescos o en alguna otra delicada decoración, que fueron elegantes residencias en tiempos de los musulmanes. Contempla en el mismo centro de esta histórica llanura un lugar que, en cierto modo, enlaza la historia del mundo antiguo con la del nuevo. Aquella línea de murallas y torres que brilla al sol de la mañana, es la ciudad de Santa Fe, construida por los Reyes Católicos durante el sitio de Granada, después de un incendio que destruyó el campamento. A esta ciudad fue llamado Colón por la heroica reina, y dentro de sus murallas fue ultimado el tratado que condujo al descubrimiento de América. Detrás de aquel promontorio del Oeste está el puente de Pinos, famoso porque allí tuvo lugar más de una sangrienta batalla entre moros y cristianos. En este puente alcanzó un mensajero a Colón cuando, perdidas las esperanzas de éxito cerca de los soberanos españoles, había partido a llevar su proyecto de descubrimiento a la Corte de Francia.
Above the bridge a range of mountains bounds the Vega to the west: the ancient barrier between Granada and the Christian territories. Among their heights you may still discern warrior towns, their gray walls And battlements seeming of a piece with the rocks on which they are built. Here and there a solitary atalaya, or watchtower, perched on a mountain peak, looks down as it were from the sky into the valley on either side. How often have these atalayas given notice, by fire at night or smoke by day, of an approaching foe I It was down a cragged defile of these mountains, called the Pass of Lope, that the Christian armies descended into the Vega. Round the base of yon gray and naked mountain (the mountain of Elvira), stretching its bold rocky promontory into the bosom of the plain, the invading squadrons would come bursting into view, with flaunting banners and clangor of drum and trumpet.  Por encima del puente, una cadena de montañas limita la vega al Oeste, antigua barrera entre Granada y los territorios cristianos. Todavía pueden divisarse entre sus alturas las ciudadelas, cuyos grisáceos muros y almenas parecen formar una sola pieza con los riscos sobre los que han sido levantadas. Acá y allá una solitaria atalaya, erigida sobre un pico montañoso, mira desde el cielo, por decirlo así, a uno y otro lado. ¡Con cuánta frecuencia avisaron estas atalayas, con fuego durante la noche o con humo durante el día, la proximidad del enemigo! Por un escarpado desfiladero de esta sierra, llamado el «Paso de Lope», irrumpieron en la vega los ejércitos cristianos. En torno a la base de aquella montaña gris y desnuda —llamada Sierra Elvira— que alarga su atrevido saliente rocoso hasta el seno de la llanura, aparecieron los ejércitos invasores con estruendo de tambores y clarines y las banderas desplegadas al viento.
Five hundred years have elapsed since Ismael ben Ferrag, a Moorish king of Granada, beheld from this very tower an invasion of the kind, and an insulting ravage of the Vega; on which occasion he displayed an instance of chivalrous magnanimity, often witnessed in the Moslem princes, “whose history, ” says an Arabian writer, “abounds in generous actions and noble deeds that will last through all succeeding ages, and live for ever in the memory of man. ” —But let us sit down on this parapet and I will relate the anecdote.  Quinientos años han transcurrido desde que Ismael ben Ferrag, rey moro de Granada, contemplara desde esta misma torre una invasión de esta naturaleza, junto con un afrentoso saqueo de la vega, en cuya ocasión dio un ejemplo de caballerosa generosidad, cosa frecuente en los príncipes musulmanes, «cuya historia —dice un escritor árabe— abunda en generosas acciones y nobles hechos, que perdurarán a través de las venideras edades y vivirán para siempre en la memoria de los hombres». Pero sentémonos en este parapeto y contaré la anécdota.
It was in the year of grace 1319, that Ismael ben Ferrag beheld from this tower a Christian camp whitening the skirts of yon mountain of Elvira. The royal princes, Don Juan and Don Pedro, regents of Castile during the minority of Alfonso XI, had already laid waste the country from Alcaudete to Alcala la Real, capturing the castle of Illora and setting fire to its suburbs, and they now carried their insulting ravages to the very gates of Granada, defying the king to sally forth and give them battle.  Fue en el año de gracia de 1319, cuando Ismael ben Ferrag vio desde esta torre las blancas tiendas de un campamento cristiano acampado en la ladera de Sierra Elvira. Los reales príncipes Don Juan y Don Pedro, regentes de Castilla durante la minoría de Alfonso XI, ya habían asolado la comarca desde Alcaudete hasta Alcalá la Real, tomado el castillo de Illora e incendiado sus arrabales, y ahora llevaban sus insultantes saqueos hasta las mismas puertas de Granada, desafiando al monarca a que saliese fuera y les presentase batalla.
Ismael, though a young and intrepid prince, hesitated to accept the challenge. He had not sufficient force at hand, and awaited the arrival of troops summoned from the neighboring towns. The Christian princes, mistaking his motives, gave up all hope of drawing him forth, and having glutted themselves with ravage, struck their tents and began their homeward march. Don Pedro led the van, and Don Juan brought up the rear, but their march was confused and irregular, the army being greatly encumbered by the spoils and captives they had taken.  Ismael, aunque príncipe joven e intrépido, dudó en aceptar el reto. No contaba por entonces con fuerzas suficientes y esperaba la llegada de tropas de refuerzo de las ciudades vecinas. Los jefes cristianos, interpretando erróneamente su actitud, perdida toda esperanza de hacerle salir y cansados de tanto saqueo, levantaron sus tiendas e iniciaron la retirada. Don Pedro conducía la vanguardia y Don Juan cubría la retaguardia; la marcha era confusa e irregular, pues el ejército estaba muy sobrecargado con el botín y los cautivos.
By this time King Ismael had received his expected resources, and putting them under the command of Osmyn, one of the bravest of his generals, sent them forth in hot pursuit of the enemy. The Christians were overtaken in the defiles of the mountains. A panic seized them; they were completely routed, and driven with great slaughter across the borders. Both of the princes lost their lives. The body of Don Pedro was carried off by his soldiers, but that of Don Juan was lost in the darkness of the night. His son wrote to the Moorish king, entreating that the body of his father might be sought and honorably treated. Ismael forgot in a moment that Don Juan was an enemy, who had carried ravage and insult to the very gate of his capital; he only thought of him as a gallant cavalier and a royal prince. By his command diligent search was made for the body. It was found in a barranco and brought to Granada. There Ismael caused it to be laid out in state on a lofty bier, surrounded by torches and tapers, in one of these halls of the Alhambra. Osmyn and other of the noblest cavaliers were appointed as a guard of honor, and the Christian captives were assembled to pray around it.  A todo esto, el rey Ismael había recibido sus esperados refuerzos, y poniéndolos bajo el mando de Osmín, uno de sus más bravos generales, los envió en rápida persecución del enemigo. Los cristianos fueron alcanzados en los desfiladeros de la montaña. El pánico se apoderó de ellos; fueron completamente derrotados y arrojados con grandes pérdidas al otro lado de sus confines. Los dos príncipes perdieron la vida. El cadáver de Don Pedro fue recogido por sus soldados, pero el de Don Juan se perdió en la oscuridad de la noche. Su hijo escribió al rey moro suplicándole que buscase el cuerpo de su padre y lo tratase honrosamente. Ismael olvidó al instante que Don Juan era un enemigo que había llevado la desolación y el insulto hasta las mismas puertas de su ciudad, y sólo pensó en que era un gallardo caballero y un príncipe de sangre real. Bajo sus órdenes se hizo una minuciosa búsqueda del cadáver, que fue encontrado en un barranco y trasladado a Granada. Ordenó entonces Ismael que fuese expuesto con gran pompa en un magnífico féretro, rodeado de cirios y antorchas, en uno de estos salones de la Alhambra. Osmín y otro noble caballero fueron nombrados guardia de honor, y los cristianos cautivos se congregaron en torno al cadáver para orar.
In the meantime, Ismael wrote to the son of Prince Juan to send a convoy for the body, assuring him it should be faithfully delivered up. In due time, a band of Christian cavaliers arrived for the purpose. They were honorably received and entertained by Ismael, and, on their departure with the body, the guard of honor of Moslem cavaliers escorted the funeral train to the frontier.  Entre tanto, Ismael escribió al hijo del príncipe Juan para que enviase una escolta que recogiera el cadáver, asegurándole que le sería entregado lealmente. A su debido tiempo llegó para este fin una tropa de caballeros cristianos, que fueron honrosamente recibidos y tratados por Ismael. Cuando partieron con el cadáver, la guardia de honor de los caballeros musulmanes escoltó al fúnebre cortejo hasta la frontera.
But enough—the sun is high above the mountains, and pours his full fervor on our heads. Already the terraced roof is hot beneath our feet; let us abandon it, and refresh ourselves under the Arcades by the Fountain of the Lions.  Basta ya. El sol asoma por encima de las montañas y lanza sus rayos sobre nuestras cabezas. Ya la terraza de la torre arde bajo nuestros pies y es hora de abandonarla para buscar el fresco bajo las galerías que rodean la fuente de los Leones.


The Truant



El truhán

WE HAVE had a scene of a petty tribulation in the Alhambra, which has thrown a cloud over the sunny countenance of Dolores. This little damsel has a female passion for pets of all kinds, and from the superabundant kindness of her disposition one of the ruined courts of the Alhambra is thronged with her favorites. A stately peacock and his hen seem to hold regal sway here, over pompous turkeys, querulous guinea-fowls, and a rabble rout of common cocks and hens. The great delight of Dolores, however has for some time past been centred in a youthful pair of pigeons, who have lately entered into the holy state of wedlock, and even supplanted a tortoise-shell cat and kittens in her affections.  DESPUÉS de escrito lo anterior, ha ocurrido un pequeño incidente en la Alhambra, que ha venido a ensombrecer el alegre rostro de Dolores. Siente esta joven una femenina inclinación por los animales domésticos de toda clase, y como consecuencia de su muy bondadoso carácter, llenó uno de los ruinosos patios del palacio con los que son sus preferidos. Un arrogante pavo real y su hembra, parece como que ejercen aquí su soberanía sobre vistosos gallipavos, cacareadoras gallinas de Guinea y una caterva de gallos y gallinas comunes. La gran delicia de Dolores, sin embargo, ha sido, durante algún tiempo, un par de pichones que ya han entrado en el sagrado estado del matrimonio y que han venido a sustituir en el cariño de la muchacha a una gata romana con sus gatitos.
As a tenement for them wherein to commence housekeeping, she had fitted up a small chamber adjacent to the kitchen, the window of which looked into one of the quiet Moorish courts. Here they lived in happy ignorance of any world beyond the court and its sunny roofs. Never had they aspired to soar above the battlements, or to mount to the summit of the towers. Their virtuous union was at length crowned by two spotless and milk-white eggs, to the great joy of their cherishing little mistress. Nothing could be more praiseworthy than the conduct of the young married folks on this interesting occasion. They took turns to sit upon the nest until the eggs were hatched, and while their callow progeny required warmth and shelter; while one thus stayed at home, the other foraged abroad for food, and brought home abundant supplies.  A modo de vivienda, y para que en ella empezasen su vida de familia, les había arreglado Dolores una pequeña estancia junto a la cocina, cuya ventana daba a uno de los silenciosos patios moriscos. Allí anidaban los felices palomos, sin conocer otro mundo que el patio y los relucientes tejados llenos de sol; nunca se atrevieron a remontarse por encima de las murallas o irse a lo alto de las torres. Sus virtuosas nupcias se vieron al fin premiadas por dos huevecillos, blancos como la leche, que hicieron saltar de alegría a la cariñosa muchacha. Nada más digno de admiración que la ejemplar conducta del joven matrimonio en aquella ocasión tan interesante; se turnaron en el nido hasta que salieron los polluelos, y mientras la implume prole necesitó calor y abrigo, uno se quedaba en casa y el otro salía fuera en busca de alimento, volviendo al nido con abundantes provisiones.
This scene of conjugal felicity has suddenly met with a reverse. Early this morning, as Dolores was feeding the male pigeon, she took a fancy to give him a peep at the great world. Opening a window, therefore, which looks down upon the valley of the Darro, she launched him at once beyond the walls of the Alhambra. For the first time in his life the astonished bird had to try the full vigor of his wings. He swept down into the valley, and then rising upwards with a surge, soared almost to the clouds. Never before had he risen to such a height, or experienced such delight in flying; and, like a young spendthrift just come to his estate, he seemed giddy with excess of liberty, and with the boundless field of action suddenly opened to him. For the whole day he has been circling about in capricious flights, from tower to tower, and tree to tree. Every attempt has been vain to lure him back by scattering grain upon the roofs; he seems to have lost all thought of home, of his tender helpmate, and his callow young. To add to the anxiety of Dolores, he has been joined by two palomas ladrones, or robber pigeons, whose instinct it is to entice wandering pigeons to their own dovecotes. The fugitive, like many other thoughtless youths on their first launching upon the world, seems quite fascinated with these knowing but graceless companions, who have undertaken to show him life, and introduce him to society. He has been soaring with them over all the roofs and steeples of Granada. A thunder-storm has passed over the city, but he has not sought his home; night has closed in, and still he comes not. To deepen the pathos of the affair, the female pigeon, after remaining several hours on the nest without being relieved, at length went forth to seek her recreant mate; but stayed away so long that the young ones perished for want of the warmth and shelter of the parent bosom. At a late hour in the evening, word was brought to Dolores, that the truant bird had been seen upon the towers of the Generalife. Now it happens that the Administrador of that ancient palace has likewise a dovecote, among the inmates of which are said to be two or three of these inveigling birds, the terror of all neighboring pigeon-fanciers. Dolores immediately concluded, that the two feathered sharpers who had been seen with her fugitive, were these bloods of the Generalife. A council of war was forthwith held in the chamber of Tia Antonia. The Generalife is a distinct jurisdiction from the Alhambra, and of course some punctilio, if not jealousy, exists between their custodians. It was determined, therefore, to send Pepe, the stuttering lad of the gardens, as ambassador to the Administrador, requesting that if such fugitive should be found in his dominions, he might be given up as a subject of the Alhambra. Pepe departed accordingly, on his diplomatic expedition, through the moonlit groves and avenues, but returned in an hour with the afflicting intelligence that no such bird was to be found in the dovecote of the Generalife. The Administrador, however, pledged his sovereign word that if such vagrant should appear there, even at midnight, he should instantly be arrested, and sent back prisoner to his little black-eyed mistress.  Este cuadro de felicidad conyugal se alteró con un contratiempo. Una mañana temprano, cuando Dolores daba de comer al pichón macho, sintió el capricho de enseñarle el gran mundo. Para ello, abrió una ventana que da al valle del río Darro y lo lanzó fuera de las murallas de la Alhambra. Por primera vez en su vida tuvo la inexperta avecilla que hacer uso de todo el vigor de sus alas. Voló hacia el valle y, alzándose después con un vuelo, se remontó casi hasta las nubes. Nunca había subido a tanta altura ni gozado de las delicias de volar; y como un joven manirroto que se encuentra en su elemento, parecía aturdido por el exceso de libertad y con el infinito campo de acción desplegado ante él. Durante todo el día estuvo dando vueltas, en caprichosos vuelos, de torre en torre y de árbol en árbol. Inútiles resultaron las tentativas para cogerlo, sembrando de trigo los tejados; parecía que se había olvidado de su nido, de su tierna compañera y de sus hijuelos. Aumentó la inquietud de Dolores al ver que su pichón se había reunido con dos palomas ladronas, que tienen la habilidad de atraer a su nido los pichones de otro palomar. El prófugo—a semejanza de muchos jóvenes inexpertos en su primera salida al mundo—parecía muy fascinado con estos astutos y malvados compañeros, que se habían encargado de enseñarle a vivir y de presentarlo en sociedad. Voló con ellos sobre todos los tejados y campanarios de Granada. Estalló una pequeña tormenta sobre la ciudad y, a pesar de ello, no volvía a su hogar el fugitivo; se hizo de noche, y tampoco aparecía. Para agravar la situación, el pichón hembra, luego de permanecer varias horas en el nido sin ser relevado, salió por último en busca de su desleal compañero; pero estuvo tanto tiempo fuera, que uno de los polluelos murió, falto del calor y amparo del cariño materno. A última hora de la noche, se avisó a Dolores que el truhán del pájaro había sido visto en una de las torres del Generalife. Y es que el administrador de este antiguo palacio tenía también un palomar, y entre sus ejemplares, según decían, dos o tres de estos pájaros ladrones, terror de todos los aficionados a palomas en la vecindad. Dolores dedujo al instante que aquellos dos pájaros de cuenta, que habían visto con su fugitivo, eran los del Generalife. Inmediatamente se reunió el consejo de familia en casa de la tía Antonia. El Generalife tiene una jurisdicción distinta de la Alhambra, y reina cierto recelo entre sus conserjes, aunque no abierta enemistad. Se determinó por último enviar allí, en calidad de embajador, a Pepe, el jardinero tartamudo, para exigir la inmediata entrega del fugitivo, súbdito de la Alhambra, caso de encontrarse en aquellos dominios. Así, pues, Pepe partió a cumplir su misión diplomática cruzando por bosques y alamedas bañadas a la luz de la luna; mas volvió al cabo de una hora, con la desagradable noticia de que dicho palomo no se encontraba en el palomar del Generalife. El administrador, sin embargo, prometió bajo palabra de honor, que si dicho vagabundo se refugiaba allí, aunque fuera a medianoche, sería inmediatamente arrestado y enviado prisionero a su joven y bella propietaria.
Thus stands the melancholy affair, which has occasioned much distress throughout the palace, and has sent the inconsolable Dolores to a sleepless pillow.  Así seguía este triste asunto, que ha traído mucha zozobra a todo el palacio y que no ha dejado dormir a la inconsolable Dolores.
“Sorrow endureth for a night, ” says the proverb, “but joy cometh in the morning. ” The first object that met my eyes, on leaving my room this morning, was Dolores, with the truant pigeon in her hands, and her eyes sparkling with joy. He had appeared at an early hour on the battlements, hovering shyly about from roof to roof, but at length entered the window, and surrendered himself prisoner. He gained little credit, however, by his return; for the ravenous manner in which he devoured the food set before him showed that, like the prodigal son, he had been driven home by sheer famine. Dolores upbraided him for his faithless conduct, calling him all manner of vagrant names, though, woman-like, she fondled him at the same time to her bosom, and covered him with kisses. I observed, however, that she had taken care to clip his wings to prevent all future soarings; a precaution which I mention for the benefit of all those who have truant lovers or wandering husbands. More than one valuable moral might be drawn from the story of Dolores and her pigeon.  «La pena sufrida de noche—dice el proverbio— es alegría por la mañana»* Al día siguiente, lo primero que vi, al salir de mi cuarto, fue a Dolores con el truhán del palomo en sus manos y sus ojos brillantes de alegría. Había aparecido a primera hora en las murallas, volando cautelosamente de tejado en tejado; hasta que entró por la ventana y se entregó prisionero. Ganó, por cierto, muy poco crédito con su vuelta; por el modo insaciable de devorar la comida puesta ante él, parecía que, como el hijo pródigo, sólo regresó a su casa al verse acosado por el hambre. Dolores le echó en cara su pérfida conducta, diciéndole toda clase de nombres injuriosos, aun cuando, mujer al fin, lo acariciaba al mismo tiempo contra su pecho y le cubría de besos. Observé, con todo, que adoptó la precaución de cortarle las alas, para evitar cualquier posible intento de fuga; precaución que hago constar en beneficio de todas las que tienen amantes veleidosos o maridos callejeros. Más de una sana moraleja podría sacarse de la historia de Dolores y su pichón.


The Balcony



El balcón

I HAVE spoken of a balcony of the central window of the Hall of Ambassadors. It served as a kind of observatory, where I used often to take my seat, and consider not merely the heaven above but the earth beneath. Besides the magnificent prospect which it commanded of mountain, valley, and vega, there was a little busy scene of human life laid open to inspection immediately below. At the foot of the hill was an alameda, or public walk, which, though not so fashionable as the more modern and splendid paseo of the Xenil, still boasted a varied and picturesque concourse. Hither resorted the small gentry of the suburbs, together with priests and friars, who walked for appetite and digestion; majos and majas, the beaux and belles of the lower classes, in their Andalusian dresses; swaggering contrabandistas, and sometimes half-muffled and mysterious loungers of the higher ranks, on some secret assignation.  He hablado de un balcón en el hueco central del salón de Embajadores, que me servía de observatorio y donde solía sentarme con frecuencia, contemplando no sólo el cielo por encima, sino también la tierra que tenía debajo. Además de la magnífica perspectiva de montaña, vega y valle que desde él se domina, se ofrecía a mi consideración un pequeño y animado cuadro de la vida humana que se desarrolla al fondo. Al pie de la colina hay una alameda, que aunque no posee la elegancia del paseo del Genil, más moderno y espléndido, atrae sin embargo, una variada y pintoresca concurrencia. Aquí acude la gen’ te de los barrios, junto con los curas y frailes que pasean para abrir el apetito o hacer la digestión; majos y majas—esto es, los guapos y guapas de la gente del pueblo, vestidos con sus típicos trajes andaluces—; contrabandistas fanfarrones, y algún que otro embozado y misterioso personaje de alto rango que acude a una secreta cita.
It was a moving picture of Spanish life and character, which I delighted to study; and as the astronomer has his grand telescope with which to sweep the skies, and, as it were, bring the stars nearer for his inspection, so I had a smaller one, of pocket size, for the use of my observatory, with which I could sweep the regions below, and bring the countenances of the motley groups so close as almost, at times, to make me think I could divine their conversation by the play and expression of their features. I was thus, in a manner, an invisible observer, and, without quitting my solitude, could throw myself in an instant into the midst of society—a rare advantage to one of somewhat shy and quiet habits, and fond, like myself, of observing the drama of life without becoming an actor in the scene.  Es un animado cuadro de la vida y carácter españoles que me deleita estudiar; y a semejanza de un astrónomo que dispone de un gran telescopio con el que recorre los cielos y, por decirlo así, acerca más las estrellas para poderlas observar, también yo disponía de uno más pequeño, de bolsillo, para el uso particular de mi observatorio, con el que poder analizar el mundo de abajo; y me aproximaba tan cerca los rostros de los abigarrados grupos, que algunas veces creía adivinar sus conversaciones por los ademanes y la expresión de sus caras. Era, en cierto modo, un observador invisible que, sin abando- H nar mi soledad, me encontraba en un instante en medio de la gente; rara ventaja para quien goza de costumbres tranquilas y algo reservadas y es aficionado, como yo, a observar el drama de la vida sin intervenir como actor en la escena.
There was a considerable suburb lying below the Alhambra, filling the narrow gorge of the valley, and extending up the opposite hill of the Albaycin. Many of the houses were built in the Moorish style, round patios, or courts, cooled by fountains and open to the sky; and as the inhabitants passed much of their time in these courts, and on the terraced roofs during the summer season, it follows that many a glance at their domestic life might be obtained by an aerial spectator like myself, who could look down on them from the clouds.  Hay una importante barriada debajo de la Alhambra, que comprende la estrecha garganta del valle y se extiende por la opuesta colina del Albaicín. Muchas de sus viviendas están construidas al estilo moro, en torno a los patios refrescados por las fuentes y abiertos al cielo raso; y como durante el estío pasan sus moradores la mayor parte del día en estos patios y en las azoteas, se comprende que más de un aspecto de su vida doméstica pueda ser observado por un espectador aéreo como yo, que puedo mirarlo desde las nubes.
I enjoyed, in some degree, the advantages of the student in the famous old Spanish story, who beheld all Madrid unroofed for his inspection; and my gossiping squire, Mateo Ximenes, officiated occasionally as my Asmodeus, to give me anecdotes of the different mansions and their inhabitants.  Gozaba en sumo grado las ventajas de aquel estudiante de la famosa y vieja novela española *, que tenía a todo Madrid, sin tejados, bajo su mirada; y mi locuaz escudero Mateo Jiménez oficiaba en ocasiones de Asmodeo, narrándome anécdotas de las distintas casas y de sus moradores.
I preferred, however, to form conjectural histories for myself, and thus would sit for hours, weaving, from casual incidents and indications passing under my eye, a whole tissue of schemes, intrigues, and occupations of the busy mortals below. There was scarce a pretty face or a striking figure that I daily saw, about which I had not thus gradually framed a dramatic story, though some of my characters would occasionally act in direct opposition to the part assigned them, and disconcert the whole drama. Reconnoitering one day with my glass the streets of the Albaycin, I beheld the procession of a novice about to take the veil; and remarked several circumstances which excited the strongest sympathy in the fate of the youthful being thus about to be consigned to a living tomb. I ascertained to my satisfaction that she was beautiful; and, from the paleness of her cheek, that she was a victim, rather than a votary. She was arrayed in bridal garments, and decked with a chaplet of white flowers, but her heart evidently revolted at this mockery of a spiritual union, and yearned after its earthly loves. A tall, stern-looking man walked near her in the procession; it was, of course, the tyrannical father, who, from some bigoted or sordid motive, had compelled this sacrifice. Amid the crowd was a dark handsome youth, in Andalusian garb, who seemed to fix on her an eye of agony. It was doubtless the secret lover from whom she was for ever to be separated. My indignation rose as I noted the malignant expression painted on the countenances of the attendant monks and friars. The procession arrived at the chapel of the convent; the sun gleamed for the last time upon the chaplet of the poor novice, as she crossed the fatal threshold, and disappeared within the building. The throng poured in with cowl, and cross, and minstrelsy; the lover paused for a moment at the door. I could divine the tumult of his feelings; but he mastered them, and entered. There was a long interval—I pictured to myself the scene passing within; the poor novice despoiled of her transient finery, and clothed in the conventual garb; the bridal chaplet taken from her brow, and her beautiful head shorn of its long silken tresses. I heard her murmur the irrevocable vow. I saw her extended on a bier: the death-pall spread over her, the funeral service performed that proclaimed her dead to the world; her sighs were drowned in the deep tones of the organ, and the plaintive requiem of the nuns; the father looked on, unmoved, without a tear; the lover—no—my imagination refused to portray the anguish of the lover—there the picture remained a blank.  Sin embargo, prefería inventarme yo mismo historias supuestas, y de esta manera permanecía sentado horas y horas, urdiendo, con los incidentes ocasionales e indicaciones que pasaban ante mis ojos, una completa cadena de proyectos, intrigas y ocupaciones de los activos mortales de allá abajo. Apenas existía un bello rostro o una figura llamativa de las que a diario contemplaba, en torno a la cual no hubiese yo fraguado, poco a poco, una dramática historia, aunque a veces los caracteres creados por mí obraban en abierta oposición al papel que les había asignado, trastornando todo el drama. Un día que inspeccionaba con mi anteojo las callejuelas del Albaicín, vi la procesión de una novicia que iba a tomar el velo, y observé varias circunstancias que excitaron mi más viva compasión por el destino de la joven que estaba a punto de ser encerrada viva en una tumba. Observé con satisfacción que era hermosa y, por la palidez de sus mejillas, que era una víctima más bien que una profesa voluntaria. Iba ataviada con las galas nupciales y cubierta con una guirnalda de blancas flores; pero su corazón, sin duda, se rebelaba contra este remedo de unión espiritual y suspiraba por sus amores terrenales. Un hombre de torvo semblante caminaba junto a ella en la procesión; era, por supuesto, el tiránico padre que, por algún sórdido motivo o por fanatismo, la había arrastrado a este sacrificio. Mezclado entre el cortejo iba un joven moreno y elegante, con traje andaluz, que parecía fijar en ella miradas de angustia. Era, indudablemente, el amante secreto de quien ella iba a separarse para siempre. Creció mi indignación cuando advertí una maligna expresión pintada en los rostros de los monjes y frailes que la acompañaban. La procesión llegó a la capilla del convento; el sol brilló por última vez sobre la guirnalda de la pobre novicia, cuando cruzó el funesto umbral y desapareció dentro del edificio. Penetró el cortejo de gentes de hábito, con la cruz y el coro de cantores, y el enamorado se detuvo un momento en la puerta. Pude adivinar la agitación de sus sentimientos; pero logró dominarse y entrar. Transcurrió un largo intervalo. Me imaginaba la escena que pasaría dentro: a la pobre novicia, despojada de sus afímeras galas y vestida con el hábito conventual, le quitarían de sus sienes la corona nupcial y las largas y sedosas trenzas de su hermosa cabeza. Oí cómo musitaba su irrevocable voto. La vi tendida en un féretro, cubierta con una mortaja; se celebrarían los funerales que la proclamaban muerta para el mundo, mientras que sus sollozos se ahogaban entre las profundas voces del órgano y el plañidero requiem de las monjas. El padre contemplaría todo aquello impasible, sin una lágrima; el galán..., no. Mi imaginación se negó a pintar su angustia, y el cuadro quedó sin terminar.
After a time the throng again poured forth, and dispersed various ways, to enjoy the light of the sun and mingle with the stirring scenes of life; but the victim, with her bridal chaplet, was no longer there. The door of the convent closed that severed her from the world for ever. I saw the father and the lover issue forth; they were in earnest conversation. The latter was vehement in his gesticulations; I expected some violent termination to my drama; but an angle of a building interfered and closed the scene. My eye afterwards was frequently turned to that convent with painful interest. I remarked late at night a solitary light twinkling from a remote lattice of one of its towers. “There, ” said I, “the unhappy nun sits weeping in her cell, while perhaps her lover paces the street below in unavailing anguish. ”  Al poco rato salía de nuevo el grupo de gentes y se dispersaban por varios sitios, para disfrutar de la luz del sol y mezclarse en el ajetreo de la vida; pero la víctima, con su corona nupcial, ya no estaba allí. Se había cerrado la puerta del convento que la separaba para siempre del mundo. Vi salir al padre y al joven conversando animadamente. Este último era muy vehemente en sus ademanes, por lo que supuse un violento final para mi drama; pero se interpuso una esquina del edificio y me ocultó la escena. Mis ojos se volvieron más tarde con afligido interés hacia aquel convento. Muy entrada la noche observé una solitaria luz que titilaba tras la lejana celosía de una de sus torres. «Allí —me dije— está la desgraciada monja, llorando en su celda, mientras que acaso ronda la calle su enamorado galán, sin ocultar su angustia.»
The officious Mateo interrupted my meditations and destroyed in an instant the cobweb tissue of my fancy. With his usual zeal he had gathered facts concerning the scene, which put my fictions all to flight. The heroine of my romance was neither young nor handsome; she had no lover; she had entered the convent of her own free will, as a respectable asylum, and was one of the most cheerful residents within its walls.  El solícito Mateo interrumpió mis reflexiones y destruyó en un instante la tela de araña de mi fantasía. Con su celo acostumbrado había recogido todos los datos relativos al asunto, que echaron por tierra todas mis deducciones. La heroína de mi novela no era ni joven ni hermosa; no tenía amante; había entrado en el convento por su propia y espontánea voluntad, como asilo para ella muy respetable, y era una de las más alegres moradoras dentro de sus paredes.
It was some little while before I could forgive the wrong done me by the nun in being thus happy in her cell, in contradiction to all the rules of romance; I diverted my spleen, however, by watching, for a day or two, the pretty coquetries of a dark-eyed brunette, who, from the covert of a balcony shrouded with flowering shrubs and a silken awning, was carrying on a mysterious correspondence with a handsome, dark, well-whiskered cavalier, who lurked frequently in the street beneath her window. Sometimes I saw him at an early hour, stealing forth wrapped to the eyes in a mantle. Sometimes he loitered at a corner, in various disguises, apparently waiting for a private signal to slip into the house. Then there was the tinkling of a guitar at night, and a lantern shifted from place to place in the balcony. I imagined another intrigue like that of Almaviva; but was again disconcerted in all my suppositions. The supposed lover turned out to be the husband of the lady, and a noted contrabandista; and all his mysterious signs and movements had doubtless some smuggling scheme in view.  Pasó algún tiempo antes de que yo pudiese perdonar la ofensa que me había inferido la monja al ser tan feliz en su celda, en flagrante contradicción con las normas establecidas en la novela. Me olvidé de ella, sin embargo, al contemplar durante unos días las lindas coqueterías de una trigueña de ojos negros que, a cubierto de un balcón oculto entre floridos arbustos y una cortina de seda, sostenía una misteriosa correspondencia con un elegante individuo moreno y de grandes patillas, que rondaba con frecuencia la calle y se detenía al pie de su ventana. Unas veces lo veía a una hora temprana deslizarse furtivamente, embozado hasta los ojos en su capa; otras, se paraba en una esquina, con disfraces distintos, esperando, al parecer, una señal convenida para entrar en la casa. Más tarde se oía en el silencio de la noche el rasgueo de una guitarra, mientras que una linterna pasaba de un sitio a otro en el balcón. Me imaginé otra intriga como la de Almaviva, pero otra vez me vi burlado en mis suposiciones. El supuesto amante resultó ser el marido de la dama, y era un famoso contrabandista; todas sus misteriosas señas y movimientos los justificaba algún proyecto de contrabando a la vista.
I occasionally amused myself with noting from this balcony the gradual changes of the scenes below, according to the different stages of the day.  En ocasiones me distraía el observar desde este balcón los cambios graduales de las escenas que tenían lugar debajo, según las diferentes horas del día.
Scarce has the gray dawn streaked the sky, and the earliest cock crowed from the cottages of the hill-side, when the suburbs give sign of reviving animation; for the fresh hours of dawning are precious in the summer season in a sultry climate. All are anxious to get the start of the sun, in the business of the day. The muleteer drives forth his loaded train for the journey; the traveller slings his carbine behind his saddle, and mounts his steed at the gate of the hostel; the brown peasant from the country urges forward his loitering beasts, laden with panniers of sunny fruit and fresh dewy vegetables: for already the thrifty housewives are hastening to the market.  Apenas el alba gris había rayado el cielo y el gallo matutino cantaba en las casillas de la ladera, cuando las barriadas daban otra vez señales de animación. Las frescas horas del amanecer son preciosas en el verano de los climas cálidos. Todo el mundo se siente deseoso de tomarle la delantera al sol, en sus diarios afanes. El arriero con su cargada recua inicia las tareas cotidianas; cuelga el viajero su carabina detrás de la silla y monta su cabalgadura a la puerta del mesón; y el atezado y rústico labriego arrea sus cansinas bestias cargadas con cestos de soleadas frutas y verduras frescas de rocío, mientras que se dirigen al mercado las hacendosas amas de casa.
The sun is up and sparkles along the valley, tipping the transparent foliage of the groves. The matin bells resound melodiously through the pure bright air, announcing the hour of devotion. The muleteer halts his burdened animals before the chapel, thrusts his staff through his belt behind, and enters with hat in hand, smoothing his coal-black hair, to hear a mass, and put up a prayer for a prosperous wayfaring across the sierra. And now steals forth on fairy foot the gentle senora, in trim basquina, with restless fan in hand, and dark eye flashing from beneath the gracefully folded mantilla; she seeks some well-frequented church to offer up her morning orisons; but the nicely-adjusted dress, the dainty shoe and cobweb stocking, the raven tresses exquisitely braided, the fresh plucked rose, gleaming among them like a gem, show that earth divides with Heaven the empire of her thoughts. Keep an eye upon her, careful mother, or virgin aunt, or vigilant duenna, whichever you be, that walk behind.  Ha salido el sol y brilla a todo lo largo del valle, entre el transparente follaje del arbolado. Las campanas matutinas resuenan melodiosamente a través del fresco y puro aire, anunciando la hora de la devoción. El arriero detiene sus cargadas acémilas delante de la capilla, se coloca la vara detrás del cinturón y entra sombrero en mano, alisándose su cabellera negra como el carbón, a oír misa y a rezar una oración para que sea feliz su viaje por la sierra. Más tarde, sale con sus pies de hada la gentil señora, con su adornada basquiña, un inquieto abanico en la mano y negros ojos que brillan bajo la mantilla graciosamente plegada; busca una iglesia muy concurrida para elevar sus oraciones de la mañana; pero el bien ajustado vestido, el elegante calzado, las finísimas medias, los cabellos primorosamente trenzados y la fresca rosa recién cogida que brilla entre ellos como una perla, pregonan que la tierra comparte con el cielo el imperio de sus pensamientos. ¡Vigílala, madre prudente, tía solterona o dueña cautelosa, quienquiera que seas la que caminas tras ella!
As the morning advances, the din of labor augments on every side; the streets are thronged with man, and steed, and beast of burden, and there is a hum and murmur, like the surges of the ocean. As the sun ascends to his meridian the hum and bustle gradually decline; at the height of noon there is a pause. The panting city sinks into lassitude, and for several hours there is a general repose. The windows are closed, the curtains drawn; the inhabitants retired into the coolest recesses of their mansions; the full-fed monk snores in his dormitory; the brawny porter lies stretched on the pavement beside his burden; the peasant and the laborer sleep beneath the trees of the Alameda, lulled by the sultry chirping of the locust. The streets are deserted, except by the water-carrier, who refreshes the ear by proclaiming the merits of his sparkling beverage, “colder than the mountain snow (mas fria que la nieve). ”  Al avanzar la mañana, aumenta por todas partes el ruido del trabajo; se pueblan las calles de hombres, corceles y bestias de carga, y se alza un murmullo y un rumor como de olas del océano. A medida que el sol asciende hasta su meridiano, se desvanece poco a poco el ruido y el bullicio y a eso del mediodía hay una pausa. La ciudad, jadeante, se sumerge en laxitud, y durante algunas horas reina un descanso general. Se cierran las ventanas, las cortinas se corren y los habitantes se retiran a los rincones más frescos de sus casas; el obeso fraile ronca en su dormitorio; el musculoso mozo de cuerda se tumba en el pavimento, al lado de su carga; el campesino y el labriego duermen bajo los árboles de la Alameda, arrullados por el estridente chirriar de la cigarra. Las calles estás desiertas, excepto cuando aparece algún aguador que refresca el oído pregonando las excelencias de su cristalina agua más fría que la nieve de la Sierra.
As the sun declines, there is again a gradual reviving, and when the vesper bell rings out his sinking knell, all nature seems to rejoice that the tyrant of the day has fallen. Now begins the bustle of enjoyment, when the citizens pour forth to breathe the evening air, and revel away the brief twilight in the walks and gardens of the Darro and Xenil.  A la puesta del sol sobreviene una gradual animación; y cuando todas las campanas de la tarde tañen su triste sonido, la Naturaleza entera parece alegrarse de que el tiránico día haya sucumbido. Entonces comienza la alegría y el bullicio, cuando salen los ciudadanos a respirar el aire del anochecer y gozar del breve crepúsculo en los paseos y jardines del Darro y del Genil.
As night closes, the capricious scene assumes new features. Light after light gradually twinkles forth; here a taper from a balconied window; there a votive lamp before the image of a Saint. Thus, by degrees, the city emerges from the pervading gloom, and sparkles with scattered lights, like the starry firmament. Now break forth from court and garden, and street and lane, the tinkling of innumerable guitars, and the clicking of castanets; blending, at this lofty height, in a faint but general concert. “Enjoy the moment, ” is the creed of the gay and amorous Andalusian, and at no time does he practise it more zealously than in the balmy nights of summer, wooing his mistress with the dance, the love ditty, and the passionate serenade.  Al cerrar la noche, el caprichoso escenario se reviste de nuevos aspectos. Una tras otra aparecen las luces: aquí, una vela en un balcón; allá, una lámpara votiva ante la imagen de un santo. De este modo, por grados, surge la ciudad de su penetrante lobreguez y resplandece con luces diversas, como el firmamento estrellado. Y ahora se levanta de patios y jardines, de calles y callejuelas, el resonar de numerosas guitarras y el repiqueteo de las castañuelas, fundiéndose en las alturas en un débil pero general concierto. « ¡Goza de esta hora!», es el credo del alegre y enamoradizo andaluz, y jamás lo practica con más intensidad que en las perfumadas noches del estío, cortejando a su dama con el baile, la cantinela amorosa o la apasionada serenata.
I was one evening seated in the balcony, enjoying the light breeze that came rustling along the side of the hill, among the tree-tops, when my humble historiographer Mateo, who was at my elbow, pointed out a spacious house, in an obscure street of the Albaycin, about which he related, as nearly as I can recollect, the following anecdote.  Una noche que estaba sentado en el balcón, gozando de la suave brisa que llegaba rumorosa de la ladera de la colina por entre las copas de los árboles, mi humilde cronista Mateo, que me acompañaba, me señaló una espaciosa casa en una oscura calle del Albaicín, acerca de la cual me refirió, casi como yo la recuerdo, la siguiente anécdota.


The Court of Lions



El Patio de los Leones

THE peculiar charm of this dreamy old palace is its power of calling up vague reveries and picturings of the past, and thus clothing naked realities with the illusions of the memory and the imagination. As I delight to walk in these “vain shadows, ” I am prone to seek those parts of the Alhambra which are most favorable to this phantasmagoria of the mind; and none are more so than the Court of Lions, and its surrounding halls. Here the hand of time has fallen the lightest, and the traces of Moorish elegance and splendor exist in almost their original brilliancy. Earthquakes have shaken the foundations of this pile, and rent its rudest towers; yet see! not one of those slender columns has been displaced, not an arch of that light and fragile colonnade given way, and all the fairy fretwork of these domes, apparently as unsubstantial as the crystal fabrics of a morning’s frost, exist after the lapse of centuries, almost as fresh as if from the hand of the Moslem artist. I write in the midst of these mementos of the past, in the fresh hour of early morning, in the fated Hall of the Abencerrages. The blood-stained fountain, the legendary monument of their massacre, is before me; the lofty jet almost casts its dew upon my paper. How difficult to reconcile the ancient tale of violence and blood with the gentle and peaceful scene around! Everything here appears calculated to inspire kind and happy feelings, for everything is delicate and beautiful. The very light falls tenderly from above, through the lantern of a dome tinted and wrought as if by fairy hands. Through the ample and fretted arch of the portal I behold the Court of Lions, with brilliant sunshine gleaming along its colonnades, and sparkling in its fountains. The lively swallow dives into the court and, rising with a surge, darts away twittering over the roofs; the busy bee toils humming among the flower beds, and painted butterflies hover from plant to plant, and flutter up and sport with each other in the sunny air. It needs but a slight exertion of the fancy to picture some pensive beauty of the harem, loitering in these secluded haunts of Oriental luxury.  EL encanto peculiar de este viejo palacio de fantasía radica en la facultad de despertar vagos ensueños y evocar el pasado, revistiendo así las desnudas realidades con las ilusiones de la memoria y la imaginación. Como me deleita trabajar entre estas «vanas sombras», me he decidido a buscar aquellos rincones de la Alhambra más propicios a las fantasmagorías del espíritu; y nada más a propósito como el patio de los Leones y las salas que lo rodean. La mano del tiempo ha pasado por aquí muy superficialmente, y se conservan casi en su prístina brillantez las huellas de la elegancia y esplendor moriscos. Los temblores de tierra han sacudido los cimientos de su construcción y cuarteado sus torres tan recias; y ¡oh portento!, ni una siquiera de sus gráciles columnas se ha despedazado, ni cedido un solo arco de su frágil y ligero peristilo; en el decurso de los siglos se ha conservado todo el calado de ensueño de sus cúpulas, en apariencia tan quebradizo como el cristal tejido en el rocío del alba, tan nuevo hoy como saliera de las manos del artista musulmán. Escribo en medio de estos recuerdos del pasado, en las primeras y frescas horas de la mañana, en el fatídico salón de Abencerrajes. Delante de mí se encuentra la sangrienta fuente legendario monumento de su matanza; su alto surtidor casi arroja las gotas de agua sobre mi papel. ¡Qué difícil resulta conciliar la vieja leyenda de sangre y violencias con el lugar apacible y sosegado que me rodea! Todo parece aquí preparado para inspirar sentimientos serenos y apacibles, pues todo es bello y delicado. La luz cae suavemente desde lo alto, pasando por el tragaluz de una cúpula, matizada como por manos de hadas. A través del amplio y ligero arco de la portada contemplo el patio de los Leones, donde la brillante luz del día fulgura a lo largo de sus columnatas y centellea en sus fuentes. La airosa golondrina se lanza hacia el patio, y remontándose de pronto, se aleja como una flecha, gorjeando sobre los tejados. La laboriosa abeja se afana zumbando entre los macizos de flores, y las pintadas mariposas revolotean de planta en planta V juguetean unas con otras en el aire resplandeciente. Basta un mínimo esfuerzo de la imaginación para representarse a alguna melancólica belleza del harén vagando por estos lugares solitarios de lujo oriental.
He, however, who would behold this scene under an aspect more in unison with its fortunes, let him come when the shadows of evening temper the brightness of the court, and throw a gloom into surrounding halls. Then nothing can be more serenely melancholy, or more in harmony with the tale of departed grandeur.  Sin embargo, el que quiera contemplar este rincón bajo un aspecto más en consonancia con su destino, que venga cuando las sombras de la noche velan los resplandores del patio y cubren con su lobreguez las salas contiguas. Nada entonces de más serena melancolía o más armonía con la historia de su pasado esplendor.
At such times I am apt to seek the Hall of Justice, whose deep shadowy arcades extend across the upper end of the court. Here was performed, in presence of Ferdinand and Isabella, and their triumphant court, the pompous ceremonial of high mass, on taking possession of the Alhambra. The very cross is still to be seen upon the wall, where the altar was erected, and where officiated the Grand Cardinal of Spain, and others of the highest religious dignitaries of the land. I picture to myself the scene when this place was filled with the conquering host, that mixture of mitred prelate and shaven monk, and steel-clad knight and silken courtier; when crosses and crosiers and religious standards were mingled with proud armorial ensigns and the banners of haughty chiefs of Spain, and flaunted in triumph through these Moslem halls. I picture to myself Columbus, the future discoverer of a world, taking his modest stand in a remote corner, the humble and neglected spectator of the pageant. I see in imagination the Catholic sovereigns prostrating themselves before the altar, and pouring forth thanks for their victory; while the vaults resound with sacred minstrelsy, and the deep-toned Te Deum.  En estas horas me siento inclinado a buscar la sala de la Justicia, cuyas recónditas y sombrías arcadas se extienden hasta el extremo superior del patio. En ella se celebró, en presencia de Fernando e Isabel y de su triunfante Corte, el pomposo ceremonial de una solemne misa, al tomar posesión de la Alhambra. Todavía se puede ver la cruz en la pared donde se erigió el altar en el que oficiaron el Gran Cardenal de España y otros altos dignatarios religiosos del país. Me represento la escena al ser ocupado este lugar por los ejércitos vencedores; aquella mezcla de obispos mitrados y tonsurados frailes, caballeros revestidos de acero y cortesanos con vestidos de seda; cuando cruces, báculos y estandartes religiosos se entremezclaron con los altivos blasones y las banderas de los arrogantes señores de España, llevadas en triunfo por estos salones musulmanes. Me figuro al propio Colón, futuro descubridor de un mundo, ocupando un modesto lugar en un rincón apartado, humilde y olvidado espectador de aquella ceremonia. Contemplo con la imaginación a los Reyes Católicos, postrados ante el altar y dando gracias por su triunfo, en tanto que resuenan en las bóvedas los sagrados cánticos y el solemne Tedeum.
The transient illusion is over—the pageant melts from the fancy—monarch, priest, and warrior, return into oblivion, with the Moslems over whom they exulted. The hall of their triumph is waste and desolate. The bat flits about its twilight vault, and the owl hoots from the neighboring Tower of Comares.  La fugaz ilusión se desvanece y se esfuma el imaginado espectáculo; monarca> obispo y guerrero vuelven al olvido junto con los pobres musulmanes a quienes vencieron. Desolado y vacío está ahora el salón de sus triunfos. Revolotea el murciélago por sus sombrías bóvedas y la lechuza lanza su grito en la cercana torre de Comares.
Entering the Court of the Lions a few evenings since, I was almost startled at beholding a turbaned Moor quietly seated near the fountain. For a moment one of the fictions of the place seemed realized: an enchanted Moor had broken the spell of centuries, and become visible. He proved, however, to be a mere ordinary mortal; a native of Tetuan in Barbary, who had a shop in the Zacatin of Granada, where he sold rhubarb, trinkets, and perfumes. As he spoke Spanish fluently, I was enabled to hold conversation with him, and found him shrewd and intelligent. He told me that he came up the hill occasionally in the summer, to pass a part of the day in the Alhambra, which reminded him of the old palaces in Barbary, being built and adorned in similar style, though with more magnificence.  Al entrar pocas tardes después en el patio de los Leones, casi me asusté al ver un moro con turbante que estaba tranquilamente sentado junto a la fuente. Creí por un momento que cobraba realidad una de las ficciones de aquel sitio: un moro encantado había roto la magia de los siglos y se hacía visible; pero se trataba de un simple y vulgar mortal. Un nativo de Tetuán, en Berbería, que tenía una tienda en el Zacatín de Granada, donde vendía ruibarbo, joyas y perfumes. Como hablaba español perfectamente, me permití entablar conversación con él, y me pareció agudo e inteligente. Me dijo que subía con frecuencia en verano a la colina para pasar parte del día en la Alhambra, que le recordaba los viejos palacios berberiscos, construida como ellos y decorada en idéntico estilo aunque con mayor magnificencia.
As we walked about the palace, he pointed out several of the Arabic inscriptions, as possessing much poetic beauty.  Mientras paseábamos por el palacio, me señaló varias inscripciones arábigas de gran belleza poética.
“Ah, senor, ” said he, “when the Moors held Granada, they were a gayer people than they are nowadays. They thought only of love, music, and poetry. They made stanzas upon every occasion, and set them all to music. He who could make the best verses, and she who had the most tuneful voice, might be sure of favor and preferment. In those days, if anyone asked for bread, the reply was, make me a couplet; and the poorest beggar, if he begged in rhyme, would often be rewarded with a piece of gold. ”  —¡Ah, señor!—me dijo—. Cuando los moros dominaban Granada, eran un pueblo más alegre que hoy. Sólo pensaban en el amor, la música y la poesía. Componían estrofas con, cualquier motivo y a todas les ponían música. El que hacía los mejores versos o la que cantaba con voz más melodiosa, estaban seguros del favor y la preferencia. En aquel tiempo, si alguien pedía limosna, recibía esta respuesta: «Hazme una canción»; y el más mísero mendigo que implorase en verso, era con frecuencia recompensado con una moneda de oro.
“And is the popular feeling for poetry, ” said I, “entirely lost among you? ”  —¿Y se ha perdido del todo entre ustedes —le dije— esa afición popular por la poesía?
“By no means, senor; the people of Barbary, even those of lower classes, still make couplets, and good ones too, as in old times, but talent is not rewarded as it was then; the rich prefer the jingle of their gold to the sound of poetry or music. ”  —De ninguna manera, señor; el pueblo de Berbería, incluso la gente más humilde, compone todavía tan buenas canciones como en otro tiempo; pero hoy no se recompensa el ingenio como antes; el rico prefiere el sonido de su oro al de la poesía o la música.
As he was talking, his eye caught one of the inscriptions which foretold perpetuity to the power and glory of the Moslem monarchs, the masters of this pile. He shook his head, and shrugged his shoulders, as he interpreted it. “Such might have been the case, ” said he; “the Moslems might still have been reigning in the Alhambra, had not Boabdil been a traitor, and given up his capital to the Christians. The Spanish monarchs would never have been able to conquer it by open force. ”  En tanto que hablaba, su mirada se posó en una de las ins cripciones que vaticinaban la perpetuidad del poderío y gloria de los monarcas musulmanes, dueños de este edificio. Movió su cabeza y se encogió de hombros, mientras la traducía. En tanto que hablaba, su mirada se posó en una de las ins cripciones que vaticinaban la perpetuidad del poderío y gloria de los monarcas musulmanes, dueños de este edificio.
I endeavored to vindicate the memory of the unlucky Boabdil from this aspersion, and to show that the dissensions which led to the downfall of the Moorish throne, originated in the cruelty of his tiger-hearted father; but the Moor would admit of no palliation.  Intenté vindicar la memoria del infortunado Boabdil contra esta calumnia, y demostrar cómo las discordias que ocasionaron la caída del reino moro tuvieron su origen en la crueldad de un padre que tenía un corazón de tigre; pero el moro no quiso admitir disculpa.
“Muley Abul Hassan, ” said he, “might have been cruel; but he was brave, vigilant, and patriotic. Had he been properly seconded, Granada would still have been ours; but his son Boabdil thwarted his plans, crippled his power, sowed treason in his palace, and dissension in his camp. May the curse of God light upon him for his treachery! ” With these words the Moor left the Alhambra.  —Muley Abul Hassan —replicó——, aunque fuese cruel, también era valeroso, prudente y patriota. De haber sido secundado debidamente, todavía sería nuestra Granada; pero su hijo Boabdil frustró sus planes, debilitó su poder, sembró la traición en su alcázar y la discordia en su territorio. ¡Ojalá caiga sobre él, por su traición, la maldición de Alá! Dicho esto, el moro salió de la Alhambra.
The indignation of my turbaned companion agrees with an anecdote related by a friend, who, in the course of a tour in Barbary, had an interview with the Pacha of Tetuan. The Moorish governor was particular in his inquiries about Spain and especially concerning the favored region of Andalusia, the delights of Granada, and the remains of its royal palace. The replies awakened all those fond recollections, so deeply cherished by the Moors, of the power and splendor of their ancient empire in Spain. Turning to his Moslem attendants, the Pacha stroked his beard, and broke forth in passionate lamentations, that such a sceptre should have fallen from the sway of true believers. He consoled himself, however, with the persuasion, that the power and prosperity of the Spanish nation were on the decline; that a time would come when the Moors would reconquer their rightful domains; and that the day was perhaps not far distant, when Mohammedan worship would again be offered up in the Mosque of Cordova, and a Mohammedan prince sit on his throne in the Alhambra.  La indignación de mi compañero del turbante está de acuerdo con la anécdota que me refirió un amigo que se entrevistó con el Pachá de Tetuán en ocasión de un viaje a Berbería. El gobernador moro puso vivo interés en sus preguntas sobre España y, en especial, respecto a la próspera región de Andalucía, las delicias de Granada y los restos del real palacio. Las respuestas despertaron todos aquellos queridos recuerdos, tan tiernamente guardados por los moros, acerca del poder y esplendor de su antiguo imperio en España. Dirigiéndose a sus criados musulmanes, el Pachá acarició su barba y estalló en apasionados denuestos porque semejante cetro se hubiese escapado de las manos de los verdaderos creyentes. Se consoló, sin embargo, persuadido de que el poderío y la prosperidad de la nación española estaban en decadencia; de que algún día conquistarían los moros sus legítimos dominios, y de que no estaba muy lejos la hora en que se celebrase nuevamente el culto mahometano en la mezquita de Córdoba y un príncipe musulmán se sentase en su trono de la Alhambra.
Such is the general aspiration and belief among the Moors of Barbary, who consider Spain, or Andaluz, as it was anciently called, their rightful heritage, of which they have been despoiled by treachery and violence. These ideas are fostered and perpetuated by the descendants of the exiled Moors of Granada, scattered among the cities of Barbary. Several of these reside in Tetuan, preserving their ancient names, such as Paez and Medina, and refraining from intermarriage with any families who cannot claim the same high origin. Their vaunted lineage is regarded with a degree of popular deference, rarely shown in Mohammedan communities to any hereditary distinction, excepting in the royal line.  Tales son la aspiración y creencia generales entre los moros de Berbería, que consideran a España, al Andalus, como se llamaba antiguamente, su legítima herencia, de la que fueron despojados por la violencia y la traición. Fomentan y perpetúan estas ideas los descendientes de los desterrados moros de Granada, dispersos por las ciudades berberiscas. Varios de ellos residen en Tetuán, conservando sus antiguos nombres, tales como Páez y Medina, y se abstienen de contraer matrimonio con aquellas familias que no pueden alegar el mismo ilustre origen. Su esclarecido linaje es mirado con una cierta grada de popular deferencia, que raramente demuestran las comunidades mahometanas hacia ningún título hereditario, si se exceptúa a la alcurnia real.
These families, it is said, continue to sigh after the terrestrial paradise of their ancestors, and to put up prayers in their mosques on Fridays, imploring Allah to hasten the time when Granada shall be restored to the faithful: an event to which they look forward as fondly and confidently as did the Christian crusaders to the recovery of the Holy Sepulchre. Nay, it is added, that some of them retain the ancient maps and deeds of the estates and gardens of their ancestors at Granada, and even the keys of the houses, holding them as evidences of their hereditary claims, to be produced at the anticipated day of restoration.  Se dice que estas familias suspiran por el paraíso terrenal de sus antepasados y elevan sus oraciones los viernes en la mezquita, implorando de Alá que apresure el momento en que sea restituida Granada a los creyentes; acontecimiento éste que esperan con ilusión, confiadamente, como los cruzados cristianos confiaban en rescatar el Santo Sepulcro. Es más: se añade que algunos de ellos conservan los planos y escrituras de las fincas y jardines de sus antepasados de Granada y hasta las llaves de las casas, como testimonio de sus derechos hereditarios, que presentarán el deseado día de la restauración.
My conversation with the Moor set me to musing on the fate of Boabdil. Never was surname more applicable than that bestowed upon him by his subjects of El Zogoybi, or the Unlucky. His misfortunes began almost in his cradle, and ceased not even with his death. If ever he cherished the desire of leaving an honorable name on the historic page, how cruelly has he been defrauded of his hopes! Who is there that has turned the least attention to the romantic history of the Moorish domination in Spain, without kindling with indignation at the alleged atrocities of Boabdil? Who has not been touched with the woes of his lovely and gentle queen, subjected by him to a trial of life and death, on a false charge of infidelity? Who has not been shocked by his alleged murder of his sister and her two children, in a transport of passion? Who has not felt his blood boil, at the inhuman massacre of the gallant Abencerrages, thirty-six of whom, it is affirmed, he ordered to be beheaded in the Court of Lions? All these charges have been reiterated in various forms; they have passed into ballads, dramas, and romances, until they have taken too thorough possession of the public mind to be eradicated. There is not a foreigner of education that visits the Alhambra but asks for the fountain where the Abencerrages were beheaded, and gazes with horror at the grated gallery where the queen is said to have been confined; not a peasant of the Vega or the Sierra, but sings the story in rude couplets, to the accompaniment of his guitar, while his hearers learn to execrate the very name of Boabdil.  Mi conversación con el moro me llevó a meditar sobre el destino de Boabdil. Nunca hubo un sobrenombre más acertado que el de Zogoibi, es decir, el Infortunado, que le dieron sus súbditos. Sus desdichas comienzan casi en la cuna, y no cesaron ni siquiera con su muerte. Si alguna vez acarició el deseo de dejar un honroso nombre en las páginas de la Historia, ¡qué cruelmente fue defraudado en sus esperanzas! ¿Quién que haya prestado la más mínima atención a la romántica historia de la dominación árabe en España, no se ha encendido de indignación ante las supuestas atrocidades de Boabdil? ¿Quién no se ha sentido conmovido ante los infortunios de su hermosa y gentil reina, sometida por él a una prueba de vida o muerte, por una falsa imputación de infidelidad? ¿Quién no se ha estremecido con el supuesto asesinato de su hermana y de sus dos hijos, cometido en un arrebato de pasión? Y ¿quién, por último, no ha sentido hervir la sangre en sus venas ante la inhumana matanza de los valerosos Abencerrajes, treinta y seis de los cuales, según se afirma, ordenó él que fuesen decapitados en el patio de los Leones? Todas estas acusaciones se han reiterado en formas distintas, pasaron a los romances, dramas y novelas, y de tal manera han tomado posesión del espíritu público, que resulta imposible desarraigarías. No hay un solo extranjero culto, visitante de la Alhambra, que no pregunte por la fuente donde fueron decapitados los Abencerrajes y contemple con horror las galerías con rejas en donde dicen que estuvo encerrada la reina; ni un solo labriego de la vega o de la Sierra, que no cante esta historia en rudas tonadas, acompañado de su guitarra, mientras sus oyentes aprenden a execrar el nombre de Boabdil.
Never, however, was name more foully and unjustly slandered. I have examined all the authentic chronicles and letters written by Spanish authors, contemporary with Boabdil, some of whom were in the confidence of the Catholic sovereigns, and actually present in the camp throughout the war. I have examined all the Arabian authorities I could get access to, through the medium of translation, and have found nothing to justify these dark and hateful accusations. The most of these tales may be traced to a work commonly called The Civil Wars of Granada, containing a pretended history of the feuds of the Zegries and Abencerrages, during the last struggle of the Moorish empire. The work appeared originally in Spanish, and professed to be translated from the Arabic by one Gines Perez de Hita, an inhabitant of Murcia. It has since passed into various languages, and Florian has taken from it much of the fable of his Gonsalvo of Cordova; it has thus, in a great measure, usurped the authority of real history, and is currently believed by the people, and especially the peasantry of Granada. The whole of it, however, is a mass of fiction, mingled with a few disfigured truths, which give it an air of veracity. It bears internal evidence of its falsity; the manners and customs of the Moors being extravagantly misrepresented in it, and scenes depicted totally incompatible with their habits and their faith, and which never could have been recorded by a Mahometan writer.  Y a pesar de todo, nunca hubo un nombre más deshonrosa e injustamente calumniado. He examinado todas las crónicas auténticas y las cartas escritas por autores españoles, contemporáneos de Boabdil, algunos de los cuales gozaban de la confianza de los Reyes Católicos y estuvieron realmente presentes en el campo de batalla durante la guerra. He revisado también, merced a las traducciones, todos los textos árabes que pude, veraces y objetivos, y nada he encontrado que justifique estas sombrías y odiosas acusaciones. La mayoría de estas fábulas deben atribuirse a la obra conocida por Las Guerras Civiles de Granada, que contiene una pretendida historia de las contiendas entre Zegríes y Abencerrajes, durante las últimas luchas del imperio musulmán. La obra apareció originalmente en español, declarando ser traducida del árabe por un Ginés Pérez de Hita, vecino de Murcia. Desde entonces ha sido vertida a varios idiomas, y Florián tomó mucho de ella para la leyenda de su Gonzalo de Córdoba; de esta forma usurpó en gran parte la autoridad de la verdadera historia, siendo tenida como cierta por las gentes, y en especial por el vulgo de Granada. Toda ella, no obstante, es un amasijo de patrañas mezcladas con unas pocas verdades desfiguradas que le prestan cierto aire de veracidad. Lleva en sí misma la evidencia de su falsedad; los usos y costumbres de los moros están absurdamente tergiversados, y las escenas que recoge son totalmente incompatibles con sus hábitos y religión, que nunca aparecen así descritas en la obra de un solo escritor musulmán.
I confess there seems to me something almost criminal, in the wilful perversions of this work: great latitude is undoubtedly to be allowed to romantic fiction, but there are limits which it must not pass; and the names of the distinguished dead, which belong to history, are no more to be calumniated than those of the illustrious living. One would have thought, too, that the unfortunate Boabdil had suffered enough for his justifiable hostility to the Spaniards, by being stripped of his kingdom, without having his name thus wantonly traduced, and rendered a by-word and a theme of infamy in his native land, and in the very mansion of his fathers!  Confieso que me parece que hay algo casi criminal en las pretendidas falsedades de este libro. Es admisible que se con-ceda una gran amplitud a la ficción romántica; pero hay ciertos límites que nunca deben ser traspasados. Los nombres de los muertos distinguidos, que pertenecen a la Historia, no deben ser calumniados; de la misma manera que no se ultrajan los de los ilustres personajes que hoy viven. ¡Pensemos además que harto sufrió el infortunado Boabdil, por su justificable hostilidad hacia los españoles, al ser despojado de su reino, sin que por eso fuese su nombre tan imperdonablemente calumniado y convertido en objeto de burla y tema de infamia en su país natal y en la propia mansión de sus padres!


Mementos of Boabdil



Recuerdos de Boabdil

WHILE my mind was still warm with the subject of the unfortunate Boabdil, I set forth to trace the mementos of him still existing in this scene of his sovereignty and misfortunes. In the Tower of Comares, immediately under the Hall of Ambassadors, are two vaulted rooms, separated by a narrow passage; these are said to have been the prisons of himself and his mother, the virtuous Ayxa la Horra; indeed, no other part of the tower would have served for the purpose. The external walls of these chambers are of prodigious thickness, pierced with small windows secured by iron bars. A narrow stone gallery, with a low parapet, extends along three sides of the tower just below the windows, but at a considerable height from the ground. From this gallery, it is presumed, the queen lowered her son with the scarfs of herself and her female attendants during the darkness of the night to the hillside, where some of his faithful adherents waited with fleet steeds to bear him to the mountains.  TODAVÍA acalorada mi mente con el tema del infortunado Boabdil, me dispuse a buscar los recuerdos que de él quedan en este escenario de su soberanía y de sus infortunios. En la torre de Comares y debajo del salón de Embajadores, hay dos habitaciones abovedadas, separadas entre sí por un estrecho pasadizo, que fueron, según dicen, prisiones de él y de su madre, la virtuosa Aixa la Horra; y en verdad, ninguna otra parte de la torre es más a propósito para este fin. Las paredes exteriores de estas cámaras tienen un extraordinario espesor y sus ventanas están aseguradas por barras de hierro. Una estrecha galería de piedra con un bajo parapeto se extiende a lo largo de tres de los lados con la torre, precisamente debajo de las ventanas, aunque a considerable altura del suelo. Créese que desde esta galería descolgó la reina a su hijo, con sus propios ceñidores y los de sus doncellas, protegidas por la oscuridad de la noche, hasta la ladera donde algunos de sus fieles partidarios esperaban con rápidos corceles para trasladarlo a la montaña.
Between three and four hundred years have elapsed, yet this scene of the drama remains almost unchanged. As I paced the gallery, my imagination pictured the anxious queen leaning over the parapet; listening, with the throbbings of a mother’s heart, to the last echoes of the horses’ hoofs as her son scoured along the narrow valley of the Darro.  Han transcurrido desde entonces de trescientos a cuatrocientos años y todavía permanece casi inalterable este escenario del drama. Cuando pasaba por esta galería, mi imaginación se representaba a la angustiada reina inclinada sobre el parapeto, escuchando con los latidos de su corazón de madre los últimos ecos de los cascos del caballo, mientras su hijo corría a lo largo del angosto valle del Darro.
I next sought the gate by which Boabdil made his last exit from the Alhambra, when about to surrender his capital and kingdom. With the melancholy caprice of a broken spirit, or perhaps with some superstitious feeling, he requested of the Catholic monarchs that no one afterwards might be permitted to pass through it. His prayer, according to ancient chronicles, was complied with, through the sympathy of isabella, and the gate was walled up.  Busqué después la puerta por donde hizo Boabdil su última salida de la Alhambra, poco antes de entregar la capital y el reino. Con el melancólico acento de su abatido espíritu, o guiado tal vez por algún supersticioso impulso, pidió a los Reyes Católicos que en adelante no se permitiera a nadie pasar por ella. Según las viejas crónicas, fue atendido su ruego, gracias a la mediación de Isabel, y la puerta fue tapiada.
I inquired for some time in vain for such a portal; at length my humble attendant, Mateo Ximenes, said it must be one closed up with stones, which, according to what he had heard from his father and grandfather, was the gateway by which King Chico had left the fortress. There was a mystery about it, and it had never been opened within the memory of the oldest inhabitant.  En vano pregunté por ella durante algún tiempo, hasta que, por último, mi humilde servidor Mateo Jiménez me dijo que debía de ser una cerrada con piedras que, según lo que había oído a su padre y abuelo, era la puerta por donde el Rey Chico había salido de la fortaleza. Existía un misterio en torno a ella, pues los habitantes más ancianos no recordaban que se hubiese abierto nunca.
He conducted me to the spot. The gateway is in the centre of what was once an immense pile, called the Tower of the Seven Floors (la Torre de los Siete Suelos). It is famous in the neighborhood as the scene of strange apparitions and Moorish enchantments. According to Swinburne the traveller, it was originally the great gate of entrance. The antiquaries of Granada pronounce it the entrance to that quarter of the royal residence where the king’s bodyguards were stationed. It therefore might well form an immediate entrance and exit to the palace; while the grand Gate of Justice served as the entrance of state to the fortress. When Boabdil sallied by this gate to descend to the Vega, where he was to surrender the keys of the city to the Spanish sovereigns, he left his vizier Aben Comixa to receive, at the Gate of Justice, the detachment from the Christian army and the officers to whom the fortress was to be given up.  Me condujo después a aquel lugar. La puerta se halla en el centro de lo que fue en otro tiempo una mole inmensa, llamada la Torre de los Siete Suelos, famosa en la vecindad por ser escenario de extrañas apariciones y moriscos encantamientos. Según Swinburne el viajero, que llegó a verla, era primitivamente la gran puerta de entrada. Los anticuarios de Granada dicen de ella que sirvió de entrada a la parte de la residencia real en donde hacía guardia la escolta del monarca. Es muy posible que constituyese una entrada y salida inmediatas al palacio, en tanto que la gran puerta de la Justicia sería la oficial de la fortaleza. Cuando Boabdil salió por ella para ir hasta la vega, donde debía entregar las llaves de la ciudad a los soberanos españoles, dejó a su visir Aben Comixa en la puerta de la Justicia para que recibiese al destacamento del ejército cristiano y a los oficiales a quienes debía ser entregada la fortaleza.
The once redoubtable Tower of the Seven Floors is now a mere wreck, having been blown up with gunpowder by the French, when they abandoned the fortress. Great masses of the wall lie scattered about, buried in luxuriant herbage, or overshadowed by vines and fig-trees. The arch of the gateway, though rent by the shock, still remains; but the last wish of poor Boabdil has again, though unintentionally, been fulfilled, for the portal has been closed up by loose stones gathered from the ruins, and remains impassable.  La que fue en otro tiempo formidable torre de los Siete Suelos es en la actualidad una pura ruina, pues fue volada por los franceses cuando abandonaban la Alhambra. Grandes bloques de murallas están esparcidos por todas partes, enterrados en la espesa maleza u ocultos por vides e higueras. Todavía se conserva el arco de la puerta de entrada, aunque agrietado por la voladura; sin embargo, se ha cumplido una vez más el último deseo del infortunado Boabdil, pues la puerta permanece cegada por las piedras sueltas que, procedentes de las ruinas, impiden el paso por ella.
Mounting my horse, I followed up the route of the Moslem monarch from this place of his exit. Crossing the hill of Los Martyros, and keeping along the garden wall of a convent bearing the same name, I descended a rugged ravine beset by thickets of aloes and Indian figs, and lined with caves and hovels swarming with gipsies. The descent was so steep and broken that I was fain to alight and lead my horse. By this via dolorosa poor Boabdil took his sad departure to avoid passing through the city; partly, perhaps, through unwillingness that its inhabitants should behold his humiliation; but chiefly, in all probability, lest it might cause some popular agitation. For the last reason, undoubtedly, the detachment sent to take possession of the fortress ascended by the same route.  Montado a caballo, seguí la ruta que hiciera el monarca musulmán desde este punto de partida. Cruzando el cerro de los Mártires y siguiendo la tapia del jardín de un convento que lleva el mismo nombre, descendí a un abrupto barranco rodeado de pitas y chumberas y poblado de cuevas y chozas de gitanos. La bajada es tan violenta y quebrada que tuve que apearme y llevar el caballo de la brida. Por esta vía dolorosa inició su amarga salida el pobre Boabdil, para evitar el paso a través de la ciudad, quizá debido a la natural repugnancia de que los habitantes no fuesen testigos de su humillación; pero sobre todo, y es lo más probable, por temor a que se produjera algún disturbio popular.
Emerging from this rough ravine, so full of melancholy associations, and passing by the puerta de los molinos (the gate of the mills), I issued forth upon the public promenade called the Prado, and pursuing the course of the Xenil, arrived at a small chapel, once a mosque, now the Hermitage of San Sebastian. Here, according to tradition, Boabdil surrendered the keys of Granada to King Ferdinand. I rode slowly thence across the Vega to a village where the family and household of the unhappy king awaited him, for he had sent them forward on the preceding night from the Alhambra, that his mother and wife might not participate in his personal humiliation, or be exposed to the gaze of the conquerors. Following on in the route of the melancholy band of royal exiles, I arrived at the foot of a chain of barren and dreary heights, forming the skirt of the Alpuxarra mountains. From the summit of one of these the unfortunate Boabdil took his last look at Granada; it bears a name expressive of his sorrows, la Cuesta de las Lagrimas (the Hill of Tears). Beyond it, a sandy road winds across a rugged cheerless waste, doubly dismal to the unhappy monarch, as it led to exile.  Sin duda por esta última razón subió por este mismo camino el destacamento enviado a tomar posesión de la fortaleza. Saliendo de este abrupto barranco tan lleno de melancólicos recuerdos y pasando por la Puerta de los Molinos, entré en el paseo público llamado el Prado; siguiendo después el curso del Genil, llegué a una pequeña capilla, en otro tiempo mezquita y hoy ermita de San Sebastián. Según la tradición, fue aquí donde Boabdil entregó las llaves de la ciudad al rey Fernando. Cabalgué lentamente a través de la vega, hasta que llegué a un pueblecito en el que esperara la familia y servidumbre del infeliz soberano, ya que éste los había enviado por delante la noche anterior, desde la Alhambra, para que su madre y su esposa no participasen de su propia humillación ni estuviesen expuestas a las miradas de los conquistadores. Continuando la ruta del triste cortejo de desterrados reales, llegué al pie de una cadena de áridos y sombríos cerros que forman la base de los montes de la Alpujarra. Desde la cumbre de uno de ellos dirigió el infortunado Boabdil su última y dolorida mirada sobre Granada, y por ello es conocido con el expresivo nombre de la Cuesta de las Lágrimas. Más allá, un arenoso camino zigzagueante a través de una escabrosa y desolada llanura, doblemente triste para el desgraciado monarca, puesto que era el camino del destierro.
I spurred my horse to the summit of a rock, where Boabdil uttered his last sorrowful exclamation, as he turned his eyes from taking their farewell gaze; it is still denominated el ultimo suspiro del Moro (the last sigh of the Moor). Who can wonder at his anguish at being expelled from such a kingdom and such an abode? With the Alhambra he seemed to be yielding up all the honors of his line, and all the glories and delights of life.  Espoleé mi caballo y llegué a lo alto de una roca desde la cual lanzó Boabdil su última y apesadumbrada exclamación, cuando volvió sus ojos para dar el adiós de despedida, y que se llama el último suspiro del moro. ¿A quién extrañará su angustia al verse arrojado de un reino y de una residencia semejantes? Al salir de la Alhambra, le parecía abandonar todo el honor de su estirpe y todas las glorias y delicias de su vida.
It was here, too, that his affliction was embittered by the reproach of his mother, Ayxa, who had so often assisted him in times of peril, and had vainly sought to instil into him her own resolute spirit. “You do well, ” said she, “to weep as a woman over what you could not defend as a man ” ; a speech savoring more of the pride of the princess than the tenderness of the mother.  Fue aquí también donde su aflicción se hizo más amarga con el reproche de su madre Aixa, la misma que tantas veces le ayudara en sus horas de peligro, y que trató en vano de infundirle su propio y resuelto ánimo. «Llora como mujer —le dijo— lo que no has sabido defender como hombre»; palabras éstas que delataban más el orgullo de la reina que los temores de la madre.
When this anecdote was related to Charles V by Bishop Guevara, the emperor joined in the expression of scorn at the weakness of the wavering Boabdil. “Had I been he, or he been I, ” said the haughty potentate, “I would rather have made this Alhambra my sepulchre than have lived without a kingdom in the Alpuxarra. ” How easy it is for those in power and prosperity to preach heroism to the vanquished! how little can they understand that life itself may rise in value with the unfortunate, when nought but life remains!  Cuando el obispo Guevara refirió esta anécdota a Carlos V, el emperador se unió a la despectiva expresión ante la debilidad mostrada por el vacilante Boabdil. «Si yo hubiera sido él, o él hubiera sido yo —dijo el altivo soberano-, antes hubiera hecho de la Alhambra mi sepulcro que haber vivido sin reino en la Alpujarra.» ¡Qué fácil se hace para los que son dueños del poder y la prosperidad predicar heroísmos al vencido!, y ¡qué difíc il les resulta comprender que la misma vida tiene más valor para el infortunado, cuando nada le queda sino ella!
Slowly descending the “Hill of Tears, ” I let my horse take his own loitering gait back to Granada, while I turned the story of the unfortunate Boabdil over in my mind. In summing up the particulars I found the balance inclining in his favor. Throughout the whole of his brief, turbulent, and disastrous reign, he gives evidence of a mild and amiable character. He, in the first instance, won the hearts of his people by his affable and gracious manners; he was always placable, and never inflicted any severity of punishment upon those who occasionally rebelled against him. He was personally brave; but wanted moral courage; and, in times of difficulty and perplexity, was wavering and irresolute. This feebleness of spirit hastened his downfall, while it deprived him of that heroic grace which would have given grandeur and dignity to his fate, and rendered him worthy of closing the splendid drama of the Moslem domination in Spain.  Descendiendo lentamente por la Cuesta de las Lágrimas, dejé que mi caballo tomase su lento paso de regreso a Granada, mientras reflexionaba de nuevo en la historia del desdichado Boabdil. Al recapacitar acerca de los pormenores, encontré que la balanza se inclinaba a su favor, pues a través de su breve, turbulento y desastroso reinado, había dado muestras de un apacible y cariñoso carácter. Ganóse desde el principio el corazón de su pueblo con sus afables y corteses maneras; siempre fue clemente y jamás infligió ningún severo castigo a los que, a veces, se rebelaron contra él. Personalmente fue un valiente, aunque le faltó energía moral y se mostró indeciso e irresoluto en las horas difíciles y confusas. Esta debilidad de carácter aceleró su caída, privándole al mismo tiempo de la heroica dis posición de espíritu que hubiese dado esplendor y dignidad a su destino, haciéndole digno le lograr feliz remate al espléndido drama de la dominación musulmana en España.


Local Traditions



Tradiciones locales

THE COMMON people of Spain have an Oriental passion for story-telling, and are fond of the marvellous. They will gather round the doors of their cottages in summer evenings, or in the great cavernous chimney-corners of the ventas in the winter, and listen with insatiable delight to miraculous legends of saints, perilous adventures of travellers, and daring exploits of robbers and contrabandistas. The wild and solitary character of the country, the imperfect diffusion of knowledge, the scarceness of general topics of conversation, and the romantic adventurous life that every one leads in a land where travelling is yet in its primitive state, all contribute to cherish this love of oral narration, and to produce a strong infusion of the extravagant and incredible. There is no theme, however, more prevalent and popular than that of treasures buried by the Moors; it pervades the whole country. In traversing the wild sierras, the scenes of ancient foray and exploit, you cannot see a Moorish atalaya, or watchtower, perched among the cliffs, or beetling above its rock-built village, but your muleteer, on being closely questioned, will suspend the smoking of his cigarillo to tell some tale of Moslem gold buried beneath its foundations; nor is there a ruined alcazar in a city but has its golden tradition, handed down from generation to generation among the poor people of the neighborhood.  EL pueblo español tiene pasión oriental por contar historias y es amante de lo maravilloso. Reunidos en las puertas de sus casas en las noches de estío, o en torno a las grandes y cavernosas chimeneas de las ventas en el invierno, escuchan con insaciable deleite las milagrosas leyendas de santos, las peligrosas aventuras de los viajeros y las intrépidas hazañas de bandidos y contrabandistas. El salvaje y solitario aspecto del país, la imperfecta difusión de la cultura, la escasez de temas generales de conversación y la romántica y aventurera vida que todos llevan en una tierra donde los viajes se hacen todavía como en los tiempos primitivos, todo contribuye a fomentar este cariño por las narraciones orales y a que lo extravagante e increíble produzca una fuerte impresión. No hay, en verdad, tema más persistente y popular, ni que esté más arraigado en todo el país, que el de los tesoros enterrados por los moros. Al atravesar las abruptas sierras, escenario de antiguas hazañas y acciones de guerra, se ve alguna atalaya morisca levantada sobre peñascos o dominando alguna aldea construida sobre las rocas; si preguntáis a vuestro arriero sobre ella, dejará de fumar su cigarrillo para relataros alguna leyenda de un tesoro musulmán escondido bajo sus cimientos; y no hay ningún ruinoso alcázar en cualquier ciudad que no tenga su dorada tradición transmitida de generación en generación entre la gente pobre de la vecindad.
These, like most popular fictions, have sprung from some scanty groundwork of fact. During the wars between Moor and Christian which distracted this country for centuries, towns and castles were liable frequently and suddenly to change owners, and the inhabitants, during sieges and assaults, were fain to bury their money and jewels in the earth, or hide them in vaults and wells, as is often done at the present day in the despotic and belligerent countries of the East. At the time of the expulsion of the Moors also, many of them concealed their most precious effects, hoping that their exile would be but temporary, and that they would be enabled to return and retrieve their treasures at some future day. It is certain that from time to time hoards of gold and silver coin have been accidentally digged up, after a lapse of centuries, from among the ruins of Moorish fortresses and habitations; and it requires but a few facts of the kind to give birth to a thousand fictions.  Estas consejas, como la mayor parte de las ficciones populares, se basan en algún pequeño fundamento. Durante las E guerras entre moros y cristianos, que turbaron esta comarca por espacio de siglos, ciudades y castillos estaban expuestos a frecuentes y bruscos cambios de dueño, y sus habitantes, mientras duraban el sitio y los asaltos, se veían obligados a esconder su dinero y alhajas en la tierra, o a ocultarlo en las bóvedas y pozos, como se hace hoy con frecuencia en los despóticos y belicosos países de Oriente. Cuando fueron expulsados los moriscos, muchos escondieron también sus más preciados efectos, creyendo que su exilio sería sólo temporal y que podrían volver y recuperar en un futuro día sus tesoros. Consta que se ha descubierto casualmente, de cuando en cuando, algún que otro rinconcillo de oro y plata después de un lapso de siglos, entre las ruinas de las fortalezas y viviendas árabes; hechos aislados de esta índole suficientes para dar motivo a un sinnúmero de fábulas.
The stories thus originating have generally something of an Oriental tinge, and are marked with that mixture of the Arabic and the Gothic which seems to me to characterize every thing in Spain, and especially in its southern provinces. The hidden wealth is always laid under magic spell, and secured by charm and talisman. Sometimes it is guarded by uncouth monsters or fiery dragons, sometimes by enchanted Moors, who sit by it in armor, with drawn swords, but motionless as statues, maintaining a sleepless watch for ages.  Las historias así nacidas tienen generalmente un matiz oriental y se distinguen por esa mezcla de muslín y cristiano que, en mi opinión, parece caracterizarlo todo en España, especialmente en las provincias del Sur. Las riquezas escondidas están casi siempre bajo un mágico hechizo o guardadas por un encantamiento o un talismán, protegidas a veces por monstruos extraños o fieros dragones, y otras, por moros encantados sentados junto a ellas, con su armadura y desnudas las espadas, pero inmóviles como estatuas, montando una insomne guardia durante siglos.
The Alhambra of course, from the peculiar circumstances of its history, is a strong-hold for popular fictions of the kind; and various relics, digged up from time to time, have contributed to strengthen them. At one time an earthen vessel was found containing Moorish coins and the skeleton of a cock, which, according to the opinion of certain shrewd inspectors, must have been buried alive. At another time a vessel was dug up containing a great scarabaeus or beetle of baked clay, covered with Arabic inscriptions, which was pronounced a prodigious amulet of occult virtues. In this way the wits of the ragged brood who inhabit the Alhambra have been set wool-gathering, until there is not a hall, nor tower, nor vault, of the old fortress, that has not been made the scene of some marvellous tradition. Having, I trust, in the preceding papers made the reader in some degree familiar with the localities of the Alhambra, I shall now launch out more largely into the wonderful legends connected with it, and which I have diligently wrought into shape and form, from various legendary scraps and hints picked up in the course of my perambulations; in the same manner, that an antiquary works out a regular historical document from a few scattered letters of an almost defaced inscription.  La Alhambra, naturalmente, dadas las peculiares circunstancias de su historia, es un filón inagotable para las consejas populares de esta índole, y han contribuido a confirmarlas las varias reliquias desenterradas alguna que otra vez. En cierta ocasión fue encontrado un jarrón de barro que contenía monedas moriscas y un esqueleto de gallo que —según sagaz opinión de algunos inteligentes— debió de ser enterrado vivo. Otra vez fue descubierto otro jarrón conteniendo un gran escarabajo de arcilla cocida, cubierta de inscripciones arábigas, que fue considerado como un prodigioso amuleto de ocultas virtudes. De esta manera, los cerebros de la andrajosa ralea moradora de la Alhambra se han entregado a estas ilusiones de la imaginación, tanto que no hay salón, torre o bóveda de la vieja ciudadela que no haya sido teatro de alguna maravillosa tradición. Supuesto que el lector se ha familiarizado —en las páginas que anteceden— con los lugares de la Alhambra, me ocuparé ahora, con más amplitud, de las maravillosas leyendas relacionadas con ella, a las cuales he dado forma cuidadosamente, con los diversos apuntes e indicaciones recogidos en el curso de mis andanzas, del mismo modo que un anticuario reconstruye y ordena un documento histórico mediante unas cuantas letras borradas y casi ininteligibles.
If any thing in these legends should shock the faith of the over-scrupulous reader, he must remember the nature of the place, and make due allowances. He must not expect here the same laws of probability that govern commonplace scenes and everyday life; he must remember that he treads the halls of an enchanted palace, and that all is “haunted ground. ”  Si algo hay en estas leyendas que lastime la credulidad del escrupuloso lector, debe mostrarse indulgente recordando la naturaleza de estos lugares. No cabe que espere encontrar aquí las mismas leyes de probabilidad que rigen los comunes escenarios de la vida diaria. Sólo ha de recordar que camina por los salones de un palacio encantado y que todo es terreno fantástico.


The House of the Weathercock



La casa del gallo del viento

ON THE brow of the lofty hill of the Albaycin, the highest part of Granada, and which rises from the narrow valley of the Darro, directly opposite to the Alhambra, stands all that is left of what was once a royal palace of the Moors. it has, in fact, fallen into such obscurity, that it cost me much trouble to find it; though aided in my researches, by the sagacious and all-knowing Mateo Ximenes. This edifice has borne for centuries the name of “The House of the Weathercock ” (La Casa del Gallo de Viento), from a bronze figure on one of its turrets, in ancient times, of a warrior on horseback, and turning with every breeze. This weathercock was considered by the Moslems of Granada a portentous talisman. According to some traditions, it bore the following Arabic inscription:
Calet et Bedici Aben Habuz,
Quidat ehahet Lindabuz.
Which has been rendered into Spanish:
Dice el sabio Aben Habuz,
Que asi se defiende el Andaluz.
And into English:
In this way, says, Aben Habuz the wise,
Andaluz guards against surprise.
 EN la cima de la alta colina del Albaicín, la parte más elevada de Granada, que se alza desde el estrecho valle del Darro, enfrente mismo de la Alhambra, se encuentra todo cuanto queda de lo que fue un día palacio real de los moros. Ha llegado, en verdad, a tal estado, que me costó mucho trabajo encontrarlo, pese a ser ayudado en mi búsqueda por el sagaz y sabelotodo Mateo Jiménez. Este edificio ha llevado durante siglos el nombre de La Casa del Gallo de Viento, por una figura de bronce colocada en otro tiempo en una de sus torrecillas, que representaba un guerrero a caballo y que giraba a todos los vientos. Esta veleta fue considerada por los musulmanes de Granada como un mágico talismán. Según algunas tradiciones, lucía la siguiente ins cripción arábiga:
Calet el Bedici Aben Habuz
Quidat ehahet Lindabuz
que ha sido traducida al español de este modo:
Dice el sabio Aben Habuz
que así se defiende el Andaluz.
This Aben Habuz, according to some of the old Moorish chronicles, was a captain in the invading army of Taric, one of the conquerors of Spain, who left him as Alcayde of Granada. He is supposed to have intended this effigy as a perpetual warning to the Moslems of Andaluz, that, surrounded by foes, their safety depended upon their being always on their guard and ready for the field.  Este Aben Habuz, conforme a algunas de las viejas crónicas moriscas, fue capitán en el ejército invasor de Tarik, uno de los conquistadores de España, que lo nombró alcaide de Granada. Pretendía, según se cree, que esta efigie fuese como un E aviso perpetuo para los musulmanes del Andalus, puesto que rodeado de enemigos, su seguridad dependía de estar siempre alerta y dispuestos al combate.
Others, among whom is the Christian historian Marmol, affirms “Badis Aben Habus ” to have been a Moorish sultan of Granada, and that the weathercock was intended as a perpetual admonition of the instability of Moslem power, bearing the following words in Arabic:  Otros, entre quienes se cuenta el historiador cristiano Mármol, afirman que Badis Aben Habuz fue un sultán moro de Granada, y que la veleta se interpretaba como continua advertencia de la inestabilidad del poder musulmán, al llevar las siguientes palabras en árabe:
“Thus Ibn Habus al Badise predicts Andalus shall one day vanish and pass away. ”  «De esta forma Ibn Habus el badise profetiza que el Andalus morirá un día y se desvanecerá.»
Another version of this portentous inscription is given by a Moslem historian, on the authority of Sidi Hasan, a faquir who flourished about the time of Ferdinand and Isabella, and who was present at the taking down of the weathercock, when the old Kassaba was undergoing repairs.  Otra versión acerca de esta famosa inscripción la trae un historiador musulmán, fundándose en la autoridad de Sidi Hasan, un faquir que brilló en tiempo de Fernando e Isabel y que estuvo presente al desmontar la veleta, en unas reparaciones de la vieja Alcazaba.
“I saw it, ” says the venerable faquir, “with my own eyes; it was of a heptagonal shape, and had the following inscription in verse:
The palace at fair Granada presents a talisman.
The horseman, though a solid body,
turns with every wind.
This to a wise man reveals a mystery:
In a little while comes a calamity
to ruin both the palace and its owner. ”
 «La vi—dice el venerable faquir— con mis propios ojos; tenía la forma de un heptágono y ostentaba la siguiente inscripción en verso:
El palacio de la bella Granada ofrece un talismán.
El jinete, aunque un cuerpo sólido,
gira a todos los vientos.
Esto, para el sabio, revela un misterio.
En breve tiempo, sobrevendrá una calamidad
que destruya al palacio y a su dueño.
In effect it was not long after this meddling with the portentous weathercock that the following event occurred. As old Muley Abul Hassan, the king of Granada, was seated under a sumptuous pavilion, reviewing his troops who paraded before him in armor of polished steel, and gorgeous silken robes, mounted on fleet steeds, and equipped with swords, spears and shields, embossed with gold and silver; suddenly a tempest was seen hurrying from the south-west. In a little while, black clouds overshadowed the heavens and burst forth with a deluge of rain. Torrents came roaring down from the mountains, bringing with them rocks and trees; the Darro overflowed its banks; mills were swept away; bridges destroyed, gardens laid waste; the inundation rushed into the city, undermining houses, drowning their inhabitants, and overflowing even the square of the Great Mosque. The people rushed in affright to the mosques to implore the mercy of Allah, regarding this uproar of the elements as the harbinger of dreadful calamities; and, indeed, according to the Arabian historian, Al Makkari, it was but a type and prelude of the direful war which ended in the downfall of the Moslem kingdom of Granada.  En efecto, no había transcurrido mucho tiempo de esta polémica en torno a la veleta portentosa, y ocurrió lo siguiente: Cuando el viejo Muley Abul Hassan, rey de Granada, estaba en cierta ocasión sentado bajo el suntuoso dosel pasando revista a las tropas que desfilaban en su presencia con sus armaduras de bruñido acero y sus vistosos uniformes de seda, montadas en veloces corceles y provistas de espadas, lanzas y escudos repujados de oro y plata, estalló de repente una tempestad que se había precipitado desde el Sudoeste. Rápidamente se oscurecieron los cielos con negras nubes que descargaron un diluvio de agua. Los torrentes bajaban rugiendo desde las montañas, arrastrando rocas y árboles; el río Darro desbordó sus orillas; los molinos fueron arrasados, destruidos los puentes y desolados los jardines; la inundación llegó a la ciudad, socavando las casas, ahogando a sus moradores y anegando, incluso, la plaza de la Gran Mezquita. La gente, aterrada, se dirigió a las mezquitas para implorar el perdón de Ala, interpretando esta conmoción de los elementos como presagio de espantosas calamidades. Efectivamente, según el historiador árabe Al Makkari, fue aquello señal y preludio de la espantosa guerra que concluyó con la caída del reino musulmán de Granada.
I have thus given historic authorities, sufficient to show the portentous mysteries connected with the House of the Weathercock, and its talismanic horseman.  He citado, pues, autoridades históricas suficientes para demostrar los prodigiosos misterios relacionados con la Casa del Gallo de Viento y su talismánico jinete.
I now proceed to relate still more surprising things about Aben Habuz and his palace; for the truth of which, should any doubt be entertained, I refer the dubious reader to Mateo Ximenes and his fellow-historiographers of the Alhambra.  Paso ahora a referir cosas más sorprendentes acerca de Aben Habuz y su palacio. Y si alguien dudase de su veracidad, remito al incrédulo lector a Mateo Jiménez y sus compañeros cronistas de la Alhambra.


The Legend of the Arabian Astrologer



Leyenda del astrólogo árabe

IN OLD times, many hundred years ago, there was a Moorish king named Aben Habuz, who reigned over the kingdom of Granada. He was a retired conqueror, that is to say, one who having in his more youthful days led a life of constant foray and depredation, now that he was grown feeble and superannuated, “languished for repose, ” and desired nothing more than to live at peace with all the world, to husband his laurels, and to enjoy in quiet the possessions he had wrested from his neighbors.  EN tiempos antiguos, hace ya muchos siglos, había un rey moro llamado Aben Habuz que gobernaba el reino de Granada. Era un conquistador retirado, es decir, que habiendo llevado en su juventud una vida entregada por completo al saqueo y al pillaje, ahora que se encontraba débil y achacoso no anhelaba sino la tranquilidad y vivir en paz con todo el mundo, administrando sus laureles y gozando apaciblemente de los dominios arrebatados a sus vecinos.
It so happened, however, that this most reasonable and pacific old monarch had young rivals to deal with; princes full of his early passion for fame and fighting, and who were disposed to call him to account for the scores he had run up with their fathers. Certain distant districts of his own territories, also, which during the days of his vigor he had treated with a high hand, were prone, now that he languished for repose, to rise in rebellion and threaten to invest him in his capital. Thus he had foes on every side; and as Granada is surrounded by wild and craggy mountains, which hide the approach of an enemy, the unfortunate Aben Habuz was kept in a constant state of vigilance and alarm, not knowing in what quarter hostilities might break out.  Sucedió, sin embargo, que este razonable, pacífico y anciano monarca tuvo que enfrentarse con unos rivales, príncipes jóvenes ansiosos de gloria, llenos de belicoso espíritu y dispuestos a pedirle cuentas de los triunfos que él consiguiera a costa de sus padres. Incluso algunos lejanos distritos de su propio territorio, que también habían sido tratados por este rey con mano dura en los días de su apogeo, se sintieron con ánimos suficientes para sublevarse, ahora que le veían viejo y achacoso, amenazándole con sitiarle en su propia capital. Tenía, pues, enemigos por todas partes, y como Granada se halla rodeada de agrestes y escarpadas montañas que ocultan la proximidad de un enemigo, el infortunado Aben Habuz vivía en un continuo estado de alarma y vigilancia, sin saber por qué sitio se romperían las hostilidades.
It was in vain that he built watchtowers on the mountains, and stationed guards at every pass with orders to make fires by night and smoke by day, on the approach of an enemy. His alert foes, baffling every precaution, would break out of some unthought-of defile, ravage his lands beneath his very nose, and then make off with prisoners and booty to the mountains. Was ever peaceable and retired conqueror in a more uncomfortable predicament?  En vano levantó atalayas en los montes y apostó vigías en todos los pasos, con orden de encender hogueras durante el día si se aproximaba el enemigo; pues éstos, cautelosos, burlando todas las precauciones, solían aparecer por algún olvidado desfi- E ladero, asolaban sus tierras en sus propias barbas y se retiraban a los montes con el rico botín y los prisioneros. ¿Hubo acaso un pacífico y retirado conquistador que se viese reducido como él a una tan desgraciada situación?
While Aben Habuz was harassed by these perplexities and molestations, an ancient Arabian physician arrived at his court. His gray beard descended to his girdle, and he had every mark of extreme age, yet he had travelled almost the whole way from Egypt on foot, with no other aid than a staff, marked with hieroglyphics. His fame had preceded him. His name was Ibrahim Ebn Abu Ayub, he was said to have lived ever since the days of Mahomet, and to be son of Abu Ayub, the last of the companions of the Prophet. He had, when a child, followed the conquering army of Amru into Egypt, where he had remained many years studying the dark sciences, and particularly magic, among the Egyptian priests.  Cuando Aben Habuz se encontraba amargado por estas dudas y molestias, llegó a su Corte un anciano médico árabe. Tenía nevadas barbas que le alcanzaban a la cintura, y todo su aspecto denotaba una avanzada edad; no obstante, había hecho casi todo el camino a pie, desde Egipto, sin otra ayuda que la de su báculo cubierto de jeroglíficos. Venía precedido de gran fama; su nombre era Ibrahim Ibn Abu Ayub. Se decía de él que fue contemporáneo de Mahoma y que era hijo de Abu Ayub, el último compañero del profeta. De niño había seguido al ejército conquistador de Amru hasta Egipto, donde permaneció muchos años estudiando las ciencias ocultas y en particular la magia, entre los sacerdotes egipcios.
It was, moreover, said that he had found out the secret of prolonging life, by means of which he had arrived to the great age of upwards of two centuries, though, as he did not discover the secret until well stricken in years, he could only perpetuate his gray hairs and wrinkles.  También se decía que había descubierto el secreto de prolongar la vida y que por esto había llegado a alcanzar la avanzada edad de más de dos siglos, pero que como no lo había averiguado hasta bien entrado en años, sólo consiguió perpetuar sus canas y arrugas.
This wonderful old man was honorably entertained by the king, who, like most superannuated monarchs, began to take physicians into great favor. He would have assigned him an apartment in his palace, but the astrologer preferred a cave in the side of the hill which rises above the city of Granada, being the same on which the Alhambra has since been built. He caused the cave to be enlarged so as to form a spacious and lofty hall, with a circular hole at the top, through which, as through a well, he could see the heavens and behold the stars even at mid-day. The walls of this hall were covered with Egyptian hieroglyphics, with cabalistic symbols, and with the figures of the stars in their signs. This hall he furnished with many implements, fabricated under his directions by cunning artificers of Granada, but the occult properties of which were known only to himself.  Este sorprendente anciano encontró muy buena acogida por parte del rey, que como la mayoría de los monarcas cargados de años, comenzaba a conceder todo su favor a los médicos. Quiso designarle un departamento en su palacio, pero el astrólogo prefirió una cueva en la ladera de la colina que se alza por encima de la ciudad de Granada, la misma sobre la que más tarde se construyó la Alhambra. Ordenó que ensanchasen la cueva hasta formar un espacioso y elevado salón, con un agujero circular en el techo, por el cual, como por un pozo, pudiese ver el firmamento y contemplar las estrellas, aun en medio día. Cubrió las paredes de este salón con jeroglíficos egipcios y símbolos cabalísticos y con las figuras de las estrellas en sus constelaciones. Amuebló dicha estancia con muchos utensilios fabricados bajo su dirección por hábiles artífices granadinos, pero cuyas ocultas propiedades él solo conocía.
In a little while the sage Ibrahim became the bosom counsellor of the king, who applied to him for advice in every emergency. Aben Habuz was once inveighing against the injustice of his neighbors, and bewailing the restless vigilance he had to observe to guard himself against their invasions; when he had finished, the astrologer remained silent for a moment, and then replied, “Know, O King, that when I was in Egypt I beheld a great marvel devised by a pagan priestess of old. On a mountain, above the city of Borsa, and overlooking the great valley of the Nile, was a figure of a ram, and above it a figure of a cock, both of molten brass, and turning upon a pivot. Whenever the country was threatened with invasion, the ram would turn in the direction of the enemy, and the cock would crow; upon this the inhabitants of the city knew of the danger, and of the quarter from which it was approaching, and could take timely means to guard against it. ”  En muy poco tiempo llegó a ser el sabio Ibrahim el íntimo consejero del rey, que acudía a él para consultarle en cualquier tribulación. Un día comenzó Aben Habuz a quejarse amargamente de la injusticia de sus vecinos y a lamentarse de la continua vigilancia a que se veía obligado para guardarse de los invasores. Cuando terminó de hablar, el astrólogo guardó un momento de silencio y después le dijo: —Sabe, ¡oh rey!, que cuando yo estaba en Egipto, contemplé una gran maravilla inventada por una sacerdotisa pagana de la antigüedad. En una montaña que existe encima de la ciudad de Borsa, dominando el gran valle del Nilo, había la figura de un carnero y más arriba la de un gallo, ambas de bronce fundido, que giraban sobre su eje. Cada vez que el país estaba amenazado de alguna invasión, el carnero se volvía en dirección al enemigo y el gallo cantaba. De este modo, los habitantes de la ciudad presentían el peligro y el lugar de donde procedía, pudiendo así procurarse los medios oportunos para defenderse contra él.
“God is great! ” exclaimed the pacific Aben Habuz, “what a treasure would be such a ram to keep an eye upon these mountains around me; and then such a cock, to crow in time of danger! Allah Akbar! how securely I might sleep in my palace with such sentinels on the top! ”  —¡Gran Dios! —exclamó el pacifico Aben Habuz—. ¡Qué tesoro sería para mi la posesión de un carnero semejante que vigilase las montañas, y de un gallo que, como aquél, cantase en los momentos de peligro! ¡Allah Akbar! ¡Con qué tranquilidad dormiría en mi palacio si tuviese tales centinelas en lo alto de la torre!
The astrologer waited until the ecstasies of the king had subsided, and then proceeded:  El astrólogo esperó a que se calmasen los arrebatos y transportes del rey, y prosiguió: —
“After the victorious Amru (may he rest in peace!) had finished his conquest of Egypt, I remained among the priests of the land, studying the rites and ceremonies of their idolatrous faith, and seeking to make myself master of the hidden knowledge for which they are renowned. I was one day seated on the banks of the Nile, conversing with an ancient priest, when he pointed to the mighty pyramids which rose like mountains out of the neighboring desert. ‘All that we can teach thee,’ said he, ‘is nothing to the knowledge locked up in those mighty piles. In the centre of the central pyramid is a sepulchral chamber, in which is inclosed the mummy of the high-priest, who aided in rearing that stupendous pile; and with him is buried a wondrous book of knowledge containing all the secrets of magic and art. This book was given to Adam after his fall, and was handed down from generation to generation to King Solomon the wise, and by its aid he built the temple of Jerusalem. How it came into the possession of the builder of the pyramids, is known to him alone who knows all things.’  Después que el victorioso Amru (¡descanse en paz!) hubo terminado la conquista de Egipto, permanecí entre los sacerdotes de aquel país estudiando los ritos y ceremonias de su idolátrica religión, procurando instruirme en las ciencias ocultas que tanta fama les han dado. Hallábame un día sentado a orillas del Nilo conversando con un anciano sacerdote y él me señaló las enormes pirámides que se levantan como montañas en el vecino desierto y me dijo: «Todo lo que te podemos enseñar no es nada en comparación con la ciencia encerrada en estos portentosos edificios. En el centro de la pirámide que ves en medio hay una cámara sepulcral donde se conserva la momia del gran sacerdote que contribuyó a erigir esa formidable mole; con ella está enterrado el maravilloso Libro de la Sabiduría, que contiene todos los secretos de la magia y del arte. Este libro le fue entregado a Adán después de su caída, y se transmitió de generación en generación hasta el rey Salomón el Sabio, quien, con su ayuda, construyó el templo de Jerusalén. Cómo llegó a manos del arquitecto de las pirámides sólo lo sabe Aquel que conoce todas las cosas.»
“When I heard these words of the Egyptian priest, my heart burned to get possession of that book. I could command the services of many of the soldiers of our conquering army, and of a number of the native Egyptians: with these I set to work, and pierced the solid mass of the pyramid, until, after great toil, I came upon one of its interior and hidden passages. Following this up, and threading a fearful labyrinth, I penetrated into the very heart of the pyramid, even to the sepulchral chamber, where the mummy of the high-priest had lain for ages. I broke through the outer cases of the mummy, unfolded its many wrappers and bandages, and at length found the precious volume on its bosom. I seized it with a trembling hand, and groped my way out of the pyramid, leaving the mummy in its dark and silent sepulchre, there to await the final day of resurrection and judgment. ”  Cuando oí estas palabras del sacerdote egipcio, mi corazón ardía por poseer aquel libro. Utilicé los servicios de muchos de los soldados de nuestro ejército conquistador y los de cierto número de indígenas egipcios, y puse manos a la obra; abrí un orificio en la sólida masa de la pirámide, hasta que, tras ímprobos trabajos, tropecé con uno de los interiores y ocultos pasadizos. Siguiendo por él y recorriendo un confuso e intrincado laberinto, penetré en el corazón de la pirámide, hasta la cámara mortuoria donde yacía desde siglos atrás, la momia del gran sacerdote. Rompí la tapa exterior del féretro, deslié sus numerosas envolturas y vendas y, al fin, encontré el precioso libro recostado sobre su pecho. Me apoderé de él con mano temblorosa y salí presuroso de la pirámide, dejando a la momia en su oscuro y silencioso sepulcro, aguardando allí el día de la resurrección y del Juicio final.
“Son of Abu Ayub, ” exclaimed Aben Habuz, “thou hast been a great traveller, and seen marvellous things; but of what avail to me is the secret of the pyramid, and the volume of knowledge of the wise Solomon? ”  —Hijo de Abu Ayub —exclamó Aben Habuz—, eres un gran viajero y has visto cosas maravillosas, pero ¿de qué puede servirme el secreto de la pirámide y el Libro de la Sabiduría del sabio Salomón?
“This it is, O king! By the study of that book I am instructed in all magic arts, and can command the assistance of genii to accomplish my plans. The mystery of the Talisman of Borsa is therefore familiar to me, and such a talisman can I make; nay, one of greater virtues. ”  —Para esto, ¡oh rey! Con el estudio que hice de aquel libro me he instruido en todas las artes mágicas y puedo invocar la ayuda de los genios para llevar a cabo mis planes. El misterio del Talismán de Borsa me es muy conocido y puedo construir uno igual y hasta con mayores virtudes.
“O wise son of Abu Ayub, ” cried Aben Habuz, “better were such a talisman, than all the watchtowers on the hills, and sentinels upon the borders. Give me a safeguard, and the riches of my treasury are at thy command. ”  —¡Oh sabio hijo de Abu Ayub! —exclamó Aben Habuz—. Más me valdría ese talismán que todas las atalayas de las colinas y los centinelas de la frontera. Dame tal salvaguardia y dispón de todas las riquezas de mi tesorería.
The astrologer immediately set to work to gratify the wishes of the monarch. He caused a great tower to be erected upon the top of the royal palace, which stood on the brow of the hill of the Albaycin. The tower was built of stones brought from Egypt, and taken, it is said, from one of the pyramids. In the upper part of the tower was a circular hall, with windows looking towards every point of the compass, and before each window was a table, on which was arranged, as on a chess-board, a mimic army of horse and foot, with the effigy of the potentate that ruled in that direction, all carved of wood. To each of these tables there was a small lance, no bigger than a bodkin, on which were engraved certain Chaldaic characters. This hall was kept constantly closed, by a gate of brass, with a great lock of steel, the key of which was in possession of the king.  El astrólogo se puso inmediatamente a trabajar para satis facer los deseos del monarca. Ordenó que se levantase una gran torre sobre la parte más elevada del palacio real, que se alzaba sobre la cumbre de la colina del Albaicín. La torre se construyó con piedras traídas de Egipto y sacadas, según se decía, de una de las pirámides. En la parte superior de la misma había una sala circular, con ventanas que miraban a los cuatro puntos del cuadrante, y delante de cada una de ellas una mesa, sobre la que dispuso, a manera de un tablero de ajedrez, un minúsculo ejército de a caballo y de a pie, tallado en madera, con la efigie del soberano reinante, en aquella dirección. En cada una de las mesas había una pequeña lanza, no mayor que un punzón, con ciertos caracteres caldeos grabados. Esta sala permanecía continuamente cerrada por una puerta de bronce que tenía una gran cerradura de acero, cuya llave quedaba en poder del rey.
On the top of the tower was a bronze figure of a Moorish horseman, fixed on a pivot, with a shield on one arm, and his lance elevated perpendicularly. The face of this horseman was towards the city, as if keeping guard over it; but if any foe were at hand, the figure would turn in that direction, and would level the lance as if for action.  En lo alto de la torre estaba la figura de bronce de un jinete moro, fija sobre su eje, con escudo al brazo y su lanza elevada perpendicularmente. La cara de este jinete miraba hacia la ciudad, como si la estuviese custodiando; pero si algún enemigo se aproximaba, giraba la figura en su dirección, blandiendo la lanza como si fuera a entrar en batalla.
When this talisman was finished, Aben Habuz was all impatient to try its virtues; and longed as ardently for an invasion as he had ever sighed after repose. His desire was soon gratified. Tidings were brought, early one morning, by the sentinel appointed to watch the tower, that the face of the bronze horseman was turned towards the mountains of Elvira, and that his lance pointed directly against the Pass of Lope.  Cuando el talismán estuvo concluido, Aben Habuz sintió impaciencia por comprobar sus virtudes; y tanto ansiaba una invasión enemiga como antes suspiraba por su tranquilidad. Bien pronto se vieron satisfechos sus deseos. Una mañana temprano, el centinela que guardaba la torre trajo la noticia de que la cara del jinete de bronce señalaba hacia Sierra Elvira, y que su lanza apuntaba en dirección al Paso de Lope.
“Let the drums and trumpets sound to arms, and all Granada be put on the alert, ” said Aben Habuz.  —¡Qué los tambores y trompetas llamen a las armas y que toda Granada esté alerta!— ordenó Aben Habuz.
“O king, ” said the astrologer, “Let not your city be disquieted, nor your warriors called to arms; we need no aid of force to deliver you from your enemies. Dismiss your attendants, and let us proceed alone to the secret hall of the tower. ”  —¡Oh rey! —dijo el astrólogo—; no alarmes a tu ciudad, ni pongas a tus guerreros sobre las armas, pues no necesitamos de la fuerza para librarte de tus enemigos. Manda que tus criados se retiren y subamos solos a la sala secreta de la torre.
The ancient Aben Habuz mounted the staircase of the tower, leaning on the arm of the still more ancient Ibrahim Ebn Abu Ayub. They unlocked the brazen door and entered. The window that looked towards the Pass of Lope was open. “In this direction, ” said the astrologer, “lies the danger; approach, O king, and behold the mystery of the table. ”  El anciano Aben Habuz subió las escaleras de la torre apoyado en el brazo de las dos veces centenario Ibrahim Ibn Abu Ayub. Abrieron la puerta de bronce y entraron. La ventana que miraba hacia el Paso de Lope estaba abierta. —En esta dirección —señaló el astrólogo— está el peligro; acércate, ¡oh rey!, y observa el misterio de la mesa.
King Aben Habuz approached the seeming chess-board, on which were arranged the small wooden effigies, when, to his surprise, he perceived that they were all in motion. The horses pranced and curveted, the warriors brandished their weapons, and there was a faint sound of drums and trumpets, and the clang of arms, and neighing of steeds; but all no louder, nor more distinct, than the hum of the bee, or the summer-fly, in the drowsy ear of him who lies at noontide in the shade.  El rey Aben Habuz se aproximó a lo que parecía un tablero de ajedrez, sobre el que estaban colocadas las figurillas de madera y vio con sorpresa que todas se hallaban en movimiento. Los caballos hacían cabriolas y se encabritaban, los guerreros blandían sus armas y se escuchaba un débil sonido de tambores y trompetas, el choque de las armas y el relincho de los corceles, pero todo apenas perceptible como el zumbido de las abejas o los mosquitos en los soñolientos oídos del que esta tendido a la sombra en el calor del mediodía.
“Behold, O king, ” said the astrologer, “a proof that thy enemies are even now in the field. They must be advancing through yonder mountains, by the Pass of Lope. Would you produce a panic and confusion amongst them, and cause them to retreat without loss of life, strike these effigies with the but-end of this magic lance; would you cause bloody feud and carnage, strike with the point. ”  —Contempla, ¡oh rey! —dijo el astrólogo—, la prueba de que tus enemigos están todavía en el campo. Deben estar atravesando aquellas montañas por el Paso de Lope. Si quieres sembrar el pánico y la confusión entre ellos y hacer que se retiren sin pérdidas de vidas humanas, golpea estas figuras con el asta de esta lanza mágica; pero si deseas que haya sangre y carnicería, tócalas con la punta.
A livid streak passed across the countenance of Aben Habuz; he seized the lance with trembling eagerness; his gray beard wagged with exultation as he tottered toward the table: “Son of Abu Ayub, ” exclaimed he, in chuckling tone, “I think we will have a little blood! ”  Un lívido fulgor cubrió el rostro de Aben Habuz, quien cogió la lanza con mano temblorosa, y moviendo por la excitación su canosa barba, se acercó vacilante a la mesa. —¡Hijo de Abu Ayub —exclamó entre dientes—, creo que vamos a tener un poco de sangre!
So saying, he thrust the magic lance into some of the pigmy effigies, and belabored others with the but-end, upon which the former fell as dead upon the board, and the rest turning upon each other began, pell-mell, a chance-medley fight.  Así diciendo, hirió con la mágica lanza varias de las diminutas figuras y tocó a otras el asta, con lo cual unas cayeron como muertas sobre el tablero, mientras que las demás, enfrentándose las unas contra las otras, trabaron un confuso combate de dudoso resultado.
It was with difficulty the astrologer could stay the hand of the most pacific of monarchs, and prevent him from absolutely exterminating his foes; at length he prevailed upon him to leave the tower, and to send out scouts to the mountains by the Pass of Lope.  Difícil le resultó al astrólogo detener la mano de aquel monarca tan pacífico e impedirle que exterminara por completo a sus enemigos; por fin logró convencerle de que se retirase de la torre y de que enviase exploradores a la montaña, al Paso de Lope.
They returned with the intelligence, that a Christian army had advanced through the heart of the Sierra, almost within sight of Granada, where a dissension had broken out among them; they had turned their weapons against each other, and after much slaughter had retreated over the border.  Volvieron éstos con la noticia de que un ejército cristiano se había internado por el corazón de la Sierra y casi había llegado a dar vista a Granada, cuando surgió una discordia entre ellos, luchando los unos contra los otros, hasta que después de gran carnicería se retiraron al otro lado de las fronteras.
Aben Habuz was transported with joy on thus proving the efficacy of the talisman. “At length, ” said he, “I shall lead a life of tranquillity, and have all my enemies in my power. O wise son of Abu Ayub, what can I bestow on thee in reward for such a blessing? ”  Aben Habuz sintióse transportado de júbilo al comprobar entonces la eficacia de aquel talismán. —¡Al fin —dijo— podré vivir tranquilo y tener a todos mis enemigos bajo mi poder! ¡Oh sabio hijo de Abu Ayub! ¿Cómo te podré recompensar por semejante beneficio?
“The wants of an old man and a philosopher, O king, are few and simple; grant me but the means of fitting up my cave as a suitable hermitage, and I am content. ”  —Las necesidades de un anciano y de un filósofo, ¡oh rey!, son escasas y sencillas: proporcióname los medios de amueblar mi vivienda para que sea un cómodo retiro, y con eso me contento.
“How noble is the moderation of the truly wise! ” exclaimed Aben Habuz, secretly pleased at the cheapness of the recompense. He summoned his treasurer, and bade him dispense whatever sums might be required by Ibrahim to complete and furnish his hermitage.  —¡Cuán noble es la moderación del verdadero sabio! —exclamó Aben Habuz, satisfecho en su interior por lo exiguo de la recompensa. Mandó llamar a su tesorero y le ordenó que entregara todas las cantidades que Ibrahim pidiera para concluir el acomodamiento de su cueva.
The astrologer now gave orders to have various chambers hewn out of the solid rock, so as to form ranges of apartments connected with his astrological hall; these he caused to be furnished with luxurious ottomans and divans, and the walls to be hung with the richest silks of Damascus. “I am an old man, ” said he, “and can no longer rest my bones on stone couches, and these damp walls require covering. ”  El astrólogo dio entonces órdenes para que se abrieran varias estancias en la roca viva, de modo que formasen una serie de aposentos en comunicación con su sala de astrología; hizo que amueblaran éstos con lujosas otomanas y divanes y cubrió sus paredes con las más ricas sedas de Damasco. —Soy un viejo - decía— y no puedo permitir que mis huesos descansen en un lecho de piedra, y estas húmedas paredes necesitan cubrirse.
He had baths too constructed, and provided with all kinds of perfumes and aromatic oils: “For a bath, ” said he, “is necessary to counteract the rigidity of age, and to restore freshness and suppleness to the frame withered by study. ”  También se hizo construir baños, provistos de toda clase de perfumes y aceites aromáticos. —Por el baño —decía— se consigue contrarrestar la rigidez de los años y devolver frescura y flexibilidad al cuerpo que se marchita con el estudio.
He caused the apartments to be hung with innumerable silver and crystal lamps, which he filled with a fragrant oil, prepared according to a receipt discovered by him in the tombs of Egypt. This oil was perpetual in its nature, and diffused a soft radiance like the tempered light of day. “The light of the sun, ” said he, “is too garish and violent for the eyes of an old man, and the light of the lamp is more congenial to the studies of a philosopher. ”  Mandó que fueran colgadas en la habitación innumerables lámparas de plata y cristal, llenas de perfumado aceite preparado con una receta que descubrió en las tumbas de Egipto. Ese aceite era de materia perpetua y esparcía un resplandor tan suave como la temprana luz diurna. —La luz solar —añadía— es demasiado resplandeciente y violenta para los ojos de un anciano, y la de lámpara es más a propósito para los estudios de un filósofo.
The treasurer of King Aben Habuz groaned at the sums daily demanded to fit up this hermitage, and he carried his complaints to the king. The royal word, however, had been given; Aben Habuz shrugged his shoulders: “We must have patience, ” said he, “this old man has taken his idea of a philosophic retreat from the interior of the pyramids, and of the vast ruins of Egypt; but all things have an end, and so will the furnishing of his cavern. ”  El tesorero del rey Aben Habuz se quejaba de las grandes sumas que se le pedían diariamente para acondicionar aquella vivienda y elevó sus quejas al rey; pero la palabra real estaba empeñada; Aben Habuz se encogió de hombros. —Tengamos paciencia —dijo——; a este viejo le vino el capricho de su filosófico retiro cuando contempló el interior de las pirámides y las vastas ruinas de Egipto; pero todo tiene su fin y también lo tendrá el arreglo de sus habitaciones
The king was in the right; the hermitage was at length complete, and formed a sumptuous subterranean palace. The astrologer expressed himself perfectly content, and, shutting himself up, remained for three whole days buried in study. At the end of that time he appeared again before the treasurer. “One thing more is necessary, ” said he, “one trifling solace for the intervals of mental labor. ”  El rey tenía razón; la vivienda quedó al fin terminada, formando un suntuoso palacio subterráneo. El astrólogo manifestó que estaba satisfecho del todo, y encerrándose, permaneció tres días completos entregado al estudio, al cabo de los cuales se presentó de nuevo al tesorero. —Todavía quiero algo más —le dijo—; una insignificante distracción para los intermedios del trabajo mental.
“O wise Ibrahim, I am bound to furnish every thing necessary for thy solitude; what more dost thou require? ”  —¡Oh sabio Ibrahim! Estoy obligado a darte todo lo que necesites en tu soledad. ¿Qué más quieres?
“I would fain have a few dancing women. ”  —Me gustaría tener unas cuantas bailarinas.
“Dancing women! ” echoed the treasurer, with surprise.  —¿Bailarinas? —repitió sorprendido el tesorero.
“Dancing women, ” replied the sage, gravely; “and let them be young and fair to look upon; for the sight of youth and beauty is refreshing. A few will suffice, for I am a philosopher of simple habits and easily satisfied. ”  —Sí, bailarinas —replicó el sabio gravemente—; y que sean jóvenes y hermosas, porque siempre es un consuelo la contemplación de la juventud y la belleza. Me contento con unas pocas, pues soy un filósofo de costumbres sencillas y con casi nada quedo satisfecho.
While the philosophic Ibrahim Ebn Abu Ayub passed his time thus sagely in his hermitage, the pacific Aben Habuz carried on furious campaigns in effigy in his tower. It was a glorious thing for an old man, like himself, of quiet habits, to have war made easy, and to be enabled to amuse himself in his chamber by brushing away whole armies like so many swarms of flies.  Mientras el filósofo Ibrahim Ibn Ayub pasaba en su retiro las horas, entregado al estudio, el pacífico Aben Habuz libraba en su torre feroces campañas simuladas. Era cómoda ocupación para un anciano como él, de apacibles costumbres, hacer así la guerra y gozar el raro privilegio de divertirse en su aposento, aniquilando toda clase de ejércitos como si fuesen enjambres de moscas.
For a time he rioted in the indulgence of his humors, and even taunted and insulted his neighbors, to induce them to make incursions; but by degrees they grew wary from repeated disasters, until no one ventured to invade his territories. For many months the bronze horseman remained on the peace establishment with his lance elevated in the air, and the worthy old monarch began to repine at the want of his accustomed sport, and to grow peevish at his monotonous tranquillity.  Durante cierto tiempo dio rienda suelta a su capricho, e incluso escarneció e insultó a sus vecinos para obligarles a realizar incursiones de ataque; pero éstos fueron poco a poco más prudentes, en vista de los continuos descalabros, hasta que al fin ninguno se aventuró a invadir sus territorios. Por espacio de muchos meses permaneció el jinete de bronce en su pacífica posición, con su lanza levantada en el aire, tanto, que el anciano monarca comenzó a notar la falta de su distracción acostumbrada y a sentirse malhumorado con su monótona tranquilidad.
At length, one day, the talismanic horseman veered suddenly round, and lowering his lance, made a dead point towards the mountains of Guadix. Aben Habuz hastened to his tower, but the magic table in that direction remained quiet; not a single warrior was in motion. Perplexed at the circumstance, he sent forth a troop of horse to scour the mountains and reconnoitre. They returned after three days’ absence.  Al fin, cierto día, el mágico jinete giró de repente, y bajando su lanza, señaló hacia las montañas de Guadix. Aben Habuz subió precipitadamente a su torre, pero la mesa mágica orientada en aquella dirección estaba inanimada; ni un solo guerrero se movía. Sorprendido ante esa circunstancia, envió un destacamento de caballería para que explorase y reconociese las montañas, el cual volvió a los tres días de su partida.
“We have searched every mountain pass, ” said they, “but not a helm nor spear was stirring. All that we have found in the course of our foray, was a Christian damsel of surpassing beauty, sleeping at noontide beside a fountain, whom we have brought away captive. ”  —Hemos registrado todos los pasos de la montaña —dijeron—, pero no hemos visto ni cascos ni lanzas. Todo lo que hemos encontrado en nuestra exploración ha sido una joven cristiana de extraordinaria hermosura, que dormía a la caída de la tarde junto a una fuente, y a quien hemos traído cautiva.
“A damsel of surpassing beauty! ” exclaimed Aben Habuz, his eyes gleaming with animation; “let her be conducted into my presence. ”  —¡Una joven de extraordinaria hermosura! — exclamó Aben Habuz con los ojos brillantes de júbilo—. Conducidla a mi presencia.
The beautiful damsel was accordingly conducted into his presence. She was arrayed with all the luxury of ornament that had prevailed among the Gothic Spaniards at the time of the Arabian conquest. Pearls of dazzling whiteness were entwined with her raven tresses; and jewels sparkled on her forehead, rivalling the lustre of her eyes. Around her neck was a golden chain, to which was suspended a silver lyre, which hung by her side.  La hermosa joven fue llevada ante él. Iba vestida con todo el lujo y galas usadas por los hispanogóticos en tiempos de la conquista árabe. Sus negras trenzas se entretejían con perlas de deslumbrante blancura, y su frente lucía joyas que rivalizaban con el brillo de sus ojos. En torno al cuello llevaba una cadena de oro, de la que pendía una lira de plata colgando por la cadera.
The flashes of her dark refulgent eye were like sparks of fire on the withered, yet combustible, heart of Aben Habuz; the swimming voluptuousness of her gait made his senses reel. “Fairest of women, ” cried he, with rapture, “who and what art thou? ”  La luz de sus negros y refulgentes ojos fue como chispas de fuego para el corazón, todavía inflamable, del viejo Aben Habuz, y la gracia y atractivo de sus ademanes hizo estremecer sus sentidos.
“The daughter of one of the Gothic princes, who but lately ruled over this land. The armies of my father have been destroyed, as if by magic, among these mountains; he has been driven into exile, and his daughter is a captive. ”  —¡Oh mujer hechicera! —gritó en un arrebato de entusiasmo—, ¿quién eres? ¿Cómo te llamas? —Soy la hija de un príncipe cristiano que hasta hace poco fue dueño y señor de este territorio. Los ejércitos de mi padre han quedado destruidos, como por arte de magia, entre las montañas; él ha sido desterrado y su hija es hoy una cautiva.
“Beware, O king! ” whispered Ibrahim Ebn Abu Ayub, “this may be one of these northern sorceresses of whom we have heard, who assume the most seductive forms to beguile the unwary. Methinks I read witchcraft in her eye, and sorcery in every movement. Doubtless this is the enemy pointed out by the talisman. ”  —Cuidado, ¡oh rey! —le susurró al oído Ibrahim Ibn Abu Ayub—. Esta puede ser una de esas hechiceras del Norte, de que tenemos noticias, que toman las más seductoras formas para engañar a los incautos. Me parece que leo un sortilegio en sus ojos y un hechizo en todos sus gestos. Este es, sin duda, el enemigo que señalaba el talismán.
“Son of Abu Ayub, ” replied the king, “thou art a wise man, I grant, a conjuror for aught I know; but thou art little versed in the ways of woman. In that knowledge will I yield to no man; no, not to the wise Solomon himself, notwithstanding the number of his wives and concubines. As to this damsel, I see no harm in her; she is fair to look upon, and finds favor in my eyes. ”  —Hijo de Abu Ayub —respondió el rey—, tú serás un sabio, no lo niego, y hasta un mago, por lo que he visto; pero no eres muy experto en cuestión de mujeres. En esa ciencia no cedo a nadie, ni siquiera al mismo sabio Salomón con todas sus mujeres y concubinas. Respecto a esta joven, nada malo veo en ella; es, en verdad, hermosa, y mis ojos se complacen en contemplarla.
“Hearken, O king! ” replied the astrologer. “I have given thee many victories by means of my talisman, but have never shared any of the spoil. Give me then this stray captive, to solace me in my solitude with her silver lyre. If she be indeed a sorceress, I have counter spells that set her charms at defiance. ”  —Oyeme, ¡oh rey! —replicó el astrólogo—; te he proporcionado muchas victorias por medio de mi talismán, pero jamás he participado del botín. Dame, pues, esta errante cautiva para que distraiga mi soledad con su lira de plata. Si es realmente una hechicera, a mí no me faltarán conjuros contra sus maleficios.
“What! more women! ” cried Aben Habuz. “Hast thou not already dancing women enough to solace thee? ”  —¡Cómo!... ¿Más mujeres? —gritó Aben Habuz—. ¿No tienes ya bastantes bailarinas para divertirte?
“Dancing women have I, it is true, but no singing women. I would fain have a little minstrelsy to refresh my mind when weary with the toils of study. ”  —Bailarinas, es cierto, sí; pero no tengo ninguna cantora. Me agradaría un poco de música para aliviar mi imaginación cuando esté fatigada de los afanes del estudio.
“A truce with thy hermit cravings, ” said the king, impatiently. “This damsel have I marked for my own. I see much comfort in her; even such comfort as David, the father of Solomon the wise, found in the society of Abishag the Shunammite. ”  —Calma un poco tus deseos —respondió el rey con impaciencia—. Esta joven la tengo destinada para mí. En ella encuentro tanto consuelo como el que encontraba David, padre de Salomón el Sabio, en la compañía de Abizag la sulamita.
Further solicitations and remonstrances of the astrologer only provoked a more peremptory reply from the monarch, and they parted in high displeasure. The sage shut himself up in his hermitage to brood over his disappointment; ere he departed, however, he gave the king one more warning to beware of his dangerous captive. But where is the old man in love that will listen to council? Aben Habuz resigned himself to the full sway of his passion. His only study was how to render himself amiable in the eyes of the Gothic beauty. He had not youth to recommend him, it is true, but then he had riches; and when a lover is old, he is generally generous. The Zacatin of Granada was ransacked for the most precious merchandise of the East; silks, jewels, precious gems, exquisite perfumes, all that Asia and Africa yielded of rich and rare, were lavished upon the princess. All kinds of spectacles and festivities were devised for her entertainment; minstrelsy, dancing, tournaments, bull-fights —Granada for a time was a scene of perpetual pageant.  Los insistentes ruegos y protestas del astrólogo sólo provocaron una respuesta más rotunda del monarca, y ambos se separaron muy disgustados. El sabio se encerró en su retiro rumiando su contrariedad, aun cuando al separarse del rey le aconsejara que tuviese cuidado con su peligrosa cautiva; pero ¿quién es el anciano enamorado al que le guste oír consejos? Aben Habuz se abandonó enteramente al imperio de su pasión. Todo su afán consistía en hacerse agradable a los ojos de la hermosa cristiana; y aunque no era joven, es verdad, poseía, sin embargo, riquezas, y ya se sabe que los viejos enamorados suelen ser generosos. Revolvió el Zacatín de Granada en busca de los más preciados productos orientales: sedas, joyas, piedras preciosas y exquisitos perfumes; todo lo que Asia y África producen de rico y extraordinario, eso regaló pródigamente a la princesa. Inventó para su agasajo toda clase de fiestas y espectáculos: música, bailes, torneos, corridas de toros; Granada fue por algún tiempo un lugar de continua diversión.
The Gothic princess regarded all this splendor with the air of one accustomed to magnificence. She received every thing as a homage due to her rank, or rather to her beauty; for beauty is more lofty in its exactions even than rank. Nay, she seemed to take a secret pleasure in exciting the monarch to expenses that made his treasury shrink; and then treating his extravagant generosity as a mere matter of course. With all his assiduity and munificence, also, the venerable lover could not flatter himself that he had made any impression on her heart. She never frowned on him, it is true, but then she never smiled. Whenever he began to plead his passion, she struck her silver lyre. There was a mystic charm in the sound. In an instant the monarch began to nod; a drowsiness stole over him, and he gradually sank into a sleep, from which he awoke wonderfully refreshed, but perfectly cooled for the time of his passion. This was very baffling to his suit; but then these slumbers were accompanied by agreeable dreams, which completely inthralled the senses of the drowsy lover, so he continued to dream on, while all Granada scoffed at his infatuation, and groaned at the treasures lavished for a song.  La princesa cristiana miraba este esplendor como quién esta acostumbrada a tal magnificencia, y todo lo recibía como un homenaje debido a su rango, o más bien, a su belleza, pues ésta es más altiva en sus exigencias que el linaje de la sangre. Todavía más: parecía sentir una íntima complacencia en incitar al monarca a que hiciese ciertos gastos que mermasen su hacienda, para juzgar luego su desmedida generosidad como la cosa más natural del mundo. A pesar de su asidua esplendidez, el venerable amante nunca pudo vanagloriarse de haber causado la más mínima impresión en el corazón de la joven; y si bien ésta no le puso nunca mal semblante, tampoco llegó a sonreírle. Cuando el rey comenzaba a declararle su pasión, ella pulsaba su lira de plata, que poseía, sin duda, ciertos efectos mágicos, pues al momento, comenzaba el monarca a le invadía un extraordinario sopor y, gradualmente, se sumía en un sueño profundo del que despertaba muy ágil, pero completamente curada, por el momento, su pasión amorosa. Aquello era desconcertante para sus galanteos, aunque su letargo iba acompañado de gratos ensueños que se adueñaban por completo de los sentidos del soñoliento enamorado, el cual continuó soñando, mientras granada entera se reía de su apasionamiento y se lamentaba amargamente de los tesoros prodigados por el capricho de su rey.
At length a danger burst on the head of Aben Habuz, against which his talisman yielded him no warning. An insurrection broke out in his very capital: his palace was surrounded by an armed rabble, who menaced his life and the life of his Christian paramour. A spark of his ancient warlike spirit was awakened in the breast of the monarch. At the head of a handful of his guards he sallied forth, put the rebels to flight, and crushed the insurrection in the bud.  Un grave peligro se cernía sobre la cabeza de Aben Habuz, y contra él resultó ineficaz el mágico talismán. Y ello fue que estalló una insurrección en la misma capital; el palacio fue rodeado de una muchedumbre armada que amenazaba su vida y la de su favorita cristiana. El antiguo espíritu guerrero se despertó nuevamente en el pecho del monarca, que a la cabeza de un puñado de sus guardias hizo una salida, puso en fuga a los amotinados y sofocó la insurrección en germen.
When quiet was again restored, he sought the astrologer, who still remained shut up in his hermitage, chewing the bitter cud of resentment.  Cuando se restableció la calma, fue el rey en busca del astrólogo, que todavía vivía encerrado en su cueva, entregado a la amarga rumia de su resentimiento..
Aben Habuz approached him with a conciliatory tone. “O wise son of Abu Ayub, ” said he, “well didst thou predict dangers to me from this captive beauty: tell me then, thou who art so quick at foreseeing peril, what I should do to avert it. ”  Aben Habuz se dirigió a él en tono conciliador. —¡Oh sabio hijo de Abu Ayub! —le dijo—. Bien me vaticinaste los peligros que me acarrearía la hermosa cautiva. Dime ahora, tú que eres hábil en prever los peligros, qué debo hacer para conjurarlos.
“Put from thee the infidel damsel who is the cause. ”  —Aleja de ti a la joven infiel, que es la causa de todo.
“Sooner would I part with my kingdom, ” cried Aben Habuz.  —¡Antes sería capaz de perder mi reino! —exclamó Aben Habuz.
“Thou art in danger of losing both, ” replied the astrologer.  —Corres el riesgo de perder las dos cosas —replicó el astrólogo.
“Be not harsh and angry, O most profound of philosophers; consider the double distress of a monarch and a lover, and devise some means of protecting me from the evils by which I am menaced. I care not for grandeur, I care not for power, I languish only for repose; would that I had some quiet retreat where I might take refuge from the world, and all its cares, and pomps, and troubles, and devote the remainder of my days to tranquillity and love. ”  —No seas cruel ni te enfades conmigo, ¡oh el más profundo de los filósofos!; considera la doble angustia de un monarca y de un amante, e inventa algún remedio que me proteja contra los peligros que me amenazan. Nada me importa la grandeza ni el poder, pues sólo anhelo ya el descanso. Quisiera encontrar algún pacifico retiro donde poder huir del mundo, de todos sus cuidados, pompas y pesadumbres, y donde dedicar el resto de mi vida a la tranquilidad y al amor.
The astrologer regarded him for a moment, from under his bushy eyebrows.  El astrólogo le miró un momento, frunciendo sus espesas cejas.
“And what wouldst thou give, if I could provide thee such a retreat? ”  —¿Qué me darías si te proporcionase un retiro así?
“Thou shouldst name thy own reward, and whatever it might be, if within the scope of my power, as my soul liveth, it should be thine. ”  —Tú mismo señalarás la recompensa, y cualquiera que sea, si está en mis manos, la tendrás bajo mi palabra.
“Thou hast heard, O king, of the garden of Irem, one of the prodigies of Arabia the happy. ”  —¿Has oído hablar, ¡oh rey!, del jardín del Irán, uno de los prodigios de la Arabia feliz?
“I have heard of that garden; it is recorded in the Koran, even in the chapter entitled ‘The Dawn of Day.’ I have, moreover, heard marvellous things related of it by pilgrims who had been to Mecca; but I considered them wild fables, such as travellers are wont to tell who have visited remote countries. ”  —Sí, he oído hablar de ese jardín que se cita en el Korán en el capítulo titulado «La aurora del día». He oído, además, cosas maravillosas de él, referidas por los peregrinos que han estado en la Meca; pero siempre las tuve por fabulosas, como muchas de las que suelen contar los viajeros que han recorrido lejanos países.
“Discredit not, O king, the tales of travellers, ” rejoined the astrologer, gravely, “for they contain precious rarities of knowledge brought from the ends of the earth. As to the palace and garden of Irem, what is generally told of them is true; I have seen them with mine own eyes—listen to my adventure; for it has a bearing upon the object of your request.  —No desacredites, ¡oh rey!, los relatos de los viajeros —repuso el astrólogo gravemente—, porque encierran raros y preciosos conocimientos traídos de los últimos confines de la tierra. En cuanto al palacio y jardín del Irán, todo lo que generalmente se cuenta de él es cierto y yo mismo lo he comprobado con mis propios ojos. Escucha mi aventura, pues tiene relación con lo que tú deseas.
“In my younger days, when a mere Arab of the desert, I tended my father’s camels. In traversing the desert of Aden, one of them strayed from the rest, and was lost. I searched after it for several days, but in vain, until, wearied and faint, I laid myself down at noontide, and slept under a palm-tree by the side of a scanty well. When I awoke, I found myself at the gate of a city. I entered, and beheld noble streets, and squares, and market-places; but all were silent and without an inhabitant. I wandered on until I came to a sumptuous palace with a garden adorned with fountains and fishponds, and groves and flowers, and orchards laden with delicious fruit; but still no one was to be seen. Upon which, appalled at this loneliness, I hastened to depart; and, after issuing forth at the gate of the city, I turned to look upon the place, but it was no longer to be seen; nothing but the silent desert extended before my eyes.  «En mi juventud, cuando yo no era sino un árabe nómada, cuidaba de los camellos de mi padre. Un día, al atravesar el desierto de Aden, uno de ellos se separó de los demás y se perdió. Lo busqué durante varios días, pero en vano, hasta que, cansado y desvanecido, me tendí una tarde bajo una palmera, junto a un pozo casi seco. Cuando desperté me encontré a las puertas de una ciudad; entré en ella y contemplé magnificas calles, y plazas y mercados, pero todo en silencio y como deshabitado. Anduve errante hasta que llegué a un suntuoso palacio, con un jardín que estaba adornado con fuentes y estanques, árboles y flores, y huertos repletos de frutos deliciosos; pero no se veía a nadie. Inquieto por esta soledad, me apresuré a salir, y, cuando trasponía la puerta de la ciudad, volví la vista hacia el lugar, pero ya no se veía nada allí; sólo el silencioso desierto se extendía ante mis ojos.
“In the neighborhood I met with an aged dervise, learned in the traditions and secrets of the land, and related to him what had befallen me. ‘This,’ said he, ‘is the far-famed garden of Irem, one of the wonders of the desert. It only appears at times to some wanderer like thyself, gladdening him with the sight of towers and palaces and garden walls overhung with richly-laden fruit-trees, and then vanishes, leaving nothing but a lonely desert. And this is the story of it. In old times, when this country was inhabited by the Addites, King Sheddad, the son of Ad, the great grandson of Noah, founded here a splendid city. When it was finished, and he saw its grandeur, his heart was puffed up with pride and arrogance, and he determined to build a royal palace, with gardens which should rival all related in the Koran of the celestial paradise. But the curse of heaven fell upon him for his presumption. He and his subjects were swept from the earth, and his splendid city, and palace, and gardens, were laid under a perpetual spell, which hides them from human sight, excepting that they are seen at intervals, by way of keeping his sin in perpetual remembrance.’  »Por aquellos alrededores me encontré con un anciano derviche, muy versado en las tradiciones y secretos de aquel país, al que conté todo lo que me había sucedido. »—Este —me dijo— es el famoso jardín del Irán, una de las maravillas del desierto. Sólo se aparece algunas veces a algún viajero errante como tú, fascinándole con el panorama de sus torres, palacios y muros de jardines poblados de árboles de ricas frutas, que después se desvanecen, quedando únicamente un yermo solitario. Y he aquí su historia. En tiempos pasados, cuando esta comarca estuvo habitada por los additas, el rey Sheddad, hijo de Ad y bisnieto de Noé, fundó aquí una espléndida ciudad. Cuando estuvo concluida y vio su magnificencia, llenóse de orgullo y arrogancia su corazón y decidió construir un palacio real, con jardines que rivalizasen con todos los que describe el Korán en el paraíso celestial; pero cayó sobre él la maldición del Cielo por su presunción. El y sus súbditos quedaron barridos de la tierra, y su fastuosa ciudad, junto con los palacios y jardines, cayeron para siempre bajo un conjuro que los oculta a las miradas del hombre, si se exceptúa alguna que otra vez en que suelen verse, para perpetuo recuerdo de su pecado.»
“This story, O king, and the wonders I had seen, ever dwelt in my mind; and in after years, when I had been in Egypt, and was possessed of the book of knowledge of Solomon the wise, I determined to return and revisit the garden of Irem. I did so, and found it revealed to my instructed sight. I took possession of the palace of Sheddad, and passed several days in his mock paradise. The genii who watch over the place, were obedient to my magic power, and revealed to me the spells by which the whole garden had been, as it were, conjured into existence, and by which it was rendered invisible. Such a palace and garden, O king, can I make for thee, even here, on the mountain above thy city. Do I not know all the secret spells? and am I not in possession of the book of knowledge of Solomon the wise? ”  —Esta historia, ¡oh rey!, y las maravillas que admiré quedaron tan grabadas en mi imaginación que, años después, cuando estuve en Egipto y fui dueño del Libro de la Sabiduría de Salomón el Sabio, determiné volver a visitar el jardín del Irán. Así lo hice, en efecto, y comprobé que se hacía visible con la ayuda de mi ciencia. Tomé posesión del palacio de Sheddad y pasé varios días en aquella especie de paraíso. Los genios que guardaban aquellos lugares, obedientes a mi mágico poder, me revelaron los hechizos con cuya ayuda se había dado mágica existencia a aquel jardín y la razón de que se tornara invisible. Un palacio y un jardín semejantes puedo yo, ¡oh rey!, construir para ti, aquí mismo, en la montaña que domina la ciudad. ¿Acaso no conozco todos los secretos de la magia? ¿No soy dueño del Libro de la Sabiduría del sabio Salomón?
“O wise son of Abu Ayub! ” exclaimed Aben Habuz, trembling with eagerness, “thou art a traveller indeed, and hast seen and learned marvellous things! Contrive me such a paradise, and ask any reward, even to the half of my kingdom. ”  —¡Oh sabio hijo de Abu Ayub! —exclamó Aben Habuz temblando de ansiedad—¡Eres en verdad un viajero que has visto y aprendido cosas maravillosas! Hazme un paraíso semejante y pídeme lo que quieras, aunque sea la mitad de mi reino.
“Alas! ” replied the other, “thou knowest I am an old man, and a philosopher, and easily satisfied; all the reward I ask is the first beast of burden, with its load, which shall enter the magic portal of the palace. ”  —¡Ay! —respondió el astrólogo—. Sabes que soy un viejo filósofo que me contento con poco; lo único que te pido es que me concedas la primera bestia, con su carga, que entre por el mágico pórtico del palacio.
The monarch gladly agreed to so moderate a stipulation, and the astrologer began his work. On the summit of the hill, immediately above his subterranean hermitage, he caused a great gateway or barbican to be erected, opening through the centre of a strong tower.  El monarca aceptó con júbilo tan moderada condición y el astrólogo comenzó su obra. En la cúspide de la colina, precisamente encima de su retiro subterráneo, hizo construir una gran puerta o barbacana abierta en el centro de una torre inexpugnable.
There was an outer vestibule or porch, with a lofty arch, and within it a portal secured by massive gates. On the key-stone of the portal the astrologer, with his own hand, wrought the figure of a huge key; and on the key-stone of the outer arch of the vestibule, which was loftier than that of the portal, he carved a gigantic hand. These were potent talismans, over which he repeated many sentences in an unknown tongue.  Tenía un vestíbulo o pórtico exterior con un elevado arco, y dentro, el atrio, guardado con macizas puertas. Sobre la clave del portal esculpió el astrólogo, con su propia mano, una llave, y en la otra clave del arco exterior del vestíbulo, que era más alto que el del portal, grabó una mano gigantesca. Estos signos eran poderosos talismanes, ante los cuales pronunció ciertas palabras en una lengua desconocida.
When this gateway was finished he shut himself up for two days in his astrological hall, engaged in secret incantations; on the third he ascended the hill, and passed the whole day on its summit. At a late hour of the night he came down, and presented himself before Aben Habuz.  Cuando esta puerta de entrada estuvo concluida, se encerró durante dos días en su salón de astrología, ocupándose en secretos encantamientos; al tercer día subió a la colina lo pasó en ella. A últimas horas de la noche, descendió y se presentó ante Aben Habuz.
“At length, O king, ” said he, “my labor is accomplished. On the summit of the hill stands one of the most delectable palaces that ever the head of man devised, or the heart of man desired. It contains sumptuous halls and galleries, delicious gardens, cool fountains, and fragrant baths; in a word, the whole mountain is converted into a paradise. Like the garden of Irem, it is protected by a mighty charm, which hides it from the view and search of mortals, excepting such as possess the secret of its talismans. ”  —Al fin, ¡oh rey! —le dijo—, he realizado mi obra. Sobre la cumbre de la colina encontrarás el palacio más delicioso que jamás concibiera la mente humana ni deseara el corazón del hombre. Contiene suntuosos salones y galerías, deliciosos jardines, frescas fuentes y perfumados baños; en una palabra, toda la montaña se ha convertido en un paraíso. Está protegido, como el jardín del Irán, por un poderoso encantamiento que lo oculta a la mirada y pesquisas de los mortales, excepto a las de aquellos que poseen el secreto de sus talismanes.
“Enough! ” cried Aben Habuz, joyfully, “to-morrow morning with the first light we will ascend and take possession. ”  —¡Basta! —exclamó alborozado Aben Habuz—. Mañana al amanecer subiremos a tomar posesión.
The happy monarch slept but little that night. Scarcely had the rays of the sun begun to play about the snowy summit of the Sierra Nevada, when he mounted his steed, and, accompanied only by a few chosen attendants, ascended a steep and narrow road leading up the hill. Beside him, on a white palfrey, rode the Gothic princess, her whole dress sparkling with jewels, while round her neck was suspended her silver lyre. The astrologer walked on the other side of the king, assisting his steps with his hieroglyphic staff, for he never mounted steed of any kind.  Poco durmió aquella noche el feliz monarca. Apenas comenzaron los rayos del sol a iluminar las blancas crestas de Sierra Nevada, cuando montó a caballo, y, acompañado de algunos fieles servidores, subió por el pendiente y estrecho camino que llevaba a lo alto de la colina. A su lado, en un blanco palafrén, cabalgaba la princesa cristiana, con su vestido resplandeciente de joyas y colgada a su cuello la lira de plata. El astrólogo iba a pie al otro lado del rey, apoyado en su báculo de jeroglíficos, pues nunca montaba ninguna clase de cabalgadura.
Aben Habuz looked to see the towers of the palace brightening above him, and the imbowered terraces of its gardens stretching along the heights; but as yet nothing of the kind was to be descried. “That is the mystery and safeguard of the place, ” said the astrologer, “nothing can be discerned until you have passed the spell-bound gateway, and been put in possession of the place. ”  Aben Habuz quiso ver las torres del palacio brillando allí arriba y las floridas terrazas de los jardines extendiéndose por las alturas; pero nada de ello se divisaba todavía —Este es el misterio y la salvaguardia de este lugar —le dijo el astrólogo—; nada puede descubrirse hasta que se ha pasado la puerta encantada y se ha penetrado dentro
As they approached the gateway, the astrologer paused, and pointed out to the king the mystic hand and key carved upon the portal of the arch. “These, ” said he, “are the talismans which guard the entrance to this paradise. Until yonder hand shall reach down and seize that key, neither mortal power nor magic artifice can prevail against the lord of this mountain. ”  . Al acercarse a la entrada, el astrólogo se detuvo y señaló al rey las mágicas mano y llave grabadas sobre el arco del pórtico. —Estos son —dijo—— los talismanes que guardan la entrada de este paraíso. Hasta que aquella mano no baje y coja la llave, no habrá poder humano ni mágico artificio que pueda vencer el dueño de esta montaña.
While Aben Habuz was gazing, with open mouth and silent wonder, at these mystic talismans, the palfrey of the princess proceeded, and bore her in at the portal, to the very centre of the barbican.  Mientras Aben Habuz contemplaba estos místicos talismanes, con la boca abierta y absorto de admiración, el palafrén de la princesa avanzó y penetró en el vestíbulo hasta el centro mismo de la barbacana.
“Behold, ” cried the astrologer, “my promised reward; the first animal with its burden which should enter the magic gateway. ”  —He aquí —gritó el astrólogo— la recompensa que me prometiste: el primer animal con su carga que penetrase por la puerta mágica.
Aben Habuz smiled at what he considered a pleasantry of the ancient man; but when he found him to be in earnest, his gray beard trembled with indignation.  Aben Habuz se sonrió ante lo que creía una broma del viejo; pero cuando vio que era en serio, su blanca barba tembló de indignación.
“Son of Abu Ayub, ” said he, sternly, “what equivocation is this? Thou knowest the meaning of my promise: the first beast of burden, with its load, that should enter this portal. Take the strongest mule in my stables, load it with the most precious things of my treasury, and it is thine; but dare not raise thy thoughts to her who is the delight of my heart. ”  —Hijo de Abu Ayub —le dijo airado—, ¿qué engaño es éste? Bien sabes el significado de mi promesa: la primera bestia con su carga que entrase por este portal. Elige la muía más resistente de mis caballerizas, cárgala con los objetos más preciosos de mi tesoro y tuya es; pero no pongas tu pensamiento en quien es la delicia de mi corazón.
“What need I of wealth, ” cried the astrologer, scornfully; “have I not the book of knowledge of Solomon the wise, and through it the command of the secret treasures of the earth? The princess is mine by right; thy royal word is pledged: I claim her as my own. ”  —¿Para qué quiero los riquezas? —replicó desdeñoso el astrólogo—. ¿No poseo el Libro de la Sabiduría del sabio Salomón y, con él, el dominio de todos los escondidos tesoros de la tierra? La princesa me pertenece por derecho; la palabra real está empeñada, y la reclamo como cosa mía.
The princess looked down haughtily from her palfrey, and a light smile of scorn curled her rosy lip at this dispute between two gray-beards, for the possession of youth and beauty. The wrath of the monarch got the better of his discretion. “Base son of the desert, ” cried he, “thou may’st be master of many arts, but know me for thy master, and presume not to juggle with thy king. ”  La princesa les observaba desdeñosamente desde su palafrén, y una leve sonrisa de burla frunció sus rosados labios ante la disputa de aquellos dos viejos por la posesión de su belleza y juventud. La cólera del monarca pudo más que su prudencia. —¡Miserable hijo del desierto! —gritó——. Tú serás maestro en muchas artes, pero reconóceme como tu dueño y señor y no pretendas jugar con tu rey.
“My master! my king! ” echoed the astrologer. “The monarch of a molehill to claim sway over him who possesses the talismans of Solomon! Farewell, Aben Habuz; reign over thy petty kingdom, and revel in thy paradise of fools; for me, I will laugh at thee in my philosophic retirement. ”  —¡Mi señor! ¡Mi rey! —repitió el astrólogo—. ¡El monarca de una madriguera pretende dominar al que posee los talismanes de Salomón! Adiós Aben Habuz; gobierna tu reinecillo y goza en tu paraíso de locos; que yo me reiré de ti en mi filosófico retiro.
So saying he seized the bridle of the palfrey, smote the earth with his staff, and sank with the Gothic princess through the centre of the barbican. The earth closed over them, and no trace remained of the opening by which they had descended.  Esto diciendo, asió la brida del palafrén y, golpeando la tierra con su báculo, se hundió con la joven princesa por el centro de la barbacana. Cerróse la tierra tras ellos, sin que quedase rastro del agujero por donde habían bajado.
Aben Habuz was struck dumb for a time with astonishment. Recovering himself, he ordered a thousand workmen to dig, with pickaxe and spade, into the ground where the astrologer had disappeared. They digged and digged, but in vain; the flinty bosom of the hill resisted their implements; or if they did penetrate a little way, the earth filled in again as fast as they threw it out. Aben Habuz sought the mouth of the cavern at the foot of the hill, leading to the subterranean palace of the astrologer; but it was nowhere to be found. Where once had been an entrance, was now a solid surface of primeval rock. With the disappearance of Ibrahim Ebn Abu Ayub ceased the benefit of his talismans. The bronze horseman remained fixed, with his face turned toward the hill, and his spear pointed to the spot where the astrologer had descended, as if there still lurked the deadliest foe of Aben Habuz.  Aben Habuz quedó mudo de asombro durante un largo rato. Cuando se rehizo ordenó que mil obreros cavasen con picos y azadones en el sitio por donde había desaparecido el astrólogo. Cavaron y cavaron, pero todo fue inútil; el pétreo seno de la colina resistía todas las herramientas y, por añadidura, cuando profundizaban un poco, la tierra caía de nuevo tan pronto como era extraída. Aben Habuz buscó entonces la entrada de la cueva al pie de la colina, que conducía al palacio subterráneo del astrólogo, pero no la encontró en ninguna parte. Lo que antes había sido una puerta, era ahora la sólida superficie de una roca. Con la desaparición de Ibrahim Ibn Abu Ayub cesó la virtud de sus talismanes. El jinete de bronce quedó fijo con su cara vuelta hacia la colina y señalando con su lanza el sitio por donde se hundiera el astrólogo como si allí se ocultase el más mortal enemigo de Aben Habuz.
From time to time the sound of music, and the tones of a female voice, could be faintly heard from the bosom of the hill; and a peasant one day brought word to the king, that in the preceding night he had found a fissure in the rock, by which he had crept in, until he looked down into a subterranean hall, in which sat the astrologer, on a magnificent divan, slumbering and nodding to the silver lyre of the princess, which seemed to hold a magic sway over his senses.  De cuando en cuando se oía un débil rumor de música y los acentos de una voz de mujer en el interior de la colina. Cierto día un campesino trajo al rey la noticia de que en la noche anterior había encontrado una hendidura en la roca, por la cual penetró hasta llegar a un salón subterráneo, en donde vio al astrólogo sentado en un magnífico diván dormitando al son de la lira de plata de la princesa, que parecía ejercer mágico influjo sobre sus sentidos.
Aben Habuz sought the fissure in the rock, but it was again closed. He renewed the attempt to unearth his rival, but all in vain. The spell of the hand and key was too potent to be counteracted by human power. As to the summit of the mountain, the site of the promised palace and garden, it remained a naked waste; either the boasted elysium was hidden from sight by enchantment, or was a mere fable of the astrologer. The world charitably supposed the latter, and some used to call the place “The King’s Folly, ” while others named it “The Fool’s Paradise. ”  Aben Habuz buscó el agujero en la roca, pero ya se había cerrado. Renovó sus esfuerzos para desenterrar a su enemigo, pero todo fue inútil, pues el hechizo de la mano y de la llave era demasiado poderoso para que pudiese anularlo el poder de los hombres. En cuanto a la cumbre de la montaña, lugar del prometido palacio y jardín, permaneció como un desnudo erial; o el supuesto paraíso quedaba oculto a la mirada de los hombres o sólo fue una pura fábula del astrólogo. La gente supuso crédulamente esto último; unos llamaron a aquel lugar La locura del Rey, y otros, El Paraíso del Loco.
To add to the chagrin of Aben Habuz, the neighbors whom he had defied and taunted, and cut up at his leisure while master of the talismanic horseman, finding him no longer protected by magic spell, made inroads into his territories from all sides, and the remainder of the life of the most pacific of monarchs was a tissue of turmoils.  Para colmar las desdichas de Aben Habuz, los vecinos rivales a quienes había provocado, escarnecido y deshecho a su placer, mientras fue dueño del talismánico jinete, al saber que ya no estaba protegido por ‘hingún mágico encantamiento, invadieron su territorio por todas partes, y el más pacífico de los monarcas pasó el resto de su vida entre continuos disturbios.
At length Aben Habuz died, and was buried. Ages have since rolled away. The Alhambra has been built on the eventful mountain, and in some measure realizes the fabled delights of the garden of Irem. The spell-bound gateway still exists entire, protected no doubt by the mystic hand and key, and now forms the Gate of Justice, the grand entrance to the fortress. Under that gateway, it is said, the old astrologer remains in his subterranean hall, nodding on his divan, lulled by the silver lyre of the princess.  Al fin murió Aben Habuz y fue enterrado hace ya siglos. La Alhambra se construyó después sobre esta célebre montaña, y se realizaron en cierto modo las fabulosas delicias del jardín del Irán. Todavía se conserva la puerta encantada, protegida sin duda por la mano mágica y por la llave, y en la actualidad es la puerta de la Justicia, entrada principal a la fortaleza. Bajo esta puerta —según dicen— continúa el viejo astrólogo en su salón subterráneo, arrullado en su diván por la lira de plata de la princesa.
The old invalid sentinels who mount guard at the gate hear the strains occasionally in the summer nights; and, yielding to their soporific power, doze quietly at their posts. Nay, so drowsy an influence pervades the place, that even those who watch by day may generally be seen nodding on the stone benches of the barbican, or sleeping under the neighboring trees, so that in fact it is the drowsiest military post in all Christendom. All this, say the ancient legends, will endure from age to age. The princess will remain captive to the astrologer; and the astrologer, bound up in magic slumber by the princess, until the last day, unless the mystic hand shall grasp the fated key, and dispel the whole charm of this enchanted mountain. a  Los viejos centinelas inválidos que hacen guardia en la puerta, suelen oír en las noches de verano sus acordes musicales; influidos por su soporífera virtud, se duermen tranquilamente en sus aposentos. Es más; se hace tan irresistible en este sitio la influencia del sueño, que incluso los que vigilan de día, cabecean sobre los bancos de piedra de la barbacana o se duermen bajo los árboles contiguos, siendo en verdad aquel lugar el puesto militar de la Cristiandad donde más se dormita. Todo lo cual —dicen las viejas leyendas— perdurará de siglo en siglo. La princesa continuará cautiva del astrólogo, y éste, preso en el mágico sueño de la princesa, hasta el día del Juicio; a menos que la mano empuñe la llave fatal y se deshaga todo -el hechizo de esta encantada montaña


Visitors to the Alhambra



Visitantes de La Alhambra

FOR NEARLY three months had I enjoyed undisturbed my dream of sovereignty in the Alhambra: a longer term of quiet than had been the lot of many of my predecessors. During this lapse of time the progress of the season had wrought the usual change. On my arrival I had found every thing in the freshness of May; the foliage of the trees was still tender and transparent; the pomegranate had not yet shed its brilliant crimson blossoms; the orchards of the Xenil and the Darro were in full bloom; the rocks were hung with wild flowers, and Granada seemed completely surrounded by a wilderness of roses; among which innumerable nightingales sang, not merely in the night, but all day long.  DURANTE tres meses he gozado pacíficamente de mi sueño de soberanía en la Alhambra, período de quietud más largo que el que tocara en suerte a muchos de mis predecesores. Durante este lapso de tiempo, el curso de la estación ha ocasionado los naturales cambios. Todo lo encontré a mi llegada envuelto en la frescura del mes de mayo; el follaje de los árboles se ofrecía aún tierno y transparente; todavía no habían desplegado las granadas sus brillantes coronas carmesíes; los huertos del Darro y del Genil se hallaban en plena floración; las rocas aparecían cubiertas de flores silvestres, y Granada daba la impresión de estar completamente rodeada de un lago de rosas, entre las que innumerables ruiseñores cantaban día y noche.
Now the advance of summer had withered the rose and silenced the nightingale, and the distant country began to look parched and sunburnt; though a perennial verdure reigned immediately round the city and in the deep narrow valleys at the foot of the snow-capped mountains.  Ahora, avanzado el verano, se ha marchitado la rosa y el ruiseñor guarda silencio, mientras que la lejana campiña comienza a mostrarse tostada y reseca por el sol; sin embargo, una perenne verdura reina en las inmediaciones de la ciudad y en los profundos y estrechos valles situados al pie de las montañas cubiertas de nieve.
The Alhambra possesses retreats graduated to the heat of the weather, among which the most peculiar is the almost subterranean apartment of the baths. This still retains its ancient Oriental character, though stamped with the touching traces of decline. At the entrance, opening into a small court formerly adorned with flowers, is a hall, moderate in size, but light and graceful in architecture. It is overlooked by a small gallery supported by marble pillars and Morisco arches. An alabaster fountain in the centre of the pavement still throws up a jet of water to cool the place. On each side are deep alcoves with raised platforms, where the bathers, after their ablutions, reclined on cushions, soothed to voluptuous repose by the fragrance of the perfumed air and the notes of soft music from the gallery. Beyond this hall are the interior chambers, still more retired; the sanctum sanctorum of female privacy; for here the beauties of the Harem indulged in the luxury of the baths. A soft mysterious light reigns through the place, admitted through small apertures (lumbreras) in the vaulted ceiling. The traces of ancient elegance are still to be seen; and the alabaster baths in which the sultanas once reclined. The prevailing obscurity and silence have made these vaults a favorite resort of bats, who nestle during the day in the dark nooks and corners, and on being disturbed, flit mysteriously about the twilight chambers, heightening, in an indescribable degree, their air of desertion and decay.  La Alhambra encierra rincones graduados al calor del tiempo, entre los cuales el más peculiar es el aposento casi subterráneo de los baños. Aún conservan éstos su antiguo carácter oriental, aunque señalados con las huellas del tiempo. A la entrada, que da acceso a un pequeño patio antiguamente adornado de flores, hay una sala de regulares dimensiones, pero de ligera y graciosa arquitectura. Está dominada por una pequeña galería sostenida por columnas de mármol y arcos árabes. Una fuente de alabastro en el centro del pavimento lanza todavía un chorro de agua que refresca este rincón. A cada lado de la misma hay amplias alcobas, con elevadas plataformas, donde los musulmanes, después del baño o de sus abluciones, reclinados en cojines, se entregaban a un voluptuoso descanso entre la fragancia del aire perfumado y las cadencias de una suave música procedente de las galerías. Detrás de esta sala existen cámaras interiores más íntimas aún; el sancta sanctorum del retiro femenino, pues aquí se entregaban las bellezas del harén a las delicias del baño. Una luz suave y misteriosa se difunde por todas las estancias, procedente de las estrechas aberturas—llamadas lumbreras— que hay en el techo abovedado. Todavía pueden observarse los vestigios de su antigua elegancia y los baños de alabastro donde, en un tiempo, se reclinaran las sultanas. La oscuridad y silencio que allí reinan han hecho de estas bóvedas lugar predilecto de los murciélagos, que andan durante el día en los escondrijos y rincones, y que, cuando son inquietados, revolotean misteriosamente por las sombrías salas, realzando de un modo indescriptible su aspecto de soledad y abandono.
In this cool and elegant, though dilapidated retreat, which had the freshness and seclusion of a grotto, I passed the sultry hours of the day as summer advanced, emerging towards sunset, and bathing, or rather swimming, at night in the great reservoir of the main court. In this way I was enabled in a measure to counteract the relaxing and enervating influence of the climate.  En este fresco y elegante, aunque ruinoso retiro, que ofrece el frescor y aislamiento de una gruta, pasaba yo las horas sofocantes del día cuando avanzaba el verano, saliendo al ponerse el sol y bañándome, o mejor, nadando por la noche en el gran estanque del patio principal. De esta forma disminuía, en cierto modo, el enervante y lánguido influjo del clima.
My dream of absolute sovereignty, however, came at length to an end. I was roused one morning by the report of fire-arms, which reverberated among the towers as if the castle had been taken by surprise. On sallying forth, I found an old cavalier with a number of domestics, in possession of the Hall of Ambassadors. He was an ancient count who had come up from his palace in Granada to pass a short time in the Alhambra for the benefit of purer air, and who, being a veteran and inveterate sportsman, was endeavoring to get an appetite for his breakfast by shooting at swallows from the balconies. It was a harmless amusement; for though, by the alertness of his attendants in loading his pieces, he was enabled to keep up a brisk fire, I could not accuse him of the death of a single swallow. Nay, the birds themselves seemed to enjoy the sport, and to deride his want of skill, skimming in circles close to the balconies, and twittering as they darted by.  Mi sueño de absoluta soberanía llegó, sin embargo, a su fin. Una mañana, me despertaron las detonaciones de unas armas de fuego que resonaron en las torres como si hubiese sido atacado el castillo por sorpresa. Al salir me encontré con un anciano caballero y cierto número de criados que habían tomado posesión del salón de Embajadores. Era un viejo conde que había venido desde su palacio de Granada a pasar unos días en la Alhambra, para gozar de aire más puro, y como era un veterano e inveterado cazador, trataba de despertar su apetito para el desayuno disparando a las golondrinas desde los balcones. Distracción la suya inocente; pues a pesar de que por la prontitud de sus servidores en cargarle las armas, podía mantener un nutrido fuego, no pude acusarle de la muerte de una sola golondrina. Es más; los mismos pájaros parecían dis frutar de su diversión y burlarse de su falta de puntería, describiendo círculos en torno a los balcones o lanzándose corno flechas junto a él.
The arrival of this old gentleman changed essentially the aspect of affairs, but caused no jealousy nor collision. We tacitly shared the empire between us, like the last kings of Granada, excepting that we maintained a most amicable alliance. He reigned absolute over the Court of the Lions and its adjacent halls, while I maintained peaceful possession of the regions of the baths and the little garden of Lindaraxa. We took our meals together under the arcades of the court, where the fountains cooled the air, and bubbling rills ran along the channels of the marble pavement.  La llegada de este anciano caballero cambió esencialmente el aspecto de las cosas, pero sin que diese motivos a suspicacias o disputas. Nos repartimos tácitamente el imperio, como hicieron los últimos reyes de Granada, con la diferencia de que nosotros mantuvimos la más amistosa alianza. Su soberanía era absoluta sobre el patio de los Leones y sus salas contiguas, en tanto que yo conservaba el pacifico dominio del territorio de los baños y el pequeño jardín de Lindaraja. Comíamos juntos bajo las arcadas del patio, donde las fuentes refrescaban el ambiente y los espumosos regatos cristalinos discurrían por los canalillos del pavimento de mármol.
In the evenings a domestic circle would gather about the worthy old cavalier. The countess, his wife by a second marriage, would come up from the city accompanied by her step-daughter Carmen, an only child, a charming little being, still in her girlish years. Then there were always some of his official dependents, his chaplain, his lawyer, his secretary, his steward, and other officers and agents of his extensive possessions, who brought him up the news or gossip of the city, and formed his evening party of tresillo or ombre. Thus he held a kind of domestic court, where each one paid him deference, and sought to contribute to his amusement, without, however, any appearance of servility, or any sacrifice of self-respect. In fact, nothing of the kind was exacted by the demeanor of the count; for whatever may be said of Spanish pride, it rarely chills or constrains the intercourse of social or domestic life. Among no people are the relations between kindred more unreserved and cordial, or between superior and dependent more free from haughtiness on the one side, and obsequiousness on the other. In these respects there still remains in Spanish life, especially in the provinces, much of the vaunted simplicity of the olden time.  Por las noches se congregaba una tertulia familiar en torno al noble y anciano caballero. La condesa, su esposa en segundas nupcias, llegaba de la ciudad acompañada de su hijastra Carmen, joven y encantadora criatura, casi una niña. También venían siempre algunos de sus oficiales, su capellán, su abogado, su secretario, su mayordomo y otros administradores y encargados de sus extensas posesiones, que le traían noticias y hablillas de la ciudad, y formaban su partida nocturna de tresillo o de hombre*. De este modo disfrutaba de una especie de corte doméstica, en la que todos le respetaban y trataban de contribuir a su distracción, sin que nadie diese muestras de servilis mo o menoscabo de su propia dignidad. Nada parecido, en verdad, exigía la conducta del conde, pues dígase lo que se quiera del orgullo español, rara vez se muestra altivo o impide el curso de la vida social o doméstica. Más que en ninguna otra parte, son las relaciones entre parientes, francas y cordiales y *Juego de naipes entre varias personas, con elección de palo que sea triunfo. (N. del T.) desprovistas de orgullo o servilismo entre el superior y su subordinado. En este sentido, todavía conserva la vida española, especialmente en las provincias, mucho de la llaneza y sencillez de antaño.
The most interesting member of this family group, in my eyes, was the daughter of the count, the lovely little Carmen; she was but about sixteen years of age, and appeared to be considered a mere child, though the idol of the family, going generally by the child-like, but endearing appellation of la Nina. Her form had not yet attained full maturity and development, but possessed already the exquisite symmetry and pliant grace so prevalent in this country. Her blue eyes, fair complexion, and light hair, were unusual in Andalusia, and gave a mildness and gentleness to her demeanor in contrast to the usual fire of Spanish beauty, but in unison with the guileless and confiding innocence of her manners. She had at the same time the innate aptness and versatility of her fascinating countrywomen. Whatever she undertook to do she did well and apparently without effort. She sang, played the guitar and other instruments, and danced the picturesque dances of her country to admiration, but never seemed to seek admiration. Every thing was spontaneous, prompted by her own gay spirits and happy temper.  El miembro más interesante, a mis ojos, de este grupo familiar, era la hija del conde, la adorable Carmencita. Tendría unos dieciséis años de edad y, al parecer, se la miraba como a una chiquilla, aunque era el ídolo de la familia, que la llamaba corrientemente con el infantil y cariñoso nombre de la niña. Sus formas no habían alcanzado aún plena madurez y desarrollo, pero poseía ya la exquisita armonía y flexible gracia que son características en este país. Sus ojos azules, su tez clara y sus rubios cabellos eran algo desusado en Andalucía, y daban una suavidad y gentileza a su porte, en contraste con el ardor comente en la belleza española, aunque en consonancia con la sencillez y confiada inocencia de sus ademanes. Poseía al mismo tiempo esa innata disposición y volubilidad de las deliciosas mujeres de su tierra. Todo lo que hacía le salía bien, y al parecer sin esfuerzo. Cantaba, tocaba la guitarra y otros instrumentos y bailaba las pintorescas danzas de su tierra, despertando la admiración, pero sin pretender buscarla nunca. Todo en ella era espontáneo, nacido de su alegre carácter y feliz temperamento.
The presence of this fascinating little being spread a new charm about the Alhambra, and seemed to be in unison with the place. While the count and countess, with the chaplain or secretary, were playing their game of tresillo under the vestibule of the Court of Lions, she, attended by Dolores, who acted as her maid of honor, would sit by one of the fountains, and accompanying herself on the guitar, would sing some of those popular romances which abound in Spain, or, what was still more to my taste, some traditional ballad about the Moors.  La presencia de esta deliciosa jovencita daba un nuevo encanto a la Alhambra, y parecía estar en armonía con aquellos lugares. Mientras el conde y la condesa, con el capellán y el secretario, jugaban su partida de tresillo bajo el vestíbulo del patio de los Leones, ella, ayudada por Dolores, que actuaba como su dama de honor, se sentaba junto a una de las fuentes y, acompañada de la guitarra, cantaba algunos de los romances populares que abundan en España o, lo que era más de mi agrado, alguna balada tradicional referente a los moros.
Never shall I think of the Alhambra without remembering this lovely little being, sporting in happy and innocent girlhood in its marble halls, dancing to the sound of the Moorish castanets, or mingling the silver warbling of her voice with the music of its fountains.\  Siempre que piense en la Alhambra, recordaré a esta deliciosa criatura que gozaba con ingenua y feliz inocencia entre aquellos salones de mármol, bailando al son de las castañuelas moras o mezclando los trinos de plata de su voz con la música de las fuentes.


The Generalife



El Generalife

HIGH ABOVE the Alhambra, on the breast of the mountain, amidst embowered gardens and stately terraces, rise the lofty towers and white walls of the Generalife; a fairy palace, full of storied recollections. Here is still to be seen the famous cypresses of enormous size which flourished in the time of the Moors, and which tradition has connected with the fabulous story of Boabdil and his sultana.  POR encima de la Alhambra y en el seno de la montaña, entre floridos jardines y suntuosas terrazas, se elevan las altas torres y los blancos muros del Generalife, palacio de ensueño, cargado de recuerdos históricos. Todavía pueden verse en él los famosos grandes cipreses que florecieron en tiempo de los árabes, relacionados por la tradición con la fabulosa historia de Boabdil y la sultana, su esposa.
Here are preserved the portraits of many who figured in the romantic drama of the Conquest. Ferdinand and Isabella, Ponce de Leon, the gallant marquis of Cadiz, and Garcilaso de la Vega, who slew in desperate fight Tarfe the Moor, a champion of Herculean strength. Here too hangs a portrait which has long passed for that of the unfortunate Boabdil, but which is said to be that of Aben Hud, the Moorish king from whom descended the princes of Almeria. From one of these princes, who joined the standard of Ferdinand and Isabella towards the close of the Conquest, and was christianized by the name of Don Pedro de Granada Venegas, was descended the present proprietor of the palace, the marquis of Campotejar. The proprietor, however, dwells in a foreign land, and the palace has no longer a princely inhabitant.  Aquí se conservan los retratos de muchos de los actores del romántico drama de la conquista de Granada. Fernando e Isabel, Ponce de León, el valiente marqués de Cádiz y Garcilaso de la Vega, que dio muerte en singular combate al moro Tarfe, paladín de fuerzas hercúleas. También se puede ver en el Generalife un retrato que ha pasado desde hace mucho tiempo por ser del infortunado Boabdil, pero que se dice es de Aben Hud, rey moro de quien descendían los príncipes de Almería. De uno de estos príncipes, que se unió a las banderas de Fernando e Isabel al final de la conquista, y que fue bautizado con el nombre de Don Pedro de Granada Venegas, desciende el actual propietario de este palacio, el marqués de Campotéjar, residente en el extranjero, por cuya razón no tiene el Generalife en la actualidad ningún huésped aristocrático.
Yet here is every thing to delight a southern voluptuary: fruits, flowers, fragrance, green arbors and myrtle hedges, delicate air and gushing waters. Here I had an opportunity of witnessing those scenes which painters are fond of depicting about southern palaces and gardens. It was the saint’s day of the count’s daughter, and she had brought up several of her youthful companions from Granada, to sport away a long summer’s day among the breezy halls and bowers of the Moorish palaces. A visit to the Generalife was the morning’s entertainment. Here some of the gay company dispersed itself in groups about the green walks, the bright fountains, the flights of Italian steps, the noble terraces and marble balustrades. Others, among whom I was one, took their seats in an open gallery or colonnade commanding a vast prospect, with the Alhambra, the city, and the Vega, far below, and the distant horizon of mountains—a dreamy world, all glimmering to the eye in summer sunshine. While thus seated, the all-pervading tinkling of the guitar and click of the castanets came stealing up from the valley of the Darro, and half way down the mountain we descried a festive party under the trees enjoying themselves in true Andalusian style, some lying on the grass, others dancing to the music.  Y sin embargo, hay todo cuanto puede deleitar al más exigente sibarita meridional: frutas, flores, fragancia, verdes glorietas y macizos de arrayán, suave brisa y aguas cristalinas. He tenido aquí ocasión de contemplar esos paisajes que ponen los pintores como fondo de sus lienzos cuando representan palacios y jardines andaluces. Celebrábamos la onomástica de la hija del conde, y Carmencita había hecho venir de Granada a varias de sus jóvenes amigas para pasar un alegre día de verano entre los aireados salones y glorietas de los palacios moriscos. La distracción de la mañana consistía en una visita al Generalife. Algunos de los que componían aquella alegre reunión se dispersaron en grupos por entre las verdes alamedas, las claras fuentes, las escalinatas italianas y las magníficas terrazas y balaustradas de mármol. Otros, entre los que me contaba yo mismo, tomaron asiento en una espaciosa galería o columnata, que dominaba un amplio panorama: la Alhambra, la ciudad y la vega, y al fondo, un lejano horizonte de montañas —mundo resplandeciente y fantástico que brillaba bajo el sol estival—. Mientras permanecíamos sentados, llegó a nuestros oídos, llenando todo el ambiente, el rasguear de una guitarra y el repiqueteo de las castañuelas que subía desde el valle del Darro, al mismo tiempo que divisábamos, en medio de la falda de la colina, un alegre grupo que se divertía debajo de los árboles, a la verdadera usanza andaluza; unos, tendidos sobre la hierba, y otros, bailando al son de la música.
All these sights and sounds, together with the princely seclusion of the place, the sweet quiet which prevailed around, and the delicious serenity of the weather had a witching effect upon the mind, and drew from some of the company, versed in local story, several of the popular fancies and traditions connected with this old Moorish palace; they were “such stuff as dreams are made of, ” but out of them I have shaped the following legend, which I hope may have the good fortune to prove acceptable to the reader. a  Todas estas escenas y bullicio, unidos a la solemne soledad del lugar, a la apacible quietud reinante en torno a nosotros y a la deliciosa serenidad del ambiente, ejercían un mágico influjo sobre la imaginación y dio motivo para que algunos de la reunión, conocedores de la historia del lugar, contasen varios relatos y tradiciones populares relacionadas con este viejo palacio moro; era «como un tejido fabricado de sueños». Con ellas he compuesto yo la siguiente leyenda, que espero tenga la buena fortuna de serle grata al lector.


Legend of Prince Ahmed al Kamel,
or, The Pilgrim of Love



Leyenda del Príncipe Ahmed Al Kamel
o El peregrino de amor

THERE was once a Moorish king of Granada who had but one son, whom he named Ahmed, to which his courtiers added the surname of al Kamel, or the perfect, from the indubitable signs of superexcellence which they perceived in him in his very infancy. The astrologers countenanced them in their foresight, predicting every thing in his favor that could make a perfect prince and a prosperous sovereign. One cloud only rested upon his destiny, and even that was of a roseate hue: he would be of an amorous temperament, and run great perils from the tender passion. If, however, he could be kept from the allurements of love until of mature age, these dangers would be averted, and his life thereafter be one uninterrupted course of felicity.  HABÍA en otro tiempo un rey moro de Granada que sólo tenía un hij o llamado Ahmed, a quien sus cortesanos dieron el nombre de al Kamel o el Perfecto, por las inequívocas señales de superioridad que observaron en él desde su más tierna infancia. Los astrólogos las confirmaron con sus pronósticos, vaticinando en su favor todos los dones necesarios para ser príncipe perfecto y un dichoso soberano. Tan sólo una nube oscurecía su destino, aunque era de color de rosa: que tendría un temperamento amoroso y que correría grandes peligros por esta tierna pasión; pero que si lograba evadirse de sus halagos y seducciones hasta llegar a la edad madura, todos los peligros serían conjurados y su vida resultaría una serie ininterrumpida de felicidades.
To prevent all danger of the kind, the king wisely determined to rear the prince in a seclusion where he should never see a female face, nor hear even the name of love. For this purpose he built a beautiful palace on the brow of the hill above the Alhambra, in the midst of delightful gardens, but surrounded by lofty walls, being, in fact, the same palace known at the present day by the name of the Generalife. In this palace the youthful prince was shut up, and intrusted to the guardianship and instruction of Eben Bonabben, one of the wisest and dryest of Arabian sages, who had passed the greatest part of his life in Egypt, studying hieroglyphics, and making researches among the tombs and pyramids, and who saw more charms in an Egyptian mummy than in the most tempting of living beauties. The sage was ordered to instruct the prince in all kinds of knowledge but one—he was to be kept utterly ignorant of love.  Para hacer frente a dichos peligros, determinó sabiamente el rey educar al príncipe en un apartado retiro en donde nunca viese ningún rostro de mujer y en el que jamás oyera la palabra amor. Con este propósito construyó un magnífico palacio en la cumbre de la colina que hay más arriba de la Alhambra, en medio de deliciosos jardines, pero cercado de elevadas murallas —el mismo que hoy lleva el nombre de Generalife—. En este palacio fue encerrado el joven príncipe, confiado a la custodia y enseñanza de Eben Bonabben, uno de los más severos sabios de la Arabia, que había pasado la mayor parte de su vida en Egipto, dedicado al estudio de los jeroglíficos e investigando entre tumbas y pirámides, y que encontraba más encanto en una momia egipcia que en la más seductora de las be- H llezas. Se ordenó a éste que instruyese al príncipe en toda clase de conocimientos, pero sin que nunca supiese lo que era amor.
“Use every precaution for the purpose you may think proper, ” said the king; “but remember, O Eben Bonabben, if my son learns aught of that forbidden knowledge while under your care, your head shall answer for it. ”  —Emplea, con este fin, todas las precauciones que juzgues oportunas —dijo el rey—; pero recuerda, ¡oh Eben Bonabben!, que si mi hijo llega a saber algo de esa prohibida ciencia, mientras se encuentre bajo tus cuidados, me responderás con tu cabeza.
A withered smile came over the dry visage of the wise Bonabben at the menace. “Let your majesty’s heart be as easy about your son, as mine is about my head: am I a man likely to give lessons in the idle passion? ”  Una amarga sonrisa se dibujó en el adusto rostro del sabio Bonabben al escuchar esta amenaza. —Esté tranquilo por su hijo el corazón de vuestra majestad, como yo lo estoy por mi cabeza. ¿Seré yo por ventura capaz de dar lecciones acerca de esa yana pasión?
Under the vigilant care of the philosopher, the prince grew up, in the seclusion of the palace and its gardens. He had black slaves to attend upon him—hideous mutes who knew nothing of love, or if they did, had not words to communicate it. His mental endowments were the peculiar care of Eben Bonabben, who sought to initiate him into the abstruse lore of Egypt; but in this the prince made little progress, and it was soon evident that he had no turn for philosophy.  Bajo el vigilante cuidado del filósofo creció el príncipe, recluido en el palacio y sus jardines. Tenía para su servicio esclavos negros, horrorosos mudos que nada conocían del amor, y si algo sabían, no tenían palabras para expresarlo. Su educación intelectual era el principal cuidado de Eben Bonabben, que trataba de iniciarlo en la misteriosa ciencia de Egipto; pero en esto progresaba poco el príncipe, dando pruebas evidentes de que no sentía inclinación por la filosofía.
He was, however, amazingly ductile for a youthful prince, ready to follow any advice, and always guided by the last counsellor. He suppressed his yawns, and listened patiently to the long and learned discourses of Eben Bonabben, from which he imbibed a smattering of various kinds of knowledge, and thus happily attained his twentieth year, a miracle of princely wisdom—but totally ignorant of love.  El joven Ahmed era, no obstante, extraordinariamente dócil, dispuesto a seguir los consejos que se le daban, y guiándose siempre por el último que le aconsejara. Disimulaba su aburrimiento y escuchaba con paciencia los largos y doctos discursos de Eben Bonabben, con lo que adquirió un barniz de varias clases de conocimientos, y así llegó felizmente hasta los veinte años, con la magnífica sabiduría que corresponde a un príncipe, pero completamente ignorante de lo que era amor.
About this time, however, a change came over the conduct of the prince. He completely abandoned his studies, and took to strolling about the gardens, and musing by the side of the fountains. He had been taught a little music among his various accomplishments; it now engrossed a great part of his time, and a turn for poetry became apparent. The sage Eben Bonabben took the alarm, and endeavored to work these idle humors out of him by a severe course of algebra; but the prince turned from it with distaste. “I cannot endure algebra, ” said he; “it is an abomination to me. I want something that speaks more to the heart. ”  Por este tiempo operóse un cambio en la conducta de Ahmed. Abandonó por completo los estudios y se aficionó a pasear por los jardines y a meditar junto a las fuentes. Entre otras cosas, le habían enseñado algo de música, que ahora le ocupaba gran parte del día, al mismo tiempo que se advertía en él cierto gusto por la poesía. El sabio Eben Bonabben se alarmó y trató de distraerlo de estas vanas aficiones mediante un severo curso de álgebra; pero el príncipe rechazó aquello con disgusto. —No puedo soportar el álgebra —decía—. ¡La aborrezco! Necesito algo que me hable al corazón.
The sage Eben Bonabben shook his dry head at the words. “Here is an end to philosophy, ” thought he. “The prince has discovered he has a heart! ” He now kept anxious watch upon his pupil, and saw that the latent tenderness of his nature was in activity, and only wanted an object. He wandered about the gardens of the Generalife in an intoxication of feelings of which he knew not the cause. Sometimes he would sit plunged in a delicious reverie; then he would seize his lute, and draw from it the most touching notes, and then throw it aside, and break forth into sighs and ejaculations.  Eben Bonabben movió su venerable cabeza al oír aquellas palabras. «He aquí el final de toda la filosofía —pensaba—. ¡El príncipe ha descubierto que tiene corazón! » Vigiló desde entonces con ansiedad a su discípulo y observó que la ternura latente en su naturaleza estaba en actividad y sólo necesitaba un objeto en que manifestarse. Vagaba el príncipe por los jardines del Generalife, con una exaltación de sentimientos cuya causa desconocía. Algunas veces se sentaba y sumíase en deliciosos ensueños, o bien pulsaba su laúd, arrancándole los acentos más conmovedores, para después arrojarlo lejos de sí, mientras prorrumpía en quejas y suspiros.
By degrees this loving disposition began to extend to inanimate objects; he had his favorite flowers, which he cherished with tender assiduity; then he became attached to various trees, and there was one in particular, of a graceful form and drooping foliage, on which he lavished his amorous devotion, carving his name on its bark, hanging garlands on its branches, and singing couplets in its praise, to the accompaniment of his lute.  Poco a poco esta amorosa predisposición de Ahmed comenzó a extenderse a los objetos inanimados; tenía sus flores favoritas, a las que acariciaba con tierna asiduidad. Más tarde puso su cariñosa predilección en varios árboles, de los que, uno en especial, que tenía forma graciosa y delicado ramaje, atrajo su amorosa ternura, y grabó su nombre en la corteza, colgó guirnaldas de sus ramas y cantó canciones en su alabanza, con el acompañamiento de su laúd.
Eben Bonabben was alarmed at this excited state of his pupil. He saw him on the very brink of forbidden knowledge—the least hint might reveal to him the fatal secret. Trembling for the safety of the prince and the security of his own head, he hastened to draw him from the seductions of the garden, and shut him up in the highest tower of the Generalife. It contained beautiful apartments, and commanded an almost boundless prospect, but was elevated far above that atmosphere of sweets and those witching bowers so dangerous to the feelings of the too susceptible Ahmed.  Eben Bonabben se alarmó ante este estado de excitación de su discípulo, a quien veía al borde mismo de la prohibida ciencia, pues el más leve indicio podía revelarle el fatal secreto. Temblando por la salvación del príncipe y por la seguridad de su cabeza, se apresuró a apartarlo de los halagos y seducciones del jardín y lo encerró en la torre más alta del Generalife. Contenía ésta bellos aposentos que dominaban un horizonte casi ilimitado, aunque se mostraba, dada su altura, muy por encima de aquella atmósfera de deleites y lejos de aquellas encantadoras glorietas, tan peligrosas para los sentimientos del demasiado impresionable Ahmed.
What was to be done, however, to reconcile him to this restraint and to beguile the tedious hours? He had exhausted almost all kinds of agreeable knowledge; and algebra was not to be mentioned. Fortunately Eben Bonabben had been instructed, when in Egypt, in the language of birds, by a Jewish Rabbin, who had received it in lineal transmission from Solomon the wise, who had been taught it by the queen of Sheba. At the very mention of such a study, the eyes of the prince sparkled with animation, and he applied himself to it with such avidity, that he soon became as great an adept as his master.  ¿Qué hacer, sin embargo, para acostumbrarlo a esta soledad y distraerlo en sus horas de fastidio? Ya había agotado casi por completo toda clase de conocimientos amenos, y en cuanto al álgebra, no había ni que pensar en ella. Por fortuna, Eben Bonabben, cuando estuvo en Egipto, había aprendido el lenguaje de los pájaros con un rabino judío, que lo había recibido directamente del sabio Salomón, a quien se lo enseñó la reina de Saba. A la sola mención de este estudio, brillaron de alegría los ojos del príncipe, y con tal avidez se entregó a él, que muy pronto fue tan docto en esta ciencia como su propio maestro.
The tower of the Generalife was no longer a solitude; he had companions at hand with whom he could converse. The first acquaintance he formed was with a hawk, who built his nest in a crevice of the lofty battlements, whence he soared far and wide in quest of prey. The prince, however, found little to like or esteem in him. He was a mere pirate of the air, swaggering and boastful, whose talk was all about rapine and carnage, and desperate exploits.  Ya no le parecía la torre del Generalife un lugar solitario, pues tenía a mano compañeros con quienes poder conversar. La primera amistad que hizo fue la de un gavilán que tenía su nido en una grieta de las altas almenas, desde donde se lanzaba a todas partes en busca de su presa. Ahmed, sin embargo, encontraba en él poco de alabanza y estima, porque no era sino un vulgar pirata del aire, soberbio y fanfarrón, que sólo hablaba de rapiñas, carnicerías y feroces hazañas.
His next acquaintance was an owl, a mighty wise looking bird, with a huge head and staring eyes, who sat blinking and goggling all day in a hole in the wall, but roamed forth at night. He had great pretensions to wisdom, talked something of astrology and the moon, and hinted at the dark sciences; he was grievously given to metaphysics, and the prince found his prosings even more ponderous than those of the sage Eben Bonabben.  Su nueva amistad fue la de un búho, pájaro de aspecto filosófico, cabeza grande y ojos inmóviles, que se pasaba todo el día en un agujero de la muralla haciendo guiños y revolviendo las pupilas, y que únicamente salía a merodear por la noche. Mostraba grandes pretensiones de sabio, hablaba un poco de astrología y de la luna y daba a entender que conocía algo de las ciencias ocultas; era, sobre todo, muy aficionado a la metafísica, por lo que el príncipe encontraba sus discursos más pesados todavía que los de su maestro Eben Bonabben.
Then there was a bat, that hung all day by his heels in the dark corner of a vault, but sallied out in slipshod style at twilight. He, however, had but twilight ideas on all subjects, derided things of which he had taken but an imperfect view, and seemed to take delight in nothing.  Trabó conocimiento después con un murciélago que se pasaba todo el día colgado de las patas en un oscuro rincón de la bóveda, y sólo salía, furtivamente, al anochecer. Poseía escasos conocimientos de todas las cosas, se burlaba de lo que no conocía sino a medias y no parecía hallar placer en nada.
Besides these there was a swallow, with whom the prince was at first much taken. He was a smart talker, but restless, bustling, and for ever on the wing; seldom remaining long enough for any continued conversation. He turned out in the end to be a mere smatterer, who did but skim over the surface of things, pretending to know every thing, but knowing nothing thoroughly.  Había, además de éstos, una golondrina de la que el príncipe quedó prendado en un principio. Era muy habladora, pero inquieta, bulliciosa y siempre estaba volando; así que rara vez se detenía lo suficiente para poder mantener una prolongada conversación. Ahmed comprendió por último que era bastante superficial, incapaz de profundizar en las cosas, y pretendía conocerlo todo, sin saber nada en absoluto.
These were the only feathered associates with whom the prince had any opportunity of exercising his newly acquired language; the tower was too high for any other birds to frequent it. He soon grew weary of his new acquaintances, whose conversation spoke so little to the head, and nothing to the heart; and gradually relapsed into his loneliness. A winter passed away, spring opened with all its bloom and verdure and breathing sweetness, and the happy time arrived for birds to pair and build their nests. Suddenly, as it were, a universal burst of song and melody broke forth from the groves and gardens of the Generalife, and reached the prince in the solitude of his tower. From every side he heard the same universal theme—love—love—love chanted forth, and responded to in every variety of note and tone. The prince listened in silence and perplexity. “What can be this love, ” thought he, “of which the world seems so full, and of which I know nothing? ” He applied for information to his friend the hawk. The ruffian bird answered in a tone of scorn: “You must apply, ” said he, “to the vulgar peaceable birds of earth, who are made for the prey of us princes of the air. My trade is war, and fighting my delight. I am a warrior, and know nothing of this thing called love. ”  Estos eran únicamente los alados compañeros con quienes el príncipe hallaba ocasión de ejercitarse en el idioma recientemente adquirido, ya que la torre era demasiado elevada para que pudiesen frecuentaría otros pájaros. Pronto se cansó de sus nuevas amistades, cuya conversación hablaba tan poco a la cabeza y nada al corazón, y poco a poco fue volviendo a su soledad. Pasó el invierno y volvió la primavera con toda su belleza, verdor y suave dulzura, y con ella, el tiempo feliz en que los pájaros buscan su pareja y hacen sus nidos. De repente brotó de los bosques y jardines del Generalife un general concierto de cantos y melodías, que ascendió hasta el príncipe recluido en la soledad de su torre. Por todas partes el mismo tema universal —amor, amor, amor—, cantado y respondido en toda variedad de notas y tonalidades. El príncipe escuchaba silencioso y perplejo. «¿Qué será ese amor —se decía pensativo— de que tan lleno parece estar el mundo, y del cual nada conozco? » Acudió a informarse de su amigo el gavilán, y el pájaro rufián le contestó en tono desdeñoso: —Debes dirigirte a los vulgares y pacíficos pájaros de la tierra, nacidos para ser presa de nosotros, los príncipes del aire. Mi oficio es la guerra y mi deleite el pelear. Yo soy un guerrero y nada sé de eso que llaman amor.
The prince turned from him with disgust, and sought the owl in his retreat. “This is a bird, ” said he, “of peaceful habits, and may be able to solve my question. ” So he asked the owl to tell him what was this love about which all the birds in the groves below were singing.  El príncipe se apartó de él con disgusto y buscó al búho en su retiro. «Esta es un ave — se dijo— de tranquilas costumbres y puede darme la solución del enigma.» Preguntó, pues, al búho que le dijese qué era ese amor que cantaban los pájaros del bosque.
Upon this, the owl put on a look of offended dignity. “My nights, ” said he, “are taken up in study and research, and my days in ruminating in my cell upon all that I have learnt. As to these singing birds of whom you talk, I never listen to them—I despise them and their themes. Allah be praised, I cannot sing; I am a philosopher, and know nothing of this thing called love. ”  Al oírlo, adoptó el búho una actitud de dignidad ofendida. —Yo paso las noches —le respondió— dedicado al estudio y a la investigación, y los días, meditando en mi celda todo lo que he aprendido. En cuanto a esos pájaros cantores de que me hablas, no los oigo nunca; desprecio a ellos y a sus asuntos. Gracias a Alá no sé cantar; soy un filósofo e ignoro qué es eso que llaman amor.
The prince now repaired to the vault, where his friend the bat was hanging by the heels, and propounded the same question. The bat wrinkled up his nose into a most snappish expression. “Why do you disturb me in my morning’s nap with such an idle question? ” said he, peevishly. “I only fly by twilight, when all birds are asleep, and never trouble myself with their concerns. I am neither bird nor beast, and I thank heaven for it. I have found out the villany of the whole of them, and hate them one and all. In a word, I am a misanthrope—and know nothing of this thing called love. ”  El príncipe se fijó entonces en la bóveda, donde estaba colgado de las patas su amigo el murciélago, y le hizo la misma pregunta. El interpelado frunció el hocico con gesto huraño. —¿Para qué turbas mi sueño de la mañana con pregunta tan necia? —le respondió, gruñón—. Yo sólo vuelo cuando es de noche y todos los pájaros están dormidos, y nunca me han preocupado sus asuntos. No soy ni ave ni bestia, y doy por ello gracias a los cielos. He descubierto los ¿efectos de todo el mundo, y a todos aborrezco, desde el primero hasta el último. En una palabra: yo soy un misántropo y nada sé de eso que llaman amor.
As a last resort, the prince now sought the swallow, and stopped him just as he was circling about the summit of the tower. The swallow, as usual, was in a prodigious hurry, and had scarce time to make a reply. “Upon my word, ” said he, “I have so much public business to attend to, and so many pursuits to follow, that I have had no time to think on the subject. I have every day a thousand visits to pay; a thousand affairs of importance to examine into, that leave me not a moment of leisure for these little sing-song matters. In a word, I am a citizen of the world—I know nothing of this thing called love. ” So saying, the swallow dived into the valley, and was out of sight in a moment.  Como último recurso buscó entonces el príncipe a la golondrina y la detuvo cuando describía círculos en torno a la torre. La golondrina, como de costumbre, tenía mucha prisa y apenas si tuvo tiempo de responder. —Te aseguro —le dijo— que tengo tantas cosas a que atender y tanto que hacer, que no he tenido tiempo para pensar en eso. Todos los días he de efectuar miles de visitas; debo resolver un millar de asuntos que no me dejan un momento de descanso para pensar en esas tonterías. En una palabra: yo soy una ciudadana del mundo y nada sé de eso que llaman amor. Y dicho esto, la golondrina se lanzó hacia el valle y en un momento se perdió de vista.
The prince remained disappointed and perplexed, but with his curiosity still more piqued by the difficulty of gratifying it. While in this mood, his ancient guardian entered the tower. The prince advanced eagerly to meet him. “O Eben Bonabben, ” cried he, “thou hast revealed to me much of the wisdom of the earth; but there is one thing of which I remain in utter ignorance, and would fain be informed. ”  Desconcertado y perplejo quedó el príncipe, aunque más estimulada su curiosidad ante las dificultades que encontraba para satisfacerla. En este estado de ánimo se hallaba, cuando entró en la torre su anciano guardián. Ahmed se adelantó ansioso a su encuentro. —¡Oh Eben Bonabben! —exclamó—. Tú me has revelado muchas cosas de la sabiduría de la tierra; pero hay algo que ignoro, y quisiera que me lo explicases.
“My prince has but to make the inquiry, and every thing within the limited range of his servant’s intellect is at his command. ”  —Mi príncipe no tiene sino preguntar, y todo lo que esté al limitado alcance de la inteligencia de este su siervo, está a su disposición.
“Tell me then, O most profound of sages, what is the nature of this thing called love? ”  —Entonces, dime, ¡oh tú el más profundo de los sabios!: ¿Qué es eso que llaman amor?
Eben Bonabben was struck as with a thunderbolt. He trembled and turned pale, and felt as if his head sat but loosely on his shoulders.  Eben Bonabben quedó como herido por un rayo. Tembló y palideció, y hasta le parecía que la cabeza se le escapaba de los hombros.
“What could suggest such a question to my prince—where could he have learnt so idle a word? ”  —¿Qué cosa es lo que ha podido sugerirte, príncipe mío, semejante pregunta? ¿Dónde has aprendido esa vana palabra?
The prince led him to the window of the tower. “Listen, O Eben Bonabben, ” said he. The sage listened. The nightingale sat in a thicket below the tower, singing to his paramour the rose; from every blossomed spray and tufted grove rose a strain of melody; and love—love—love—was still the unvarying strain.  El príncipe le condujo a la ventana de la torre. —Escucha, Eben Bonabben —le dijo. El sabio prestó atención. El ruiseñor se hallaba en la maleza, al pie de la torre, cantando a su amante que estaba entre los rosales; de todos los floridos ram ajes y del espeso arbolado se alzaba un himno melodioso que repetía invariablemente el tema de amor, amor, amor.
“Allah Akbar! God is great! ” exclaimed the wise Bonabben. “Who shall pretend to keep this secret from the heart of man, when even the birds of the air conspire to betray it? ”  —¡Allah Akbar! ¡Dios es grande! —exclamó el filósofo Bonabben—. ¿Quién pretenderá ocultar este secreto al corazón del hombre, cuando hasta los pájaros del aire conspiran para revelarlo?
Then turning to Ahmed—“O my prince, ” cried he, “shut thine ears to these seductive strains. Close thy mind against this dangerous knowledge. Know that this love is the cause of half the ills of wretched mortality. It is this which produces bitterness and strife between brethren and friends; which causes treacherous murder and desolating war. Care and sorrow, weary days and sleepless nights, are its attendants. It withers the bloom and blights the joys of youth, and brings on the ills and griefs of premature old age. Allah preserve thee, my prince, in total ignorance of this thing called love! ”  Luego, volviéndose hacia Ahmed, le dijo: —¡Oh mi querido príncipe! No des oídos a estos cantos seductores. Cierra tu inteligencia a esta ciencia peligrosa. Sabe que el amor es la causa de todos los males que afligen a la pobre Humanidad, el origen de los odios y amarguras entre hermanos y amigos; el que engendra los crímenes, las traiciones, las crueles guerras; su séquito se compone de pesares e inquietudes, de días de congoja y noches de insomnio; él marchita la belleza, oscurece la alegría de la juventud y trae consigo los achaques y aflicciones de una prematura vejez. ¡Alá te conserve, príncipe querido, en completa ignorancia de eso que llaman amor!
The sage Eben Bonabben hastily retired, leaving the prince plunged in still deeper perplexity. It was in vain he attempted to dismiss the subject from his mind; it still continued uppermost in his thoughts, and teased and exhausted him with vain conjectures. Surely, said he to himself, as he listened to the tuneful strains of the birds, there is no sorrow in those notes; every thing seems tenderness and joy. If love be a cause of such wretchedness and strife, why are not these birds drooping in solitude, or tearing each other in pieces, instead of fluttering cheerfully about the groves, or sporting with each other among flowers?  Retiróse presuroso el sabio, dejando al príncipe sumido en una confusión aún más grande. En vano trataba de apartar de su imaginación tal idea, pues dominaba todos sus otros pensamientos, despertando en él extrañas inquietudes y vanas conjeturas. «Seguramente —se decía, mientras escuchaba los melodiosos trinos de los pájaros— no hay tristeza en esos cantos, sino que todo parece ternura y alegría. Si el amor es la causa de tales miserias y discordias, ¿por qué no se entristecen estas avecillas en su soledad, o se despedazan unas a otras, en vez de revolotear alegremente entre los árboles o jugar entre las flores? »
He lay one morning on his couch meditating on this inexplicable matter. The window of his chamber was open to admit the soft morning breeze, which came laden with the perfume of orange blossoms from the valley of the Darro. The voice of the nightingale was faintly heard, still chanting the wonted theme. As the prince was listening and sighing, there was a sudden rushing noise in the air; a beautiful dove, pursued by a hawk, darted in at the window, and fell panting on the floor; while the pursuer, balked of his prey, soared off to the mountains.  Una mañana reposaba en el lecho meditando sobre tan inexplicable materia. La ventana de su habitación estaba abierta para dar paso a la suave y temprana brisa, que llegaba saturada con la fragancia de la flor del naranjo del valle del Darro. Se oían débilmente los trinos del ruiseñor, que repetía incansable su acostumbra cantilena. Mientras el príncipe Ahmed escuchaba embebecido y lanzaba suspiros, se produjo un súbito y precipitado ruido en los aires, y un hermoso palomo, perseguido por un gavilán, penetró por la ventana y cayó jadeante al suelo, mientras su perseguidor, perdida ya su presa, marchó volando hacia las montañas.
The prince took up the gasping bird, smoothed its feathers, and nestled it in his bosom. When he had soothed it by his caresses, he put it in a golden cage, and offered it, with his own hands, the whitest and finest of wheat and the purest of water. The bird, however, refused food, and sat drooping and pining, and uttering piteous moans.  El príncipe recogió a la pobre avecilla, acarició sus plumas y la anidó en su pecho. Cuando la hubo tranquilizado con sus caricias, la metió en una jaula de oro y le ofreció, con sus propias manos, el más escogido trigo blanco y el agua más pura. El palomo, sin embargo, se negó a tomar alimento y permanecía triste y encogido, exhalando lastimeros quejidos.
“What aileth thee? ” said Ahmed. “Hast thou not every thing thy heart can wish? ”  —¿Qué te pasa? —le preguntó Ahmed—. ¿No tienes todo lo que puede desear tu corazón?
“Alas, no! ” replied the dove; “am I not separated from the partner of my heart, and that too in the happy spring-time, the very season of love! ”  —¡Ay, no! —replicó el palomo—. ¿No estoy separado de la compañera de mi alma en esta hermosa época de la primavera, verdadera estación del amor?
“Of love! ” echoed Ahmed; “I pray thee, my pretty bird, canst thou tell me what is love? ”  —¡Del amor!... —replicó Ahmed—. Por favor, mi linda avecilla: ¿Puedes tú decirme qué es el amor?
“Too well can I, my prince. It is the torment of one, the felicity of two, the strife and enmity of three. It is a charm which draws two beings together, and unites them by delicious sympathies, making it happiness to be with each other, but misery to be apart. Is there no being to whom you are drawn by these ties of tender affection? ”  —Sí que puedo, príncipe mío. El amor es el tormento de uno, la felicidad de dos y la discordia y enemistad de tres. Es un encanto que atrae mutuamente a dos seres y los une por deliciosas simpatías, haciéndoles felices cuando están juntos y desgraciados cuando se separan. ¿No existe ningún ser con quien tú estés ligado por estos lazos de tierno afecto? —
“I like my old teacher Eben Bonabben better than any other being; but he is often tedious, and I occasionally feel myself happier without his society. ”  Quiero a mi viejo maestro Eben Bonabben más que a ningún otro ser; pero me resulta con frecuencia fastidioso, y a veces me siento más feliz sin su compañía. —No es ésa la amistad a que yo me refiero.
“That is not the sympathy I mean. I speak of love, the great mystery and principle of life: the intoxicating revel of youth; the sober delight of age. Look forth, my prince, and behold how at this blest season all nature is full of love. Every created being has its mate; the most insignificant bird sings to its paramour; the very beetle woos its lady-beetle in the dust, and yon butterflies which you see fluttering high above the tower, and toying in the air, are happy in each other’s loves. Alas, my prince hast thou spent so many of the precious days of youth without knowing any thing of love? Is there no gentle being of another sex—no beautiful princess nor lovely damsel who has ensnared your heart, and filled your bosom with a soft tumult of pleasing pains and tender wishes? ”  Hablo del amor, el gran misterio y principio de la vida; el sueño embriagador de la juventud y sereno deleite de la edad madura. Mira, ¡oh príncipe!, y advierte cómo en esta agradable estación la Naturaleza entera está llena de ese amor. Todo ser creado tiene su compañero; el pájaro más insignificante canta a su pareja; hasta el mismo escarabajo corteja a la suya entre el polvo, y aquellas mariposas que ves revolotear por encima de la torre, jugueteando en el aire, son felices con su mutuo amor. ¡Ay, príncipe querido! ¿Cómo has pasado los preciosos días de tu juventud sin saber nada del amor? ¿No hay ninguna gentil criatura del otro sexo, una hermosa princesa, una encantadora dama, que haya cautivado tu corazón y llenado tu pecho de una suave congoja, de agradables tormentos y tiernos deseos?
“I begin to understand, ” said the prince, sighing; “such a tumult I have more than once experienced, without knowing the cause; and where should I seek for an object such as you describe, in this dismal solitude? ”  —Empiezo a comprender —dijo el príncipe suspirando—; más de una vez he experimentado esa inquietud, sin conocer la causa; pero dime. ¿Dónde encontraré yo, en esta triste soledad, ese ser que me has descrito?...
A little further conversation ensued, and the first amatory lesson of the prince was complete.  La conversación se prolongó algo más y quedó completa la primera lección del amor del príncipe.
“Alas! ” said he, “if love be indeed such a delight, and its interruption such a misery, Allah forbid that I should mar the joy of any of its votaries. ” He opened the cage, took out the dove, and having fondly kissed it, carried it to the window. “Go, happy bird, ” said he, “rejoice with the partner of thy heart in the days of youth and spring-time. Why should I make thee a fellow-prisoner in this dreary tower, where love can never enter? ”  —¡Ay! —exclamó——. Si la posesión del amor es en verdad tal delicia, y la carencia de él tal amargura, no permita Alá que yo turbe la alegría de los que aman. Y abriendo la jaula sacó al palomo y, luego de besarlo cariñosamente, se dirigió con él a la ventana. —Vuela, ave feliz —le dijo-, y goza con la compañera de tu corazón estos días de primavera y juventud. ¿Para qué tenerte encerrada en esta triste prisión, donde nunca podrá penetrar el amor?
The dove flapped its wings in rapture, gave one vault into the air, and then swooped downward on whistling wings to the blooming bowers of the Darro.  El palomo batió sus alas en señal de gozo, describió un círculo en el aire y se precipitó velozmente hacia las floridas alamedas del Darro.
The prince followed him with his eyes, and then gave way to bitter repining. The singing of the birds which once delighted him, now added to his bitterness. Love! love! love! Alas, poor youth! he now understood the strain.  El príncipe lo siguió con su mirada, y entregóse después a amargas reflexiones. El canto de los pájaros, que antes le deleitara tanto, aumentaba ahora su amargura. ¡Amor! ¡Amor! ¡Amor! ¡Ay, pobre príncipe! Ya sí que entendía lo que significaban aquellos trinos melodiosos .
His eyes flashed fire when next he beheld the sage Bonabben. “Why hast thou kept me in this abject ignorance? ” cried he. “Why has the great mystery and principle of life been withheld from me, in which I find the meanest insect is so learned? Behold all nature is in a revel of delight. Every created being rejoices with its mate. This—this is the love about which I have sought instruction. Why am I alone debarred its enjoyment? Why has so much of my youth been wasted without a knowledge of its raptures? ”  Sus ojos despedían fuego cuando vio de nuevo al filósofo Bonabben. —¿Por qué me has tenido en esta abyecta ignorancia?—le gritó—. ¿Por qué no me has revelado ese gran misterio y principio de la vida que todos, hasta el más vil de los insectos, conocen? Mira, mira la Naturaleza entera en un sueño de delicias. Todo ser creado se deleita con su compañera. Este, éste es el amor que yo he deseado conocer. ¿Por qué sólo yo estoy privado de sus goces? ¿Por qué se han malgastado todos los días de mi juventud sin conocer sus transportes y delicias?
The sage Bonabben saw that all further reserve was useless; for the prince had acquired the dangerous and forbidden knowledge. He revealed to him, therefore, the predictions of the astrologers, and the precautions that had been taken in his education to avert the threatened evils. “And now, my prince, ” added he, “my life is in your hands. Let the king your father discover that you have learned the passion of love while under my guardianship, and my head must answer for it. ”  El sabio Bonabben comprendió que era completamente inútil guardar toda reserva, puesto que el príncipe conocía ya la peligrosa y prohibida ciencia. Así que le reveló las predicciones de los astrólogos y los cuidados que se habían adoptado en su educación para conjurar todos los peligros que le amenazaban. —Y ahora, querido príncipe —añadió——, mi vida está en tus manos. Si el rey tu padre descubre que has aprendido lo que es la pasión del amor mientras has estado bajo mi custodia y vigilancia, mi cabeza responderá de ello.
The prince was as reasonable as most young men of his age, and easily listened to the remonstrances of his tutor, since nothing pleaded against them. Besides, he really was attached to Eben Bonabben, and being as yet but theoretically acquainted with the passion of love, he consented to confine the knowledge of it to his own bosom, rather than endanger the head of the philosopher.  El príncipe, que era tan razonable como la mayoría de los jóvenes de su edad, escuchó atentamente las disculpas de su preceptor, y nada quiso alegar en contra de ellas. Por otra parte, sentía un afecto sincero por Eben Bonabben, y como sólo conocía el amor en teoría, consintió en guardar dentro de su pecho este conocimiento, antes que poner en peligro la cabeza del filósofo.
His discretion was doomed, however, to be put to still further proofs. A few mornings afterwards, as he was ruminating on the battlements of the tower, the dove which had been released by him came hovering in the air, and alighted fearlessly upon his shoulder.  Mas, a pesar de todo, estaba condenada su discreción a sufrir duras pruebas. Pocos días después, cuando meditaba paseando por las alamedas de la torre, la paloma que él había libertado llegó volando por los aires y se posó confiadamente en su hombro.
The prince fondled it to his heart. “Happy bird, ” said he, “who can fly, as it were, with the wings of the morning to the uttermost parts of the earth. Where hast thou been since we parted? ”  El príncipe la estrechó contra su corazón, mientras decía: —Feliz avecilla que puedes volar con la rapidez de la aurora hasta las regiones más remotas de la tierra: ¿dónde has estado desde que nos separamos?
“In a far country, my prince, whence I bring you tidings in reward for my liberty. In the wild compass of my flight, which extends over plain and mountain, as I was soaring in the air, I beheld below me a delightful garden with all kinds of fruits and flowers. It was in a green meadow, on the banks of a wandering stream; and in the centre of the garden was a stately palace. I alighted in one of the bowers to repose after my weary flight. On the green bank below me was a youthful princess, in the very sweetness and bloom of her years. She was surrounded by female attendants, young like herself, who decked her with garlands and coronets of flowers; but no flower of field or garden could compare with her for loveliness. Here, however, she bloomed in secret, for the garden was surrounded by high walls, and no mortal man was permitted to enter. When I beheld this beauteous maid, thus young and innocent and unspotted by the world, I thought, here is the being formed by heaven to inspire my prince with love. ”  —En un lejano país, príncipe querido, del que te traigo nuevas en recompensa de la libertad que me concediste. En mi vuelo raudo e incesante, que se extiende sobre las llanuras y montañas, una vez que me cernía por los aires, divisé debajo de mi un delicioso jardín, lleno de toda clase de flores y frutos. Se encontraba en las márgenes de un fugitivo arroyuelo junto a una verde pradera, y en el centro de la misma se elevaba un suntuoso palacio. Poséme en la rama de un árbol para descansar en mi fatigoso vuelo. En la verde orilla de la corriente vi una joven princesa, en la flor de su juventud y su belleza, rodeada de doncellas, jóvenes también, que la ataviaban con guirnaldas y coronas de flores; pero no hay flor silvestre o jardín que pueda compararse a ella en hermosura. Oculta en este retiro pasaba el tiempo la princesa, pues el jardín estaba cercado de altos muros y no se permitía la entrada a ningún ser humano. Mientras contemplaba a esta bellísima doncella, tan joven e inocente, y no contaminada todavía por el mundo, pensé en mi interior: «He aquí la criatura destinada por el Cielo para inspirar el amor de mi príncipe.»
The description was a spark of fire to the combustible heart of Ahmed; all the latent amorousness of his temperament had at once found an object, and he conceived an immeasurable passion for the princess. He wrote a letter, couched in the most impassioned language, breathing his fervent devotion, but bewailing the unhappy thraldom of his person, which prevented him from seeking her out and throwing himself at her feet. He added couplets of the most moving eloquence, for he was a poet by nature, and inspired by love. He addressed his letter—“To the unknown beauty, from the captive Prince Ahmed ” ; then, perfuming it with musk and roses, he gave it to the dove.  La descripción que hizo la paloma fue una chispa de fuego para el inflamable corazón de Ahmed; todo su latente temperamento amoroso había encontrado por fin un objeto en quien manifestarse, y así se despertó en él una ardiente pasión por la princesa. Escribió una carta, redactada en el lenguaje más apasionado, en la que le confesaba su ferviente amor, aunque lamentándose de la infausta prisión de su persona, que le impedía ir en su busca para postrarse a sus pies. Añadió unas poesías de lo más tierna y conmovedora elocuencia, pues era poeta por naturaleza y ahora se sentía inspirado por el amor. La carta iba dirigida «A la Bella Desconocida, del cautivo príncipe Ahmed.» La perfumó después con almizcle y rosas, y se la entregó a la paloma.
“Away, trustiest of messengers! ” said he. “Fly over mountain and valley, and river, and plain; rest not in bower, nor set foot on earth, until thou hast given this letter to the mistress of my heart. ”  —¡Ve, mi más fiel mensajera! Vuela sobre las montañas y valles, ríos y llanuras; no te poses en rama verde ni en prado que tenga flor hasta que hayas entregado esta carta a la señora de mis pensamientos.
The dove soared high in air, and taking his course darted away in one undeviating direction. The prince followed him with his eye until he was a mere speck on a cloud, and gradually disappeared behind a mountain.  Elevóse la paloma a gran altura y tomando rumbo partió como una flecha en línea recta. El príncipe la siguió con la mirada hasta que sólo fue un punto sobre las nubes, y, poco a poco, desapareció tras las montañas.
Day after day he watched for the return of the messenger of love, but he watched in vain. He began to accuse him of forgetfulness, when towards sunset one evening the faithful bird fluttered into his apartment, and falling at his feet expired. The arrow of some wanton archer had pierced his breast, yet he had struggled with the lingerings of life to execute his mission. As the prince bent with grief over this gentle martyr to fidelity, he beheld a chain of pearls round his neck, attached to which, beneath his wing, was a small enamelled picture. It represented a lovely princess in the very flower of her years. It was doubtless the unknown beauty of the garden; but who and where was she—how had she received his letter, and was this picture sent as a token of her approval of his passion? Unfortunately the death of the faithful dove left every thing in mystery and doubt.  Uno y otro día esperaba Ahmed la vuelta de su mensajera de amor, mas todo fue en vano. Y ya comenzaba a acusarla de ingratitud, cuando una tarde, a la caída del sol, entró volando la fiel avecilla en su aposento, y cayendo a sus pies, expiró. La flecha de algún cruel cazador le había atravesado el pecho; mas con todo había luchado en los últimos instantes de su vida para cumplir su misión. Al inclinarse el príncipe, lleno de pena, sobre aquel noble mártir de la fidelidad, observó que tenía un collar de perlas en torno a su garganta, y pendiente de él, por debajo de un ala, una miniatura esmaltada con la imagen de una bellísima princesa en la flor de su juventud. Era sin duda la bella desconocida del jardín; pero ¿quién era y dónde se encontraba? ¿Cómo habría acogido su carta? ¿Enviaba este retrato como prueba de que aceptaba su amor? Desgraciadamente la muerte de la fiel paloma lo dejaba todo sumido en la duda y el misterio.
The prince gazed on the picture till his eyes swam with tears. He pressed it to his lips and to his heart; he sat for hours contemplating it almost in an agony of tenderness. “Beautiful image! ” said he, “alas, thou art but an image! Yet thy dewy eyes beam tenderly upon me; those rosy lips look as though they would speak encouragement: vain fancies! Have they not looked the same on some more happy rival? But where in this wide world shall I hope to find the original? Who knows what mountains, what realms may separate us; what adverse chances may intervene? Perhaps now, even now, lovers may be crowding around her, while I sit here a prisoner in a tower, wasting my time in adoration of a painted shadow. ”  El príncipe miraba el retrato basta que sus ojos se arrasaron de lágrimas; lo besaba y estrechaba contra su corazón y se pasaba las horas contemplándolo con melancólica ternura. « ¡Hermosa imagen! —decía—. No eres, ¡ay!, más que un retrato, y sin embargo, tus dulces ojos me miran tiernamente y tus rosados labios parece que quieren infundirme valor. ¡Vanas ilusiones! ¿No habrás contemplado nunca otro rival más afortunado que yo? ¿Dónde podré encontrar el original en este vasto mundo? ¡Quién sabe las montañas y reinos que nos separan y las desgracias que nos puedan amenazar! Tal vez ahora, en este mismo instante, se encuentra rodeada de enamorados, mientras que yo estoy aquí, prisionero en esta torre, en la que pasaré mis días adorando una pintada ilusión...»
The resolution of Prince Ahmed was taken. “I will fly from this palace, ” said he, “which has become an odious prison; and, a pilgrim of love, will seek this unknown princess throughout the world. ” To escape from the tower in the day, when every one was awake, might be a difficult matter; but at night the palace was slightly guarded; for no one apprehended any attempt of the kind from the prince, who had always been so passive in his captivity. How was he to guide himself, however, in his darkling flight, being ignorant of the country?  El príncipe Ahmed tomó entonces una decisión. «Huiré de este palacio —se dijo— que se ha convertido en una odiosa prisión y, peregrino de amor, buscaré a la desconocida princesa por toda la tierra.» Escapar de la torre durante el día, cuando todos estaban despiertos, podría resultar bastante difícil; pero por la noche el palacio no estaba muy vigilado, pues nadie sospechaba una tentativa de esta clase en el príncipe, que siempre se había mostrado tan resignado en su cautividad. Ahora bien: ¿cómo guiarse en su fuga nocturna no conociendo el país?
He bethought him of the owl, who was accustomed to roam at night, and must know every by-lane and secret pass. Seeking him in his hermitage, he questioned him touching his knowledge of the land. Upon this the owl put on a mighty self-important look. “You must know, O prince, ” said he, “that we owls are of a very ancient and extensive family, though rather fallen to decay, and possess ruinous castles and palaces in all parts of Spain. There is scarcely a tower of the mountains, or a fortress of the plains, or an old citadel of a city, but has some brother or uncle, or cousin, quartered in it; and in going the rounds to visit this my numerous kindred, I have pryed into every nook and corner, and made myself acquainted with every secret of the land. ”  Se acordó entonces del búho que, acostumbrado a volar de noche, debía de conocer todas las veredas y pasos secretos. Fue, pues, a buscarle en su retiro y le interrogó acerca de este punto. Al oír esto, adoptó el búho una actitud de suficiencia. —Has de saber, ¡oh príncipe! —contestó—, que nosotros los búhos somos una familia tan antigua como numerosa, aunque venida a menos, dueños todavía de ruinosos castillos y palacios en todas las partes de España. No hay torre en las montañas, fortaleza en el llano o vieja ciudadela en la población donde no habite algún hermano, tío o primo nuestro; al visitar a mis numerosos parientes, he fisgoneado todas las galerías y rincones y me he enterado de todos los escondrijos del país.
The prince was overjoyed to find the owl so deeply versed in topography, and now informed him, in confidence, of his tender passion and his intended elopement, urging him to be his companion and counsellor.  El príncipe se llenó de gozo al ver que el búho estaba tan profundamente versado en topografía, y le informó entonces en confianza, de su tierna pasión, y su proyectada escapatoria, rogándole al mismo tiempo que fuese su compañero y consejero.
“Go to! ” said the owl, with a look of displeasure; “am I a bird to engage in a love affair? I whose whole time is devoted to meditation and the moon? ”  —¡Ni pensarlo! — exclamó el búho, y su actitud era de enojo—. ¿Soy yo acaso un ave para ocuparme en cuestiones de amor? ¿Yo, que he consagrado toda mi vida a la meditación y al culto de la luna?
“Be not offended, most solemn owl, ” replied the prince; “abstract thyself for a time from meditation and the moon, and aid me in my flight, and thou shalt have whatever heart can wish. ”  —No te ofendas, ¡oh tú el más digno de los búhos! — respondió el príncipe—; deja un poco de meditar y de pensar en los astros, ayúdame en mi fuga y tendrás todo lo que pueda desear tu corazón.
“I have that already, ” said the owl: “a few mice are sufficient for my frugal table, and this hole in the wall is spacious enough for my studies; and what more does a philosopher like myself desire? ”  —Tengo cuanto necesito —respondió el búho-. Unos ratones son suficientes para mi frugal comida, y este agujero en la pared es bastante espacioso para mis estudios. ¿Qué más puede querer un filósofo como yo?
“Bethink thee, most wise owl, that while moping in thy cell and gazing at the moon, all thy talents are lost to the world. I shall one day be a sovereign prince, and may advance thee to some post of honor and dignity. ”  —Piensa, sapientísimo búho, que mientras pasas tontamente la vida en tu celda y contemplas la luna, todo tu talento está perdido para el mundo. Algún día seré un príncipe soberano y podré colocarte en un puesto de honor y dignidad.
The owl, though a philosopher and above the ordinary wants of life, was not above ambition; so he was finally prevailed on to elope with the prince, and be his guide and mentor in his pilgrimage.  El búho, aunque era filósofo y se hallaba por encima de las necesidades de la vida, no carecía de ambición, por lo que, al fin, consintió en fugarse con el príncipe y servirle de guía y mentor en su peregrinación.
The plans of a lover are promptly executed. The prince collected all his jewels, and concealed them about his person as travelling funds. That very night he lowered himself by his scarf from a balcony of the tower, clambered over the outer walls of the Generalife, and, guided by the owl, made good his escape before morning to the mountains.  Como es costumbre de los enamorados llevar a cabo sus planes con presteza, el príncipe recogió todas sus alhajas y las escondió entre su traje para destinarlas a los gastos del camino. Aquella misma noche se descolgó con un ceñidor por el balcón de la torre, escaló las murallas exteriores del Generalife y guiado por el búho completó su fuga, llegando antes del amanecer a las montañas.
He now held a council with his mentor as to his future course.  Celebró entonces consejo con su guía acerca de la ruta futura.
“Might I advise, ” said the owl, “I would recommend you to repair to Seville. You must know that many years since I was on a visit to an uncle, an owl of great dignity and power, who lived in a ruined wing of the Alcazar of that place. In my hoverings at night over the city I frequently remarked a light burning in a lonely tower. At length I alighted on the battlements, and found it to proceed from the lamp of an Arabian magician: he was surrounded by his magic books, and on his shoulder was perched his familiar, an ancient raven who had come with him from Egypt. I am acquainted with that raven, and owe to him a great part of the knowledge I possess. The magician is since dead, but the raven still inhabits the tower, for these birds are of wonderful long life. I would advise you, O prince, to seek that raven, for he is a soothsayer and a conjurer, and deals in the black art, for which all ravens, and especially those of Egypt, are renowned. ”  —Si sirve para algo mi opinión —le dijo el búho— te recomendaría que marchásemos a Sevilla. Has de saber que, hace ya muchos años, hice allí una visita a un tío mío de gran dignidad y poder, que vivía en un ángulo ruinoso del Alcázar que existe en aquella población. En mis salidas nocturnas sobre la ciudad, observé con frecuencia una luz que brillaba en una torre solitaria. Poséme entonces sobre sus almenas y vi que dicha luz procedía de la lámpara de un mago árabe que se hallaba rodeado de libros de magia y sostenía en el hombro a su favorito, un viejo cuervo que había traído de Egipto. Tengo amistad con ese cuervo y a él debo gran parte de los conocimientos que poseo. El mago murió hace tiempo; pero el cuervo habita todavía en la torre, pues ya se sabe que estos pájaros gozan de una larga vida. Te aconsejo, ¡oh príncipe!, que busques a ese cuervo, porque es adivino y hechicero y conoce incluso la magia negra, por la que son tan famosos todos estos pájaros, en especial los de Egipto.
The prince was struck with the wisdom of this advice, and accordingly bent his course towards Seville. He travelled only in the night, to accommodate his companion, and lay by during the day in some dark cavern or mouldering watchtower, for the owl knew every hiding hole of the kind, and had a most antiquarian taste for ruins.  Quedó el príncipe sorprendido de la sensatez que encerraba este consejo y dirigió, por tanto, sus pasos hacia Sevilla. Para adaptarse a su compañero, viajaba sólo de noche y descansaba durante el día en alguna oscura caverna o ruinosa atalaya, pues el búho conocía todos los escondrijos de esta clase y tenía una auténtica pasión de arqueólogo por las ruinas.
At length one morning at daybreak they reached the city of Seville, where the owl, who hated the glare and bustle of crowded streets, halted without the gate, and took up his quarters in a hollow tree.  Al fin, una mañana, al romper el día, llegaron a Sevilla, donde el búho, que aborrecía la luz y el bullicioso ruido de las calles, se detuvo fuera de las puertas de la ciudad, estableciendo su cuartel en el hueco de un árbol.
The prince entered the gate, and readily found the magic tower, which rose above the houses of the city, as a palm-tree rises above the shrubs of the desert; it was in fact the same tower standing at the present day, and known as the Giralda, the famous Moorish tower of Seville.  Entró el príncipe en Sevilla y pronto encontró la torre mágica que sobresalía por encima de las casas de la población, del mismo modo que la palmera se alza sobre las hierbas del desierto; era, en efecto, la misma que existe hoy, conocida con el nombre de la Giralda, famosa torre morisca de Sevilla.
The prince ascended by a great winding staircase to the summit of the tower, where he found the cabalistic raven, an old, mysterious, gray-headed bird, ragged in feather, with a film over one eye that gave him the glare of a spectre. He was perched on one leg, with his head turned on one side, poring with his remaining eye on a diagram described on the pavement.  El príncipe subió por una gran escalera de caracol hasta lo alto de ella, donde encontró al cabalístico cuervo, pájaro viejo y misterioso, de cabeza encanecida y casi sin plumas, con una nube en un ojo, que le daba la apariencia de un espectro. Se sostenía sobre una pata, con la cabeza inclinada a un lado, mirando, con el ojo que le quedaba, un diagrama trazado en el pavimento.
The prince approached him with the awe and reverence naturally inspired by his venerable appearance and supernatural wisdom. “Pardon me, most ancient and darkly wise raven, ” exclaimed he, “if for a moment I interrupt those studies which are the wonder of the world. You behold before you a votary of love, who would fain seek your counsel how to obtain the object of his passion. ”  El príncipe se llegó a él con el natural temor y reverenda que inspiraban su venerable aspecto y sobrenatural sabiduría. —Perdona, ¡oh el más anciano y sapientísimo cuervo mágico! —exclamó—, si interrumpo por un momento esos estudios que son la admiración del mundo entero. Tienes delante de ti a un devoto del amor, que busca con ansia tu consejo para lograr el objeto de su pasión.
“In other words, ” said the raven, with a significant look, “you seek to try my skill in palmistry. Come, show me your hand, and let me decipher the mysterious lines of fortune. ”  —En otras palabras —dijo el cuervo con una mirada significativa—, lo que tú deseas es consultar mi ciencia quiromántica. Bien: acércate y muéstrame tu mano para que yo descifre las misteriosas rayas de tu destino.
“Excuse me, ” said the prince, “I come not to pry into the decrees of fate, which are hidden by Allah from the eyes of mortals; I am a pilgrim of love, and seek but to find a clue to the object of my pilgrimage. ”  —Dispensa —dijo el príncipe—. Yo no vengo a descubrir los secretos del destino que Alá oculta a los ojos de los mortales; soy un peregrino de amor y solamente deseo encontrar el rastro que me conduzca al objeto de mi peregrinación.
“And can you be at any loss for an object in amorous Andalusia? ” said the old raven, leering upon him with his single eye; “above all, can you be at a loss in wanton Seville, where black-eyed damsels dance the zambra under every orange grove? ”  —¿Y cómo es posible que no encuentres el objeto de tu amor en la seductora Andalucía? —le dijo el viejo cuervo mirándole con su único ojo—; pero ¿cómo es posible que te encuentres perplejo en la alegre Sevilla, donde bailan la zambra las damas de ojos negros, debajo de los naranjos?
The prince blushed, and was somewhat shocked at hearing an old bird with one foot in the grave talk thus loosely. “Believe me, ” said he, gravely, “I am on none such light and vagrant errand as thou dost insinuate. The black-eyed damsels of Andalusia who dance among the orange groves of the Guadalquivir are as naught to me. I seek one unknown but immaculate beauty, the original of this picture; and I beseech thee, most potent raven, if it be within the scope of thy knowledge or the reach of thy art, inform me where she may be found. ”  Sonrojóse Ahmed y se asombró de oír hablar tan libremente a un viejo pájaro con un pie ya en la sepultura. —Créeme —le dijo con gravedad—. Yo no persigo una empresa tan liviana e inútil como tú insinúas. Nada significan para mí esas bellezas andaluzas que bailan bajo los naranjos del Guadalquivir. Busco a una belleza desconocida y purísima, al original de este retrato; te ruego, pues, ¡oh poderoso cuervo!, que si está al alcance de tu arte o de tu inteligencia, me digas dónde puedo encontrarla.
The gray-headed raven was rebuked by the gravity of the prince.  El viejo cuervo se sintió un poco avergonzado ante la solemnidad del príncipe
“What know I, ” replied he, dryly, “of youth and beauty? my visits are to the old and withered, not the fresh and fair: the harbinger of fate am I; who croak bodings of death from the chimney top, and flap my wings at the sick man’s window. You must seek elsewhere for tidings of your unknown beauty. ”  —Y ¿qué sé yo —le dijo secamente— de juventud y de belleza? Yo sólo visito a los viejos y decrépitos, no a los jóvenes y hermosos; soy el mensajero del Destino, que grazno presagios de muerte desde lo alto de las chimeneas y bato mis alas junto a la ventana de los enfermos. Vete, pues, a otra parte a buscar noticias de tu bella desconocida.
“And where can I seek if not among the sons of wisdom, versed in the book of destiny? Know that I am a royal prince, fated by the stars, and sent on a mysterious enterprise on which may hang the destiny of empires. ”  —¿Y dónde las he de buscar sino entre los hijos de la sabiduría, versados en el libro del Destino? Sabe que yo soy príncipe de sangre real, predestinado por las estrellas y llamado a una misteriosa empresa, de la que quizá dependa la suerte de los imperios.
When the raven heard that it was a matter of vast moment, in which the stars took interest, he changed his tone and manner, and listened with profound attention to the story of the prince. When it was concluded, he replied, “Touching this princess, I can give thee no information of myself, for my flight is not among gardens, or around ladies’ bowers; but hie thee to Cordova, seek the palm-tree of the great Abderahman, which stands in the court of the principal mosque: at the foot of it thou wilt find a great traveller who has visited all countries and courts, and been a favorite with queens and princesses. He will give thee tidings of the object of thy search. ”  Cuando el cuervo vio que era un asunto de gran importancia, en el que influían las estrellas, cambió de tono y ademanes y escuchó con profunda atención la historia del príncipe; terminada la cual le dijo: —Por lo que se refiere a esa princesa, no puedo darte noticias, pues no suelo volar por los jardines ni por las glorietas que frecuentan las damas; pero apresúrate a ir a Córdoba, busca allí la palmera del gran Abderrahman, que se encuentra en el patio de la mezquita principal, y verás al pie de ella a un gran viajero que ha visitado todas las Cortes y países y ha sido favorito de reinas y princesas. El te dará noticias del objeto de tus pesquisas.
“Many thanks for this precious information, ” said the prince. “Farewell, most venerable conjurer. ”  —Te agradezco en el alma tan preciosa información —dijo el príncipe—. ¡Pásalo bien, venerable hechicero!
“Farewell, pilgrim of love, ” said the raven, dryly, and again fell to pondering on the diagram.  —¡Adiós, peregrino de amor! —le dijo el cuervo con sequedad; y se entregó de nuevo al estudio de su diagrama.
The prince sallied forth from Seville, sought his fellow-traveller the owl, who was still dozing in the hollow tree, and set off for Cordova.  Salió el príncipe de Sevilla, buscó a su compañero de viaje, el búho, que aún dormitaba en el hueco del árbol, y se dirigieron hacia Córdoba.
He approached it along hanging gardens, and orange and citron groves, overlooking the fair valley of the Guadalquivir. When arrived at its gates the owl flew up to a dark hole in the wall, and the prince proceeded in quest of the palm-tree planted in days of yore by the great Abderahman. It stood in the midst of the great court of the mosque, towering from amidst orange and cypress trees. Dervises and Faquirs were seated in groups under the cloisters of the court, and many of the faithful were performing their ablutions at the fountains before entering the mosque.  En las cercanías de esta ciudad cruzaron a través de jardines colgantes y bosques de naranjos y limoneros que dominaban el hermoso valle del Guadalquivir. Al llegar a sus puertas voló el búho a un oscuro agujero de la muralla y prosiguió el príncipe su camino en busca de la palmera plantada en otro tiempo por el gran Abderrahman, que se alzaba en medio del gran patio de la mezquita, por encima de los naranjos y cipreses. Algunos derviches y faquires estaban sentados en grupos bajo los claustros del patio, y muchos fieles hacía sus abluciones en las fuentes antes de entrar en la mezquita.
At the foot of the palm-tree was a crowd listening to the words of one who appeared to be talking with great volubility. “This, ” said the prince to himself, “must be the great traveller who is to give me tidings of the unknown princess. ” He mingled in the crowd, but was astonished to perceive that they were all listening to a parrot, who with his bright green coat, pragmatical eye, and consequential top-knot, had the air of a bird on excellent terms with himself.  Al pie de la palmera había un grupo de gentes escuchando las palabras de uno que parecía hablar con gran animación. «Este debe de ser —se dijo el príncipe— el gran viajero que ha de darme noticias de la desconocida princesa.» Mezclóse a la multitud y quedó atónito cuando vio que aquél a quien todos escuchaban era un papagayo, que con su brillante plumaje verde, su insolente mirada y su típico penacho ofrecía el aspecto de un pájaro muy pagado de si mismo.
“How is this, ” said the prince to oneof the bystanders, “that so many grave persons can be delighted with the garrulity of a chattering bird? ”  —¿Cómo es posible —dijo el príncipe a uno de los circunstantes— que tantas personas serias puedan deleitarse con la verborrea de un pájaro charlatán?
“You know not whom you speak of, ” said the other; “this parrot is a descendant of the famous parrot of Persia, renowned for his story-telling talent. He has all the learning of the East at the tip of his tongue, and can quote poetry as fast as he can talk. He has visited various foreign courts, where he has been considered an oracle of erudition. He has been a universal favorite also with the fair sex, who have a vast admiration for erudite parrots that can quote poetry. ”  —No sabes de quién estás hablando— le respondió el otro— Este papagayo es descendiente de aquel otro famoso de Persia, tan célebre por su habilidad en contar historias. Tiene toda la sabiduría del Oriente en la punta de la lengua, y recita versos con la misma rapidez con que se habla. Ha visitado varias Cortes extranjeras en las que ha sido considerado como un oráculo de erudición. Tiene también un gran partido entre el bello sexo, que admira mucho a los papagayos eruditos que saben recitar poesías.
“Enough, ” said the prince, “I will have some private talk with this distinguished traveller. ”  —¡Basta! —dijo el príncipe—. Quisiera hablar en privado con ese distinguido viajero.
He sought a private interview, and expounded the nature of his errand. He had scarcely mentioned it when the parrot burst into a fit of dry rickety laughter that absolutely brought tears in his eyes. “Excuse my merriment, ” said he, “but the mere mention of love always sets me laughing. ”  Se le concedió, en efecto, una entrevista particular, y en ella le expuso Ahmed el objeto de su peregrinación. Apenas terminó de hablar, cuando el papagayo estalló en tales carcajadas que parecía iba a reventar de risa. —Dispensa mi regocijo —le dijo—, pero lo sola mención del amor me hace reír.
The prince was shocked at this ill-timed mirth. “Is not love, ” said he, “the great mystery of nature, the secret principle of life, the universal bond of sympathy? ”  El príncipe quedó sorprendido por aquel alborozo extemporáneo y le dijo: —¡Cómo! ¿No es el amor el gran misterio de la Naturaleza, el principio secreto de la vida, el vínculo universal de la simpatía?
“A fig’s end! ” cried the parrot, interrupting him; “prithee where hast thou learned this sentimental jargon? trust me, love is quite out of vogue; one never hears of it in the company of wits and people of refinement. ”  —Tonterías —le interrumpió el papagayo—. Dime: ¿dónde has aprendido toda esa monserga sentimental? Créeme: el amor es algo pasado de moda, y ya nunca se oye hablar de él entre personas de talento o entre gente refinada
The prince sighed as he recalled the different language of his friend the dove. But this parrot, thought he, has lived about the court, he affects the wit and the fine gentleman, he knows nothing of the thing called love. Unwilling to provoke any more ridicule of the sentiment which filled his heart, he now directed his inquiries to the immediate purport of his visit.  . El príncipe suspiró al acordarse de la diferencia de este lenguaje al de la paloma. «Como este papagayo —pensó— ha vivido en la Corte, quiere aparecer como un caballero distinguido e ingenioso que no sabe nada de eso que llaman amor.» Deseando, pues, evitar que fuera ridiculizado más aún el sentimiento que llevaba en su corazón, dirigió sus preguntas al objeto inmediato de su visita.
“Tell me, ” said he, “Most accomplished parrot, thou who hast every where been admitted to the most secret bowers of beauty, hast thou in the course of thy travels met with the original of this portrait? ”  —Dime —le preguntó—, ¡oh el más distinguido de los papagayos!; tú que has sido siempre admitido en las más íntimas habitaciones de las bellas damas, ¿has tropezado en el curso de tus viajes con el original de este retrato?
The parrot took the picture in his claw, turned his head from side to side, and examined it curiously with either eye. “Upon my honor, ” said he, “a very pretty face; very pretty: but then one sees so many pretty women in one’s travels that one can hardly—but hold—bless me! now I look at it again—sure enough this is the princess Aldegonda: how could I forget one that is so prodigious a favorite with me! ”  El papagayo cogió la miniatura con sus garras, movió la cabeza y la examinó atentamente con ambos ojos. —A fe mía —exclamó—— que es una bonita cara, muy bonita; pero he visto tantas bellas mujeres en mis viajes que apenas si puedo... ¡Pero, calle!..., ¡esperad! Voy a mirarla de nuevo; sí, no hay duda: ésta es la princesa Aldegunda. ¿Cómo podría olvidar a una de mis amigas predilectas?
“The princess Aldegonda! ” echoed the prince; “and where is she to be found? ”  —¡La princesa Aldegunda! —repitió el príncipe—. Y ¿dónde la podré hallar?
“Softly, softly, ” said the parrot, “easier to be found than gained. She is the only daughter of the Christian king who reigns at Toledo, and is shut up from the world until her seventeenth birth-day, on account of some prediction of those meddlesome fellows the astrologers. You’ll not get a sight of her; no mortal man can see her. I was admitted to her presence to entertain her, and I assure you, on the word of a parrot, who has seen the world, I have conversed with much sillier princesses in my time. ”  —Poco a poco, amigo mío —dijo el papagayo—. Más fácil es encontrarla que conseguirla. Es la hija única del rey cristiano de Toledo y está oculta al mundo hasta que cumpla diecisiete años, a causa de ciertas predicciones de los entrometidos y pícaros astrólogos. No podrás verla, porque ningún mortal puede hacerlo. Yo fui llevado a su presencia para distraerla, y te aseguro bajo palabra de papagayo que ha visto el mundo, que no he hablado en mi vida con princesa más ingenua.
“A word in confidence, my dear parrot, ” said the prince; “I am heir to a kingdom, and shall one day sit upon a throne. I see that you are a bird of parts, and understand the world. Help me to gain possession of this princess, and I will advance you to some distinguished place about court. ”  —En confianza, querido papagayo —dijo Ahmed—; soy el heredero de un reino, y día llegará que me siente en un trono. Veo que eres un pájaro de cuenta y que conoces el mundo. Ayúdame a conseguir esa princesa y te prometo un cargo distinguido en la Corte.
“With all my heart, ” said the parrot; “but let it be a sinecure if possible, for we wits have a great dislike to labor. ”  —¡Con muchísimo gusto! —respondió el papagayo—. Pero deseo, si es posible, que sea una buena sinecura, pues nosotros, los sabios, tenemos un gran horror al trabajo.
Arrangements were promptly made; the prince sallied forth from Cordova through the same gate by which he had entered; called the owl down from the hole in the wall, introduced him to his new travelling companion as a brother savant, and away they set off on their journey.  Pronto hicieron sus preparativos de viaje, y el príncipe Ahmed salió de Córdoba por la misma puerta por donde había entrado. Ordenó al búho que bajara del agujero de la muralla, y lo presentó a su nuevo compañero de viaje como un sabio colega. Después emprendieron juntos la marcha.
They travelled much more slowly than accorded with the impatience of the prince, but the parrot was accustomed to high life, and did not like to be disturbed early in the morning. The owl, on the other hand, was for sleeping at mid-day, and lost a great deal of time by his long siestas. His antiquarian taste also was in the way; for he insisted on pausing and inspecting every ruin, and had long legendary tales to tell about every old tower and castle in the country. The prince had supposed that he and the parrot, being both birds of learning, would delight in each other’s society, but never had he been more mistaken. They were eternally bickering. The one was a wit, the other a philosopher. The parrot quoted poetry, was critical on new readings and eloquent on small points of erudition; the owl treated all such knowledge as trifling, and relished nothing but metaphysics. Then the parrot would sing songs and repeat bon mots and crack jokes upon his solemn neighbor, and laugh outrageously at his own wit; all which proceedings the owl considered as a grievous invasion of his dignity, and would scowl and sulk and swell, and be silent for a whole day together.  Caminaban mucho más despacio de lo que convenía a la impaciencia del joven; pero el papagayo estaba acostumbrado a la vida aristocrática, y no le agradaba que le despertasen temprano. Al búho, por el contrario, le gustaba dormir en pleno mediodía, y por esta razón se perdía una gran parte del tiempo a causa de sus largas siestas. Otro inconveniente era sus aficiones de arqueólogo, pues insistía en detenerse a visitar todas las ruinas, contando largas y legendarias historias acerca de cada vieja torre o castillo del país. El príncipe creía que búho y papagayo, por ser pájaros ilustrados, entablarían una estrecha amistad; pero se equivocó en absoluto, pues siempre estaban en riña continua. Uno era un bromista, en tanto que el otro era un filósofo. El papagayo recitaba versos, hacia la crítica de los libros recientes y hablaba con elocuencia sobre algunos temas de erudición. El búho consideraba todo esto como bagatelas, y encontraba sus deleites en los problemas metafísicos. Entonces comenzaba el papagayo a entonar canciones, a decir chistes * y a gastar bromas a costa de su grave compañero.
The prince heeded not the wranglings of his companions, being wrapped up in the dreams of his own fancy and the contemplation of the portrait of the beautiful princess. In this way they journeyed through the stern passes of the Sierra Morena, across the sunburnt plains of La Mancha and Castile, and along the banks of the “Golden Tagus, ” which winds its wizard mazes over one half of Spain and Portugal. At length they came in sight of a strong city with walls and towers built on a rocky promontory, round the foot of which the Tagus circled with brawling violence.  El príncipe no se preocupaba de las disputas de sus dos compañeros, pues vivía absorto en los ensueños de su fantasía y en la contemplación del retrato de la bella princesa. De esta forma atravesaron los áridos pasos de Sierra Morena y las ardientes llanuras de la Mancha y de Castilla, siguiendo las riberas del «dorado Tajo», que serpenteaba en su curso por media España y Portugal. Divisaron, al fin, una ciudad fortificada con torres y murallas, erigida sobre un rocoso promontorio, cuyos pies bañaba la corriente del impetuoso río.
“Behold, ” exclaimed the owl, “the ancient and renowned city of Toledo; a city famous for its antiquities. Behold those venerable domes and towers, hoary with time and clothed with legendary grandeur, in which so many of my ancestors have meditated. ”  —¡Mirad! — exclamó el búho—. Esta es la antigua y renombrada ciudad de Toledo, famosa por sus antigüedades. Contemplad aquellas venerables torres y cúpulas, con su polvo de siglos, vestidas de legendaria grandeza, en donde tantos de mis antepasados se entregaron a la meditación:
“Pish! ” cried the parrot, interrupting his solemn antiquarian rapture, “what have we to do with antiquities, and legends, and your ancestry? Behold what is more to the purpose—behold the abode of youth and beauty—behold at length, O prince, the abode of your long-sought princess. ”  —Bah! — exclamó el papagayo, interrumpiendo el solemne entusiasmo del arqueólogo—¿Qué tenemos nosotros que ver con leyendas y antigüedades, ni con tu linaje? Mira: lo que importa en este momento es la mansión de la juventud y de la belleza. Contempla al fin, ¡oh príncipe!, la morada de la princesa que buscas desde hace tiempo.
The prince looked in the direction indicated by the parrot, and beheld, in a delightful meadow on the banks of the Tagus, a stately palace rising from amidst the bowers of a delicious garden. It was just such a place as had been described by the dove as the residence of the original of the picture. He gazed at it with a throbbing heart. “Perhaps at this moment, ” thought he, “the beautiful princess is sporting beneath those shady bowers, or pacing with delicate step those stately terraces, or reposing beneath those lofty roofs! ” As he looked more narrowly he perceived that the walls of the garden were of great height, so as to defy access, while numbers of armed guards patrolled around them.  Miró Ahmed en la dirección indicada por el papagayo y divisó un suntuoso palacio que se alzaba entre los árboles de un ameno jardín, situado en una deliciosa y verde pradera de las márgenes del Tajo. Era aquél, ciertamente, el mismo lugar que le describiera la paloma como residencia del original del retrato. Lo contemplaba fijamente, mientras su corazón latía de emoción. «Quizá en este momento —pensaba— la hermosa princesa se recrea bajo esas frondosas alamedas o pasea lentamente por las espléndidas terrazas, o reposa, tal vez, dentro de aquella magnífica mansión.» Al observar más detenidamente, comprobó que los muros del jardín eran de gran altura, lo que hacía imposible el acceso, y que patrullas de guardias armados vigilaban a su alrededor.
The prince turned to the parrot. “O most accomplished of birds, ” said he, “thou hast the gift of human speech. Hie thee to yon garden; seek the idol of my soul, and tell her that Prince Ahmed, a pilgrim of love, and guided by the stars, has arrived in quest of her on the flowery banks of the Tagus. ”  Volviese el príncipe hacia el papagayo, y le dijo: —¡Oh la más perfecta de todas las aves! Tú que tienes el don de la palabra humana, corre a aquel jardín, busca al ídolo de mi alma y dile que el príncipe Ahmed, peregrino de amor, guiado por las estrellas, ha llegado en su busca a las floridas márgenes del Tajo.
The parrot, proud of his embassy, flew away to the garden, mounted above its lofty walls, and after soaring for a time over the lawns and groves, alighted on the balcony of a pavilion that overhung the river. Here, looking in at the casement, he beheld the princess reclining on a couch, with her eyes fixed on a paper, while tears gently stole after each other down her pallid cheek.  El papagayo, orgulloso de esta embajada, voló hacia el jardín, se remontó por encima de sus altos muros y, luego de cernerse algún tiempo sobre el verde césped de las alamedas, se posó en el balcón de un pabellón que daba al río. Desde él, mirando al interior, vio a la princesa reclinada en un diván, con los ojos fijos en un papel, mientras las lágrimas se deslizaban suavemente, una tras otra, por sus pálidas mejillas.
Pluming his wings for a moment, adjusting his bright green coat, and elevating his top-knot, the parrot perched himself beside her with a gallant air: then assuming a tenderness of tone, “Dry thy tears, most beautiful of princesses, ” said he, “I come to bring solace to thy heart. ”  El pájaro, entonces, puso en orden sus plumas, se ajustó su brillante casaca verde y, levantando su penacho, paróse junto a ella con galante ademán, mientras le decía con tono de ternura: —Enjuga tus lágrimas, ¡oh tú la más hermosa de las princesas!, pues yo vengo a devolver la alegría a tu corazón.
The princess was startled on hearing a voice, but turning and seeing nothing but a little green-coated bird bobbing and bowing before her; “Alas! what solace canst thou yield, ” said she, “seeing thou art but a parrot? ”  La princesa se asustó al oír esta voz; pero como al volverse no viera ante sí sino a un pajarillo vestido de verde que le hacía saludos y reverencias, dijo: —¡Ay! ¿Qué alegría puedes tú traerme si no eres más que un papagayo? Enojóse el ave con esta respuesta.
The parrot was nettled at the question. “I have consoled many beautiful ladies in my time, ” said he; “but let that pass. At present I come ambassador from a royal prince. Know that Ahmed, the prince of Granada, has arrived in quest of thee, and is encamped even now on the flowery banks of the Tagus. ”  —He consolado a muchas bellas damas en mi vida —le contestó—; pero dejemos eso a un lado. Ahora vengo como embajador de un príncipe real. Sabe que Ahmed, príncipe de Granada, ha llegado en tu busca y se halla acampado en este momento en las floridas márgenes del Tajo.
The eyes of the beautiful princess sparkled at these words even brighter than the diamonds in her coronet. “O sweetest of parrots, ” cried she, “joyful indeed are thy tidings, for I was faint and weary, and sick almost unto death with doubt of the constancy of Ahmed. Hie thee back, and tell him that the words of his letter are engraven in my heart, and his poetry has been the food of my soul. Tell him, however, that he must prepare to prove his love by force of arms; to-morrow is my seventeenth birth-day, when the king my father holds a great tournament; several princes are to enter the lists, and my hand is to be the prize of the victor. ”  Al oír estas palabras, los ojos de la princesa brillaron más que los diamantes de su corona. —¡Oh tú el más bondadoso de todos los papagayos! —exclamó gozosa—. Alegres son en verdad las nuevas que me traes, pues ya me encontraba triste y abatida, casi enferma de muerte, dudando de la constancia de Ahmed. Vuelve pronto y dile que tengo grabadas en mi corazón todas las frases de su carta y que sus versos han sido el alimento de mi alma. Dile también que debe prepararse a demostrarme su amor con la fuerza de las atinas. Mañana cumplo diecisiete años y el rey mi padre prepara una gran torneo; varios son los príncipes que tomarán parte en la lid, y mi mano será otorgada como premio al vencedor.
The parrot again took wing, and rustling through the groves, flew back to where the prince awaited his return. The rapture of Ahmed on finding the original of his adored portrait, and finding her kind and true, can only be conceived by those favored mortals who have had the good fortune to realize day-dreams and turn a shadow into substance: still there was one thing that alloyed his transport—this impending tournament. In fact, the banks of the Tagus were already glittering with arms, and resounding with trumpets of the various knights, who, with proud retinues, were prancing on towards Toledo to attend the ceremonial. The same star that had controlled the destiny of the prince had governed that of the princess, and until her seventeenth birth-day she had been shut up from the world, to guard her from the tender passion. The fame of her charms, however, had been enhanced rather than obscured by this seclusion. Several powerful princes had contended for her hand; and her father, who was a king of wondrous shrewdness, to avoid making enemies by showing partiality, had referred them to the arbitrament of arms. Among the rival candidates were several renowned for strength and prowess. What a predicament for the unfortunate Ahmed, unprovided as he was with weapons, and unskilled in the exercise of chivalry! “Luckless prince that I am! ” said he, “to have been brought up in seclusion under the eye of a philosopher! Of what avail are algebra and philosophy in affairs of love? Alas, Eben Bonabben! why hast thou neglected to instruct me in the management of arms? ” Upon this the owl broke silence, preluding his harangue with a pious ejaculation, for he was a devout Mussulman.  El papagayo emprendió otra vez el vuelo, y cruzando por las alamedas, se dirigió a donde el príncipe esperaba su regreso. La alegría de Ahmed por haber encontrado el original de su adorado retrato y hallado a su princesa fiel y enamorada, sólo pueden concebirla los felices mortales que han tenido la dichosa fortuna de ver sus sueños convertidos en realidades. Sin, embargo, algo había que nublaba su alegría, y era el próximo torneo. En efecto, ya lucían las armaduras en las riberas del Tajo y se oían resonar los clarines de los varios caballeros que con sus soberbios séquitos se dirigían a Toledo para tomar parte en la ceremonia. La misma estrella que había regido el destino del príncipe había influido también en el de la princesa; por eso estuvo oculta para el mundo hasta cumplir los diecisiete años, con el fin de protegerla contra la tierna pasión del amor. Sin embargo, la fama de su hermosura creció más que su reclusión. Varios príncipes poderosos se habían disputado su mano pero su padre, que era un rey muy prudente, la confió a la suerte de las armas, para evitar así el crearse enemigos si mostraba preferencia por alguno. Entre los candidatos rivales había varios famosos por su valor y destreza. ¡Qué situación para el infortunado Ahmed, desprovisto como se hallaba de armas e inexperto además en los ejercicios de la caballería! —¡Qué príncipe más desgraciado soy! —exclamó——. ¡Y para esto he vivido encerrado bajo la mirada de un filósofo! ¿De qué me sirven el álgebra y la filosofía en materias de amor? ¡Ay, Eben Bonabben! ¿Por qué no te cuidaste de instruirme en el manejo de las armas? Al oír estas lamentaciones, el búho rompió el silencio y em pezó su discurso con una piadosa jaculatoria, pues era devoto musulmán.
“Allah Akbar! God is great! ” exclaimed he; “in his hands are all secret things—he alone governs the destiny of princes! Know, O prince, that this land is full of mysteries, hidden from all but those who, like myself, can grope after knowledge in the dark. Know that in the neighboring mountains there is a cave, and in that cave there is an iron table, and on that table there lies a suit of magic armor, and beside that table there stands a spell-bound steed, which have been shut up there for many generations. ”  —¡Allah Akbar! ¡Dios es grande! —exclamó—. En sus manos están todos los secretos de las cosas, y sólo El rige los destinos de los hombres! Sabe, ¡oh príncipe!, que este país está lleno de misterios, ignorados por todos, menos por los que como yo pueden escudriñar en las ciencias ocultas. Has de saber también que en las vecinas montañas existe una gruta, y dentro de ella una mesa de hierro; sobre ésta se encuentra una mágica armadura y junto a ella un encantado corcel; todo lo cual permanece allí encerrado durante muchas generaciones.
The prince stared with wonder, while the owl, blinking his huge round eyes, and erecting his horns, proceeded.  Maravillado lo miraba el príncipe, en tanto que el búho, haciendo guiños con sus grandes y redondos ojos y erizando sus plumas, prosiguió de esta manera:
“Many years since, I accompanied my father to these parts on a tour of his estates, and we sojourned in that cave; and thus became I acquainted with the mystery. It is a tradition in our family which I have heard from my grandfather, when I was yet but a very little owlet, that this armor belonged to a Moorish magician, who took refuge in this cavern when Toledo was captured by the Christians, and died here, leaving his steed and weapons under a mystic spell, never to be used but by a Moslem, and by him only from sunrise to mid-day. In that interval, whoever uses them will overthrow every opponent. ”  —Hace muchos años acompañé a mi padre por estos lugares, cuando iba visitando sus propiedades. Nos alojamos en dicha cueva, y entonces fue cuando descubrí el misterio. Es tradición de nuestra familia, que oí contar a mi abuelo, siendo yo muy pequeño, que esta armadura perteneció a cierto mago árabe que buscó refugio en la caverna cuando Toledo cayó en poder de los cristianos; allí murió, dejando su corcel y sus armas bajo un mágico encantamiento, y no podrán ser utilizadas sino por un musulmán y, aun por éste, sólo desde la salida del sol hasta el mediodía. El que las maneje durante este intervalo, vencerá siempre a cualquiera de sus adversarios.
“Enough, let us seek this cave! ” exclaimed Ahmed.  —¡Basta! —exclamó el príncipe—. ¡Busquemos esa gruta!
Guided by his legendary mentor, the prince found the cavern, which was in one of the wildest recesses of those rocky cliffs which rise around Toledo; none but the mousing eye of an owl or an antiquary could have discovered the entrance to it. A sepulchral lamp of everlasting oil shed a solemn light through the place. On an iron table in the centre of the cavern lay the magic armor, against it leaned the lance, and beside it stood an Arabian steed, caparisoned for the field, but motionless as a statue. The armor was bright and unsullied as it had gleamed in days of old; the steed in as good condition as if just from the pasture; and when Ahmed laid his hand upon his neck, he pawed the ground and gave a loud neigh of joy that shook the walls of the cavern. Thus amply provided with “horse and rider and weapon to wear, ” the prince determined to defy the field in the impending tourney.  Guiad o por su legendario mentor halló el príncipe la cueva, situada en una de las ásperas sinuosidades de los rocosos picachos que se elevan en torno a Toledo; nadie sino la penetrante mirada de un búho o un arqueólogo pudiera descubrir su entrada. Una lámpara sepulcral de inagotable aceite lanzaba su pálida luz dentro de la gruta. En una mesa de hierro que había en el centro se encontraba la mágica armadura, con una lanza junto a ella y, próximo a éstas, un corcel árabe enjaezado para la lucha, pero inmóvil como una estatua. La brillante armadura estaba tan limpia como reluciera en sus primeros tiempos; el corcel en tan buen estado como si todavía estuviese pastando. Cuando Ahmed puso la mano sobre su cuello, comenzó a piafar y lanzó un sonoro relincho de alegría que conmovió las paredes de la caverna. Así, bien provisto de caballo y armas, decidió el príncipe tomar parte en la lucha del próximo torneo.
The eventful morning arrived. The lists for the combat were prepared in the vega, or plain, just below the cliff-built walls of Toledo, where stages and galleries were erected for the spectators, covered with rich tapestry, and sheltered from the sun by silken awnings. All the beauties of the land were assembled in those galleries, while below pranced plumed knights with their pages and esquires, among whom figured conspicuously the princes who were to contend in the tourney. All the beauties of the land, however, were eclipsed when the princess Aldegonda appeared in the royal pavilion, and for the first time broke forth upon the gaze of an admiring world. A murmur of wonder ran through the crowd at her transcendent loveliness; and the princes who were candidates for her hand, merely on the faith of her reported charms, now felt tenfold ardor for the conflict.  Llegó el memorable día. El palenque para el combate estaba preparado en la Vega, debajo de las fuertes murallas de Toledo, donde se habían levantado tablados y galerías para los espectadores, cubiertos de ricos tapices y protegidos del sol por toldos de seda. Todas las bellezas del país se habían reunido en estas galerías; mientras cabalgaban en el campo, con sus escuderos y pajes, los empenachados caballeros, entre los que figuraban los príncipes que iban a tomar parte en el torneo. Todas las mujeres bellas del país quedaron eclipsadas cuando apareció la princesa Aldegunda en el pabellón real, ofreciéndose por vez primera a los ojos de la admirada concurrencia. Un murmullo de sorpresa surgió de la multitud al contemplar su peregrina hermosura; y los príncipes que aspiraban a su mano, sólo atraídos por la fama de sus encantos, sintieron ahora aumentar su ardor para la lucha.
The princess, however, had a troubled look. The color came and went from her cheek, and her eye wandered with a restless and unsatisfied expression over the plumed throng of knights. The trumpets were about sounding for the encounter, when the herald announced the arrival of a strange knight; and Ahmed rode into the field. A steel helmet studded with gems rose above his turban; his cuirass was embossed with gold; his cimeter and dagger were of the workmanship of Fez, and flamed with precious stones. A round shield was at his shoulder, and in his hand he bore the lance of charmed virtue. The caparison of his Arabian steed was richly embroidered and swept the ground, and the proud animal pranced and snuffed the air, and neighed with joy at once more beholding the array of arms. The lofty and graceful demeanor of the prince struck every eye, and when his appellation was announced, “the Pilgrim of Love, ” a universal flutter and agitation prevailed among the fair dames in the galleries.  La princesa, sin embargo, presentaba un melancólico as pecto. El color de sus mejillas cambiaba y sus ojos se dirigían con inquieta y ansiosa expresión sobre el engalanado tropel de caballeros. Los clarines iban ya a dar la señal del encuentro, cuando el heraldo anunció la llegada de un caballero extranjero, y Ahmed entró a caballo en la palestra. Un yelmo de acero cuajado de perlas se alzaba sobre su turbante; su coraza estaba recamada de oro; su cimitarra y su daga eran de las fábricas de Fez, cubiertas ambas de piedras preciosas. Llevaba al hombro un escudo redondo y en su mano empuñaba la lanza de mágica virtud. Los arreos de su corcel árabe, ricamente bordados, llegaban hasta el suelo, y el noble bruto piafaba y olfateaba el aire, relinchando de alegría al ver de nuevo el brillo de las armas. El arrogante y airoso aspecto del príncipe atrajo todas las miradas, y cuando le anunciaron con el nombre de «El Peregrino de Amor», se sintió un rumor y agitación general entre las bellas damas de las galerías.
When Ahmed presented himself at the lists, however, they were closed against him: none but princes, he was told, were admitted to the contest. He declared his name and rank. Still worse!—he was a Moslem, and could not engage in a tourney where the hand of a Christian princess was the prize.  Cuando Ahmed se presentó para inscribirse en la lista del torneo, ésta se encontraba cerrada para él, pues, según le dijeron, solamente los príncipes podían ser admitidos en la liza. Declaró entonces su nombre y su linaje, y fue peor; era musulmán y no podía participar en un combate que tenía como premio la mano de una princesa cristiana.
The rival princes surrounded him with haughty and menacing aspects; and one of insolent demeanor and herculean frame sneered at his light and youthful form, and scoffed at his amorous appellation. The ire of the prince was roused. He defied his rival to the encounter. They took distance, wheeled, and charged; and at the first touch of the magic lance, the brawny scoffer was tilted from his saddle. Here the prince would have paused, but alas! he had to deal with a demoniac horse and armor; once in action nothing could control them. The Arabian steed charged into the thickest of the throng; the lance overturned every thing that presented; the gentle prince was carried pell-mell about the field, strewing it with high and low, gentle and simple, and grieving at his own involuntary exploits. The king stormed and raged at this outrage on his subjects and his guests. He ordered out all his guards—they were unhorsed as fast as they came up. The king threw off his robes, grasped buckler and lance, and rode forth to awe the stranger with the presence of majesty itself Alas! majesty fared no better than the vulgar; the steed and lance were no respecters of persons; to the dismay of Ahmed, he was borne full tilt against the king, and in a moment the royal heels were in the air, and the crown was rolling in the dust.  Los príncipes rivales le contemplaban con actitud altiva y amenazadora, y hasta hubo uno de insolente aspecto y cuerpo hercúleo que se burló de su sobrenombre amoroso. Despertó la ira del príncipe, quien lo desafió a luchar. Tomaron distancia, dieron media vuelta y lanzáronse a la carga. Al .primer contacto de la mágica lanza, el hercúleo burlón fue derribado de su silla. El príncipe se hubiera contentado con esto; pero, ¡ay!, tenía que habérselas con un caballo y una armadura endiabladas, pues, una vez en acción, nada había que pudiera contenerlos. El corcel árabe se lanzó contra el grueso del grupo y la lanza derribaba todo lo que se le ponía por delante; el gentil príncipe era llevado involuntariamente por el campo, que quedó sembrado de grandes y pequeños, nobles y plebeyos, mientras Ahmed se dolía interiormente de sus involuntarias proezas. El rey bramaba y rabiaba de cólera ante este atropello a sus vasallos y huéspedes, y mandó salir a todos sus guardias; pero éstos quedaban desarmados tan pronto como llegaban. El propio monarca se despojó entonces de sus vestiduras, empuñó escudo y lanza y avanzó para infundir temor al extranjero con la presencia de la majestad real; pero, ¡ay!, no le fue mejor a la majestad que a los otros, pues corcel y lanza no respetaban dignidades. Ante su propio espanto, Ahmed se vio arrastrado con toda su fuerza contra el rey, que en un instante voló por los aires, mientras su corona rodaba por el polvo.
At this moment the sun reached the meridian; the magic spell resumed its power; the Arabian steed scoured across the plain, leaped the barrier, plunged into the Tagus, swam its raging current, bore the prince breathless and amazed to the cavern, and resumed his station, like a statue, beside the iron table. The prince dismounted right gladly, and replaced the armor, to abide the further decrees of fate. Then seating himself in the cavern, he ruminated on the desperate state to which this demoniac steed and armor had reduced him. Never should he dare to show his face at Toledo after inflicting such disgrace upon its chivalry, and such an outrage on its king. What, too, would the princess think of so rude and riotous an achievement? Full of anxiety, he sent forth his winged messengers to gather tidings. The parrot resorted to all the public places and crowded resorts of the city, and soon returned with a world of gossip.  En este momento el sol llegó al meridiano; el encanto mágico cesó en su poder y el caballo árabe se lanzó a través de la llanura, saltó la barrera, se arrojó al Tajo, pasó a nado su impetuosa corriente, llevó al príncipe casi sin alientos y maravillado a la gruta y tomó otra vez su anterior estado, inmóvil como una estatua, junto a la mesa de hierro. Descabalgó Ahmed con la natural alegría y se despojó de la armadura, para afrontar de nuevo los designios del Destino. Sentóse después en la caverna y meditó sobre el desesperado estado a que le habían reducido el endiablado caballo y la armadura. ¿Cómo se atrevería a presentarse en Toledo, después de haber infligido tal baldón a sus caballeros y semejante ultraje a su rey? ¿Qué pensaría también la princesa de una acción tan salvaje y grosera? Lleno de ansiedad, resolvió enviar a sus alados mensajeros en busca de noticias. El papagayo acudió a todos los sitios públicos y lugares frecuentados de la ciudad, y pronto regresó con un montón de chismes.
All Toledo was in consternation. The princess had been borne off senseless to the palace; the tournament had ended in confusion; every one was talking of the sudden apparition, prodigious exploits, and strange disappearance of the Moslem knight. Some pronounced him a Moorish magician; others thought him a demon who had assumed a human shape, while others related traditions of enchanted warriors hidden in the caves of the mountains, and thought it might be one of these, who had made a sudden irruption from his den. All agreed that no mere ordinary mortal could have wrought such wonders, or unhorsed such accomplished and stalwart Christian warriors.  Toda Toledo estaba consternada. La princesa había sido llevada desmayada al palacio; el torneo había concluido en confusión, y todo el mundo hablaba de la repentina aparición, prodigiosas hazañas y extraña desaparición del caballero musulmán. Unos decían que era un moro mágico; otros, que un demonio en forma humana; mientras que otros relataban tradiciones de guerreros encantados, ocultos en las grutas de las montañas, y pensaban que sería uno de éstos, que había hecho una brusca incursión desde su guarida. Todos convenían, en fin, que ningún mortal podía haber obrado tales maravillas, ni derribado a tan bizarros y esforzados caballeros cristianos.
The owl flew forth at night and hovered about the dusky city, perching on the roofs and chimneys. He then wheeled his flight up to the royal palace, which stood on a rocky summit of Toledo, and went prowling about its terraces and battlements, eavesdropping at every cranny, and glaring in with his big goggling eyes at every window where there was a light, so as to throw two or three maids of honor into fits. It was not until the gray dawn began to peer above the mountains that he returned from his mousing expedition, and related to the prince what he had seen.  El búho, por su parte, voló durante la noche y se cernió sobre la ciudad a oscuras, posándose en tejados y chimeneas. Se dirigió después hacia el palacio real, alzado sobre una rocosa meseta de Toledo, y revoloteó por sus terrazas y adarves, escuchando por todas las rendijas y mirando con sus grandes ojos saltones por todas las ventanas en donde había luz, asustando a dos o tres damas de honor. Sólo cuando el alba gris comenzó a despuntar tras las montañas, regresó de su furtiva expedición y contó al príncipe todo lo que había visto.
“As I was prying about one of the loftiest towers of the palace, ” said he, “I beheld through a casement a beautiful princess. She was reclining on a couch with attendants and physicians around her, but she would none of their ministry and relief When they retired I beheld her draw forth a letter from her bosom, and read and kiss it, and give way to loud lamentations; at which, philosopher as I am, I could but be greatly moved. ”  —Estaba observando por una de las más altas torres del palacio, cuando vi a través de una ventana a la hermosa princesa, reclinada en su lecho y rodeada de sirvientes y médicos, sin querer aceptar su ayuda y consuelo. Cuando aquéllos se retiraron, la vi sacar una carta de su seno, la leyó y besó, entregándose después a amargos lamentos; ante lo cual, a pesar de ser un filósofo, no pude por menos que sentirme conmovido.
The tender heart of Ahmed was distressed at these tidings. “Too true were thy words, O sage Eben Bonabben, ” cried he; “care and sorrow and sleepless nights are the lot of lovers. Allah preserve the princess from the blighting influence of this thing called love! ”  El delicado corazón de Ahmed se entristeció al oír tales noticias. —¡Cuán ciertas eran tus palabras, oh sabio Eben Bonabben! —exclamó—. Cuidados, penas y noches de insomnio son el destino de los enamorados. ¡Alá preserve a la princesa de la funesta influencia de eso que llaman amor!
Further intelligence from Toledo corroborated the report of the owl. The city was a prey to uneasiness and alarm. The princess was conveyed to the highest tower of the palace, every avenue to which was strongly guarded. In the mean time a devouring melancholy had seized upon her, of which no one could divine the cause—she refused food and turned a deaf ear to every consolation. The most skilful physicians had essayed their art in vain; it was thought some magic spell had been practised upon her, and the king made proclamation, declaring that whoever should effect her cure should receive the richest jewel in the royal treasury.  Informes posteriores, recibidos de Toledo, confirmaron el relato del búho. La ciudad era presa de la inquietud y la alarma. La princesa fue trasladada a la torre más elevada del palacio, y todas las avenidas estaban muy vigiladas. Entre tanto, se había apoderado de la joven una devoradora melancolía, cuya causa nadie pudo explicar, negándose a tomar alimentos y a prestar oído a todas las frases de consuelo. Los médicos más hábiles ensayaron en vano toda su ciencia. Se pensó que había sido víctima de algún mágico hechizo, por lo que el rey publicó una proclama declarando que el que lograse curarla recibiría la joya más preciosa de su real tesoro.
When the owl, who was dozing in a corner, heard of this proclamation, he rolled his large eyes and looked more mysterious than ever.  Cuando el búho, que dormitaba en un rincón, oyó esta proclama, movió sus grandes ojos y adoptó un aspecto más misterioso que nunca.
“Allah Akbar! ” exclaimed he, “happy the man that shall effect that cure, should he but know what to choose from the royal treasury. ”  —¡Allah Akbar! —.exclamó--—. Feliz el hombre que lleve a efecto tal curación, si tiene cuidado al escoger entre todas las cosas del tesoro real.
“What mean you, most reverend owl? ” said Ahmed.  —¿Qué quieres decir, reverendísimo búho? —dijo Ahmed.
“Hearken, O prince, to what I shall relate. We owls, you must know, are a learned body, and much given to dark and dusty research. During my late prowling at night about the domes and turrets of Toledo, I discovered a college of antiquarian owls, who hold their meetings in a great vaulted tower where the royal treasury is deposited. Here they were discussing the forms and inscriptions and designs of ancient gems and jewels, and of golden and silver vessels, heaped up in the treasury, the fashion of every country and age; but mostly they were interested about certain relics and talismans that have remained in the treasury since the time of Roderick the Goth. Among these was a box of sandal-wood secured by bands of steel of Oriental workmanship, and inscribed with mystic characters known only to the learned few. This box and its inscription had occupied the college for several sessions, and had caused much long and grave dispute. At the time of my visit a very ancient owl, who had recently arrived from Egypt, was seated on the lid of the box lecturing upon the inscription, and he proved from it that the coffer contained the silken carpet of the throne of Solomon the wise; which doubtless had been brought to Toledo by the Jews who took refuge there after the downfall of Jerusalem. ”  —Escucha, ¡oh príncipe!, lo que voy a contarte. Has de saber que nosotros los búhos somos gente ilustrada y muy dada a investigar las cosas ocultas e ignoradas. Durante mi última ronda nocturna por las cúpulas y torreones de Toledo, descubrí una academia de búhos arqueólogos que celebraba sus reuniones en una gran torre abovedada, donde se guarda el tesoro real. Estaban discutiendo sobre las formas, inscripciones y signos de las perlas y joyas antiguas y de las vasijas de oro y plata acumuladas en él, según las modas y costumbres de los distintos pueblos o edades; pero especialmente se interesaban por ciertas reliquias y talismanes existentes allí desde los tiempos del rey godo Don Rodrigo. Entre estas últimas había un cofre de madera de sándalo, cerrado por bandas de acero a la manera oriental, con misteriosos caracteres inscritos, sólo conocidos por algunas personas doctas. De este cofre y sus inscripciones se había ocupado la academia durante varias sesiones dando motivo a prolongadas y graves disputas. Al hacer yo mi visita, un búho muy anciano, recientemente llegad.: 3e Egipto, se hallaba sentado sobre la tapa descifrando sus inscripciones y demostrando, según su lectura, que aquel cofre contenía la alfombra de seda del trono del sabio Salomón, que, indudablemente, había sido traída a Toledo por los judíos emigrados después de la destrucción de Jerusalén.
When the owl had concluded his antiquarian harangue the prince remained for a time absorbed in thought. “I have heard, ” said he, “from the sage Eben Bonabben, of the wonderful properties of that talisman, which disappeared at the fall of Jerusalem, and was supposed to be lost to mankind. Doubtless it remains a sealed mystery to the Christians of Toledo. If I can get possession of that carpet, my fortune is secure. ”  Cuando el búho terminó su discurso sobre antigüedades, quedó el príncipe abstraído por algún tiempo en profundas reflexiones. —He oído hablar —dijo por último— al sabio Eben Bonabben de las maravillosas propiedades de ese talismán, que desapareció en la caída de Jerusalén y que se creyó perdido para la Humanidad. Sin duda alguna, sigue siendo un ignorado misterio para los cristianos de Toledo. Si yo pudiese apoderarme de esa alfombra, sería segura mi felicidad.
The next day the prince laid aside his rich attire, and arrayed himself in the simple garb of an Arab of the desert. He dyed his complexion to a tawny hue, and no one could have recognized in him the splendid warrior who had caused such admiration and dismay at the tournament. With staff in hand, and scrip by his side, and a small pastoral reed, he repaired to Toledo, and presenting himself at the gate of the royal palace, announced himself as a candidate for the reward offered for the cure of the princess. The guards would have driven him away with blows. “What can a vagrant Arab like thyself pretend to do, ” said they, “in a case where the most learned of the land have failed? ” The king, however, overheard the tumult, and ordered the Arab to be brought into his presence.  Al día siguiente despojóse el príncipe de sus ricas vestiduras y se disfrazó con el humilde traje de un árabe del desierto. Tiñóse la piel de color moreno, de tal modo que nadie habría reconocido en él al arrogante guerrero que tanta admiración y espanto había causado en el torneo. Báculo en mano, zurrón al hombro y con una pequeña flauta pastoril, encaminóse a Toledo, y al llegar a la puerta del palacio real se anuncié como candidato al premio ofrecido por la curación de la princesa. Los guardias intentaron arrojarlo a palos, mientras le decían: —¿Qué pretende hacer un árabe vagabundo como tú en un caso en el que han fracasado los más sabios del país? El rey, que se apercibió del alboroto, dio orden de que condujeran al árabe a su presencia.
“Most potent king, ” said Ahmed, “You behold before you a Bedouin Arab, the greater part of whose life has been passed in the solitudes of the desert. These solitudes, it is well known, are the haunts of demons and evil spirits, who beset us poor shepherds in our lonely watchings, enter into and possess our flocks and herds, and sometimes render even the patient camel furious; against these our counter-charm is music; and we have legendary airs handed down from generation to generation, that we chant and pipe, to cast forth these evil spirits. I am of a gifted line, and possess this power in its fullest force. If it be any evil influence of the kind that holds a spell over thy daughter, I pledge my head to free her from its sway. ”  —Poderosísimo rey —dijo Ahmed—: Tienes ante ti a un árabe beduino que ha pasado la mayor parte de su vida en las soledades del desierto. Estas, como es sabido, son guarida de demonios y espíritus malignos que nos atormentan a los pobres pastores en nuestras solitarias veladas, apoderándose de nues tras manadas y rebaños y enfureciendo incluso a los pacientes camellos. Nuestro mejor antídoto contra ellos es la música: tenemos ciertos aires legendarios, transmitidos de generación en generación, que cantamos y tocamos para ahuyentar a esos maléficos espíritus. Yo pertenezco a una familia agraciada y poseo aquella virtud en su más alto grado, Si tu hija se halla poseída de alguna influencia maligna de esa especie, respondo con mi cabeza que quedará libre de ella por completo.
The king, who was a man of understanding and knew the wonderful secrets possessed by the Arabs, was inspired with hope by the confident language of the prince. He conducted him immediately to the lofty tower, secured by several doors, in the summit of which was the chamber of the princess. The windows opened upon a terrace with balustrades, commanding a view over Toledo and all the surrounding country. The windows were darkened, for the princess lay within, a prey to a devouring grief that refused all alleviation.  El rey, hombre inteligente y conocedor de los maravillosos secretos que poseen los árabes, recobró la esperanza al oír el confiado lenguaje del príncipe. Y así, lo condujo inmediatamente a la alta torre, guardada por varias puertas, al final de la cual estaba la habitación de la princesa. Las ventanas daban a una terraza con balaustradas, desde las que se contemplaba Toledo y todos sus alrededores. Permanecían aquellas entornadas, y la princesa estaba postrada, en el interior, presa de una triste congoja y rechazando toda clase de consuelos.
The prince seated himself on the terrace, and performed several wild Arabian airs on his pastoral pipe, which he had learnt from his attendants in the Generalife at Granada. The princess continued insensible, and the doctors who were present shook their heads, and smiled with incredulity and contempt: at length the prince laid aside the reed, and, to a simple melody, chanted the amatory verses of the letter which had declared his passion.  Sentóse el príncipe en la terraza y tocó con su flauta pastoril varios aires populares árabes que había aprendido de sus servidores en el Generalife de Granada. La princesa continuó insensible, y los doctores que había presentes movieron la cabeza, hasta que, al fin, Ahmed dejó a un lado la flauta y, en una sencilla melodía, comenzó a cantar los amorosos versos de la carta en la que le había declarado su pasión.
The princess recognized the strain—a fluttering joy stole to her heart; she raised her head and listened; tears rushed to her eyes and streamed down her cheeks; her bosom rose and fell with a tumult of emotions. She would have asked for the minstrel to be brought into her presence, but maiden coyness held her silent. The king read her wishes, and at his command Ahmed was conducted into the chamber. The lovers were discreet: they but exchanged glances, yet those glances spoke volumes. Never was triumph of music more complete. The rose had returned to the soft cheek of the princess, the freshness to her lip, and the dewy light to her languishing eyes.  La princesa reconoció la canción, y una súbita alegría se apoderó de su alma; levantó entonces la cabeza y escuchó; las lágrimas brotaron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, mientras su pecho se agitaba emocionado. Hubiese querido ordenar que llevaran al trovador a su presencia; pero su natural timidez la hizo quedar silenciosa. El rey adivinó sus deseos y ordenó que Ahmed fuese conducido al aposento. Discretos fueron los amantes, pues tan sólo cruzaron miradas, aunque éstas decían más que muchos libros. Nunca obtuvo la música un triunfo más completo: volvió el color sonrosado a las suaves mejillas de la princesa, la frescura a sus labios y una luz de rocío a sus lánguidos ojos.
All the physicians present stared at each other with astonishment. The king regarded the Arab minstrel with admiration mixed with awe. “Wonderful youth! ” exclaimed he, “thou shalt henceforth be the first physician of my court, and no other prescription will I take but thy melody. For the present receive thy reward, the most precious jewel in my treasury. ”  Todos los médicos allí presentes se contemplaban con asombro. El rey miraba al trovador árabe con una mezcla de admiración y miedo. —¡Maravilloso joven! —exclamó—. Tú serás en adelante el primer médico de mi Corte, y no tomaré otra medicina que tu melodía. Por de pronto, recibe tu recompensa, la joya más preciada de mi tesoro.
“O king, ” replied Ahmed, “I care not for silver or gold or precious stones. One relic hast thou in thy treasury, handed down from the Moslems who once owned Toledo—a box of sandal-wood containing a silken carpet: give me that box, and I am content. ”  —¡Oh rey! —respondió Ahmed—. Nada me importa el oro, la plata o las piedras preciosas. Una reliquia guardas en tu tesoro, procedente de los musulmanes que antes eran dueños de Toledo: un cofre de sándalo que contiene una alfombra de seda. Dame ese cofre y con eso sólo me contento.
All present were surprised at the moderation of the Arab; and still more when the box of sandal-wood was brought and the carpet drawn forth. It was of fine green silk, covered with Hebrew and Chaldaic characters. The court physicians looked at each other, shrugged their shoulders, and smiled at the simplicity of this new practitioner, who could be content with so paltry a fee.  Todos los presentes quedaron sorprendidos ante la moderación del árabe, y mucho más cuando trajeron el cofre de sándalo y sacaron la alfombra. Era ésta de fina seda verde, cubierta de caracteres hebraicos y caldeos. Los médicos de la Corte se miraban unos a otros, encogíanse de hombros y se burlaban de la simpleza de este nuevo curandero que se contentaba con tan mezquinos honorarios.
“This carpet, ” said the prince, “once covered the throne of Solomon the wise; it is worthy of being placed beneath the feet of beauty. ”  —Esta alfombra —dijo el príncipe— cubrió en otros tiempos el trono del sabio Salomón, y es digna de ser colocada a los pies de la hermosura.
So saying, he spread it on the terrace beneath an ottoman that had been brought forth for the princess; then seating himself at her feet—  Y diciendo esto, la extendió sobre la terraza, debajo de una otomana que habían traído para la princesa, y se sentó después a los pies de ella.
“Who, ” said he, “shall counteract what is written in the book of fate? Behold the prediction of the astrologers verified. Know, O king, that your daughter and I long have loved each other in secret. Behold in me the Pilgrim of Love! ”  —¿Quién —exclamó—— podrá oponerse a lo que hay escrito en el libro del Destino? He aquí cumplida la predicción de los astrólogos. Sabe, ¡oh rey!, que tu hija y yo hace mucho tiempo que nos amamos en secreto. ¡Mira en mí al Peregrino de Amor!
These words were scarcely from his lips, when the carpet rose in the air, bearing off the prince and princess. The king and the physicians gazed after it with open mouths and straining eyes until it became a little speck on the white bosom of a cloud, and then disappeared in the blue vault of heaven.  No bien salieron de sus labios estas palabras, cuando la alfombra se elevó por los aires, llevándose al príncipe y a la princesa. Y el rey y los doctores la miraron con la boca abierta y la siguieron con la vista hasta que se convirtió en un pequeño punto que destacaba sobre el blanco fondo de una nube, para desaparecer luego en la bóveda azul de los cielos. El rey montó en cólera e hizo venir a su tesorero.
The king in a rage summoned his treasurer. “How is this, ” said he, “that thou hast suffered an infidel to get possession of such a talisman? ”  —¿Cómo has consentido? —le dijo— que un infiel se apodere de semejante talismán?
“Alas, sir, we knew not its nature, nor could we decipher the inscription of the box. If it be indeed the carpet of the throne of the wise Solomon, it is possessed of magic power, and can transport its owner from place to place through the air. ”  —¡Ay, señor! Nosotros no conocíamos sus propiedades, ni pudimos descifrar las inscripciones del cofre. Si es en efecto la alfombra del trono del sabio Salomón, está dotada de un poder mágico y puede transportar por el aire, de un sitio a otro, al que la posea.
The king assembled a mighty army, and set off for Granada in pursuit of the fugitives. His march was long and toilsome. Encamping in the Vega, he sent a herald to demand restitution of his daughter. The king himself came forth with all his court to meet him. In the king he beheld the real minstrel, for Ahmed had succeeded to the throne on the death of his father, and the beautiful Aldegonda was his sultana.  El rey reunió un poderoso ejército y partió para Granada en persecución de los fugitivos. Luego de una larga y penosa marcha, acampó en la vega y envió un heraldo pidiendo la restitución de su hija. El mismo rey de Granada salió a su encuentro, con toda su Corte, y en él reconoció al trovador árabe, pues Ahmed había ocupado el trono a la muerte de su padre, haciendo de la hermosa Aldegunda su sultana.
The Christian king was easily pacified when he found that his daughter was suffered to continue in her faith—not that he was particularly pious, but religion is always a point of pride and etiquette with princes. Instead of bloody battles, there was a succession of feasts and rejoicings, after which the king returned well pleased to Toledo, and the youthful couple continued to reign as happily as wisely, in the Alhambra.  El rey cristiano se apaciguó fácilmente cuando supo que a su hija le permitieron seguir fiel a sus creencias, no porque fuese muy piadoso, sino porque la religión es siempre un punto de orgullo y etiqueta en los príncipes. En vez de sangrientas batallas, hubo muchas fiestas y regocijo, tras los cuales regresó el rey muy contento a Toledo, y los jóvenes esposos siguieron reinando, tan feliz como acertadamente, en la Alhambra.
It is proper to add, that the owl and the parrot had severally followed the prince by easy stages to Granada, the former travelling by night and stopping at the various hereditary possessions of his family, the latter figuring in gay circles of every town and city on his route.  Conviene añadir que el búho y el papagayo siguieron al príncipe, por separado y en cómodas etapas, hasta Granada; viajando el primero de noche y deteniéndose en las distintas posesiones hereditarias de su familia; asistiendo el segundo a las alegres reuniones de todos los pueblos y ciudades que encontraba al paso.
Ahmed gratefully requited the services which they had rendered on his pilgrimage. He appointed the owl his prime minister, the parrot his master of ceremonies. It is needless to say that never was a realm more sagely administered, nor a court conducted with more exact punctilio.  Ahmed, agradecido, recompensó los servicios que le habían prestado durante su peregrinación. Nombró al búho su primer ministro y al papagayo maestro de ceremonias. Es inútil decir que nunca existió reino más sabiamente administrado ni Corte más cumplida en las reglas de la etiqueta.


A Ramble Among the Hills



Un paseo por las colinas

I USED frequently to amuse myself towards the close of the day, when the heat had subsided, with taking long rambles about the neighboring hills and the deep umbrageous valleys, accompanied by my historiographic squire, Mateo, to whose passion for gossiping I on such occasions gave the most unbounded license; and there was scarce a rock, or ruin, or broken fountain, or lonely glen, about which he had not some marvellous story; or, above all, some golden legend; for never was poor devil so munificent in dispensing hidden treasures.  A la caída de la tarde, cuando el calor es menos intenso, solía distraerme con frecuencia dando largos paseos por los cerros vecinos y por los profundos y sombríos valles, acompañado de mi cronista- escudero Mateo, a cuya pasión por la charla daba yo el más amplio permiso en tales ocasiones; y apenas había roca, ruina, fuente rota o valle solitario de los que no me refierese alguna maravillosa historia o, sobre todo, alguna peregrina leyenda, pues nunca hubo un pobre diablo más espléndido en prodigar sus tesoros escondidos.
In the course of one of these strolls Mateo was more than usually communicative. It was toward sunset that we sallied forth from the great Gate of Justice, and ascended an alley of trees until we came to a clump of figs and pomegranates at the foot of the Tower of the Seven Floors (de los Siete Suelos), the identical tower whence Boabdil is said to have issued, when he surrendered his capital. Here, pointing to a low archway in the foundation, Mateo informed me of a monstrous sprite or hobgoblin, said to infest this tower, ever since the time of the Moors, and to guard the treasures of a Moslem king. Sometimes it issues forth in the dead of the night, and scours the avenues of the Alhambra, and the streets of Granada, in the shape of a headless horse, pursued by six dogs with terrible yells and howlings.  En el curso de uno de estos paseos manifestóse Mateo más comunicativo que de ordinario. Al ponerse el sol, salimos por la puerta de la Justicia y subimos por una alameda, hasta llegar a un grupo de higueras y granados, al pie de la Torre de los Siete Suelos, la misma de donde se dice que salió Boabdil cuando hizo la entrega de su capital. En este sitio, señalándome una bóveda subterránea en los cimientos, me informó Mateo que allí se ocultaba un monstruoso espíritu o fantasma que, según se decía, habitaba en esta torre desde el tiempo de los árabes, guardando los tesoros de un rey musulmán. Algunas veces sale este duende en el profundo silencio de la noche y recorre los bosques de la Alhambra y las calles granadinas, bajo la forma de un caballo sin cabeza, perseguido por seis perros que lanzan terribles ladridos y aullidos.
“But have you ever met with it yourself, Mateo, in any of your rambles? ” demanded I.  —¿Te lo has encontrado alguna vez en tus paseos? —le pregunté.
“No, senor, God be thanked! but my grandfather, the tailor, knew several persons that had seen it, for it went about much oftener in his time than at present; sometimes in one shape, sometimes in another. Every body in Granada has heard of the Belludo, for the old women and the nurses frighten the children with it when they cry. Some say it is the spirit of a cruel Moorish king, who killed his six sons and buried them in these vaults, and that they hunt him at nights in revenge. ”  —No, señor, ¡gracias a Dios! Pero mi abuelo el sastre cono- A ció varias personas que lo vieron, pues antes salía con más frecuencia que ahora, ya de una forma, ya de otra. Todos, en Granada, han oído hablar del Velludo, y las viejas y las nodrizas asustan a los chiquillos llamándolo cuando lloran. Se dice que es el espíritu de un cruel rey moro que mató a sus seis hijos y los enterró debajo de esas bóvedas, y ellos, en venganza, lo persiguen por las noches.
I forbear to dwell upon the marvellous details given by the simple-minded Mateo about this redoubtable phantom, which has, in fact, been time out of mind a favorite theme of nursery tales and popular tradition in Granada, and of which honorable mention is made by an ancient and learned historian and topographer of the place.  Me abstengo de relataros más acerca de los maravillosos detalles que me dio el crédulo Mateo sobre este terrible fantasma, que fue en tiempos pasados tema favorito de los cuentos infantiles y de las tradiciones populares de Granada, y del que hace honrosa mención un antiguo y erudito historiador, topógrafo de estos lugares*.
Leaving this eventful pile, we continued our course, skirting the fruitful orchards of the Generalife, in which two or three nightingales were pouring forth a rich strain of melody. Behind these orchards we passed a number of Moorish tanks, with a door cut into the rocky bosom of the hill, but closed up. These tanks, Mateo informed me, were favorite bathing-places of himself and his comrades in boyhood, until frightened away by a story of a hideous Moor, who used to issue forth from the door in the rock to entrap unwary bathers.  Abandonando este famoso edificio, seguimos nuestro paseo, rodeando los frondosos jardines del Generalife, en los que dos o tres ruiseñores lanzaban al aire la melodía de sus trinos. Pasamos, por detrás de estos huertos, frente a cierto número de aljibes moriscos con una puerta abierta en el rocoso seno de la colina, pero tapiada. Estos aljibes —según me informó Mateo— fueron los baños favoritos tanto de él como de los camaradas de su niñez, hasta que los asustaron con la historia de un horrible moro que salía por la puerta de la roca para atrapar a los incautos bañistas.
Leaving these haunted tanks behind us, we pursued our ramble up a solitary mule-path winding among the hills, and soon found ourselves amidst wild and melancholy mountains, destitute of trees, and here and there tinted with scanty verdure. Every thing within sight was severe and sterile, and it was scarcely possible to realize the idea that but a short distance behind us was the Generalife, with its blooming orchards and terraced gardens, and that we were in the vicinity of delicious Granada, that city of groves and fountains. But such is the nature of Spain; wild and stern the moment it escapes from cultivation; the desert and the garden are ever side by side.  Dejando atrás estos encantados aljibes, continuamos por un solitario camino de herradura que serpentea por los cerros, y al poco tiempo nos encontramos en unas agrestes y melancólicas montañas, desprovistas de árboles y salpicadas apenas de escaso verdor. Todo lo que se ofrecía a nuestra vista era triste y estéril, y se hacía muy difícil creer que a poca distancia detrás de nosotros se hallase el Generalife con sus floridos huertos y bellos jardines; ni que estuviésemos en las cercanías de la deliciosa Granada, la ciudad de las fuentes y de la vegetación. Pero tal es la naturaleza de España; agreste y dura desde el momento en que carece de cultivo; donde el desierto y el jardín se encuentran siempre el uno al lado del otro.
The narrow defile up which we were passing is called, according to Mateo, el Barranco de la tinaja, or the ravine of the jar, because a jar full of Moorish gold was found here in old times. The brain of poor Mateo was continually running upon these golden legends.  El estrecho barranco por el que pasábamos, se llamaba —según Mateo— el Barranco de la Tinaja, porque allí fue encontrada una en tiempos pasados, repleta de oro morisco. La imaginación del pobre Mateo andaba siempre llena de estas áureas leyendas.
“But what is the meaning of the cross I see yonder upon a heap of stones, in that narrow part of the ravine? ”  —¿Qué significa la cruz que veo allí, sobre un montón de piedras, en aquella parte estrecha del barranco?
“Oh, that’s nothing—a muleteer was murdered there some years since. ”  —¡Ah! Eso no es nada. Un arriero que asesinaron allí hace unos años. —
“So then, Mateo, you have robbers and murderers even at the gates of the Alhambra? ”  Según eso, Mateo, ¿hay ladrones y asesinos casi en las puertas de la Alhambra?
“Not at present, senor; that was formerly, when there used to be many loose fellows about the fortress; but they’ve all been weeded out. Not but that the gipsies who live in caves in the hillsides, just out of the fortress, are many of them fit for any thing; but we have had no murder about here for a long time past. The man who murdered the muleteer was hanged in the fortress. ”  —Ahora no, señor, eso era antes, cuando había muchos vagos por los alrededores de la fortaleza; pero hoy está limpio el terreno. No es que los gitanos que viven en las cuevas de las laderas de la colina, en las afueras de la fortaleza, no sean capaces alguna vez de cualquier cosa; pero no hemos tenido ningún crimen por aquí desde hace mucho tiempo. Al asesino del arriero lo ahorcaron en la fortaleza.
Our path continued up the barranco, with a bold, rugged height to our left, called the “Silla del Moro, ” or Chair of the Moor, from the tradition already alluded to, that the unfortunate Boabdil fled thither during a popular insurrection, and remained all day seated on the rocky summit, looking mournfully down on his factious city.  Continuamos barranco arriba, dejando a la izquierda una escarpada y pedregosa loma, llamada la Silla del Moro por la va citada tradición de haber huido Boabdil allí durante una insurrección popular, permaneciendo todo el día sentado en la rocosa meseta, contemplando tristemente su amotinada ciudad.
We at length arrived on the highest part of the promontory above Granada, called the mountain of the sun. The evening was approaching; the setting sun just gilded the loftiest heights. Here and there a solitary shepherd might be descried driving his flock down the declivities, to be folded for the night; or a muleteer and his lagging animals, threading some mountain path, to arrive at the city gates before nightfall.  Llegamos, por último, a la parte más alta de la colina que domina Granada, llamada el cerro del Sol. La noche se aproximaba; el sol poniente doraba apenas los picos más altos. Acá y allá veíase algún solitario pastor que conducía su rebaño por las pendientes para encerrarlo durante la noche; o algún arriero con su cansinas bestias atravesando alguna senda de la montaña para llegar a las puertas de la población antes del anochecer.
Presently the deep tones of the cathedral bell came swelling up the defiles, proclaiming the hour of “oration ” or prayer. The note was responded to from the belfry of every church, and from the sweet bells of the convents among the mountains. The shepherd paused on the fold of the hill, the muleteer in the midst of the road, each took off his hat and remained motionless for a time, murmuring his evening prayer. There is always something pleasingly solemn in this custom, by which, at a melodious signal, every human being throughout the land unites at the same moment in a tribute of thanks to God for the mercies of the day. It spreads a transient sanctity over the land, and the sight of the sun sinking in all his glory, adds not a little to the solemnity of the scene.  De pronto, el grave sonido de la campana de la catedral vino ondulando por los desfiladeros a anunciar la hora de la oración. El toque fue respondido por los campanarios de todas las iglesias y los dulces esquilones de los conventos, que se oían a través de la montaña. El pastor se detuvo en la falda de la colina, el arriero en medio del camino, y quitándose los sombreros permanecieron inmóviles un momento, murmurando la plegaria de la tarde. Hay siempre algo tierno y solemne en esta costumbre, según la cual, a una melodiosa señal, todos los seres humanos que habitan un lugar del país se unen en el mismo instante para tributar gracias a Dios por las mercedes del día. Parece que se esparce cierta fugaz santidad sobre la tierra, contribuyendo a realzar la escena el espectáculo del sol que, esplendoroso, se hunde en el horizonte.
In the present instance the effect was heightened by the wild and lonely nature of the place. We were on the naked and broken summit of the haunted mountain of the sun, where ruined tanks and cisterns, and the mouldering foundations of extensive buildings, spoke of former populousness, but where all was now silent and desolate.  En el caso presente, el efecto era más admirable por la naturaleza agreste y solitaria del lugar. Estábamos en una desnuda y escabrosa meseta del famoso cerro del Sol, donde los ruinosos aljibes y cisternas y los desmoronados cimientos de amplios edificios hablaban de una antigua población, ahora en silencio y soledad.
As we were wandering about among these traces of old times, we came to a circular pit, penetrating deep into the bosom of the mountain; which Mateo pointed out as one of the wonders and mysteries of the place. I supposed it to be a well dug by the indefatigable Moors, to obtain their favorite element in its greatest purity. Mateo, however, had a different story, and one much more to his humor. According to a tradition, in which his father and grandfather firmly believed, this was an entrance to the subterranean caverns of the mountain, in which Boabdil and his court lay bound in magic spell; and whence they sallied forth at night, at allotted times, to revisit their ancient abodes.  Mientras vagábamos por entre aquellos restos del pasado, llegamos a un agujero circular que parecía penetrar en el corazón de la montaña y que Mateo me señaló como una de las maravillas y misterios de este sitio. Supuse que sería un pozo abierto por los infatigables moros para obtener su elemento favorito en su mayor pureza. Mateo, sin embargo, conocía otra historia diferente y más de acuerdo con su carácter. Según una tradición, en la que creían firmemente su padre y su abuelo, se trataba de una entrada a las cavernas subterráneas de la montaña en la que Boabdil y su corte se ocultaban bajo un mágico hechizo, y desde donde salían durante la noche, a determinadas horas, para visitar de nuevo sus antiguas residencias.
“Ah, senor, this mountain is full of wonders of the kind. In another place there was a hole somewhat like this, and just within it hung an iron pot by a chain; nobody knew what was in that pot, for it was always covered up; but every body supposed it full of Moorish gold. Many tried to draw it forth, for it seemed just within reach; but the moment it was touched it would sink far, far down, and not come up again for some time. At last one who thought it must be enchanted touched it with the cross, by way of breaking the charm; and faith he did break it, for the pot sank out of sight and never was seen any more.  —¡Ah, señor! Esta montaña está llena de esta clase de prodigios. En otro lugar había un hoyo como éste, y dentro de él una vasija de hierro colgada de una cadena. Nadie sabía lo que contenía, porque siempre estaba tapada, pero todo el mundo la suponía llena de oro moruno. Muchos trataron de sacarla, porque parecía estar al alcance de la mano; pero en el momento en que se la tocaba, se hundía honda, honda, y no surgía de nuevo en algún tiempo. Por fin, uno que la creía encantada, la tocó con una cruz para romper el embrujo, y a fe que lo rompió, porque la olla bajó hasta perderse de vista y nunca más ha aparecido.
“All this is fact, senor; for my grandfather was an eye-witness. ”  Todo esto es verdad, señor, pues mi abuelo fue testigo presencial
“What! Mateo; did he see the pot? ”  —¿Cómo es eso, amigo mío? ¿Llegó a ver la olla?
“No, senor, but he saw the hole where the pot had hung. ”  —No, señor; pero vio el agujero donde estaba colgada.
“It’s the same thing, Mateo. ”  —Es lo mismo, Mateo.
The deepening twilight, which, in this climate, is of short duration, admonished us to leave this haunted ground. As we descended the mountain defile, there was no longer herdsman nor muleteer to be seen, nor any thing to be heard but our own footsteps and the lonely chirping of the cricket. The shadows of the valley grew deeper and deeper, until all was dark around us. The lofty summit of the Sierra Nevada alone retained a lingering gleam of daylight; its snowy peaks glaring against the dark blue firmament, and seeming close to us, from the extreme purity of the atmosphere.  El intenso crepúsculo, que en este clima es de corta duración, nos advertía que debíamos abandonar aquella tierra encantada. Cuando descendimos por la vertiente de la colina no se veía ni arriero ni pastor, ni se oía otra cosa sino nuestros pasos o el solitario chirrido de los grillos. Las sombras del valle se hacían cada vez más densas, hasta que todo se oscureció en torno nuestro. Sólo la elevada cumbre de Sierra Nevada conservaba un vago resplandor de la luz del día; sus elevados picos brillaban sobre el oscuro azul de los cielos y parecían estar junto a nosotros, por la extremada pureza de la atmósfera.
“How near the Sierra looks this evening! ” said Mateo; “it seems as if you could touch it with your hand; and yet it is many long leagues off. ” While he was speaking, a star appeared over the snowy summit of the mountain, the only one yet visible in the heavens, and so pure, so large, so bright and beautiful, as to call forth ejaculations of delight from honest Mateo.  —¡Qué cerca se ve la Sierra esta tarde! —dijo Mateo—. Parece que se puede tocar con la mano y, sin embargo, está a muchas leguas de aquí. Mientras decía esto, apareció una estrella sobre la blanca cúspide de la montaña, la única visible ya en el cielo; tan pura y grande, tan brillante y hermosa, que hizo lanzar estas exclamaciones de alegría al buen Mateo:
“Que estrella hermosa! que clara y limpia es!—No pueda ser estrella mas brillante! ” ( ” What a beautiful star! how clear and lucid—a star could not be more brilliant! ” )  —¡Qué estrella más hermosa! ¡Qué clara y limpia es! ¡No puede haber estrella más brillante!
I have often remarked this sensibility of the common people of Spain to the charms of natural objects. The lustre of a star, the beauty or fragrance of a flower, the crystal purity of a fountain, will inspire them with a kind of poetical delight; and then, what euphonious words their magnificent language affords, with which to give utterance to their transports!  He observado con frecuencia esta sensibilidad de la gente del pueblo en España ante los encantos de las cosas naturales. El brillo de una estrella, la belleza o fragancia de una flor, la cristalina pureza de una fuente, todo esto les inspira una especie de poética alegría, y entonces ¡qué frases más eufónicas dicen en su magnífico lenguaje para dar expresión a sus transportes de entusiasmo!
“But what lights are those, Mateo, which I see twinkling along the Sierra Nevada, just below the snowy region, and which might be taken for stars, only that they are ruddy, and against the dark side of the mountain? ”  —Pero, Mateo, ¿qué luces son aquellas que veo brillar por Sierra Nevada, debajo de las nieves, y que podrían tomarse por estrellas si no fueran rojas y no brillaran sobre la oscura ladera de la montaña?
“Those, senor, are fires, made by the men who gather snow and ice for the supply of Granada. They go up every afternoon with mules and asses, and take turns, some to rest and warm themselves by the fires, while others fill the panniers with ice. They then set off down the mountains, so as to reach the gates of Granada before sunrise. That Sierra Nevada, senor, is a lump of ice in the middle of Andalusia, to keep it all cool in summer. ”  —Aquéllas, señora son hogueras que encienden los hombres que recogen nieve y hielo para abastecer a Granada. Todas las tardes suben a la Sierra con mulos y pollinos y se turnan para descansar y calentarse, unos junto a las hogueras, mientras que otros llenan de hielo los serones. Bajan después para llegar a las puertas de Granada antes de la salida del sol. Esa Sierra Nevada, señor, es una masa de hielo en medio de Andalucía para tenerla fresca durante todo el verano.
It was now completely dark; we were passing through the barranco, where stood the cross of the murdered muleteer; when I beheld a number of lights moving at a distance, and apparently advancing up the ravine. On nearer approach, they proved to be torches borne by a train of uncouth figures arrayed in black: it would have been a procession dreary enough at any time, but was peculiarly so in this wild and solitary place.  Ya era completamente de noche. Nos encontrábamos en el barranco en el que estaba la cruz del arriero asesinado, cuando divisé cierto número de luces que se movían a distancia y parecían subir por la cañada. Al aproximarse, resultaron ser las antorchas de una comitiva de extrañas figuras vestidas de negro. A cualquier hora hubiera parecido una lúgubre procesión, pero lo era aún más en aquel lugar agreste y solitario.
Mateo drew near, and told me, in a low voice, that it was a funeral train bearing a corpse to the burying-ground among the hills.  Mateo se me acercó y me dijo en voz baja que se trataba de un cortejo fúnebre que conducía un cadáver al cementerio situado en aquella colina.
As the procession passed by, the lugubrious light of the torches, falling on the rugged features and funeral-weeds of the attendants, had the most fantastic effect, but was perfectly ghastly, as it revealed the countenance of the corpse, which, according to the Spanish custom, was borne uncovered on an open bier. I remained for some time gazing after the dreary train as it wound up the dark defile of the mountain. It put me in mind of the old story of a procession of demons bearing the body of a sinner up the crater of Stromboli.  Al pasar la procesión junto a nosotros, los tristes reflejos de las antorchas iluminando las sombrías facciones y negras ropas de los acompañantes, producían un efecto fantástico, más horrible todavía al ver el rostro del difunto, que, según es costumbre española, iba sin cubrir sobre un féretro abierto. Permanecí un buen rato siguiendo con la vista el tétrico cortejo que serpenteaba por las oscuras veredas de la montaña. A mi imaginación acudió la vieja historia de una procesión de demonios que transportaba el cadáver de un pecador al cráter del Estrómboli.
“Ah! senor, ” cried Mateo, “I could tell you a story of a procession once seen among these mountains, but then you’d laugh at me, and say it was one of the legacies of my grandfather the tailor. ”  —¡Ah, señor! —exclamó Mateo—. Le podría contar la historia de una procesión que se vio una vez por estos montes; pero se reina usted de mí y me diría que era uno de los cuentos heredados de mi abuelo al sastre.
“By no means, Mateo. There is nothing I relish more than a marvellous tale. ”  —De ningún modo, Mateo. No hay nada que me guste más que una historia maravillosa.
“Well, senor, it is about one of those very men we have been talking of, who gather snow on the Sierra Nevada.  —Pues bien, señor: sé trata de uno de esos hombres de que hablábamos hace poco, que recogen nieve en la Sierra Nevada.
“You must know, that a great many years since, in my grandfather’s time, there was an old fellow, Tio Nicolo (Uncle Nicholas) by name, who had filled the panniers of his mule with snow and ice, and was returning down the mountain. Being very drowsy, he mounted upon the mule, and soon falling asleep, went with his head nodding and bobbing about from side to side, while his surefooted old mule stepped along the edge of precipices, and down steep and broken barrancos, just as safe and steady as if it had been on plain ground. At length, Tio Nicolo awoke, and gazed about him, and rubbed his eyes—and, in good truth, he had reason. The moon shone almost as bright as day, and he saw the city below him, as plain as your hand, and shining with its white buildings, like a silver platter in the moonshine; but, Lord! senor, it was nothing like the city he had left a few hours before! Instead of the cathedral, with its great dome and turrets, and the churches with their spires, and the convents with their pinnacles, all surmounted with the blessed cross, he saw nothing but Moorish mosques, and minarets, and cupolas, all topped off with glittering crescents, such as you see on the Barbary flags.  Ha de saber usted que hace muchos años, en tiempos de mi abuelo, vivía un viejo llamado el tío Nicolás, quien una vez llenos de nieve y hielo los serones de su mulo, regresaba de la Sierra. Como tenía mucho sueño, se montó en la bestia y pronto se quedó dormido. El hombre iba dando cabezadas y bamboleándose de un lado a otro, mientras su vieja y segura acémila marchaba por el borde de los precipicios o bajaba por los pendientes y escarpados barrancos, tan firme y segura como si anduviera por el llano. Despertó al fin el tío Nicolás y miró a su alrededor frotándose los ojos, pues en verdad había motivos para ello. A la brillante luz de la luna, tan clara como la del día, vio a la ciudad tan perfectamente como usted se ve las manos, resplandeciendo con sus blancos edificios como una fuente de plata a la luz de la luna. ¡Pero, señor, en nada se parecía a la ciudad que él había dejado unas pocas horas antes! En vez de la catedral, con su gran cúpula y sus torrecillas, las iglesias con sus campanarios y los conventos con sus pináculos, coronados todos con la Santa Cruz, no vio sino mezquitas árabes, minaretes y cupulillas orientales, todos terminados en relucientes medias lunas, como las que adornan las banderas de Berbería.
“Well, senor, as you may suppose, Tio Nicolo was mightily puzzled at all this, but while he was gazing down upon the city, a great army came marching up the mountains, winding along the ravines, sometimes in the moonshine sometimes in the shade. As it drew nigh, he saw that there were horse and foot all in Moorish armor. Tio Nicolo tried to scramble out of their way, but his old mule stood stock still, and refused to budge, trembling, at the same time, like a leaf—for dumb beasts, senor, are just as much frightened at such things as human beings. Well, senor, the hobgoblin army came marching by; there were men that seemed to blow trumpets, and others to beat drums and strike cymbals, yet never a sound did they make; they all moved on without the least noise, just as I have seen painted armies move across the stage in the theatre of Granada, and all looked as pale as death. At last, in the rear of the army, between two black Moorish horsemen, rode the Grand Inquisitor of Granada, on a mule as white as snow. Tio Nicolo wondered to see him in such company, for the Inquisitor was famous for his hatred of Moors, and indeed, of all kinds of Infidels, Jews, and Heretics, and used to hunt them out with fire and scourge.  Ahora bien, señor: como puede usted imaginarse, el tío Nicolás quedó aturdido al ver todo aquello; pero cuando estaba mirando a la población, un gran ejército subía por la montaña, rodeando los barrancos, unas veces a la claridad de la luna y otras en la oscuridad. Cuando se acercaba, comprobó que eran jinetes e infantes armados a la manera morisca. El tío Nicolás trató de apartarse de su camino, pero el viejo mulo mantúvose firme, y se resistía a dar un paso, temblando al mismo tiempo como la hoja del árbol, pues las sufridas bestias, señor, se asustan de estas cosas más que los seres humanos. Pues bien, señor: el fantástico ejército pasó junto a él. Eran hombres que en apariencia tocaban trompetas, mientras otros golpeaban cím balos y tambores, y, sin embargo, no se escuchaba ningún sonido. Avanzaban todos en silencio, del mismo modo que los ejércitos pintados que yo he visto desfilar por los escenarios del teatro de Granada, y todos iban pálidos como la muerte. A la retaguardia del ejército, entre dos negros jinetes moros, cabalgaba el Gran Inquisidor de Granada en una muía blanca como la nieve. El tío Nicolás se maravilló de verle en semejante compañía, pues el Inquisidor era famoso por su odio a los moros y a toda clase de infieles, judíos y herejes, a los que acostumbraba perseguir a sangre y fuego.
“However, Tio Nicolo felt himself safe, now that there was a priest of such sanctity at hand. So making the sign of the cross, he called out for his benediction, when hombre! he received a blow that sent him and his old mule over the edge of a steep bank, down which they rolled, head over heels, to the bottom! Tio Nicolo did not come to his senses until long after sunrise, when he found himself at the bottom of a deep ravine, his mule grazing beside him, and his panniers of snow completely melted. He crawled back to Granada sorely bruised and battered, but was glad to find the city looking as usual, with Christian churches and crosses.  Con todo, el ti o Nicolás sintióse seguro teniendo a mano un sacerdote de tanta santidad. Así, pues, haciendo la señal de la cruz, le pidió a gritos su bendición, cuando..., ¡hombre!, recibió un golpe que lo envió, junto con su viejo mulo, al borde de un barranco, por el que rodó de pies y cabeza hasta el fondo. El pobre hombre no recobró el conocimiento hasta mucho después de salir el sol, y se encontró entonces en lo hondo de aquella profunda sima, con el mulo paciendo a su lado y la nieve de los serones completamente derretida. Regresó a duras penas a Granada, con el cuerpo magullado y molido; pero grande fue su alegría al encontrar la ciudad como siempre, con iglesias cristianas y cruces.
“When he told the story of his night’s adventure, every one laughed at him; some said he had dreamed it all, as he dozed on his mule; others thought it all a fabrication of his own—but what was strange, senor, and made people afterwards think more seriously of the matter, was, that the Grand Inquisitor died within the year. I have often heard my grandfather, the tailor, say that there was more meant by that hobgoblin army bearing off the resemblance of the priest, than folks dared to surmise. ”  Cuando relató la historia de su aventura nocturna todo el mundo se rió de él; unos decían que todo lo había soñado mientras dormitaba sobre su mulo; otros pensaron que era pura invención de su mente; pero lo más extraño y lo que más dio que pensar a todos seriamente en el asunto fue que el Gran In quisidor murió aquel año. He oído decir con frecuencia a mi abuelo el sastre que aquello de llevarse el ejército fantástico el «doble» del sacerdote, tenía un significado mucho mayor de lo que la gente suponía.
“Then you would insinuate, friend Mateo, that there is a kind of Moorish limbo, or purgatory, in the bowels of these mountains, to which the padre Inquisitor was borne off. ”  —Entonces, ¿quieres decir, amigo Mateo, que hay una especie de limbo o purgatorio moro en el interior de estas montañas, al cual fue conducido el padre Inquisidor?
“God forbid, senor! I know nothing of the matter. I only relate what I heard from my grandfather. ”  —¡No lo quiera Dios, señor! Yo no sé nada de eso. Yo sólo cuento lo que oí a mi abuelo.
By the time Mateo had finished the tale which I have more succinctly related, and which was interlarded with many comments, and spun out with minute details, we reached the gate of the Alhambra.  Al mismo tiempo que Mateo terminaba su relato, que yo he referido sucintamente y que él había salpicado de muchos comentarios y minuciosos detalles, estábamos de regreso en las puertas de la Alhambra.
The marvellous stories hinted at by Mateo, in the early part of our ramble about the Tower of the Seven Floors, set me as usual upon my goblin researches. I found that the redoubtable phantom, the Belludo, had been time out of mind a favorite theme of nursery tales and popular traditions in Granada, and that honorable mention had even been made of it by an ancient historian and topographer of the place. The scattered members of one of these popular traditions I have gathered together, collated them with infinite pains, and digested them into the following legend; which only wants a number of learned notes and references at bottom to take its rank among those concrete productions gravely passed upon the world for Historical Facts.  Las historias maravillosas sugeridas por Mateo en la primera parte de nuestro paseo en torno a la torre de Siete Suelos me indujeron, como de costumbre, a investigar sobre trasgos y duendes. Supe que aquel terrible fantasma, el Velludo, había sido desde mucho tiempo antes el tema predilecto de los cuentos de niñeras y de las tradiciones populares granadinas, de que hace honrosa mención un antiguo historiador, topógrafo de estos lugares. He reunido con gran trabajo los dispersos fragmentos de una de estas leyendas populares y los he recopilado en la siguiente, que sólo necesita cierto número de notas y referencias eruditas al pie para adquirir categoría entre esas verosímiles producciones que con toda seriedad pasan en el mundo por hechos históricos.


Legend of the Moor’s Legacy



Leyenda del legado del moro

JUST within the fortress of the Alhambra, in front of the royal palace, is a broad open esplanade, called the Place or Square of the Cisterns (la Plaza de los Algibes), so called from being undermined by reservoirs of water, hidden from sight, and which have existed from the time of the Moors. At one corner of this esplanade is a Moorish well, cut through the living rock to a great depth, the water of which is cold as ice and clear as crystal. The wells made by the Moors are always in repute, for it is well known what pains they took to penetrate to the purest and sweetest springs and fountains. The one of which we now speak is famous throughout Granada, insomuch that water-carriers, some bearing great water-jars on their shoulders, others driving asses before them laden with earthen vessels, are ascending and descending the steep woody avenues of the Alhambra, from early dawn until a late hour of the night.  HAY en el interior de la fortaleza de la Alhambra, frente al palacio real, una amplia y extensa explanada, la Plaza de los Aljibes, llamada así por los depósitos subterráneos de agua que existen en ella desde el tiempo de los moros. En un rincón de esta plaza hay un pozo árabe, hecho en la roca viva, de una gran profundidad, cuya agua es tan fresca como el hielo y tan clara como el cristal. Los pozos abiertos por los moros tienen fama, pues bien conocidos son los esfuerzos que realizaron para penetrar hasta los más puros y deliciosos manantiales y fuentes. Este de que hablamos es popular en Granada, hasta el punto de que los aguadores —unos con grandes garrafas al hombro y otros con borricos cargados de cántaros— están continuamente subiendo y bajando por las pendientes y frondosas avenidas de la Alhambra, desde por la mañana temprano hasta las últimas horas de la noche.
Fountains and wells, ever since the scriptural days, have been noted gossiping places in hot climates; and at the well in question there is a kind of perpetual club kept up during the livelong day, by the invalids, old women, and other curious do-nothing folk of the fortress, who sit here on the stone benches, under an awning spread over the well to shelter the toll-gatherer from the sun, and dawdle over the gossip of the fortress, and question every water-carrier that arrives about the news of the city, and make long comments on every thing they hear and see. Not an hour of the day but loitering housewives and idle maid-servants may be seen, lingering with pitcher on head, or in hand, to hear the last of the endless tattle of these worthies.  Fuentes y pozos han sido —desde los tiempos bíblicos— notables puntos de concurrencia y de charla en los climas cálidos. En el pozo en cuestión existe una especie de tertulia perpetua, que se prolonga todo el santo día, formada por los inválidos, las viejas y otros curiosos desocupados de la fortaleza, que se sientan en los bancos de piedra bajo un toldo extendido sobre el pozo para resguardar del sol al encargado. Allí se pierde el tiempo charlando de los sucesos de la fortaleza, se pregunta a todo aguador que llega las noticias de la ciudad y se hacen largos comentarios sobre cuanto se ve y oye. No hay hora del día en que no se anden por allí comadres y criadas H holgazanas en interminable cuchicheo, con el cántaro en la cabeza o en la mano, deseosas de oír el último chisme de aquella buena gente.
Among the water-carriers who once resorted to this well, there was a sturdy, strong-backed, bandy-legged little fellow, named Pedro Gil, but called Peregil for shortness. Being a water-carrier, he was a Gallego, or native of Galicia, of course. Nature seems to have formed races of men, as she has of animals, for different kinds of drudgery. In France the shoeblacks are all Savoyards, the porters of hotels all Swiss, and in the days of hoops and hair-powder in England, no man could give the regular swing to a sedan-chair but a bog-trotting Irishman. So in Spain, the carriers of water and bearers of burdens are all sturdy little natives of Galicia. No man says, “Get me a porter, ” but, “Call a Gallego. ”  Entre los aguadores que concurrían alguna vez a este pozo se contaba un hombrecillo robusto, ancho de espaldas y zanquituerto, llamado Pedro Gil, pero más conocido por Perejil, a modo de abreviatura. Siendo aguador, por supuesto, tenía que ser gallego, pues la Naturaleza parece haber formado razas de hombres como lo ha hecho con los animales, para cada una de las diferentes clases de trabajo. En Francia, todos los limpiabotas son saboyanos; los porteros de los hoteles, suizos; y en los tiempos del miriñaque y el pelo empolvado, en Inglaterra, nadie como un irlandés, acostumbrado a andar por el barro, para dar un regular balanceo a una silla de mano. Lo mismo ocurre en España: los aguadores y mozos de cuerda son todos robustos hijos de Galicia. Nadie dice: «Búscame un mozo», sino: «Llama a un gallego.»
To return from this digression, Peregil the Gallego had begun business with merely a great earthen jar which he carried upon his shoulder; by degrees he rose in the world, and was enabled to purchase an assistant of a correspondent class of animals, being a stout shaggy-haired donkey. On each side of this his long-eared aide-de-camp, in a kind of pannier, were slung his water-jars, covered with fig-leaves to protect them from the sun. There was not a more industrious water-carrier in all Granada, nor one more merry withal. The streets rang with his cheerful voice as he trudged after his donkey, singing forth the usual summer note that resounds through the Spanish towns: “Quien quiere agua—agua mas fria que la nieve? ” —“Who wants water—water colder than snow? Who wants water from the well of the Alhambra, cold as ice and clear as crystal? ” When he served a customer with a sparkling glass, it was always with a pleasant word that caused a smile; and if, perchance, it was a comely dame or dimpling damsel, it was always with a sly leer and a compliment to her beauty that was irresistible. Thus Peregil the Gallego was noted throughout all Granada for being one of the civilest, pleasantest, and happiest of mortals.  Volviendo a nuestro relato, Perejil el gallego había comenzado su oficio con sólo un gran cántaro de barro que se cargaba a la espalda; poco a poco prosperó y pudo comprar una ayuda: un pollino fuerte y peludo, animal el más apropiado para un aguador. A cada lado de su orejudo auxiliar, en una especie de serones, iban colgados sus cántaros, cubiertos con hojas de higuera para protegerlos del sol. No había en toda Granada aguador más diligente y alegre que él. En las calles resonaba su alegre voz mientras iba detrás de su borrico, pregonando con el acostumbrado grito de verano que se escucha en todas las ciudades españolas: ¿Quién quiere agua? ¡Agua más fría que la nieve! ¿Quién quiere agua del pozo de la Alhambra, fría como el hielo y clara como cristal? Cuando servía a un parroquiano un reluciente vaso, dirigíale siempre una palabra agradable que le hacía sonreír; y si se trataba de alguna gentil dama o graciosa señorita, le dirigía una picaresca mirada o un requiebro a su hermosura, que resultaba irresistible. De esta manera, Perejil el gallego era tenido en toda Granada por el más cortés, agradable y feliz de los mortales.
Yet it is not he who sings loudest and jokes most that has the lightest heart. Under all this air of merriment, honest Peregil had his cares and troubles. He had a large family of ragged children to support, who were hungry and clamorous as a nest of young swallows, and beset him with their outcries for food whenever he came home of an evening. He had a helpmate, too, who was any thing but a help to him. She had been a village beauty before marriage, noted for her skill at dancing the bolero and rattling the castanets; and she still retained her early propensities, spending the hard earnings of honest Peregil in frippery, and laying the very donkey under requisition for junketing parties into the country on Sundays, and saints’ days, and those innumerable holidays which are rather more numerous in Spain than the days of the week. With all this she was a little of a slattern, something more of a lie-abed, and, above all, a gossip of the first water; neglecting house, household, and every thing else, to loiter slipshod in the houses of her gossip neighbors.  Pero no es precisamente quien canta más alto y quien más bromea el que tiene más alegre el corazón. Bajo todo su jovial aspecto, el honrado Perejil escondía penas y preocupaciones. Tenía que sostener una numerosa familia, una prole de harapientos chiquillos, hambrientos y bulliciosos como un nido de golondrinas, que siempre, al yo1-ver a casa por la noche, le pedían a gritos de comer. Tenía también esposa, que le servía de todo menos de ayuda. Había sido, antes de casarse, una bella aldeana, famosa por su habilidad en bailar el bolero y tocar las castañuelas. Todavía conservaba estas antiguas aficiones, con lo cual gastaba en fruslerías las míseras ganancias del honrado Perejil o se apoderaba hasta del jumento para irse de jolgorio al campo los domingos y días de los santos y esos innumerables días festivos que son en España casi más numerosos que los de trabajo. Para colmo, era una mujer un poco desaliñada, algo más que holgazana y, sobre todo, una charlatana de primer orden, que abandonaba casa, familia y todos sus quehaceres para irse a comadrear a casa de sus habladoras vecinas.
He, however, who tempers the wind to the shorn lamb, accommodates the yoke of matrimony to the submissive neck. Peregil bore all the heavy dispensations of wife and children with as meek a spirit as his donkey bore the water-jars; and, however he might shake his ears in private, never ventured to question the household virtues of his slattern spouse.  Pero Aquel que regula el viento para la esquilada oveja, acomoda el yugo del matrimonio a la sumisa cerviz. Perejil sobrellevaba con paciencia todos los despilfarros de su mujer y de sus hijos, con la misma mansedumbre con que su borrico llevaba los cántaros de agua; y aunque algunas veces se sacudiera las orejas en privado, nunca se atrevió a poner en duda las virtudes domésticas de su descuidada esposa.
He loved his children too even as an owl loves its owlets, seeing in them his own image multiplied and perpetuated; for they were a sturdy, long-backed, bandy-legged little brood. The great pleasure of honest Peregil was, whenever he could afford himself a scanty holiday, and had a handful of marevedis to spare, to take the whole litter forth with him, some in his arms, some tugging at his skirts, and some trudging at his heels, and to treat them to a gambol among the orchards of the Vega, while his wife was dancing with her holiday friends in the Angosturas of the Darro.  Amaba a sus hijos lo mismo que el búho ama a sus crías, viendo en ellos multiplicada y perpetuada su propia imagen, pues eran como él, pequeños de estatura y fuertes, de anchas espaldas y estevados de piernas. El mayor placer del honrado Perejil consistía, siempre que podía celebrar un cha de fiesta y disponía de unos cuantos maravedíes, en coger a todos sus hijos, y unos en brazos y otros agarrados a su chaqueta o pisándole los talones, llevarlos a disfrutar dando saltos por las huertas de la vega, en tanto que su mujer se quedaba bailando con sus amigas en las Angosturas del Darro.
It was a late hour one summer night, and most of the water-carriers had desisted from their toils. The day had been uncommonly sultry; the night was one of those delicious moonlights, which tempt the inhabitants of southern climes to indemnify themselves for the heat and inaction of the day, by lingering in the open air, and enjoying its tempered sweetness until after midnight. Customers for water were therefore still abroad. Peregil, like a considerate, painstaking father, thought of his hungry children. “One more journey to the well, ” said he to himself, “to earn a Sunday’s puchero for the little ones. ” So saying, he trudged manfully up the steep avenue of the Alhambra, singing as he went, and now and then bestowing a hearty thwack with a cudgel on the flanks of his donkey, either by way of cadence to the song, or refreshment to the animal; for dry blows serve in lieu of provender in Spain for all beasts of burden.  Era una hora bastante avanzada de una noche de verano y ya la mayor parte de los aguadores hablan abandonado su trabajo. El día había sido extraordinariamente bochornoso, pero se presentaba una de esas deliciosas noches de luna que tientan a los habitantes de los climas meridionales a desquitarse del calor y la inacción del día, quedándose al aire libre para gozar de la templada frescura del ambiente hasta cerca de la medianoche. Aún había por las calles consumidores de agua; por lo cual, Perejil, como padre considerado y previsor, pensó en sus hambrientos chiquillos. «Daré un viaje más al pozo —se dijo— para ganar el puchero del domingo para mis pequeños.» Y así diciendo, subió con paso firme la empinada cuesta de la Alhambra, cantando por el camino y descargando de vez en cuando un fuerte varazo en los lomos de su borrico, a modo de compás de su canción o de refresco del animal, pues en España para todas las bestias de carga sirve el palo de forraje.
When arrived at the well, he found it deserted by every one except a solitary stranger in Moorish garb, seated on a stone bench in the moonlight. Peregil paused at first and regarded him with surprise, not unmixed with awe, but the Moor feebly beckoned him to approach. “I am faint and ill, ” said he, “aid me to return to the city, and I will pay thee double what thou couldst gain by thy jars of water. ”  Cuando llegó al pozo lo encontró desierto, con excepción de un solitario desconocido vestido de moro, sentado en un banco de piedra a la luz de la luna. Perejil se detuvo de pronto y lo miró con sorpresa no desprovista de temor; pero el moro le hizo señas para que se acercase. —Estoy débil y enfermo —le dijo—; ayúdame a volver a la ciudad y te daré el doble de lo que puedas ganar con tus cántaros de agua.
The honest heart of the little water-carrier was touched with compassion at the appeal of the stranger. “God forbid, ” said he, “that I should ask fee or reward for doing a common act of humanity. ” He accordingly helped the Moor on his donkey, and set off slowly for Granada, the poor Moslem being so weak that it was necessary to hold him on the animal to keep him from falling to the earth.  El buen corazón del honrado aguador se sintió movido de misericordia ante la súplica del extranjero. —Dios me libre —le respondió— de recibir ningún pago o recompensa por un sencillo acto de humanidad. Ayudó, por tanto, al moro a subir en su borrico y partió con él lentamente hacia Granada; pero el pobre musulmán se hallaba tan débil que fue necesario irlo sosteniendo sobre el animal para evitar que cayese al suelo.
When they entered the city, the water-carrier demanded whither he should conduct him. “Alas! ” said the Moor, faintly, “I have neither home nor habitation, I am a stranger in the land. Suffer me to lay my head this night beneath thy roof, and thou shalt be amply repaid. ”  Cuando entraron en la población le preguntó el aguador adónde había de llevarlo. —¡Ay! —exclamó el moro con voz desfallecida—. No tengo ni casa ni habitación, pues soy un extraño en este país. Permíteme que pase la noche en tu casa y serás generosamente gratificado.
Honest Peregil thus saw himself unexpectedly saddled with an infidel guest, but he was too humane to refuse a night’s shelter to a fellow being in so forlorn a plight, so he conducted the Moor to his dwelling. The children, who had sallied forth open-mouthed as usual on hearing the tramp of the donkey, ran back with affright, when they beheld the turbaned stranger, and hid themselves behind their mother. The latter stepped forth intrepidly, like a ruffling hen before her brood when a vagrant dog approaches.  De esta manera encontróse el honrado Perejil con el inesperado compromiso de un huésped infiel; pero era demasiado humano para negar hospitalidad por una noche a una pobre criatura en situación tan lamentable, por lo que condujo al moro a su hogar. Los chiquillos que habían salido a su encuentro con la boca abierta, gritándole como de costumbre al oír los pasos del borrico, huyeron espantados cuando vieron al desconocido del turbante, y fueron a ocultarse detrás de su madre. Esta se adelantó valientemente, como una gallina enfurecida al frente de sus polluelos cuando se aproxima un perro vagabundo.
“What infidel companion, ” cried she, “is this you have brought home at this late hour, to draw upon us the eyes of the Inquisition? ”  —¿Qué infiel compañero —gritó—— es este que traes a casa a estas horas para atraernos las miradas de la Inquisición?
“Be quiet, wife, ” replied the Gallego, “here is a poor sick stranger, without friend or home; wouldst thou turn him forth to perish in the streets? ”  —Cállate, mujer —respondióle el gallego—. Es un pobre extranjero enfermo, sin amigos ni hogar; ¿serías capaz de arrojarlo para que perezca en medio de la calle
The wife would still have remonstrated, for although she lived in a hovel she was a furious stickler for the credit of her house; the little water-carrier, however, for once was stiff-necked, and refused to bend beneath the yoke. He assisted the poor Moslem to alight, and spread a mat and a sheep-skin for him, on the ground, in the coolest part of the house; being the only kind of bed that his poverty afforded.  ? Todavía hubiera seguido protestando la mujer, pues aunque vivía en una choza era celosa guardadora del crédito de su casa. El pobre aguador, sin embargo, se mantuvo firme por primera vez y se negó a doblegarse al yugo de su esposa. Ayudó al pobre musulmán a bajar del pollino y le extendi6 una estera y una zalea en el suelo, en el sitio más fresco de la casa, única cama que le permitía su pobreza.
In a little while the Moor was seized with violent convulsions, which defied all the ministering skill of the simple water-carrier. The eye of the poor patient acknowledged his kindness. During an interval of his fits he called him to his side, and addressing him in a low voice, “My end, ” said he, “I fear is at hand. If I die, I bequeath you this box as a reward for your charity ” : so saying, he opened his albornoz, or cloak, and showed a small box of sandalwood, strapped round his body. “God grant, my friend, ” replied the worthy little Gallego, “that you may live many years to enjoy your treasure, whatever it may be. ” The Moor shook his head; he laid his hand upon the box, and would have said something more concerning it, but his convulsions returned with increasing violence, and in a little while he expired.  Al poco rato viose el moro acometido de violentas convulsiones para las que eran vanas toda ayuda y asistencia del humilde aguador. Los ojos del pobre paciente expresaban gratitud. Durante un intervalo de sus ataques, llamó a Perejil a su lado y, hablándole en voz baja, le dijo: —Temo que mi fin está muy cercano. Si muero, te dejo esta caja en premio de tu caridad —y al decir esto, abrió su albornoz y mostró una cajita de madera de sándalo que llevaba atada a su cuerpo. —Quiera Dios, amigo mío —respondió el honrado gallego—, que vivas muchos años para disfrutar de tu tesoro o lo que quiera que sea. Movió el moro la cabeza, puso su mano sobre la caja y quiso hablar algo acerca de ella; pero volvieron sus convulsiones con mayor violencia y al poco rato expiró.
The water-carrier’s wife was now as one distracted. “This comes, ” said she, “of your foolish good nature, always running into scrapes to oblige others. What will become of us when this corpse is found in our house? We shall be sent to prison as murderers; and if we escape with our lives, shall be ruined by notaries and alguazils. ”  La mujer del aguador se puso como loca. —Esto nos sucede —decía— por tu estúpida bondad; por meterte siempre en apuros para servir a los demás. ¿Qué va a ser de nosotros cuando encuentren este cadáver en nuestra casa? Nos mandarán a la cárcel por asesinos; y si escapamos con vida, nos arruinarán escribanos y alguaciles.
Poor Peregil was in equal tribulation, and almost repented himself of having done a good deed. At length a thought struck him. “It is not yet day, ” said he; “I can convey the dead body out of the city, and bury it in the sands on the banks of the Xenil. No one saw the Moor enter our dwelling, and no one will know any thing of his death. ”  El pobre Perejil se sentía también atribulado y casi le pesaba haber hecho una buena obra. Al fin, le vino una idea. —Aún no es de día —dijo——. Puedo sacar el cadáver de la ciudad y enterrarlo bajo la arena en las márgenes del Genil. Nadie vio entrar al moro en nuestra casa y nadie sabrá nada de su muerte.
So said, so done. The wife aided him; they rolled the body of the unfortunate Moslem in the mat on which he had expired, laid it across the ass, and Peregil set out with it for the banks of the river.  Dicho y hecho. Con ayuda de su mujer, envolvió el cuerpo del infortunado musulmán en la esterilla donde había expirado; lo colocaron atravesado en el asno, y Perejil salió con él hacia las orillas del río.
As ill luck would have it, there lived opposite to the water-carrier a barber named Pedrillo Pedrugo, one of the most prying, tattling, and mischief-making of his gossip tribe. He was a weasel-faced, spider-legged varlet, supple and insinuating; the famous barber of Seville could not surpass him for his universal knowledge of the affairs of others, and he had no more power of retention than a sieve. It was said that he slept but with one eye at a time, and kept one ear uncovered, so that, even in his sleep, he might see and hear all that was going on. Certain it is, he was a sort of scandalous chronicle for the quid-nuncs of Granada, and had more customers than all the rest of his fraternity.  Quiso la mala suerte que viviera frente al aguador un barbero llamado Pedrillo Pedrugo, uno de los más fisgones, chismosos y perversos hombres del mundo. Era un tipo con cara de comadreja y patas de araña, astuto y malicioso; ni el mismo Barbero de Sevilla le aventajaba en el conocimiento general de los negocios ajenos, de los que guardaba el secreto como en una criba. Decíase que dormía con un ojo abierto y el oído alerta para poder ver y escuchar, incluso en sueños, todo lo que pasaba a su alrededor. Era, en verdad, una especie de crónica escandalosa para los granadinos curiosos, y tenía más parroquianos que todos los de su gremio.
This meddlesome barber heard Peregil arrive at an unusual hour at night, and the exclamations of his wife and children. His head was instantly popped out of a little window which served him as a look-out, and he saw his neighbor assist a man in Moorish garb into his dwelling. This was so strange an occurrence, that Pedrillo Pedrugo slept not a wink that night. Every five minutes he was at his loophole, watching the lights that gleamed through the chinks of his neighbor’s door, and before daylight he beheld Peregil sally forth with his donkey unusually laden.  Este entrometido barbero oyó llegar a Perejil a una hora desusada de la noche, así como las exclamaciones de la mujer y de los hijos. Asomóse al instante por el ventanillo que le servía de observatorio, y vio cómo su vecino ayudaba a entrar en su casa a un hombre vestido de moro. Era esto tan raro y extraño, que Pedrillo Pedrugo no pegó un ojo en toda la noche. Cada cinco minutos se asomaba al ventanillo, observando las luces que brillaban por las rendijas de la puerta de su vecino; hasta que antes del amanecer vio salir a Perejil con su borrico muy cargado.
The inquisitive barber was in a fidget; he slipped on his clothes, and, stealing forth silently, followed the water-carrier at a distance, until he saw him dig a hole in the sandy bank of the Xenil, and bury something that had the appearance of a dead body.  El curioso barbero, intrigadísimo, se vistió apresuradamente y deslizándose con cautela siguió al aguador a cierta distancia, hasta que le vio cavar un hoyo en la arenosa ribera del Genil y enterrar después algo que parecía un cadáver.
The barber hied him home, and fidgeted about his shop, setting every thing upside down, until sunrise. He then took a basin under his arm, and sallied forth to the house of his daily customer the alcalde.  Diose prisa el hombre en volver a casa, y empezó a dar vueltas por su barbería, revolviéndolo todo, hasta que salió el sol. Cogió entonces una bacía debajo del brazo y se encaminó a casa del alcalde, que era un cliente cotidiano.
The alcalde was just risen. Pedrillo Pedrugo seated him in a chair, threw a napkin round his neck, put a basin of hot water under his chin, and began to mollify his beard with his fingers.  El alcalde acababa de levantarse. Pedrillo le hizo sentar en una silla, púsole una toalla al cuello, preparó la bacía de agua caliente y comenzó a ablandarle la barba con los dedos.
“Strange doings! ” said Pedrugo, who played barber and newsmonger at the same time—“Strange doings! Robbery, and murder, and burial all in one night! ”  —¡Qué cosas más extrañas pasan! —exclamó, a la vez que hacía de barbero y gacetillero—. ¡Qué cosas más extrañas! ¡Robo, asesinato y entierro; todo en una noche!
“Hey!—how!—what is that you say? ” cried the alcalde.  —¡Eh! ¿Cómo? ¿Qué estás diciendo? —gritó el alcalde.
“I say, ” replied the barber, rubbing a piece of soap over the nose and mouth of the dignitary, for a Spanish barber disdains to employ a brush—“I say that Peregil the Gallego has robbed and murdered a Moorish Mussulman, and buried him, this blessed night. Maldita sea la noche—accursed be the night for the same! ”  —Digo —respondió el barbero, frotando la nariz y la barba de la autoridad con un trozo de jabón (pues el barbero español desdeña el uso de la brocha)—, digo que Perejil el gallego ha robado, asesinado y enterrado a un moro en esta condenada noche. ¡Maldita sea la noche!
“But how do you know all this? ” demanded the alcalde.  —Pero ¿cómo sabes tú todo eso? —preguntó el alcalde.
“Be patient, senor, and you shall hear all about it, ” replied Pedrillo, taking him by the nose and sliding a razor over his cheek. He then recounted all that he had seen, going through both operations at the same time, shaving his beard, washing his chin, and wiping him dry with a dirty napkin, while he was robbing, murdering, and burying the Moslem.  —Tenga usted paciencia, señor, y oirá todo lo que a ello se refiere —contestó Pedrillo, agarrándole por la nariz y deslizando la navaja por sus mejillas. Entonces le contó cuanto había visto, mientras hacia dos operaciones al mismo tiempo: afeitar, lavar la barba y enjugar el rostro del alcalde con una sucia toalla, al par que le refería el robo, asesinato y entierro del musulmán.
Now it so happened that this alcalde was one of the most overbearing, and at the same time most griping and corrupt curmudgeons in all Granada. It could not be denied, however, that he set a high value upon justice, for he sold it at its weight in gold. He presumed the case in point to be one of murder and robbery; doubtless there must be a rich spoil; how was it to be secured into the legitimate hands of the law? for as to merely entrapping the delinquent—that would be feeding the gallows; but entrapping the booty—that would be enriching the judge, and such, according to his creed, was the great end of justice. So thinking, he summoned to his presence his trustiest alguazil—a gaunt, hungry-looking varlet, clad, according to the custom of his order, in the ancient Spanish garb: a broad black beaver turned up at its sides, a quaint ruff, a small black cloak dangling from his shoulders, rusty black under-clothes that set off his spare wiry frame, while in his hand he bore a slender white wand, the dreaded insignia of his office. Such was the legal bloodhound of the ancient Spanish breed, that he put upon the traces of the unlucky water-carrier, and such was his speed and certainty, that he was upon the haunches of poor Peregil before he had returned to his dwelling, and brought both him and his donkey before the dispenser of justice.  Es el caso que este alcalde era el hombre más déspota y más avariento y codicioso que se conocía en toda Granada. Sin embargo, no puede negarse que tenía gran aprecio a la Justicia, ya que la vendía a peso de oro. Supuso, pues, que se trataba de un caso de robo y asesinato y que, sin duda, lo robado debía de ser de bastante consideración. ¿Cómo se las arreglaría para ponerlo todo en las legítimas manos de la ley? Atrapar simplemente al delincuente sería dar carne a la horca; pero coger el botín significaba enriquecer al juez, y éste era, según su opinión, el objeto principal de la Justicia. Pensando así, mandó venir a su presencia al más fiel alguacil, un individuo delgado y de aspecto famélico, vestido a la antigua usanza española, según su cargo, con un amplio sombrero negro de copa con las alas vueltas hacia arriba por ambos lados, una singular gorrilla, capilla negra colgando de los hombros, un raído traje, también negro, que ponía de relieve su raquítica y seca figura y una vara en la mano, temida insignia de su oficio. Tal era el sabueso servidor de la ley, de antigua casta española, a quien puso sobre la pista del infortunado aguador; y fue tal su diligencia y seguridad, que cogió al pobre Perejil antes que éste hubiera vuelto a su casa, conduciéndole con su borrico ante el administrador de la Justicia.
The alcalde bent upon him one of the most terrific frowns. “Hark ye, culprit! ” roared he, in a voice that made the knees of the little Gallego smite together—“hark ye, culprit! there is no need of denying thy guilt, every thing is known to me. A gallows is the proper reward for the crime thou hast committed, but I am merciful, and readily listen to reason. The man that has been murdered in thy house was a Moor, an infidel, the enemy of our faith. It was doubtless in a fit of religious zeal that thou hast slain him. I will be indulgent, therefore; render up the property of which thou hast robbed him, and we will hush the matter up. ”  El alcalde le dirigió una de sus más terribles miradas. —¡Escúchame, miserable! —rugió con una voz que hizo juntarse las rodillas del pobre gallego—. ¡Oyeme! ¡Es inútil que niegues tu delito, pues todo lo sé! La horca es el castigo que merece el crimen que has cometido; pero yo soy compasivo y estoy dispuesto a venir a razones. El hombre que ha sido asesinado en tu casa era un moro, un infiel, un enemigo de nuestra fe. Sin duda, tú le mataste en un arrebato de celo religioso. Por tanto, seré indulgente contigo; devuelve todo lo que le has robado, y echaremos tierra al asunto.
The poor water-carrier called upon all the saints to witness his innocence; alas! not one of them appeared; and if they had, the alcalde would have disbelieved the whole calendar. The water-carrier related the whole story of the dying Moor with the straightforward simplicity of truth, but it was all in vain. “Wilt thou persist in saying, ” demanded the judge, “that this Moslem had neither gold nor jewels, which were the object of thy cupidity? ”  El pobre aguador invocó a todos los santos como testigos de su inocencia; mas, ¡ay!, ni uno solo apareció; y aunque así lo hubieran hecho, el alcalde no hubiera dado crédito al santoral entero. El aguador contó toda la historia del árabe moribundo con la clara sencillez de la verdad, pero todo fue en vano. —¿Persistes en seguir afirmando —preguntó el juez— que ese musulmán no tenía dinero ni alhajas que fueran el objeto de tu codicia?
“As I hope to be saved, your worship, ” replied the water-carrier, “he had nothing but a small box of sandalwood which he bequeathed to me in reward for my services. ”  —Es tan cierto como que confío en salvarme, usía —respondió el pobre hombre—. No tenía más que una cajita de sándalo que me legó en premio a mis servicios.
“A box of sandalwood! a box of sandalwood! ” exclaimed the alcalde, his eyes sparkling at the idea of precious jewels. “And where is this box? where have you concealed it? ”  —¡Una caja de sándalo! ¡Una caja de sándalo! —exclamó el alcalde; y sus ojos brillaron ante la esperanza de joyas preciosas—. Y ¿dónde está esa caja? ¿Dónde la has escondido
“An’ it please your grace, ” replied the water-carrier, “it is in one of the panniers of my mule, and heartily at the service of your worship. ”  —Con perdón de usía —replicó el aguador—, está en una de las aguaderas de mi burro, y enteramente al servicio de su señoría.
He had hardly spoken the words, when the keen alguazil darted off, and reappeared in an instant with the mysterious box of sandalwood. The alcalde opened it with an eager and trembling hand; all pressed forward to gaze upon the treasure it was expected to contain, when, to their disappointment, nothing appeared within, but a parchment scroll, covered with Arabic characters, and an end of a waxen taper.  Apenas había pronunciado estas palabras, cuando el astuto alguacil salió como una flecha y volvió al instante con la misteriosa caja de sándalo. La abrió el alcalde con mano ávida y temblorosa, se agolparon todos los presentes para ver los tesoros que esperaban que contuviese, pero, con gran desencanto, no apareció en su interior sino un rollo de pergamino escrito en caracteres arábigos y un cabo de vela de cera.
When there is nothing to be gained by the conviction of a prisoner, justice, even in Spain, is apt to be impartial. The alcalde, having recovered from his disappointment, and found that there was really no booty in the case, now listened dispassionately to the explanation of the water-carrier, which was corroborated by the testimony of his wife. Being convinced, therefore, of his innocence, he discharged him from arrest; nay more, he permitted him to carry off the Moor’s legacy, the box of sandalwood and its contents, as the well-merited reward of his humanity; but he retained his donkey in payment of costs and charges.  Cuando no se va a ganar nada con que un preso aparezca convicto, la Justicia, aun en España, se inclina a ser imparcial. Así, pues, el alcalde, rehecho de su desilusión y viendo que no existía en realidad botín alguno en aquel asunto, escuchó desapasionadamente las explicaciones del aguador, que fueron corroboradas por el testimonio de su mujer. Convencido, por tanto, de su inocencia, lo absolvió de la pena de arresto y hasta le permitió llevarse el legado del moro, es decir, la caja de sándalo, como justa recompensa de su acto humanitario; pero se quedó con el burro para pago de costas.
Behold the unfortunate little Gallego reduced once more to the necessity of being his own water-carrier, and trudging up to the well of the Alhambra with a great earthen jar upon his shoulder.  Y he aquí una vez más al infortunado gallego reducido a la necesidad de llevar ¿1 mismo el agua, subiendo fatigosamente hasta el pozo de la Alhambra, con la enorme garrafa a la es palda.
As he toiled up the hill in the heat of a summer noon, his usual good humor forsook him. “Dog of an alcalde! ” would he cry, “to rob a poor man of the means of his subsistence, of the best friend he had in the world! ” And then at the remembrance of the beloved companion of his labors, all the kindness of his nature would break forth. “Ah, donkey of my heart! ” would he exclaim, resting his burden on a stone, and wiping the sweat from his brow—“Ah, donkey of my heart! I warrant me thou thinkest of thy old master! I warrant me thou missest the water-jars—poor beast. ”  Cuando subía las cuestas en el rigor del mediodía estival le abandonaba su acostumbrado buen humor. —¡Perro alcalde! —iba gritando—. ¡Robarle a un pobre sus medios de subsistencia y el mejor amigo que tenía en el mundo! —y al recordar al amado compañero de sus trabajos, brotaba toda la bondad de su carácter—. ¡Ay, borriquillo de mi alma! —exclamaba, dejando la garrafa sobre una piedra y enjugándose el sudor de la frente—. ¡Ay, borriquillo de mi corazón! ¡Seguro estoy de que no has olvidado a tu antiguo amo! ¡Seguro estoy de que echarás de menos los cántaros! ¡ Ay, pobre amigo mío!
To add to his afflictions, his wife received him, on his return home, with whimperings and repinings; she had clearly the vantage-ground of him, having warned him not to commit the egregious act of hospitality which had brought on him all these misfortunes; and, like a knowing woman, she took every occasion to throw her superior sagacity in his teeth. If her children lacked food, or needed a new garment, she could answer with a sneer—“Go to your father—he is heir to King Chico of the Alhambra: ask him to help you out of the Moor’s strongbox. ”  Para alivio de sus males, siempre que volvía a su casa lo recibía su mujer con quejas y reconvenciones. Se aprovechaba de su ventaja, al haberle advertido que no realizase aquel noble acto de hospitalidad que les había acarreado tantos sinsabores, y como mujer de mala intención, utilizaba todas las ocasiones para echarle en cara que era superior a él en sagacidad. Si sus hijos no tenían qué comer o si necesitaban alguna prenda nueva, les decía con soma: —Id a vuestro padre, heredero del Rey Chico de la Alhambra; decidle que os dé el tesoro escondido en la caja del moro.
Was ever poor mortal so soundly punished for having done a good action? The unlucky Peregil was grieved in flesh and spirit, but still he bore meekly with the railings of his spouse. At length, one evening, when, after a hot day’s toil, she taunted him in the usual manner, he lost all patience. He did not venture to retort upon her, but his eye rested upon the box of sandalwood, which lay on a shelf with lid half open, as if laughing in mockery at his vexation. Seizing it up, he dashed it with indignation to the floor: “Unlucky was the day that I ever set eyes on thee, ” he cried, “or sheltered thy master beneath my roof! ”  ¿Hubo nunca en el mundo un pobre mortal más castigado por haber hecho una buena acción? El infortunado Perejil padecía en cuerpo y alma, pero a pesar de ello, soportaba con paciencia los crueles escarnios de su mujer. Por último, cierta noche, después de un caluroso día de trabajo, al verse injuriado como de costumbre, perdió el hombre la paciencia. No se atrevió a contestar, pero al fijarse sus ojos sobre la caja de sándalo, que estaba en un vasar con la tapa a medio abrir, como si se burlara de su humillación, cogióla y la arrojó indignado contra el suelo. —¡Maldito sea el día en que puse mis ojos en ti —exclamó— y di asilo en mi casa a tu dueño!
As the box struck the floor, the lid flew wide open, and the parchment scroll rolled forth.  Al chocar la caja contra el suelo, abrióse la tapa por completo y salió rodando el pergamino.
Peregil sat regarding the scroll for some time in moody silence. At length rallying his ideas: “Who knows, ” thought he, “but this writing may be of some importance, as the Moor seems to have guarded it with such care? ” Picking it up therefore, he put it in his bosom, and the next morning, as he was crying water through the streets, he stopped at the shop of a Moor, a native of Tangiers, who sold trinkets and perfumery in the Zacatin, and asked him to explain the contents.  Perejil quedóse pensativo contemplando un rato el rollo, en silencio. « ¡Quién sabe — dijo para sí, coordinando sus ideas— si este escrito tendrá alguna importancia, puesto que el moro parecía guardarlo con mucho cuidado! » Lo recogió, pues, y lo guardó en su pecho. A la mañana siguiente, cuando iba pregonando su agua por las calles, se detuvo en la tienda de un moro de Tánger que vendía joyas y perfumes en el Za catín, y le rogó que le explicase el texto.
The Moor read the scroll attentively, then stroked his beard and smiled. “This manuscript, ” said he, “is a form of incantation for the recovery of hidden treasure, that is under the power of enchantment. It is said to have such virtue, that the strongest bolts and bars, nay the adamantine rock itself, will yield before it! ”  Leyó el moro con atención el pergamino y, acariciándose la barba dijo sonriente: —Este manuscrito es una forma de encantamiento para recobrar el escondido tesoro que se encuentra bajo el influjo de un hechizo. Dice que tiene tal virtud, que los más fuertes cerrojos y barras, y hasta la misma roca viva, cederán ante él.
“Bah! ” cried the little Gallego, “what is all that to me? I am no enchanter, and know nothing of buried treasure. ” So saying, he shouldered his water-jar, left the scroll in the hands of the Moor, and trudged forward on his daily rounds.  —¡Bah! —exclamó el aguador—. ¿Qué me importa todo eso? Yo no soy encantador, ni sé una palabra de tesoros encerrados. Con tal respuesta, se echó la garrafa a la espalda, dejó el rollo en manos del moro y se fue a recorrer sus calles de costumbre.
That evening, however, as he rested himself about twilight at the well of the Alhambra, he found a number of gossips assembled at the place, and their conversation, as is not unusual at that shadowy hour, turned upon old tales and traditions of a supernatural nature. Being all poor as rats, they dwelt with peculiar fondness upon the popular theme of enchanted riches left by the Moors in various parts of the Alhambra. Above all, they concurred in the belief that there were great treasures buried deep in the earth under the Tower of the Seven Floors.  Pero aquella noche, cuando descansaba al oscurecer junto al pozo de la Alhambra, encontró allí reunido un grupo de charlatanes. Su conversación, como de costumbre a aquellas horas, recayó sobre viejas leyendas y tradiciones de carácte1~ maravilloso. Como todos eran más pobres que las ratas, hablaban con preferencia del popular tema de las riquezas encantadas y enterradas por los moros en varios sitios de la Alhambra. Todos coincidían en la creencia de que había grandes tesoros ocultos bajo la torre de Siete Suelos.
These stories made an unusual impression on the mind of the honest Peregil, and they sank deeper and deeper into his thoughts as he returned alone down the darkling avenues. “If, after all, there should be treasure hid beneath that tower: and if the scroll I left with the Moor should enable me to get at it! ” In the sudden ecstasy of the thought he had well nigh let fall his water-jar.  Estas historias produjeron honda impresión en la mente del honrado Perejil, y arraigaron cada vez más en su pensamiento cuando volvió a pasar por las oscuras alamedas. «¡Qué tal que hubiera un tesoro escondido debajo de esa Torre, y que pudiera yo sacarlo con la ayuda del pergamino que le dejó al moro!» Y, embobado con esta adorada ilusión, faltó poco para que se le cayese la garrafa.
That night he tumbled and tossed, and could scarcely get a wink of sleep for the thoughts that were bewildering his brain. Bright and early, he repaired to the shop of the Moor, and told him all that was passing in his mind. “You can read Arabic, ” said he; “suppose we go together to the tower, and try the effect of the charm; if it fails we are no worse off than before; but if it succeeds, we will share equally all the treasure we may discover. ”  Pasó aquella noche inquieto y agitado, sin poder pegar un ojo a causa de los pensamientos que turbaban su cerebro. Por la mañana, muy temprano, se dirigió a la tienda del moro y le contó cuanto pasaba en su imaginación. — Usted sabe leer el árabe —.le dijo—. Suponga que vamos juntos a la torre y probamos el efecto del encanto; si sale mal, no hemos perdido nada; pero si sale bien, partiremos por igual el tesoro que descubramos.
“Hold, ” replied the Moslem; “this writing is not sufficient of itself; it must be read at midnight, by the light of a taper singularly compounded and prepared, the ingredients of which are not within my reach. Without such a taper the scroll is of no avail. ”  —¡Poco a poco! —replicó el musulmán—. Este escrito no es suficiente por si solo; ha de ser leído a medianoche, a la luz de una vela compuesta y preparada de un modo especial, cuyos ingredientes no están a mi alcance. Sin una vela así, el pergamino no sirve para nada.
“Say no more! ” cried the little Gallego; “I have such a taper at hand, and will bring it here in a moment. ” So saying he hastened home, and soon returned with the end of yellow wax taper that he had found in the box of sandalwood.  —¡No diga usted más! —gritó el gallego—. Tengo esa vela y voy a traerla al momento. Dicho esto, corrió a su casa y regresó al punto con el cabo de vela de amarilla cera que había encontrado en la caja de sándalo.
The Moor felt it and smelt of it. “Here are rare and costly perfumes, ” said he, “Combined with this yellow wax. This is the kind of taper specified in the scroll. While this burns, the strongest walls and most secret caverns will remain open. Woe to him, however, who lingers within until it be extinguished. He will remain enchanted with the treasure. ”  El moro la tomó en sus manos y la olió. —Aquí hay raros y costosos perfumes —dijo— combinados con esta cera amarilla. Esta es la clase de vela que se especifica en el pergamino. Mientras esté encendida, se abrirán los muros más fuertes y las cavernas más secretas; pero desgraciado del que se quede dentro cuando se apague, pues quedará encantado en compañía del tesoro.
It was now agreed between them to try the charm that very night. At a late hour, therefore, when nothing was stirring but bats and owls, they ascended the woody hill of the Alhambra, and approached that awful tower, shrouded by trees and rendered formidable by so many traditionary tales. By the light of a lantern, they groped their way through bushes, and over fallen stones, to the door of a vault beneath the tower. With fear and trembling they descended a flight of steps cut into the rock. It led to an empty chamber damp and drear, from which another flight of steps led to a deeper vault. In this way they descended four several flights, leading into as many vaults one below the other, but the floor of the fourth was solid; and though, according to tradition, there remained three vaults still below, it was said to be impossible to penetrate further, the residue being shut up by strong enchantment. The air of this vault was damp and chilly, and had an earthy smell, and the light scarce cast forth any rays. They paused here for a time in breathless suspense until they faintly heard the clock of the watchtower strike midnight; upon this they lit the waxen taper, which diffused an odor of myrrh and frankincense and storax.  Convinieron entonces entre ellos que probarían el sortilegio aquella misma noche. Y así, a una hora muy avanzada, cuando nadie estaba despierto sino las lechuzas y los murciélagos, subieron la frondosa colina de la Alhambra y se aproximaron a aquella espantable y misteriosa torre, rodeada de árboles y convertida en algo formidable por tantas leyendas y tradiciones sobre ella. A la luz de una linterna abriéronse paso entre las zarzas y los bloques de piedras esparcidos por el suelo, hasta llegar a la entrada de una bóveda situada debajo de la torre. Llenos de temor y temblando de miedo, bajaron por unos escalones abiertos en la roca, que conducían a una cámara vacía, húmeda y lóbrega, en la que había otra escalera que llevaba a otra bóveda más profunda. De esta forma bajaron otros cuantos tramos, que correspondían a otras tantas bóvedas, unas debajo de otras. El suelo de la cuarta era sólido; y aunque según la tradición todavía quedaban otros tres más abajo, se decía que era imposible penetrar más, por hallarse los restantes cerrados por un poderoso encantamiento. El aire de esta cuarta bóveda era húmedo y frío, con cierto olor a tierra, y la luz apenas si despedía algunos rayos. Se detuvieron un poco indecisos y faltos de aliento, hasta que oyeron débilmente dar las doce en el reloj de una torre; encendieron entonces el cabo de vela, que esparció un olor a mirra, incienso y estoraque.
The Moor began to read in a hurried voice. He had scarce finished when there was a noise as of subterraneous thunder. The earth shook, and the floor, yawning open, disclosed a flight of steps. Trembling with awe they descended, and by the light of the lantern found themselves in another vault, covered with Arabic inscriptions. In the centre stood a great chest, secured with seven bands of steel, at each end of which sat an enchanted Moor in armor, but motionless as a statue, being controlled by the power of the incantation. Before the chest were several jars filled with gold and silver and precious stones. In the largest of these they thrust their arms up to the elbow, and at every dip hauled forth handfuls of broad yellow pieces of Moorish gold, or bracelets and ornaments of the same precious metal, while occasionally a necklace of oriental pearl would stick to their fingers. Still they trembled and breathed short while cramming their pockets with the spoils; and cast many a fearful glance at the two enchanted Moors, who sat grim and motionless, glaring upon them with unwinking eyes. At length, struck with a sudden panic at some fancied noise, they both rushed up the staircase, tumbled over one another into the upper apartment, overturned and extinguished the waxen taper, and the pavement again closed with a thundering sound.  El moro comenzó a leer de prisa el pergamino. Apenas había acabado, cuando se oyó un ruido como de un trueno subterráneo. La tierra se estremeció y abrióse el suelo, dejando al descubierto otro tramo de escalones. Muertos de miedo, bajaron por él y divisaron a la luz de la linterna otra bóveda cubierta de inscripciones árabes. En el centro de la misma había un gran cofre asegurado por siete barras de acero, y a uno y otro lado vieron un moro encantado con su armadura, pero inmóviles los dos como estatuas, sujetos allí por arte mágica. Delante del cofre había varios jarrones llenos de oro, plata y piedras preciosas. Metieron los brazos hasta el codo en el más grande de ellos, sacando puñados de grandes y hermosas monedas de oro morisco, brazaletes y adornos del mismo precioso metal y algún que otro collar de perlas orientales que se enredaban entre los dedos. Trémulos y jadeantes llenaban sus bolsillos de oro y joyas, mientras dirigían más de una mirada de espanto a los encantados moros que se hallaban allí sentados, inmóviles y horribles, contemplándolos sin pestañear. Al fin, se apoderó de ellos un repentino pánico por algún imaginario ruido, y corrieron escaleras arriba, tropezando el uno con el otro en el departamento superior, volcando y apagando el cabo de vela; y el pavimento se cerró de nuevo con ruido horrible.
Filled with dismay, they did not pause until they had groped their way out of the tower, and beheld the stars shining through the trees. Then seating themselves upon the grass, they divided the spoil, determining to content themselves for the present with this mere skimming of the jars, but to return on some future night and drain them to the bottom. To make sure of each other’s good faith, also, they divided the talismans between them, one retaining the scroll and the other the taper; this done, they set off with light hearts and well-lined pockets for Granada.  Llenos de terror, no pararon hasta encontrarse fuera de la torre y ver las estrellas brillar a través de los árboles. Se sentaron entonces sobre la hierba y se repartieron el botín, contentos por el momento con aquel breve espigueo del jarrón, aunque dispuestos a volver otra noche y vaciarlos todos hasta el fondo. Para asegurarse de su mutua buena fe, se repartieron los talismanes, quedándose uno con el pergamino y otro con la vela; hecho lo cual, se alejaron de allí, en dirección a Granada, con el corazón ligero y los bolsillos pesados.
As they wended their way down the hill, the shrewd Moor whispered a word of counsel in the ear of the simple little water-carrier.  Cuando bajaban de la colina, el precavido moro se acercó al oído del sencillo aguador para darle un consejo.
“Friend Peregil, ” said he, “all this affair must be kept a profound secret until we have secured the treasure, and conveyed it out of harm’s way. If a whisper of it gets to the ear of the alcalde, we are undone! ”  —Amigo Perejil —le dijo—; todo este asunto debe quedar en el mayor secreto hasta que consigamos el tesoro y lo hayamos puesto a salvo. ¡Si algo de esto llega a los oídos del alcalde, estamos perdidos
“Certainly, ” replied the Gallego, “nothing can be more true. ”  ! —Es cierto —respondió el gallego—. Esa es la verdad
“Friend Peregil, ” said the Moor, “you are a discreet man, and I make no doubt can keep a secret: but you have a wife. ”  . —Amigo Perejil —dijo el moro—; tú eres un hombre prudente y no dudo de que sabrás guardar un secreto; pero tienes mujer.
“She shall not know a word of it, ” replied the little water-carrier, sturdily.  —Ella no sabrá una palabra de esto —replicó el aguador con firmeza
“Enough, ” said the Moor, “I depend upon thy discretion and thy promise. ”  .—Está bien —dijo el moro—. Cuento con tu discreción, y con tu promesa.
Never was promise more positive and sincere; but, alas! what man can keep a secret from his wife? Certainly not such a one as Peregil the water-carrier, who was one of the most loving and tractable of husbands. On his return home, he found his wife moping in a corner. “Mighty well, ” cried she as he entered, “you’ve come at last; after rambling about until this hour of the night. I wonder you have not brought home another Moor as a housemate. ” Then bursting into tears, she began to wring her hands and smite her breast: “Unhappy woman that I am! ” exclaimed she, “what will become of me? My house stripped and plundered by lawyers and alguazils; my husband a do-no-good, that no longer brings home bread to his family, but goes rambling about day and night, with infidel Moors! O my children! my children! what will become of us? we shall all have to beg in the streets! ”  Nunca se hizo un ofrecimiento más positivo y sincero; pero, ¡ay!, ¿quién es el hombre que puede ocultar un secreto a su mujer? Ninguno, desde luego; pero mucho menos Perejil el aguador, uno de los maridos más dóciles y cariñosos. Cuando regresó a su casa, encontró a su mujer llorando en un rincón. —Muy bonito —gritó al verle entrar—. ¡Por fin has venido, después de pasarte toda la santa noche por esas calles! Me extraña que no te hayas traído otro moro de huésped. Y rompió a llorar, destrozándose las manos y golpeándose el pecho. —¡Qué desgraciada soy! —exclamaba. ¿Qué va a ser de mí? ¡Mi casa robada y saqueada por escribanos y alguaciles; y mi marido hecho un gandul, que ni siquiera trae a casa el pan para su familia, y se va por ahí día y noche, con esos infieles moros! ¡Ay, hijos míos! ¡Ay, hijos míos! ¿Qué será de nosotros? ¡Tendremos que salir todos a pedir limosna por esas calles!
Honest Peregil was so moved by the distress of his spouse, that he could not help whimpering also. His heart was as full as his pocket, and not to be restrained. Thrusting his hand into the latter he hauled forth three or four broad gold pieces, and slipped them into her bosom. The poor woman stared with astonishment, and could not understand the meaning of this golden shower. Before she could recover her surprise, the little Gallego drew forth a chain of gold and dangled it before her, capering with exultation, his mouth distended from ear to ear.  Tanto se conmovió el honrado Perejil con las lamentaciones de su mujer, que no pudo impedir llorar él también. Reventaba su corazón tanto como su bolsillo, y no pudo contenerse. Metió la mano en él y sacó tres o cuatro hermosas monedas de oro, y se las echó sobre la falda. La pobre mujer lo miró con profundo asombro, no pudiendo comprender el significado de aquella lluvia dorada. Antes que pudiera volver de su sorpresa, sacó el gallego una cadena de oro y la agitó ante ella, saltando de alegría y abriendo la boca de oreja a oreja.
“Holy Virgin protect us! ” exclaimed the wife. “What hast thou been doing, Peregil? surely thou hast not been committing murder and robbery! ”  —¡La Santísima Virgen nos ampare! —exclamó la mujer—. ¿Qué has hecho, Perejil? ¡No hay duda: tú has matado a alguien y lo has robado!
The idea scarce entered the brain of the poor woman, than it became a certainty with her. She saw a prison and a gallows in the distance, and a little bandy-legged Gallego hanging pendant from it; and, overcome by the horrors conjured up by her imagination, fell into violent hysterics.  Apenas surgió esta idea en su cerebro, cuando la creyó convertida en realidad. Ya veía cercana la cárcel y la horca, y un pequeño gallego estevado colgando de ella. Agobiada por los horrores que había forjado su imaginación, se vio acometida de un violento ataque de histerismo.
What could the poor man do? He had no other means of pacifying his wife, and dispelling the phantoms of her fancy, than by relating the whole story of his good fortune. This, however, he did not do until he had exacted from her the most solemn promise to keep it a profound secret from every living being.  ¿Qué podría hacer el pobre hombre? No tenía otro medio de tranquilizar a su esposa y desvanecer los fantasmas de su fantasía, sino referirle toda la historia de su buena fortuna. Esto, por supuesto, no lo hizo sin antes obtener de ella promesa solemne de que lo guardaría en el más profundo secreto ante todo ser vivo.
To describe her joy would be impossible. She flung her arms round the neck of her husband, and almost strangled him with her caresses. “Now, wife, ” exclaimed the little man with honest exultation, “what say you now to the Moor’s legacy? Henceforth never abuse me for helping a fellow-creature in distress. ”  Es imposible describir su alegría. Echó los brazos al cuello de su marido y poco faltó para que lo ahogara con sus caricias. —Vamos, mujer —le dijo Perejil con honrada exaltación—, ¿qué me dices ahora del legado del moro? En adelante, no me ofendas cuando ayude a algún semejante en desgracia.
The honest Gallego retired to his sheepskin mat, and slept as soundly as if on a bed of down. Not so his wife; she emptied the whole contents of his pockets upon the mat, and sat counting gold pieces of Arabic coin, trying on necklaces and earrings, and fancying the figure she should one day make when permitted to enjoy her riches.  El digno gallego se retiró a su zalea y durmió tan profundamente como si lo hiciera en un lecho de plumas. No así su esposa, que yació todo el contenido de sus bolsillos sobre la estera y se sentó a contar las monedas de oro moruno, probándose los collares y pendientes e imaginándose la elegancia de su persona el día que pudiera disfrutar libremente de sus riquezas.
On the following morning the honest Gallego took a broad golden coin, and repaired with it to a jeweller’s shop in the Zacatin to offer it for sale, pretending to have found it among the ruins of the Alhambra. The jeweller saw that it had an Arabic inscription, and was of the purest gold; he offered, however, but a third of its value, with which the water-carrier was perfectly content. Peregil now bought new clothes for his little flock, and all kinds of toys, together with ample provisions for a hearty meal, and returning to his dwelling, sat all his children dancing around him, while he capered in the midst, the happiest of fathers.  A la mañana siguiente cogió el honrado aguador una de aquellas grandes monedas de oro y se dirigió a venderla a la tienda de un joyero del Zacatín, fingiendo que la había encontrado en las ruinas de la Alhambra. Vio el joyero que tenía una inscripción árabe y que era de oro purísimo, y le ofreció la tercera parte de su valor, con lo que Perejil quedó muy contento. Compró entonces vestidos nuevos para sus hijos y toda clase de juguetes, amén de amplias provisiones para una espléndida comida; regresó después a su casa, donde puso a todos los chiquillos a bailar a su alrededor, mientras él hacía cabriolas en el centro, considerándose el más feliz de los padres.
The wife of the water-carrier kept her promise of secrecy with surprising strictness. For a whole day and a half she went about with a look of mystery and a heart swelling almost to bursting, yet she held her peace, though surrounded by her gossips. It is true, she could not help giving herself a few airs, apologized for her ragged dress, and talked of ordering a new basquina all trimmed with gold lace and bugles, and a new lace mantilla. She threw out hints of her husband’s intention of leaving off his trade of water-carrying, as it did not altogether agree with his health. In fact she thought they should all retire to the country for the summer, that the children might have the benefit of the mountain air, for there was no living in the city in this sultry season.  La mujer del aguador cumplió, con sorprendente exactitud, su promesa de guardar el secreto. Durante día y medio fue de un lado a otro con aire de misterio y rebosante su corazón casi hasta estallar; pero, en fin, contuvo su lengua, a pesar de verse rodeada de sus locuaces vecinas. También es verdad que no pudo prescindir de darse cierta importancia, y se excusó de sus harapientos vestidos diciendo que se había encargado una basquiña nueva, adornada con encajes de oro y abalorios, junto con una nueva mantilla de blonda. Dio asimismo a entender la intención que tenía su marido de abandonar su oficio de aguador, porque no convenía a su salud. Ella creía también que se irían todos a pasar el verano en el campo, para que los niños disfrutasen el aire de la montaña, pues no se podía vivir en la ciudad en tan calurosa estación.
The neighbors stared at each other, and thought the poor woman had lost her wits; and her airs and graces and elegant pretensions were the theme of universal scoffing and merriment among her friends, the moment her back was turned.  Las vecinas se miraban unas a otras, creyendo que la pobre mujer había perdido el juicio; y sus ademanes, gestos y pretensiones fueron motivo de burla general y la diversión de sus amigas, tan pronto como volvía la espalda.
If she restrained herself abroad, however, she indemnified herself at home, and putting a string of rich oriental pearls round her neck, Moorish bracelets on her arms, and an aigrette of diamonds on her head, sailed backwards and forwards in her slattern rags about the room, now and then stopping to admire herself in a broken mirror. Nay, in the impulse of her simple vanity, she could not resist, on one occasion, showing herself at the window to enjoy the effect of her finery on the passers by.  Pero si se contenía fuera de casa, dentro de ella se desquitaba, poniéndose al cuello una sarta de ricas perlas orientales, brazaletes moriscos en sus brazos y una diadema de diamantes en la cabeza, paseándose con sus míseros harapos por la habitación y parándose de cuando en cuando para admirarse en un espejo roto. Aún más; en un impulso de ingenua vanidad, no pudo resistir, en cierta ocasión, asomarse a la ventana para saborear el efecto que producían sus adornos en los transeúntes.
As the fates would have it, Pedrillo Pedrugo, the meddlesome barber, was at this moment sitting idly in his shop on the opposite side of the street, when his ever-watchful eye caught the sparkle of a diamond. In an instant he was at his loophole reconnoitering the slattern spouse of the water-carrier, decorated with the splendor of an eastern bride. No sooner had he taken an accurate inventory of her ornaments, than he posted off with all speed to the alcalde. In a little while the hungry alguazil was again on the scent, and before the day was over the unfortunate Peregil was once more dragged into the presence of the judge.  Quiso la mala suerte que el entrometido barbero Pedrillo Pedrugo estuviera en aquel momento ociosamente sentado en su establecimiento, en el lado opuesto de la calle, y que su vigilante mirada captase el brillo de los diamantes. Fuese al instante a su observatorio y reconoció a la mujer del aguador, adornada con todo el esplendor de una novia oriental. No bien hubo hecho un minucioso inventario de sus adornos, se dirigió con toda rapidez a casa del alcalde. Al momento se hallaba otra vez el famélico alguacil sobre la pista, y antes de terminar el día cayó sobre el infortunado Perejil, que fue conducido de nuevo ante la presencia del juez.
“How is this, villain! ” cried the alcalde, in a furious voice. “You told me that the infidel who died in your house left nothing behind but an empty coffer, and now I hear of your wife flaunting in her rags decked out with pearls and diamonds. Wretch that thou art! prepare to render up the spoils of thy miserable victim, and to swing on the gallows that is already tired of waiting for thee. ”  —¿Cómo es eso, villano? —le gritó furioso el alcalde—. Me dijiste que el infiel que murió en tu casa no había dejado más que una caja vacía, y ahora me entero de que tu mujer se luce con sus harapos cubiertos de perlas y diamantes. ¡Ah, miserable! ¡Prepárate a devolver los despojos de tu desgraciada víctima y a patear en la horca, que está ya cansada de esperarte!
The terrified water-carrier fell on his knees, and made a full relation of the marvellous manner in which he had gained his wealth. The alcalde, the alguazil, and the inquisitive barber, listened with greedy ears to this Arabian tale of enchanted treasure. The alguazil was dispatched to bring the Moor who had assisted in the incantation. The Moslem entered half frightened out of his wits at finding himself in the hands of the harpies of the law. When he beheld the water-carrier standing with sheepish looks and downcast countenance, he comprehended the whole matter. “Miserable animal, ” said he, as he passed near him, “did I not warn thee against babbling to thy wife? ”  Cayó de hinojos el aterrorizado aguador, e hizo un minucioso relato de la maravillosa manera como había ganado sus riquezas. El alcalde, el alguacil y el curioso barbero escuchaban con viva codicia la leyenda árabe del tesoro encantado. Fue enviado el alguacil para que trajese al moro que le había ayudado en el mágico hechizo. Entró el musulmán medio muerto de miedo al verse en las manos de las arpías de la ley. Cuando vio al aguador, que le miraba con tímidos ojos y abatido continente, lo comprendió todo. —¡Miserable animal! —le dijo al pasar junto a él—. ¿No te advertí que no le contaras nada a tu mujer?
The story of the Moor coincided exactly with that of his colleague; but the alcalde affected to be slow of belief, and threw out menaces of imprisonment and rigorous investigation.  El relato del moro coincidió exactamente con el de su colega; pero el alcalde fingió no creer nada, y empezó a amenazarles con la cárcel y una rigurosa investigación.
“Softly, good Senor Alcalde, ” said the Mussulman, who by this time had recovered his usual shrewdness and self-possession. “Let us not mar fortune’s favors in the scramble for them. Nobody knows any thing of this matter but ourselves; let us keep the secret. There is wealth enough in the cave to enrich us all. Promise a fair division, and all shall be produced; refuse, and the cave shall remain for ever closed. ”  —¡Poco a poco, señor alcalde! —dijo el musulmán, que ya había recobrado su acostumbrada sagacidad y sangre fría—. No desperdiciemos los favores de la fortuna por quererlo todo. Nadie sabe una palabra de este asunto sino nosotros; guardemos, pues, el secreto. Aún queda en la cueva tesoro suficiente para enriquecernos a todos. Prometa usted un reparto equitativo, y todo se descubrirá. Si se niega, la cueva quedará cerrada para siempre.
The alcalde consulted apart with the alguazil. The latter was an old fox in his profession. “Promise any thing, ” said he, “until you get possession of the treasure. You may then seize upon the whole, and if he and his accomplice dare to murmur, threaten them with the fagot and the stake as infidels and sorcerers. ”  El alcalde consultó aparte con el alguacil. Este era perro viejo en su cargo, y le aconsejó de este modo: —Prometa usted todo lo que sea, hasta que esté en posesión del tesoro. Así puede apoderarse de todo; y si Perejil y su cómplice se atreven a protestar, amenáceles con la estaca y la hoguera por infieles y hechiceros.
The alcalde relished the advice. Smoothing his brow and turning to the Moor, “This is a strange story, ” said he, “and may be true, but I must have ocular proof of it. This very night you must repeat the incantation in my presence, If there be really such treasure, we will share it amicably between us, and say nothing further of the matter; if ye have deceived me, expect no mercy at my hands. In the mean time you must remain in custody. ”  El alcalde aprobó el consejo. Desarrugó su ceño, volvióse al moro y le dijo: —Esa es una extraña historia que puede ser verdadera; pero yo quiero ser testigo ocular de ella. Esta noche vais a repetir el conjuro en mi presencia. Si en realidad existe tal tesoro, lo repartiremos amigablemente entre nosotros y no se sabrá más del asunto; si me habéis engañado, no esperéis dinero de mis manos. Entre tanto, quedaréis detenidos.
The Moor and the water-carrier cheerfully agreed to these conditions, satisfied that the event would prove the truth of their words.  El moro y el aguador accedieron gustosos a estas condiciones, convencidos de que el resultado probaría la verdad de sus palabras.
Towards midnight the alcalde sallied forth secretly, attended by the alguazil and the meddlesome barber, all strongly armed. They conducted the Moor and the water-carrier as prisoners, and were provided with the stout donkey of the latter to bear off the expected treasure. They arrived at the tower without being observed, and tying the donkey to a fig-tree, descended into the fourth vault of the tower.  A eso de la medianoche salió secretamente el alcalde, acompañado del alguacil y del entrometido rapabarbas, todos perfectamente armados. Llevaban como prisioneros al moro y al aguador, e iban provistos del vigoroso borrico de este último para cargar el codiciado tesoro. Llegaron a la torre sin haber sido vistos por nadie, ataron el burro a una higuera y bajaron hasta la cuarta bóveda.
The scroll was produced, the yellow taper lighted, and the Moor read the form of incantation. The earth trembled as before, and the pavement opened with a thundering sound, disclosing the narrow flight of steps. The alcalde, the alguazil, and the barber were struck aghast, and could not summon courage to descend. The Moor and the water-carrier entered the lower vault, and found the two Moors seated as before, silent and motionless. They removed two of the great jars, filled with golden coin and precious stones. The water-carrier bore them up one by one upon his shoulders, but though a strong-backed little man, and accustomed to carry burdens, he staggered beneath their weight, and found, when slung on each side of his donkey, they were as much as the animal could bear.  Sacaron el pergamino, encendieron el cabo de vela amarilla y el moro leyó la fórmula del conjuro. Tembló la tierra como la primera vez, y se abrió el pavimento con un ruido atronador, dejando al descubierto el estrecho tramo de escalones. El alcalde, el alguacil y el barbero quedaron aterrados y no tuvieron valor para descender. El moro y el aguador entraron en la bóveda inferior y encontraron a los dos moros sentados como antes, inmóviles y silenciosos. Cogieron dos de los grandes jarrones llenos de monedas de oro y piedras preciosas. El aguador los subió uno a uno sobre sus espaldas. A pesar de ser un hombrecillo fuerte y acostumbrado a grandes cargas, vacilaba bajo el peso. Cuando colocó los jarrones a uno y otro lado del asno, aseguró que aquello era todo lo que el animal podía aguantar.
“Let us be content for the present, ” said the Moor; “here is as much treasure as we can carry off without being perceived, and enough to make us all wealthy to our heart’s desire. ”  —Bastante hay por ahora —dijo el moro—; aquí están los tesoros que podemos llevarnos sin que nos descubran; suficientes para hacernos a todos tan ricos como pudiéramos desear.
“Is there more treasure remaining behind? ” demanded the alcalde.  —¡Cómo! ¿Quedan más tesoros abajo? —preguntó el alcalde.
“The greatest prize of all, ” said the Moor, “a huge coffer bound with bands of steel, and filled with pearls and precious stones. ”  —El de más valor de todos —contestó el moro—; un enorme cofre guarnecido con tiras de acero y lleno de perlas preciosas.
“Let us have up the coffer by all means, ” cried the grasping alcalde.  —Subamos ese cofre por todos los medios —gritó el codicioso alcalde.
“I will descend for no more, ” said the Moor, doggedly; “enough is enough for a reasonable man—more is superfluous. ”  —Yo no bajo más —dijo el moro tenazmente—; bastante hay ya para un hombre razonable; más aún es superfluo.
“And I, ” said the water-carrier, “will bring up no further burden to break the back of my poor donkey. ”  —Y yo —añadió el aguador— no sacaré más carga para partirle el espinazo a mi pobre burro.
Finding commands, threats and entreaties equally vain, the alcalde turned to his two adherents. “Aid me ” said he, “to bring up the coffer, and its contents shall be divided between us. ” So saying he descended the steps, followed with trembling reluctance by the alguazil and the barber.  Viendo que eran inútiles órdenes, amenazas y súplicas, el alcalde se volvió a sus dos secuaces y les ordenó: —Ayudadme a subir el cofre y partiremos su contenido entre nosotros. Y diciendo esto bajó los escalones, seguido con temblorosa repugnancia por el alguacil y el barbero.
No sooner did the Moor behold them fairly earthed than he extinguished the yellow taper; the pavement closed with its usual crash, and the three worthies remained buried in its womb.  Cuando el moro comprendió que habían bajado bastante, apagó el cabo de la vela, cerróse el pavimento con el acostumbrado estruendo y los tres codiciosos quedaron sepultados dentro.
He then hastened up the different flights of steps, nor stopped until in the open air. The little water-carrier followed him as fast as his short legs would permit.  Luego subió aprisa los tramos de escalones, y no se detuvo hasta encontrarse de nuevo al aire libre. El aguador le siguió con la ligereza que le permitieron sus cortas piernas.
“What hast thou done? ” cried Peregil, as soon as he could recover breath. “The alcalde and the other two are shut up in the vault. ”  —¿Qué has hecho? —gritó Perejil, tan pronto como cobró alientos—. El alcalde y los otros dos se han quedado encerrados en la bóveda.
“It is the will of Allah! ” said the Moor devoutly.  —¡Ha sido voluntad de Alá! —dijo devotamente el moro.
“And will you not release them? ” demanded the Gallego.  —¿Y no los vas a dejar salir? —preguntó el gallego.
“Allah forbid! ” replied the Moor, smoothing his beard. “It is written in the book of fate that they shall remain enchanted until some future adventurer arrive to break the charm. The will of God be done! ” so saying, he hurled the end of the waxen taper far among the gloomy thickets of the glen.  —¡No lo permita Alá! —replicó el moro acariciándose la barba—. Está escrito en el libro del Destino que permanecerá encantado hasta que algún futuro aventurero logre romper el embrujo. ¡Hágase la voluntad de Dios! Y diciendo esto, arrojó el cabo de vela a la espesa maleza de la cañada.
There was now no remedy, so the Moor and the water-carrier proceeded with the richly laden donkey toward the city, nor could honest Peregil refrain from hugging and kissing his long-eared fellow-laborer, thus restored to him from the clutches of the law; and in fact, it is doubtful which gave the simple hearted little man most joy at the moment, the gaining of the treasure, or the recovery of the donkey.  Ya no había remedio. Por ello, el moro y el aguador se fueron a la ciudad, con el borrico ricamente cargado, no pudiendo por menos el honrado Perejil de abrazar y besar a su orejudo compañero de penas y fatigas, rescatado de este modo de las garras de la ley. Y en verdad que se podía dudar en aquel momento qué producía más placer al humilde hombrecillo: si el haber ganado un tesoro o haber recuperado su pollino.
The two partners in good luck divided their spoil amicably and fairly, except that the Moor, who had a little taste for trinketry, made out to get into his heap the most of the pearls and precious stones and other baubles, but then he always gave the water-carrier in lieu magnificent jewels of massy gold, of five times the size, with which the latter was heartily content. They took care not to linger within reach of accidents, but made off to enjoy their wealth undisturbed in other countries. The Moor returned to Africa, to his native city of Tangiers, and the Gallego, with his wife, his children, and his donkey, made the best of his way to Portugal. Here, under the admonition and tuition of his wife, he became a personage of some consequence, for she made the worthy little man array his long body and short legs in doublet and hose, with a feather in his hat and a sword by his side, and laying aside his familiar appellation of Peregil, assume the more sonorous title of Don Pedro Gil: his progeny grew up a thriving and merry-hearted, though short and bandy-legged generation, while Senora Gil, befringed, belaced, and betasselled from her head to her heels, with glittering rings on every finger, became a model of slattern fashion and finery.  Los dos afortunados socios dividieron amigable y equitativamente su tesoro, con la excepción de que el árabe, que gustaba más de las alhajas, procuró poner en su montón la mayor parte de las perlas, piedras preciosas y demás futesas, pero dando siempre al aguador magníficas joyas de oro macizo, de un tamaño cinco veces mayor, con lo que este último quedó muy contento. Tuvieron cuidado de que no les sucediera ningún accidente, sino que marcharon a otras tierras a disfrutar en paz de sus riquezas. El moro regresó al África, a Tánger, su ciudad natal, y el gallego se dirigió a Portugal con su mujer, sus hijos y su borrico. Allí, con la dirección y consejo de su esposa, llegó a ser un personaje de importancia, pues hizo aquélla que su digno hombrecillo cubriese su cuerpo y sus cortas piernas con jubón y calzas, sombrero de plumas y una espada al cinto, dejando el nombre familiar de Perejil y adoptando el más sonoro de Don Pedro Gil. Creció su prole con robustez y alegría, si bien todos de corta talla y patizambos; en tanto que la Señora Gil, cubierta de flecos, brocado y encajes de pies a cabeza, con brillantes sortijas en todos los dedos, llegó a ser modelo de abigarrada elegancia.
As to the alcalde and his adjuncts, they remained shut up under the great Tower of the Seven Floors, and there they remain spell-bound at the present day. Whenever there shall be a lack in Spain of pimping barbers, sharking alguazils, and corrupt alcaldes, they may be sought after; but if they have to wait until such time for their deliverance, there is danger of their enchantment enduring until doomsday.  En cuanto al alcalde y sus adjuntos, quedaron sepultados bajo la gran torre de Siete Suelos, y allí siguen encantados hasta hoy. Cuando hagan falta en España barberos mezquinos, alguaciles bribones y alcaldes corrompidos, pueden ir a buscarlos; pero si han de esperar su libertad hasta entonces, se corre el peligro de que su encantamiento dure hasta el día del Juicio. @


The Tower of Las Infantas



La Torre de las Infantas

IN AN evening’s stroll up a narrow glen, overshadowed by fig trees, pomegranates, and myrtles, which divides the lands of the fortress from those of the Generalife, I was struck with the romantic appearance of a Moorish tower in the outer wall of the Alhambra, rising high above the tree-tops, and catching the ruddy rays of the setting sun. A solitary window at a great height commanded a view of the glen; and as I was regarding it, a young female looked out, with her head adorned with flowers. She was evidently superior to the usual class of people inhabiting the old towers of the fortress; and this sudden and picturesque glimpse of her reminded me of the descriptions of captive beauties in fairy tales. These fanciful associations were increased on being informed by my attendant Mateo, that this was the Tower of the Princesses (la Torre de las Infantas); so called, from having been, according to tradition, the residence of the daughters of the Moorish kings. I have since visited the tower. It is not generally shown to strangers, though well worthy attention, for the interior is equal, for beauty of architecture, and delicacy of ornament, to any part of the palace. The elegance of the central hall, with its marble fountain, its lofty arches, and richly fretted dome; the arabesques and stucco-work of the small but well-proportioned chambers, though injured by time and neglect, all accord with the story of its being anciently the abode of royal beauty.  CIERTA tarde que daba un paseo por el estrecho valle poblado de higueras, granados y mirtos, que separa las tierras de la fortaleza de las del Generalife, quedé sorprendido ante la romántica aparición de una torre morisca en la muralla exterior de la Alhambra, que se alzaba sobre las copas de los árboles y recibía los rojos reflejos del sol poniente. Una solitaria ventana a gran altura dominaba el panorama del valle, y cuando estaba mirándola, asomóse una joven con la cabeza adornada de flores. Era, sin duda, de una familia más distinguida que la de toda la gente que vive en las viejas torres de la fortaleza. Esta repentina y pintoresca aparición me recordó las descripciones de bellas cautivas en los cuentos de hadas. Mis caprichosos recuerdos crecieron más al informarme mi servicial Mateo que aquélla era la Torre de las Infantas, así llamada por haber sido —según la tradición— residencia de las hijas de los reyes moros. Visité más tarde esta torre que, por lo general, no se enseña a los extranjeros, aunque es muy digna de atención, pues su interior es semejante en belleza arquitectónica y en delicadeza ornamental a cualquier parte del palacio. La elegancia de su salón central, con su fuente de mármol, elevados arcos y cúpula primorosamente labrada, y los arabescos y variados estucos de sus reducidas y bien proporcionadas habitaciones, aunque maltratados por el tiempo y el abandono, todo concuerda con la historia que dice haber sido en otro tiempo morada de regias hermosuras.
The little old fairy queen who lives under the staircase of the Alhambra, and frequents the evening tertulias of Dame Antonia, tells some fanciful traditions about three Moorish princesses, who were once shut up in this tower by their father, a tyrant king of Granada, and were only permitted to ride out at night about the hills, when no one was permitted to come in their way under pain of death. They still, according to her account, may be seen occasionally when the moon is in the full, riding in lonely places along the mountain side, on palfreys richly caparisoned and sparkling with jewels, but they vanish on being spoken to.  La viejecita reina y bruja que vive debajo de las escaleras de la Alhambra y que asiste a las tertulias nocturnas de doña Antonia, cuenta unas fantásticas tradiciones acerca de tres princesas musulmanas que estuvieron encerradas cierta vez en esta torre por su padre, rey tirano de Granada, que únicamente les permitía pasear de noche a caballo por las colinas, prohibiendo bajo pena de muerte que nadie les saliera al encuentro. Todavía —según su relato—- se las suele ver de cuando en cuando en las noches de luna llena, cabalgando por sitios solitarios de la montaña en palafrenes ricamente enjaezados y resplandecientes de joyas; pero desaparecen apenas se les dirige la palabra.
But before I relate any thing further respecting these princesses, the reader may be anxious to know something about the fair inhabitant of the tower with her head dressed with flowers, who looked out from the lofty window. She proved to be the newly-married spouse of the worthy adjutant of invalids; who, though well stricken in years, had had the courage to take to his bosom a young and buxom Andalusian damsel. May the good old cavalier be happy in his choice, and find the Tower of the Princesses a more secure residence for female beauty than it seems to have proved in the time of the Moslems, if we may believe the following legend!  Más antes que narre alguna cosa acerca de estas princesas, el lector estará ansioso por saber algo de la bella moradora de la torre, la que con su cabeza adornada de flores se había asomado a la ventana. Supe que era la recién casada esposa del digno Ayudante de Inválidos, el cual, aunque bien entrado en años, había tenido el valor de compartir su lecho con una joven y vivaracha andaluza. Ojalá que el bueno y anciano Ayudante haya sido feliz en su elección y encuentre en la torre de las Infantas un refugio más seguro para la belleza femenina que lo fue, al parecer, en tiempos de los musulmanes, si hemos de dar crédito al siguiente relato.


Legend of the Three Beautiful Princesses



Leyenda de las Tres Hermosas Princesas

IN OLD times there reigned a Moorish king in Granada, whose name was Mohamed, to which his subjects added the appellation of El Hayzari, or “The Left-handed. ” Some say he was so called on account of his being really more expert with his sinister than his dexter hand; others, because he was prone to take every thing by the wrong end; or in other words, to mar wherever he meddled. Certain it is, either through misfortune or mismanagement, he was continually in trouble: thrice was he driven from his throne, and, on one occasion, barely escaped to Africa with his life, in the disguise of a fisherman. Still he was as brave as he was blundering; and though left-handed, wielded his cimeter to such purpose, that he each time re-established himself upon his throne by dint of hard fighting. Instead, however, of learning wisdom from adversity, he hardened his neck, and stiffened his left arm in wilfulness. The evils of a public nature which he thus brought upon himself and his kingdom may be learned by those who will delve into the Arabian annals of Granada; the present legend deals but with his domestic policy.  EN tiempos antiguos gobernaba en Granada un rey moro llamado Mohamed, a quien sus súbditos dieron el sobrenombre de el Hayzari, es decir, el Zurdo. Unos dicen que le llamaban de este modo porque era realmente más hábil con la mano izquierda que con la derecha; otros, porque solía hacerlo todo al revés, o más claro, porque echaba a perder todo aquello en que intervenía. Lo cierto es que por desgracia o mala administración sufría continuas contrariedades: fue tres veces destronado, y en una ocasión, disfrazado de pescador, pudo escapar difícilmente al África con vida. Sin embargo, era tan valiente como desatinado, y aunque zurdo, manejaba la cimitarra con tal destreza que siempre lograba recuperar el trono por la fuerza de las armas. Pero en lugar de aprender prudencia con los reveses, volvióse más inflexible y obstinado, y endureció su brazo izquierdo en su terquedad. Las calamidades públicas que atrajo sobre si y sobre su reino pueden conocerlas todos los que investiguen en los anales árabes de Granada; la presente leyenda no trata más que de su vida privada.
As this Mohamed was one day riding forth with a train of his courtiers, by the foot of the mountain of Elvira, he met a band of horsemen returning from a foray into the land of the Christians. They were conducting a long string of mules laden with spoil, and many captives of both sexes, among whom the monarch was struck with the appearance of a beautiful damsel, richly attired, who sat weeping on a low palfrey, and heeded not the consoling words of a duenna who rode beside her.  Cierto día paseaba Mohamed a caballo con su séquito de cortesanos al pie de Sierra Elvira, cuando tropezó con una tropa de jinetes que volvía de hacer una correría por el país de los cristianos. Llevaban una larga recua de mulas cargadas de botín y muchos cautivos de ambos sexos, entre los que despertó el más vivo interés en el monarca la presencia de una bella joven, ricamente ataviada, que iba llorando sobre un E pequeño palafrén, sin preocuparse de las frases de consuelo de una dueña que cabalgaba junto a ella.
The monarch was struck with her beauty, and, on inquiring of the captain of the troop, found that she was the daughter of the alcayde of a frontier fortress, that had been surprised and sacked in the course of the foray. Mohamed claimed her as his royal share of the booty, and had her conveyed to his harem in the Alhambra. There every thing was devised to soothe her melancholy; and the monarch, more and more enamored, sought to make her his queen. The Spanish maid at first repulsed his addresses—he was an infidel—he was the open foe of her country—what was worse, he was stricken in years!  Quedó prendado el monarca de su hermosura e, interrogado el capitán de la tropa, supo que era la hija del alcaide de una fortaleza fronteriza, a la que habían atacado por sorpresa y saqueado durante la incursión. Mohamed la reclamó como parte del botín real y la condujo a su harén de la Alhambra. Todo estaba allí preparado para distraerla y consolarla de su melancolía; el monarca, cada vez más enamorado, resolvió hacerla su sultana. La joven española rechazó al principio sus proposiciones, puesto que él era infiel, enemigo declarado de su patria y, lo que era peor, ¡que estaba muy entrado en años!
The monarch, finding his assiduities of no avail, determined to enlist in his favor the duenna, who had been captured with the lady. She was an Andalusian by birth, whose Christian name is forgotten, being mentioned in Moorish legends by no other appellation than that of the discreet Kadiga—and discreet in truth she was, as her whole history makes evident. No sooner had the Moorish king held a little private conversation with her, than she saw at once the cogency of his reasoning, and undertook his cause with her young mistress.  Viendo el rey que no le servía de nada su asiduidad, dé-terminó atraerse a su favor a la dueña capturada con la joven. Era aquélla andaluza de nacimiento, cuyo nombre cristiano se ignora; no aparece mencionada en las leyendas moriscas sino por el sobrenombre de la discreta Kadiga, y en verdad que lo era, según lo demuestra su historia. Apenas celebró el rey moro una conversación secreta con ella, comprendió ésta al momento la fuerza moral que supondrían sus consejos para la joven, y comenzó a defender la causa del rey ante su señora.
“Go to, now! ” cried she; “what is there in all this to weep and wail about? Is it not better to be mistress of this beautiful palace, with all its gardens and fountains, than to be shut up within your father’s old frontier tower? As to this Mohamed being an infidel, what is that to the purpose? You marry him, not his religion: and if he is waxing a little old, the sooner will you be a widow, and mistress of yourself; at any rate, you are in his power, and must either be a queen or a slave. When in the hands of a robber, it is better to sell one’s merchandise for a fair price, than to have it taken by main force. ”  —¡Válgame Dios! —le decía—. ¿A qué viene todo ese llanto y tristeza? ¿No es mejor ser la dueña de este hermoso palacio, con todas sus fuentes y jardines, que vivir encerrada en la vieja torre fronteriza de vuestro padre? ¿Y qué importa que Mohamed sea un infiel? ¿Qué es, a fin de cuentas, lo que os propone? Os casáis con él, no con su religión; y si es un poco viejo, más pronto quedaréis viuda y dueña y señora de vuestra voluntad; y puesto que de todas formas estáis en su poder, más vale ser reina que esclava. Cuando alguien cae en manos de un ladrón, mejor es venderle las mercancías a buen precio que dejárselas arrebatar por la fuerza.
The arguments of the discreet Kadiga prevailed. The Spanish lady dried her tears, and became the spouse of Mohamed the Left-handed; she even conformed, in appearance, to the faith of her royal husband; and her discreet duenna immediately became a zealous convert to the Moslem doctrines: it was then the latter received the Arabian name of Kadiga, and was permitted to remain in the confidential employ of her mistress.  Los argumentos de la discreta Kadiga triunfaron al fin. La joven española secó sus lágrimas y se convirtió en la esposa de Mohamed el Zurdo. Estaba conforme, al parecer, con la religión de su real esposo, en tanto que la discreta dueña se hizo inmediatamente fervorosa devota de las doctrinas musulmanas. Fue entonces cuando tomó el nombre árabe de Kadiga, y se le permitió continuar en el servicio de confianza de su señora.
In due process of time the Moorish king was made the proud and happy father of three lovely daughters, all born at a birth: he could have wished they had been sons, but consoled himself with the idea that three daughters at a birth were pretty well for a man somewhat stricken in years, and left-handed!  Andando el tiempo, el rey moro fue padre feliz de tres hermosas hijas, nacidas en un mismo parto; aunque él hubiese preferido que fuesen varones, se consoló con la idea de que sus tres hijas eran demasiado hermosas para un hombre entrado en años y zurdo por añadidura.
As usual with all Moslem monarchs, he summoned his astrologers on this happy event. They cast the nativities of the three princesses, and shook their heads. “Daughters, O king! ” said they, “are always precarious property; but these will most need your watchfulness when they arrive at a marriageable age; at that time gather them under your wings, and trust them to no other guardianship. ”  Según costumbre de los monarcas musulmanes, convocó Mohamed a sus astrólogos en tan feliz acontecimiento, los cuales hicieron el horóscopo de las tres princesas y movieron sus cabezas. —Las hijas, ¡oh rey! —le dijeron—, fueron siempre propiedad poco segura; pero éstas necesitarán mucho más de tu vigilancia cuando alcancen la edad núbil. Al llegar este día, guárdalas bajo tus alas y no las confíes a nadie.
Mohamed the Left-handed was acknowledged to be a wise king by his courtiers, and was certainly so considered by himself. The prediction of the astrologers caused him but little disquiet, trusting to his ingenuity to guard his daughters and outwit the Fates.  Mohamed el Zurdo era tenido entre sus cortesanos por rey sabio, y así se consideraba él mismo. La predicción de los astrólogos no le produjo sino una pequeña inquietud; confiaba en su ingenio para preservar a sus hijas y burlar a los hados.
The three-fold birth was the last matrimonial trophy of the monarch; his queen bore him no more children, and died within a few years, bequeathing her infant daughters to his love, and to the fidelity of the discreet Kadiga.  El triple natalicio fue el último trofeo conyugal del monarca, pues la reina no le dio más hijos y murió pocos años después, confiando sus hijitas al amor y fidelidad de la discreta Kadiga.
Many years had yet to elapse before the princesses would arrive at that period of danger—the marriageable age: “It is good, however, to be cautious in time, ” said the shrewd monarch; so he determined to have them reared in the royal castle of Salobrena. This was a sumptuous palace, incrusted, as it were, in a powerful Moorish fortress on the summit of a hill overlooking the Mediterranean sea. It was a royal retreat, in which the Moslem monarchs shut up such of their relatives, as might endanger their safety; allowing them all kinds of luxuries and amusements, in the midst of which they passed their lives in voluptuous indolence.  Muchas lunas tenían que pasar aún para que las princesas llegasen a la edad del peligro, esto es, a la edad de casarse. «No obstante, es bueno, prevenirse a tiempo», se dijo el astuto monarca; y así, determinó que fuesen educadas en el castillo real de Salobreña. Era éste un suntuoso palacio incrustado, por decirlo así, en la inexpugnable fortaleza morisca situada en la cumbre de una colina que domina al mar Mediterráneo; regio retiro en donde los monarcas musulmanes encerraban a los parientes que pudieran poner en peligro su seguridad, permitiéndoles todo género de lujos y diversiones, en medio de los cuales pasaban su vida en voluptuosa indolencia.
Here the princesses remained, immured from the world, but surrounded by enjoyment, and attended by female slaves who anticipated their wishes. They had delightful gardens for their recreation, filled with the rarest fruits and flowers, with aromatic groves and perfumed baths. On three sides the castle looked down upon a rich valley, enamelled with all kinds of culture, and bounded by the lofted Alpuxarra mountains; on the other side it overlooked the broad sunny sea.  Allí vivían las princesas, separadas del mundo, pero rodeadas de comodidades y servidas por esclavas que se anticipaban a sus deseos. Tenían para su regalo deliciosos jardines llenos de las frutas y flores más raras, con fragantes arboledas y perfumados baños. Por tres lados daba vista el castillo a un fértil valle esmaltado por cultivos de todo género y limitado por las altas montañas de la Alpujarra; por el otro, se contemplaba el ancho y resplandeciente mar.
In this delicious abode, in a propitious climate, and under a cloudless sky, the three princesses grew up into wondrous beauty; but, though all reared alike, they gave early tokens of diversity of character. Their names were Zayda, Zorayda, and Zorahayda; and such was their order of seniority, for there had been precisely three minutes between their births.  En esta deliciosa morada, con un plácido clima y bajo un cielo sin nubes, crecieron las tres hermosas princesas: y aunque todas recibieron la misma educación, pronto dieron muestras de su diversidad de carácter. Se llamaban Zaida, Zoraida y Zorahaida, y éste era su orden de edad, pues hubo precisamente tres minutos de diferencia al nacer.
Zayda, the eldest, was of an intrepid spirit, and took the lead of her sisters in every thing, as she had done in entering into the world. She was curious and inquisitive, and fond of getting at the bottom of things.  Zaida, la mayor, poseía un intrépido espíritu y se adelantaba siempre en todo a sus hermanas; lo mismo que hiciera al nacer. Era curiosa y preguntona y amiga de llegar al fondo de las cosas.
Zorayda had a great feeling for beauty, which was the reason, no doubt, of her delighting to regard her own image in a mirror or a fountain, and of her fondness for flowers, and jewels, and other tasteful ornaments.  Zoraida destacaba por su apasionamiento hacia la belleza; por esta razón, sin duda, le deleitaba contemplar su propia imagen en un espejo o en una fuente, y sentía extremo cariño por las flores, joyas y otros adornos de buen gusto.
As to Zorahayda, the youngest, she was soft and timid, and extremely sensitive, with a vast deal of disposable tenderness, as was evident from her number of pet-flowers, and pet-birds, and pet-animals, all of which she cherished with the fondest care. Her amusements, too, were of a gentle nature, and mixed up with musing and reverie. She would sit for hours in a balcony, gazing on the sparkling stars of a summer’s night, or on the sea when lit up by the moon; and at such times, the song of a fisherman, faintly heard from the beach, or the notes of a Moorish flute from some gliding bark, sufficed to elevate her feelings into ecstasy. The least uproar of the elements, however, filled her with dismay; and a clap of thunder was enough to throw her into a swoon.  En cuanto a Zorahaida, la menor, era dulce, tímida, y extraordinariamente sensible, con un inmenso caudal de ternura disponible, como lo demostraba el número de flores, pájaros y animales de toda clase que acariciaba con el más entrañable cariño. Sus diversiones también eran sencillas, mezcladas con meditaciones y ensueños. Pasaba horas enteras sentada en un balcón, fijos sus ojos en las brillantes estrellas de una noche de verano o en el mar iluminado por la luna; y en esos momentos, la canción de un pescador, que llegaba débilmente de la playa, o las notas de una flauta morisca desde alguna barca que se deslizaba, eran suficientes para elevar sus sentimientos hasta el éxtasis. Pero la menor conmoción de la Naturaleza la llenaba de espanto, y bastaba el estampido de un trueno para hacerla caer desmayada.
Years rolled on smoothly and serenely; the discreet Kadiga, to whom the princesses were confided, was faithful to her trust, and attended them with unremitting care.  Así transcurrieron los años, serena y apaciblemente. La discreta Kadiga, a quien fueron confiadas las princesas, seguía fiel a su cargo y servíalas con incesantes cuidados.
The castle of Salobrena, as has been said, was built upon a hill on the seacoast. One of the exterior walls straggled down the profile of the hill, until it reached a jutting rock overhanging the sea, with a narrow sandy beach at its foot, laved by the rippling billows. A small watchtower on this rock had been fitted up as a pavilion, with latticed windows to admit the sea-breeze. Here the princesses used to pass the sultry hours of mid-day.  El castillo de Salobreña, como ya se ha dicho, estaba edificado sobre una colina a orillas del mar. Una de las murallas exteriores se extendía en torno a la montaña hasta llegar a una roca saliente que cabalgaba sobre las aguas, con una estrecha y arenosa playa al pie, bañada por las rizadas olas. La pequeña atalaya situada sobre esta roca se había convertido en una especie de pabellón, con ventanas de celosías que daban paso a la brisa marina. Allí solían pasar las princesas las calurosas horas del mediodía.
The curious Zayda was one day seated at a window of the pavilion, as her sisters, reclining on ottomans, were taking the siesta or noontide slumber. Her attention was attracted to a galley which came coasting along, with measured strokes of the oar. As it drew near, she observed that it was filled with armed men. The galley anchored at the foot of the tower: a number of Moorish soldiers landed on the narrow beach, conducting several Christian prisoners. The curious Zayda awakened her sisters, and all three peeped cautiously through the close jalousies of the lattice which screened them from sight. Among the prisoners were three Spanish cavaliers, richly dressed. They were in the flower of youth, and of noble presence; and the lofty manner in which they carried themselves, though loaded with chains and surrounded with enemies, bespoke the grandeur of their souls. The princesses gazed with intense and breathless interest. Cooped up as they had been in this castle among female attendants, seeing nothing of the male sex but black slaves, or the rude fishermen of the sea-coast, it is not to be wondered at that the appearance of three gallant cavaliers, in the pride of youth and manly beauty, should produce some commotion in their bosom.  Hallábase un día la curiosa Zaida sentada en una de las ventanas del pabellón, mientras sus hermanas dormían la siesta reclinadas en otomanas. Atrajo entonces su atención una galera que venía costeando a golpes acompasados de remo. Al acercar-se, la vio llena de hombres armados. Ancló la galera al pie de la torre, y un grupo de soldados moros desembarcó en la estrecha playa, conduciendo varios cautivos cristianos. La curiosa Zaida despertó a sus hermanas y las tres se asomaron cautelosamente a través de las espesas celosías que las ocultaban a cualquier mirada. Entre los prisioneros figuraban tres caballeros españoles, ricamente vestidos; estaban en la flor de la juventud, eran de noble apostura, y la arrogante altivez con que caminaban, a pesar de ir cargados de cadenas y rodeados de enemigos, revelaba la grandeza de sus almas. Miraban las princesas con profundo e intenso interés. Encerradas en aquel castillo, entre siervas, no viendo más hombres que los negros esclavos o los rudos pescadores de la costa, no es de extrañar que la presencia de aquellos tres caballeros, radiantes de juventud y de varonil belleza, produjese cierta emoción en sus corazones.
“Did ever nobler being tread the earth than that cavalier in crimson? ” cried Zayda, the eldest of the sisters. “See how proudly he bears himself, as though all around him were his slaves! ”  —¿Habrá en la tierra un ser más noble que aquel caballero vestido de carmesí? — exclamó Zaida, la mayor de las hermanas— ¡Mirad qué arrogante marcha, como si todos los que le rodean fuesen sus esclavos.
“But notice that one in green! ” exclaimed Zorayda. “What grace! what elegance! what spirit! ”  ! —¡Fijaos en aquel vestido de verde! —exclamó Zoraida—. ¡Qué gracia! ¡Qué gentileza! ¡Qué espíritu!
The gentle Zorahayda said nothing, but she secretly gave preference to the cavalier in blue.  La gentil Zorahaida nada dijo, pero dio su preferencia, en secreto, al caballero vestido de azul.
The princesses remained gazing until the prisoners were out of sight; then heaving long-drawn sighs, they turned round, looked at each other for a moment, and sat down, musing and pensive, on their ottomans.  Las tres princesas continuaron mirando fijamente a los prisioneros hasta que se perdieron de vista; entonces, suspirando tristemente, se volvieron, mirándose un momento unas a otras, y sentáronse pensativas en sus otomanas.
The discreet Kadiga found them in this situation; they related what they had seen, and even the withered heart of the duenna was warmed. “Poor youths! ” exclaimed she, “I’ll warrant their captivity makes many a fair and high-born lady’s heart ache in their native land! Ah my children, you have little idea of the life these cavaliers lead in their own country. Such prankling at tournaments! such devotion to the ladies! such courting and serenading! ”  En esta actitud las encontró la discreta Kadiga. Contáronle ellas lo que habían visto, y hasta el marchito corazón de la dueña se sintió conmovido. —¡Pobres jóvenes! —exclamó——. ¡Apostaría que su cautiverio ha dejado dolorido el corazón de algunas bellas y linajudas damas de su país! ¡Ah, bijas mías! No tenéis una idea de la vida que esos caballeros llevan en su patria. ¡Qué elegancia en los torneos! ¡Qué devoción por sus damas! ¡Qué serenatas y galanteos!
The curiosity of Zayda was fully aroused; she was insatiable in her inquiries, and drew from the duenna the most animated pictures of the scenes of her youthful days and native land. The beautiful Zorayda bridled up, and slyly regarded herself in a mirror, when the theme turned upon the charms of the Spanish ladies; while Zorahayda suppressed a struggling sigh at the mention of moonlight serenades.  La curiosidad de Zaida se despertó en extremo; era insaciable en preguntar y oír de labios de su dueña las más animadas descripciones de los episodios de sus días juveniles en su tierra natal. La hermosa Zoraida levantaba la cabeza y se miraba disimuladamente en su espejo, cuando la conversación recaía sobre los encantos de las damas españolas; mientras Zorahaida ahogaba sus suspiros al oír contar lo de las serenatas a la luz de la luna.
Every day the curious Zayda renewed her inquiries, and every day the sage duenna repeated her stories, which were listened to with profound interest, though with frequent sighs, by her gentle auditors. The discreet old woman awoke at length to the mischief she might be doing. She had been accustomed to think of the princesses only as children; but they had imperceptibly ripened beneath her eye, and now bloomed before her three lovely damsels of the marriageable age. It is time, thought the duenna, to give notice to the king.  Diariamente renovaba sus preguntas la curiosa Zaida, y diariamente repetía sus relatos la discreta dueña, siendo escuchada por sus bellas oyentes con profundo interés y frecuentes suspiros. La prudente anciana cayó por último en la cuenta del daño que estaba causando. Acostumbrada a tratar como niñas a las princesas, no había considerado que insensiblemente habían ido creciendo y que ahora tenía ante sí a tres hermosas jovencitas en edad del matrimonio. «Ya es hora—pensó la dueña— de avisar al rey.»
Mohamed the Left-handed was seated one morning on a divan in a cool hall of the Alhambra, when a slave arrived from the fortress of Salobrena, with a message from the sage Kadiga, congratulating him on the anniversary of his daughters’ birth-day. The slave at the same time presented a delicate little basket decorated with flowers, within which, on a couch of vine and fig-leaves, lay a peach, an apricot, and a nectarine, with their bloom and down and dewy sweetness upon them, and all in the early stage of tempting ripeness. The monarch was versed in the Oriental language of fruits and flowers, and rapidly divined the meaning of this emblematical offering.  Hallábase sentado cierta mañana Mohamed el Zurdo sobre un diván en uno de los frescos salones de la Alhambra, cuando llegó un esclavo de la fortaleza de Salobreña, con un mensaje de la prudente Kadiga, felicitándole por el cumpleaños de sus hijas. Al mismo tiempo le presentó el esclavo una delicada cestilla adornada de flores, dentro de la cual, sobre un lecho de pámpanos y hojas de higuera, venía un melocotón, un albaricoque y un prisco, cuya frescura, agradable color y madurez eran una verdadera tentación. El monarca, versado en el lenguaje oriental de frutas y flores, adivinó al momento el significado de esta simbólica ofrenda
“So, ” said he, “the critical period pointed out by the astrologers is arrived: my daughters are at a marriageable age. What is to be done? They are shut up from the eyes of men; they are under the eyes of the discreet Kadiga—all very good—but still they are not under my own eye, as was prescribed by the astrologers: I must gather them under my wing, and trust to no other guardianship. ”  . «De manera —se dijo— que ha llegado el período crítico señalado por los astrólogos: mis hijas están en edad de casarse. ¿Qué haré? Se hallan ocultas a las miradas de los hombres y bajo la custodia de la discreta Kadiga. Todo marcha perfectamente, pero no están bajo mi vigilancia, como previnieron los astrólogos; debo recogerlas al amparo de mis alas y no confiarlas a nadie.»
So saying, he ordered that a tower of the Alhambra should be prepared for their reception, and departed at the head of his guards for the fortress of Salobrena, to conduct them home in person.  Así, pues, ordenó que prepararan una torre de la Alhambra para recibirlas, y partió a la cabeza de sus guardias hacia la fortaleza de Salobreña para traérselas personalmente.
About three years had elapsed since Mohamed had beheld his daughters, and he could scarcely credit his eyes at the wonderful change which that small space of time had made in their appearance. During the interval, they had passed that wondrous boundary line in female life which separates the crude, unformed, and thoughtless girl from the blooming, blushing, meditative woman. It is like passing from the flat, bleak, uninteresting plains of La Mancha to the voluptuous valleys and swelling hills of Andalusia.  Tres años habían transcurrido desde que Mohamed viera a sus hijas por última vez; y apenas daba crédito a sus ojos ante el maravilloso cambio que se había operado en su aspecto en aquel breve espacio de tiempo. Durante este intervalo traspasaron las princesas esa asombrosa línea divisoria en la vida de la mujer, que separa a la imperfecta, informe e irreflexiva niña, de la gallarda, ruborosa y pensativa muchacha. Algo semejante al paso desde las áridas, desiertas e insulsas llanuras de la Mancha a los voluptuosos valles y frondosas colinas de Andalucía.
Zayda was tall and finely formed, with a lofty demeanor and a penetrating eye. She entered with a stately and decided step, and made a profound reverence to Mohamed, treating him more as her sovereign than her father. Zorayda was of the middle height, with an alluring look and swimming gait, and a sparkling beauty, heightened by the assistance of the toilette. She approached her father with a smile, kissed his hand, and saluted him with several stanzas from a popular Arabian poet, with which the monarch was delighted. Zorahayda was shy and timid, smaller than her sisters, and with a beauty of that tender beseeching kind which looks for fondness and protection. She was little fitted to command, like her elder sister, or to dazzle like the second, but was rather formed to creep to the bosom of manly affection, to nestle within it, and be content. She drew near to her father, with a timid and almost faltering step, and would have taken his hand to kiss, but on looking up into his face, and seeing it beaming with a paternal smile, the tenderness of her nature broke forth, and she threw herself upon his neck.  Zaida era alta y bien formada, de arrogante aspecto y penetrante mirada. Entró con andares resueltos y majestuosos e hizo una profunda reverencia a Mohamed, tratándolo más como soberano que como padre. Zoraida, de regular estatura, seductora mirada, agradable continente y extraordinaria belleza, realzada con la ayuda de su tocado, se acercó sonriente a su padre, besóle la mano y le saludó con varias estrofas de un poeta árabe popular, de lo que quedó encantado el monarca. Zorahaida era tímida y reservada, más baja que sus hermanas y con ese tipo de belleza tierna y suplicante que parece buscar cariño y protección. No estaba dotada para el mando, como su hermana mayor, ni deslumbraba, como la segunda, sino que había nacido para alimentar en su pecho el cariño de un hombre, anidarlo dentro y sentirse feliz. Aproximóse a su padre con paso tímido y casi vacilante, y hubiera querido coger su mano para besarla; pero al mirarle a la cara y verla iluminada con una sonrisa paternal, dio rienda suelta a su natural ternura y se arrojó al cuello.
Mohamed the Left-handed surveyed his blooming daughters with mingled pride and perplexity; for while he exulted in their charms, he bethought himself of the prediction of the astrologers. “Three daughters! three daughters! ” muttered he repeatedly to himself, “and all of a marriageable age! Here’s tempting Hesperian fruit, that requires a dragon watch! ”  Mohamed el Zurdo contempló a sus bellas hijas con cierta mezcla de orgullo y perplejidad, pues mientras se complacía en sus encantos, recordaba la predicción de los astrólogos. —¡Tres hijas! ¡Tres hijas —murmuró repentinamente—, y todas en edad matrimonial! ¡He aquí una tentadora fruta del jardín de las Hespérides, que necesita la guarda de un dragón!
He prepared for his return to Granada, by sending heralds before him, commanding every one to keep out of the road by which he was to pass, and that all doors and windows should be closed at the approach of the princesses. This done, he set forth, escorted by a troop of black horsemen of hideous aspect, and clad in shining armor.  Preparó su regreso a Granada, enviando heraldos por delante, con la orden de que nadie transitara por el camino por donde habían de pasar, y que todas las puertas y ventanas estuviesen cerradas al acercarse las princesas. Hecho esto, partió escoltado por un escuadrón de negros jinetes de horrible as pecto, vestidos con brillantes armaduras.
The princesses rode beside the king, closely veiled, on beautiful white palfreys, with velvet caparisons, embroidered with gold, and sweeping the ground; the bits and stirrups were of gold, and the silken bridles adorned with pearls and precious stones. The palfreys were covered with little silver bells, which made the most musical tinkling as they ambled gently along. Woe to the unlucky wight, however, who lingered in the way when he heard the tinkling of these bells!—the guards were ordered to cut him down without mercy.  Cabalgaban las princesas al lado del rey, tapadas con velos, sobre hermosos palafrenes blancos, con arreos de terciopelo y bordado de oro, que arrastraban hasta el suelo; los bocados y estribos eran también de oro, y las bridas de seda, adornadas con perlas y piedras preciosas. Los palafrenes iban cubiertos de campanillas de plata que producían un agradable tintineo al andar. Pero ¡desgraciado del que se parase en el camino cuando se oyera la música de estas campanillas! Los guardianes tenían orden de darle muerte sin piedad.
The cavalcade was drawing near to Granada, when it overtook on the banks of the river Xenil, a small body of Moorish soldiers with a convoy of prisoners. It was too late for the soldiers to get out of the way, so they threw themselves on their faces on the earth, ordering their captives to do the like. Among the prisoners were the three identical cavaliers whom the princesses had seen from the pavilion. They either did not understand, or were too haughty to obey the order, and remained standing and gazing upon the cavalcade as it approached.  Ya se aproximaba la cabalgata a Granada, cuando tropezó, en una de las márgenes del río Genil, con un pequeño grupo de soldados moros que conducían un convoy de prisioneros. Era demasiado tarde para que aquellos hombres se apartaran del camino, por lo que se arrojaron con sus rostros pegados a la tierra y ordenaron a los cautivos que hicieran lo mismo. Entre éstos se hallaban aquellos tres caballeros que las princesas habían visto desde el pabellón. Ya porque no entendiesen la orden, o porque fueran demasiado altivos para obedecerla, lo cierto es que continuaron en pie contemplando la cabalgata que se aproximaba.
The ire of the monarch was kindled at this flagrant defiance of his orders. Drawing his cimeter, and pressing forward, he was about to deal a left-handed blow that might have been fatal to, at least, one of the gazers, when the princesses crowded round him, and implored mercy for the prisoners; even the timid Zorahayda forgot her shyness, and became eloquent in their behalf. Mohamed paused, with uplifted cimeter, when the captain of the guard threw himself at his feet. “Let not your highness, ” said he, “do a deed that may cause great scandal throughout the kingdom. These are three brave and noble Spanish knights, who have been taken in battle, fighting like lions; they are of high birth, and may bring great ransoms. ”  Encendióse el monarca de ira ante este flagrante incumplimiento de sus órdenes, desenvainó la cimitarra y avanzó hacia ellos; ya iba a descargar el golpe con su mano zurda, golpe que hubiera sido fatal por lo menos para uno de los caballeros, cuando las princesas le rodearon e imploraron piedad para los prisioneros; hasta la tímida Zorahaida olvidó su mutismo y tornóse elocuente en su favor. Mohamed se detuvo con el arma en alto, cuando el capitán de la guardia se arrojó a sus plantas. —No realice tu majestad —le dijo— una acción que puede escandalizar a todo el reino. Estos son tres bravos y nobles caballeros españoles que han sido apresados en la batalla, luchando como leones; son de alto linaje y pueden valer un rescate.
“Enough! ” said the king. “I will spare their lives, but punish their audacity—let them be taken to the Vermilion Towers, and put to hard labor. ”  —¡Basta! —dijo el rey—. Les perdonaré la vida, pero castigaré su audacia; conducidlos a Torres Bermejas y obligad-los a los más duros trabajos.
Mohamed was making one of his usual left-handed blunders. In the tumult and agitation of this blustering scene, the veils of the three princesses had been thrown back, and the radiance of their beauty revealed; and in prolonging the parley, the king had given that beauty time to have its full effect. In those days people fell in love much more suddenly than at present, as all ancient stories make manifest: it is not a matter of wonder, therefore, that the hearts of the three cavaliers were completely captured; especially as gratitude was added to their admiration; it is a little singular, however, though no less certain, that each of them was enraptured with a several beauty. As to the princesses, they were more than ever struck with the noble demeanor of the captives, and cherished in their breasts all that they had heard of their valor and noble lineage.  Mohamed estaba cometiendo uno de sus acostumbrados y zurdos desatinos. En el tumulto y agitación de esta borrascosa escena habían levantado sus velos las tres prisioneras, dejando ver su radiante hermosura; y la prolongación del diálogo dio lugar a que la belleza produjera su efecto. En aquellos tiempos la gente se enamoraba más pronto que ahora, como enseñan todas las historias antiguas; no es extraño, por consiguiente, que los corazones de los tres caballeros quedasen completamente cautivados; sobre todo cuando la gratitud se unía a su admiración. Es un poco singular, sin embargo, aunque no menos cierto, que cada uno de ellos quedó prendado de una belleza diferente. En cuanto a las princesas, se admiraron más que nunca del noble aspecto de los cautivos, acariciando en su interior cuanto habían oído de su valor y noble linaje.
The cavalcade resumed its march; the three princesses rode pensively along on their tinkling palfreys, now and then stealing a glance behind in search of the Christian captives, and the latter were conducted to their allotted prison in the Vermilion Towers.  La cabalgata prosiguió su marcha; caminaban pensativas las princesas en sus soberbios palafrenes, y de cuando en cuando dirigían una furtiva mirada ‘hacia atrás, en busca de los cautivos cristianos que eran trasladados a la prisión que se les había designado en Torres Bermejas.
The residence provided for the princesses was one of the most dainty that fancy could devise. It was in a tower somewhat apart from the main palace of the Alhambra, though connected with it by the wall which encircled the whole summit of the hill. On one side it looked into the interior of the fortress, and had, at its foot, a small garden filled with the rarest flowers. On the other side it overlooked a deep embowered ravine separating the grounds of the Alhambra from those of the Generalife. The interior of the tower was divided into small fairy apartments, beautifully ornamented in the light Arabian style, surrounding a lofty hall, the vaulted roof of which rose almost to the summit of the tower. The walls and the ceilings of the hall were adorned with arabesque and fretwork, sparkling with gold and with brilliant pencilling. In the centre of the marble pavement was an alabaster fountain, set round with aromatic shrubs and flowers, and throwing up a jet of water that cooled the whole edifice and had a lulling sound. Round the hall were suspended cages of gold and silver wire, containing singing-birds of the finest plumage or sweetest note.  La residencia preparada para ellas era una de las más delicadas que la fantasía puede concebir; una torre algo apartada del palacio principal de la Alhambra, aunque comunicaba con él por la muralla que rodea toda la cumbre de la colina. Por un lado daba vista al interior de la fortaleza, y al pie tenía un pequeño jardín poblado de las flores más peregrinas. Por el otro, dominaba una profunda y frondosa cañada que separaba los terrenos de la Alhambra de los del Generalife. El interior de esta torre estaba dividido en pequeñas y lindas habitaciones, magníficamente decoradas en elegante estilo árabe, y rodeando un alto salón, cuyo techo abovedado subía casi hasta lo alto de la torre; sus muros y artesonados estaban adornados de arabescos y calados que relucían con sus áureos y brillantes colores. En el centro del pavimento de mármol había una fuente de alabastro, rodeada de flores y hierbas aromáticas, de la que surgía un caudal de agua que refrescaba todo el edificio y producía un murmullo arrullador. Dando vuelta al salón, veíanse colgadas jaulas de alambre de oro y plata, con pajarillas del más fino plumaje y de armoniosos trinos.
The princesses had been represented as always cheerful when in the castle of the Salobrena; the king had expected to see them enraptured with the Alhambra. To his surprise, however, they began to pine, and grow melancholy, and dissatisfied with every thing around them. The flowers yielded them no fragrance, the song of the nightingale disturbed their night’s rest, and they were out of all patience with the alabaster fountain with its eternal drop-drop and splash-splash, from morning till night, and from night till morning.  Siempre se mostraron alegres las princesas en el castillo de Salobreña, por cuya razón esperaba el rey verlas entusiasmadas en el Alcázar. Pero con gran sorpresa suya, empezaron a languidecer, tristes y melancólicas con cuanto las rodeaba. No recibían deleite en la fragancia de las flores; el canto del ruiseñor turbaba su sueño por la noche y no podían soportar con paciencia el eterno murmullo de la fuente de alabastro, desde la mañana a la noche y desde la noche a la mañana.
The king, who was somewhat of a testy, tyrannical disposition, took this at first in high dudgeon; but he reflected that his daughters had arrived at an age when the female mind expands and its desires augment. “They are no longer children, ” said he to himself, “they are women grown, and require suitable objects to interest them. ” He put in requisition, therefore, all the dressmakers, and the jewellers, and the artificers in gold and silver throughout the Zacatin of Granada, and the princesses were overwhelmed with robes of silk, and tissue, and brocade, and cashmere shawls, and necklaces of pearls and diamonds, and rings, and bracelets, and anklets, and all manner of precious things.  El rey, que era de carácter algo enojadizo y tiránico, se irritó mucho al principio; pero reflexionó después en que sus hijas habían llegado ya a una edad en la que se ensancha la imaginación femenina y aumentan sus deseos. «Ya no son niñas —se dijo—; son ya mujeres, y necesitan objetos apropiados que atraigan su atención.» Llamó, pues, a todas las modistas, joyeros y artífices en oro y plata del Zacatín de Granada, y las princesas quedaron abrumadas de vestidos de seda, de tisú, y brocados, chales de cachemira, collares de perlas y diamantes, anillos, brazaletes y ajorcas, y toda clase de objetos preciosos.
All, however, was of no avail; the princesses continued pale and languid in the midst of their finery, and looked like three blighted rose-buds, drooping from one stalk. The king was at his wits’ end. He had in general a laudable confidence in his own judgment, and never took advice. “The whims and caprices of three marriageable damsels, however, are sufficient, ” said he, “to puzzle the shrewdest head. ” So for once in his life he called in the aid of counsel.  Mas todo fue inútil; las princesas continuaron pálidas y tristes en medio de su lujo, y parecían tres capullos marchitos que se consumían en el tallo. El monarca no sabía qué resolver; tenía generalmente una gran confianza en su propio juicio, por lo que nunca pedía consejo. «Los antojos y caprichos de tres jóvenes casaderas —se decía— son en verdad suficientes para confundir al más avisado. » Y por primera vez en su vida buscó la ayuda de un consejo.
The person to whom he applied was the experienced duenna.  La persona a quien acudió fue a la experimentada dueña.
“Kadiga, ” said the king, “I know you to be one of the most discreet women in the whole world, as well as one of the most trustworthy; for these reasons I have always continued you about the persons of my daughters. Fathers cannot be too wary in whom they repose such confidence; I now wish you to find out the secret malady that is preying upon the princesses, and to devise some means of restoring them to health and cheerfulness. ”  —Kadiga —le dijo—, sé que eres una de las mujeres más discretas del mundo, así como una de las más dignas de fiar: por estas razones te he mantenido siempre al lado de mis hijas. Nunca deben los padres ser reservados con aquellos en quienes depositan su confianza. Ahora quiero que averigües la secreta enfermedad que aqueja a las princesas y descubras los medios de devolverles pronto la salud y la alegría.
Kadiga promised implicit obedience. In fact she knew more of the malady of the princesses than they did themselves. Shutting herself up with them, however, she endeavored to insinuate herself into their confidence.  Kadiga, por supuesto, prometió obedecerle. En realidad conocía mejor que ellas mismas la enfermedad que padecían; y encerrándose con las jóvenes, procuró ganarse su confianza.
“My dear children, what is the reason you are so dismal and downcast in so beautiful a place, where you have every thing that heart can wish? ”  —Mis queridas niñas: ¿por qué razón estáis tan tristes y abatidas en un sitio tan hermoso, donde tenéis cuanto pueda desear vuestro corazón?
The princesses looked vacantly round the apartment, and sighed.  Las infantas miraron melancólicamente en torno al aposento y lanzaron un suspiro.
“What more, then, would you have? Shall I get you the wonderful parrot that talks all languages, and is the delight of Granada? ”  —¿Qué más podéis anhelar? ¿Queréis que os traiga el maravilloso papagayo que habla todas las lenguas y hace las delicias de Granada?
“Odious! ” exclaimed the princess Zayda. “A horrid, screaming bird, that chatters words without ideas: one must be without brains to tolerate such a pest. ”  —¡Qué horror! —exclamó la princesa Zaida—. Un pájaro horrible y chillón, que habla sin saber lo que dice; preciso es haber perdido el juicio para soportar semejante plaga.
“Shall I send for a monkey from the rock of Gibraltar, to divert you with his antics? ”  —¿Os mando traer un mono del Peñón de Gibraltar para que os divierta con sus gestos?.
“A monkey! faugh! ” cried Zorayda; “the detestable mimic of man. I hate the nauseous animal. ”  —¡Un mono! ¡Bah! —exclamó Zoraida—. Una detestable imitación del hombre. Aborrezco a ese asqueroso animal.
“What say you to the famous black singer Casem, from the royal harem, in Morocco? They say he has a voice as fine as a woman’s. ”  —¿Y qué me decís del famoso cantor negro Casem, del harén real de Marruecos? Aseguran que tiene una voz tan delicada como la de una mujer.
“I am terrified at the sight of these black slaves, ” said the delicate Zorahayda; “besides, I have lost all relish for music. ”  —Me aterra ver a estos esclavos negros —dijo la delicada Zorahaida—; además, he perdido toda afición por la música.
“Ah! my child, you would not say so, ” replied the old woman, slyly, “had you heard the music I heard last evening, from the three Spanish cavaliers, whom we met on our journey. But, bless me, children! what is the matter that you blush so, and are in such a flutter? ”  —¡Ay, hija mía! No dirías eso —respondió la vieja maliciosamente— si hubieses escuchado la música que yo oí anoche a los tres caballeros españoles con quienes nos encontramos en el viaje. Pero ¡válgame Dios, hijas mías! ¿Qué os sucede para poneros tan ruborosas y en tal confusión?
“Nothing, nothing, good mother; pray proceed. ”  —¡Nada, nada, buena madre; sigue, por favor
“Well; as I was passing by the Vermilion Towers last evening, I saw the three cavaliers resting after their day’s labor. One was playing on the guitar, so gracefully, and the others sang by turns; and they did it in such style, that the very guards seemed like statues, or men enchanted. Allah forgive me! I could not help being moved at hearing the songs of my native country. And then to see three such noble and handsome youths in chains and slavery! ”  —Pues bien: cuando pasaba ayer noche por Torres Bermejas, vi a los tres caballeros descansando del trabajo del día. Uno de ellos tocaba la guitarra con mucha gracia, mientras los otros dos cantaban por turno; y con tal estilo lo hacían, que los mismos guardias parecían estatuas u hombres encantados. ¡Alá me perdone!, pero no pude evitar el sentirme conmovida al escuchar las canciones de mi tierra natal. Y luego, ¡ver tres jóvenes tan nobles y gentiles, cargados de cadenas y en esclavitud!
Here the kind-hearted old woman could not restrain her tears.  Al llegar aquí, la bondadosa anciana no pudo contener sus lágrimas.
“Perhaps, mother, you could manage to procure us a sight of these cavaliers, ” said Zayda.  —Tal vez, madre, podrías lograr que viésemos a esos caballeros —dijo Zaida.
“I think, ” said Zorayda, “a little music would be quite reviving. ”  —Yo creo —dijo Zoraida— que un poco de música nos animaría mucho.
The timid Zorahayda said nothing, but threw her arms round the neck of Kadiga.  La tímida Zorahaida no dijo nada, pero echó sus brazos al cuello de Kadiga.
“Mercy on me! ” exclaimed the discreet old woman; “what are you talking of, my children? Your father would be the death of us all if he heard of such a thing. To be sure, these cavaliers are evidently well-bred, and high-minded youths; but what of that? they are the enemies of our faith, and you must not even think of them but with abhorrence. ”  —¡Pobre de mí! —exclamó la discreta anciana—. ¿Qué estáis diciendo, hijas mías? Vuestro padre nos mataría a todos si oyese semejante cosa. Sin duda que los caballeros son jóvenes muy nobles y bien educados; pero ¿qué importa? Son enemigos de nuestra fe, y no debéis pensar en ellos sino para aborrecerlos.
There is an admirable intrepidity in the female will, particularly when about the marriageable age, which is not to be deterred by dangers and prohibitions. The princesses hung round their old duenna, and coaxed, and entreated, and declared that a refusal would break their hearts.  Hay una admirable intrepidez en la voluntad femenina, en especial cuando la mujer está en edad de casarse; por la cual, no se acobarda ante los peligros o las prohibiciones. Las princesas se colgaron a la vieja dueña y le rogaron, suplicaron y advirtieron que su negativa les destrozaría el corazón.
What could she do? She was certainly the most discreet old woman in the whole world, and one of the most faithful servants to the king; but was she to see three beautiful princesses break their hearts for the mere tinkling of a guitar? Besides, though she had been so long among the Moors, and changed her faith in imitation of her mistress, like a trusty follower, yet she was a Spaniard born, and had the lingerings of Christianity in her heart. So she set about to contrive how the wish of the princesses might be gratified.  ¿Qué podía hacer ella? Era, ciertamente, la mujer más discreta del mundo y la más fiel servidora del rey; pero ¿consentiría que se destrozase el corazón de tres bellas infantas por el simple rasgueo de una guitarra? Además, aunque estaba tanto tiempo entre moros y había cambiado de religión imitando a su señora, como fiel servidora suya, al fin, era española de nacimiento y sentía la nostalgia del cristianismo en el fondo de su corazón; así, pues, se propuso buscar el modo de satisfacer el deseo de las jóvenes.
The Christian captives, confined in the Vermilion Towers, were under the charge of a big-whiskered, broad-shouldered renegado, called Hussein Baba, who was reputed to have a most itching palm. She went to him privately, and slipping a broad piece of gold into his hand, “Hussein Baba, ” said she; “My mistresses, the three princesses, who are shut up in the tower, and in sad want of amusement, have heard of the musical talents of the three Spanish cavaliers, and are desirous of hearing a specimen of their skill. I am sure you are too kind-hearted to refuse them so innocent a gratification. ”  Los cautivos cristianos presos en Torres Bermejas, vivían a cargo de un barbudo renegado de anchas espaldas llamado Hussein Baba, que tenía fama de ser bastante aficionado al soborno. Kadiga le visitó en secreto y, deslizándole en la mano una gran moneda de oro, le dijo: —Hussein Baba: mis señoras, las tres princesas que están encerradas en la torre, muy necesitadas de distracción, han oído hablar del talento musical de los tres caballeros españoles, y están deseosas de escuchar alguna prueba de su habilidad. Segura estoy que eres demasiado bondadoso para negarte a un capricho tan inocente.
“What! and to have my head set grinning over the gate of my own tower! for that would be the reward, if the king should discover it. ”  —¡Cómo! Y luego que pongan mi cabeza haciendo muecas en la puerta de mi torre. Esa sería la recompensa que me darla el rey, si llegase a descubrirlo.
“No danger of any thing of the kind; the affair may be managed so that the whim of the princesses may be gratified, and their father be never the wiser. You know the deep ravine outside of the walls which passes immediately below the tower. Put the three Christians to work there, and at the intervals of their labor, let them play and sing, as if for their own recreation. In this way the princesses will be able to hear them from the windows of the tower, and you may be sure of their paying well for your compliance. ”  —No hay peligro ninguno; podemos arreglar el asunto de tal manera que se satisfaga el capricho de las princesas sin que su padre se entere. Tú conoces el profundo barranco que pasa por la parte exterior de las murallas, precisamente por debajo de la torre. Pon allí a trabajar a los tres cris tianos y, en los intermedios de su tarea, déjalos tocar y cantar como si fuera para su propio recreo. De esta manera podrán oírlos mis señoras desde las ventanas de la torre, y puedes confiar en que pagaré bien tu condescendencia.
As the good old woman concluded her harangue, she kindly pressed the rough hand of the renegado, and left within it another piece of gold.  Cuando la buena anciana concluyó su arenga, oprimió cariñosamente la ruda mano del renegado, dejándole en ella otra moneda de oro.
Her eloquence was irresistible. The very next day the three cavaliers were put to work in the ravine. During the noontide heat, when their fellow-laborers were sleeping in the shade, and the guard nodding drowsily at his post, they seated themselves among the herbage at the foot of the tower, and sang a Spanish roundelay to the accompaniment of the guitar.  Esta elocuencia fue irresistible. Al día siguiente, los tres caballeros trabajaron en el barranco. Durante las horas calurosas del mediodía, mientras sus compañeros de penas y fatigas dormían a la sombra, y la guardia, amodorrada, daba cabezadas en sus puestos, sentáronse sobre la hierba al pie de la torre y cantaron unas melodías españolas con el acompañamiento de la guitarra.
The glen was deep, the tower was high, but their voices rose distinctly in the stillness of the summer noon. The princesses listened from their balcony, they had been taught the Spanish language by their duenna, and were moved by the tenderness of the song. The discreet Kadiga, on the contrary, was terribly shocked. “Allah preserve us! ” cried she, “they are singing a love-ditty, addressed to yourselves. Did ever mortal hear of such audacity? I will run to the slave-master, and have them soundly bastinadoed. ”  Profundo era el barranco y alta la torre; pero sus voces se elevaban claramente en el silencio de aquellas horas estivales. Las princesas escuchaban desde su balcón; habían aprendido de su dueña la lengua española, y se conmovieron por la ternura de la canción. La discreta Kadiga, por el contrario, estaba muy inquieta. —¡Alá nos proteja! —exclamó——. Están cantando una cantilena amorosa dirigida a vosotras. ¿Quién vio nunca semejante audacia? Ahora mismo voy a decirle al capataz de los esclavos que les dé una soberana paliza.
“What! bastinado such gallant cavaliers, and for singing so charmingly! ” The three beautiful princesses were filled with horror at the idea. With all her virtuous indignation, the good old woman was of a placable nature, and easily appeased. Besides, the music seemed to have a beneficial effect upon her young mistresses. A rosy bloom had already come to their cheeks, and their eyes began to sparkle. She made no further objection, therefore, to the amorous ditty of the cavaliers.  —¿Cómo? ¿Apalear a tan galantes caballeros porque cantan con tanta dulzura? Las tres hermosas infantas se horrorizaron ante semejante idea. Y a pesar de toda su virtuosa indignación, la buena anciana, que era de condición apacible, se tranquilizó fácilmente. Por otra parte, parecía que la música había logrado un benéfico efecto en sus jóvenes señoras. Insensiblemente volvieron los colores a sus mejillas y comenzaron a brillar sus ojos; así, que no opuso ninguna objeción al amoroso canto de los caballeros.
When it was finished, the princesses remained silent for a time; at length Zorayda took up a lute, and with a sweet, though faint and trembling voice, warbled a little Arabian air, the burden of which was, “The rose is concealed among her leaves, but she listens with delight to the song of the nightingale. ”  Cuando acabaron sus coplas los cautivos, quedaron en silencio las doncellas por un momento; al fin, Zoraida tomó un laúd, y con dulce, débil y emocionada voz, entonó una cancioncilla africana, cuyo estribillo era éste: Aunque la rosa se oculte entre sus pétalos escucha con deleite la canción del ruiseñor.
From this time forward the cavaliers worked almost daily in the ravine. The considerate Hussein Baba became more and more indulgent, and daily more prone to sleep at his post. For some time a vague intercourse was kept up by popular songs and romances, which, in some measure, responded to each other, and breathed the feelings of the parties. By degrees the princesses showed themselves at the balcony, when they could do so without being perceived by the guards. They conversed with the cavaliers also, by means of flowers, with the symbolical language of which they were mutually acquainted. The difficulties of their intercourse added to its charms, and strengthened the passion they had so singularly conceived; for love delights to struggle with difficulties, and thrives the most hardily on the scantiest soil.  Desde entonces, trabajaron los caballeros casi a diario en aquella cañada. El considerado Hussein Baba se hizo cada vez más indulgente y más propenso cada día a quedarse dormido en su puesto. Durante algún tiempo se estableció una misteriosa correspondencia por medio de canciones populares y romances, consistentes, en cierto modo, en una conversación que revelaba los sentimientos de unos y otros. Poco a poco las princesas se fueron asomando al balcón siempre que podían burlar la vigilancia de los guardias. También conversaban con los caballeros por medio de flores cuyo simbólico lenguaje conocían mutuamente. Las mismas dificultades de su correspondencia aumentaba sus encantos y avivaba la pasión que de tan singular manera despertara en sus corazones; pues el amor se complace en luchar con los obstáculos y crece con más fuerza cuando más estrecho y limitado es el terreno.
The change effected in the looks and spirits of the princesses by this secret intercourse, surprised and gratified the left-handed king; but no one was more elated than the discreet Kadiga, who considered it all owing to her able management.  El cambio operado en el aspecto y carácter de las princesas con esta secreta correspondencia sorprendió y agradó al zurdo rey; pero nadie se mostraba más satisfecho que la discreta Kadiga, la cual lo consideraba todo debido a su hábil prudencia.
At length there was an interruption in this telegraphic correspondence; for several days the cavaliers ceased to make their appearance in the glen. The princesses looked out from the tower in vain. In vain they stretched their swan-like necks from the balcony; in vain they sang like captive nightingales in their cage: nothing was to be seen of their Christian lovers; not a note responded from the groves. The discreet Kadiga sallied forth in quest of intelligence, and soon returned with a face full of trouble. “Ah, my children! ” cried she, “I saw what all this would come to, but you would have your way; you may now hang up your lutes on the willows. The Spanish cavaliers are ransomed by their families; they are down in Granada, and preparing to return to their native country. ”  Mas he aquí que esta telegráfica comunicación interrumpióse durante unos días, pues los caballeros no volvieron a aparecer por el barranco. En vano miraban las tres jóvenes desde la torre; en vano asomaban sus cuellos de cisne por el balcón; en vano gorjeaban como ruiseñores en sus jaulas: no veían a sus enamorados caballeros cristianos, ni una nota respondía desde la alameda. La discreta Kadiga salió en busca de noticias, y pronto regresó con el rostro lleno de turbación. —¡Ay, hijas mías! —exclamó——. ¡Ya preveía yo en qué iba a parar todo esto, pero tal fue vuestra voluntad! Podéis colgar el laúd en los sauces. Los caballeros españoles han sido rescatados por sus familias, han bajado a Granada y estarán preparando el regreso a su patria.
The three beautiful princesses were in despair at the tidings. Zayda was indignant at the slight put upon them, in thus being deserted without a parting word. Zorayda wrung her hands and cried, and looked in the glass, and wiped away her tears, and cried afresh. The gentle Zorahayda leaned over the balcony and wept in silence, and her tears fell drop by drop among the flowers of the bank where the faithless cavaliers had so often been seated.  Las tres bellas infantas quedaron desconsoladas con aquella noticia. Zaida se indignó por la descortesía usada con ella, al marcharse de este modo, sin una palabra de despedida. Zoraida se retorcía las manos y lloraba; mirándose en el espejo, se enjugaba sus lágrimas y volvía a llorar de nuevo amargamente. La gentil Zorahaida, apoyada en el alféizar de la ventana, lloraba en silencio, y sus lágrimas regaron gota a gota las flores de la ladera en que tantas veces se habían sentado los tres desleales caballeros.
The discreet Kadiga did all in her power to soothe their sorrow. “Take comfort, my children, ” said she, “this is nothing when you are used to it. This is the way of the world. Ah! when you are as old as I am, you will know how to value these men. I’ll warrant these cavaliers have their loves among the Spanish beauties of Cordova and Seville, and will soon be serenading under their balconies, and thinking no more of the Moorish beauties in the Alhambra. Take comfort, therefore, my children, and drive them from your hearts. ”  La discreta Kadiga hizo cuanto pudo por mitigarles su pena. —Consolaos, hijas mías —les decía—; esto no será nada cuando os hayáis acostumbrado. Así es el mundo. ¡Ay! Cuando seáis tan viejas como yo, sabréis lo que son los hombres. Segura estoy que esos jóvenes tienen amores con algunas bellas españolas de Córdoba o Sevilla, y pronto les darán serenatas bajo sus balcones, sin acordarse de las bellezas moras de la Alhambra. Consolaos, pues, hijas mías, y arrojadlos de vuestros corazones.
The comforting words of the discreet Kadiga only redoubled the distress of the three princesses, and for two days they continued inconsolable. On the morning of the third, the good old woman entered their apartment, all ruffling with indignation.  Las alentadoras palabras de la discreta Kadiga sólo sirvieron para acrecentar el dolor de las tres princesas, que permanecieron inconsolables durante dos días. En la mañana del tercero, la buena anciana entró en sus habitaciones, trémula de indignación.
“Who would have believed such insolence in mortal man! ” exclaimed she, as soon as she could find words to express herself; “but I am rightly served for having connived at this deception of your worthy father. Never talk more to me of your Spanish cavaliers. ”  —¡Quién se hubiera imaginado tamaña insolencia en un ser mortal! —exclamó, tan pronto como pudo hallar palabras para expresarse—. Pero bien merecido me lo tengo por contribuir a engañar a vuestro digno padre. ¡No me habléis más en la vida de vuestros caballeros españoles!
“Why, what has happened, good Kadiga? ” exclaimed the princesses in breathless anxiety.  —Pero ¿qué ha sucedido, buena Kadiga? —exclamaron las princesas con anhelante inquietud.
“What has happened?—treason has happened! or what is almost as bad, treason has been proposed; and to me, the most faithful of subjects, the trustiest of duennas! Yes, my children, the Spanish cavaliers have dared to tamper with me, that I should persuade you to fly with them to Cordova, and become their wives! ”  —¿Que qué ha sucedido? ¡Qué han hecho traición o lo que es lo mismo, que me han propuesto hacer una traición! ¡A mí, la más fiel de los súbditos de vuestro padre, la más leal de las dueñas! ¡Sí, hijas mías, los caballeros españoles se han atrevido a proponerme que os persuada para que huyáis con ellos a Córdoba y os hagáis sus esposas!
Here the excellent old woman covered her face with her hands, and gave way to a violent burst of grief and indignation. The three beautiful princesses turned pale and red, pale and red, and trembled, and looked down, and cast shy looks at each other, but said nothing. Meantime, the old woman sat rocking backward and forward in violent agitation, and now and then breaking out into exclamations, “That ever I should live to be so insulted!—I, the most faithful of servants! ”  Y al llegar aquí la astuta vieja se cubrió el rostro con las manos entregándose a un violento acceso de pesar e indignación. Las tres hermosas infantas tan pronto se ponían rojas como pálidas, estremecíanse, bajaban sus ojos al suelo y se miraban de reojo unas a otras; pero no dijeron nada. Entre tanto se sentó Kadiga, agitándose violentamente, mientras prorrumpía de cuando en cuando en exclamaciones: —¡Que haya yo vivido para ser insultada de este modo! ¡Yo, la más fiel servidora!
At length, the eldest princess, who had most spirit and always took the lead, approached her, and laying her hand upon her shoulder, “Well, mother, ” said she, “supposing we were willing to fly with these Christian cavaliers—is such a thing possible? ”  Al fin, la mayor de las princesas, que poseía más valor y tomaba siempre la iniciativa, se acercó a ella y, poniéndole una mano en el hombro, le dijo: —Y bien, madre; suponiendo que nosotros estemos dispuestas a huir con esos caballeros cristianos, ¿sería eso posible?
The good old woman paused suddenly in her grief, and looking up, “Possible, ” echoed she; “to be sure, it is possible. Have not the cavaliers already bribed Hussein Baba, the renegado captain of the guard, and arranged the whole plan? But, then, to think of deceiving your father! your father, who has placed such confidence in me! ” Here the worthy woman gave way to a fresh burst of grief, and began to rock backward and forward, and to wring her hands.  La buena anciana se contuvo bruscamente en su desconsuelo y, alzando la mirada, repitió: —¿Posible? ¡Claro que es posible! ¿No han sobornado ya los caballeros a Hussein Baba, el renegado capitán de la guardia, y han concertado con él todo el plan? Pero, ¡cómo! ¡Pensar en engañar a vuestro padre! ¡A vuestro padre, que ha depositado en mí toda su confianza! Y aquí la buena mujer cedió a otra explosión de dolor, y comenzó a agitarse y a retorcerse las manos.
“But our father has never placed any confidence in us, ” said the eldest princess, “but has trusted to bolts and bars, and treated us as captives. ”  —Pero nuestro padre nunca depositó confianza alguna en nosotras —replicó la mayor de las princesas—. Nos confió a cerrojos y barrotes y nos trató como a cautivas.
“Why, that is true enough, ” replied the old woman, again pausing in her grief; “he has indeed treated you most unreasonably, keeping you shut up here, to waste your bloom in a moping old tower, like roses left to wither in a flower-jar. But, then, to fly from your native land! ”  —Eso es verdad —respondió Kadiga, conteniendo de nuevo sus lamentaciones—. Realmente os ha tratado de un modo indigno, encerrándoos aquí, en esta vieja torre, para que se marchite vuestra lozanía como las rosas que se deshojan en un búcaro. Sin embargo, ¡huir de vuestro país natal!...
“And is not the land we fly to, the native land of our mother, where we shall live in freedom? And shall we not each have a youthful husband in exchange for a severe old father? ”  —¿Y no es la tierra adonde vamos la patria de nuestra madre, donde viviríamos en libertad? ¿No tendríamos cada una un marido joven en vez de un padre viejo y severo?
“Why, that again is all very true; and your father, I must confess, is rather tyrannical: but what then, ” relapsing into her grief, “would you leave me behind to bear the brunt of his vengeance? ”  —¡Sí; también todo eso es verdad! He de confesar que vuestro padre es un tirano; pero entonces... —volviendo a su dolor—, ¿me dejaréis aquí abandonada, para que yo soporte el peso de su venganza?
“By no means, my good Kadiga; cannot you fly with us? ”  —De ninguna manera, mi buena Kadiga; ¿no puedes venir con nosotras?
“Very true, my child; and, to tell the truth, when I talked the matter over with Hussein Baba, he promised to take care of me, if I would accompany you in your flight: but then, bethink you, my children, are you willing to renounce the faith of your father? ”  —Ciertamente que sí, hija mía. A decir verdad, cuando traté de este asunto con Hussein Baba, prometió cuidar de mí si yo os acompañaba en la huida; pero pensadlo bien, hijas mías: ¿estáis dispuestas a renunciar a la fe de vuestro padre?
“The Christian faith was the original faith of our mother, ” said the eldest princess; “I am ready to embrace it, and so, I am sure, are my sisters. ”  —La religión cristiana fue la primera de nuestra madre —argumentó la mayor de las princesas—. Estoy dispuesta a recibirla, y segura de que mis hermanas también.
“Right again, ” exclaimed the old woman, brightening up; “it was the original faith of your mother, and bitterly did she lament, on her death-bed, that she had renounced it. I promised her then to take care of your souls, and I rejoice to see that they are now in a fair way to be saved. Yes, my children, I, too, was born a Christian, and have remained a Christian in my heart, and am resolved to return to the faith. I have talked on the subject with Hussein Baba, who is a Spaniard by birth, and comes from a place not far from my native town. He is equally anxious to see his own country, and to be reconciled to the church; and the cavaliers have promised, that, if we are disposed to become man and wife, on returning to our native land, they will provide for us handsomely. ”  —Tienes razón —exclamó el aya con alegría—. Esa fue la primitiva religión de vuestra madre, y se lamentó muy amargamente, en su lecho de muerte, de haber abjurado de ella. Entonces le ofrecí cuidar de vuestras almas, y ahora me alegra el veros en camino de salvación. Sí, hijas mías: yo también nací cristiana y he seguido siéndolo en el fondo de mi corazón, y estoy resuelta a volver a mi fe. He tratado esto con Hussein Baba, español de nacimiento y natural de un pueblo no muy distante de mi ciudad natal. También está él ansioso de ver su patria y reconciliarse con la Iglesia. Los caballeros nos han prometido que, si estamos dispuestos a ser marido y mujer al regresar a nuestra patria, ellos nos ayudarán generosamente.
In a word, it appeared that this extremely discreet and provident old woman had consulted with the cavaliers and the renegado, and had concerted the whole plan of escape. The eldest princess immediately assented to it; and her example, as usual, determined the conduct of her sisters. It is true, the youngest hesitated, for she was gentle and timid of soul, and there was a struggle in her bosom between filial feeling and youthful passion: the latter, however, as usual, gained the victory, and with silent tears, and stifled sighs, she prepared herself for flight.  En una palabra: resultó que esta discretísima y previsora anciana había consultado ya con los caballeros y el renegado, y concertado con ellos todo el plan de fuga. Zaida lo aceptó inmediatamente, y su ejemplo, como de costumbre, determinó la conducta de las hermanas. También es verdad que Zorahaida, la más joven, vacilaba; pues su alma dulce y tímida luchaba entre el cariño filial y la pasión juvenil; mas, como siempre, la hermana mayor ganó la victoria, y entre lágrimas silenciosas y suspiros ahogados, preparóse también para la evasión.
The rugged hill on which the Alhambra is built was, in old times, perforated with subterranean passages, cut through the rock, and leading from the fortress to various parts of the city, and to distant sally-ports on the banks of the Darro and the Xenil. They had been constructed at different times by the Moorish kings, as means of escape from sudden insurrections, or of secretly issuing forth on private enterprises. Many of them are now entirely lost, while others remain, partly choked with rubbish, and partly walled up; monuments of the jealous precautions and warlike stratagems of the Moorish government. By one of these passages, Hussein Baba had undertaken to conduct the princesses to a sally-port beyond the walls of the city, where the cavaliers were to be ready with fleet steeds, to bear the whole party over the borders.  La escarpada colina sobre la que está edificada la Alhambra, se halla desde tiempos antiguos minada por pasadizos subterráneos, abiertos en la roca, que conducen desde la fortaleza a varios sitios de la ciudad y a distintos portillos en las márgenes del Darro y del Genil; construidos en épocas diferentes por los reyes moros, como medios de escapar en las insurrecciones repentinas, o para las secretas salidas de sus aventuras privadas. Muchos de estos pasadizos se encuentran hoy completamente ignorados, y otros, cegados en parte por los escombros, o tapiados —recuerdo para nosotros de las celosas precauciones o estratagemas guerreras del gobierno moro—. Por uno de estos subterráneos pasadizos había determinado Hussein Baba llevar a las princesas hasta una salida más allá de las murallas de la ciudad, en donde estarían preparados los caballeros con veloces corceles para huir con todos hasta la frontera.
The appointed night arrived: the tower of the princesses had been locked up as usual, and the Alhambra was buried in deep sleep. Towards midnight, the discreet Kadiga listened from the balcony of a window that looked into the garden. Hussein Baba, the renegado, was already below, and gave the appointed signal. The duenna fastened the end of a ladder of ropes to the balcony, lowered it into the garden and descended. The two eldest princesses followed her with beating hearts; but when it came to the turn of the youngest princess, Zorahayda, she hesitated, and trembled. Several times she ventured a delicate little foot upon the ladder, and as often drew it back, while her poor little heart fluttered more and more the longer she delayed. She cast a wistful look back into the silken chamber; she had lived in it, to be sure, like a bird in a cage; but within it she was secure; who could tell what dangers might beset her, should she flutter forth into the wide world! Now she bethought her of the gallant Christian lover, and her little foot was instantly upon the ladder; and anon she thought of her father, and shrank back. But fruitless is the attempt to describe the conflict in the bosom of one so young and tender and loving, but so timid, and so ignorant of the world.  Llegó la noche señalada. La torre de las infantas fue cerrada como de costumbre, y la Alhambra quedó sumida en el más profundo silencio. A eso de la medianoche, la discreta Kadiga escuchó desde una ventana que daba al jardín. Hussein Baba el renegado ya estaba debajo y daba la señal convenida. La dueña amarró el extremo de una escala al balcón, la dejó caer hasta el jardín y bajó por ella. Las dos princesas mayores la siguieron con el corazón palpitante; pero cuando llegó su turno a la más joven, Zorahaida, comenzó a vacilar y temblar. Varias veces se aventuró a posar su delicado piececito sobre la escala, y otras lo retiró, cada vez más agitado su pobre corazón cuanto más vacilaba. Dirigió sus ojos anhelantes sobre la habitación tapizada de seda; en ella había vivido, es cierto, coma pájaro en jaula; pero dentro de ella se encontraba segura. ¿Quién podría adivinar los peligros que la rodearían cuando se viera lanzada por el ancho mundo? Recordó entonces a su gallardo caballero cristiano, y al instante posó su lindo pie sobre la escala; pero pensó de nuevo en su padre, y lo volvió a retirar. Es inútil intentar describir el conflicto que se libraba en el pecho de una joven tan tierna y enamorada, a la vez que tímida e ignorante de la vida.
In vain her sisters implored, the duenna scolded, and the renegado blasphemed beneath the balcony; the gentle little Moorish maid stood doubting and wavering on the verge of elopement, tempted by the sweetness of the sin, but terrified at its perils.  En vano le imploraban sus hermanas, regañaba la dueña y blasfemaba el renegado debajo del balcón; la gentil doncella mora seguía dudosa y vacilante en el momento de la fuga, tentada por los encantos de la culpa, pero aterrada de sus peligros.
Every moment increased the danger of discovery. A distant tramp was heard. “The patrols are walking their rounds, ” cried the renegado; “if we linger, we perish. Princess, descend instantly, or we leave you. ”  A cada instante aumentaba el riesgo de ser descubiertos. Se oyeron pasos lejanos. —¡Las patrullas haciendo su ronda! —gritó el renegado—. ¡Si nos entretenemos, estamos perdidos! ¡Princesa: baja inmediatamente o nos vamos sin ti!
Zorahayda was for a moment in fearful agitation; then loosening the ladder of ropes, with desperate resolution, she flung it from the balcony.  Zorahaida se sintió presa de agitación febril; luego, desatando las cuerdas con desesperada resolución, dejólas caer desde la ventana.
“It is decided! ” cried she; “flight is now out of my power! Allah guide and bless ye, my dear sisters! ”  —¡Está decidido! —exclamó——. Ya no me es posible la fuga! ¡Alá os guíe y os bendiga, queridas hermanas!
The two eldest princesses were shocked at the thoughts of leaving her behind, and would fain have lingered, but the patrol was advancing; the renegado was furious, and they were hurried away to the subterraneous passage. They groped their way through a fearful labyrinth, cut through the heart of the mountain, and succeeded in reaching, undiscovered, an iron gate that opened outside of the walls. The Spanish cavaliers were waiting to receive them, disguised as Moorish soldiers of the guard, commanded by the renegado.  Las dos princesas mayores se horrorizaron al pensar que iban a abandonarla, y se habrían quedado con gusto; mas la patrulla se acercaba, el renegado estaba furioso, y se vieron empujadas hacia el pasadizo subterráneo. Anduvieron a tientas por un confuso laberinto labrado en el corazón de la montaña, y lograron llegar, sin ser vistas, a una puerta de hierro que daba a la parte exterior de la muralla. Los caballeros españoles esperaban allí para recibirlas, disfrazados de soldados moros de la guardia que mandaba el renegado.
The lover of Zorahayda was frantic, when he learned that she had refused to leave the tower; but there was no time to waste in lamentations. The two princesses were placed behind their lovers, the discreet Kadiga mounted behind the renegado, and they all set off at a round pace in the direction of the Pass of Lope, which leads through the mountains towards Cordova.  El amante de Zorahaida se puso frenético cuando supo que ella se había negado a abandonar la torre; pero no se podía perder el tiempo en lamentaciones. Las dos infantas fueron colocadas a la grupa con sus enamorados caballeros; la discreta Kadiga montó detrás del renegado, y todos partieron veloces en dirección al Paso de Lope, que conduce por entre montañas a Córdoba.
They had not proceeded far when they heard the noise of drums and trumpets from the battlements of the Alhambra.  No habían avanzado mucho cuando oyeron el ruido de tambores y trompetas en los adarves de la Alhambra.
“Our flight is discovered! ” said the renegado.  —¡Han descubierto nuestra fuga! —dijo el renegado.
“We have fleet steeds, the night is dark, and we may distance all pursuit, ” replied the cavaliers.  —Tenemos veloces caballerías, la noche es oscura y podemos burlar toda persecución —replicaron los caballeros.
They put spurs to their horses, and scoured across the Vega. They attained the foot of the mountain of Elvira, which stretches like a promontory into the plain. The renegado paused and listened. “As yet, ” said he, “there is no one on our traces, we shall make good our escape to the mountains. ” While he spoke, a light blaze sprang up on the top of the watchtower of the Alhambra.  Espolearon a sus corceles y volaron raudos a través de la Vega. Llegaron al pie de Sierra Elvira, que se levanta como un promontorio en medio de la llanura; el renegado se detuvo y escuchó. —Hasta ahora —afirmó—— nadie nos sigue, y podremos escapar a las montañas. Al decir esto, brilló una intensa luz en lo alto de la atalaya de la Alhambra.
“Confusion! ” cried the renegado, “that bale fire will put all the guards of the passes on the alert. Away! away! Spur like mad—there is no time to be lost. ”  —¡Maldición! —gritó el renegado—. Esa luz es la señal de alerta para todos los guardias de los pasos. ¡Adelante! ¡Adelante! ¡Espoleemos con furia, pues no hay tiempo que perder!
Away they dashed—the clattering of their horses’ hoofs echoed from rock to rock, as they swept along the road that skirts the rocky mountain of Elvira. As they galloped on, the bale fire of the Alhambra was answered in every direction; light after light blazed on the atalayas, or watchtowers of the mountains.  Emprendieron una veloz carrera; el choque de los cascos de los caballos resonaba de roca en roca conforme volaban por el camino que rodea la pedregosa Sierra Elvira. En tanto que galopaban, la luz de la Alhambra era contestada en todas direcciones, y una tras otra brillaban las luminarias sobre las atalayas de los montes.
“Forward! forward! ” cried the renegado, with many an oath, “to the bridge—to the bridge, before the alarm has reached there! ”  —¡Adelante! ¡Adelante! —gritaba el renegado, mientras lanzaba juramentos—. ¡Al puente! ¡Al puente, antes que la alarma llegue hasta allí!
They doubled the promontory of the mountains, and arrived in sight of the famous Bridge of Pinos, that crosses a rushing stream often dyed with Christian and Moslem blood. To their confusion, the tower on the bridge blazed with lights and glittered with armed men. The renegado pulled up his steed, rose in his stirrups and looked about him for a moment; then beckoning to the cavaliers, he struck off from the road, skirted the river for some distance, and dashed into its waters. The cavaliers called upon the princesses to cling to them, and did the same. They were borne for some distance down the rapid current, the surges roared round them, but the beautiful princesses clung to their Christian knights, and never uttered a complaint. The cavaliers attained the opposite bank in safety, and were conducted by the renegado, by rude and unfrequented paths, and wild barrancos, through the heart of the mountains, so as to avoid all the regular passes. In a word, they succeeded in reaching the ancient city of Cordova; where their restoration to their country and friends was celebrated with great rejoicings, for they were of the noblest families. The beautiful princesses were forthwith received into the bosom of the Church, and, after being in all due form made regular Christians, were rendered happy wives.  Doblaron el promontorio de la Sierra, y dieron vista al famoso Puente de Pinos, que salva una impetuosa corriente, muchas veces teñida con sangre cristiana y musulmana. Para mayor confusión, la torre del puente se pobló de luces y brillaron en ella las armaduras. El renegado detuvo el caballo, se alzó sobre los estribos y miró a su alrededor un momento; luego, haciendo una señal a los caballeros, se salió del camino, costeó el río durante algún trecho y se adentró en sus aguas. Los caballeros ordenaron a las princesas que se sujetaran bien a ellos, e hicieron lo mismo. Fueron arrastrados un poco por la rápida corriente, cuyas aguas rugían en torno; pero las hermosas princesas se afianzaron a los jinetes, sin exhalar una queja. Alcanzaron la orilla opuesta sanos y salvos, guiados por el renegado, cruzaron por escabrosos y desusados pasos y ásperos barrancos, a través del corazón de la montaña, evitando los caminos ordinarios. En una palabra: lograron llegar a la antigua ciudad de Córdoba, en donde fue celebrado con grandes fiestas el regreso de los caballeros a su patria y a sus amigos, pues pertenecían a las más nobles familias. Las hermosas princesas fueron seguidamente admitidas en el seno de la Iglesia y, después de haber abrazado la fe cristiana, llegaron a ser felices esposas.
In our hurry to make good the escape of the princesses across the river, and up the mountains, we forgot to mention the fate of the discreet Kadiga. She had clung like a cat to Hussein Baba in the scamper across the Vega, screaming at every bound, and drawing many an oath from the whiskered renegado; but when he prepared to plunge his steed into the river, her terror knew no bounds. “Grasp me not so tightly, ” cried Hussein Baba; “hold on by my belt and fear nothing. ” She held firmly with both hands by the leathern belt that girded the broad-backed renegado; but when he halted with the cavaliers to take breath on the mountain summit, the duenna was no longer to be seen.  En nuestra prisa por ayudarles a cruzar el río y las montañas, hemos olvidado decir qué aconteció a la discreta Kadiga. Se aferró como un gato a Hussein Baba, en su carreta a través de la vega, chillando a cada salto y haciendo arrancar blasfemias al barbudo renegado; mas cuando éste se dispuso a entrar en el río con el caballo, su terror no conoció limites. —No me aprietes con tanta fuerza —gritaba Hussein Baba—; agárrate a mi cinturón y nada temas. Ella se había sujetado fuertemente con ambas manos al cinturón de cuero que llevaba ceñido el robusto renegado; pero cuando éste se detuvo con los caballos en la cumbre del monte para tomar aliento, la dueña había desaparecido.
“What has become of Kadiga? ” cried the princesses in alarm.  —¿Qué ha sido de Kadiga? —gritaron alarmadas las princesas.
“Allah alone knows! ” replied the renegado; “my belt came loose when in the midst of the river, and Kadiga was swept with it down the stream. The will of Allah be done! but it was an embroidered belt, and of great price. ”  —¡Sólo Alá lo sabe! —contestó el renegado—. Mi cinturón se desató en medio del río, y Kadiga fue arrastrada por la corriente. ¡Cúmplase la voluntad de Alá!; aunque fuera un cinturón bordado de gran precio.
There was no time to waste in idle regrets; yet bitterly did the princesses bewail the loss of their discreet counsellor. That excellent old woman, however, did not lose more than half of her nine lives in the water: a fisherman, who was drawing his nets some distance down the stream, brought her to land, and was not a little astonished at his miraculous draught. What further became of the discreet Kadiga, the legend does not mention; certain it is that she evinced her discretion in never venturing within the reach of Mohamed the Left-handed.  No había tiempo que perder en inútiles lamentaciones; con todo, las princesas lloraron amargamente la pérdida de su discreta consejera. Aquella excelente anciana, sin embargo, no perdió en el agua más que la mitad de sus siete vidas; un pescador, que recogía sus redes a alguna distancia de allí, la sacó a tierra no poco asombrado de su milagrosa pesca. Lo que fuera después de la discreta Kadiga, no lo menciona la leyenda; pero se sabe que evidenció su discreción no poniéndose jamás al alcance de Mohamed el Zurdo.
Almost as little is known of the conduct of that sagacious monarch when he discovered the escape of his daughters, and the deceit practised upon him by the most faithful of servants. It was the only instance in which he had called in the aid of counsel, and he was never afterwards known to be guilty of a similar weakness. He took good care, however, to guard his remaining daughter, who had no disposition to elope: it is thought, indeed, that she secretly repented having remained behind: now and then she was seen leaning on the battlements of the tower, and looking mournfully towards the mountains in the direction of Cordova, and sometimes the notes of her lute were heard accompanying plaintive ditties, in which she was said to lament the loss of her sisters and her lover, and to bewail her solitary life. She died young, and, according to popular rumor, was buried in a vault beneath the tower, and her untimely fate has given rise to more than one traditionary fable.  Tampoco se sabe mucho de la conducta de aquel sagaz monarca cuando descubrió la huida de sus hijas y el engaño que le jugara la más fiel de sus servidoras. Aquélla había sido la única vez que había pedido un consejo, y no hay noticias de que volviera jamás a incurrir en semejante debilidad. Tuvo buen cuidado de guardar a la hija que le quedaba, la que no se sintió con valor para fugarse. Se cree como cosa cierta que Zorahaida se arrepintió interiormente de haber quedado en la Alhambra. Alguna vez se la veía reclinada en los adarves de la torre, mirando tristemente las montañas en dirección a Córdoba; otras veces se oían las notas de su laúd acompañando elegiacas canciones, en las cuales lamentaba la pérdida de sus hermanas y de su amante, y se dolía de su solitaria existencia. Murió joven, y según el rumor popular fue sepultada en una bóveda bajo la torre, dando lugar su prematura muerte a más de una conseja tradicional.
The following legend, which seems in some measure to spring out of the foregoing story, is too closely connected with high historic names to be entirely doubted. The Count’s daughter, and some of her young companions, to whom it was read in one of the evening tertulias, thought certain parts of it had much appearance of reality; and Dolores, who was much more versed than they in the improbable truths of the Alhambra, believed every word of it.  La leyenda que sigue a continuación, que parece nacida en cierto modo de la que acabamos de contar, está demasiado ligada a nobles e históricos nombres para ser puesta en duda por completo. La hija del conde y alguna de sus jóvenes amigas, a quienes les fue leída en una de las tertulias nocturnas, opinaban que ciertos fragmentos de la misma tenían mucha apariencia de realidad; y Dolores, mucho más versada que ellas en las improbables verdades de la Alhambra, la creía a pies juntillas. @


Legend of the Rose of the Alhambra



Leyenda de la Rosa de La Alhambra

FOR SOME time after the surrender of Granada by the Moors, that delightful city was a frequent and favorite residence of the Spanish sovereigns, until they were frightened away by successive shocks of earthquakes, which toppled down various houses, and made the old Moslem towers rock to their foundation.  ALGUN tiempo después de la entrega de Granada por los moros, fue esta deliciosa ciudad residencia frecuente y favorita de los soberanos españoles, hasta que se vieron ahuyentados de ella por los continuos terremotos que derribaron muchos de sus edificios e hicieron estremecer hasta sus cimientos a las viejas torres moriscas.
Many, many years then rolled away, during which Granada was rarely honored by a royal guest. The palaces of the nobility remained silent and shut up; and the Alhambra, like a slighted beauty, sat in mournful desolation, among her neglected gardens. The tower of the Infantas, once the residence of the three beautiful Moorish princesses, partook of the general desolation; the spider spun her web athwart the gilded vault, and bats and owls nestled in those chambers that had been graced by the presence of Zayda, Zorayda, and Zorahayda. The neglect of this tower may partly have been owing to some superstitious notions of the neighbors. It was rumored that the spirit of the youthful Zorahayda, who had perished in that tower, was often seen by moonlight seated beside the fountain in the hall, or moaning about the battlements, and that the notes of her silver lute would be heard at midnight by wayfarers passing along the glen.  Muchos, muchos años transcurrieron, durante los cuales rara vez se vio honrada Granada con algún huésped real. Cerrados y silenciosos quedaron los palacios de la nobleza, y la Alhambra —como una beldad desdeñada— permanecía en triste soledad en medio de sus abandonados jardines. La torre de las Infantas, en otro tiempo residencia de las tres bellas princesas, participaba de esta general desolación; la araña tejía su tela a través de las doradas bóvedas, y los murciélagos y lechuzas anidaban en aquellas cámaras otrora embellecidas con la presencia de Zaida, Zoraida y Zorahaida. El abandono de esta torre puede obedecer en cierto modo a algunas supersticiosas creencias de sus vecinos, pues se rumoreaba que el espíritu de la joven Zorahaida, que había muerto en aquella torre, era visto con frecuencia a la luz de la luna, sentado junto a la fuente del salón o llorando en las almenas; y que los caminantes que pasaban por el valle oían a medianoche las notas de su argentino laúd.
At length the city of Granada was once more welcomed by the royal presence. All the world knows that Philip V was the first Bourbon that swayed the Spanish sceptre. All the world knows that he married, in second nuptials, Elizabetta or Isabella (for they are the same), the beautiful princess of Parma; and all the world knows that by this chain of contingencies a French prince and an Italian princess were seated together on the Spanish throne. For a visit of this illustrious pair, the Alhambra was repaired and fitted up with all possible expedition. The arrival of the court changed the whole aspect of the lately deserted palace. The clangor of drum and trumpet, the tramp of steed about the avenues and outer court, the glitter of arms and display of banners about barbican and battlement, recalled the ancient and warlike glories of the fortress. A softer spirit, however, reigned within the royal palace. There was the rustling of robes and the cautious tread and murmuring voice of reverential courtiers about the antechambers; a loitering of pages and maids of honor about the gardens, and the sound of music stealing from open casements.  Por fin se vio una vez más la ciudad de Granada favorecida con la presencia de personajes reales. Todo el mundo sabe que Felipe V fue el primer Borbón que empuñó el cetro de España; que casó en segundas nupcias con Isabel, la bella princesa de Parma, y que por esta serie de circunstancias, un príncipe francés y una princesa italiana se sentaron juntos en el trono hispánico. La Alhambra fue reparada y decorada a toda prisa para recibir a los ilustres huéspedes. Con la llegada de la Corte cambió por completo el aspecto del palacio, poco antes desierto. El estruendo de tambores y trompetas; el trotar de caballos por las avenidas y patios exteriores, el brillo de las armas y el ondear de banderas por barbacanas y adarves, traía a la memoria el antiguo esplendor marcial de la fortaleza. Con todo, dentro del real palacio se respiraba un ambiente más apacible; escuchábase allí el crujir de las telas, el cauteloso paso y la voz murmuradora de los reverenciosos cortesanos a través de las antecámaras, el ir y venir de pajes y damas de honor por los jardines, y el sonar de la música que salía de las puertas y abiertas ventanas.
Among those who attended in the train of the monarchs was a favorite page of the queen, named Ruyz de Alarcon. To say that he was a favorite page of the queen was at once to speak his eulogium, for every one in the suite of the stately Elizabetta was chosen for grace, and beauty, and accomplishments. He was just turned of eighteen, light and lithe of form, and graceful as a young Antinous. To the queen he was all deference and respect, yet he was at heart a roguish stripling, petted and spoiled by the ladies about the court, and experienced in the ways of women far beyond his years.  Entre los que prestaban sus servicios en la regia comitiva, había un paje favorito de la reina, llamado Ruiz de Alarcón. Con decir que era paje favorito de la reina queda hecho su elogio, pues cuantos figuraban en el cortejo de la augusta Isabel habían sido elegidos por su gracia, su belleza o sus méritos. Acababa de cumplir dieciocho años y era esbelto, ligero y flexible de ademanes, y hermoso como un joven Antinoo. Ante la reina guardaba siempre toda clase de respeto y deferencias; pero en el fondo era un mozalbete travieso, acariciado y mimado por las damas de la Corte, y más experimentado en cuestión de faldas de lo que podía esperarse de sus años.
This loitering page was one morning rambling about the groves of the Generalife, which overlook the grounds of the Alhambra. He had taken with him for his amusement a favorite gerfalcon of the queen. In the course of his rambles, seeing a bird rising from a thicket, he unhooded the hawk and let him fly. The falcon towered high in the air, made a swoop at his quarry, but missing it, soared away, regardless of the calls of the page. The latter followed the truant bird with his eye, in its capricious flight, until he saw it alight upon the battlements of a remote and lonely tower, in the outer wall of the Alhambra, built on the edge of a ravine that separated the royal fortress from the grounds of the Generalife. It was in fact the “Tower of the Princesses. ”  Una mañana estaba el ocioso paje paseando por los bosques del Generalife que dominan los torreones de la Alhambra. Se había llevado para distraerse un halcón favorito de la reina. En el curso de su paseo vio un pájaro que salía volando de entre la maleza, quitó la caperuza al ave de rapiña y la echó a volar. El halcón se elevó en los aires y cayó sobre su presa; pero se le escapó y continuó volando sin hacer caso de las llamadas del paje. Siguió éste con la mirada al truhán del pájaro en su caprichoso vuelo, hasta que lo vio posarse sobre las almenas de una apartada y solitaria torre, en la muralla exterior de la Alhambra, construida al borde de un barranco que separa la fortaleza real de los terrenos del Generalife; era ésta, en una palabra, la torre de las Infantas.
The page descended into the ravine and approached the tower, but it had no entrance from the glen, and its lofty height rendered any attempt to scale it fruitless. Seeking one of the gates of the fortress, therefore, he made a wide circuit to that side of the tower facing within the walls.  Descendió el paje al barranco y se acercó a la torre; pero no existía ningún paso por la cañada, y la gran altura de aquélla hacía inútil todo intento de escalo; por lo que, buscando una de las puertas de la fortaleza, dio un gran rodeo por el lado de la torre que mira al interior de las murallas.
A small garden, inclosed by a trellis-work of reeds overhung with myrtle, lay before the tower. Opening a wicket, the page passed between beds of flowers and thickets of roses to the door. It was closed and bolted. A crevice in the door gave him a peep into the interior. There was a small Moorish hall with fretted walls, light marble columns, and an alabaster fountain surrounded with flowers. In the centre hung a gilt cage containing a singing bird, beneath it, on a chair, lay a tortoise-shell cat among reels of silk and other articles of female labor, and a guitar decorated with ribbons leaned against the fountain.  Delante de ella había un pequeño jardín, cercado por cañas y cubierto de mirto. Abriendo un portillo, atravesó el paje cuadros de flores y macizos de rosales, hasta llegar a la puerta, que estaba cerrada y con el cerrojo echado. Por un agujero que había en ella miró al interior. Vio un saloncito morisco de caladas paredes, gráciles columnas de mármol y una fuente de alabastro rodeada de flores. En el centro, una dorada jaula con un pajarillo; bajo ella, sobre una silla, descansaba un gato romano entre madejas de seda y otros objetos de labor femenina, y una guitarra adornada con cintas estaba apoyada junto a la fuente.
Ruyz de Alarcon was struck with these traces of female taste and elegance in a lonely, and, as he had supposed, deserted tower. They reminded him of the tales of enchanted halls current in the Alhambra; and the tortoise-shell cat might be some spell-bound princess.  Sorprendióse Ruiz de Alarcón ante aquellas muestras de buen gusto y femenina elegancia en una torre solitaria que él suponía deshabitada. Acudieron entonces a su recuerdo las leyendas de salones encantados, tan corrientes en la Alhambra, y pensó que tal vez fuese el gato alguna hechizada princesa.
He knocked gently at the door. A beautiful face peeped out from a little window above, but was instantly withdrawn. He waited, expecting that the door would be opened, but he waited in vain; no footstep was to be heard within—all was silent. Had his senses deceived him, or was this beautiful apparition the fairy of the tower? He knocked again, and more loudly. After a little while the beaming face once more peeped forth; it was that of a blooming damsel of fifteen.  Llamó bajito a la puerta, y un hermoso rostro asomó a un alto ventanillo; pero al instante desapareció. Esperó confiado en que se abriría la puerta, mas en vano; no oyó ruido de pasos en el interior, y todo permaneció en silencio. ¿Se habrían engañado sus sentidos, o era aquella hermosa aparición el hada de la torre? Volvió a llamar con más fuerza. Tras breve pausa, apareció nuevamente aquel rostro seductor; era el de una bellísima damisela de quince años.
The page immediately doffed his plumed bonnet, and entreated in the most courteous accents to be permitted to ascend the tower in pursuit of his falcon.  El paje se quitó inmediatamente su sombrero de plumas, y le rogó, en los términos más corteses, que le permitiera subir a la torre para coger su halcón.
“I dare not open the door, senor, ” replied the little damsel, blushing, “my aunt has forbidden it. ”  —No me atrevo a abriros la puerta, señor —contestó la doncella ruborizándose—; mi tía me lo tiene prohibido.
“I do beseech you, fair maid—it is the favorite falcon of the queen. I dare not return to the palace without it. ”  —Os 1o suplico, hermosa joven. Es el halcón favorito de la reina y no puedo volver al palacio sin él.
“Are you then one of the cavaliers of the court? ”  —¿Sois, pues, uno de los caballeros de la Corte?
“I am, fair maid; but I shall lose the queen’s favor and my place, if I lose this hawk. ”  —Sí, hermosa doncella; pero perderla el favor de la reina y mi puesto si se extraviase ese halcón.
“Santa Maria! It is against you cavaliers of the court my aunt has charged me especially to bar the door. ”  —¡Santa María! Precisamente es a los caballeros de la Corte a quienes me ha encargado mi tía de modo especial que no abra la puerta.
“Against wicked cavaliers doubtless, but I am none of these, but a simple harmless page, who will be ruined and undone if you deny me this small request. ”  —Pero eso será a los malos caballeros. Yo no soy de ésos, sino un sencillo e inofensivo paje, que se verá arruinado y perdido si os negáis a esta pequeña merced.
The heart of the little damsel was touched by the distress of the page. It was a thousand pities he should be ruined for the want of so trifling a boon. Surely too he could not be one of those dangerous beings whom her aunt had described as a species of cannibal, ever on the prowl to make prey of thoughtless damsels; he was gentle and modest, and stood so entreatingly with cap in hand, and looked so charming.  Conmovióse el corazón de la muchacha ante la congoja del mozo. Sería una pena que se arruinara por cosa tan insignificante. Seguramente aquel joven no era uno de los seres peligrosos que su tía le había descrito como una especie de caníbales, siempre al acecho para -hacer presa en las incautas doncellas; por otra parte, ¡era tan gentil y modesto!; ¡resultaba tan encantador, gorro en mano y en actitud suplicante!...
The sly page saw that the garrison began to waver, and redoubled his entreaties in such moving terms that it was not in the nature of mortal maiden to deny him; so the blushing little warden of the tower descended, and opened the door with a trembling hand, and if the page had been charmed by a mere glimpse of her countenance from the window, he was ravished by the full length portrait now revealed to him.  El astuto paje vio que la guarnición comenzaba a vacilar, y redobló sus súplicas en términos tan conmovedores que no era posible una negativa en la joven; así, pues, la ruborosa y pequeña guardiana de la torre bajó y abrió la puerta, con mano trémula; y si el paje quedó cautivado con sólo la contemplación de su rostro al asomarse a la ventana, sintióse ahora extasiado ante la figura completa que tenía ante los ojos.
Her Andalusian bodice and trim basquina set off the round but delicate symmetry of her form, which was as yet scarce verging into womanhood. Her glossy hair was parted on her forehead with scrupulous exactness, and decorated with a fresh-plucked rose, according to the universal custom of the country. It is true her complexion was tinged by the ardor of a southern sun, but it served to give richness to the mantling bloom of her cheek, and to heighten the lustre of her melting eyes.  Su corpiño andaluz y su adornada basquiña realzaban la redonda y delicada simetría de su talle, que apenas se acercaba a la edad de la mujer. Llevaba el lustroso cabello partido en su frente con escrupulosa exactitud y adornado con una fresca rosa recién cortada, según la costumbre general del país. Su cutis, en verdad, estaba algo tostado por el ardor del sol meridional, pero esto mismo servía para dar más encanto al color de sus mejillas y aumentar el brillo de sus dulces ojos.
Ruyz de Alarcon beheld all this with a single glance, for it became him not to tarry; he merely murmured his acknowledgments, and then bounded lightly up the spiral staircase in quest of his falcon.  Ruiz de Alarcón observó todo esto de una sola mirada, pues no le interesaba detenerse de momento; se limitó a murmurar alguna frase de gratitud y subió rápidamente la escalera de caracol en busca del halcón.
He soon returned with the truant bird upon his fist. The damsel, in the mean time, had seated herself by the fountain in the hall, and was winding silk; but in her agitation she let fall the reel upon the pavement. The page sprang and picked it up, then dropping gracefully on one knee, presented it to her; but, seizing the hand extended to receive it, imprinted on it a kiss more fervent and devout than he had ever imprinted on the fair hand of his sovereign.  Pronto volvió con el pájaro truhán en la mano. La joven, entre tanto, se había sentado junto a la fuente del salón y estaba devanando seda; pero en su turbación dejo caer una madeja sobre el pavimento. Apresuróse el paje a cogerla y, doblando galantemente una rodilla en tierra, se la ofreció; mas apoderándose de la mano extendida para recibirla, imprimió en ella un beso más ardiente y fervoroso que todos los que depositara jamás en la hermosa mano de su soberana.
“Ave Maria, senor! ” exclaimed the damsel, blushing still deeper with confusion and surprise, for never before had she received such a salutation.  —¡Ave Maria, señor! —exclamó la joven, enrojeciendo más, llena de confusión y sorpresa, pues nunca había recibido saludo semejante.
The modest page made a thousand apologies, assuring her it was the way, at court, of expressing the most profound homage and respect.  El modesto paje le pidió mil perdones, asegurando que aquélla era la costumbre cortesana para expresar el más profundo homenaje y respeto.
Her anger, if anger she felt, was easily pacified, but her agitation and embarrassment continued, and she sat blushing deeper and deeper, with her eyes cast down upon her work, entangling the silk which she attempted to wind.  El enojo de la muchacha —si es que lo sintió— se apaciguó fácilmente; no obstante, su vergüenza y aturdimiento continuaron y volvió a sentirse cada vez más ruborizada, fijos los ojos en su labor, enredando la madeja que trataba de devanar.
The cunning page saw the confusion in the opposite camp, and would fain have profited by it, but the fine speeches he would have uttered died upon his lips; his attempts at gallantry were awkward and ineffectual; and to his surprise, the adroit page, who had figured with such grace and effrontery among the most knowing and experienced ladies of the court, found himself awed and abashed in the presence of a simple damsel of fifteen.  El hábil joven advirtió la confusión que dominaba en el campo enemigo, y hubiera querido aprovecharse de ella. Pero los discretos argumentos que intentaba utilizar murieron en sus labios; sus galanteos eran torpes e ineficaces, y, con gran sorpresa suya, aquel inteligente mancebo que se distinguía por su gracia y desenvoltura ante las más entendidas y expertas damas de la Corte, sentíase confuso y balbuciente en presencia de una ingenua chiquilla de quince años.
In fact, the artless maiden, in her own modesty and innocence, had guardians more effectual than the bolts and bars prescribed by her vigilant aunt. Still, where is the female bosom proof against the first whisperings of love? The little damsel, with all her artlessness, instinctively comprehended all that the faltering tongue of the page failed to express, and her heart was fluttered at beholding, for the first time, a lover at her feet—and such a lover!  La inocente muchacha poseía, en verdad, guardianes más eficaces en su modestia y candidez que en los cerrojos y barrotes preparados por su vigilante tía. Mas ¿dónde está ese corazón de mujer insensible a los primeros murmullos del amor? La joven, con toda su ingenuidad, comprendió instintivamente todo lo que la balbuciente lengua del paje no supo expresar, y su pecho se agitaba al ver, por vez primera, un amante rendido a sus pies. ¡Y qué amante!...
The diffidence of the page, though genuine, was short-lived, and he was recovering his usual ease and confidence, when a shrill voice was heard at a distance.  La turbación del mancebo, aunque sincera, duré poco; y cuando comenzaba a recobrar su habitual aplomo y serenidad se oyó una voz chillona a lo lejos.
“My aunt is returning from mass! ” cried the damsel in affright; “I pray you, senor, depart. ”  —¡Mi tía, que vuelve de misa! —chilló la joven, asustada—. Señor, os ruego que os marchéis.
“Not until you grant me that rose from your hair as a remembrance. ”  —No, hasta que me concedáis esa rosa de vuestro cabello como recuerdo.
She hastily untwisted the rose from her raven locks. “Take it, ” cried she, agitated and blushing, “but pray begone. ”  Desenredóla apresuradamente de sus negras trenzas y le dijo agitada y ruborosa: —Tomadla: pero marchaos por favor.
The page took the rose, and at the same time covered with kisses the fair hand that gave it. Then, placing the flower in his bonnet, and taking the falcon upon his fist, he bounded off through the garden, bearing away with him the heart of the gentle Jacinta.  El paje cogió la flor, cubriendo al mismo tiempo de besos la linda mano que se la ofrecía. Luego, poniendo la rosa en su gorro y colocando el halcón en su puño, se deslizó por el jardín, llevándose consigo el corazón de la gentil Jacinta.
When the vigilant aunt arrived at the tower, she remarked the agitation of her niece, and an air of confusion in the hall; but a word of explanation sufficed. “A gerfalcon had pursued his prey into the hall. ”  Cuando la vigilante tía llegó a la torre, notó la agitación de su sobrina y cierto desorden en la sala; pero unas palabras de explicación fueron suficientes. —Un halcón ha venido persiguiendo su presa hasta aquí.
“Mercy on us! to think of a falcon flying into the tower. Did ever one hear of so saucy a hawk? Why, the very bird in the cage is not safe! ”  —¡Bendito sea Dios! ¡Pensar que un halcón haya entrado en la torre! ¿Habráse visto halcón más insolente? ¡Señor! ¡Ni el mismo pájaro está seguro en su jaula!
The vigilant Fredegonda was one of the most wary of ancient spinsters. She had a becoming terror and distrust of what she denominated “the opposite sex, ” which had gradually increased through a long life of celibacy. Not that the good lady had ever suffered from their wiles, nature having set up a safeguard in her face that forbade all trespass upon her premises; but ladies who have least cause to fear for themselves are most ready to keep a watch over their more tempting neighbors.  La vigilante Fredegunda era una solterona muy anciana y experimentada. Sentía un gran terror y desconfianza por lo que llamaba «el sexo enemigo», que se habían ido aumentando más a través de su largo celibato. Y no es que la buena señora hubiera sufrido alguna vez un desengaño, pues la Naturaleza la había dotado de la salvaguardia de su rostro, que impedía traspasar sus posesiones; mas las mujeres que tienen poco que temer por sí mismas son más propensas a la custodia y vigilancia de sus más seductoras vecinas.
The niece was the orphan of an officer who had fallen in the wars. She had been educated in a convent, and had recently been transferred from her sacred asylum to the immediate guardianship of her aunt, under whose overshadowing care she vegetated in obscurity, like an opening rose blooming beneath a brier. Nor indeed is this comparison entirely accidental; for, to tell the truth, her fresh and dawning beauty had caught the public eye, even in her seclusion, and, with that poetical turn common to the people of Andalusia, the peasantry of the neighborhood had given her the appellation of “the Rose of the Alhambra. ”  La sobrina era huérfana de un oficial que murió en la guerra. Se había educado en un convento y había sido sacada hacia poco de su sagrado asilo para ser encomendada a la inmediata tutela de su tía, bajo cuyo celoso cuidado vegetaba oscurecida, como la rosa que florece entre espinas. Esta comparación no es del todo accidental, pues, en realidad, su frescura e incipiente belleza había cautivado el ojo de todos, a pesar de vivir encerrada; y, siguiendo la poética costumbre, general en el pueblo andaluz, los vecinos le habían dado el nombre de «la Rosa de la Alhambra».
The wary aunt continued to keep a faithful watch over her tempting little niece as long as the court continued at Granada, and flattered herself that her vigilance had been successful. It is true, the good lady was now and then discomposed by the tinkling of guitars and chanting of love ditties from the moonlit groves beneath the tower; but she would exhort her niece to shut her ears against such idle minstrelsy, assuring her that it was one of the arts of the opposite sex, by which simple maids were often lured to their undoing. Alas! what chance with a simple maid has a dry lecture against a moonlight serenade?  La prudente tía siguió conservando con mucho recato a su tentadora sobrinita, mientras la Corte permanecía en Granada, lisonjeándose del buen éxito de su vigilancia. Es cierto que la buena señora se turbaba de cuando en cuando por el rasgueo de una guitarra y el canto de coplas amorosas, que llegaban desde la arboleda bañada por los rayos de la luna debajo de la torre. Entonces exhortaba a su sobrina para que cerrara los oídos a tan vanas canciones, asegurándole que aquélla era una de las mañas del «sexo enemigo» para seducir y perder a las incautas doncellas. Pero, ¡ay!, ¿qué valor tienen para una joven inocente las severas reflexiones contra una serenata a la luz de la luna?
At length King Philip cut short his sojourn at Granada, and suddenly departed with all his train. The vigilant Fredegonda watched the royal pageant as it issued forth from the Gate of Justice, and descended the great avenue leading to the city. When the last banner disappeared from her sight, she returned exulting to her tower, for all her cares were over. To her surprise, a light Arabian steed pawed the ground at the wicket-gate of the garden—to her horror, she saw through the thickets of roses a youth, in gayly-embroidered dress, at the feet of her niece. At the sound of her footsteps he gave a tender adieu, bounded lightly over the barrier of reeds and myrtles, sprang upon his horse, and was out of sight in an instant.  Por último, el rey Felipe abrevió su estancia en Granada, y partió de repente con todo su séquito. La prudente Fredegunda vigiló a la regia comitiva cuando salía por la puerta de la Justicia y bajaba por la gran alameda que conduce a la ciudad. Cuando perdió de vista la última bandera, volvió gozosa a su torre, pues ya habían terminado todos sus desvelos e inquietudes; pero con gran sorpresa suya vio un hermoso corcel árabe piafando ante el portillo del jardín y observó con horror, a través de los macizos de rosales, a un elegante joven rendido a los pies de su sobrina. Al ruido de sus pasos diole el doncel un tierno adiós, saltó ágilmente el vallado de cañas y mirtos, montó a caballo y desapareció al momento
The tender Jacinta, in the agony of her grief, lost all thought of her aunt’s displeasure. Throwing herself into her arms, she broke forth into sobs and tears.  . La dulce Jacinta, llena de angustia y dolor, se olvidó del disgusto que causaba a su tía, y arrojándose en sus brazos, prorrumpió en amargas lágrimas y sollozos.
“Ay de mi! ” cried she; “he’s gone!—he’s gone!—he’s gone! and I shall never see him more! ”  —¡Ay de mi! —decía-----. ¡Se ha marchado! ¡Se ha marchado! ¡Se ha marchado! ¡Ya no lo veré más!
“Gone!—who is gone?—what youth is that I saw at your feet? ”  —¡Marchado! ¿Quién se ha marchado? ¿Quién es ese joven que he visto a tus pies?
“A queen’s page, aunt, who came to bid me farewell. ”  —Un paje de la reina, tía, que vino a despedirse de mí.
“A queen’s page, child! ” echoed the vigilant Fredegonda, faintly; “and when did you become acquainted with the queen’s page? ”  —¡Un paje de la reina, hija mía! —repitió la vigilante Fredegunda, con voz alterada—. Y ¿cuando has conocido tú a ese paje de la reina
“The morning that the gerfalcon came into the tower. It was the queen’s gerfalcon, and he came in pursuit of it. ”  —La mañana en que el halcón entró en la torre. Era el halcón de la reina y él venía en su busca.
“Ah silly, silly girl! know that there are no gerfalcons half so dangerous as these young prankling pages, and it is precisely such simple birds as thee that they pounce upon. ”  —¡Ay, niña inocente! Sabe que no hay halcones tan peligrosos como esos pajes libertinos que precisamente hacen su presa en pajarillos tan ingenuos como tú.
The aunt was at first indignant at learning that in despite of her boasted vigilance, a tender intercourse had been carried on by the youthful lovers, almost beneath her eye; but when she found that her simple-hearted niece, though thus exposed, without the protection of bolt or bar, to all the machinations of the opposite sex, had come forth unsinged from the fiery ordeal, she consoled herself with the persuasion that it was owing to the chaste and cautious maxims in which she had, as it were, steeped her to the very lips.  Al principio, indignóse la anciana cuando supo que, a pesar de todo su ponderada vigilancia, se había entablado una tierna correspondencia entre los dos jóvenes enamorados, casi en sus propias barbas; pero mucho se consoló al saber que su inocente sobrina había salido victoriosa de aquella dura prueba a que la hablan sometido todas las maquinaciones del «sexo enemigo», pese a no estar protegida por cerrojos y barrotes; convencida de que aquel triunfo se consiguió gracias a las prudentes y virtuosas máximas que ella le inculcara.
While the aunt laid this soothing unction to her pride, the niece treasured up the oft-repeated vows of fidelity of the page. But what is the love of restless, roving man? A vagrant stream that dallies for a time with each flower upon its bank, then passes on, and leaves them all in tears.  Mientras la anciana solterona se sentía aliviada con ese bálsamo consolador para su orgullo, su sobrina acariciaba en su interior el recuerdo de los continuos juramentos de fidelidad de su amante doncel. Pero ¿qué es el amor de un hombre errante e inquieto? Un fugitivo arroyuelo que se detiene algún tiempo a jugar con las florecillas que encuentra en sus márgenes, y sigue luego su curso, dejándolas anegadas en amargas lágrimas.
Days, weeks, months elapsed, and nothing more was heard of the page. The pomegranate ripened, the vine yielded up its fruit, the autumnal rains descended in torrents from the mountains; the Sierra Nevada became covered with a snowy mantle, and wintry blasts howled through the halls of the Alhambra—still he came not. The winter passed away. Again the genial spring burst forth with song and blossom and balmy zephyr; the snows melted from the mountains, until none remained but on the lofty summit of Nevada, glistening through the sultry summer air. Still nothing was heard of the forgetful page.  Pasaron días, semanas y meses, y nada se volvió a saber del paje de la reina. Maduró la granada, dio su fruto la vid, corrieron por las montañas las torrenciales lluvias de otoño, cubrióse Sierra Nevada con su blanca túnica y gimieron los vientos del invierno por los salones de la Alhambra; pero el paje no volvía. Pasó el invierno. Otra vez llegó la primavera con el canto de los pájaros, con sus flores y sus céfiros perfumados; fundióse la nieve de las montañas hasta que sólo quedó en las altas cumbres de Sierra Nevada, brillando a través del cálido aire estival, y nada se supo del veleidoso paje.
In the mean time, the poor little Jacinta grew pale and thoughtful. Her former occupations and amusements were abandoned, her silk lay entangled, her guitar unstrung, her flowers were neglected, the notes of her bird unheeded, and her eyes, once so bright, were dimmed with secret weeping. If any solitude could be devised to foster the passion of a love-lorn damsel, it would be such a place as the Alhambra, where every thing seems disposed to produce tender and romantic reveries. It is a very paradise for lovers: how hard then to be alone in such a paradise—and not merely alone, but forsaken!  Entre tanto, la pobre Jacinta tornábase cada vez más pálida y melancólica; abandonó sus antiguas ocupaciones y recreos; sus madejas de seda quedaron sin devanar, muda su guitarra, olvidadas sus flores; ya no escuchaba el canto de los pájaros, y sus ojos, antes tan brillantes, se marchitaban con lágrimas silenciosas. Si se hubiera de buscar un rincón solitario para alimentar la pasión de una doncella abandonada en sus amores, ninguno más a propósito que la Alhambra, donde todo parece dispuesto para evocar tiernos y románticos ensueños. Estos deliciosos parajes son un verdadero paraíso para los enamorados; mas ¡qué triste entonces sentirse sola y abandonada en semejante paraíso!
“Alas, silly child! ” would the staid and immaculate Fredegonda say, when she found her niece in one of her desponding moods—“did I not warn thee against the wiles and deceptions of these men? What couldst thou expect, too, from one of a haughty and aspiring family—thou an orphan, the descendant of a fallen and impoverished line? Be assured, if the youth were true, his father, who is one of the proudest nobles about the court, would prohibit his union with one so humble and portionless as thou. Pluck up thy resolution, therefore, and drive these idle notions from thy mind. ”  —¡Ay, inocente hija mía! —le decía la juiciosa y casta Fredegunda, cuando encontraba a su sobrina en uno de aque11os momentos de aflicción—. ¿No te advertí contra los engaños y decepciones de los hombres? ¿Qué podías esperar de un joven perteneciente a una familia noble y ambiciosa, tú, una huérfana de pobre y humilde linaje? Ten por seguro que, aunque ese mancebo fuera sincero, su padre, uno de los más orgullosos nobles de la Corte, le prohibiría su unión con una joven tan humilde y desheredada como tú. Toma, pues, una enérgica resolución, y aleja de tu mente esas vanas esperanzas.
The words of the immaculate Fredegonda only served to increase the melancholy of her niece, but she sought to indulge it in private. At a late hour one midsummer night, after her aunt had retired to rest, she remained alone in the hall of the tower, seated beside the alabaster fountain. It was here that the faithless page had first knelt and kissed her hand; it was here that he had often vowed eternal fidelity. The poor little damsel’s heart was overladen with sad and tender recollections, her tears began to flow, and slowly fell drop by drop into the fountain. By degrees the crystal water became agitated, and—bubble—bubble—bubble—boiled up and was tossed about, until a female figure, richly clad in Moorish robes, slowly rose to view.  Las palabras de la inmaculada Fredegunda sólo sirvieron para acrecentar la melancolía de su sobrina; por lo que Jacinta procuraba entregarse a su dolor en la soledad. Cierta noche de verano, y a una hora muy avanzada, después que su tía se había retirado a descansar, quedó sola en el salón de la torre, sentada junto a la fuente de alabastro. Allí fue donde el pérfido paje se arrodilló y besó su mano por vez primera; allí fue donde tantas veces le había jurado eterna fidelidad. El corazón de la pobre doncella se sintió abrumado de dulces y tristes recuerdos y comenzaron a correr sus lágrimas, que caían gota a gota sobre la fuente. Poco a poco empezó a agitarse el agua cristalina y a bullir y removerse burbuja a burbuja, hasta que una figura de mujer, ricamente ataviada con ropas moras, se presentó pausadamente ante sus ojos.
Jacinta was so frightened that she fled from the hall, and did not venture to return. The next morning she related what she had seen to her aunt, but the good lady treated it as a phantasy of her troubled mind, or supposed she had fallen asleep and dreamt beside the fountain. “Thou hast been thinking of the story of the three Moorish princesses that once inhabited this tower, ” continued she, “and it has entered into thy dreams. ”  Jacinta se aterró de tal manera que huyó del salón y no se atrevió a regresar. A la mañana siguiente contó a su tía todo lo que había visto; pero la buena señora juzgó aquello una fantasía de su perturbada imaginación, y supuso que lo había soñado al quedarse dormida junto a la fuente. —Habrás estado pensando en la historia de las tres princesas moriscas que habitaron en otro tiempo esta torre —añadió—, y habrás soñado con ellas.
“What story, aunt? I know nothing of it. ”  —¿Qué historia es ésa, tía? Nada sé de ella.
“Thou hast certainly heard of the three princesses, Zayda, Zorayda, and Zorahayda, who were confined in this tower by the king their father, and agreed to fly with three Christian cavaliers. The two first accomplished their escape, but the third failed in her resolution, and, it is said, died in this tower. ”  —Sin duda que has oído hablar de las tres princesas Zaida, Zoraida y Zorahaida, que estuvieron encerradas en esta torre por el rey su padre, y se resolvieron a huir con tres caballeros cristianos. Las dos primeras lograron fugarse; pero a la tercera le faltó valor y, según cuentan, murió aquí.
“I now recollect to have heard of it, ” said Jacinta, “and to have wept over the fate of the gentle Zorahayda. ”  —Ahora recuerdo haber oído esa historia —dijo Jacinta—, y hasta he llorado la desventura de la gentil Zorahaida.
“Thou mayest well weep over her fate, ” continued the aunt, “for the lover of Zorahayda was thy ancestor. He long bemoaned his Moorish love; but time cured him of his grief, and he married a Spanish lady, from whom thou art descended. ”  —Haces muy bien en lamentar su triste destino —continuó su tía—, pues el amante de Zorahaida fue uno de tus antepasados. Mucho lloró a su adorada princesa; pero el tiempo le curó su dolor, y se casó con una dama española, de la que tú eres descendiente.
Jacinta ruminated upon these words. “That what I have seen is no phantasy of the brain, ” said she to herself, “I am confident. If indeed it be the spirit of the gentle Zorahayda, which I have heard lingers about this tower, of what should I be afraid? I’ll watch by the fountain to-night—perhaps the visit will be repeated. ”  Jacinta quedó pensativa al escuchar estas palabras. «Lo que yo he visto —se decía interiormente— no es una fantasía de mi imaginación; estoy segura de ello. Y si es, en efecto, el espíritu de la hermosa Zorahaida, que, según he oído decir, vaga por esta torre, ¿qué puedo yo temer? Velaré esta noche junto a la fuente, y quizá se repita la visita.»
Towards midnight, when every thing was quiet, she again took her seat in the hall. As the bell in the distant watchtower of the Alhambra struck the midnight hour, the fountain was again agitated; and bubble—bubble—bubble—it tossed about the waters until the Moorish female again rose to view. She was young and beautiful; her dress was rich with jewels, and in her hand she held a silver lute. Jacinta trembled and was faint, but was reassured by the soft and plaintive voice of the apparition, and the sweet expression of her pale, melancholy countenance.  Cerca de la medianoche, cuando todo estaba en silencio, volvió la joven a sentarse en el salón. Apenas sonaron las doce en la campana de la lejana atalaya de la Alhambra, agitóse de nuevo la fuente formando burbujas y empezó a bullir el agua hasta que apareció de nuevo ante sus ojos la mujer mora. Era joven y hermosa; sus vestiduras estaban adornadas de joyas y llevaba en la mano un argentino laúd. Jacinta, temblorosa, a punto estuvo de perder el sentido; pero se tranquilizó al oír la dulce y lastimera voz de la aparecida y al contemplar la bondadosa expresión de su pálido y melancólico rostro.
“Daughter of mortality, ” said she, “what aileth thee? Why do thy tears trouble my fountain, and thy sighs and plaints disturb the quiet watches of the night? ”  —¡Hija de los mortales! —le dijo—. ¿Qué te aflige? ¿Por qué turban tus lágrimas el agua de mi fuente y tus quejas y suspiros conmueven el tranquilo silencio de la noche?
“I weep because of the faithlessness of man, and I bemoan my solitary and forsaken state. ”  —Lloro la perfidia de los hombres y me quejo de mi triste soledad y abandono.
“Take comfort; thy sorrows may yet have an end. Thou beholdest a Moorish princess, who, like thee, was unhappy in her love. A Christian knight, thy ancestor, won my heart, and would have borne me to his native land and to the bosom of his church. I was a convert in my heart, but I lacked courage equal to my faith, and lingered till too late. For this the evil genii are permitted to have power over me, and I remain enchanted in this tower until some pure Christian will deign to break the magic spell. Wilt thou undertake the task? ”  —Consuélate, pues tus penas aún tienen remedio. Mira en mí a una princesa mora que, como tú, fue muy desgraciada en su amor. Un caballero cristiano, antecesor tuyo, cautivó mi corazón y propuso llevarme a su país natal y al seno de su Iglesia. Me había convertido en el fondo de mi corazón; pero me faltó un valor igual a mi fe, y vacilé hasta que fue demasiado tarde. Por eso, los genios del mal tienen poder sobre mi y me encuentro encantada en esta torre hasta que un alma cristiana quiera romper el mágico hechizo. ¿Quieres tú acometer esa empresa?
“I will, ” replied the damsel, trembling.  —Sí, quiero —contestó temblorosa la joven.
“Come hither then, and fear not; dip thy hand in the fountain, sprinkle the water over me, and baptize me after the manner of thy faith; so shall the enchantment be dispelled, and my troubled spirit have repose. ”  —Pues acércate y no temas; mete tu mano en la fuente, rocía el agua sobre mí y bautízame según la costumbre de tu religión. Así se disipará el encantamiento, y mi turbado espíritu logrará el descanso.
The damsel advanced with faltering steps, dipped her hand in the fountain, collected water in the palm, and sprinkled it over the pale face of the phantom.  La doncella se aproximó con paso vacilante, metió la mano en la fuente, recogió agua en la palma y la roció sobre el pálido rostro del fantasma.
The latter smiled with ineffable benignity. She dropped her silver lute at the feet of Jacinta, crossed her white arms upon her bosom, and melted from sight, so that it seemed merely as if a shower of dew-drops had fallen into the fountain.  Sonrióse el espectro con inefable dulzura. Dejó caer su argentino laúd a los pies de Jacinta, cruzó sus blancos brazos sobre el pecho y desapareció como si una lluvia de gotas de rocío hubiesen caído sobre la fuente.
Jacinta retired from the hall filled with awe and wonder. She scarcely closed her eyes that night; but when she awoke at daybreak out of a troubled slumber, the whole appeared to her like a distempered dream. On descending into the hall, however, the truth of the vision was established, for, beside the fountain, she beheld the silver lute glittering in the morning sunshine.  Jacinta se retiró del salón llena de asombro y terror. Apenas pudo conciliar el sueño aquella noche; pero cuando al romper el día despertó de su agitado sopor, todo le pareció una pesadilla. Sin embargo, cuando bajó al salón, vio confirmada la realidad de su sueño, pues contempló junto a la fuente el argentino laúd brillando al sol de la mañana.
She hastened to her aunt, to relate all that had befallen her, and called her to behold the lute as a testimonial of the reality of her story. If the good lady had any lingering doubts, they were removed when Jacinta touched the instrument, for she drew forth such ravishing tones as to thaw even the frigid bosom of the immaculate Fredegonda, that region of eternal winter, into a genial flow. Nothing but supernatural melody could have produced such an effect.  Corrió entonces en busca de su tía y le contó cuanto le habla sucedido, rogándole que fuese a ver el laúd como testimonio de la veracidad de su historia. Si la buena señora abrigaba algunas dudas, éstas se desvanecieron cuando su sobrina pulsó el instrumento, pues le arrancaba notas tan arrebatadoras, que hasta el helado corazón de la inmaculada Fredegunda, región de perpetuo invierno, se derritió en un grato fluir. Sólo una melodía sobrenatural podía producir efecto tan maravilloso.
The extraordinary power of the lute became every day more and more apparent. The wayfarer passing by the tower was detained, and, as it were, spell-bound, in breathless ecstasy. The very birds gathered in the neighboring trees, and hushing their own strains, listened in charmed silence.  La extraordinaria virtud de aquel laúd se hizo cada día más famosa. El caminante que pasaba por el pie de la torre se detenía y quedaba como embrujado en un intenso arrobamiento. Los mismos pájaros se posaban en los árboles cercanos y, acallando sus trinos, escuchaban en un encantado silencio.
Rumor soon spread the news abroad. The inhabitants of Granada thronged to the Alhambra to catch a few notes of the transcendent music that floated about the Tower of Las Infantas.  Pronto el rumor popular hizo cundir la noticia por todas partes. Los habitantes de Granada acudían a la Alhambra para oír aunque fuese unas notas de aquella música maravillosa que flotaba en torno a la torre de las Infantas.
The lovely little minstrel was at length drawn forth from her retreat. The rich and powerful of the land contended who should entertain and do honor to her; or rather, who should secure the charms of her lute to draw fashionable throngs to their saloons. Wherever she went her vigilant aunt kept a dragon watch at her elbow, awing the throngs of impassioned admirers, who hung in raptures on her strains. The report of her wonderful powers spread from city to city. Malaga, Seville, Cordova, all became successively mad on the theme; nothing was talked of throughout Andalusia but the beautiful minstrel of the Alhambra. How could it be otherwise among a people so musical and gallant as the Andalusians, when the lute was magical in its powers, and the minstrel inspired by love!  La gentil trovadora salió al fin de su retiro. Los ricos y poderosos del país se disputaban el agasajaría y colmaría de honores. En una palabra: procuraban atraerse a sus salones, con las delicias del prodigioso laúd, a lo más selecto de la sociedad. Dondequiera que iba, acompañaba a la joven su vigilante tía, guardándola como un dragón, espantando al enjambre de apasionados admiradores de su instrumento. La fama de su maravillosa virtud se extendía de ciudad en ciudad. En Málaga, Sevilla, Córdoba, en toda Andalucía no se hablaba sino de la bella trovadora de la Alhambra. ¿Y qué otra cosa podía ocurrir en un pueblo tan aficionado a la música y tan galante como el andaluz, si el laúd estaba dotado de mágico poder y su tañedora inspirada por el amor?
While all Andalusia was thus music mad, a different mood prevailed at the court of Spain. Philip V, as is well known, was a miserable hypochondriac, and subject to all kinds of fancies. Sometimes he would keep to his bed for weeks together, groaning under imaginary complaints. At other times he would insist upon abdicating his throne, to the great annoyance of his royal spouse, who had a strong relish for the splendors of a court and the glories of a crown, and guided the sceptre of her imbecile lord with an expert and steady hand.  Mientras Andalucía entera se entusiasmaba de este modo por la música, otra cosa sucedía en la Corte de España. Como se sabe, Felipe V era un desgraciado hipocondríaco sujeto a toda clase de caprichos; unas veces le daba por guardar cama durante varias semanas, quejándose de imaginarias dolencias. Otras, insistía en abdicar el trono, con gran disgusto de su real esposa, a quien tanto halagaban los esplendores de la Corte y las glorias de la corona, y que en definitiva, era la que, a causa de la necedad de su esposo, manejaba con mano hábil y firme el cetro de España.
Nothing was found to be so efficacious in dispelling the royal megrims as the power of music; the queen took care, therefore, to have the best performers, both vocal and instrumental, at hand, and retained the famous Italian singer Farinelli about the court as a kind of royal physician.  No se encontró nada tan eficaz para calmar las jaquecas del rey como el poder de la música; por lo que la reina cuidaba de rodearse de los mejores artistas, tanto vocales como instrumentales, haciendo venir a su Corte en calidad de médico real, al famoso cantante italiano Farinelli.
At the moment we treat of, however, a freak had come over the mind of this sapient and illustrious Bourbon that surpassed all former vagaries. After a long spell of imaginary illness, which set all the strains of Farinelli and the consultations of a whole orchestra of court fiddlers at defiance, the monarch fairly, in idea, gave up the ghost, and considered himself absolutely dead.  En la época de que hablamos, se había adueñado de la imaginación de este sabio e ilustre Borbón una manía que sobrepujaba a todas sus anteriores extravagancias. Después de un largo período de imaginaria enfermedad, contra la que se es trellaron todas las melodías de Farinelli y los conciertos de la orquesta de violinistas de la Corte, el monarca se obstinó en la idea de que había entregado su espíritu, de que estaba realmente muerto.
This would have been harmless enough, and even convenient both to his queen and courtiers, had he been content to remain in the quietude befitting a dead man; but to their annoyance he insisted upon having the funeral ceremonies performed over him, and, to their inexpressible perplexity, began to grow impatient, and to revile bitterly at them for negligence and disrespect, in leaving him unburied. What was to be done? To disobey the king’s positive commands was monstrous in the eyes of the obsequious courtiers of a punctilious court—but to obey him, and bury him alive would be downright regicide!  Esto hubiera resultado bastante inofensivo y hasta algo cómodo para la reina y cortesanos, si se hubiese contentado con permanecer en el reposo y quietud de un difunto; pero con gran disgusto de todos, insistió en que se le hicieran exequias fúnebres y, con gran sorpresa, comenzó a impacientarse y a injuriarlos duramente por su negligencia y falta de respeto al dejarlo insepulto. ¿Qué hacer? Desobedecer las tercas órdenes del rey era algo monstruoso a los ojos de los respetuosos cortesanos de una Corte puntillosa. ¡Pero obedecerlo y enterrarlo vivo era cometer un verdadero regicidio!
In the midst of this fearful dilemma a rumor reached the court, of the female minstrel who was turning the brains of all Andalusia. The queen dispatched missions in all haste to summon her to St. Ildefonso, where the court at that time resided.  Cuando se hallaban perplejos ante este tremendo dilema, llegó a la Corte la fama de que una joven artista estaba causando la admiración de toda Andalucía, e inmediatamente despachó la reina emisarios para que la condujeran al real sitio de San Ildefonso, donde a la sazón residían los reyes.
Within a few days, as the queen with her maids of honor was walking in those stately gardens, intended, with their avenues and terraces and fountains, to eclipse the glories of Versailles, the far-famed minstrel was conducted into her presence. The imperial Elizabetta gazed with surprise at the youthful and unpretending appearance of the little being that had set the world madding. She was in her picturesque Andalusian dress, her silver lute in hand, and stood with modest and downcast eyes, but with a simplicity and freshness of beauty that still bespoke her “the Rose of the Alhambra. ”  Pocos días después, mientras la reina paseaba en compañía de sus damas de honor por aquellos deliciosos jardines que con sus avenidas, terrazas y fuentes pretendían eclipsar las glorias de los de Versalles, llevaron a su presencia a la famosa tañedora. La augusta Isabel se fijó, admirada, en la noble y modesta apariencia de aquella joven que había enloquecido al mundo. Iba Jacinta ataviada con el pintoresco traje andaluz, su laúd de plata en la mano y sus ojos bajos y pudorosos, pero con aquella sencillez, hermosura y elegancia que la proclamaban todavía «la Rosa de la Alhambra».
As usual she was accompanied by the ever-vigilant Fredegonda, who gave the whole history of her parentage and descent to the inquiring queen. If the stately Elizabetta had been interested by the appearance of Jacinta, she was still more pleased when she learnt that she was of a meritorious though impoverished line, and that her father had bravely fallen in the service of the crown. “If thy powers equal their renown, ” said she, “and thou canst cast forth this evil spirit that possesses thy sovereign, thy fortunes shall henceforth be my care, and honors and wealth attend thee. ”  Como de costumbre, iba acompañada de la siempre vigilante Fredegunda, la cual, a preguntas de la reina, contó toda la historia y genealogía de su sobrina. Pero si mucho interesó a la augusta Isabel el aspecto de Jacinta, más complacida se sintió al saber que pertenecía a un noble linaje, aunque empobrecido, y que su padre había muerto peleando valientemente al servicio de la Corona. —Si tus virtudes corren pareja con tu fama —le dijo— y consigues desterrar el mal espíritu que se ha apoderado de tu soberano, tu suerte estará desde entonces a mi cuidado y te colmaré de honores y riquezas.
Impatient to make trial of her skill, she led the way at once to the apartment of the moody monarch.  Impaciente por poner a prueba su habilidad, la condujo a las habitaciones del caprichoso monarca.
Jacinta followed with downcast eyes through files of guards and crowds of courtiers. They arrived at length at a great chamber hung with black. The windows were closed to exclude the light of day: a number of yellow wax tapers in silver sconces diffused a lugubrious light, and dimly revealed the figures of mutes in mourning dresses, and courtiers who glided about with noiseless step and woebegone visage. In the midst of a funeral bed or bier, his hands folded on his breast, and the tip of his nose just visible, lay extended this would-be-buried monarch.  Siguióla Jacinta con los ojos bajos por entre las filas de guardias y el tropel de cortesanos, hasta que llegaron a una gran cámara tapizada de negro. Las ventanas se hallaban cerradas para que no entrase la luz del día; numerosos cirios de amarilla cera en candelabros de plata esparcían una lúgubre luz, iluminando apenas las silenciosas y enlutadas figuras de los cortesanos, que se deslizaban cautelosamente con tristes semblantes. Sobre un fúnebre lecho o féretro, con las manos cruzadas sobre el pecho y dejando ver solamente la punta de la nariz, yacía extendido el supuesto cadáver del monarca.
The queen entered the chamber in silence, and pointing to a footstool in an obscure corner, beckoned to Jacinta to sit down and commence.  La reina entró en silencio en la cámara regia y, señalando un escabel que había en un oscuro rincón, hizo a la joven que tomase asiento y comenzara.
At first she touched her lute with a faltering hand, but gathering confidence and animation as she proceeded, drew forth such soft aerial harmony, that all present could scarce believe it mortal. As to the monarch, who had already considered himself in the world of spirits, he set it down for some angelic melody or the music of the spheres. By degrees the theme was varied, and the voice of the minstrel accompanied the instrument. She poured forth one of the legendary ballads treating of the ancient glories of the Alhambra and the achievements of the Moors. Her whole soul entered into the theme, for with the recollections of the Alhambra was associated the story of her love. The funeral chamber resounded with the animating strain. It entered into the gloomy heart of the monarch. He raised his head and gazed around: he sat up on his couch, his eye began to kindle—at length, leaping upon the floor, he called for sword and buckler.  Al principio, la bella artista pulsó su laúd con mano temblorosa; mas, serenando su ánimo, cobró confianza conforme iba tocando, y arrancó a su instrumento unas melodías tan dulces y celestiales, que todos los presentes apenas podían creer que fuesen producidas por un ser humano. En cuanto al rey, como ya se consideraba en el mundo de los espíritus, creyó que era una melodía angélica o la música de las esferas. Insensiblemente fue cambiando de tema, y la maravillosa voz de la artista acompañó a su instrumento; principió entonces a cantar una legendaria balada que ensalzaba las viejas glorias de la Alhambra y las bélicas hazañas de los moros. Puso su alma entera en el canto, pues el recuerdo de la Alhambra vivía unido a la historia de su amor. Resonaban en la cámara mortuoria los sublimes acordes, y penetraron en el melancólico corazón del soberano. Alzó éste la cabeza y miró a su alrededor; sentóse en su féretro, empezaron a brillar sus ojos y, por último, arrojóse al suelo y pidió su espada y su escudo.
The triumph of music, or rather of the enchanted lute, was complete; the demon of melancholy was cast forth; and, as it were, a dead man brought to life. The windows of the apartment were thrown open; the glorious effulgence of Spanish sunshine burst into the late lugubrious chamber; all eyes sought the lovely enchantress, but the lute had fallen from her hand, she had sunk upon the earth, and the next moment was clasped to the bosom of Ruyz de Alarcon.  El triunfo de la música o, mejor dicho, del mágico laúd, fue completo; el demonio de la melancolía fue desterrado, y puede en verdad asegurarse que un muerto volvió a la vida. Se abrieron las ventanas del aposento; los gloriosos resplandores del sol español iluminaron la hasta entonces lúgubre cámara, y todos los ojos buscaron a la deliciosa hechicera; pero el laúd se había deslizado de sus manos, ella misma había caído en tierra y un instante después era levantada y recibida en los brazos de Ruiz de Alarcón.
The nuptials of the happy couple were celebrated soon afterwards with great splendor, and the Rose of the Alhambra became the ornament and delight of the court. “But hold—not so fast ” —I hear the reader exclaim, “this is jumping to the end of a story at a furious rate! First let us know how Ruyz de Alarcon managed to account to Jacinta for his long neglect? ” Nothing more easy; the venerable, time-honored excuse, the opposition to his wishes by a proud, pragmatical old father: besides, young people, who really like one another, soon come to an amicable understanding, and bury all past grievances when once they meet.  Las nupcias de la feliz pareja se celebraron poco después con gran esplendor, y «la Rosa de la Alhambra» se convirtió en el ornato y delicias de la Corte. —¡Eh! ¡Poquito a poco! —oigo exclamar al lector—. Esto es ir demasiado de prisa. El autor ha saltado caprichosamente, de un modo violento, al final de una bella historia de amor. Sepamos primero cómo se las compuso Ruiz de Alarcón para justificar ante Jacinta su largo abandono. Nada más fácil de explicar. Su olvido fue motivado por una respetable y c9nocida excusa: la oposición que puso a sus ansias y ruegos la voluntad inflexible de su anciano y altivo padre; pero los jóvenes que de verdad se aman, cuando vuelven a encontrarse de nuevo, pronto hacen las amistades y entierran en el olvido los pasados agravios.
But how was the proud pragmatical old father reconciled to the match?  —Pero ¿cómo consintió en el enlace ese orgulloso e inflexible anciano?
Oh! as to that, his scruples were easily overcome by a word or two from the queen; especially as dignities and rewards were showered upon the blooming favorite of royalty. Besides, the lute of Jacinta, you know, possessed a magic power, and could control the most stubborn head and hardest breast.  —¡Ah! Muy sencillo: sus escrúpulos se desvanecieron fácilmente con unas palabras de la reina; en especial cuando comenzaron a llover honras y dignidades sobre la gentil favorita de los reyes. Además, como ya sabe el lector, el laúd de Jacinta poseía un mágico poder y era capaz de triunfar de la más testaruda cabeza y del más endurecido corazón.
And what came of the enchanted lute?  —Pero ¿dónde fue a parar el encantado laúd?
Oh, that is the most curious matter of all, and plainly proves the truth of the whole story. That lute remained for some time in the family, but was purloined and carried off, as was supposed, by the great singer Farinelli, in pure jealousy. At his death it passed into other hands in Italy, who were ignorant of its mystic powers, and melting down the silver, transferred the strings to an old Cremona fiddle. The strings still retain something of their magic virtues. A word in the reader’s ear, but let it go no further—that fiddle is now bewitching the whole world—it is the fiddle of Paganini!  —¡Ah! Esto es lo más curioso de todo, y que demuestra claramente la veracidad de nuestra historia. Aquel laúd permaneció por algún tiempo en la familia; pero lo robó y se lo llevó según se cree, el -gran cantante Farinelli, tentado de pura envidia. A su muerte, pasó a otras manos en Italia; ignorantes de su mágico poder, fundieron la plata y aprovecharon sus cuerdas en un viejo violín de Cremona. Todavía conservan éstas algo de su maravillosa virtud. Una palabra al oído del lector, pero que no lo sepa nadie: ese violín esta ahora fascinando al mundo entero: ¡es el violín de Paganini!


The Veteran



El Veterano

AMONG the curious acquaintances I made in my rambles about the fortress, was a brave and battered old colonel of Invalids, who was nestled like a hawk in one of the Moorish towers. His history, which he was fond of telling, was a tissue of those adventures, mishaps, and vicissitudes that render the life of almost every Spaniard of note as varied and whimsical as the pages of Gil Blas.  ENTRE las curiosas amistades que hice durante mis paseos por la fortaleza, fue una de ellas la de un valiente y acribillado anciano coronel de inválidos, que anidaba como un gavilán en una de las torres moriscas. Su historia, que se complacía en referir, era un tejido de esas aventuras, contratiempos y visicitudes que imprimen a la vida de casi todos los españoles un carácter tan variado y caprichoso como el que leemos en las páginas de Gil Blas.
He was in America at twelve years of age, and reckoned among the most signal and fortunate events of his life, his having seen General Washington. Since then he had taken a part in all the wars of his country; he could speak experimentally of most of the prisons and dungeons of the Peninsula; had been lamed of one leg, crippled in his hands, and so cut up and carbonadoed that he was a kind of walking monument of the troubles of Spain, on which there was a scar for every battle and broil, as every year of captivity was notched upon the tree of Robinson Crusoe. The greatest misfortune of the brave old cavalier, however, appeared to have been his having commanded at Malaga during a time of peril and confusion, and been made a general by the inhabitants, to protect them from the invasion of the French. This had entailed upon him a number of just claims upon government, that I feared would employ him until his dying day in writing and printing petitions and memorials, to the great disquiet of his mind, exhaustion of his purse, and penance of his friends; not one of whom could visit him without having to listen to a mortal document of half an hour in length, and to carry away half a dozen pamphlets in his pocket. This, however, is the case throughout Spain; every where you meet with some worthy wight brooding in a corner, and nursing up some pet grievance and cherished wrong. Besides, a Spaniard who has a lawsuit, or a claim upon government, may be considered as furnished with employment for the remainder of his life.  Estuvo en América a los doce años de edad y contaba entre los sucesos más notables y afortunados de su vida el haber visto al general Washington. Desde entonces había tomado parte en todas las guerras de su patria; hablaba por experiencia de muchas prisiones y calabozos de la Península; había quedado cojo de una pierna, tenía tullidas las manos y estaba tan lisiado y recosido que era una especie de monumento andante de las turbulencias de España, de las que conservaba una cicatriz por cada batalla o alboroto, de la misma manera que quedaba señalado cada año de cautiverio en el árbol de Robinson Crusoe. Pero la mayor desdicha de este anciano y valeroso caballero era, al parecer, haber ejercido el mando en Málaga durante un período de peligro y desórdenes, y haber sido nombrado general por los habitantes para que los protegiera contra la invasión de los franceses. Este hecho le movió a elevar tal número de justas reclamaciones al Gobierno, por sus servicios, que me temo ha de emplear su vida hasta el día de su muerte, escribiendo e imprimiendo peticiones y memoriales, con gran intranquilidad de su ánimo, expurgo de su bolsa y penitencia de sus amigos. Nadie podía visitarle sin verse obligado a escuchar algún pesado documento de media hora de lectura por lo menos, y a llevarse en el bolsillo media docena de folletos. Sin embargo, éste es un caso frecuente en toda España; por doquier se encuentra algún respetable individuo devorando su despecho en un rincón, alimentando algún agravio o quejándose de la injusticia con él cometida. Por lo demás, el español que sostiene un pleito o formula reclamación contra el Gobierno, puede considerarse provisto de empleo para el resto de su vida.
I visited the veteran in his quarters in the upper part of the Torre del Vino, or Wine Tower. His room was small but snug, and commanded a beautiful view of the Vega. It was arranged with a soldier’s precision. Three muskets and a brace of pistols, all bright and shining, were suspended against the wall, with a sabre and a cane hanging side by side, and above them, two cocked hats, one for parade, and one for ordinary use. A small shelf, containing some half dozen books, formed his library, one of which, a little old mouldy volume of philosophical maxims, was his favorite reading. This he thumbed and pondered over day by day; applying every maxim to his own particular case, provided it had a little tinge of wholesome bitterness, and treated of the injustice of the world.  Visitaba a este veterano, que tenía su vivienda en la parte alta de la Torre del Vino*. Su habitación era pequeña, pero cómoda, dominando un precioso panorama de la vega. Estaba arreglada con la precisión de un soldado; tres mosquetes y un par de pistolas, limpias y brillantes, colgaban de la pared, y a uno y otro lado de ellas, un sable y un bastón; por encima de ellos, dos sombreros de tres picos, uno de gala y otro para uso diario. Constituía su biblioteca un pequeño estante con media docena de libros, uno de los cuales, un viejo y desencuadernado librillo de máximas filosóficas, era su lectura predilecta. Todos los días lo hojeaba y manoseaba, aplicando sus reflexiones a su caso particular, siempre que tuviera un pequeño tinte de amargura o tratasen de las injusticias del mundo.
Yet he was social and kind-hearted, and provided he could be diverted from his wrongs and his philosophy, was an entertaining companion. I like these old weather-beaten sons of fortune, and enjoy their rough campaigning anecdotes. In the course of my visits to the one in question, I learnt some curious facts about an old military commander of the fortress, who seems to have resembled him in some respects, and to have had similar fortunes in the wars. These particulars have been augmented by inquiries among some of the old inhabitants of the place, particularly the father of Mateo Ximenes, of whose traditional stories the worthy I am about to introduce to the reader, was a favorite hero.  A pesar de todo era sociable y bondadoso, y cuando se le podía apartar de sus desdichas y de su filosofía, era un divertido compañero. Me gusta tratar a estos hijos de la Fortuna curtidos por la vida, y gozo cuando refieren anécdotas e incidentes de campaña. En el curso de mi visita a este invalido, me enteré de cosas muy curiosas relativas a un viejo comandante militar de la fortaleza, que, sin duda, se le parecía en muchos aspectos, y que había tenido igual suerte en la guerra. He aumentado estos datos con indagaciones entre los viejos vecinos de la Alhambra, particularmente el padre de Mateo Jiménez, de cuyas tradicionales historias era héroe favorito el personaje que voy a presentar al lector.


The Governor and the Notary



El Gobernador y el Escribano

IN FORMER times there ruled, as governor of the Alhambra, a doughty old cavalier, who, from having lost one arm in the wars, was commonly known by the name of el Gobernador Manco, or “the one-armed governor. ” He in fact prided himself upon being an old soldier, wore his mustaches curled up to his eyes, a pair of campaigning boots, and a Toledo as long as a spit, with his pocket handkerchief in the basket-hilt.  EN los pasados tiempos fue Gobernador de la Alhambra un valeroso y anciano caballero, el cual por haber perdido un brazo en la guerra, era comúnmente conocido con el nombre del Gobernador Manco. Sentíase muy orgulloso de ser un viejo soldado, con ensortijados mostachos que le llegaban hasta los ojos, botas de campaña, una espada toledana tan larga como un espetón y un pañuelo de bolsillo dentro de la cazoleta de su empuñadura.
He was, moreover, exceedingly proud and punctilious, and tenacious of all his privileges and dignities. Under his sway the immunities of the Alhambra, as a royal residence and domain, were rigidly exacted. No one was permitted to enter the fortress with firearms, or even with a sword or staff, unless he were of a certain rank; and every horseman was obliged to dismount at the gate, and lead his horse by the bridle. Now as the hill of the Alhambra rises from the very midst of the city of Granada, being, as it were, an excrescence of the capital, it must at all times be somewhat irksome to the captain-general, who commands the province, to have thus an imperium in imperio, a petty independent post in the very centre of his domains. It was rendered the more galling, in the present instance, from the irritable jealousy of the old governor, that took fire on the least question of authority and jurisdiction; and from the loose vagrant character of the people who had gradually nestled themselves within the fortress, as in a sanctuary, and thence carried on a system of roguery and depredation at the expense of the honest inhabitants of the city.  Era además sumamente severo y puntilloso, y escrupuloso y tenaz en la conservación de todos sus privilegios y dignidades. Bajo su gobierno se cumplían religiosamente todas las inmunidades de la Alhambra como residencia y propiedades reales. A nadie le era permitido entrar en la fortaleza con armas de fuego, ni siquiera con espada o bastón, a menos que fuese persona de cierta distinción y calidad; se obligaba a todos los jinetes a desmontar en la puerta y llevar el caballo de la brida. Ahora bien: como la colina de la Alhambra se eleva en el mismo centro de la ciudad de Granada, siendo, por decirlo así, como una protuberancia de la capital, debía ser en todo tiempo muy enojoso para el Capitán General que mandaba la provincia tener un imperium in imperio, una ciudadela independiente en el mismo centro de sus dominios. Y esta situación resultaba entonces más irritante, tanto por el celo escrupuloso del viejo Gobernador, que se sulfuraba ante la más mínima cuestión de autoridad y jurisdicción, como por el carácter maleante y vagabundo de la gente que poco a poco anidaba en la fortaleza, como santuario, y desde donde ponían en práctica toda una serie de robos y saqueos a expensas de los honrados habitantes de la población.
Thus there was a perpetual feud and heart-burning between the captain-general and the governor, the more virulent on the part of the latter, inasmuch as the smallest of two neighboring potentates is always the most captious about his dignity. The stately palace of the captain-general stood in the Plaza Nueva, immediately at the foot of the hill of the Alhambra, and here was always a bustle and parade of guards, and domestics, and city functionaries. A beetling bastion of the fortress overlooked the palace and public square in front of it; and on this bastion the old governor would occasionally strut backwards and forwards, with his Toledo girded by his side, keeping a wary eye down upon his rival, like a hawk reconnoitering his quarry from his nest in a dry tree.  En estas circunstancias, existía una perpetua enemistad y rencilla entre el Capitán General y el Gobernador, tanto más extremada por parte de este último por aquello de que la más pequeña de dos potencias vecinas es siempre la más celosa de su dignidad. El soberbio palacio del Capitán General estaba situado en la plaza Nueva, al pie de la colina de la Alhambra; en él se observaba siempre un bullicio y desfile de guardias, criados y funcionarios de la ciudad. Un baluarte saliente de la fortaleza dominaba el palacio y la plaza pública que hay frente a él. En este baluarte solía contonearse el viejo Gobernador de un lado a otro, con su espada toledana colgada al cinto y la cautelosa mirada puesta en su rival, como el balcón que acecha su presa desde su nido situado en un carcomido árbol.
Whenever he descended into the city it was in grand parade, on horseback, surrounded by his guards, or in his state coach, an ancient and unwieldy Spanish edifice of carved timber and gilt leather, drawn by eight mules, with running footmen, outriders, and lackeys; on which occasions he flattered himself he impressed every beholder with awe and admiration as vicegerent of the king; though the wits of Granada, particularly those who loitered about the palace of the captain-general, were apt to sneer at his petty parade, and in allusion to the vagrant character of his subjects, to greet him with the appellation of “the king of the beggars. ” One of the most fruitful sources of dispute between these two doughty rivals was the right claimed by the governor to have all things passed free of duty through the city, that were intended for the use of himself or his garrison. By degrees this privilege had given rise to extensive smuggling. A nest of contrabandistas took up their abode in the hovels of the fortress, and the numerous caves in its vicinity, and drove a thriving business under the connivance of the soldiers of the garrison.  Siempre que bajaba a la ciudad lo hacía en plan de desfile: a caballo, rodeado de sus guardias, o en su carroza de gala, antiguo y pesado armatoste español de madera tallada y cuero dorado, tirado por ocho mulas, con escolta de caballerizos y lacayos a pie. En tales ocasiones se lisonjeaba de la impresión de temor y admiración que causaba en cuantos le veían como representante del rey; aunque los guasones granadinos, y en especial los ociosos que frecuentaban el palacio del Capitán General, se burlaban de esta ridícula comitiva y, aludiendo a la calaña hampesca de sus súbditos, le llamaban «el Rey de los mendigos». Uno de los motivos de discordia más corriente entre estos dos jactanciosos rivales, era el derecho que reclamaba el Gobernador de que le dejasen pasar por la ciudad, libres de impuestos, todas las cosas que se destinaban para su uso particular o el de su guarnición. Paulatinamente había dado lugar este privilegio a un extenso contrabando. Un nido de contrabandistas sentó sus reales en las chozas de la ciudadela y en las numerosas cuevas de los alrededores, realizando un próspero negocio con la connivencia de los soldados de la guarnición.
The vigilance of the captain-general was aroused. He consulted his legal adviser and factotum, a shrewd meddlesome escribano, or notary, who rejoiced in an opportunity of perplexing the old potentate of the Alhambra, and involving him in a maze of legal subtilties. He advised the captain-general to insist upon the right of examining every convoy passing through the gates of his city, and penned a long letter for him in vindication of the right. Governor Manco was a straightforward cut-and-thrust old soldier, who hated an escribano worse than the devil and this one in particular worse than all other escribanos.  Despertó esto la vigilancia del Capitán General, el cual consultó con su asesor legal y factótum, un astuto y oficioso escribano que disfrutaba cuantas ocasiones se le presentaban de perturbar al viejo potentado de la Alhambra, envolviéndolo en un laberinto de sutilezas legales. Aconsejó aquél al Capitán General que insistiese en el derecho de registrar todos los convoyes que pasaran por las puertas de la ciudad, y le redactó un largo documento vindicando su derecho. El Gobernador Manco era un honrado y austero veterano que odiaba a los escribanos más que al mismo diablo, y a éste en particular más que a todos los escribanos juntos.
“What! ” said he, curling up his mustaches fiercely, “does the captain-general set his man of the pen to practise confusions upon me? I’ll let him see an old soldier is not to be baffled by schoolcraft. ”  —¡Cómo! —decía retorciéndose fieramente los mostachos—. ¿Conque el Capitán General se vale de ese hombre para acorralarme y ponerme en aprieto? Ya le haré yo ver que un viejo soldado no se deja chasquear por sus malas artes.
He seized his pen and scrawled a short letter in a crabbed hand, in which, without deigning to enter into argument, he insisted on the right of transit free of search, and denounced vengeance on any custom-house officer who should lay his unhallowed hand on any convoy protected by the flag of the Alhambra. While this question was agitated between the two pragmatical potentates, it so happened that a mule laden with supplies for the fortress arrived one day at the gate of Xenil, by which it was to traverse a suburb of the city on its way to the Alhambra. The convoy was headed by a testy old corporal, who had long served under the governor, and was a man after his own heart; as rusty and stanch as an old Toledo blade.  Cogió la pluma y garrapateó una breve carta, con letra desigual, en la que sin dignarse entrar en razones, insistía en su derecho de libre tránsito, y amenazaba con castigar a cualquier portazguero que se atreviese a poner su insolente mano en un convoy protegido por la bandera de la Alhambra. Mientras estas graves cuestiones se debatían entre las dos autoridades oficiales, sucedió que una muía cargada de provisiones para la fortaleza llegó cierto día a la puerta del Genil, por la cual tenía que pasar y atravesar luego un barrio de la ciudad en su camino hacia la Alhambra. Iba guiando el convoy un viejo cabo cascarrabias que había servido mucho tiempo al Gobernador, hombre acostumbrado a sus gustos, duro y templado como una hoja toledana.
As they approached the gate of the city, the corporal placed the banner of the Alhambra on the pack-saddle of the mule, and drawing himself up to a perfect perpendicular, advanced with his head dressed to the front, but with the wary side-glance of a cur passing through hostile ground, and ready for a snap and a snarl.  Al aproximarse a las puertas de la población, colocó el cabo la bandera de la Alhambra sobre la carga de la muía, y, poniéndose rígido y estirándose en una perfecta perpendicular, avanzó con la cabeza erguida, pero con la mirada alerta y recelosa del perro que atraviesa el campo enemigo dispuesto a ladrar o dar un mordisco.
“Who goes there? ” said the sentinel at the gate.  —¿Quién vive? —dijo el centinela de la puerta
“Soldier of the Alhambra! ” said the corporal, without turning his head.  —¡Soldado de la Alhambra! —contestó el cabo sin volver la cabeza.
“What have you in charge? ”  —¿Qué llevas de carga?
“Provisions for the garrison. ”  —Provisiones para la guarnición.
“Proceed. ”  —Adelante.
The corporal marched straight forward, followed by the convoy, but had not advanced many paces before a posse of custom-house officers rushed out of a small toll-house.  El cabo siguió su camino delante del convoy; pero no había avanzado unos pasos cuando un grupo de portazgueros salió presuroso de la casilla.
“Hallo there! ” cried the leader. “Muleteer, halt, and open those packages. ”  —¡Alto ahí —gritó el jefe—. Para, mulero, y abre esos fardos.
The corporal wheeled round, and drew himself up in battle array. “Respect the flag of the Alhambra, ” said he; “these things are for the governor. ”  Giró en redondo el cabo y se dispuso al combate. —Respetad la bandera de la Alhambra —dijo—-. Estas cosas son para el Gobernador.
“A figo for the governor, and a figo for his flag. Muleteer, halt, I say. ”  —Me importa un higo el Gobernador y otro higo su bandera. ¡Alto, he dicho, mulero!
“Stop the convoy at your peril! ” cried the corporal, cocking his musket.  —¡Parad el convoy si os atrevéis! —gritó el cabo amartillando el mosquete—.
The muleteer gave his beast a hearty thwack; the custom-house officer sprang forward and seized the halter; whereupon the corporal levelled his piece, and shot him dead.  ¡Adelante el mulero Este descargó un fuerte varazo a la bestia; pero el portazguero se abalanzó y se apoderó del ronzal. Entonces el cabo le apuntó con su mosquete y lo mató de un tiro.
The street was immediately in an uproar.  Al instante se alborotó la calle.
The old corporal was seized, and after undergoing sundry kicks, and cuffs, and cudgellings, which are generally given impromptu by the mob in Spain, as a foretaste of the after penalties of the law, he was loaded with irons, and conducted to the city prison; while his comrades were permitted to proceed with the convoy, after it had been well rummaged, to the Alhambra.  Cogieron al viejo cabo, y después de propinarle varios puntapiés, bofetadas y palos—anticipo que se toma casi siempre el populacho en España a los posteriores castigos de la ley—, fue cargado de cadenas y llevado a la cárcel de la ciudad, en tanto que se permitió a sus compañeros seguir con el convoy hasta la Alhambra, después que lo registraron a sus anchas.
The old governor was in a towering passion when he heard of this insult to his flag and capture of his corporal. For a time he stormed about the Moorish halls, and vapored about the bastions, and looked down fire and sword upon the palace of the captain-general. Having vented the first ebullition of his wrath, he dispatched a message demanding the surrender of the corporal, as to him alone belonged the right of sitting in judgment on the offences of those under his command. The captain-general, aided by the pen of the delighted escribano, replied at great length, arguing that as the offence had been committed within the walls of his city, and against one of his civil officers, it was clearly within his proper jurisdiction. The governor rejoined by a repetition of his demand; the captain-general gave a sur-rejoinder of still greater length and legal acumen; the governor became hotter and more peremptory in his demands, and the captain-general cooler and more copious in his replies; until the old lion-hearted soldier absolutely roared with fury at being thus entangled in the meshes of legal controversy.  El viejo Gobernador montó en violenta cólera cuando supo el ultraje inferido a su bandera y la prisión de su cabo. Por algún tiempo rugió de ira paseando por los salones moriscos y los baluartes, y lanzaba rayos por sus ojos contra el palacio del Capitán General. Cuando desfogó sus primeros arrebatos, envió un mensaje pidiendo la entrega del cabo, alegando que sólo a él pertenecía el derecho de juzgar los delitos de aquellos que estaban bajo sus órdenes. El Capitán General, ayudado por la pluma del regocijado escribano, le contestó después de mucho tiempo arguyendo que, como el delito se había cometido dentro del recinto de la población y contra uno de sus funcionarios civiles, no había dudas de que aquel asunto entraba dentro de su propia jurisdicción. Replicó el Gobernador repitiendo su demanda, y volvió a contestar el Capitán General con un alegato más extenso y de mucho fundamento legal. Enfurecióse más el Gobernador y se mostró más perentorio en su petición, y el Capitán General, más frío y copioso sus respuestas; basta que el viejo soldado, corazón de león, bramaba materialmente de cólera al verse enredado en las mallas de una controversia jurídica.
While the subtle escribano was thus amusing himself at the expense of the governor, he was conducting the trial of the corporal, who, mewed up in a narrow dungeon of the prison, had merely a small grated window at which to show his iron-bound visage and receive the consolations of his friends.  En tanto que el sutil escribano se divertía de este modo a expensas del Gobernador, seguía su curso el proceso contra el cabo, quien encerrado en un estrecho calabozo de la cárcel sólo disponía de un ventanillo enrejado por el que mostraba su rostro tras los barrotes y por donde recibía los consuelos de sus amigos.
A mountain of written testimony was diligently heaped up, according to Spanish form, by the indefatigable escribano; the corporal was completely overwhelmed by it. He was convicted of murder, and sentenced to be hanged.  El infatigable escribano extendió diligentemente —según la práctica española— una montaña de testimonios escritos; el cabo, totalmente abrumado por tantos argumentos, se declaró convicto de asesinato y fue sentenciado a morir en la horca.
It was in vain the governor sent down remonstrance and menace from the Alhambra. The fatal day was at hand, and the corporal was put in capilla, that is to say, in the chapel of the prison, as is always done with culprits the day before execution, that they may meditate on their approaching end and repent them of their sins.  En vano protestó el Gobernador y lanzó amenazas desde la Alhambra. Llegó el día fatal, y el cabo entró en capilla, como se hace siempre con los criminales el día antes de la ejecución para que puedan meditar en su próximo fin y se arrepientan de sus pecados.
Seeing things drawing to extremity, the old governor determined to attend to the affair in person. For this purpose he ordered out his carriage of state, and, surrounded by his guards, rumbled down the avenue of the Alhambra into the city. Driving to the house of the escribano, he summoned him to the portal.  Viendo que las cosas llegaban a tal extremo, el anciano Gobernador determinó ocuparse personalmente del caso. Con este objeto ordenó sacar su carroza de gala, y, rodeado de sus guardias, bajó por la avenida de la Alhambra hasta la ciudad. Fue a casa del escribano y lo mandó llamar al portal.
The eye of the old governor gleamed like a coal at beholding the smirking man of the law advancing with an air of exultation.  Los ojos del Gobernador brillaban como brasas al ver al leguleyo que avanzaba hacia él con sonriente aspecto.
“What is this I hear, ” cried he, “that you are about to put to death one of my soldiers? ”  —¿Qué es lo que he oído —le gritó— de que habéis condenado a muerte a uno de mis soldados?
“All according to law—all in strict form of justice, ” said the self-sufficient escribano, chuckling and rubbing his hands. “I can show your excellency the written testimony in the case. ”  —Todo se ha hecho con arreglo a la ley, todo con arreglo a los estrictos procedimientos de la justicia —contestó con aire de suficiencia el regocijado escribano, frotándose las manos—. Puedo mostrar a Su Excelencia el testimonio escrito del proceso.
“Fetch it hither, ” said the governor. The escribano bustled into his office, delighted with having another opportunity of displaying his ingenuity at the expense of the hard-headed veteran.  —Traedlo acá —dijo el Gobernador. El escribano entró en su despacho, encantado de tener nueva ocasión en que demostrar su ingenio a costa del testarudo veterano.
He returned with a satchel full of papers, and began to read a long deposition with professional volubility. By this time a crowd had collected, listening with outstretched necks and gaping mouths.  Volvió con una cartera llena de papeles, y empezó a leer una larga declaración con la volubilidad propia de los de su profesión. Mientras leía se había agrupado en torno un corrillo de gente que escuchaba con el cuello estirado y la boca abierta.
“Prithee, man, get into the carriage, out of this pestilent throng, that I may the better hear thee, ” said the governor.  —Haced el favor de entrar en el coche, lejos de estos impertinentes, para que pueda oíros mejor —dijo el Gobernador.
The escribano entered the carriage, when, in a twinkling, the door was closed, the coachman smacked his whip—mules, carriage, guards and all dashed off at a thundering rate, leaving the crowd in gaping wonderment; nor did the governor pause until he had lodged his prey in one of the strongest dungeons of the Alhambra.  Entró el escribano en la carroza y, en un abrir y cerrar de ojos, cerraron la portezuela, restalló el cochero el látigo, y mulas, carruaje, guardias, todo, partió con la celeridad del rayo, dejando atónita a la muchedumbre; y no paró el Gobernador hasta asegurar su presa en uno de los más fortificados calabozos de la Alhambra.
He then sent down a flag of truce in military style, proposing a cartel or exchange of prisoners—the corporal for the notary. The pride of the captain-general was piqued; he returned a contemptuous refusal, and forthwith caused a gallows, tall and strong, to be erected in the centre of the Plaza Nueva for the execution of the corporal.  Envió luego, un parlamento con bandera blanca, al estilo militar, proponiendo un canje de prisioneros: el cabo por el escribano. Sintióse herido en su orgullo el Capitán General; contestó con una desdeñosa negativa, y mandó levantar un sólido y elevado patíbulo en el centro de la plaza Nueva, para la ejecución del cabo.
“Oho! is that the game? ” said Governor Manco. He gave orders, and immediately a gibbet was reared on the verge of the great beetling bastion that overlooked the Plaza. “Now, ” said he in a message to the captain-general, “hang my soldier when you please; but at the same time that he is swung off in the square, look up to see your escribano dangling against the sky. ”  —¡Hola! ¿Esas tenemos? —dijo el Gobernador Manco. Dio órdenes, e inmediatamente se levantó un patíbulo en el pretil del baluarte saliente que daba a la plaza. —Ahora —dijo en un mensaje dirigido al Capitán General— ahorcad cuando queráis a mi soldado; pero al mismo tiempo que se esté columpiando en el aire mirad hacia arriba y veréis a vuestro escribano bailando en las alturas.
The captain-general was inflexible; troops were paraded in the square; the drums beat, the bell tolled. An immense multitude of amateurs gathered together to behold the execution. On the other hand, the governor paraded his garrison on the bastion, and tolled the funeral dirge of the notary from the Torre de la Campana, or Tower of the Bell.  El Capitán General fue inflexible: formaron las tropas en la plaza, redoblaron los tambores, tañeron las campanas. Una inmensa multitud de curiosos se reunió allí para presenciar la ejecución. Por su parte, el Gobernador había formado a su guarnición sobre el baluarte *, mientras sonaba el fúnebre tañido desde la torre de la Campana, anunciando la próxima muerte del escribano.
The notary’s wife pressed through the crowd with a whole progeny of little embryo escribanos at her heels, and throwing herself at the feet of the captain-general, implored him not to sacrifice the life of her husband, and the welfare of herself and her numerous little ones, to a point of pride; “for you know the old governor too well, ” said she, “to doubt that he will put his threat in execution, if you hang the soldier. ”  La esposa de éste se abrió paso entre la muchedumbre, seguida de una numerosa prole de escribanos en embrión agarrados a su falda, y arrojándose a los pies del Capitán General, le suplicó que no sacrificase la vida de su marido, su bienestar y el de sus numerosos hijos, por una cuestión de amor propio, «pues demasiado bien conoce Su Excelencia al Gobernador—añadió— para dudar de que cumpla su amenaza de ejecución, si ahorcáis al soldado».
The captain-general was overpowered by her tears and lamentations, and the clamors of her callow brood. The corporal was sent up to the Alhambra, under a guard, in his gallows garb, like a hooded friar, but with head erect and a face of iron. The escribano was demanded in exchange, according to the cartel. The once bustling and self-sufficient man of the law was drawn forth from his dungeon more dead than alive. All his flippancy and conceit had evaporated; his hair, it is said, had nearly turned gray with affright, and he had a downcast, dogged look, as if he still felt the halter round his neck.  Vencieron al Capitán General las lágrimas de la pobre mujer y los clamores de sus hijos. Fue enviado el cabo a la Alhambra con un piquete, con su ropa del patíbulo, como un fraile encapuchado, pero con la cabeza erguida y el rostro de hierro, y pidió, en cambio, al escribano, con arreglo a las condiciones del acuerdo. El antes bullicioso y arrogante hombre de leyes fue sacado del calabozo más muerto que vivo. Toda su presunción y suficiencia habían desaparecido y, según se dice, sus cabellos casi encanecieron del susto; su mirada baja y deprimida, como si todavía sintiese el contacto de la cuerda alrededor de su cuello.
The old governor stuck his one arm akimbo, and for a moment surveyed him with an iron smile. “Henceforth, my friend, ” said he, “moderate your zeal in hurrying others to the gallows; be not too certain of your safety, even though you should have the law on your side; and above all take care how you play off your schoolcraft another time upon an old soldier. ”  El viejo Gobernador puso su único brazo en jarras, y por breves instantes se le quedó mirando con dura sonrisa. —De aquí en adelante, amigo mío —le dijo—, moderad vuestro celo en enviar gente a la horca; no confiéis mucho en vuestra seguridad, aunque tengáis de vuestra parte a la ley; y, sobre todo, procurad no hacer alarde de vuestras tretas con un viejo soldado.


Governor manco and the soldier



El gobernador manco y el soldado

WHILE Governor Manco, or “the one-armed, ” kept up a show of military state in the Alhambra, he became nettled at the reproaches continually cast upon his fortress, of being a nestling place of rogues and contrabandistas. On a sudden, the old potentate determined on reform, and setting vigorously to work, ejected whole nests of vagabonds out of the fortress and the gipsy caves with which the surrounding hills are honeycombed. He sent out soldiers, also, to patrol the avenues and footpaths, with orders to take up all suspicious persons.  AUNQUE el Gobernador Manco hacía ostentación de gran aparato militar en la Alhambra, se exasperaba con las continuas quejas dirigidas contra su ciudadela, por haberse convertido en refugio de ladrones y contrabandistas. Inesperadamente determinó el viejo potentado hacer un expurgo, y poniendo manos a la obra con toda energía, arrojó de la fortaleza nidos enteros de vagabundos y enjambres de gitanos que poblaban las cuevas situadas en torno a la colina. Ordenó, asimismo, que los soldados patrullasen por todas las alamedas y senderos, con órdenes de detener a todas las personas sospechosas.
One bright summer morning, a patrol, consisting of the testy old corporal who had distinguished himself in the affair of the notary, a trumpeter and two privates, was seated under the garden wall of the Generalife, beside the road which leads down from the mountain of the sun, when they heard the tramp of a horse, and a male voice singing in rough, though not unmusical tones, an old Castilian campaigning song.  Una clara mañana de verano, una patrulla compuesta del viejo enojadizo cabo que se distinguiera en el asunto del escribano, un trompeta y dos soldados, reposaban junto a las tapias del jardín del Generalife, cerca del camino que desciende del cerro del Sol, cuando oyeron las pisadas de un caballo y una voz varonil que cantaba con rudo estilo, aunque bien entonada, una antigua canción guerrera castellana.
Presently they beheld a sturdy, sunburnt fellow, clad in the ragged garb of a foot-soldier, leading a powerful Arabian horse, caparisoned in the ancient Morisco fashion.  Al momento vieron a un hombre vigoroso, de tez curtida por el sol, vestido con un mugriento uniforme de soldado de infantería, que llevaba de las manos un poderoso corcel árabe, enjaezado a la antigua usanza morisca.
Astonished at the sight of a strange soldier descending, steed in hand, from that solitary mountain, the corporal stepped forth and challenged him.  Asombrados al contemplar al extraño soldado que bajaba llevando de la mano una caballería por esta solitaria montaña, salió a su encuentro el cabo y le dio el alto.
“Who goes there? ”  —¿Quién vive?
“A friend. ”  —Un amigo.
“Who and what are you? ”  —¿Quién sois?
“A poor soldier just from the wars, with a cracked crown and empty purse for a reward. ”  —Un pobre soldado que vuelve de la guerra con la cabeza rota y vacía la bolsa como recompensa.
By this time they were enabled to view him more narrowly. He had a black patch across his forehead, which, with a grizzled beard, added to a certain dare-devil cast of countenance, while a slight squint threw into the whole an occasional gleam of roguish good humor.  Al llegar aquí ya podían mirarlo más de cerca. Llevaba un parche negro en la frente, que, unido a su barba gris, le daba cierto atrevido aspecto, junto con un movimiento furtivo de ojos; ofreciendo todo el conjunto de su persona cierto aire de pícaro y hombre de buen humor.
Having answered the questions of the patrol, the soldier seemed to consider himself entitled to make others in return. “May I ask, ” said he, “what city is that which I see at the foot of the hill? ”  Después que hubo contestado a las preguntas de la patrulla, creyóse el soldado con derecho a dirigir otras a su vez. —¿Puede saberse —dijo—— qué ciudad es esa que veo al pie de la colina?
“What city! ” cried the trumpeter; “come, that’s too bad. Here’s a fellow lurking about the mountain of the sun, and demands the name of the great city of Granada! ”  —¿Qué ciudad es ésa? —exclamó el trompeta—. ¡Vamos! ¡Donosa pregunta! ¡Hete aquí un individuo que viene del cerro del Sol y pregunta cómo se llama la gran ciudad de Granada!
“Granada! Madre de Dios! can it be possible? ”  —¡Granada! ¡Madre de Dios! ¿Es posible?
“Perhaps not! ” rejoined the trumpeter; “and perhaps you have no idea that yonder are the towers of the Alhambra. ”  —¡Tal vez no! —replicó el trompeta—. ¿Ignoras por ventura que aquéllas son las torres de la Alhambra?
“Son of a trumpet, ” replied the stranger, “do not trifle with me; if this be indeed the Alhambra, I have some strange matters to reveal to the governor. ”  —¡Vamos, trompeta! —replicó el desconocido—. No te burles de mí. Si es cierto que ésa es la Alhambra, tengo cosas extrañas que revelar al Gobernador.
“You will have an opportunity, ” said the corporal, “for we mean to take you before him. ” By this time the trumpeter had seized the bridle of the steed, the two privates had each secured an arm of the soldier, the corporal put himself in front, gave the word, “Forward—march! ” and away they marched for the Alhambra.  —Vas a tener esa oportunidad —dijo el cabo—, porque pensamos llevarte a su presencia. Cogió el trompeta las bridas del caballo y los dos soldados cada brazo del desconocido, y poniéndose el cabo delante, dio la voz: «¡De frente! ¡Marchen!», y se encaminaron a la Alhambra.
The sight of a ragged foot-soldier and a fine Arabian horse, brought in captive by the patrol, attracted the attention of all the idlers of the fortress, and of those gossip groups that generally assemble about wells and fountains at early dawn. The wheel of the cistern paused in its rotations, and the slipshod servant-maid stood gaping, with pitcher in hand, as the corporal passed by with his prize. A motley train gradually gathered in the rear of the escort.  El espectáculo de un desharrapado soldado de infantería y un hermoso corcel árabe cautivos de la patrulla, llamó la atención de todos los ociosos de la fortaleza y de los charlatanes que se retinen a diario en torno a las fuentes y aljibes a primeras horas de la mañana. Las garruchas de los pozos cesaron en sus vueltas, y las criadas, en chanclas y con el cántaro en la mano, se quedaron boquiabiertas al ver pasar al cabo con su presa; y poco a poco un numeroso acompañamiento de curiosos se reunió detrás de la escolta.
Knowing nods and winks and conjectures passed from one to another. “It is a deserter, ” said one. “A contrabandista, ” said another. “A bandalero, ” said a third—until it was affirmed that a captain of a desperate band of robbers had been captured by the prowess of the corporal and his patrol. “Well, well, ” said the old crones, one to another, “captain or not, let him get out of the grasp of old Governor Manco if he can, though he is but one-handed. ”  Guiñábanse unos a otros y hacían conjeturas y señas. «Es un desertor», decía uno. «Un contrabandista», indicaba otro. «Un bandolero», afirmaba un tercero. Hasta corrió la voz de que el cabo y su patrulla, en una valerosa hazaña, habían capturado al capitán de una terrible cuadrilla de forajidos. « ¡Bueno, bueno! —decíanse las viejas comadres unas a otras—. Capitán o no, que se libre ahora, si puede, de la garras del Gobernador Manco, aunque sólo tenga una.»
Governor Manco was seated in one of the inner halls of the Alhambra, taking his morning’s cup of chocolate in company with his confessor, a fat Franciscan friar, from the neighboring convent. A demure, dark-eyed damsel of Malaga, the daughter of his housekeeper, was attending upon him. The world hinted that the damsel, who, with all her demureness, was a sly buxom baggage, had found out a soft spot in the iron heart of the old governor, and held complete control over him. But let that pass—the domestic affairs of these mighty potentates of the earth should not be too narrowly scrutinized.  Hallábase sentado el Gobernador Manco en uno de los salones interiores de la Alhambra, tomando su taza de chocolate de la mañana, en compañía de su confesor, un rollizo fraile franciscano del convento vecino. Servíasela una recatada joven malagueña de ojos negros, hija de su ama de llaves. Murmuraba la gente que la moza, a pesar de todo su aparente recato y seriedad, era una taimada y alegre tunanta, que había descubierto el punto flaco del férreo corazón del viejo Gobernador, y lo manejaba a su antojo. Pero dejemos esto: no se deben escudriñar demasiado los asuntos domésticos de estos poderosos potentados de la tierra.
When word was brought that a suspicious stranger had been taken lurking about the fortress, and was actually in the outer court, in durance of the corporal, waiting the pleasure of his excellency, the pride and stateliness of office swelled the bosom of the governor. Giving back his chocolate cup into the hands of the demure damsel, he called for his basket-hilted sword, girded it to his side, twirled up his mustaches, took his seat in a large high-backed chair, assumed a bitter and forbidding aspect, and ordered the prisoner into his presence. The soldier was brought in, still closely pinioned by his captors, and guarded by the corporal. He maintained, however, a resolute self-confident air, and returned the sharp, scrutinizing look of the governor with an easy squint, which by no means pleased the punctilious old potentate.  Cuando le comunicaron que un forastero sospechoso había sido detenido merodeando por los alrededores de la fortaleza, y que se encontraba en aquel momento en el patio exterior, en poder del cabo, esperando las órdenes de Su Excelencia, el orgullo y la dignidad de su cargo hinchieron el pecho del Gobernador. Poniendo la taza de chocolate en manos de la recatada joven, requirió su espada y ciñósela al lado, retorcióse los mostachos, tomó asiento en un sillón de ancho respaldo, adoptó un aspecto severo y desagradable, y ordenó que condujesen al prisionero a su presencia. Fue introducido éste, fuertemente maniatado por sus aprehensores y custodiado por el cabo. Conservaba, sin embargo, un aire resuelto y tranquilo, y correspondió a la penetrante e inquisitiva mirada del Gobernador con un gesto burlón que no agradó mucho a la puntillosa autoridad.
“Well, culprit, ” said the governor, after he had regarded him for a moment in silence, “what have you to say for yourself—who are you? ”  —Bueno, acusado —le dijo el Gobernador, tras fijar en él su vista por un momento—.
“A Soldier, just from the wars, who has brought away nothing but scars and bruises. ”  ¿Qué tienes que alegar en tu defensa? ¿Quién eres? —Un soldado que vuelve de la guerra ‘i no trae sino cicatrices y magulladuras.
“A soldier—humph—a foot-soldier by your garb. I understand you have a fine Arabian horse. I presume you brought him too from the wars, besides your scars and bruises. ”  —¡Un soldado!... ¡Hum!... Y a juzgar por tu uniforme, un soldado de infantería. Pero me han dicho que posees un soberbio caballo árabe. Supongo que lo trajiste también de la guerra, además de las cicatrices y magulladuras.
“May it please your excellency, I have something strange to tell about that horse. Indeed I have one of the most wonderful things to relate. Something too that concerns the security of this fortress, indeed of all Granada. But it is a matter to be imparted only to your private ear, or in presence of such only as are in your confidence. ”  —Si su Excelencia me lo permite, tengo algo muy extraño que contarle acerca de este caballo; algo singular y maravilloso, que afecta también a la seguridad de esta fortaleza, y hasta de toda Granada; pero es negocio para que lo oigáis a solas, o a lo más ante aquellos que sean de vuestra confianza.
The governor considered for a moment, and then directed the corporal and his men to withdraw, but to post themselves outside of the door, and be ready at a call. “This holy friar, ” said he, “is my confessor, you may say any thing in his presence—and this damsel, ” nodding toward the handmaid, who had loitered with an air of great curiosity, “this damsel is of great secrecy and discretion, and to be trusted with any thing. ”  Meditó brevemente el Gobernador, y ordenó que se retirasen el cabo y sus soldados; pero que quedaran apostados detrás de la puerta, prestos para acudir a cualquier llamada. —Este reverendo fraile —dijo Su Excelencia— es mi confesor, y puedes hablar en su presencia; y esta joven —señalando a la criada, que se hacía la distraída, aunque realmente observaba todo con muestras de gran curiosidad—, esta joven es muy prudente y discreta, y se le puede confiar cualquier cosa.
The soldier gave a glance between a squint and a leer at the demure handmaid. “I am perfectly willing, ” said he, “that the damsel should remain. ”  Dirigió el soldado una burlona mirada de soslayo a la modosa doncella, y dijo: —En ese caso no hay inconveniente en que se quede la señorita.
When all the rest had withdrawn, the soldier commenced his story. He was a fluent, smooth-tongued varlet, and had a command of language above his apparent rank.  Luego que todos los demás se retiraron, comenzó el soldado su historia. Era un individuo simpático, fácil de palabras y que charlaba hasta por los codos, con un dominio del lenguaje que no estaba de acuerdo con su aparente condición.
“May it please your excellency, ” said he, “I am, as I before observed, a soldier, and have seen some hard service, but my term of enlistment being expired, I was discharged, not long since, from the army at Valladolid, and set out on foot for my native village in Andalusia. Yesterday evening the sun went down as I was traversing a great dry plain of Old Castile. ”  —Con permiso de Su Excelencia —dijo—, soy, como antes indiqué, un soldado que ha prestado muchos y difíciles servicios; pero habiendo cumplido el plazo de mi alistamiento, me licenciaron no hace mucho del ejército de Valladolid, y emprendí el camino a pie a mi pueblo natal, que está en An dalucía. Ayer tarde, al ponerse el sol, cuando atravesaba una vasta y árida llanura de Castilla la Vieja...
“Hold, ” cried the governor, “what is this you say? Old Castile is some two or three hundred miles from this. ”  —¡Alto! —gritó el Gobernador—. ¿Qué estás diciendo? Castilla la Vieja se halla a unas cien leguas de aquí .
“Even so, ” replied the soldier, coolly; “I told your excellency I had strange things to relate; but not more strange than true; as your excellency will find, if you will deign me a patient hearing. ”  —No importa —respondió el soldado con frialdad—. Ya dije a Su Excelencia que tenía que relatarle cosas muy extrañas, pero tan peregrinas como verdaderas, según verá Su Excelencia, si se digna escucharme pacientemente.
“Proceed, culprit, ” said the governor, twirling up his mustaches.  —Continúa, acusado —dijo el Gobernador retorciéndose el mostacho.
“As the sun went down, ” continued the soldier, “I cast my eyes about in search of quarters for the night, but as far as my sight could reach, there were no signs of habitation. I saw that I should have to make my bed on the naked plain, with my knapsack for a pillow; but your excellency is an old soldier, and knows that to one who has been in the wars, such a night’s lodging is no great hardship. ”  —Pues bien: al ponerse el sol —siguió el soldado— miré a mi alrededor en busca de un albergue para pasar la noche, pero no encontré señales de habitación en todo lo que mi vista pudo alcanzar. Vi que tendría que extender mi lecho en la desierta llanura, con mi mochila por almohada; pues Su Excelencia es veterano y sabe que para el que ha hecho la guerra, semejante posada nocturna no es un gran trabajo.
The governor nodded assent, as he drew his pocket handkerchief out of the basket-hilt, to drive away a fly that buzzed about his nose.  El Gobernador hizo una señal de asentimiento, al tiempo que sacaba su pañuelo de la guarnición de la espada, para espantar una mosca que le zumbaba en la nariz.
“Well, to make a long story short, ” continued the soldier, “I trudged forward for several miles until I came to a bridge over a deep ravine, through which ran a little thread of water, almost dried up by the summer heat. At one end of the bridge was a Moorish tower, the upper end all in ruins, but a vault in the foundation quite entire. Here, thinks I, is a good place to make a halt; so I went down to the stream, took a hearty drink, for the water was pure and sweet, and I was parched with thirst; then, opening my wallet, I took out an onion and a few crusts, which were all my provisions, and seating myself on a stone on the margin of the stream, began to make my supper, intending afterwards to quarter myself for the night in the vault of the tower; and capital quarters they would have been for a campaigner just from the wars, as your excellency, who is an old soldier, may suppose. ”  —Pues bien: para abreviar esta larga historia —continuó el soldado—, anduve algunas leguas hasta llegar a un puente tendido sobre un profundo barranco, cauce de un riachuelo casi seco por el calor del estío. En un extremo del puente había una torre morisca muy ruinosa en su parte superior, pero con una bóveda en los cimientos completamente intacta. «He aquí —me dije— un buen sitio para alojarme.» Bajé, pues, hasta el arroyuelo, y bebí un buen trago, ya que el agua era dulce y pura, y me encontraba muerto de sed; luego, abriendo mi mochila, saqué una cebolla y unos mendrugos de pan que constituían todas mis provisiones, y sentado en una piedra en la margen del arroyo, comencé a cenar y me dispuse después a pasar la noche en la bóveda de la torre. ¡Valiente alojamiento para uno que vuelve de la guerra!; como Su Excelencia, que es un veterano, puede suponer.
“I have put up gladly with worse in my time, ” said the governor, returning his pocket handkerchief into the hilt of his sword.  —Peores los aguanté yo con gusto en mis tiempos -dijo el Gobernador, poniendo otra vez su pañuelo en la cazoleta de la espada.
“While I was quietly crunching my crust, ” pursued the soldier, “I heard something stir within the vault; I listened—it was the tramp of a horse. By and by a man came forth from a door in the foundation of the tower, close by the water’s edge, leading a powerful horse by the bridle. I could not well make out what he was by the starlight. It had a suspicious look to be lurking among the ruins of a tower, in that wild solitary place. He might be a mere wayfarer, like myself; he might be a contrabandista; he might be a bandalero! what of that? thank heaven and my poverty, I had nothing to lose; so I sat still and crunched my crust.  —Mientras estaba royendo tranquilamente mi mendrugo—prosiguió el otro— oí que algo se movía dentro de la bóveda; escuché con atención y comprendí que eran las pisadas de un caballo. Al poco rato salió un hombre por una puerta practicada en los cimientos de la torre, junto al arroyo, conduciendo de la brida a un fogoso corcel. A la luz de las estrellas, no pude distinguir quién era. Parecióme sospechoso que alguien estuviese escondido entre las ruinas de una torre y en aquellos agrestes y solitarios parajes. Era posible que fuese un caminante como yo; tal vez un contrabandista o un bandolero. Después de todo, ¿a mí qué? Gracias a Dios y a mi pobreza, nada tenía que perder; por lo cual, seguí royendo tranquilamente mi mendrugo.
“He led his horse to the water, close by where I was sitting, so that I had a fair opportunity of reconnoitering him. To my surprise he was dressed in a Moorish garb, with a cuirass of steel, and a polished skull-cap that I distinguished by the reflection of the stars upon it. His horse, too, was harnessed in the Morisco fashion, with great shovel stirrups. He led him, as I said, to the side of the stream, into which the animal plunged his head almost to the eyes, and drank until I thought he would have burst.  Llevó a su caballo para darle de beber, cerca del sitio donde yo estaba sentado, de manera que tuve ocasión de examinarlo. Observé con gran sorpresa que iba vestido de moro, con coraza de acero y brillante casco que distinguí al reflejarse en él la luz de las estrellas. También iba su caballo enjaezado a la usanza árabe, con grandes estribos. Pues como iba diciendo, lo guió a la orilla del arroyo, donde el animal metió su cabeza hasta los ojos, y tanto bebió que creí reventaría.
“’Comrade,’ said I, ‘your steed drinks well; it’s a good sign when a horse plunges his muzzle bravely into the water.’  —Camarada —le dije—: bien bebe tu caballo. Cuando mete el hocico tan decidido en el agua, buena señal.
“’He may well drink,’ said the stranger, speaking with a Moorish accent; ‘it is a good year since he had his last draught.’  —Ya puede beber —dijo el desconocido, con marcado acento árabe—, pues hace más de un año que bebió por última vez.
“’By Santiago,’ said I, ‘that beats even the camels I have seen in Africa. But come, you seem to be something of a soldier, will you sit down and take part of a soldier’s fare?’ In fact, I felt the want of a companion in this lonely place, and was willing to put up with an infidel. Besides, as your excellency well knows, a soldier is never very particular about the faith of his company, and soldiers of all countries are comrades on peaceable ground. ”  —¡Por Santiago! —exclamé—. En eso aventaja incluso a los camellos que he visto en África. Pero acércate, que al parecer tienes algo de soldado. ¿No quieres sentarte y participar de la pobre comida de un compañero? Realmente, sentía la necesidad de compañía en aquel lugar solitario, y nada me importaba que aquel individuo fuese un infiel. Además, como su Excelencia sabe muy bien, poco interesan a un militar las creencias que profesan sus compañeros, pues los soldados de todos los países son amigos en tiempos de paz.
The governor again nodded assent.  El Gobernador asintió de nuevo, moviendo la cabeza.
“Well, as I was saying, I invited him to share my supper, such as it was, for I could not do less in common hospitality. ‘I have no time to pause for meat or drink,’ said he, ‘I have a long journey to make before morning.’  —Pues bien: como iba diciendo le invité a participar de mi cena, según costumbre, pues es lo menos que podía hacer en prueba de hospitalidad. —No tengo tiempo para detenerme a comer o beber —me contestó—. Necesito hacer un largo viaje antes que amanezca.
“’In which direction?’ said I.  —¿En qué dirección? —le pregunté.
“’Andalusia,’ said he.  —Hacia Andalucía —me respondió.
“’Exactly my route,’ said I, ‘so, as you won’t stop and eat with me, perhaps you will let me mount and ride with you. I see your horse is of a powerful frame, I’ll warrant he’ll carry double.’  —Precisamente ésa es mi ruta —dije—; y puesto que no quieres detenerte a comer conmigo, permíteme que monte contigo en el caballo. Veo que es un animal vigoroso, y estoy seguro de que podrá llevar doble carga.
“’Agreed,’ said the trooper; and it would not have been civil and soldier-like to refuse, especially as I had offered to share my supper with him. So up he mounted, and up I mounted behind him.  —De acuerdo —dijo el jinete—. Y no hubiera sido cortés ni propio de un buen soldado el negarse, sobre todo porque le había invitado antes a cenar conmigo. Por tanto, montó a caballo, y yo me acomodé en la grupa.
“’Hold fast,’ said he, ‘my steed goes like the wind.’  —Tente firme —me advirtió—, pues mi caballo corre como el viento.
“’Never fear me,’ said I, and so off we set.  —No te preocupes por mí —le respondí—. Y nos pusimos en marcha.
“From a walk the horse soon passed to a trot, from a trot to a gallop, and from a gallop to a harum-scarum scamper. It seemed as if rocks, trees, houses, every thing, flew hurry-scurry behind us.  El caballo, que iba a buen paso, marchó luego al trote, del trote pasó al galope, y del galope a una desenfrenada carrera. Rocas, árboles, casas, todo, en fin, parecía volar detrás de nosotros.
“’What town is this?’ said I.  —¿Qué ciudad es aquélla? —le pregunté.
“’Segovia,’ said he; and before the word was out of his mouth, the towers of Segovia were out of sight. We swept up the Guadarama mountains, and down by the Escurial; and we skirted the walls of Madrid, and we scoured away across the plains of La Mancha. In this way we went up hill and down dale, by towers and cities, all buried in deep sleep, and across mountains, and plains, and rivers, just glimmering in the starlight.  —Segovia —contestó; y antes que salieran estas palabras de su boca, las torres de Segovia se habían perdido de vista. Subimos la Sierra de Guadarrama y pasamos por El Escorial, rodeamos las murallas de Madrid y cruzamos las llanuras de la Mancha. De este modo, escalando cerros y bajando valles, pasamos junto a torres y ciudades envueltas en profundo sueño, dejando atrás sierras, llanuras y ríos, que brillaban a la luz de las estrellas.
“To make a long story short, and not to fatigue your excellency, the trooper suddenly pulled up on the side of a mountain. ‘Here we are,’ said he, ‘at the end of our journey.’ I looked about, but could see no signs of habitation; nothing but the mouth of a cavern. While I looked I saw multitudes of people in Moorish dresses, some on horseback, some on foot, arriving as if borne by the wind from all points of the compass, and hurrying into the mouth of the cavern like bees into a hive. Before I could ask a question the trooper struck his long Moorish spurs into the horse’s flanks, and dashed in with the throng. We passed along a steep winding way, that descended into the very bowels of the mountain. As we pushed on, a light began to glimmer up, by little and little, like the first glimmerings of day, but what caused it I could not discern. It grew stronger and stronger, and enabled me to see every thing around. I now noticed, as we passed along, great caverns, opening to the right and left, like halls in an arsenal. In some there were shields, and helmets, and cuirasses, and lances, and cimeters, hanging against the walls; in others there were great heaps of warlike munitions, and camp equipage lying upon the ground.  —Para abreviar esta larga historia y no cansar a Su Excelencia, diré que el jinete refrenó bruscamente su caballo en la ladera de una montaña. —Ya hemos llegado —dijo— al término de nuestro viaje. Miré en torno mío y no vi señales de que aquello estuviese poblado; tan sólo se percibía la boca de una caverna. Mientras miraba, descubrí una multitud de gente vestida con trajes moros, unos a caballo y otros a pie, que llegaban como traídos por el viento de todos los puntos cardinales, y se precipitaban por la sima de la caverna como las abejas de una colmena. Antes que pudiera hacer pregunta alguna, hincó el jinete sus largas espuelas moriscas en los ijares de su caballo y se metió entre el tropel. Pasamos por una senda inclinada y tortuosa que descendía hasta las mismas entrañas del monte. A medida que avanzábamos empezó a vislumbrarse gradualmente una luz semejante a los primeros resplandores del día; pero no pude averiguar cuál fuera su causa. Se hizo después cada vez más intensa, y me permitió observar todo lo que me rodeaba. Noté entonces, a nuestro paso, grandes cavernas abiertas a derecha e izquierda, que parecían las cámaras de un arsenal. En unas había escudos, yelmos, corazas, lanzas y cimitarras, pendientes de las paredes; en otras, grandes montones de municiones de guerra y equipos de campaña tirados por el suelo.
“It would have done your excellency’s heart good, being an old soldier, to have seen such grand provision for war. Then, in other caverns, there were long rows of horsemen armed to the teeth, with lances raised and banners unfurled, all ready for the field; but they all sat motionless in their saddles like so many statues. In other halls were warriors sleeping on the ground beside their horses, and foot-soldiers in groups ready to fall into the ranks. All were in old-fashioned Moorish dresses and armor.  ¡Cómo se hubiera alegrado Su Excelencia, siendo como es un veterano, al ver tantos pertrechos bélicos! Había además en otras cavernas largas filas de jinetes armados hasta los dientes, lanza en ristre y con las banderas desplegadas, dis puestos todos a salir al campo de batalla; pero inmóviles en sus monturas, como estatuas. En otros salones había guerreros durmiendo en el suelo junto a sus caballos, y soldados de infantería en grupos, dispuestos a formar en filas. Todos estaban vestidos y armados a la manera morisca.
“Well, your excellency, to cut a long story short, we at length entered an immense cavern, or I may say palace, of grotto work, the walls of which seemed to be veined with gold and silver, and to sparkle with diamonds and sapphires and all kinds of precious stones. At the upper end sat a Moorish king on a golden throne, with his nobles on each side, and a guard of African blacks with drawn cimeters. All the crowd that continued to flock in, and amounted to thousands and thousands, passed one by one before his throne, each paying homage as he passed. Some of the multitude were dressed in magnificent robes, without stain or blemish and sparkling with jewels; others in burnished and enamelled armor; while others were in mouldered and mildewed garments, and in armor all battered and dented and covered with rust.  En fin, Excelencia, para abreviar esta larga historia: entramos por último en una inmensa caverna o, mejor dicho, un palacio en forma de gruta, cuyas paredes parecían veteadas de oro y plata, y refulgían de diamantes, zafiros y toda clase de piedras preciosas. En la parte del fondo se hallaba sentado un rey moro en un trono de oro, con sus nobles a cada lado y una guardia de negros africanos con las cimitarras en alto. Todos los que seguían entrando en tropel, que ascendían a miles y miles, pasaban uno a uno ante su trono y le rendían pleitesía. Unos de entre aquella muchedumbre vestían magníficos trajes sin mancha ni rotura alguna y deslumbrantes de joyas; otros, armaduras bruñidas y esmaltadas; en tanto que otros, por el contrario, llevaban mugrientas y harapientas prendas y armaduras abolladas, destrozadas y cubiertas de orín.
“I had hitherto held my tongue, for your excellency well knows it is not for a soldier to ask many questions when on duty, but I could keep silent no longer.  Hasta este momento yo no había despegado los labios, pues no ignora Su Excelencia que un soldado no debe hacer muchas preguntas cuando está de servicio; pero ya no pude guardar silencio por más tiempo.
“’Prithee, comrade,’ said I, ‘what is the meaning of all this?’  —Por favor, compañero —le pregunté—, ¿qué significa todo esto?
“’This,’ said the trooper, ‘is a great and fearful mystery. Know, O Christian, that you see before you the court and army of Boabdil the last king of Granada.’  —Esto —dijo el soldado— es un grande y terrible misterio. Sabe, ¡oh cristiano!, que tienes ante tu vista la Corte y ejército de Boabdil, último rey de Granada.
“’What is this you tell me?’ cried I. ‘Boabdil and his court were exiled from the land hundreds of years agone, and all died in Africa.’  —¿Qué estás diciendo? —exclamé—. Boabdil y su Corte fueron desterrados de este país hace cientos de años, y todos murieron en Africa.
“’So it is recorded in your lying chronicles,’ replied the Moor; ‘but know that Boabdil and the warriors who made the last struggle for Granada were all shut up in the mountain by powerful enchantment. As for the king and army that marched forth from Granada at the time of the surrender, they were a mere phantom train of spirits and demons, permitted to assume those shapes to deceive the Christian sovereigns. And furthermore let me tell you, friend, that all Spain is a country under the power of enchantment. There is not a mountain cave, not a lonely watchtower in the plains, nor ruined castle on the hills, but has some spell-bound warriors sleeping from age to age within its vaults, until the sins are expiated for which Allah permitted the dominion to pass for a time out of the hands of the faithful. Once every year, on the eve of St. John, they are released from enchantment, from sunset to sunrise, and permitted to repair here to pay homage to their sovereign! and the crowds which you beheld swarming into the cavern are Moslem warriors from their haunts in all parts of Spain. For my own part, you saw the ruined tower of the bridge in Old Castile, where I have now wintered and summered for many hundred years, and where I must be back again by daybreak. As to the battalions of horse and foot which you beheld drawn up in array in the neighboring caverns, they are the spell-bound warriors of Granada. It is written in the book of fate, that when the enchantment is broken, Boabdil will descend from the mountain at the head of this army, resume his throne in the Alhambra and his sway of Granada, and gathering together the enchanted warriors, from all parts of Spain, will reconquer the Peninsula and restore it to Moslem rule.’  —Así se cuenta en vuestras mentirosas crónicas —contestó el moro—; pero has de saber que Boabdil y los guerreros que tomaron parte en la postrera batalla por la defensa de Granada, quedaron todos encerrados en esta montaña en virtud de un poderoso encantamiento. En cuanto al rey y al ejército que salieron de Granada al tiempo de la rendición, era una simple comitiva fantasmal de espíritus y demonios a quienes se les permitió tomar aquellas formas para engañar a los reyes cristianos. Más te diré, amigo: toda España es un reino que se encuentra bajo un poder mágico. No hay cueva en el monte, solitaria atalaya en el llano, ni castillo ruinoso en las colinas, que no oculte algún guerrero encantado durmiendo siglos y siglos bajo sus bóvedas, hasta que expíen los pecados por los cuales Alá permitió que sus dominios pasaran por algún tiempo a manos cristianas. Una vez al año, en la víspera de San Juan, quedan libres del hechizo, desde la puesta del sol basta el amanecer, y se les permite venir aquí para rendir homenaje a su soberano; así que la muchedumbre que ves bullir en la caverna son guerreros musulmanes que acuden desde sus antros repartidos por todos los lugares de España. Por lo que a mí se refiere, ya contemplaste en Castilla la Vieja la ruinosa torre del puente, donde he pasado centenares de inviernos y veranos y adonde he de volver antes de la aurora. En cuanto a los batallones de caballería e infantería que has visto formados en las cavernas vecinas, son los embrujados guerreros de Granada. Escrito está en el libro del Destino que cuando se rompa el encanto, bajará Boabdil de la montaña a la cabeza de este ejército, recobrará su trono de la Alhambra y su imperio granadino, y reuniendo a todos los hechizados guerreros de toda España, reconquistará la Península y la someterá al dominio musulmán.
“’And when shall this happen?’ said I.  —Y ¿cuándo sucederá esto? —inquirí.
“’Allah alone knows: we had hoped the day of deliverance was at hand; but there reigns at present a vigilant governor in the Alhambra, a stanch old soldier, well known as Governor Manco. While such a warrior holds command of the very outpost, and stands ready to check the first irruption from the mountain, I fear Boabdil and his soldiery must be content to rest upon their arms.’  —Sólo Alá lo sabe. Todos creíamos cercano el día de nuestra liberación; pero reina actualmente en la Alhambra un celoso gobernador, fiel y viejo soldado, conocido por el Gobernador Manco. Mientras este guerrero mande aquella avanzada y esté dispuesto a rechazar la primera irrupción de la montaña, mucho me temo que Boabdil y sus tropas tengan que contentarse con descansar sobre las armas.
Here the governor raised himself somewhat perpendicularly, adjusted his sword, and twirled up his mustaches.  Al llegar aquí se irguió el Gobernador, se ajustó la espada y retorció de nuevo los mostachos.
“To make a long story short, and not to fatigue your excellency, the trooper, having given me this account, dismounted from his steed.  —Para abreviar esta larga historia y no cansar más a Su Excelencia: el soldado moro, luego de contarme esto, se apeó de su corcel y me dijo:
“’Tarry here,’ said he, ‘and guard my steed while I go and bow the knee to Boabdil.’ So saying, he strode away among the throng that pressed forward to the throne.  —Quédate aquí al cuidado de mi caballería mientras voy a doblar la rodilla ante Boabdil. Y dicho esto, se confundió entre la multitud que rodeaba el trono.
“’What’s to be done?’ thought I, when thus left to myself; ‘shall I wait here until this infidel returns to whisk me off on his goblin steed, the Lord knows where; or shall I make the most of my time and beat a retreat from this hobgoblin community? A soldier’s mind is soon made up, as your excellency well knows. As to the horse, he belonged to an avowed enemy of the faith and the realm, and was a fair prize according to the rules of war. So hoisting myself from the crupper into the saddle, I turned the reins, struck the Moorish stirrups into the sides of the steed, and put him to make the best of his way out of the passage by which he had entered. As we scoured by the halls where the Moslem horsemen sat in motionless battalions, I thought I heard the clang of armor and a hollow murmur of voices. I gave the steed another taste of the stirrups and doubled my speed. There was now a sound behind me like a rushing blast; I heard the clatter of a thousand hoofs; a countless throng overtook me. I was borne along in the press, and hurled forth from the mouth of the cavern, while thousands of shadowy forms were swept off in every direction by the four winds of heaven.  « ¿Qué haré? —pensé al quedarme solo—. ¿Debo esperar a que vuelva este infiel y me lleve en su mágico caballo Dios sabe dónde, o aprovecho el tiempo y huyo de esta comunidad de espectros?» Un soldado se decide pronto, como sabe Su Excelencia; y en cuanto al caballo, pertenecía a un declarado enemigo de la fe y de la patria, por lo que lo consideré botín legal según las leyes de la guerra. Así, pues, pasando de la grupa a la silla, volví riendas, piqué espuelas con los estribos moriscos en los ijares del animal y me abrí paso por el mismo pasadizo por el que había entrado. Al atravesar los salones en que estaban formados los jinetes musulmanes en inmóviles batallones me pareció oír resonar las armaduras y un sordo murmullo de voces. Aguijoneé al caballo de nuevo y redoblé la carrera. Sentí entonces a mi espalda un ruido como de ráfaga impetuosa; escuché el choque de mil herraduras, y me vi alcanzado por un incalculable número de gente, arrastrado por las turbas y lanzado por la boca de la caverna, mientras millares de figuras sombrías se esparcían en todas direcciones por los cuatro puntos cardinales.
“In the whirl and confusion of the scene I was thrown senseless to the earth. When I came to myself I was lying on the brow of a hill, with the Arabian steed standing beside me; for in falling, my arm had slipped within the bridle, which, I presume, prevented his whisking off to Old Castile.  En el tumulto y confusión de aquella escena, caí al suelo sin sentido. Al volver en mí, me encontré tendido en la cumbre de una colina, con el caballo árabe de pie a mi lado, pues al caer quedó enredado mi brazo en las riendas, lo que creo le impidió que escapara hacia Castilla La Vieja.
“Your excellency may easily judge of my surprise, on looking round, to behold hedges of aloes and Indian figs and other proofs of a southern climate, and to see a great city below me, with towers, and palaces, and a grand cathedral.  Fácilmente comprenderá Su Excelencia mi sorpresa al mirar a mi alrededor y no ver sino setos de pitas y chumberas, productos del clima meridional, y más abajo, una gran ciudad con torres, palacios y una gran catedral.
“I descended the hill cautiously, leading my steed, for I was afraid to mount him again, lest he should play me some slippery trick. As I descended I met with your patrol, who let me into the secret that it was Granada that lay before me; and that I was actually under the walls of the Alhambra, the fortress of the redoubted Governor Manco, the terror of all enchanted Moslems. When I heard this, I determined at once to seek your excellency, to inform you of all that I had seen, and to warn you of the perils that surround and undermine you, that you may take measures in time to guard your fortress, and the kingdom itself, from this intestine army that lurks in the very bowels of the land. ”  Descendía cautelosamente del cerro llevando a mi cabalgadura de las riendas, pues temía montar de nuevo, no me fuera a jugar alguna mala pasada. Cuando bajaba me encontré con vuestra patrulla, la cual me informó era Granada la que tenía ante mi vista, y que me encontraba en aquel momento bajo las murallas de la Alhambra, fortaleza del temido Gobernador Manco, terror de todos los encantados musulmanes. Al oír esto determiné inmediatamente buscar a Su Excelencia para informarle de cuanto había visto, y estuvieseis prevenidos de los peligros que os rodean y amenazan, y pueda Su Excelencia tomar a tiempo sus medidas para proteger la fortaleza, y aun el reino, del ejército clandestino que se oculta en las mismas entrañas de la tierra.
“And prithee, friend, you who are a veteran campaigner, and have seen so much service, ” said the governor, “how would you advise me to proceed, in order to prevent this evil? ”  —Y dime, amigo, tú que eres un veterano y has llevado a cabo tan importantes servicios —le dijo el Gobernador—. ¿Qué me aconsejas que haga para precaver esos peligros?
“It is not for a humble private of the ranks, ” said the soldier, modestly, “to pretend to instruct a commander of your excellency’s sagacity, but it appears to me that your excellency might cause all the caves and entrances into the mountains to be walled up with solid mason work, so that Boabdil and his army might be completely corked up in their subterranean habitation. If the good father, too, ” added the soldier, reverently bowing to the friar, and devoutly crossing himself, “would consecrate the barricadoes with his blessing, and put up a few crosses and relics and images of saints, I think they might withstand all the power of infidel enchantments. ”  —No está bien en un humilde soldado raso —contestó el otro modestamente— pretender dar instrucciones a un jefe de la sagacidad de Su Excelencia; pero me parece que deberíais mandar tapiar todas las cuevas y entradas de las montañas, de modo que Boadbil y su ejército quedasen taponados para siempre en su morada subterránea. Además, si este buen padre—añadió el soldado, haciendo una reverencia al fraile y santiguándose devotamente— tuviera a bien consagrar las barricadas con su bendición, y poner unas cuantas cruces, reliquias e imágenes de santos, creo que sería suficiente para resistir todo el poder de los encantamientos infieles.
“They doubtless would be of great avail, ” said the friar.  —Eso sería sin duda de un gran efecto —dijo el fraile.
The governor now placed his arm akimbo, with his hand resting on the hilt of his Toledo, fixed his eye upon the soldier, and gently wagging his head from one side to the other.  El Gobernador puso entonces en jarras su único brazo, con la mano apoyada en el puño de su espada toledana, fijó su mirada en el soldado y, moviendo la cabeza, le dijo:
“So, friend, ” said he, “then you really suppose I am to be gulled with this cock-and-bull story about enchanted mountains and enchanted Moors? Hark ye, culprit!—not another word. An old soldier you may be, but you’ll find you have an older soldier to deal with, and one not easily outgeneralled. Ho! guards there! put this fellow in irons. ”  —¿De modo, amigo, que supones positivamente que ¡o voy a dejarme engañar con esa absurda historia de montes y moros hechizados? ¡Óyeme, acusado: ni una palabra más! Tú serás un soldado viejo, pero tienes que habértelas con otro más viejo que tú, que no se deja seducir tan fácilmente. ¡Hola! ¡Aquí, guardias! ¡Cargad de cadenas a este sujeto!
The demure handmaid would have put in a word in favor of the prisoner, but the governor silenced her with a look.  La modosa sirvienta hubiera intercedido con gusto en favor del prisionero; pero el Gobernador le impuso silencio con la mirada.
As they were pinioning the soldier, one of the guards felt something of bulk in his pocket, and drawing it forth, found a long leathern purse that appeared to be well filled. Holding it by one corner, he turned out the contents upon the table before the governor, and never did freebooter’s bag make more gorgeous delivery. Out tumbled rings, and jewels, and rosaries of pearls, and sparkling diamond crosses, and a profusion of ancient golden coin, some of which fell jingling to the floor, and rolled away to the uttermost parts of the chamber.  Mientras maniataban al soldado, uno de los guardias tentó un bulto en su bolsillo y, sacándolo fuera, vio que era una gran bolsa de cuero, al parecer bien repleta. Cogiéndola por un extremo, yació su contenido sobre la mesa, ante la presencia del Gobernador, y nunca bolsa de saqueador ofreció objetos de tanta valía. Cayeron sortijas, joyas, rosarios de perlas y resplandecientes cruces de diamantes, junto con una profusión de monedas de oro antiguas, algunas de las cuales rodaron tintineando al suelo, y fueron resbalando hasta los más apartados rincones de la estancia.
For a time the functions of justice were suspended; there was a universal scramble after the glittering fugitives. The governor alone, who was imbued with true Spanish pride, maintained his stately decorum, though his eye betrayed a little anxiety until the last coin and jewel was restored to the sack.  Por un momento se suspendieron las funciones de la Justicia, pues todos se dedicaron a la busca de las brillantes fugitivas. Tan sólo el Gobernador, revestido de una auténtica gravedad española, conservó su majestuoso decoro, aunque sus ojos revelaban cierta ansiedad, hasta que la última moneda y la última alhaja fueron restituidas a la bolsa.
The friar was not so calm; his whole face glowed like a furnace, and his eyes twinkled and flashed at sight of the rosaries and crosses.  El fraile no parecía tan tranquilo; su rostro estaba encendido como un horno y sus ojos centelleaban y echaban fuego al mirar los rosarios y cruces.
“Sacrilegious wretch that thou art! ” exclaimed he; “what church or sanctuary hast thou been plundering of these sacred relics? ”  —¡Miserable sacrílego! —exclamó—. ¿A qué iglesia o santuario has despojado de estas sagradas reliquias
“Neither one nor the other, holy father. If they be sacrilegious spoils, they must have been taken, in times long past, by the infidel trooper I have mentioned. I was just going to tell his excellency when he interrupted me, that on taking possession of the trooper’s horse, I unhooked a leathern sack which hung at the saddle-bow, and which I presume contained the plunder of his campaignings in days of old, when the Moors overran the country. ”  ? —Ni lo uno ni lo otro, reverendo padre. Si son despojos sacrílegos, debieron de ser robados en tiempos pasados por el soldado infiel que mencioné. Precisamente iba a decir a Su Excelencia, cuando me interrumpió, que al posesionarme del caballo moro, desaté una bolsa de cuero que pendía del arzón de la silla, y que supongo contenía el botín de sus antiguos días de campaña, cuando los moros invadieron el país.
“Mighty well; at present you will make up your mind to take up your quarters in a chamber of the Vermilion Tower, which, though not under a magic spell, will hold you as safe as any cave of your enchanted Moors. ”  —Muy bien; ahora debes hacerte a la idea de que te alojarás en un calabozo de Torres Bermejas, que aunque no están bajo ningún mágico sortilegio, te tendrán tan bien guardado como cualquier cueva de tus encantados moros.
“Your excellency will do as you think proper, ” said the prisoner, coolly. “I shall be thankful to your excellency for any accommodation in the fortress. A soldier who has been in the wars, as your excellency well knows, is not particular about his lodgings: provided I have a snug dungeon and regular rations, I shall manage to make myself comfortable. I would only entreat that while your excellency is so careful about me, you would have an eye to your fortress, and think on the hint I dropped about stopping up the entrances to the mountain. ”  —Su Excelencia hará lo que crea más conveniente —contestó con frialdad el prisionero—. Os agradeceré mi hospedaje en la fortaleza. Un soldado que ha estado en la guerra, como muy bien sabe Su Excelencia, no es nada exigente en sus alojamientos. Con tal de tener un cómodo calabozo y un normal racionamiento, yo me las arreglaré para pasarlo a gusto. Sólo quisiera suplicar a Su Excelencia, puesto que se cuida tanto de mí, que vigile también su ciudadela y medite en las advertencias que le he hecho de tapiar las entradas de la montaña.
Here ended the scene. The prisoner was conducted to a strong dungeon in the Vermilion Tower, the Arabian steed was led to his excellency’s stable, and the trooper’s sack was deposited in his excellency’s strong box. To the latter, it is true, the friar made some demur, questioning whether the sacred relics, which were evidently sacrilegious spoils, should not be placed in custody of the church; but as the governor was peremptory on the subject, and was absolute lord in the Alhambra, the friar discreetly dropped the discussion, but determined to convey intelligence of the fact to the church dignitaries in Granada.  Y aquí terminó aquella escena. El prisionero fue llevado a un seguro calabozo de Torres Bermejas, el corcel árabe conducido a las caballerizas de Su Excelencia, y la bolsa del soldado depositada en la fuerte caja del Gobernador. Bien es verdad que a esto ultimo puso el fraile algunas objeciones, manifestando que aquellas sagradas reliquias, evidentemente sacrílegos despojos, deberían ponerse bajo la custodia de la Iglesia; pero como el Gobernador s1e mostrase terminante en aquel asunto, siendo como era señor absoluto de la Alhambra, el fraile esquivó prudentemente la cuestión, aunque decidido en su interior a informar del caso a las autoridades eclesiásticas de Granada.
To explain these prompt and rigid measures on the part of old Governor Manco, it is proper to observe, that about this time the Alpuxarra mountains in the neighborhood of Granada were terribly infested by a gang of robbers, under the command of a daring chief named Manuel Borasco, who were accustomed to prowl about the country, and even to enter the city in various disguises, to gain intelligence of the departure of convoys of merchandise, or travellers with well-lined purses, whom they took care to waylay in distant and solitary passes of the road. These repeated and daring outrages had awakened the attention of government, and the commanders of the various posts had received instructions to be on the alert, and to take up all suspicious stragglers. Governor Manco was particularly zealous in consequence of the various stigmas that had been cast upon his fortress, and he now doubted not he had entrapped some formidable desperado of this gang.  Para explicarnos estas rápidas y rígidas medidas por parte del viejo Gobernador Manco, conviene observar que por este tiempo los montes de la Alpujarra, no lejos de Granada, estaban infestados por una partida de ladrones capitaneados por un temible jefe llamado Manuel Borasco, el cual solía merodear por el campo y se atrevía incluso a penetrar en la ciudad, con diferentes disfraces, para procurarse noticias de los convoyes de mercancías próximos a salir, o de los viajeros con las bolsas bien repletas, los cuales cuidaban de atacar en los apartados y solitarios pasos del camino. Estos repetidos y peligrosos atropellos habían llamado la atención del Gobernador, y los comandantes de varios puestos habían recibido instrucciones para que estuviesen alerta y detuvieran a todos los vagabundos sospechosos. El Gobernador Manco mostró un celo especial, a consecuencia de los varios estigmas que habían caído sobre la fortaleza, y no dudaba que en esta ocasión había atrapado a algún terrible malhechor de aquella partida.
In the mean time the story took wind, and became the talk, not merely of the fortress, but of the whole city of Granada. It was said that the noted robber Manuel Borasco, the terror of the Alpuxarras, had fallen into the clutches of old Governor Manco, and been cooped up by him in a dungeon of the Vermilion Tower; and every one who had been robbed by him flocked to recognize the marauder. The Vermilion Tower, as is well known, stands apart from the Alhambra on a sister hill, separated from the main fortress by the ravine down which passes the main avenue. There were no outer walls, but a sentinel patrolled before the tower. The window of the chamber in which the soldier was confined was strongly grated, and looked upon a small esplanade. Here the good folks of Granada repaired to gaze at him, as they would at a laughing hyena, grinning through the cage of a menagerie. Nobody, however, recognized him for Manuel Borasco, for that terrible robber was noted for a ferocious physiognomy, and had by no means the good-humored squint of the prisoner. Visitors came not merely from the city, but from all parts of the country; but nobody knew him, and there began to be doubts in the minds of the common people whether there might not be some truth in his story. That Boabdil and his army were shut up in the mountain, was an old tradition which many of the ancient inhabitants had heard from their fathers. Numbers went up to the mountain of the sun, or rather of St. Elena, in search of the cave mentioned by the soldier; and saw and peeped into the deep dark pit, descending, no one knows how far, into the mountain, and which remains there to this day—the fabled entrance to the subterranean abode of Boabdil.  Entre tanto, divulgóse la historia y llegó a ser el tema de todas las conversaciones, no sólo de la ciudadela, sino de toda Granada. Decíase que el célebre bandido Manuel Borasco, terror de las Alpujarras, había caído en las garras del viejo Gobernador Manco, y que éste le había encerrado en un calabozo de Torres Bermejas; por lo que acudieron allí todos los que habían sido robados por él para ver si reconocían al salteador. Como es sabido, Torres Bermejas está enfrente de la Alhambra, en una colina gemela separada de la fortaleza principal por el barranco donde se encuentra el paseo central. No tenía murallas exteriores, pero un centinela patrullaba delante de la torre. La ventana del cuarto en el que estaba encerrado el soldado, era de fuertes barrotes y miraba a una pequeña explanada. Allí acudían las buenas gentes de Granada para ver al prisionero como si fuera una temible hiena revolviéndose en la jaula de una casa de fieras. Nadie, sin embargo, lo reconoció por Manuel Borasco, pues el terrible bandolero distinguíase por su feroz fisonomía, y no tenía en modo alguno la mirada burlona y divertida del prisionero. Vinieron a verle gentes no sólo de la ciudad, sino de todas las partes del país; pero ninguno le conocía, con lo que comenzaron a nacer dudas en la imaginación del vulgo sobre si sería o no cierta la historia que narraba, pues era vieja tradición de muchos de los ancianos habitantes de la fortaleza, que habían recibido de sus padres, que Boabdil y su ejército se encontraban encerrados en la montaña. Numerosas personas subieron al cerro del Sol o de Santa Elena en busca de la cueva mencionada por el soldado, y se asomaron a la boca de un profundo y tenebroso pozo que desciende en la montaña, nadie sabe hasta dónde —el cual subsiste en nuestros días—, y que podría ser la fabulosa entrada a la morada subterránea de Boabdil.
By degrees the soldier became popular with the common people. A freebooter of the mountains is by no means the opprobrious character in Spain that a robber is in any other country: on the contrary, he is a kind of chivalrous personage in the eyes of the lower classes. There is always a disposition, also, to cavil at the conduct of those in command, and many began to murmur at the high-handed measures of old Governor Manco, and to look upon the prisoner in the light of a martyr.  Poco a poco fue el soldado haciéndose popular entre el vulgo. Un bandolero de la sierra no tiene en modo alguno en España el oprobioso carácter que el ladrón en los demás países, sino que, por el contrario, es una especie de personaje caballeresco a los ojos de las clases bajas. Hay también cierta predisposición a censurar la conducta de los que mandan; y muchos comenzaron a murmurar de las severas medidas del viejo Gobernador Manco, considerando al prisionero como un mártir.
The soldier, moreover, was a merry, waggish fellow, that had a joke for every one who came near his window, and a soft speech for every female. He had procured an old guitar also, and would sit by his window and sing ballads and love-ditties to the delight of the women of the neighborhood, who would assemble on the esplanade in the evening and dance boleros to his music. Having trimmed off his rough beard, his sunburnt face found favor in the eyes of the fair, and the demure handmaid of the governor declared that his squint was perfectly irresistible. This kind-hearted damsel had from the first evinced a deep sympathy in his fortunes, and having in vain tried to mollify the governor, had set to work privately to mitigate the rigor of his dispensations. Every day she brought the prisoner some crumbs of comfort which had fallen from the governor’s table, or been abstracted from his larder, together with, now and then, a consoling bottle of choice Val de Penas, or rich Malaga.  El soldado, además, era un individuo alegre y zumbón que gastaba una broma a todo el que se acercaba a la ventana, y tenía siempre disponible un galante requiebro para cada mujer. Se había procurado, además, una vieja guitarra, y sentado junto a la ventana entonaba baladas y coplas amorosas para deleite de las mujeres de la vecindad, que se reunían a la caída de la tarde en la explanada y bailaban boleros al son de su música. Se había recortado su espesa barba, y su rostro curtido por el sol se hizo agradable a los ojos de las niñas bonitas, y hasta la recatada criada del Gobernador confesaba que su picaresca mirada era completamente irresistible. Esta sensible joven demostró desde el principio una profunda simpatía por sus desgracias, y después de haber pretendido en vano suavizar la aspereza del Gobernador, se decidió a obrar por su cuenta para mitigar, el rigor de sus disposiciones. Todos los días llevaba al prisionero algunos regalillos que se perdían de la mesa de Su Excelencia, o eran sustraídos de su despensa, junto con alguna que otra reconfortable botella de selecto Valdepeñas o rico Málaga.
While this petty treason was going on, in the very centre of the old governor’s citadel, a storm of open war was brewing up among his external foes. The circumstance of a bag of gold and jewels having been found upon the person of the supposed robber, had been reported, with many exaggerations, in Granada. A question of territorial jurisdiction was immediately started by the governor’s inveterate rival, the captain-general. He insisted that the prisoner had been captured without the precincts of the Alhambra, and within the rules of his authority. He demanded his body therefore, and the spolia opima taken with him. Due information having been carried likewise by the friar to the grand inquisitor of the crosses and rosaries, and other relics contained in the bag, he claimed the culprit as having been guilty of sacrilege, and insisted that his plunder was due to the church, and his body to the next auto-da-fe. The feuds ran high; the governor was furious, and swore, rather than surrender his captive, he would hang him up within the Alhambra, as a spy caught within the purlieus of the fortress.  Mientras se cometía esta inocente traicioncilla en el mismo centro de la ciudadela del viejo Gobernador, sus enemigos exteriores preparaban la borrasca de una guerra abierta. La circunstancia de haberse encontrado una bolsa llena de monedas de oro y alhajas en la persona del supuesto ladrón, se difundió exageradamente por toda Granada. Una cuestión de jurisdicción territorial fue planteada en seguida por el Capitán General, implacable enemigo del Gobernador. Insistía aquél en que el prisionero había sido capturado fuera del recinto de la Alhambra y dentro del territorio de su autoridad; reclamó, por tanto, su persona y las spolia óptima cogidas con él. Habiendo informado el fraile, a su vez, al Gran Inquisidor, de las cruces, rosarios y otras reliquias contenidas en la bolsa, requirió éste al reo como culpable de sacrilegio, insistiendo en que lo robado pertenecía a la Iglesia, y su cuerpo al próximo auto de fe. La disputa arreció; el Gobernador estaba furioso y juraba que antes de entregar a su prisionero lo haría ahorcar dentro de la Alhambra, como espía cogido en los limites de la fortaleza.
The captain-general threatened to send a body of soldiers to transfer the prisoner from the Vermilion Tower to the city. The grand inquisitor was equally bent upon dispatching a number of the familiars of the Holy Office. Word was brought late at night to the governor of these machinations. “Let them come, ” said he, “they’ll find me beforehand with them; he must rise bright and early who would take in an old soldier. ” He accordingly issued orders to have the prisoner removed, at daybreak, to the donjon keep within the walls of the Alhambra. “And d’ye hear, child, ” said he to his demure handmaid, “tap at my door, and wake me before cock-crowing, that I may see to the matter myself. ”  El Capitán General amenazó con enviar un destacamento de soldados para trasladar al prisionero desde Torres Bermejas a la ciudad. El Gran Inquisidor también estaba dispuesto a mandar cierto número de familiares del Santo Oficio. Una noche fue enterado el Gobernador de estas maquinaciones. —Que vengan —dijo—. No me cogerán desprevenido. Mucho tiene que madrugar quien intente engañar a este soldado viejo. Dio, por consiguiente, órdenes para que el preso fuese conducido al amanecer a una mazmorra que había dentro de las murallas de la Alhambra. —Y óyeme, niña —dijo a su recatada doncella—: toca a mi puerta y despiértame antes que cante el gallo, para que presencie yo mismo la ejecución de mis órdenes.
The day dawned, the cock crowed, but nobody tapped at the door of the governor. The sun rose high above the mountain-tops, and glittered in at his casement, ere the governor was awakened from his morning dreams by his veteran corporal, who stood before him with terror stamped upon his iron visage.  Vino el día, cantó el gallo, pero nadie llamó a la puerta del Gobernador. Apareció el sol sobre las montañas, y ya brillaba en su ventana, cuando fue despertado Su Excelencia de su sueño matutino por su veterano cabo, que se le presentó con el terror retratado en su semblante de hierro.
“He’s off! he’s gone! ” cried the corporal, gasping for breath.  — ¡Se fue! ¡Se ha escapado! —gritó el cabo tomando alientos.
“Who’s off—who’s gone? ”  —¿Quién se fue? ¿Quién se ha escapado?
“The soldier—the robber—the devil, for aught I know; his dungeon is empty, but the door locked: no one knows how he has escaped out of it. ”  —¡El soldado..., el bandido..., el diablo!, pues no se sabe lo que era. Su calabozo está vacío, pero la puerta cerrada. ¡Nadie se explica cómo ha podido salir!
“Who saw him last? ”  —¿Quién lo vio por última vez?
“Your handmaid, she brought him his supper. ”  —Vuestra criada: ella le llevó la cena.
“Let her be called instantly. ”  —Que venga al momento.
Here was new matter of confusion. The chamber of the demure damsel was likewise empty, her bed had not been slept in: she had doubtless gone off with the culprit, as she had appeared, for some days past, to have frequent conversations with him.  Aquí hubo un nuevo motivo de confusión. El cuarto de la pudorosa damisela se hallaba también vacío, y en su cama no había dormido nadie; era evidente que había huido con el preso, pues recordóse que desde hacía varias semanas sostenía frecuentes conversaciones con él.
This was wounding the old governor in a tender part, but he had scarce time to wince at it, when new misfortunes broke upon his view. On going into his cabinet he found his strong box open, the leather purse of the trooper abstracted, and with it, a couple of corpulent bags of doubloons.  Esto hirió al Gobernador en su parte más sensible; pero apenas tuvo tiempo de reponerse, cuando nuevas desdichas surgieron ante su vista. Al entrar en su despacho encontró abierta la caja fuerte y robada la bolsa de cuero del soldado, junto con dos gruesos talegos llenos de doblones.
But how, and which way had the fugitives escaped? An old peasant who lived in a cottage by the road-side, leading up into the Sierra, declared that he had heard the tramp of a powerful steed just before daybreak, passing up into the mountains. He had looked out at his casement, and could just distinguish a horseman, with a female seated before him.  Ahora bien: ¿cómo y por dónde habían desaparecido los fugitivos? Un viejo labrador que vivía en un cortijo junto al camino que llevaba a la sierra, declaró que había oído, al romper el alba, las pisadas de un poderoso corcel en dirección a los montes. Se asomó a mirar por la ventana, y apenas pudo distinguir a un jinete con una mujer sentada en la delantera.
“Search the stables! ” cried Governor Manco. The stables were searched; all the horses were in their stalls, excepting the Arabian steed. In his place was a stout cudgel tied to the manger, and on it a label bearing these words, “A gift to Governor Manco, from an Old Soldier. ”  —¡Registrad las caballerizas! —gritó el Gobernador Manco. Fueron, en efecto, registradas las cuadras; todos los caballos permanecían en sus pesebres, menos el árabe. En su lugar se veía sujeto al pesebre un grueso garrote, y junto a él un letrero con estas palabras: «Regalo para el Gobernador Manco, de un soldado viejo.»


A Fete in the Alhambra



Una fiesta en La Alhambra

THE SAINT’S day of my neighbor and rival potentate, the count, took place during his sojourn in the Alhambra, on which occasion he gave a domestic fate; assembling round him the members of his family and household, while the stewards and old servants from his distant possessions came to pay him reverence and partake of the good cheer, which was sure to be provided. It presented a type, though doubtless a faint one, of the establishment of a Spanish noble in the olden time.  EL día del santo de mi vecino y aristocrático compañero el conde, se celebró durante su estancia en la Alhambra, con cuyo motivo hubo una fiesta* familiar, reuniendo en torno suyo a los miembros de su familia y a toda la servidumbre, así como a los mayordomos y viejos servidores que vinieron de sus lejanas posesiones para felicitarlo y participar del espléndido festín con que seguramente los obsequiaría. Aquello significaba el símbolo, aunque algo desvanecido, de las costumbres de un noble español en otros tiempos.
The Spaniards were always grandiose in their notions of style. Huge palaces; lumbering equipages, laden with footmen and lackeys; pompous retinues, and useless dependents of all kinds; the dignity of a noble seemed commensurate with the legions who loitered about his halls, fed at his expense, and seemed ready to devour him alive. This, doubtless, originated in the necessity of keeping up hosts of armed retainers during the wars with the Moors, wars of inroads and surprises, when a noble was liable to be suddenly assailed in his castle by a foray of the enemy, or summoned to the field by his sovereign.  Siempre fueron grandiosos los españoles en sus ideas acerca de las formas y usos sociales. Grandes palacios, pesados carruajes cargados de lacayos y palafreneros, séquitos pomposos y holgazanes subalternos de toda clase. La dignidad de un noble parece proporcionada al gentío que vaga por sus salones, alimentado a sus expensas, dando la impresión de que van a devorarlo vivo. Esto, sin duda, tuvo su origen en la necesidad de mantener huestes de partidarios armados durante la guerra contra los moros; luchas de incursiones y sorpresas, en los que un noble estaba expuesto a verse inesperadamente atacado en su castillo por una correría del enemigo, o a ser llamado por su soberano al campo de batalla.
The custom remained after the wars were at an end, and what originated in necessity was kept up through ostentation. The wealth which flowed into the country from conquests and discoveries fostered the passion for princely establishments. According to magnificent old Spanish usage, in which pride and generosity bore equal parts, a superannuated servant was never turned off, but became a charge for the rest of his days; nay, his children, and his children’s children, and often their relatives to the right and left, became gradually entailed upon the family. Hence the huge palaces of the Spanish nobility which have such an air of empty ostentation from the greatness of their size compared with the mediocrity and scantiness of their furniture, were absolutely required in the golden days of Spain, by the patriarchal habits of their possessors. They were little better than vast barracks for the hereditary generations of hangers on, that battened at the expense of a Spanish noble.  Esta costumbre se conservó después que terminaron las guerras; y lo que nació por necesidad se continuó por pura ostentación. Las riquezas que afluyeron al país con ocasión de las conquistas y descubrimientos fomentaron esta pasión por las regias instituciones. Según esta magnífica y vieja costumbre española, en la que el orgullo desplegado está en relación con la generosidad, jamás es despedido un criado imposibilitado, sino que se convierte en una carga durante el resto de sus días. Es más: sus hijos, los hijos de sus hijos e incluso sus parientes de a diestro y siniestro, van vinculándose poco a poco a la familia. Y así se explica la existencia de esos enormes palacios de la nobleza española, que tienen un aspecto de vacua ostentación por la magnitud de sus dimensiones comparado con la mediocridad y escasez de su mobiliario, y que fueron absolutamente indispensables en la Edad de Oro de España, dadas las costumbres patriarcales de sus propietarios. Eran poco más que inmensos cuarteles para las hereditarias generaciones de parásitos que medraban a expensas de cada noble español.
These patriarchal habits of the Spanish nobility have declined with their revenues; though the spirit which prompted them remains, and wars sadly with their altered fortunes. The poorest among them have always some hereditary hangers on, who live at their expense, and make them poorer. Some who, like my neighbor the count, retain a modicum of their once princely possessions, keep up a shadow of the ancient system, and their estates are overrun and the produce consumed by generations of idle retainers.  Estos hábitos patriarcales de la nobleza española han declinado de acuerdo con sus ingresos, aunque el espíritu que los inspiraba todavía se conserva en triste lucha con sus menguadas fortunas. El más pobre de los aristócratas tiene siempre algún zángano hereditario que vive a su costa y lo empobrece aun más. Algunos que, como mí vecino el conde, conservan un poco de sus antiguas posesiones regias, mantienen una sombra del viejo régimen, y tienen invadidas sus fincas y consumidos sus productos por generaciones de ociosos parientes.
The count held estates in various parts of the kingdom, some including whole villages, yet the revenues collected from them were comparatively small; some of them, he assured me, barely fed the hordes of dependents nestled upon them, who seemed to consider themselves entitled to live rent free and be maintained into the bargain, because their forefathers had been so since time immemorial.  El conde poseía ricas propiedades en varias partes del reino, algunas de las cuales abarcaban pueblos enteros, aunque las rentas que percibía de ellas eran relativamente exiguas e incluso insuficientes, según me manifestó, para alimentar a las hordas de criados que vivían en ellas, quienes se creían con derecho a vivir sin pagar tributo y a seguir disfrutando de aquella ganga, porque así lo hicieron sus antepasados desde tiempo inmemorial.
The saint’s day of the old count gave me a glimpse into a Spanish interior. For two or three days previous preparations were made for the fete. Viands of all kinds were brought up from town, greeting the olfactory nerves of the old invalid guards, as they were borne past them through the Gate of Justice. Servants hurried officiously about the courts; the ancient kitchen of the palace was again alive with the tread of cooks and scullions, and blazed with unwonted fires.  La onomástica del viejo conde me proporcionó una magnífica oportunidad de conocer el interior de un español. Durante dos o tres días se efectuaron los preparativos previos para la fiesta. Trajéronse de la ciudad viandas de todas clases que regalaban los nervios olfatorios de los viejos e inválidos guardias, al pasar ante ellos por la puerta de la Justicia. Los criados se apresuraban oficiosamente por los patios, y la vieja cocina del palacio andaba otra vez animada por el ajetreo de cocineros y pinches, y en ella se encendía un fuego desacostumbrado.
When the day arrived I beheld the old count in patriarchal state, his family and household around him, with functionaries who mismanaged his estates at a distance and consumed the proceeds; while numerous old worn-out servants and pensioners were loitering about the courts and keeping within smell of the kitchen.  Al llegar el ansiado día vi al anciano conde en actitud patriarcal, rodeado de su familia y servidumbre y los funcionarios que mal administraban sus lejanas propiedades y consumían su hacienda; mientras numerosos y viejos criados caducos y protegidos vagaban perezosos por los patios y se contentaban entre tanto con el olor que procedía de la cocina; fue aquélla una jornada de fiesta en la Alhambra.
It was a joyous day in the Alhambra. The guests dispersed themselves about the palace before the hour of dinner, enjoying the luxuries of its courts and fountains, and embosomed gardens, and music and laughter resounded through its late silent halls.  Los invitados se dispersaron por el palacio antes de la hora de comer, gozando del placer de sus patios y fuentes y de sus cerrados jardines; y la música y las risas resonaron ahora por sus antes silenciosos salones.
The feast, for a set dinner in Spain is literally a feast, was served in the beautiful Morisco Hall of “Las Dos Hermanas. ” The table was loaded with all the luxuries of the season; there was an almost interminable succession of dishes; showing how truly the feast at the rich Camacho’s wedding in Don Quixote was a picture of a Spanish banquet. A joyous conviviality prevailed round the board; for though Spaniards are generally abstemious, they are complete revellers on occasions like the present, and none more so than the Andalusians. For my part, there was something peculiarly exciting in thus sitting at a feast in the royal halls of the Alhambra, given by one who might claim remote affinity with its Moorish kings, and who was a lineal representative of Gonsalvo of Cordova, one of the most distinguished of the Christian conquerors.  La fiesta, ya que un señalado banquete en España es literalmente una fiesta*, fue dada en la hermosa sala morisca de las Dos Hermanas. La mesa aparecía repleta de todos los bocados exquisitos de la estación: una serie interminable de platos, notoria demostración de cómo las bodas de Camacho el rico, en Don Quijote, representaban el cuadro de un banquete a la española. Una franca alegría reinaba en torno a la mesa, pues aunque los españoles son generalmente sobrios se vuelven con frecuencia alegres en exceso, sobre todo los andaluces, en ocasiones como la presente. Por mi parte sentía cierta excitante sensación en aquel festín que se desarrollaba en las regias habitaciones de la Alhambra, ofrecido por quien podía reclamar una remota afinidad con los reyes musulmanes, y que era heredero representativo de Gonzalo de Córdoba, uno de los más famosos conquistadores cristianos.
The banquet ended, the company adjourned to the Hall of Ambassadors. Here every one endeavored to contribute to the general amusement, singing, improvising, telling wonderful tales, or dancing popular dances to that all-pervading talisman of Spanish pleasure, the guitar.  Terminado el banquete, pasaron los invitados al salón de Embajadores. Todos trataron allí de contribuir al entretenimiento general, cantando, improvisando, narrando cuentos maravillosos o bailando danzas populares con el acompañamiento de ese talismán de la alegría española, que todo lo penetra, que es la guitarra.
The count’s gifted little daughter was as usual the life and delight of the assemblage, and I was more than ever struck with her aptness and wonderful versatility. She took a part in two or three scenes of elegant comedy with some of her companions, and performed them with exquisite point and finished grace; she gave imitations of the popular Italian singers, some serious, some comic, with a rare quality of voice, and, I was assured, with singular fidelity; she imitated the dialects, dances, ballads, and movements and manners of the gipsies, and the peasants of the Vega, with equal felicity, but every thing was done with an all-pervading grace and a lady-like tact perfectly fascinating.  La deliciosa hija del conde era, como de costumbre, alma y vida de la reunión y me sorprendió más que nunca su fácil y maravillosa versatilidad. Tomó parte con algunas de sus compañeras en dos o tres escenas de una elegante comedia, representándolas con exquisito primor y acabada gracia; imitó los cantos populares italianos, unos en serio y otros en broma, con una rara calidad de voz y, según me aseguraron, con singular fidelidad; imitó, asimismo, con igual acierto, el habla, bailes, canciones, movimientos y ademanes de los gitanos y campesinos de la Vega; y todo lo hizo con una gracia, donaire y delicado tacto verdaderamente fascinadores.
The great charm of every thing she did was its freedom from pretension or ambitious display, its happy spontaneity. Every thing sprang from the impulse of the moment; or was in prompt compliance with a request. She seemed unconscious of the rarity and extent of her own talent, and was like a child at home revelling in the buoyancy of its own gay and innocent spirits. Indeed I was told she had never exerted her talents in general society, but only, as at present, in the domestic circle.  El mayor encanto de todo lo que hacía residía en su libertad de pretensiones o de ambiciosa exhibición, en su feliz espontaneidad. Todo en ella nacía al impulso de un momento, o a la pronta complacencia a una petición. Parecía no darse cuenta de lo peregrino y variado de su propio talento, y era como una niña que goza en su hogar la alegría de su inocente e ingenuo espíritu. Supe, en efecto, que nunca había dado a conocer sus gracias en la sociedad, sino tan sólo, como en el caso presente, en el círculo doméstico.
Her faculty of observation and her perception of character must have been remarkably quick, for she could have had only casual and transient glances at the scenes, manners and customs, depicted with such truth and spirit. “Indeed it is a continual wonder to us, ” said the countess, “where the child (la Nina) has picked up these things; her life being passed almost entirely at home, in the bosom of the family. ”  Su facultad de observación y su penetración de carácter debían de ser muy agudas, ya que pocas y fugaces ocasiones se le habrían presentado de presenciar las escenas, maneras y costumbres imitadas con tanta gracia y veracidad. —Realmente es un enigma para nosotros —decía la condesa— dónde haya aprendido la niña estas cosas, pues se ha pasado casi toda la vida en casa, en el seno de la familia.
Evening approached; twilight began to throw its shadows about the halls, and the bats to steal forth from their lurking-place and flit about. A notion seized the little damsel and some of her youthful companions, to set out, under the guidance of Dolores, and explore the less frequented parts of the palace in quest of mysteries and enchantments. Thus conducted, they peeped fearfully into the gloomy old mosque, but quick drew back on being told that a Moorish king had been murdered there; they ventured into the mysterious regions of the bath, frightening themselves with the sounds and murmurs of hidden aqueducts, and flying with mock panic at the alarm of phantom Moors. They then undertook the adventure of the Iron Gate, a place of baleful note in the Alhambra. It is a postern gate, opening into a dark ravine; a narrow covered way leads down to it, which used to be the terror of Dolores and her playmates in childhood, as it was said a hand without a body would sometimes be stretched out from the wall and seize hold of the passers by.  La noche se aproximaba; comenzó el crepúsculo a tender su sombra por los salones, y los murciélagos a salir revoloteando de sus escondrijos. A la joven y a algunas de sus compañeras les vino el capricho de ir a explorar, guiadas por Dolores, los lugares menos frecuentados del palacio, en busca de misterios y encantamientos. Así conducidas, se asomaron medrosas a la oscura y vieja mezquita, pero retrocedieron al punto al decirles que allí había sido asesinado un rey moro. Se aventuraron en los misteriosos rincones de los baños, asustándose con los ruidos y murmullos de los ocultos acueductos, y huyeron con fingido pánico ante la supuesta alarma de unos fantasmas moros. Emprendieron entonces la aventura de la puerta de Hierro, lugar de triste recuerdo en la Alhambra. Se trata de una puerta posterior que da a un sombrío barranco; a él conduce un estrecho pasadizo cubierto, utilizado con terror por Dolores y sus compañeras de juego en la infancia, y en el que, según se dice, sale algunas veces del muro una mano sin cuerpo que se apodera de los que pasan.
The little party of enchantment hunters ventured to the entrance of the covered way, but nothing would tempt them to enter, in this hour of gathering gloom; they dreaded the grasp of the phantom arm.  El pequeño grupo de buscadoras de hechizos se aventuró hasta la entrada de este pasadizo cubierto, pero nada las animaba a entrar en él a aquella hora de intensa oscuridad; les infundía pavor la garra del brazo espectral.
At length they came running back into the Hall of Ambassadors in a mock paroxysm of terror; they had positively seen two spectral figures all in white. They had not stopped to examine them; but could not be mistaken, for they glared distinctly through the surrounding gloom. Dolores soon arrived and explained the mystery. The spectres proved to be two statues of nymphs in white marble, placed at the entrance of a vaulted passage. Upon this a grave, but, as I thought, somewhat sly old gentleman present, who, I believe, was the count’s advocate or legal adviser, assured them that these statues were connected with one of the greatest mysteries of the Alhambra; that there was a curious history concerning them, and moreover, that they stood a living monument in marble of female secrecy and discretion. All present entreated him to tell the history of the statues. He took a little time to recollect the details, and then gave them in substance the following legend.  Se decidieron por último a. regresar corriendo al salón de Embajadores, en un cómico arrebato de miedo, pues habían visto en realidad dos misteriosas figuras todas vestidas de blanco. Las muchachas no se detuvieron a examinarlas; pero no podían haberse equivocado, pues brillaban claramente a través de la lóbrega oscuridad que las rodeaba. Pronto llegó Dolores y resolvió el problema. Aquellos espectros resultaron ser las estatuas de dos ninfas de mármol blanco, colocadas a la entrada del pasillo abovedado. Al enterarse de ello, un grave, pero también algo socarrón anciano caballero que estaba presente, abogado o asesor legal del conde, según creo, manifestó que estas estatuas se relacionaban con uno de los mayores misterios de la Alhambra; que existía una curiosa historia relativa a ellas, y que, además, permanecían en aquel lugar como un vivo monumento, tallado en mármol, a la reserva y discreción femeninas. Todos los presentes le rogaron entonces que contara la historia de las estatuas. El caballero hizo una breve pausa para recordar detalles y refirió, en esencia, la leyenda siguiente


Legend of the Two Discreet Statues



Leyenda de las dos discretas estatuas

THERE lived once in a waste apartment of the Alhambra, a merry little fellow, named Lope Sanchez, who worked in the gardens, and was as brisk and blithe as a grasshopper, singing all day long. He was the life and soul of the fortress; when his work was over, he would sit on one of the stone benches of the esplanade, strum his guitar, and sing long ditties about the Cid, and Bernardo del Carpio, and Fernando del Pulgar, and other Spanish heroes, for the amusement of the old soldiers of the fortress, or would strike up a merrier tune, and set the girls dancing boleros and fandangos.  EN otro tiempo vivía en una amplia habitación de la Alhambra un jovial hombrecillo llamado Lope Sánchez, que trabajaba en los jardines y se pasaba cantando todo el día, alegre y activo como un saltamontes. Era el alma y vida de la ciudadela; cuando concluía su tarea, se sentaba en uno de los bancos de piedra de la explanada, y cantaba, acompañado de su guitarra, largos romances del Cid, Bernardo del Carpio, Hernando del Pulgar y otros héroes españoles, para divertir a los inválidos de la fortaleza, o bien entonaba otros aires más alegres para que las jóvenes bailasen boleros y fandangos.
Like most little men, Lope Sanchez had a strapping buxom dame for a wife, who could almost have put him in her pocket; but he lacked the usual poor man’s lot—instead of ten children he had but one. This was a little black-eyed girl about twelve years of age, named Sanchica, who was as merry as himself, and the delight of his heart. She played about him as he worked in the gardens, danced to his guitar as he sat in the shade, and ran as wild as a young fawn about the groves and alleys and ruined halls of the Alhambra.  Como la mayor parte de los hombres pequeños de estatura, Lope Sánchez tenía por esposa una mujer alta y robusta que casi se lo hubiera podido guardar en el bolsillo; pero no alcanzó nuestro hombre la misma suerte que el común de los pobres, pues en lugar de tener diez chiquillos, no tenía más que una niña, bajita, de ojos negros, que contaba a la sazón doce arlos de edad, tan alegre como él, llamada Sanchica; la cual hacía las delicias de su corazón, jugaba junto al padre mientras éste se afanaba en los jardines, bailaba al compás de su guitarra cuando él se sentaba a la sombra, y corría como un cervatilla por los bosques, alamedas y ruinosos salones de la Alhambra.
It was now the eve of the blessed St. John, and the holiday-loving gossips of the Alhambra, men, women, and children, went up at night to the mountain of the sun, which rises above the Generalife, to keep their midsummer vigil on its level summit. It was a bright moonlight night, and all the mountains were gray and silvery, and the city, with its domes and spires, lay in shadows below, and the Vega was like a fairy land, with haunted streams gleaming among its dusky groves. On the highest part of the mountain they lit up a bonfire, according to an old custom of the country handed down from the Moors. The inhabitants of the surrounding country were keeping a similar vigil, and bonfires, here and there in the Vega, and along the folds of the mountains, blazed up palely in the moonlight.  Era la víspera de San Juan, y la gente de humor de la Alhambra aficionada a celebrar los días festivos, hombres, mujeres y niños, subieron por la noche al cerro del Sol, que se elevaba por encima del Generalife, para pasar la velada en su alta meseta. Hacía una clara noche de luna; todas las montañas E aparecían bañadas con su grisácea y plateada luz; la ciudad, con sus cúpulas y campanarios, se mostraba envuelta en la sombra, y la vega aparecía como una tierra de hadas, llena de arroyuelos encantados que brillaban como cintas de plata entre las oscuras arboledas. En la parte más empinada del cerro prendieron una hoguera, según una antigua costumbre del país conservada desde el tiempo de los moros. Los habitantes de los campos vecinos celebraban de igual manera la velada, con hogueras encendidas en diversos lugares de la vega y en las laderas de las montañas, que refulgían pálidamente a la luz de la luna.
The evening was gayly passed in dancing to the guitar of Lope Sanchez, who was never so joyous as when on a holiday revel of the kind. While the dance was going on, the little Sanchica with some of her playmates sported among the ruins of an old Moorish fort that crowns the mountain, when, in gathering pebbles in the fosse, she found a small hand curiously carved of jet, the fingers closed, and the thumb firmly clasped upon them. Overjoyed with her good fortune, she ran to her mother with her prize. It immediately became a subject of sage speculation, and was eyed by some with superstitious distrust. “Throw it away, ” said one; “it’s Moorish—depend upon it, there’s mischief and witchcraft in it. ” “By no means, ” said another; “you may sell it for something to the jewellers of the Zacatin. ”  Transcurrió alegremente la noche, bailando al son de la guitarra de Lope Sánchez, nunca más contento que en estos días de fiesta y regocijo. Mientras todos danzaban, la pequeña Sanchica, con algunas compañeras de juego, se divertía entre las ruinas del viejo fuerte morisco que corona la montaña* cuando he aquí que, hallándose cogiendo piedrecillas en el foso, encontró una pequeña mano curiosamente tallada en azabache, con los dedos cerrados y el pulgar fuertemente pegado a ellas. Llena de gozo por su buena suerte, corrió a enseñarle el hallazgo a su madre, e inmediatamente se convirtió este en tema de prudentes comentarios, siendo mirado por algunos con supersticiosa desconfianza. —¡Tíralo! —decía uno. —Es moro, y seguramente encierra algún peligro o brujería —decía otro. —¡De ningún modo! —añadía un tercero—. Puedes venderlo, aunque sea por poco, a los joyeros del Zacatín.
In the midst of this discussion an old tawny soldier drew near, who had served in Africa, and was as swarthy as a Moor. He examined the hand with a knowing look. “I have seen things of this kind, ” said he, “among the Moors of Barbary. It is a great virtue to guard against the evil eye, and all kinds of spells and enchantments. I give you joy, friend Lope, this bodes good luck to your child. ”  En medio de esta discusión acercóse un viejo y atezado soldado, que había servido en África, de rostro tan tostado como el de un moro, el cual examinó la mano con ademanes de comprensión. —He visto objetos como éste entre los musulmanes de Berbería. Es un gran amuleto para librarse del mal de ojo y de toda clase de conjuros y hechicerías. Te felicito, amigo Lope; esto presagia buena suerte para tu niña.
Upon hearing this, the wife of Lope Sanchez tied the little hand of jet to a ribbon, and hung it round the neck of her daughter.  Al oírlo, la mujer de Lope Sánchez ató la manecita de azabache a una cinta y la colgó al cuello de su hija.
The sight of this talisman called up all the favorite superstitions about the Moors. The dance was neglected, and they sat in groups on the ground, telling old legendary tales handed down from their ancestors. Some of their stories turned upon the wonders of the very mountain upon which they were seated, which is a famous hobgoblin region. One ancient crone gave a long account of the subterranean palace in the bowels of that mountain where Boabdil and all his Moslem court are said to remain enchanted. “Among yonder ruins, ” said she, pointing to some crumbling walls and mounds of earth on a distant part of the mountain, “there is a deep black pit that goes down, down into the very heart of the mountain. For all the money in Granada I would not look down into it. Once upon a time a poor man of the Alhambra, who tended goats upon this mountain, scrambled down into that pit after a kid that had fallen in. He came out again all wild and staring, and told such things of what he had seen, that every one thought his brain was turned. He raved for a day or two about the hobgoblin Moors that had pursued him in the cavern, and could hardly be persuaded to drive his goats up again to the mountain. He did so at last, but, poor man, he never came down again. The neighbors found his goats browsing about the Moorish ruins, and his hat and mantle lying near the mouth of the pit, but he was never more heard of. ”  La vista de este talismán trajo a la memoria de los allí reunidos todas las predilectas supersticiones y creencias referentes a los árabes. Olvidóse el baile y, sentados en grupos en el suelo, empezaron a relatar antiguas y legendarias tradiciones heredadas de sus antepasados. Algunas de estas historias se relacionaban con los prodigios y maravillas del mismo cerro en el que se hallaban, famoso en verdad como zona fantástica. Una vieja comadre hizo una detallada descripción del palacio subterráneo que se encuentra en las entrañas de aquel cerro, en donde es opinión que yacen embrujados Boabdil y toda su Corte musulmana. —Entre aquellas ruinas —dijo señalando unos muros desmoronados y unos montones de tierra algo distantes de la montaña— hay un pozo profundo y tenebroso que se adentra y llega al mismo corazón del monte. No me asomaría yo a él ni por todo el dinero que hay en Granada. Una vez, hace tiempo de esto, un pobre hombre de la Alhambra que guardaba sus cabras en este cerro bajó al pozo en busca de un cabritillo que se le había caído a él. Salió de allí pálido y como loco, y tales cosas aseguró que había contemplado, que todos creyeron había perdido el juicio. Pasóse uno o dos días delirando con los fantasmas moros que le habían perseguido en la caverna, y costó mucho trabajo persuadirle para que llevase de nuevo sus cabras a la colina. Así lo hizo al fin, pero, ¡pobre infeliz!, no volvió a bajar jamás. Los vecinos hallaron sus cabras pastando entre las ruinas moriscas, y su sombrero y su manta junto a la boca del pozo; pero nunca se supo qué fue de él.
The little Sanchica listened with breathless attention to this story. She was of a curious nature, and felt immediately a great hankering to peep into this dangerous pit. Stealing away from her companions she sought the distant ruins, and after groping for some time among them came to a small hollow, or basin, near the brow of the mountain, where it swept steeply down into the valley of the Darro. In the centre of this basin yawned the mouth of the pit. Sanchica ventured to the verge, and peeped in. All was as black as pitch, and gave an idea of immeasurable depth. Her blood ran cold; she drew back, then peeped in again, then would have run away, then took another peep—the very horror of the thing was delightful to her. At length she rolled a large stone, and pushed it over the brink. For some time it fell in silence; then struck some rocky projection with a violent crash, then rebounded from side to side, rumbling and tumbling, with a noise like thunder, then made a final splash into water, far, far below—and all was again silent.  La pequeña Sanchica escuchó aquella historia con gran atención. Era curiosa por naturaleza, e inmediatamente se apoderó de ella un vivo deseo de asomarse al peligroso pozo. Separóse de sus compañeras y se dirigió a las apartadas ruinas; luego de andar a tientas algún rato entre ellas, llegó a una pequeña cavidad, cerca de la cima de la montaña, desde la que se bajaba en pronunciado declive hasta el valle del Darro. En el centro de este hueco se abría la boca de un pozo al que se asomó muchacha, aventurándose hasta el borde. El fondo estaba oscuro como boca de lobo, lo cual daba una idea de su gran profundidad. La sangre quedó helada en sus venas, y retrocedió empavorecida; volvió a mirar de nuevo, y volvió a retírarse; asomóse por tercera vez, porque el mismo horror le hacía sentir cierto deleite. Por último, cogió una gran piedra y la arrojó al fondo. Por algún tiempo cayó el guijarro sin ruido; luego, se sintió su violento choque con algún rocoso saliente; rebotó entonces de un lado para otro, rodando y produciendo un ruido semejante al del trueno, hasta que por último sonó en el agua, lejos, allá abajo, y todo quedó de nuevo en silencio.
The silence, however, did not long continue. It seemed as if something had been awakened within this dreary abyss. A murmuring sound gradually rose out of the pit like the hum and buzz of a beehive. It grew louder and louder; there was the confusion of voices as of a distant multitude, together with the faint din of arms, clash of cymbals and clangor of trumpets, as if some army were marshalling for battle in the very bowels of the mountain.  Este silencio, sin embargo, no fue de mucha duración. Parecía como si algo hubiera despertado dentro de aquel espantoso abismo. Alzóse poco a poco del fondo del pozo un zumbido semejante al que producen las abejas en una colmena; zumbido que fue creciendo, creciendo, hasta convertirse en un confuso clamoreo de voces como de multitud lejana, junto con un débil choque de armas, estruendo de címbalos y clamor de trompetas, como si algún ejército se aprestase a entrar en combate en las mismas entrañas del cerro.
The child drew off with silent awe, and hastened back to the place where she had left her parents and their companions. All were gone. The bonfire was expiring, and its last wreath of smoke curling up in the moonshine. The distant fires that had blazed along the mountains and in the Vega were all extinguished, and every thing seemed to have sunk to repose. Sanchica called her parents and some of her companions by name, but received no reply. She ran down the side of the mountain, and by the gardens of the Generalife, until she arrived in the alley of trees leading to the Alhambra, when she seated herself on a bench of a woody recess to recover breath. The bell from the watchtower of the Alhambra tolled midnight. There was a deep tranquillity as if all nature slept, excepting the low tinkling sound of an unseen stream that ran under the covert of the bushes. The breathing sweetness of the atmosphere was lulling her to sleep, when her eye was caught by something glittering at a distance, and to her surprise she beheld a long cavalcade of Moorish warriors pouring down the mountain side and along the leafy avenues. Some were armed with lances and shields, others with cimeters and battle-axes, and with polished cuirasses that flashed in the moonbeams. Their horses pranced proudly and champed upon their bits, but their tramp caused no more sound than if they had been shod with felt, and the riders were all as pale as death. Among them rode a beautiful lady, with a crowned head and long golden locks entwined with pearls. The housings of her palfrey were of crimson velvet embroidered with gold, and swept the earth; but she rode all disconsolate, with eyes ever fixed upon the ground.  Retiróse la muchacha con mudo terror y corrió al sitio en que había dejado a sus padres y compañeros; pero todos se habían ido, y la hoguera estaba agonizante, despidiendo su última humareda a los pálidos rayos de la luna. Las lejanas fogatas que habían ardido en las montañas y en la vega se habían extinguido también, y todo parecía haber quedado en reposo. Sanchica llamó a gritos a sus padres y a algunos de sus conocidos, por su nombre, pero no obtuvo respuesta. Bajó corriendo la falda del monte y los jardines del Generalife, hasta que llegó a la alameda que conduce a la Alhambra, donde se sentó para tomar alientos en el banco de un frondoso retiro. La campana de la atalaya de la Alhambra anunció la medianoche. Reinaba una profunda quietud como si durmiese la Naturaleza entera, y sólo se escuchaba el dulce y casi imperceptible murmullo de un oculto arroyuelo que discurría bajo los arbustos. La suave dulzura de la atmósfera ya la iba adormeciendo, cuando de repente quedó fija su mirada en algo que brillaba allá lejos y, con gran sorpresa suya, descubrió una larga cabalgata de guerreros moros que bajaba por la falda de la montaña a lo largo de las frondosas alamedas. Venían unos armados de lanzas y escudos, y otros con cimitarras, hachas de combate y bruñidas corazas que brillaban a los rayos de la luna. Montaban en corceles que piafaban orgullosos, tascando el freno; pero sus cascos no hacían ruido, como si estuviesen calzados con fieltro. Los jinetes iban todos pálidos como la muerte; entre ellos cabalgaba una hermosa dama, ceñida su frente con una corona y llevando sus largas trenzas de oro entretejidas con perlas. Las gualdrapas de su palafrén, de terciopelo carmesí, bordado en oro, llegaban basta la tierra; pero ella marchaba sumida en tristeza, con sus ojos fijos en el suelo.
Then succeeded a train of courtiers magnificently arrayed in robes and turbans of divers colors, and amidst them, on a cream-colored charger, rode King Boabdil el Chico, in a royal mantle covered with jewels, and a crown sparkling with diamonds. The little Sanchica knew him by his yellow beard, and his resemblance to his portrait, which she had often seen in the picture gallery of the Generalife. She gazed in wonder and admiration at this royal pageant, as it passed glistening among the trees; but though she knew these monarchs and courtiers and warriors, so pale and silent, were out of the common course of nature, and things of magic and enchantment, yet she looked on with a bold heart, such courage did she derive from the mystic talisman of the hand, which was suspended about her neck.  Seguía detrás un séquito de cortesanos lujosamente ataviados con trajes y turbantes de variados colores y, en medio de ellos, sobre un caballo alazán, iba el rey Boabdil el Chico, con un regio manto cubierto de joyas y una resplandeciente corona de diamantes. Sanchica lo reconoció por su barba rubia y por e1gran parecido que tenía con su retrato, que ella había visto con frecuencia en la galería de pinturas del Generalife. Contemplaba llena de asombro y admiración aquella regia comitiva, conforme iba pasando deslumbrante por entre los árboles; mas aunque sabía que estos monarcas, cortesanos y guerreros, tan pálidos y silenciosos, estaban fuera del curso normal de la Naturaleza, y no eran sino cosa de magia, los miraba con atrevido corazón; tal era el valor que le había infundido el místico talismán de la manecilla que llevaba pendiente del cuello.
The cavalcade having passed by, she rose and followed. It continued on to the great Gate of Justice, which stood wide open; the old invalid sentinels on duty lay on the stone benches of the barbican, buried in profound and apparently charmed sleep, and the phantom pageant swept noiselessly by them with flaunting banner and triumphant state. Sanchica would have followed; but to her surprise she beheld an opening in the earth, within the barbican, leading down beneath the foundations of the tower. She entered for a little distance, and was encouraged to proceed by finding steps rudely hewn in the rock, and a vaulted passage here and there lit up by a silver lamp, which, while it gave light, diffused likewise a grateful fragrance. Venturing on, she came at last to a great hall, wrought out of the heart of the mountain, magnificently furnished in the Moorish style, and lighted up by silver and crystal lamps. Here, on an ottoman, sat an old man in Moorish dress, with a long white beard, nodding and dozing, with a staff in his hand, which seemed ever to be slipping from his grasp; while at a little distance sat a beautiful lady, in ancient Spanish dress, with a coronet all sparkling with diamonds, and her hair entwined with pearls, who was softly playing on a silver lyre. The little Sanchica now recollected a story she had heard among the old people of the Alhambra, concerning a Gothic princess confined in the centre of the mountain by an old Arabian magician, whom she kept bound up in magic sleep by the power of music.  Cuando hubo pasado la cabalgata, se levantó y la siguió. El fantasmal cortejo avanzó hacia la gran puerta de la justicia, que estaba abierta de par en par; los viejos centinelas inválidos dormían en los bancos de piedra de la barbacana, sumidos en un profundo y, al parecer, mágico sueño, y la fantástica comitiva cruzó por su lado sin ruido con las banderas desplegadas y en actitud de triunfo. Sanchica hubiera deseado ir tras ella; pero observó con gran sorpresa una abertura en la tierra, dentro de la barbacana, que conducía hasta los cimientos de la torre. Se internó un poco, y se atrevió a descender por unos escalones toscamente abiertos en la roca, y a través de un pasadizo abovedado iluminado a trechos por lámparas de plata que, al propio tiempo que iluminaban, despedían un grato perfume. Aventuróse más, y llegó al fin a un gran salón abierto en el corazón de la montaña, magníficamente amueblado al estilo morisco e iluminado también con lámparas de plata y cristal. Allí, recostado en una otomana, aparecía, amodorrado y dando cabezadas, un viejo de larga barba blanca vestido a la usanza mora, con un báculo en la mano que parecía escapársele de los dedos, mientras a corta distancia de él se sentaba una bellísima dama, vestida a la antigua española, con la frente ceñida por una diadema cuajada de brillantes, y su cabellera salpicada de perlas, que pulsaba dulcemente una lira de plata. Sanchica recordó entonces una historia que ella había oído contar a los viejos de la Alhambra acerca de una princesa -cristiana, cautiva en el interior de la montaña por las artes de un viejo astrólogo árabe a quien ella a su vez mantenía aletargado en un mágico sueño gracias al poder de la música.
The lady paused with surprise at seeing a mortal in that enchanted hall. “Is it the eve of the blessed St. John? ” said she.  Aquella dama quedó sorprendida al ver a un ser mortal en el encantado salón. —¿Es la víspera de San Juan? —preguntó
“It is, ” replied Sanchica.  —Sí —respondió Sanchica.
“Then for one night the magic charm is suspended. Come hither, child, and fear not. I am a Christian like thyself, though bound here by enchantment. Touch my fetters with the talisman that hangs about thy neck, and for this night I shall be free. ”  —Entonces, por esta noche queda en suspenso el mágico encanto. Acércate, niña, y nada temas. Soy cristiana como tú, aunque presa aquí por arte de hechicería. Toca mis cadenas con ese talismán que pende de tu cuello, y quedaré libre durante esta noche.
So saying, she opened her robes and displayed a broad golden band round her waist, and a golden chain that fastened her to the ground. The child hesitated not to apply the little hand of jet to the golden band, and immediately the chain fell to the earth. At the sound the old man woke and began to rub his eyes; but the lady ran her fingers over the chords of the lyre, and again he fell into a slumber and began to nod, and his staff to falter in his hand. “Now, ” said the lady, “touch his staff with the talismanic hand of jet. ” The child did so, and it fell from his grasp, and he sank in a deep sleep on the ottoman. The lady gently laid the silver lyre on the ottoman, leaning it against the head of the sleeping magician; then touching the chords until they vibrated in his ear—“O potent spirit of harmony, ” said she, “continue thus to hold his senses in thraldom till the return of day. Now follow me, my child, ” continued she, “and thou shalt behold the Alhambra as it was in the days of its glory, for thou hast a magic talisman that reveals all enchantments. ” Sanchica followed the lady in silence. They passed up through the entrance of the cavern into the barbican of the Gate of Justice, and thence to the Plaza de los Algibes, or esplanade within the fortress.  Esto diciendo, entreabrió sus vestidos y mostró una ancha faja dorada que rodeaba su cintura y una cadena de oro que la tenía aprisionada al suelo. La niña no vaciló en aplicar la manecita de azabache a la faja, e inmediatamente cayó la cadena a tierra. Al ruido, despertó el anciano y comenzó a restregarse los ojos; pero la dama pasó sus dedos por las cuerdas de la lira y nuevamente volvió a su sopor y a dar cabezadas y a vacilar el báculo en su mano. —Ahora —dijo la cautiva— toca su báculo con tu talismánica manecita de azabache. Así lo hizo la muchacha, y se deslizó cayendo de la mano del astrólogo, quedando éste en la otomana, sumido en un profundo sueño. La dama apoyó delicadamente la lira de plata sobre el diván, aproximándola a la cabeza del aletargado anciano, y luego pulsó otra vez sus cuerdas hasta que vibraron en sus oídos. —¡Oh poderoso espíritu de la armonía! —dijo—. Ten encadenados sus sentidos de este modo hasta que el día venga de nuevo. Ahora sígueme, hija mía —continuó—, y verás cómo era la Alhambra en la época de su esplendor, pues eres dueña de un talismán que descubre todas sus maravillas. Sanchica, calladamente, siguió a la dama. Pasaron por la boca de la caverna a la barbacana de la puerta de la Justicia y llegaron a la plaza de los Aljibes o explanada interior de la fortaleza.
This was all filled with Moorish soldiery, horse and foot, marshalled in squadrons, with banners displayed. There were royal guards also at the portal, and rows of African blacks with drawn cimeters. No one spoke a word, and Sanchica passed on fearlessly after her conductor. Her astonishment increased on entering the royal palace, in which she had been reared. The broad moonshine lit up all the halls and courts and gardens almost as brightly as if it were day, but revealed a far different scene from that to which she was accustomed. The walls of the apartments were no longer stained and rent by time. Instead of cobwebs, they were now hung with rich silks of Damascus, and the gildings and arabesque paintings were restored to their original brilliancy and freshness. The halls, no longer naked and unfurnished, were set out with divans and ottomans of the rarest stuffs, embroidered with pearls and studded with precious gems, and all the fountains in the courts and gardens were playing.  Estaba ésta poblada de soldados moros de a pie y a caballo, formados en escuadrones y con las banderas desplegadas. En el pórtico de entrada había también guardias reales y filas de negros africanos con las cimitarras desnudas. Reinaba un silencio sepulcral; la intrépida niña pasó sin miedo alguno detrás de su guía. Su asombro creció de pronto al entrar en el real palacio donde se criara, pues la luna llena iluminaba intensamente todos los salones, patios y jardines, con la misma claridad que si fuese de día, pero ofreciendo un aspecto muy diferente del que ella estaba acostumbrada a presenciar. Las paredes de las estancias no aparecían manchadas ni agrietadas por los estragos del tiempo; en vez de telarañas, las decoraban ahora ricas sedas de Damasco, y los dorados y arabescos ofrecían su frescura y brillantez primitivas. Los salones, en vez de estar vacíos y desamueblados, hallábanse adornados con divanes y otomanas de la más peregrina tapicería, cuajados de perlas y recamados de piedras preciosas; y todas las fuentes de patios y jardines entonaban su bellísimo scherzo de perlas.
The kitchens were again in full operation; cooks were busy preparing shadowy dishes, and roasting and boiling the phantoms of pullets and partridges: servants were hurrying to and fro with silver dishes heaped up with dainties, and arranging a delicious banquet. The Court of Lions was thronged with guards, and courtiers, and alfaquis, as in the old times of the Moors; and at the upper end, in the saloon of judgment, sat Boabdil on his throne, surrounded by his court, and swaying a shadowy sceptre for the night. Notwithstanding all this throng and seeming bustle, not a voice nor a footstep was to be heard; nothing interrupted the midnight silence but the splashing of the fountains. The little Sanchica followed her conductress in mute amazement about the palace, until they came to a portal opening to the vaulted passages beneath the great Tower of Comares. On each side of the portal sat the figure of a nymph, wrought out of alabaster. Their heads were turned aside, and their regards fixed upon the same spot within the vault. The enchanted lady paused, and beckoned the child to her.  Las cocinas vivían en plena actividad; los cocineros se afanaban en preparar extraños manjares, y asaban y cocían espectros de pollos y perdices; mientras los criados iban y venían con fuentes de plata llenas de exquisitas viandas destinadas al espléndido banquete. El patio de los Leones aparecía repleto de guardias, cortesanos y alfaquíes, como en los antiguos días de los moros; y en uno de los extremos de la sala de la Justicia se veía a Boabdil sentado en su trono, rodeado de su Corte y empuñando un imaginario cetro. A pesar de toda aquella muchedumbre y del supuesto ‘bullicio que debiera ocasionar, no resonaba una voz ni el rumor de unos pasos; nada rompía la quietud de la medianoche, salvo la caída del agua en las fuentes. Sanchica, muda de estupor, siguió a la bella dama por todo el palacio, hasta llegar a una puerta que conducía a los pasadizos abovedados existentes bajo la gran torre de Comares. A cada lado de la puerta destacaba la escultura de una ninfa labrada en alabastro; sus cabezas se volvían hacia un mismo sitio, al interior de la bóveda. Se detuvo la encantada dama, e hizo señas a la niña para que se acercase.
“Here, ” said she, “is a great secret, which I will reveal to thee in reward for thy faith and courage. These discreet statues watch over a treasure hidden in old times by a Moorish king. Tell thy father to search the spot on which their eyes are fixed, and he will find what will make him richer than any man in Granada. Thy innocent hands alone, however, gifted as thou art also with the talisman, can remove the treasure. Bid thy father use it discreetly, and devote a part of it to the performance of daily masses for my deliverance from this unholy enchantment. ”  —Aquí —le dijo— hay un gran secreto que voy a revelarte en premio de tu fe y tu valor. Estas discretas estatuas vigilan un tesoro escondido en tiempos pasados .por un rey musulmán. Di a tu padre que busque el lugar en que las ninfas tienen fijos, los ojos y descubrirá algo que lo convertirá en el hombre más rico de Granada; pero hazle saber que sólo tus manos inocentes, dotada como estás de ese talismán, podrán sacar el tesoro. Aconseja, asimismo, a tu padre que use de él con discreción y dedique una parte del mismo a decir misas diariamente para que me vea libre de este impío encantamiento.
When the lady had spoken these words, she led the child onward to the little garden of Lindaraxa, which is hard by the vault of the statues. The moon trembled upon the waters of the solitary fountain in the centre of the garden, and shed a tender light upon the orange and citron trees. The beautiful lady plucked a branch of myrtle and wreathed it round the head of the child. “Let this be a memento ” , said she, “of what I have revealed to thee, and a testimonial of its truth. My hour is come; I must return to the enchanted hall; follow me not, lest evil befall thee—farewell. Remember what I have said, and have masses performed for my deliverance. ” So saying, the lady entered a dark passage leading beneath the Tower of Comares, and was no longer seen.  Cuando la dama pronunció estas palabras, llevó a la niña al pequeño jardín de Lindaraja, contiguo a la bóveda de las estatuas. La luna temblaba en las aguas de la solitaria fuente que hay en el centro del jardín y derramaba una suave luz sobre los naranjos y. limoneros. La hermosa dama cortó una rama de mirto y ciñó con ella la cabeza de Sanchica. —Esto te recordará —le dijo— lo que te he revelado, y será un testigo de su veracidad. Ha llegado mi hora y he de volver al encantado salón; no me sigas, no vaya a ocurrirte alguna desgracia. ¡Adiós! No olvides lo que te he dicho, y haz que digan misas por mi libertad. Y diciendo esto, se internó en el oscuro pasadizo, bajo la torre de Comares, y nunca más fue vista.
The faint crowing of a cock was now heard from the cottages below the Alhambra, in the valley of the Darro, and a pale streak of light began to appear above the eastern mountains. A slight wind arose, there was a sound like the rustling of dry leaves through the courts and corridors, and door after door shut to with a jarring sound.  Oyóse entonces el lejano canto de un gallo, que llegaba de las casillas que hay al pie de la Alhambra, en el valle del Darro, y una pálida claridad empezó a surgir por las montañas de Oriente; se levantó una tenue brisa, se escuchó un ruido por patios y corredores, como de hojas secas arrastradas por el viento, y una tras otra fueron cerrándose las puertas con gran estrépito.
Sanchica returned to the scenes she had so lately beheld thronged with the shadowy multitude, but Boabdil and his phantom court were gone. The moon shone into empty halls and galleries stripped of their transient splendor, stained and dilapidated by time, and hung with cobwebs. The bat flitted about in the uncertain light, and the frog croaked from the fish-pond.  Sanchica regresó a los mismos lugares que poco antes viera poblados de fantástica muchedumbre, pero Boabdil y su fantasmal Corte había desaparecido. Brillaba la luz de la luna en las galerías despojadas de su efímero esplendor, y en los desiertos salones manchados, deteriorados por el tiempo y cubiertos de telarañas. Sólo el murciélago revoloteaba a la incierta luz, y las ranas croaban en el estanque.
Sanchica now made the best of her way to a remote staircase that led up to the humble apartment occupied by her family. The door as usual was open, for Lope Sanchez was too poor to need bolt or bar; she crept quietly to her pallet, and, putting the myrtle wreath beneath her pillow, soon fell asleep.  Se apresuró Sanchica a subir por una apartada escalera que conducía al humilde aposento ocupado por su familia. La puerta estaba abierta como de costumbre, pues Lope Sánchez era demasiado pobre para necesitar barras o cerrojos; buscó a tientas su camastro, y poniendo la guirnalda de mirto bajo al almohada, pronto se quedó dormida.
In the morning she related all that had befallen her to her father. Lope Sanchez, however, treated the whole as a mere dream, and laughed at the child for her credulity. He went forth to his customary labors in the garden, but had not been there long when his little daughter came running to him almost breathless. “Father! father! ” cried she, “behold the myrtle wreath which the Moorish lady bound round my head. ”  Por la mañana refirió a su padre cuanto le había sucedido. Lope Sánchez lo creyó todo un puro sueño, y se rió de la credulidad de la niña, por lo que marchó tranquilamente a sus acostumbradas faenas en el jardín; pero no hacía mucho que se hallaba allí, cuando vio venir a su hija corriendo casi sin alientos. —¡Padre! ¡Padre! —gritaba—. ¡Mira la corona de arrayán que la dama mora me puso en la cabeza!
Lope Sanchez gazed with astonishment, for the stalk of the myrtle was of pure gold, and every leaf was a sparkling emerald! Being not much accustomed to precious stones, he was ignorant of the real value of the wreath, but he saw enough to convince him that it was something more substantial than the stuff of which dreams are generally made, and that at any rate the child had dreamt to some purpose. His first care was to enjoin the most absolute secrecy upon his daughter; in this respect, however, he was secure, for she had discretion far beyond her years or sex. He then repaired to the vault, where stood the statues of the two alabaster nymphs. He remarked that their heads were turned from the portal, and that the regards of each were fixed upon the same point in the interior of the building. Lope Sanchez could not but admire this most discreet contrivance for guarding a secret. He drew a line from the eyes of the statues to the point of regard, made a private mark on the wall, and then retired.  Lope Sánchez quedó atónito, pues ¡el tallo de mirto era de oro puro, y cada hoja una brillante esmeralda! Como no estaba acostumbrado a ver piedras preciosas, ignoraba el verdadero valor de aquellas alhajas; pero sabía lo bastante para comprender que se trataba de una materia más positiva que las que generalmente se forman de sueños, y que, al menos, la niña había soñado con algún provecho. Su primer acuerdo fue ordenar a la pequeña que guardase el secreto más absoluto. En cuanto a esto, podía el buen Lope estar tranquilo, pues la discreción de su hija era superior a la que correspondía a su sexo y edad. Luego se dirigió a la bóveda en la que estaban las estatuas de alabastro de las dos ninfas y observó que tenían vueltas sus cabezas y fijas sus miradas en un mismo sitio en el interior del edificio. Lope Sánchez no pudo por menos de admirar esta díscretísima invención para guardar un secreto. Trazó una línea desde los ojos de las estatuas hasta el punto donde miraban, hizo una determinada señal en la pared y se retiró de allí.
All day, however, the mind of Lope Sanchez was distracted with a thousand cares. He could not help hovering within distant view of the two statues, and became nervous from the dread that the golden secret might be discovered. Every footstep that approached the place made him tremble. He would have given any thing could he but have turned the heads of the statues, forgetting that they had looked precisely in the same direction for some hundreds of years, without any person being the wiser.  Durante todo el día la imaginación del buen Lope anduvo agitada por mil zozobras e inquietudes. No cesaba de dar vueltas en torno a las dos estatuas, nervioso ante el temor de que alguien pudiera descubrir su dorado secreto. Cada paso que oía aproximarse por aquellos lugares le hacía estremecer. Hubiera dado cualquier cosa por volver en otra dirección la cabeza de las esculturas, sin tener en cuenta que precisamente habían estado mirando hacia el mismo punto durante siglos, sin que nadie lo hubiera advertido.
“A plague upon them! ” he would say to himself, “they’ll betray all; did ever mortal hear of such a mode of guarding a secret? ” Then on hearing any one advance, he would steal off, as though his very lurking near the place would awaken suspicion. Then he would return cautiously, and peep from a distance to see if every thing was secure, but the sight of the statues would again call forth his indignation. “Ay, there they stand, ” would he say, “always looking, and looking, and looking, just where they should not. Confound them! they are just like all their sex; if they have not tongues to tattle with, they’ll be sure to do it with their eyes. ”  —¡Mala peste se las lleve! —se decía a sí mismo—. Van a descubrirlo todo. ¿Se vio nunca un modo semejante de guardar un secreto? Y luego, cuando sentía que alguien se acercaba, huía a hurtadillas, como si su presencia por aquellos lugares pudiese despertar sospechas. Volvía después cautelosamente, y miraba de lejos para cerciorarse de que todo continuaba seguro; pero la vista de las estatuas le hacia estallar de indignación. —Sí, ahí están —decía para sus dentros— siempre mirando, mirando; mirando precisamente a donde no debieran. ¡Mal rayo las parta! Son lo mismo que todas las de su sexo; si no tienen lengua para charlar, seguro que hablarán con los ojos.
At length, to his relief, the long anxious day drew to a close. The sound of footsteps was no longer heard in the echoing halls of the Alhambra; the last stranger passed the threshold, the great portal was barred and bolted, and the bat and the frog and the hooting owl gradually resumed their nightly vocations in the deserted palace.  Al fin, para su consuelo, concluyó aquel largo e intranquilo día. Ya no se escuchaba ruido de pasos en los resonantes salones de la Alhambra; el último visitante traspuso el umbral, la puerta principal fue cerrada con barras y cerrojos, y el murciélago, la rana y la ululante lechuza se entregaron poco a poco a sus aficiones nocturnas en el desierto palacio.
Lope Sanchez waited, however, until the night was far advanced before he ventured with his little daughter to the hall of the two nymphs. He found them looking as knowingly and mysteriously as ever at the secret place of deposit. “By your leaves, gentle ladies, ” thought Lope Sanchez, as he passed between them, “I will relieve you from this charge that must have set so heavy in your minds for the last two or three centuries. ” He accordingly went to work at the part of the wall which he had marked, and in a little while laid open a concealed recess, in which stood two great jars of porcelain. He attempted to draw them forth, but they were immovable, until touched by the innocent hand of his little daughter. With her aid he dislodged them from their niche, and found, to his great joy, that they were filled with pieces of Moorish gold, mingled with jewels and precious stones. Before daylight he managed to convey them to his chamber, and left the two guardian statues with their eyes still fixed on the vacant wall.  Lope Sánchez aguardó, no obstante, a que estuviera muy avanzada la noche, antes de aventurarse a penetrar con su hija en el salón de las dos ninfas, a las que encontró mirando tan fija y misteriosamente como siempre el oculto lugar del depósito. —Con vuestro permiso, gentiles damas —murmuró al pasar ante ellas—, os voy a relevar de este cargo que habéis tenido durante los dos o tres últimos siglos y que debe haberos sido muy pesado. Inmediatamente se puso a trabajar en la parte de la pared que había marcado con una señal, y al poco rato quedó abierto un hueco escondido, en el que había dos grandes jarrones de porcelana. Intentó sacarlos fuera, mas permanecieron inmóviles, hasta que fueron tocados por la mano inocente de su hijita. Con su ayuda pudo extraerlos del nicho, y observó con inmensa alegría que se encontraban repletos de monedas de oro moriscas, mezcladas con joyas y piedras preciosas. Antes que fuese de día llevó los jarrones a su habitación, y dejó a las dos estatuas guardianas con sus ojos fijos aún en la hueca pared.
Lope Sanchez had thus on a sudden become a rich man; but riches, as usual, brought a world of cares to which he had hitherto been a stranger. How was he to convey away his wealth with safety? How was he even to enter upon the enjoyment of it without awakening suspicion? Now, too, for the first time in his life the dread of robbers entered into his mind. He looked with terror at the insecurity of his habitation, and went to work to barricade the doors and windows; yet after all his precautions he could not sleep soundly. His usual gayety was at an end, he had no longer a joke or a song for his neighbors, and, in short, became the most miserable animal in the Alhambra. His old comrades remarked this alteration, pitied him heartily, and began to desert him; thinking he must be falling into want, and in danger of looking to them for assistance. Little did they suspect that his only calamity was riches.  Y así fue cómo el buen Lope Sánchez se transformó repentinamente en un hombre rico; pero sus riquezas, como siempre sucede, le acarrearon un sinnúmero de cuidados a los que hasta entonces había vivido ajeno. ¿Cómo iba a sacar su tesoro y tenerlo seguro? ¿Cómo disfrutar de él sin inspirar sospechas? Ahora, incluso por primera vez en su vida, tuvo miedo a los ladrones. Pensaba aterrado en lo inseguro de su habitación, y cuidaba de atrancar puertas y ventanas; mas pese a todas estas preocupaciones, no le era posible dormir tranquilo. Desapareció su habitual alegría, y ya no bromeaba ni cantaba con sus vecinos; en una palabra, se convirtió en la criatura más desgraciada de la Alhambra. Sus viejos amigos notaron este cambio, le compadecían de todo corazón, pero comenzaron a volverle la espalda creyendo que pasaba necesidades y que corrían peligro de que acudiese a ellos para pedirles ayuda. ¡Cuán poco sospechaban que su única desgracia era precisamente la riqueza!
The wife of Lope Sanchez shared his anxiety, but then she had ghostly comfort. We ought before this to have mentioned that Lope, being rather a light inconsiderate little man, his wife was accustomed, in all grave matters, to seek the counsel and ministry of her confessor Fray Simon, a sturdy, broad-shouldered, blue-bearded, bullet-headed friar of the neighboring convent of San Francisco, who was in fact the spiritual comforter of half the good wives of the neighborhood. He was moreover in great esteem among divers sisterhoods of nuns; who requited him for his ghostly services by frequent presents of those little dainties and knick-knacks manufactured in convents, such as delicate confections, sweet biscuits, and bottles of spiced cordials, found to be marvellous restoratives after fasts and vigils.  La mujer de Lope participaba de su inquietud, pero tenía sus consuelos espirituales. Se nos olvidó advertir antes que, por ser su marido un hombrecillo de carácter ligero e irreflexivo, acostumbraba ella a buscar en todos los asuntos graves la ayuda y consejos de su confesor, fray Simón, robusto fraile de anchas espaldas, cerrada barba y gruesa cabeza, del inmediato convento de San Francisco, el cual era director espiritual de la mitad de las buenas mujeres de las cercanías. También se le tenía en gran estima en diversas comunidades de monjas, que recompensaban sus servicios espirituales con frecuentes obsequios y golosinas y frioleras confeccionadas en los mismos conventos, tales como delicadas confituras, ricos bizcochos y botellas de exquisitos licores, tónicos maravillosos para después de los ayunos y vigilias.
Fray Simon thrived in the exercise of his functions. His oily skin glistened in the sunshine as he toiled up the hill of the Alhambra on a sultry day. Yet notwithstanding his sleek condition, the knotted rope round his waist showed the austerity of his self-discipline; the multitude doffed their caps to him as a mirror of piety, and even the dogs scented the odor of sanctity that exhaled from his garments, and howled from their kennels as he passed.  Fray Simón medraba en el ejercicio de sus funciones. En su grasiento cutis relucía el sol cuando subía la colina de la Alhambra en los días calurosos. Mas a pesar de su amable aspecto, la cuerda de nudos que ceñía su cintura demostraba la austeridad de su ascética; las gentes se descubrían ante él considerándolo como espejo de piedad, y los mismos perros olfateaban el olor de santidad que despedían sus vestiduras, y le saludaban, al pasar, ladrando desde sus perreras.
Such was Fray Simon, the spiritual counsellor of the comely wife of Lope Sanchez; and as the father confessor is the domestic confidant of women in humble life in Spain, he was soon acquainted, in great secrecy, with the story of the hidden treasure.  Tal era fray Simón, el director espiritual de la honrada esposa de Lope; y como el padre confesor es el confidente doméstico de las españolas de clase humilde, pronto fue informado, con mucho misterio, de la historia del tesoro escondido.
The friar opened his eyes and mouth and crossed himself a dozen times at the news. After a moment’s pause, “Daughter of my soul! ” said he, “know that thy husband has committed a double sin—a sin against both state and church! The treasure he hath thus seized upon for himself, being found in the royal domains, belongs of course to the crown; but being infidel wealth, rescued as it were from the very fangs of Satan, should be devoted to the church. Still, however, the matter may be accommodated. Bring hither thy myrtle wreath. ”  El fraile abrió ojos y boca y se santiguó una docena de veces al escuchar la noticia. Tras un momento de pausa, exclamó: —¡Hija de mi alma! Has de saber que tu marido ha cometido un doble pecado. ¡Un pecado contra el Estado y otro contra la Iglesia! El tesoro del que se apropió pertenece, desde luego, a la Corona, por haber sido encontrado en dominios reales; mas como es riqueza de infieles arrebatada por así decirlo de las mismas garras de Satanás, debe ser consagrada a la Iglesia. Sin embargo, ya veremos el medio de llegar a un arreglo. Tráeme la guirnalda de mirto.
When the good father beheld it, his eyes twinkled more than ever with admiration of the size and beauty of the emeralds. “This, ” said he, “being the first-fruits of this discovery, should be dedicated to pious purposes. I will hang it up as a votive offering before the image of San Francisco in our chapel, and will earnestly pray to him, this very night, that your husband be permitted to remain in quiet possession of your wealth. ”  Cuando el buen padre la vio chispearon de admiración sus ojos ante el tamaño y hermosura de aquellas esmeraldas. —He aquí —dijo-— el primer fruto del descubrimiento, que debe destinarse a obras piadosas. Lo colgaré en nuestra capilla, como ofrenda, ante la imagen de San Francisco, y le pediré esta misma noche, con gran fervor, que conceda a tu marido disfrutar de la pacífica posesión de sus riquezas.
The good dame was delighted to make her peace with heaven at so cheap a rate, and the friar putting the wreath under his mantle, departed with saintly steps toward his convent.  La buena mujer se alegró mucho de quedar en paz con el Cielo en tan módicas condiciones, y el fraile, escondiendo la guirnalda bajo el manteo (sic), encaminóse con santos pasos a su convento.
When Lope Sanchez came home, his wife told him what had passed. He was excessively provoked, for he lacked his wife’s devotion, and had for some time groaned in secret at the domestic visitations of the friar. “Woman, ” said he, “what hast thou done? thou hast put every thing at hazard by thy tattling. ”  Cuando Lope volvió a su casa, le relató su mujer lo que había acontecido. El buen hombre se irritó de lo lindo, pues no poseía la devoción de su esposa, y hacia tiempo que gruñía disimuladamente ante las visitas domésticas del fraile. —¡Mujer! —le dijo—. ¿Qué has hecho? Todo lo has puesto en peligro con tus habladurías.
“What! ” cried the good woman, “would you forbid my disburdening my conscience to my confessor? ”  —¡Cómo! —exclamó la buena mujer—. ¿Es que vas a prohibirme que descargue mi conciencia con mi confesor?
“No, wife! confess as many of your own sins as you please; but as to this money-digging, it is a sin of my own, and my conscience is very easy under the weight of it. ”  —¡No, mujer! Confiesa tantos pecados tuyos como quieras; pero este tesoro desenterrado es un pecado mío, y mi conciencia se siente muy tranquila con su peso.
There was no use, however, in complaining; the secret was told, and, like water spilled on the sand, was not again to be gathered. Their only chance was, that the friar would be discreet.  Era inútil entregarse a vanas lamentaciones; el secreto estaba descubierto ya, y, como el agua que se derrama en la arena, no podía volver a recogerse. Su única esperanza se cifraba en la reserva del fraile.
The next day, while Lope Sanchez was abroad there was a humble knocking at the door, and Fray Simon entered with meek and demure countenance.  Al día siguiente, mientras Lope estaba fuera, sonó una tímida llamada a la puerta, y entró fray Simón con su aspecto bonachón y humilde.
“Daughter, ” said he, “I have earnestly prayed to San Francisco, and he has heard my prayer. In the dead of the night the saint appeared to me in a dream, but with a frowning aspect. ‘Why,’ said he, ‘dost thou pray to me to dispense with this treasure of the Gentiles, when thou seest the poverty of my chapel? Go to the house of Lope Sanchez, crave in my name a portion of the Moorish gold, to furnish two candlesticks for the main altar, and let him possess the residue in peace.’  —Hija mía —le dijo—. He rezado fervorosamente a San Francisco, y él ha escuchado mis oraciones. En el silencio de la noche se me apareció el santo en sueños, pero con aspecto mojado. «¡Cómo! —me dijo—. ¿Te atreves a suplicarme que renuncie a este tesoro de los gentiles, conociendo la pobreza de mi capilla? Anda a casa de Lope Sánchez, pide en mi nombre una parte de ese oro morisco, para que hagan dos candelabros para el altar mayor, y después que disfrute en paz el resto.»
When the good woman heard of this vision, she crossed herself with awe, and going to the secret place where Lope had hid the treasure, she filled a great leathern purse with pieces of Moorish gold, and gave it to the friar. The pious monk bestowed upon her, in return, benedictions enough, if paid by Heaven. to enrich her race to the latest posterity; then slipping the purse into the sleeve of his habit, he folded his hands upon his breast, and departed with an air of humble thankfulness.  Cuando la buena mujer oyó lo de la visión, se persignó con temor y, yendo al lugar secreto donde su marido escondiera el tesoro, llenó una gran bolsa de cuero con monedas de oro árabes, y se la entregó al fraile. El piadoso franciscano derramó, en cambio, sobre ella abundantes bendiciones, suficientes, de ser pagadas por el Cielo, para enriquecer a toda su raza hasta la última generación; luego, guardando la bolsa en la manga de su hábito, cruzó las manos sobre el pecho y se retiró con aire de modesta gratitud.
When Lope Sanchez heard of this second donation to the church, he had well nigh lost his senses. “Unfortunate man, ” cried he, “what will become of me? I shall be robbed by piece-meal; I shall be ruined and brought to beggary! ”  Cuando Lope se informó de este segundo donativo a la Iglesia, faltó poco para que perdiese el juicio. —¡Qué desafortunado soy! —gritaba—. ¿Qué va a ser de mí? ¡Me roban poco a poco; me arruinarán y me obligarán a pedir limosna
It was with the utmost difficulty that his wife could pacify him, by reminding him of the countless wealth that yet remained, and how considerate it was for San Francisco to rest contented with so small a portion.  ! Muy difícil le resultó a su esposa apaciguarlo, recordándole las inmensas riquezas que todavía le quedaban y cuán moderado había sido San Francisco en contentarse con tan poca cosa.
Unluckily, Fray Simon had a number of poor relations to be provided for, not to mention some half-dozen sturdy bullet-headed orphan children, and destitute foundlings that he had taken under his care. He repeated his visits, therefore, from day to day, with solicitations on behalf of Saint Dominick, Saint Andrew, Saint James, until poor Lope was driven to despair, and found that unless he got out of the reach of this holy friar, he should have to make peace-offerings to every saint in the calendar. He determined, therefore, to pack up his remaining wealth, beat a secret retreat in the night, and make off to another part of the kingdom.  Desgraciadamente, fray Simón tenía un gran número de deudos pobres que mantener, aparte de media docena de rollizos chiquillos, huérfanos y desamparados, que él había tomado bajo su protección. Repitió, por tanto, sus visitas, un día y otro, con peticiones en nombre de Santo Domingo, San Andrés y Santiago, hasta que el pobre Lope llegó a desesperarse y comprendió que, de no ponerse lejos del alcance de este bendito fraile, tendría que hacer donativos a todos los santos del calendario. Determinó, pues, empaquetar la parte del tesoro que le restaba, escapar secretamente por la noche y huir a otro punto del reino.
Full of his project, he bought a stout mule for the purpose, and tethered it in a gloomy vault underneath the Tower of the Seven Floors—the very place whence the Belludo, or goblin horse, is said to issue forth at midnight, and scour the streets of Granada, pursued by a pack of hell-hounds. Lope Sanchez had little faith in the story, but availed himself of the dread occasioned by it, knowing that no one would be likely to pry into the subterranean stable of the phantom steed. He sent off his family in the course of the day with orders to wait for him at a distant village of the Vega. As the night advanced, he conveyed his treasure to the vault under the tower, and having loaded his mule, he led it forth, and cautiously descended the dusky avenue.  Madurado su proyecto, compró con este fin un vigoroso mulo y lo ocultó en una oscura bóveda bajo la torre de Siete Suelos, el mismo lugar donde —según se decía— salía a medianoche el Velludo o caballo fantasma que recorría las calles de Granada perseguido por una jauría de perros del infierno. Lope Sánchez tenía poca fe en aquella historia, pero se aprovechó del espanto que causaba, calculando, con razón, que nadie se atrevería a curiosear por la caballeriza subterránea del corcel espectral. Durante el día hizo salir a su familia ordenándoles que le esperasen en un lejano pueblo de la Vega. Bien entrada la noche, trasladó su tesoro a la bóveda subterránea de la torre, lo cargó sobre el mulo, sacó a éste fuera y bajó cautelosamente por la oscura alameda.
Honest Lope had taken his measures with the utmost secrecy, imparting them to no one but the faithful wife of his bosom. By some miraculous revelation, however, they became known to Fray Simon. The zealous friar beheld these infidel treasures on the point of slipping for ever out of his grasp, and determined to have one more dash at them for the benefit of the church and San Francisco. Accordingly, when the bells had rung for animas, and all the Alhambra was quiet, he stole out of his convent, and descending through the Gate of Justice, concealed himself among the thickets of roses and laurels that border the great avenue. Here he remained, counting the quarters of hours as they were sounded on the bell of the watchtower, and listening to the dreary hootings of owls, and the distant barking of dogs from the gipsy caverns.  El honrado Lope había tomado sus medidas con el mayor sigilo, sin darlas a conocer a nadie más que a la fiel esposa de su alma; pero, debido sin duda a cierta milagrosa revelación, llegaron a conocimiento de fray Simón. El celoso padre vio que estaban a punto de escapársele para siempre de las manos estos tesoros infieles, y resolvió lanzar otro asalto en beneficio de la Iglesia y de San Francisco; y así, cuando las campanas dieron el toque de Animas y toda la Alhambra yacía en silencio, salió de su convento y, bajando hacia la puerta de la Justicia, se escondió entre los macizos de rosales y laureles que bordeaban la gran avenida. Allí se estuvo, contando los cuartos de hora que iban sonando en la campana de la atalaya y oyendo los siniestros chillidos de la lechuza y el lejano ladrido de los perros en las cuevas de los gitanos.
At length he heard the tramp of hoofs, and, through the gloom of the overshadowing trees, imperfectly beheld a steed descending the avenue. The sturdy friar chuckled at the idea of the knowing turn he was about to serve honest Lope.  Al fin, percibió un ruido de herraduras y, a través de la oscuridad que proyectaban los árboles, distinguió confusamente un caballo que bajaba por la alameda. El orondo fraile se regocijaba pensando en la mala partida que iba a jugarle al buen Lope.
Tucking up the skirts of his habit, and wriggling like a cat watching a mouse, he waited until his prey was directly before him, when darting forth from his leafy covert, and putting one hand on the shoulder and the other on the crupper, he made a vault that would not have disgraced the most experienced master of equitation, and alighted well-forked astride the steed. “Ah ha! ” said the sturdy friar, “we shall now see who best understands the game. ” He had scarce uttered the words when the mule began to kick, and rear, and plunge, and then set off full speed down the hill. The friar attempted to check him, but in vain. He bounded from rock to rock, and bush to bush; the friar’s habit was torn to ribbons and fluttered in the wind, his shaven poll received many a hard knock from the branches of the trees, and many a scratch from the brambles. To add to his terror and distress, he found a pack of seven hounds in full cry at his heels, and perceived, too late, that he was actually mounted upon the terrible Belludo!  Recogiéndose las faldas de sus hábitos y agachado como gato que acecha al ratón, esperó hasta que su presa estuvo precisamente enfrente de él; salió entonces de su oscuro escondrijo y, poniendo una mano en el lomo y otra en la grupa, dio un salto que no hubiese desacreditado al más experto maestro de equitación, y cayó bien sujeto a horcajadas sobre el animal. —¡Ajajá! —dijo el robusto franciscano—. Ahora veremos quién entiende mejor el juego. Pero apenas había pronunciado estas palabras, cuando el mulo comenzó a dar coces, a encabritarse y a saltar, y luego partió a todo galope colina abajo. En vano trataba fray Simón de detenerlo, pues saltaba de piedra en piedra y de breña en breña; sus hábitos se hicieron jirones que ondeaban al viento, y su rapada cabeza recibió más de un fuerte golpe contra las ramas de los árboles, y no pocos arañazos en las zarzas. Para aumentar su angustia y terror, vio una jauría de siete perros que corrían ladrando tras él, y ¡entonces advirtió, aunque demasiado tarde, que iba en realidad montado en el terrible Velludo!...
Away then they went, according to the ancient phrase, “pull devil, pull friar, ” down the great avenue, across the Plaza Nueva, along the Zacatin, around the Vivarrambla—never did huntsman and hound make a more furious run, or more infernal uproar. In vain did the friar invoke every saint in the calendar, and the holy Virgin into the bargain; every time he mentioned a name of the kind it was like a fresh application of the spur, and made the Belludo bound as high as a house. Through the remainder of the night was the unlucky Fray Simon carried hither and thither, and whither he would not, until every bone in his body ached, and he suffered a loss of leather too grievous to be mentioned. At length the crowing of a cock gave the signal of returning day. At the sound the goblin steed wheeled about, and galloped back for his tower. Again he scoured the Vivarrambla, the Zacatin, the Plaza Nueva, and the avenue of fountains, the seven dogs yelling, and barking, and leaping up, and snapping at the heels of the terrified friar. The first streak of day had just appeared as they reached the tower; here the goblin steed kicked up his heels, sent the friar a somerset through the air, plunged into the dark vault followed by the infernal pack, and a profound silence succeeded to the late deafening clamor.  Bajaron la gran avenida, cruzaron plaza Nueva, el Zacatín y Bibarrambla; nunca cazador ni galgo hicieron carrera más endiablada ni alboroto más infernal. Inútilmente invocaba el buen fraile a todos los santos del calendario y a la Santísima Virgen; cada nombre sagrado que pronunciaba era como si picase las espuelas, haciendo botar al Velludo hasta la altura de las casas. Durante toda la noche fue llevado el desdichado fray Simón de un lado para otro, contra su voluntad, hasta que quedaron molidos todos los huesos de su cuerpo y sufrió la pérdida de una parte de su piel demasiado sensible para ser mencionada. Al fin, el canto del gallo anunció la venida del día; al oírlo, el fantástico corcel volvió grupas y regresó corriendo hacia su torre. Nuevamente atravesó Bibarrambla, el Zacatín, plaza Nueva y la alameda de las fuentes, seguido de los siete perros que iban aullando, ladrando, saltando y mordiéndole los talones al aterrorizado fraile. Apenas habían aparecido los primeros claros del crepúsculo matutino, cuando llegaron a la torre. Aquí, el caballo fantasma soltó unas cuantas coces que lanzaron al fraile por los aires en un salto mortal, desapareció en la oscura bóveda seguido de la infernal jauría, y un profundo silencio sobrevino después de aquel terrible clamor.
Was ever so diabolical a trick played off upon a holy friar? A peasant going to his labors at early dawn found the unfortunate Fray Simon lying under a fig-tree at the foot of the tower, but so bruised and bedevilled that he could neither speak nor move. He was conveyed with all care and tenderness to his cell, and the story went that he had been waylaid and maltreated by robbers. A day or two elapsed before he recovered the use of his limbs; he consoled himself, in the meantime, with the thoughts that though the mule with the treasure had escaped him, he had previously had some rare pickings at the infidel spoils. His first care on being able to use his limbs, was to search beneath his pallet, where he had secreted the myrtle wreath and the leathern pouches of gold extracted from the piety of Dame Sanchez. What was his dismay at finding the wreath, in effect, but a withered branch of myrtle, and the leathern pouches filled with sand and gravel!  ¿Se ha jugado alguna vez en la vida una partida más diabólica a un reverendo fraile? Un labriego que marchaba a su trabajo muy temprano, encontró al infortunado fray Simón tendido bajo una higuera al pie de la torre, pero tan maltrecho y aporreado que no podía hablar ni moverse. Fue llevado con mucho cuidado y solicitud a su celda, y cundió el rumor de que había sido robado y maltratado por unos ladrones. Pasaron unos o dos días antes que pudiera recobrar el uso de sus piernas; consolábase, entre tanto, pensando que, aunque se le había escapado el mulo con el tesoro, había conseguido anteriormente una buena parte del botín de los infieles. Su primera tarea, luego que pudo moverse, fue- buscar debajo de su humilde jergón, en el sitio donde había escondido la corona de arrayán y las bolsas de cuero que contenían el oro sacado a la piedad de la señora Sánchez. ¡Pero cuál no sería su consternación al ver que la guirnalda se había transformado en una marchita rama de mirto, y que las bolsas de cuero estaban llenas de arena y guijarros!
Fray Simon, with all his chagrin, had the discretion to hold his tongue, for to betray the secret might draw on him the ridicule of the public, and the punishment of his superior: it was not until many years afterwards, on his death-bed, that he revealed to his confessor his nocturnal ride on the Belludo.  A pesar de su disgusto, tuvo fray Simón la discreción de contener su lengua, pues divulgar aquel secreto podría acarrearle la burla de la gente y atraerle el castigo de su superior. Sólo muchos años después reveló a su confesor, en el lecho de muerte, su nocturno paseo sobre el Velludo.
Nothing was heard of Lope Sanchez for a long time after his disappearance from the Alhambra. His memory was always cherished as that of a merry companion, though it was feared, from the care and melancholy observed in his conduct shortly before his mysterious departure, that poverty and distress had driven him to some extremity. Some years afterwards one of his old companions, an invalid soldier, being at Malaga, was knocked down and nearly run over by a coach and six. The carriage stopped; an old gentleman magnificently dressed, with a bag-wig and sword, stepped out to assist the poor invalid. What was the astonishment of the latter to behold in this grand cavalier his old friend Lope Sanchez, who was actually celebrating the marriage of his daughter Sanchica with one of the first grandees in the land.  Nada se supo de Lope Sánchez en mucho tiempo, una vez desaparecido de la Alhambra. Se le recordaba siempre como un alegre camarada, aunque se temía, dadas la tristeza y depresión observadas en su conducta luego de su misteriosa partida, que la angustia y la miseria le hubiesen impulsado a tomar alguna trágica resolución. Varios años después, uno de sus antiguos compañeros, un soldado inválido que se encontraba en Málaga, fue atropellado por un coche de seis caballos que casi le pasó por encima. Detúvose el carruaje y bajó de él, para ayudar al pobre inválido, un anciano caballero, elegantemente vestido, con peluquín y espada. Cuál no sería el asombro del veterano al reconocer en aquel gran personaje a su viejo amigo Lope Sánchez que se dirigía en aquel momento a celebrar la boda de su hija Sanchica con uno de los Grandes del reino.
The carriage contained the bridal party. There was Dame Sanchez, now grown as round as a barrel, and dressed out with feathers and jewels, and necklaces of pearls, and necklaces of diamonds, and rings on every finger, altogether a finery of apparel that had not been seen since the days of Queen Sheba. The little Sanchica had now grown to be a woman, and for grace and beauty might have been mistaken for a duchess, if not a princess outright. The bridegroom sat beside her—rather a withered spindle-shanked little man, but this only proved him to be of the true-blue blood, a legitimate Spanish grandee being rarely above three cubits in stature. The match had been of the mother’s making.  En el carruaje iba la comitiva nupcial. Allí figuraba la señora de Sánchez, tan gruesa como un tonel y adornada con plumas, alhajas, sartas de perlas, collares de diamantes y anillos en todos los dedos; en una palabra, con un lujo tal, que no se vio otro parecido desde los tiempos de la reina de Saba. La pequeña Sanchica estaba ya hecha una mujer, y en cuanto a gracia y hermosura podría pasar por una duquesa y aun también por una princesa. El novio, sentado junto a ella, era un hombrecillo marchito y delgado como un hilo; pero esto sólo probaba que era de la más rancia sangre azul, un auténtico Grande de España con apenas tres codos de estatura. La boda había sido arreglada por la madre.
Riches had not spoiled the heart of honest Lope. He kept his old comrade with him for several days; feasted him like a king, took him to plays and bull-fights, and at length sent him away rejoicing, with a big bag of money for himself, and another to be distributed among his ancient messmates of the Alhambra.  Las riquezas no habían corrompido el corazón del honrado Lope. Se llevó con él durante algunos días a su viejo camarada, lo trató como a un rey, lo invitó a teatros y corridas de toros, y en la despedida le regaló, con muestras de cariño, una gran bolsa de dinero para él y otra para que la distribuyera entre sus amigos compañeros de la Alhambra.
Lope always gave out that a rich brother had died in America and left him heir to a copper mine; but the shrewd gossips of the Alhambra insist that his wealth was all derived from his having discovered the secret guarded by the two marble nymphs of the Alhambra. It is remarked that these very discreet statues continue, even unto the present day, with their eyes fixed most significantly on the same part of the wall; which leads many to suppose there is still some hidden treasure remaining there well worthy the attention of the enterprising traveller. Though others, and particularly all female visitors, regard them with great complacency as lasting monuments of the fact that women can keep a secret.  Lope decía siempre que se le había muerto un hermano muy rico en América, dejándole heredero de una mina de cobre; pero los sagaces murmuradores de la Alhambra insisten en afirmar que toda su riqueza proviene de haber descubierto el secreto guardado por las ninfas de mármol. Es digno de mención que estas discretísimas estatuas continúan, hasta el momento actual, con los ojos fijos muy significativamente en el mismo sitio de la pared, lo que ha hecho suponer a muchos que todavía queda allí algún tesoro escondido, y que bien vale la pena que fije su atención en él el diligente viajero. Otros, en particular todos los visitantes femeninos, contemplan las estatuas con gran complacencia, como indeleble monumento que demuestra que las mujeres saben guardar un secreto.


The Crusade of the Grand Master
of Alcantara



La Cruzada del Gran Maestre
de Alcántara

IN THE course of a morning’s research among the old chronicles in the Library of the University, I came upon a little episode in the history of Granada, so strongly characteristic of the bigot zeal, which sometimes inflamed the Christian enterprises against this splendid but devoted city, that I was tempted to draw it forth from the parchment-bound volume in which it lay entombed and submit it to the reader.  EN el curso de mis investigaciones matutinas entre las viejas crónicas existentes en la Biblioteca de la Universidad, tropecé con un breve episodio de la historia granadina, tan genuinamente característico del ardiente celo que animaba a veces las empresas cristianas contra esta espléndida aunque desgraciada ciudad, que me decidí a sacarlo del pergamino en que yacía sepultado y ofrecerlo a continuación al lector.
In the year of redemption, 1394, there was a valiant and devout grand master of Alcantara, named Martin Yanez de Barbudo, who was inflamed with a vehement desire to serve God and fight the Moors. Unfortunately for this brave and pious cavalier, a profound peace existed between the Christian and Moslem powers. Henry III had just ascended the throne of Castile, and Yusef ben Mohammed had succeeded to the throne of Granada, and both were disposed to continue the peace which had prevailed between their fathers. The grand master looked with repining at Moorish banners and weapons, which decorated his castle hall, trophies of the exploits of his predecessors; and repined at his fate to exist in a period of such inglorious tranquillity.  En el año 1394 de nuestra redención, hubo un piadoso y valiente Gran Maestre de Alcántara, llamado Martín Yáñez de Barbudo, inflamado de un ardiente deseo de servir a Dios y luchar contra los moros. Desgraciadamente para este bravo y devoto caballero, reinaba una profunda paz entre los poderes cristiano y musulmán. Enrique III acababa de heredar el trono de Castilla, y Yusuf Ibn Mohamed, el de Granada, y ambos monarcas estaban dispuestos a prolongar la paz que había reinado entre sus padres. El Gran Maestre contemplaba con desconsuelo las banderas y armas arábigas que decoraban el salón de su castillo, trofeos que pregonaban las hazañas de sus antepasados, y se dolía de su suerte al vivir en época de tan afrentosa tranquilidad.
At length his impatience broke through all bounds, and seeing that he could find no public war in which to engage, he resolved to carve out a little war for himself. Such at least is the account given by some ancient chronicles, though others give the following as the motive for this sudden resolution to go campaigning.  Llegó por último al límite de su paciencia, y viendo que no estallaba una guerra pública en la que combatir, decidió conseguir una pequeña para su uso particular. Tal es, al menos, el relato que hacen algunas viejas crónicas, aunque otras dan el siguiente como pretexto de su súbita resolución para entrar en campaña:
As the grand master was one day seated at table with several of his cavaliers, a man suddenly entered the hall; tall, meagre and bony, with haggard countenance and fiery eye. All recognized him for a hermit, who had been a soldier in his youth, but now led a life of penitence in a cave. He advanced to the table and struck upon it with a fist that seemed of iron. “Cavaliers, ” said he, “why sit ye here idly, with your weapons resting against the wall, while the enemies of the faith lord it over the fairest portion of the land? ”  Un día que se encontraba el Gran Maestre sentado a la mesa con varios de sus caballeros, entró bruscamente en el salón un hombre alto, delgado y huesudo, de semblante macilento y fiera mirada. Todos reconocieron en él a un ermitaño que fue soldado en su juventud y ahora llevaba una vida penitente en una cueva; el cual avanzó basta la mesa y la golpeó con un puño que parecía de ‘hierro. —¡Caballeros! —les dijo—. ¿Cómo es posible que estéis aquí tranquilamente sentados, con vuestras armas descansando en la pared, mientras los enemigos de nuestra fe señorean la parte más próspera del país?
“Holy father, what wouldst thou have us do, ” asked the grand master, “seeing the wars are over and our swords bound up by treaties of peace? ”  —Reverendo padre —le preguntó el Gran Maestre—: ¿qué queréis que hagamos si las guerras terminaron y están nuestras espadas enmohecidas por los tratados de paz?
“Listen to my words, ” replied the hermit. “As I was seated late at night at the entrance of my cave, contemplating the heavens, I fell into a reverie, and a wonderful vision was presented to me. I beheld the moon, a mere crescent, yet luminous as the brightest silver, and it hung in the heavens over the kingdom of Granada. While I was looking at it, behold there shot forth from the firmament a blazing star, which, as it went, drew after it all the stars of heaven; and they assailed the moon and drove it from the skies; and the whole firmament was filled with the glory of that blazing star. While mine eyes were yet dazzled by this wondrous sight, some one stood by me with snowy wings and a shining countenance. ‘Oh man of prayer,’ said he, ‘get thee to the grand master of Alcantara and tell him of the vision thou hast beheld. He is the blazing star, destined to drive the crescent, the Moslem emblem, from the land. Let him boldly draw the sword and continue the good work begun by Pelazo of old, and victory will assuredly attend his banner.’ ”  —¡Oídme! —respondió el ermitaño—. Estaba yo anoche sentado a una hora avanzada en la puerta de mi gruta, contemplando el cielo, cuando quedé adormecido en un sueño, y una maravillosa visión se ofreció a mis ojos. Vi que el astro de la noche era sólo una media luna, pero luminosa como la plata más nítida y refulgente, rebrillando en los cielos sobre el reino de Granada. Mientras la observaba, vi cómo surgía del firmamento una fulgurante estrella que arrastraba tras de sí a todos los astros del cielo, la cual acometió a la luna y la expulsó de la bóveda celeste, en tanto que todo el universo se llenaba del esplendor de la victoriosa estrella. Todavía estaban mis ojos deslumbrados por este maravilloso espectáculo cuando alguien vino junto a mí, con alas más blancas que la nieve y aspecto resplandeciente. —¡Oh tú, santo varón de rezos y penitencias! —me dijo—. Busca al Gran Maestre de Alcántara y dale cuenta de la visión que has presenciado. Hazle saber que es él la brillante estrella elegida para expulsar del país a la Media Luna, emblema de los infieles. Dile asimismo que desenvaine valientemente la espada y continúe la gloriosa empresa comenzada en otro tiempo por Don Pelayo, y asegúrale que el triunfo acompañará a sus banderas.
The grand master listened to the hermit as to a messenger from heaven, and followed his counsel in all things. By his advice he dispatched two of his stoutest warriors, armed cap-a-pie, on an embassy to the Moorish king. They entered the gates of Granada without molestation, as the nations were at peace; and made their way to the Alhambra, where they were promptly admitted to the king, who received them in the Hall of Ambassadors. They delivered their message roundly and hardily. “We come, oh king, from Don Martin Yanez de Barbudo, grand master of Alcantara; who affirms the faith of Jesus Christ to be true and holy, and that of Mahomet false and detestable, and he challenges thee to maintain the contrary, hand to hand, in single combat. Shouldst thou refuse, he offers to combat with one hundred cavaliers against two hundred; or, in like proportion, to the number of one thousand, always allowing thy faith a double number of champions. Remember, oh king, that thou canst not refuse this challenge; since thy prophet, knowing the impossibility of maintaining his doctrines by argument, has commanded his followers to enforce them with the sword. ”  El Gran Maestre escuchó al ermitaño como si fuera un enviado del Cielo, y se aprestó a seguir su consejo al pie de la letra. Así, pues, envió una embajada al rey moro con dos de sus más intrépidos guerreros, armados de pies a cabeza. Estos entraron por las puertas de Granada sin ser molestados, puesto que entre ambas naciones reinaba la paz, y se dirigieron hacia la Alhambra, en donde prontamente fueron conducidos ante el rey, quien los recibió en el salón de Embajadores, y al que comunicaron valientemente y sin rodeos el mensaje de que eran portadores. —Venimos, ¡oh rey!, de parte de don Martín Yáñez de Barbudo, Gran Maestre de Alcántara, el cual afirma que la fe de Jesucristo es santa y verdadera y la de Mahoma falsa y detestable, y te desafía a mantener lo contrario en singular combate, mano a mano. Si te niegas, te ofrece luchar con cien caballeros cristianos contra doscientos de los tuyos, o en la misma proporción hasta mil, concediendo siempre a los defensores de tu religión doble número de paladines. Recuerda, ¡oh rey!, que no puedes negarte a este reto, pues vuestro profeta, conociendo la imposibilidad de mantener sus doctrinas por medio de argumentos, ordenó a sus secuaces que las impusieran por la espada.
The beard of King Yusef trembled with indignation. “The master of Alcantara, ” said he, “is a madman to send such a message, and ye are saucy knaves to bring it. ”  Las barbas del rey Yusuf temblaron de indignación. —El Maestre de Alcántara —dijo—— es un loco al enviar semejante mensaje, y vosotros sois unos insolentes bellacos al traerlo.
So saying, he ordered the ambassadors to be thrown into a dungeon, by way of giving them a lesson in diplomacy; and they were roughly treated on their way thither by the populace, who were exasperated at this insult to their sovereign and their faith.  Dicho esto, ordenó que encerrasen a los embajadores en un calabozo con ánimo de darles una lección de diplomacia. Cuando los llevaban a su encierro fueron bárbaramente maltratados por el populacho, exasperado por aquel insulto a su soberano y a su fe.
The grand master of Alcantara could scarcely credit the tidings of the maltreatment of his messengers; but the hermit rejoiced when they were repeated to him. “God, ” said he, “has blinded this infidel king for his downfall. Since he has sent no reply to thy defiance, consider it accepted. Marshal thy forces, therefore; march forward to Granada; pause not until thou seest the gate of Elvira. A miracle will be wrought in thy favor. There will be a great battle; the enemy will be overthrown; but not one of thy soldiers will be slain. ”  El Gran Maestre de Alcántara apenas pudo dar crédito a las noticias que recibió de los malos tratos infligidos a sus mensajeros, pero el ermitaño sintió una extrema alegría cuando se lo repitieron. —Dios —exclamó--—, ha cegado a ese rey infiel para perderle. Puesto que no ha dado respuesta a vuestro reto, don Martín, debéis considerarlo como aceptado de su parte. Reunid, pues, vuestras fuerzas; dirigíos hacia Granada y no os detengáis hasta ver la puerta de Elvira. Estoy seguro de que se obrará el milagro en vuestro favor. Se librará una gran batalla y el enemigo será derrotado; mas ni uno solo de vuestros guerreros morirá en ella
The grand master called upon every warrior zealous in the Christian cause to aid him in this crusade. In a little while three hundred horsemen and a thousand foot-soldiers rallied under his standard. The horsemen were veterans; seasoned to battle and well armed; but the infantry were raw and undisciplined. The victory, however, was to be miraculous; the grand master was a man of surpassing faith, and knew that the weaker the means the greater the miracle. He sallied forth confidently, therefore, with his little army, and the hermit strode ahead bearing a cross on the end of a long pole, and beneath it the pennon of the order of Alcantara.  El Gran Maestre hizo un llamamiento a todos los guerreros celosos de la causa cristiana para que le ayudasen en su cruzada. En poco tiempo reunió bajo sus enseñas trescientos jinetes y mil infantes; los primeros, veteranos, curtidos en las batallas y bien armados, pero los infantes eran bisoños e indis ciplinados. A pesar de ello, Martín Yáñez confiaba en una maravillosa victoria, era hombre de ardiente fe y sabía que cuanto mas escasos son los medios, el milagro es mucho mayor. Salió, pues, confiadamente con su pequeño ejército, a la cabeza del cual marchaba el ermitaño llevando una cruz en el extremo de una larga pértiga, y debajo de ella el pendón de la Orden de Alcántara.
As they approached the city of Cordova they were overtaken by messengers, spurring in all haste, bearing missives from the Castilian monarch, forbidding the enterprise. The grand master was a man of a single mind and a single will; in other words, a man of one idea. “Were I on any other errand, ” said he, “I should obey these letters as coming from my lord the king; but I am sent by a higher power than the king. In compliance with its commands I have advanced the cross thus far against the infidels; and it would be treason to the standard of Christ to turn back without achieving my errand. ”  Cuando se aproximaban a la ciudad de Córdoba, fueron alcanzados por unos correos que habían cabalgado a toda prisa y que eran portadores de misivas del monarca de Castilla, prohibiendo aquella arriesgada empresa. El Gran Maestre era hombre de pensamientos y voluntad muy particulares; en otras palabras, hombre de una sola idea. —Si yo estuviese empeñado en otra tarea —dijo— obedecería con gusto estas cartas que me dirige el rey mi señor; pero ahora soy enviado de un poder más alto que el suyo. Cumpliendo sus órdenes he avanzado hasta aquí con la cruz para luchar contra los infieles, y sería una traición para el emblema de Cristo volver ahora la espalda sin cumplir mi sagrada misión.
So the trumpets were sounded; the cross was again reared aloft, and the band of zealots resumed their march. As they passed through the streets of Cordova the people were amazed at beholding a hermit bearing a cross at the head of a warlike multitude; but when they learnt that a miraculous victory was to be effected and Granada destroyed, laborers and artisans threw by the implements of their handicrafts and joined in the crusade; while a mercenary rabble followed on with a view of plunder.  Así, pues, resonaron las trompetas, alzóse de nuevo la cruz y el grupo de piadosos guerreros reanudó su marcha. Cuando pasaron por las calles de Córdoba, el pueblo quedó estupefacto al contemplar a un ermitaño llevando una cruz a la cabeza de un ejército; pero cuando supieron que había de obtenerse una milagrosa victoria y que Granada iba a ser destruida, los obreros y artesanos arrojaron las herramientas de su oficio y se unieron a los cruzados, mientras una chusma mercenaria los seguía con vistas al botín.
A number of cavaliers of rank who lacked faith in the promised miracle, and dreaded the consequences of this unprovoked irruption into the country of the Moor, assembled at the bridge of the Guadalquivir and endeavored to dissuade the grand master from crossing. He was deaf to prayers, expostulations or menaces; his followers were enraged at this opposition to the cause of the faith; they put an end to the parley by their clamors; the cross was again reared and borne triumphantly across the bridge.  Cierto número de caballeros de noble linaje, que no confiaban en el prometido milagro y temían las consecuencias de esta inmotivada irrupción en territorio musulmán, se reunieron en el puente del Guadalquivir y trataron de convencer al Gran Maestre de que no lo cruzase; mas éste permaneció sordo a sus ruegos, reconvenciones o amenazas. Los cruzados montaron en cólera ante esta oposición a la causa de la fe y pusieron fin al parlamento con sus clamores, alzando de nuevo la cruz y llevándola en triunfo a través del puente.
The multitude increased as it proceeded; by the time the grand master had reached Alcala la Real, which stands on a mountain overlooking the Vega of Granada, upwards of five thousand men on foot had joined his standard.  A medida que avanzaba, nuevas gentes se unían a la marcial comitiva; y para cuando el Gran Maestre llegó a Alcalá la Real, enclavada en una montaña que domina la vega de Granada, más de cinco mil hombres de a pie se habían unido a su estandarte.
At Alcala came forth Alonzo Fernandez de Cordova, Lord of Aguilar, his brother Diego Fernandez, Marshal of Castile, and other cavaliers of valor and experience. Placing themselves in the way of the grand master, “What madness is this, Don Martin? ” said they. “The Moorish king has two hundred thousand foot-soldiers and five thousand horse within his walls; what can you and your handful of cavaliers and your noisy rabble do against such force? Bethink you of the disasters which have befallen other Christian commanders, who have crossed these rocky borders with ten times your force. Think, too, of the mischief that will be brought upon this kingdom by an outrage of the kind committed by a man of your rank and importance, a grand master of Alcantara. Pause, we entreat you, while the truce is yet unbroken. Await within the borders the reply of the king of Granada to your challenge. If he agree to meet you singly, or with champions two or three, it will be your individual contest, and fight it out in God’s name; if he refuse, you may return home with great honor and the disgrace will fall upon the Moors. ”  En esta población salieron a su encuentro Alonso Fernández de Córdoba, señor de Aguilar, su hermano Diego Fernández, Mariscal de Castilla, y otros caballeros de valor y experiencia. Atravesándose al paso del gran Maestre, le dijeron: —¿Qué locura es ésta, don Martín? El rey de Granada cuenta dentro de sus murallas con doscientos mil infantes y cinco mil jinetes. ¿Qué podéis hacer vos, vuestro puñado de caballeros y esa bulliciosa chusma contra fuerza semejante? Pensad en los desastres que sobrevinieron a otros jefes cristianos que osaron traspasar esos limites rocosos con fuerzas diez veces mayores que las vuestras. Pensad igualmente en el oprobio que caerá sobre este reino por una imprudencia de esa naturaleza, cometida por un hombre de vuestra alcurnia y condición, por el Gran Maestre de Alcántara. Os suplicamos encarecidamente que os detengáis, puesto que todavía no se ha roto la tregua de paz. Esperad dentro de nuestras fronteras la respuesta del rey de Granada a vuestro desafío. Si él accede a pelear con vos tan sólo o con dos o tres paladines, este combate personal será de vuestra responsabilidad exclusiva, y lo reñiréis en nombre de Dios; si se niega, podéis regresar a vuestros lares con gran honor, y la desgracia caerá sobre los moros.
Several cavaliers, who had hitherto followed the grand master with devoted zeal, were moved by these expostulations, and suggested to him the policy of listening to this advice.  Varios caballeros que hasta este momento habían seguido al caudillo cristiano con fervoroso entusiasmo, se sintieron conmovidos por estas juiciosas reflexiones y le aconsejaron, con sabia política, que escuchara este parecer.
“Cavaliers, ” said he, addressing himself to Alonzo Fernandez de Cordova and his companions, “I thank you for the counsel you have so kindly bestowed upon me, and if I were merely in pursuit of individual glory I might be swayed by it. But I am engaged to achieve a great triumph of the faith, which God is to effect by miracle through my means. As to you, cavaliers, ” turning to those of his followers who had wavered, “if your hearts fail you, or you repent of having put your hands to this good work; return in God’s name, and my blessing go with you. For myself, though I have none to stand by me but this holy hermit, yet will I assuredly proceed; until I have planted this sacred standard on the walls of Granada, or perished in the attempt. ”  —Señores —respondió don Martín, dirigiéndose a don Alonso Fernández de Córdoba y a sus compañeros—, os agradezco el consejo que me habéis otorgado tan amablemente y si yo persiguiese únicamente mi gloria personal, tened por cierto que lo seguiría; pero me hallo empeñado en lograr un gran triunfo para nuestra fe, que Dios obtendrá milagrosamente por mi mediación. En cuanto a vosotros, caballeros —añadió, volviéndose hacia aquellos de sus partidarios que se habían mostrado vacilantes—, si se debilita vuestro ánimo u os arrepentís de haber emprendido esta gloriosa empresa, volveos en nombre de Dios y que mi bendición os acompañe. En cuanto a mi, aunque no tenga más apoyo que el de este santo ermitaño, continuaré sin vacilar hacia adelante, hasta plantar esta sagrada enseña en los muros de Granada o perecer en la demanda.
“Don Martin Yanez de Barbudo, ” replied the cavaliers, “we are not men to turn our backs upon our commander, however rash his enterprise. We spoke but in caution. Lead on, therefore, and if it be to the death, be assured to the death we will follow thee. ”  —Don Martín Yáñez de Barbudo —respondieron los caballeros—: no somos hombres para volver la espalda a nuestro jefe por temeraria que sea esta expedición. Sólo os dimos un prudente aviso. Así, pues, guiadnos aunque fuere hasta la muerte y estad seguro de que hasta la muerte os seguiremos.
By this time the common soldiers became impatient. “Forward! forward! ” shouted they. “Forward in the cause of faith. ” So the grand master gave signal, the hermit again reared the cross aloft, and they poured down a defile of the mountain, with solemn chants of triumph.  Mientras tenía lugar este diálogo, los soldados empezaban a impacientarse. —¡Adelante! ¡Adelante! —gritaban—. ¡Adelante por la santa causa de la fe! El Gran Maestre dio la señal de marcha, el ermitaño alzó de nuevo la cruz y se adentraron por un desfiladero de la montaña, entre solemnes cánticos de triunfo.
That night they encamped at the river of Azores, and the next morning, which was Sunday, crossed the borders. Their first pause was at an atalaya or solitary tower, built upon a rock; a frontier post to keep a watch upon the border, and give notice of invasion. It was thence called el Torre del Exea (the Tower of the Spy). The grand master halted before it and summoned its petty garrison to surrender. He was answered by a shower of stones and arrows, which wounded him in the hand and killed three of his men.  Aquella noche acamparon junto al río de Azores, y a la mañana siguiente, que era domingo, cruzaron la frontera enemiga. Su primer alto fu.~ en una atalaya construida sobre una roca, puesto limítrofe destinado a vigilar los confines y dar aviso de una posible invasión, por lo que era llamada la torre de Egea (o del espía). El Gran Maestre se detuvo ante ella y conminó a rendirse a su reducida guarnición. La respuesta se expresó en una lluvia de piedras y dardos que hirieron a don Martín en la mano y mataron a tres de sus hombres.
“How is this, father? ” said he to the hermit, “you assured me that not one of my followers would be slain! ”  —¿Cómo es esto, padre? —preguntó al ermitaño—. ¡Me asegurasteis que no moriría ni uno solo de mis guerreros!
“True, my son; but I meant in the great battle of the infidel king; what need is there of miracle to aid in the capture of a petty tower? ”  —Es cierto, hijo mío; pero me refería a la gran batalla que sostendréis con el rey infiel. ¿Qué necesidad hay de un milagro que nos ayude a conquistar una torrecilla?
The grand master was satisfied. He ordered wood to be piled against the door of the tower to burn it down. In the mean time provisions were unloaded from the sumpter-mules, and the crusaders, withdrawing beyond bow-shot, sat down on the grass to a repast to strengthen them for the arduous day’s work before them. While thus engaged, they were startled by the sudden appearance of a great Moorish host. The atalayas had given the alarm by fire and smoke from the mountain tops of “an enemy across the border, ” and the king of Granada had sallied forth with a great force to the encounter.  El Gran Maestre tranquilizóse con esta respuesta y dio orden de que se apilase leña contra la puerta de la torre para incendiarla. Entre tanto, fueron descargadas las provisiones de las acémilas, y los cruzados, lejos del alcance de las flechas, sentáronse a comer sobre la hierba, a fin de cobrar fuerzas para la ardua labor de los días siguientes. Mientras estaban confiadamente ocupados en este menester, les sorprendió la brusca irrupción de una gran hueste morisca. Las atalayas situadas en las cumbres de los montes habían dado la alarma, por medio de hogueras y columnas de humo, de que el enemigo cruzaba la frontera, y el rey Yusuf de Granada había salido a su encuentro con un formidable ejército.
The crusaders, nearly taken by surprise, flew to arms and prepared for battle. The grand master ordered his three hundred horsemen to dismount and fight on foot in support of the infantry. The Moors, however, charged so suddenly that they separated the cavaliers from the foot-soldiers and prevented their uniting. The grand master gave the old war cry, “Santiago! Santiago! and close Spain! ” He and his knights breasted the fury of the battle, but were surrounded by a countless host and assailed with arrows, stones, darts, and arquebuses. Still they fought fearlessly, and made prodigious slaughter. The hermit mingled in the hottest of the fight. In one hand he bore the cross, in the other he brandished a sword, with which he dealt about him like a maniac, slaying several of the enemy, until he sank to the ground covered with wounds. The grand master saw him fall, and saw too late the fallacy of his prophecies. Despair, however, only made him fight the more fiercely, until he also fell overpowered by numbers. His devoted cavaliers emulated his holy zeal. Not one turned his back nor asked for mercy; all fought until they fell. As to the foot-soldiers, many were killed, many taken prisoners; the residue escaped to Alcala la Real. When the Moors came to strip the slain, the wounds of the cavaliers were all found to be in front.  Los cruzados, cogidos casi por sorpresa, corrieron en busca de sus armas y se aprestaron a la lucha. El Gran Maestre ordenó a sus trescientos jinetes que desmontasen y peleasen a pie en apoyo de la infantería; pero los moros cargaron con tal rapidez que impidieron juntarse a los cristianos y mantuvieron separados a los jinetes de los infantes. El Gran Maestre lanzó el viejo grito de guerra: «¡Santiago! ¡Santiago y cierra España! » Tanto él como sus caballeros luchaban como leones en el fragor del combate, pero estaban rodeados por una inmensa turba y atacados por piedras, dardos y arcabuces. Pese a su inferioridad, luchaban con audacia y arrojo e hicieron horribles estragos en las filas de sus adversarios. El ermitaño se mezcló en lo más violento de la pelea, llevando en una mano la cruz y blandiendo en la otra una espada con la que, como loco, asestaba formidables mandobles a su alrededor, matando a varios enemigos, hasta que cayó a tierra cubierto de heridas. El Gran Maestre le vio caer, y comprendió demasiado tarde la falacia de sus profecías; la desesperación, sin embargo, le hizo combatir con más fiereza, hasta que él también cayó vencido por la aplastante superioridad numérica, mientras sus piadosos caballeros emulaban su santo celo. Ni uno solo volvió la espalda ni imploró misericordia; todos lucharon hasta la muerte. En cuanto a los infantes, muchos fueron muertos; otros, prisioneros, ‘y el resto huyó hacia Alcalá la Real. Cuando los moros se dedicaron a despojar los cadáveres de los cruzados, comprobaron que todas las heridas de los caballeros habían sido causadas de frente.
Such was the catastrophe of this fanatic enterprise. The Moors vaunted it as a decisive proof of the superior sanctity of their faith, and extolled their king to the skies when he returned in triumph to Granada.  Tal fue la catástrofe de esta fantástica empresa. Los moros la esgrimían como argumento decisivo de la superioridad de su religión, y recibieron en triunfo a su rey cuando regresó victorioso a Granada.
As it was satisfactorily shown that this crusade was the enterprise of an individual and contrary to the express orders of the king of Castile, the peace of the two kingdoms was not interrupted. Nay, the Moors evinced a feeling of respect for the valor of the unfortunate grand master, and readily gave up his body to Don Alonzo Fernandez de Cordova, who came from Alcala to seek it. The Christians of the frontier united in paying the last sad honors to his memory. His body was placed upon a bier, covered with the pennon of the order of Alcantara; and the broken cross, the emblem of his confident hopes and fatal disappointment, was borne before it. In this way his remains were carried back in funeral procession, through the mountain tract which he had traversed so resolutely. Wherever it passed, through a town or village, the populace followed, with tears and lamentations, bewailing him as a valiant knight and a martyr to the faith. His body was interred in the chapel of the convent of Santa Maria de Almocovara, and on his sepulchre may still be seen engraven in quaint and antique Spanish the following testimonial to his bravery:
HERE LIES ONE WHOSE HEART NEVER KNEW FEAR
 La paz no se interrumpió entre los dos reinos cuando quedó demostrado satisfactoriamente que esta cruzada fue un empeño personal de Don Martín Yáñez, y contraria a las órdenes expresas del rey de Castilla. Es más: los moros dieron muestras del sentimiento de respeto que les inspiraba el valor del infortunado Gran Maestre, y gustosamente entregaron su cuerpo a Don Alonso Fernández de Córdoba, que vino desde Alcalá a buscarlo. Los cristianos de la frontera se unieron para rendir las últimas exequias en su memoria. El cadáver fue colocado en un féretro y cubierto por el pendón de la Orden de Alcántara; la cruz rota, símbolo de sus confiadas esperanzas y fatal desengaño, iba delante de él. De esta manera fueron trasladados sus restos, en fúnebre cortejo, a través de la comarca montañosa que tan resueltamente había atravesado. Por todos los lugares que pasaban, ciudades y aldeas, seguíalo el pueblo con lágrimas y lamentaciones llorándole como valiente caballero y mártir de la fe. Su cuerpo fue enterrado en la capilla del convento de Santa Maria de Almogávar y aún puede verse esculpido sobre su sepulcro, en curioso español antiguo, el siguiente epitafio, testimonio de su bravura: :
HERE LIES ONE WHOSE HEART NEVER KNEW FEAR
(Aqui yaz aquel que par neua cosa nunca eve pavor en seu corazon)  (Aqui yaz aquel que par neua cosa nunca eve pavor en seu corazon)


An Expediton in Quest of a Diploma



Una expedición en busca de un diploma

ONE OF the most important occurrences in the domestic life of the Alhambra, was the departure of Manuel, the nephew of Dona Antonia, for Malaga, to stand examination as a physician. I have already informed the reader that, on his success in obtaining a degree depended in a great measure the union and future fortunes of himself and his cousin Dolores; at least so I was privately informed by Mateo Ximenes, and various circumstances concurred to corroborate his information. Their courtship, however, was carried on very quietly and discreetly, and I scarce think I should have discovered it, if I had not been put on the alert by the all-observant Mateo.  UNO de los más importantes acontecimientos en la vida doméstica de la Alhambra fue la partida para Málaga de Manuel el sobrino de doña Antonia, para examinarse como médico* Ya he informado en otra ocasión al lector** de que su porvenir y boda con su prima Dolores dependían en gran manera de su éxito en la obtención del título; al menos eso fue lo que me comunicó en secreto Mateo Jiménez, y se dieron varias circunstancias que corroboraron su información. El noviaz go de los jóvenes transcurría, sin embargo, apacible y discretamente, tanto que yo mismo no lo hubiese descubierto, a no ser por la confidencia de mi perspicaz cronista y escudero.
In the present instance, Dolores was less on the reserve, and had busied herself for several days in fitting out honest Manuel for his expedition. All his clothes had been arranged and packed in the neatest order, and above all she had worked a smart Andalusian travelling jacket for him with her own hands. On the morning appointed for his departure, a stout mule on which he was to perform the journey was paraded at the portal of the Alhambra, and Tio Polo (Uncle Polo), an old invalid soldier, attended to caparison him. This veteran was one of the curiosities of the place. He had a leathern visage, tanned in the tropics, a long Roman nose, and a black beetle eye. I had frequently observed him reading, apparently with intense interest, an old parchment-bound volume; sometimes he would be surrounded by a group of his brother invalids, some seated on the parapets, some lying on the grass, listening with fixed attention, while he read slowly and deliberately out of his favorite work, sometimes pausing to explain or expound for the benefit of his less enlightened auditors.  En el caso presente obró Dolores con menos reserva de la acostumbrada y estuvo varios días atareada en preparar el viaje del honrado Manuel. Dispuso y colocó todas sus ropas con el orden más esmerado, y a más de esto, le confeccionó con sus propias manos una primorosa chaquetilla andaluza de viaje. En la mañana fijada para la partida, un vigoroso mulo sobre el que iba a realizar su ruta, estaba parado ante la puerta principal de la Alhambra, y tío Polo, un viejo soldado inválido, ocupábase de enjaezarlo. Este buen veterano era una de las curiosidades del lugar; tenía el rostro enjuto y broncíneo, curtido en los trópicos, larga nariz romana y ojos de cucaracha. Yo lo había visto con frecuencia leyendo, con gran interés al parecer, un viejo volumen encuadernado en pergamino. Algunas veces se hallaba rodeado por un grupo de sus colegas inválidos, sentados unos en los parapetos, tendidos otros en la hierba, y escuchando con gran atención, mientras él leía pausada y deliberadamente su obra favorita, deteniéndose de cuando en cuando para dar explicaciones o hacer comentarios en beneficio de su poco ilustrado auditorio.
I took occasion one day to inform myself of this ancient book, which appeared to be his vade mecum, and found it to be an odd volume of the works of Padre Benito Geronymo Feyjoo, and that one which treats about the Magic of Spain, the mysterious caves of Salamanca and Toledo, the Purgatory of San Patricio (St. Patrick), and other mystic subjects of the kind. From that time I kept my eye upon the veteran.  Un día tuve oportunidad de enterarme cuál sería aquel libro que parecía ser un vademécum, y vi que era un tomo suelto de las obras del Padre Benito Jerónimo Feijoo, el yo lumen que trata de la magia en España, de las misteriosas cuevas de Salamanca y Toledo, del Purgatorio de San Patricio y otros tenebrosos temas de esta clase. Desde entonces me dediqué a observarlo detenidamente.
On the present occasion, I amused myself with watching him fit out the steed of Manuel with all the forecast of an old campaigner. First, he took a considerable time in adjusting to the back of the mule a cumbrous saddle of antique fashion, high in front and behind, with Moorish stirrups like shovels, the whole looking like a relic of the old armory of the Alhambra; then a fleecy sheepskin was accommodated to the deep seat of the saddle; then a maleta, neatly packed by the hand of Dolores, was buckled behind; then a manta was thrown over it to serve either as cloak or couch; then the all-important alforjas, carefully stocked with provant, were hung in front, together with the bota, or leathern bottle for either wine or water, and lastly the trabuco, which the old soldier slung behind, giving it his benediction. It was like the fitting out in old times of a Moorish cavalier for a foray or a joust in the Vivarrambla. A number of the lazzaroni of the fortress had gathered round, with some of the invalids, all looking on, all offering their aid, and all giving advice, to the great annoyance of Tio Polo.  En la presente ocasión me distraía viéndole equipar la caballería de Manuel con toda la previsión de un veterano. Primero tardó un siglo en ajustar a lomos del mulo una incómoda montura de vieja hechura levantada por delante y por detrás, con estribos moros como palas, todo con la apariencia de una reliquia salida de la vieja armería de la Alhambra; luego, colocó una zalea de lana en el hondo asiento de la montura y acondicionó en la cabalgadura una maleta, preparada a conciencia por las manos de Dolores; a continuación extendió una manta que sirviese de capa o de lecho, y colocó delante, junto a la bota para el vino y para el agua, las imprescindibles alforjas, concienzudamente repletas de provisiones; por último, el trabuco, que el veterano colocó detrás, dándole su bendición. Era, en suma, como el equipo que pudiera llevar en otro tiempo un caballero moro preparado para una correría o una justa en la plaza de Bibarrambla. Unos cuantos haraganes* de la fortaleza se habían reunido en torno, así como algunos inválidos, curioseándolo todo, ofreciendo su ayuda y dando consejos, con gran fastidio de tío Polo.
When all was ready Manuel took leave of the household; Tio Polo held his stirrup while he mounted, adjusted the girths and saddle, and cheered him off in military style; then turning to Dolores, who stood admiring her cavalier as he trotted off, “Ah Dolorocita, ” exclaimed he, with a nod and a wink, “es muy guapo Manuelito in su Xaqueta ” ( ” Ah Dolores, Manuel is mighty fine in his jacket. ” ) The little damsel blushed and laughed, and ran into the house.  Cuando todo estuvo preparado, despidióse Manuel de la familia; el tío Polo sostuvo el estribo mientras montaba, apretó la cincha y la silla y saludó al joven al estilo militar; luego, volviéndose hacia Dolores, que contemplaba embobada cómo su caballero se alejaba al trote, exclamó mientras le hacía un significativo guiño: —¡Ah, Dolorcitas! Está muy guapo Manolito con su chaqueta. Sonrojóse la muchacha, soltó la risa y entró corriendo en la casa.
Days elapsed without tidings from Manuel, though he had promised to write. The heart of Dolores began to misgive her. Had any thing happened to him on the road? Had he failed in his examination? A circumstance occurred in her little household to add to her uneasiness and fill her mind with foreboding. It was almost equal to the escapado of her pigeon. Her tortoise-shell cat eloped at night and clambered to the tiled roof of the Alhambra. In the dead of the night there was a fearful caterwauling; some grimalkin was uncivil to her; then there was a scramble, then a clapper-clawing; then both parties rolled off the roof and tumbled from a great height among the trees on the hill side. Nothing more was seen or heard of the fugitive, and poor Dolores considered it but the prelude to greater calamities.  Varios tilas transcurrieron sin que hubiese noticias de Ma nuel, a pesar de su promesa de escribir; por cuyo motivo, el corazón de Dolores empezaba a mostrarse receloso. ¿Le habría sucedido algo en el trayecto? ¿Habría fracasado en el examen? Ocurrió, incluso, en el circulo de su reducida familia un incidente que vino a aumentar su inquietud y a llenar su imaginación de negros presagios, lo mismo que cuando la escapada de su palomo. Su gata romana se fugó con su amante por la noche y se encaramó en uno de los tejados de la Alhambra. En el silencio de la noche se oyeron unos espantosos maullidos; sin duda algún gatazo se mostraba poco galante con ella. Hubo luego una buena rebatiña, ruido de golpes y arañazos, y ambos contendientes rodaron por el tejado y cayeron desde gran altu ra entre los árboles de la ladera de la colina. Nunca más volvió a saberse ni oírse de la fugitiva, y la pobre Dolores consideró aquello como preludio de grandes calamidades.
At the end of ten days, however, Manuel returned in triumph, duly authorized to kill or cure; and all Dolores’ cares were over. There was a general gathering in the evening, of the humble friends and hangers-on of Dame Antonio to congratulate her, and to pay their respects to el Senor Medico, who, peradventure, at some future day, might have all their lives in his hands. One of the most important of these guests was old Tio Polo; and I gladly seized the occasion to prosecute my acquaintance with him. “Oh senor, ” cried Dolores, “you who are so eager to learn all the old histories of the Alhambra. Tio Polo knows more about them than any one else about the place. More than Mateo Ximenes and his whole family put together. Vaya—vaya—Tio Polo, tell the senor all those stories you told us one evening, about enchanted Moors, and the haunted bridge over the Darro, and the old stone pomegranates, that have been there since the days of King Chico. ”  Pero..., al cabo de unos días regresó victorioso Manuel, debidamente autorizado para matar o curar, y terminaron todas las inquietudes de la muchacha. Aquella noche hubo asamblea general de los humildes amigos y contertulios de doña Antonia, que acudieron a felicitarla y ofrecer sus respetos al Señor Médico, que quizá tendría algún día todas sus vidas en sus manos. Uno de los más destacados entre estos visitantes era el viejo tío Polo, y aproveché de buena gana la oportunidad que se me brindaba de continuar mi amistad con él. —¡Oh señor! —exclamó Dolores—. Para usted que es tan aficionado a conocer todas las viejas historias de la Alhambra, nadie como tío Polo, que es quien sabe más que cualquier otro acerca de estos lugares; más, incluso, que Mateo Jiménez y toda su familia juntos. ¡Vaya, vaya, tío Polo! Cuéntale aquí al señor todas las leyendas que nos referiste una noche sobre los moros encantados y el puente mágico del Darro y las viejas granadas de piedra que hay allí desde el tiempo del Rey Chico.
It was some time before the old invalid could be brought into a narrative vein. He shook his head—they were all idle tales; not worthy of being told to a caballero like myself. It was only by telling some stories of the kind myself I at last got him to open his budget. It was a whimsical farrago, partly made up of what he had heard in the Alhambra, partly of what he had read in Padre Feyjoo. I will endeavor to give the reader the substance of it, but I will not promise to give it in the very words of Tio Polo.  Pasó un buen rato antes que el anciano inválido se pusiera en trance de relatar algo. Sacudía su cabeza dudoso, pues los suyos eran todos fútiles cuentos, poco dignos de narrarse a un caballero como yo. Sólo cuando yo le conté a mi vez algunas tradiciones de ese tipo, conseguí por fin que abriese la boca. Fue su relato un fárrago caprichoso, compuesto, en parte, de lo que había escuchado en la Alhambra, y en parte, de lo que había leído en el Padre Feijoo. Trataré de ofrecer al lector la sustancia de todo aquello, aunque, desde luego, no prometo hacerlo con las mismas palabras de tío Polo.


The Legend of the Enchanted Soldier



La Leyenda del Soldado Encantado

EVERYBODY has heard of the Cave of St. Cyprian at Salamanca, where in old times judicial astronomy, necromancy, chiromancy, and other dark and damnable arts were secretly taught by an ancient sacristan; or, as some will have it, by the devil himself, in that disguise. The cave has long been shut up and the very site of it forgotten, though, according to tradition, the entrance was somewhere about where the stone cross stands in the small square of the seminary of Carvajal; and this tradition appears in some degree corroborated by the circumstances of the following story.  TODO el mundo ha oído hablar de la cueva de San Cipriano en Salamanca, donde antaño, un viejo sacristán, o como creían muchos, el mismísimo diablo en persona disfrazado de esta guisa, enseñaba ocultamente la astrología judiciaria, la nigromancia, la quiromancia y otras negras y abominables artes. Hace mucho que esta cerrada la cueva y hasta olvidado el verdadero sitio en que se encuentra, aunque, según la tradición, la entrada de la misma andaba cerca de donde se alzaba la cruz de piedra que hay en la plazoleta del seminario de Carvajal. Esta creencia parece confirmada en cierto modo por las circunstancias de la siguiente historia.
There was at one time a student of Salamanca, Don Vicente by name, of that merry but mendicant class, who set out on the road to learning without a penny in pouch for the journey, and who, during college vacations, beg from town to town and village to village to raise funds to enable them to pursue their studies through the ensuing term. He was now about to set forth on his wanderings; and being somewhat musical, slung on his back a guitar with which to amuse the villagers, and pay for a meal or a night’s lodgings.  Hubo en otro tiempo un estudiante de Salamanca, llamado don Vicente, de ese género alegre y mendicante que emprende el camino de la ciencia con los bolsillos vacíos para el viaje, y que en el período de vacaciones de su colegio, se dedica a pedir por pueblos y ciudades para allegar fondos que le permitan continuar sus estudios en el próximo curso. Disponíase ahora a iniciar su errante vagabundeo; y como era algo aficionado a la música, llevaba una guitarra terciada a la espalda con la que distraer a los aldeanos y obtener los medios de pagar una comida o una noche de posada.
As he passed by the stone cross in the seminary square, he pulled off his hat and made a short invocation to St. Cyprian, for good luck; when casting his eyes upon the earth, he perceived something glitter at the foot of the cross. On picking it up, it proved to be a seal ring of mixed metal, in which gold and silver appeared to be blended. The seal bore as a device two triangles crossing each other, so as to form a star. This device is said to be a cabalistic sign, invented by King Solomon the wise, and of mighty power in all cases of enchantment; but the honest student, being neither sage nor conjurer, knew nothing of the matter. He took the ring as a present from St. Cyprian in reward of his prayer, slipped it on his finger, made a bow to the cross, and strumming his guitar, set off merrily on his wandering.  Al pasar junto a la cruz de piedra de la plaza del seminario, se quitó el sombrero e hizo una breve invocación a San Cipriano para que le concediese buena suerte; y cuando bajaba los ojos al suelo, observó algo que relucía al pie de la cruz. Al recogerlo vio que era una sortija de sello, de metales macizos, en la que parecían haberse combinado el oro y la plata. El sello era un dibujo de dos triángulos cruzados en forma de estrella. Se dice que este dibujo es un signo cabalístico de un poder extraordinario en todos los casos de encantamiento, inventado por el sabio rey Salomón; pero como el honrado estudiante no era ni sabio ni brujo, ignoraba esta circunstancia. Tomó el anillo considerándolo como un presente de San Cipriano en premio a su oración, se lo colocó en el dedo, hizo una reverencia a la cruz y, rasgueando su guitarra, emprendió alegremente el camino.
The life of a mendicant student in Spain is not the most miserable in the world; especially if he has any talent at making himself agreeable. He rambles at large from village to village, and city to city, wherever curiosity or caprice may conduct him. The country curates, who, for the most part, have been mendicant students in their time, give him shelter for the night, and a comfortable meal, and often enrich him with several quartos, or half-pence in the morning. As he presents himself from door to door in the streets of the cities, he meets with no harsh rebuff, no chilling contempt, for there is no disgrace attending his mendicity, many of the most learned men in Spain having commenced their career in this manner; but if, like the student in question, he is a good-looking varlet and a merry companion, and, above all, if he can play the guitar, he is sure of a hearty welcome among the peasants, and smiles and favors from their wives and daughters.  La vida en España, del estudiante sin recursos, no es precisamente de las más míseras del mundo, sobre todo si no carece de talento para granjearse simpatías. Vaga libremente de aldea en aldea, de ciudad en ciudad, por todas las partes adonde le llevan su curiosidad o su capricho. Los párrocos rurales, que en su mayoría han sido en su tiempo estudiantes pobres, le proporcionan una suculenta comida y abrigo durante la noche, y hasta lo enriquecen con frecuencia dándole algunos cuartos al despedirse por la mañana. Al llamar a las puertas, en las calles de las ciudades, nunca recibe una áspera repulsa ni un frío desprecio, pues nadie considera una deshonra sostener su mendicidad, ya que muchos de los hombres más cultos de España comenzaron de esta forma sus estudios; y si es, como nuestro estudiante, mozo de buena presencia y alegre compañero y, sobre todo, si sabe tocar la guitarra, siempre está seguro de hallar una cordial acogida entre los campesinos y sonrisas y favores de sus esposas e hijas.
In this way, then, did our ragged and musical son of learning make his way over half the kingdom, with the fixed determination to visit the famous city of Granada before his return. Sometimes he was gathered for the night into the fold of some village pastor; sometimes he was sheltered under the humble but hospitable roof of the peasant. Seated at the cottage door with his guitar, he delighted the simple folk with his ditties, or striking up a fandango or bolero, set the brown country lads and lasses dancing in the mellow twilight. In the morning he departed with kind words from host and hostess, and kind looks and, peradventure, a squeeze of the hand from the daughter.  De esta guisa, pues, recorrió medio reino nuestro raído y musical hijo de la ciencia, con el firme propósito de visitar la famosa ciudad de Granada antes de su regreso. Unas veces acogíase a pasar la noche en la casa de algún párroco de aldea, y otras se albergaba bajo el humilde, pero hospitalario techo de un labrador. Sentado con su guitarra a la puerta de la cabaña, deleitaba con sus canciones a las gentes sencillas o tocaba un fandango o bolero para que bailasen los mozos y mozas de moreno rostro, en el apacible crepúsculo de la tarde. A la mañana siguiente le despedían las amables palabras de sus huéspedes y las dulces miradas, acompañadas algunas veces de un apretón de manos de la hija.
At length he arrived at the great object of his musical vagabondizing, the far-famed city of Granada, and hailed with wonder and delight its Moorish towers, its lovely Vega and its snowy mountains glistering through a summer atmosphere. It is needless to say with what eager curiosity he entered its gates and wandered through its streets, and gazed upon its oriental monuments. Every female face peering through a window or beaming from a balcony was to him a Zorayda or a Zelinda, nor could he meet a stately dame on the Alameda but he was ready to fancy her a Moorish princess, and to spread his student’s robe beneath her feet.  Llegó, finalmente, a la meta principal de su musical vagabundeo, a la famosa ciudad de Granada, y saludó con sorpresa y deleite sus torres moriscas, su deliciosa vega y sus nevadas montañas, que resplandecían a través de la cálida atmósfera estival. Inútil es decir con qué ávida curiosidad traspasó sus puertas, recorrió sus calles y contempló sus monumentos orientales. Cualquier rostro femenino asomado a una ventana o que fulguraba desde un balcón, parecíale una Zoraida o una Zelinda; y no tropezaba con alguna elegante dama paseando por la Alameda, sin sentirse inclinado a creerla una princesa mora y extender su capa estudiantil bajo sus pies.
His musical talent, his happy humor, his youth and his good looks, won him a universal welcome in spite of his ragged robes, and for several days he led a gay life in the old Moorish capital and its environs. One of his occasional haunts was the fountain of Avellanos, in the valley of the Darro. It is one of the popular resorts of Granada, and has been so since the days of the Moors; and here the student had an opportunity of pursuing his studies of female beauty, a branch of study to which he was a little prone.  Su talento musical, su feliz humor, su juvenil y agradable presencia le ganaron el general aprecio, a pesar de su deteriorado ropaje, y durante varios días llevó una alegre vida en la vieja capital árabe y en sus alrededores. Algunas veces frecuentaba la fuente del Avellano, en el valle del Darro, uno de los puntos de reunión populares en Granada desde el tiempo de los moros; allí tenía nuestro estudiante una magnífica oportunidad de proseguir sus estudios acerca de la belleza femenina, rama del saber a la que se sentía algo inclinado.
Here he would take his seat with his guitar, improvise love-ditties to admiring groups of majos and majas, or prompt with his music the ever ready dance. He was thus engaged one evening, when he beheld a padre of the church advancing at whose approach every one touched the hat. He was evidently a man of consequence; he certainly was a mirror of good if not of holy living—robust and rosy-faced, and breathing at every pore, with the warmth of the weather and the exercise of the walk. As he passed along he would every now and then draw a maravedi out of his pocket and bestow it on a beggar, with an air of signal beneficence. “Ah, the blessed father! ” would be the cry; “long life to him, and may he soon be a bishop! ”  En este delicioso paraje se sentaba con su guitarra e improvisaba canciones de amor a los admirados grupos de majos y majas, o invitaba con su música a un baile siempre bien recibido. En tal menester se hallaba ocupado una tarde cuando vio llegar a un padre de la Iglesia, ante cuya presencia se descubrieron todos los circunstantes, pues evidentemente se trataba de hombre de importancia. Era ciertamente espejo de buena, si no de santa vida, robusto y colorado, y llegó respirando por todos los poros de su cuerpo, dado el calor reinante y el ejercicio de su paseo. Cuando pasaba por allí, solía, de cuando en cuando, sacar un maravedí de su bolsillo y se lo entregaba a un mendigo, con aires de ardiente caridad. —¡Ah, padre bendito! —exclamaban—. ¡Dios le conceda larga vida y ojalá sea usted obispo muy pronto!...
To aid his steps in ascending the hill he leaned gently now and then on the arm of a handmaid, evidently the pet-lamb of this kindest of pastors. Ah, such a damsel! Andalus from head to foot: from the rose in her hair to the fairy shoe and lacework stocking—Andalus in every movement; in every undulation of the body—ripe, melting Andalus! But then so modest!—so shy!—ever, with downcast eyes, listening to the words of the padre; or, if by chance she let flash a side glance, it was suddenly checked and her eyes once more cast to the ground.  Alguna que otra vez, subía la cuesta apoyándose, como ayuda de sus pasos, en el brazo de una criada; andaluza desde la cabeza a los pies, desde la rosa prendida en su cabello hasta los zapatitos de hada y las medias de encaje; andaluza en todos sus ademanes, en el gentil movimiento de su cuerpo; lozana y ardiente andaluza. Pero además, ¡tan recatada!, ¡tan tímida! Siempre con sus ojos bajos, escuchando las palabras del padre; y si alguna vez dejaba escapar una mirada de soslayo, pronto la reprimía y bajaba de nuevo la vista.
The good padre looked benignantly on the company about the fountain, and took his seat with some emphasis on a stone bench, while the handmaid hastened to bring him a glass of sparkling water. He sipped it deliberately and with a relish, tempering it with one of those spongy pieces of frosted eggs and sugar so dear to Spanish epicures, and on returning the glass to the hand of the damsel pinched her cheek with infinite loving-kindness.  El buen sacerdote contempló cariñosamente la concurrencia reunida junto a la fuente y tomó asiento con cierto énfasis sobre un banco de piedra, en tanto que la criada se apresuraba a traerle un vaso de clara y fresca agua. La bebió a sorbos, pausadamente y con suma complacencia, mezclándola con una de esas esponjosas yemas escarchadas y azúcar, tan gratas a los epicúreos españoles...
“Ah, the good pastor! ” whispered the student to himself; “what a happiness would it be to be gathered into his fold with such a pet-lamb for a companion! ”  « ¡Ah buen pastor! —díjose el estudiante—. ¡Qué felicidad ser recogido en su redil con semejante corderilla por compañera!»
But no such good fare was likely to befall him. In vain he essayed those powers of pleasing which he had found so irresistible with country curates and country lasses. Never had he touched his guitar with such skill; never had he poured forth more soul-moving ditties, but he had no longer a country curate or country lass to deal with. The worthy priest evidently did not relish music, and the modest damsel never raised her eyes from the ground. They remained but a short time at the fountain; the good padre hastened their return to Granada. The damsel gave the student one shy glance in retiring, but it plucked the heart out of his bosom!  Pero no era probable que tuviese esa dicha. En vano ensayó aquellas sus aptitudes de agrado que tan irresistibles habían resultado con los curas de aldea y las mozas rústicas. Nunca tocó su guitarra con tanta destreza; nunca cantó baladas más conmovedoras; pero ahora no se trataba precisamente de una moza .pueblerina. Evidentemente el buen sacerdote no era muy musicófilo, y la pudorosa doncella no levantó ni una vez los ojos del suelo. Estuvieron un poco tiempo en la fuente, y el buen padre se apresuró a volver a Granada. La damisela lanzó tan sólo al estudiante una mirada al retirarse, pero, ¡ay!, le arrancó el corazón de su pecho.
He inquired about them after they had gone. Padre Tomas was one of the saints of Granada, a model of regularity, punctual in his hour of rising, his hour of taking a paseo for an appetite, his hours of eating, his hour of taking his siesta; his hour of playing his game of tresillo, of an evening, with some of the dames of the Cathedral circle; his hour of supping, and his hour of retiring to rest, to gather fresh strength for another day’s round of similar duties. He had an easy sleek mule for his riding, a matronly housekeeper skilled in preparing tit-bits for his table, and the pet lamb, to smooth his pillow at night and bring him his chocolate in the morning.  Cuando se marcharon los dos, nuestro escolar inquirió noticias de ellos. El padre Tomás era un piadoso sacerdote, modelo de regularidad; puntual a la hora de levantarse, a la de dar su paseo para abrir el apetito, a la de comer, dormir la siesta, jugar su partidita de tresillo por la tarde; a la de cenar y, en fin, a la de retirarse a descansar y tomar nuevas fuerzas para cumplir al día siguiente otra serie de análogas ocupaciones. Poseía un pacífico y cómodo mulo para sus paseos; con él vivían un ama de llaves, muy ducha en prepararle exquisitos bocados para su mesa, y la joven que le servía de criada.
Adieu now to the gay, thoughtless life of the student; the side glance of a bright eye had been the undoing of him. Day and night he could not get the image of this most modest damsel out of his mind. He sought the mansion of the padre. Alas! it was above the class of houses accessible to a strolling student like himself. The worthy padre had no sympathy with him; he had never been Estudiante sopista, obliged to sing for his supper. He blockaded the house by day, catching a glance of the damsel now and then as she appeared at a casement; but these glances only fed his flame without encouraging his hope. He serenaded her balcony at night, and at one time was flattered by the appearance of something white at a window. Alas, it was only the nightcap of the padre.  ¡Adiós la alegre e irreflexiva vida estudiantil! Aquella furtiva mirada de unos brillantes ojos fue la ruina de nuestro escolar. Pasábase noche y día sin poder borrar de su imaginación la figura de la pudorosa doncellita. Averiguó dónde vivía el padre; pero, ¡ay!, era la suya una casa inaccesible a un estudiante trotamundos como él. No le resultaba simpático al buen padre, que no había sido estudiante sopista*, obligado a cantar para comer. Puso cerco don Vicente a la casa durante el día, mendigando alguna que otra mirada de la joven cuando se asomaba ésta a la ventana; pero aquellas miradas solamente conseguían avivar más la llama de su pasión, sin dar alientos a su esperanza. Dedicóse también a dar por las noches serenatas bajo su balcón, y una vez se sintió ilusionado al observar que aparecía algo blanco en la ventana; pero, ¡ay!, era el gorro de dormir del padre.
Never was lover more devoted, never damsel more shy: the poor student was reduced to despair. At length arrived the eve of St. John, when the lower classes of Granada swarm into the country, dance away the afternoon, and pass midsummer’s night on the banks of the Darro and the Xenil. Happy are they who on this eventful night can wash their faces in those waters just as the Cathedral bell tells midnight; for at that precise moment they have a beautifying power. The student, having nothing to do, suffered himself to be carried away by the holiday-seeking throng until he found himself in the narrow valley of the Darro, below the lofty hill and ruddy towers of the Alhambra. The dry bed of the river, the rocks which border it, the terraced gardens which overhang it were alive with variegated groups, dancing under the vines and fig-trees to the sound of the guitar and castanets.  Nunca hubo más devoto enamorado ni más tímida mozuela; con lo que el pobre estudiante se desesperaba. Llegó, al fin, la víspera de San Juan, cuando las gentes humildes de Granada inundan el campo y bailan tarde y noche en las márgenes del Darro y del Genil. Dichosos los que en esa noche memorable laven su rostro en las aguas del río, en el preciso instante de sonar las doce de la noche en la campana de la catedral, porque en ese momento tienen las aguas la rara virtud de embellecer. Nuestro ocioso escolar se dejó arrastrar por los que acudían a divertirse al estrecho valle del Darro, bajo la altiva colina y las rojizas torres de la Alhambra. El lecho seco del río y las rocas que lo bordean; los jardines y glorietas que se asoman a él, estaban animados de numerosos grupos que bailaban bajo los parrales y las higueras, entre rasgueo de guitarras y repiqueteo de castañuelas.
The student remained for some time in doleful dumps, leaning against one of the huge misshapen stone pomegranates which adorn the ends of the little bridge over the Darro. He cast a wistful glance upon the merry scene, where every cavalier had his dame, or, to speak more appropriately, every Jack his Jill; sighed at his own solitary state, a victim to the black eye of the most unapproachable of damsels, and repined at his ragged garb, which seemed to shut the gate of hope against him.  El estudiante permaneció algún tiempo sumido en una triste y melancólica actitud, apoyado contra una de las grandes y deformes granadas de piedra que adornan los extremos de un pequeño puente sobre el Darro. Lanzó una anhelante mirada sobre la alegre concurrencia, en la que todo caballero tenía su dama, o dicho con más propiedad, cada oveja su pareja*; suspiró al verse en tan solitaria situación, pobre víctima de los negros ojos de la más inaccesible doncella, y lamentándose amargamente de su raído traje, que parecía cerrarle por completo la puerta de las ilusiones.
By degrees his attention was attracted to a neighbor equally solitary with himself This was a tall soldier, of a stern aspect and grizzled beard, who seemed posted as a sentry at the opposite pomegranate. His face was bronzed by time; he was arrayed in ancient Spanish armor, with buckler and lance, and stood immovable as a statue. What surprised the student was, that though thus strangely equipped, he was totally unnoticed by the passing throng, albeit that many almost brushed against him.  Poco a poco atrajo su atención un vecino tan solitario como él. Era un soldado alto, de duro aspecto y barba canosa, que parecía hallarse apostado como centinela en la granada de enfrente. Su rostro estaba bronceado por el tiempo, iba ataviado con una antigua armadura española, con lanza y escudo, y permanecía inmóvil como una estatua. Pero lo que mas sorprendió a nuestro héroe fue el hecho de que a pesar de ir tan extrañamente ataviado, pasaba enteramente inadvertido para la multitud que cruzaba a su lado y que incluso casi se rozaba con él.
“This is a city of old-time peculiarities, ” thought the student, “and doubtless this is one of them with which the inhabitants are too familiar to be surprised. ” His own curiosity, however, was awakened, and being of a social disposition, he accosted the soldier.  «Esta vieja ciudad está llena de cosas extrañas de otros tiempos —pensó el joven—, y sin duda ésta es una de ellas y los granadinos demasiado familiarizados para sorprenderse. » Despertado, sin embargo, su interés, y puesto que era de sociable condición, se acercó al soldado y le dijo:
“A rare old suit of armor that which you wear, comrade. May I ask what corps you belong to? ”  —Rara y antigua, en verdad, es esa armadura que llevas, amigo. ¿Se te puede preguntar a qué cuerpo perteneces?
The soldier gasped out a reply from a pair of jaws which seemed to have rusted on their hinges.  El soldado gruñó una respuesta entrecortada, por entre un par de mandíbulas que parecían enmohecidas en sus goznes.
“The royal guard of Ferdinand and Isabella. ”  —A la Guardia Real de Fernando e Isabel.
“Santa Maria! Why, it is three centuries since that corps was in service. ”  —¡Santa Maria! ¿Cómo es posible, si hace tres siglos que existió ese Cuerpo?
“And for three centuries have I been mounting guard. Now I trust my tour of duty draws to a close. Dost thou desire fortune? ”  —Y tres siglos hace que monto guardia. Ahora confío en que mi turno toque a su fin.
The student held up his tattered cloak in reply.  ¿Deseas fortuna? El estudiante levantó expresivamente su andrajosa capa como respuesta.
“I understand thee. If thou hast faith and courage, follow me, and thy fortune is made. ”  —Ya te entiendo —dijo el otro—. Si tienes fe y valor, sígueme, y tu fortuna estará hecha.
“Softly, comrade, to follow thee would require small courage in one who has nothing to lose but life and an old guitar, neither of much value; but my faith is of a different matter, and not to be put in temptation. If it be any criminal act by which I am to mend my fortune, think not my ragged cloak will make me undertake it. ”  —Poco a poco, camarada; escaso valor necesita para seguirte quien nada tiene que perder, a no ser la vida y una vieja guitarra, ambas cosas de poca monta. Pero en cuanto a mi fe, eso es diferente, y no deseo ponerla en tentación. Si mi suerte ha de mejorarse por medio de alguna acción criminal, no pienses que mi raída capa sería pretexto para que yo la cometiese.
The soldier turned on him a look of high displeasure. “My sword, ” said he, “has never been drawn but in the cause of the faith and the throne. I am a Cristiano viejo, trust in me and fear no evil. ”  El soldado se volvió hacia él con muestras de desagrado. —Mi espada —le dijo— jamás fue desenvainada sino por la causa de la fe o del trono. Soy cristiano viejo: confía en mí y no temas nada malo.
The student followed him wondering. He observed that no one heeded their conversation, and that the soldier made his way through the various groups of idlers unnoticed, as if invisible.  Nuestro estudiante, entonces, le siguió admirado. Observó que nadie se preocupaba de su conversación y que el soldado se abría paso entre los varios grupos de ociosos, inadvertido, como si fuese invisible.
Crossing the bridge, the soldier led the way by a narrow and steep path past a Moorish mill and aqueduct, and up the ravine which separates the domains of the Generalife from those of the Alhambra. The last ray of the sun shone upon the red battlements of the latter, which beetled far above; and the convent bells were proclaiming the festival of the ensuing day. The ravine was overshadowed by fig-trees, vines, and myrtles, and the outer towers and walls of the fortress. It was dark and lonely, and the twilight-loving bats began to flit about. At length the soldier halted at a remote and ruined tower, apparently intended to guard a Moorish aqueduct. He struck the foundation with the but-end of his spear. A rumbling sound was heard, and the solid stones yawned apart, leaving an opening as wide as a door.  Luego de atravesar el puente, le condujo su guía por un estrecho y pronunciado sendero junto a un molino y acueducto moros, subiendo después por el barranco que separa los terrenos del Generalife de los de la Alhambra. El último rayo de sol brilló sobre las rojas almenas del alcázar, que se divisaba allá en lo alto, en tanto que las campanas de los conventos proclamaban la festividad del día siguiente. El barranco, cubierto de higueras, vides y mirto y circundado por las torres exteriores y los muros de la fortaleza, ofrecíase oscuro y solitario, y los murciélagos comenzaban a revolotear en torno. Por último, se detuvo el soldado ante una apartada y ruinosa torre, destinada al parecer a guardar un acueducto morisco, y golpeó los cimientos con el extremo de su lanza. Oyóse un ruido sordo y las sólidas piedras se separaron, dejando al descubierto una abertura del ancho de una puerta.
“Enter in the name of the Holy Trinity, ” said the soldier, “and fear nothing. ” The student’s heart quaked, but he made the sign of the cross, muttered his Ave Maria, and followed his mysterious guide into a deep vault cut out of the solid rock under the tower, and covered with Arabic inscriptions. The soldier pointed to a stone seat hewn along one side of the vault. “Behold, ” said he, “my couch for three hundred years. ” The bewildered student tried to force a joke. “By the blessed St. Anthony, ” said he, “but you must have slept soundly, considering the hardness of your couch. ”  —Entra, en el nombre de la Santísima Trinidad —.dijo——, y nada temas. Estremecióse el corazón del joven; pero hizo la señal de la cruz, murmuró un Avemaría y siguió a su misterioso guía hasta una profunda bóveda abierta en la roca viva, bajo la torre, y cubierta de inscripciones árabes. El soldado le señaló un banco de piedra, labrado a un lado de la bóveda. —Mira —le dijo—: he ahí mi lecho desde hace trescientos años. El atónito estudiante intentó tomarlo a broma. —¡Por San Antonio bendito! —exclamó——. Pesado en ver-dada ha debido ser tu sueño, según la dureza de tu cama.
“On the contrary, sleep has been a stranger to these eyes; incessant watchfulness has been my doom. Listen to my lot. I was one of the royal guards of Ferdinand and Isabella; but was taken prisoner by the Moors in one of their sorties, and confined a captive in this tower. When preparations were made to surrender the fortress to the Christian sovereigns, I was prevailed upon by Alfaqui, a Moorish priest, to aid him in secreting some of the treasures of Boabdil in this vault. I was justly punished for my fault. The Alfaqui was an African necromancer, and by his infernal arts cast a spell upon me—to guard his treasures. Something must have happened to him, for he never returned, and here have I remained ever since, buried alive. Years and years have rolled away; earthquakes have shaken this hill; I have heard stone by stone of the tower above tumbling to the ground, in the natural operation of time; but the spell-bound walls of this vault set both time and earthquakes at defiance.  —Antes al contrario, el sueño ha sido algo extraño para estos ojos, pues la incesante vigilia fue mi destino. Escucha mis infortunios. Yo era uno de los reales guardianes de Fernando e Isabel; mas fui hecho prisionero por los moros en una de sus incursiones, y encerrado como cautivo en esta torre. Cuando se realizaban los preparativos para entregar la fortaleza a los Reyes Católicos, fui persuadido por un alfaquí, un sacerdote musulmán, para que le ayudase a ocultar sigilosamente en esta bóveda algunos de los tesoros de Boabdil. Fui, con justicia, castigado por mi falta. El alfaquí era un nigromante africano, y con sus artes infernales lanzó un conjuro sobre mí, a saber: que guardase sus tesoros. Algo debió de sucederle, pues no volvió jamás, y aquí he permanecido desde entonces, enterrado en vida. Años y años han transcurrido; los terremotos han conmovido esta colina y he visto cómo se derrumbaban piedra a piedra los muros de esta torre, debido a la acción natural del tiempo; pero las encantadas paredes de la bóveda han desafiado al tiempo y a los terremotos.
“Once every hundred years, on the festival of St. John, the enchantment ceases to have thorough sway; I am permitted to go forth and post myself upon the bridge of the Darro, where you met me, waiting until some one shall arrive who may have power to break this magic spell. I have hitherto mounted guard there in vain. I walk as in a cloud, concealed from mortal sight. You are the first to accost me for now three hundred years. I behold the reason. I see on your finger the seal-ring of Solomon the wise, which is proof against all enchantment. With you it remains to deliver me from this awful dungeon, or to leave me to keep guard here for another hundred years. ”  Una vez cada cien años, en la fiesta de San Juan, pierde todo su poder el hechizo y tengo licencia para salir y apostarme sobre el puente del Darro en donde me encontraste, hasta que llegue alguien con la virtud suficiente para romper este mágico encantamiento. He montado desde entonces la guardia allí, mas todo ha sido inútil. Ando como envuelto por una nube, oculto a las miradas de los mortales. Tú eres el primero que me ha dirigido la palabra desde hace tres siglos, y ahora comprendo la razón. Veo en tu dedo el anillo sellado del sabio Salomón, talismán poderoso contra toda clase de hechicerías. De ti depende el que pueda librarme de este espantoso calabozo, o quede abandonado, haciendo guardia otros cien años.
The student listened to this tale in mute wonderment. He had heard many tales of treasure shut up under strong enchantment in the vaults of the Alhambra, but had treated them as fables. He now felt the value of the seal-ring, which had, in a manner, been given to him by St. Cyprian. Still, though armed by so potent a talisman, it was an awful thing to find himself tete-a-tete in such a place with an enchanted soldier, who, according to the laws of nature, ought to have been quietly in his grave for nearly three centuries.  El estudiante escuchó este relato con mucha admiración. Había oído muchas consejas de tesoros escondidos, merced a mágicos sortilegios, en las bóvedas de la Alhambra; mas siempre las consideró fabulosas. Ahora se daba cuenta del valor de su sortija, otorgada en cierto modo por San Cipriano. Pese a ello, y aun armado de su poderoso talismán, resultaba algo terrible encontrarse téte à téte en semejante lugar con un soldado encantado, el cual, según las leyes de la Naturaleza, debería estar tranquilamente en su tumba desde hacia cerca de trescientos años.
A personage of this kind, however, was quite out of the ordinary run, and not to be trifled with, and he assured him he might rely upon his friendship and good will to do every thing in his power for his deliverance.  Un personaje de esta especie, con todo, se encuentra por completo fuera del curso normal de las cosas, y no podía ser tomado a broma; por lo que le aseguró que confiase en su amistad y buena voluntad para hacer todo cuanto estuviera en su mano, con objeto de conseguir su liberación.
“I trust to a motive more powerful than friendship, ” said the soldier.  —Confío en un argumento más convincente que la amistad —dijo el soldado.
He pointed to a ponderous iron coffer, secured by locks inscribed with Arabic characters. “That coffer, ” said he, “contains countless treasure in gold and jewels, and precious stones. Break the magic spell by which I am enthralled, and one half of this treasure shall be thine. ”  Y le señaló un pesado cofre de hierro, asegurado por cerraduras y con inscripciones en caracteres arábigos. —Este cofre —dijo-— contiene un incalculable tesoro en oro, joyas y piedras preciosas. Rompe el mágico hechizo que me tiene esclavizado, y tuya será la mitad de estas riquezas.
“But how am I to do it? ”  —Bueno, pero ¿qué debo hacer?
“The aid of a Christian priest, and a Christian maid is necessary. The priest to exorcise the powers of darkness; the damsel to touch this chest with the seal of Solomon. This must be done at night. But have a care. This is solemn work, and not to be effected by the carnal-minded. The priest must be a Cristiano viejo, a model of sanctity, and must mortify the flesh before he comes here, by a rigorous fast of four-and-twenty hours; and as to the maiden, she must be above reproach, and proof against temptation. Linger not in finding aid. In three days my furlough is at an end; if not delivered before midnight of the third, I shall have to mount guard for another century. ”  —Nos es necesaria la colaboración de un sacerdote y una joven cristiana. El sacerdote, para exorcizar los poderes ocultos, y la joven para que toque el cofre con el sello de Salomón. Esto ha de hacerse por la noche. Pero ten cuidado; es la nuestra una empresa solemne y no debe llevarla a cabo ningún espíritu carnal. El sacerdote debe ser un cristiano viejo, modelo de santidad; tendrá que mortificar su carne con ayuno riguroso durante veinticuatro horas, antes de venir aquí. Y en cuanto a la joven, ha de ser irreprochable y refractaria a cualquier tentación. Apresúrate a encontrarlos; dentro de tres días termina mi licencia, y si no me he visto libre antes de la medianoche del tercero, deberé montar la guardia durante otro siglo.
“Fear not, ” said the student, “I have in my eye the very priest and damsel you describe; but how am I to regain admission to this tower? ”  —No temas —dijo el estudiante—. Tengo precisamente a la vista al sacerdote y doncella que has descrito. Ahora bien: ¿cómo volveré a poder entrar en esta torre?
“The seal of Solomon will open the way for thee. ”  —El sello de Salomón te la abrirá.
The student issued forth from the tower much more gayly than he had entered. The wall closed behind him, and remained solid as before.  Nuestro héroe salió de la torre mucho más alegre de lo que había penetrado, y cerróse el muro tras él, quedando tan macizo como antes.
The next morning he repaired boldly to the mansion of the priest, no longer a poor strolling student, thrumming his way with a guitar; but an ambassador from the shadowy world, with enchanted treasures to bestow. No particulars are told of his negotiation, excepting that the zeal of the worthy priest was easily kindled at the idea of rescuing an old soldier of the faith and a strong-box of King Chico from the very clutches of Satan; and then what alms might be dispensed, what churches built, and how many poor relatives enriched with the Moorish treasure!  A la mañana siguiente se encaminó audazmente a la casa del sacerdote, no como un pobre estudiante vagabundo que anda errante con su guitarra, sino como embajador de un mundo espectral que otorga tesoros encantados. Se ignora cuáles fueran sus negociaciones, salvo que el celo del digno sacerdote se inflamó ante la idea de librar a un viejo soldado de la fe y a un cofre del Rey Chico de las mismas garras de Satanás. ¡Cuántas limosnas podrían distribuirse, cuántas iglesias edificarse y cuántos parientes pobres enriquecerse con el tesoro musulmán!
As to the immaculate handmaid, she was ready to lend her hand, which was all that was required, to the pious work; and if a shy glance now and then might be believed, the ambassador began to find favor in her modest eyes.  En cuanto a la casta doncella, mostróse dispuesta a prestar su mano, que era todo lo que se necesitaba para llevar a término aquella piadosa obra; y si hubiera que dar crédito a alguna que otra tímida mirada, el embajador empezaba a encontrar favores y mercedes en sus púdicos ojos.
The greatest difficulty, however, was the fast to which the good Padre had to subject himself. Twice he attempted it, and twice the flesh was too strong for the spirit. It was only on the third day that he was enabled to withstand the temptations of the cupboard; but it was still a question whether he would hold out until the spell was broken.  No obstante, la mayor dificultad consistía en el ayuno a que había de someterse el buen padre. Dos veces lo intentó, y dos veces fue la carne demasiada carga para el espíritu. Sólo al tercer día se encontró capacitado para resistir las tentaciones de la despensa; pero aún quedaba por comprobar si podía prolongarlo hasta que se rompiese el hechizo.
At a late hour of the night the party groped their way up the ravine by the light of a lantern, and bearing a basket with provisions for exorcising the demon of hunger so soon as the other demons should be laid in the Red Sea.  A una hora bastante avanzada de la noche, emprendieron los tres la subida por el barranco, a la luz de una linterna y portadores de un cesto con provisiones para exorcizar al demonio del hambre, tan pronto corno los otros demonios yaciesen en el mar Rojo.
The seal of Solomon opened their way into the tower. They found the soldier seated on the enchanted strong-box, awaiting their arrival. The exorcism was performed in due style. The damsel advanced and touched the locks of the coffer with the seal of Solomon. The lid flew open, and such treasures of gold and jewels and precious stones as flashed upon the eye!  El sello de Salomón les dio entrada en la torre. Hallaron al soldado sentado en el encantado cofre, aguardando su llegada. Se efectuó en debida forma el exorcismo; avanzó la joven y tocó las cerraduras del cofre con el anillo de Salomón. Saltó la tapa y ¡qué tesoros de oro, joyas y piedras preciosas deslumbraron sus miradas!
“Here’s cut and come again! ” cried the student, exultingly, as he proceeded to cram his pockets.  —¡Rápido! ¡Vamos! —gritó el estudiante, frenético de gozo, mientras procedía a llenarse los bolsillos.
“Fairly and softly, ” exclaimed the soldier. “Let us get the coffer out entire, and then divide. ”  —Despacio —exclamó el soldado—. Saquemos el cofre entero y luego lo repartiremos.
They accordingly went to work with might and main, but it was a difficult task; the chest was enormously heavy, and had been imbedded there for centuries. While they were thus employed the good dominie drew on one side and made a vigorous onslaught on the basket, by way of exorcising the demon of hunger which was raging in his entrails. In a little while a fat capon was devoured, and washed down by a deep potation of Val de Penas; and, by way of grace after meat, he gave a kind-hearted kiss to the pet lamb who waited on him. It was quietly done in a corner, but the tell-tale walls babbled it forth as if in triumph. Never was chaste salute more awful in its effects. At the sound the soldier gave a great cry of despair; the coffer, which was half raised, fell back in its place and was locked once more. Priest, student, and damsel, found themselves outside of the tower, the wall of which closed with a thundering jar. Alas! the good Padre had broken his fast too soon!  Así, que pusieron con todo ahínco manos a la obra; pero resultaba difícil la tarea, pues el cofre era enormemente pesado y empotrado allí desde hacía siglos. Mientras estaban así afanados, el buen dómine se apartó a un lado y lanzó una vigorosa arremetida contra la cesta, con objeto de exorcizar al demonio del hambre que le roía las entrañas, y en un momento devoró un grueso capón, regándolo con un buen trago de Valdepeñas... Nunca produjo la violación de un ayuno efectos tan desastrosos. Lanzó el soldado un terrible grito de desesperación; el cofre, que estaba medio abierto, volvió a su sitio y se cerró de nuevo. Sacerdote, estudiante y doncella se encontraron fuera de la torre, cuyos muros se cerraron con estrépito. ¡Ay, el buen padre había roto el ayuno demasiado pronto!
When recovered from his surprise, the student would have re-entered the tower, but learnt to his dismay that the damsel, in her fright, had let fall the seal of Solomon; it remained within the vault.  Cuando se rehizo de su sorpresa, quiso el estudiante volver a entrar en la torre; pero comprobó consternado que la muchacha, asustada, había dejado caer el sello de Salomón y se había quedado dentro de la bóveda.
In a word, the cathedral bell tolled midnight; the spell was renewed; the soldier was doomed to mount guard for another hundred years, and there he and the treasure remain to this day—and all because the kind-hearted Padre kissed his handmaid. “Ah father! father! ” said the student, shaking his head ruefully, as they returned down the ravine, “I fear there was less of the saint than the sinner in that kiss! ”  En suma: la campana de la catedral dio las doce; restablecióse de nuevo el encanto, y el soldado quedó condenado a montar la guardia otros cien años, encerrado allí con su tesoro, mientras los tres descendían tristemente por la cañada...
Thus ends the legend as far as it has been authenticated. There is a tradition, however, that the student had brought off treasure enough in his pocket to set him up in the world; that he prospered in his affairs, that the worthy Padre gave him the pet lamb in marriage, by way of amends for the blunder in the vault; that the immaculate damsel proved a pattern for wives as she had been for handmaids, and bore her husband a numerous progeny; that the first was a wonder; it was born seven months after her marriage, and though a seven months boy, was the sturdiest of the flock. The rest were all born in the ordinary course of time.  Y así termina la leyenda, hasta donde ha sido posible comprobar. Existe, sin embargo, una tradición, según la cual, el estudiante había sacado tesoros suficientes en el bolsillo, que le permitieron elevar en el mundo su estado y condición; que prosperó en sus negocios, que el digno padre accedió gustoso a su matrimonio con la muchacha; y que la casta joven resultó ser modelo de esposas, como lo fuera de doncellas, y dio a su marido una numerosa familia...
The story of the enchanted soldier remains one of the popular traditions of Granada, though told in a variety of ways; the common people affirm that he still mounts guard on midsummer eve beside the gigantic stone pomegranate on the Bridge of the Darro, but remains invisible excepting to such lucky mortal as may possess the seal of Solomon.  La historia del soldado encantado sigue siendo una de las tradiciones populares de Granada, si bien se cuenta de diferentes maneras. El vulgo afirma que todavía continúa montando guardia en la noche de San Juan, junto a la gigantesca granada de piedra del puente del Darro; pero que resulta invisible, excepto para aquellos afortunados mortales que poseen el sello de Salomón.